Kenia: El gas lacrimógeno y las porras enmudecen el debate político

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ÍNDICE AI: AFR 32/005/2001/s
13 de febrero del 2001
Servicio de Noticias 26/01
Documento público
Kenia: El gas lacrimógeno y las porras enmudecen el debate político
Amnistía Internacional ha descrito hoy la detención de otro parlamentario
de la oposición y los ataques a periodistas que intentan informar sobre las
reuniones políticas como «una amenaza a la credibilidad misma del proceso
político» de este país de África oriental. Parece ser que Movimiento por el
Cambio (Muungano wa Mageuzi), grupo al que pertenecía el parlamentario
detenido, también ha sufrido ataques desde que el presidente Moi anunció su
decisión de prohibirlo en noviembre del 2000.
Un portavoz de Amnistía Internacional ha declarado: «Las autoridades de
Kenia están intentando enmudecer el debate. La represión física del movimiento
en favor de la democracia y de la expresión política pacífica no hace más que
aumentar la preocupación por el hecho de que la violencia esté ocupando un
papel central en la política keniana».
El viernes 9 de febrero, la policía montó en Kisii controles de carretera y
dictó un toque de queda en un intento de impedir que los organizadores, los
partidarios y los habitantes de la localidad asistieran a una concentración de
Movimiento por el Cambio. La policía declaró que la concentración no contaba
con permiso oficial y, por lo tanto, no podía celebrarse. (Según la ley de Kenia,
los organizadores de concentraciones deben notificar a la policía la fecha en la
que desean celebrar un acto; sin embargo, la policía no está facultada para
autorizar la celebración de reuniones públicas y, el 4 de febrero, se negó a
aceptar la notificación anticipada del acto.)
Puesto que la policía impidió al parlamentario James Orengo y a los
demás organizadores llegar al lugar previsto para la concentración, éstos se
desviaron hacia la localidad de Kisii, donde trataron de dirigirse a algunos de sus
partidarios. Sin embargo, la policía los dispersó rápidamente utilizando gas
lacrimógeno y porras. James Orengo, aún convaleciente de las lesiones sufridas
durante su detención el 4 de febrero, consiguió escapar.
Algunos de los individuos atacados por la policía respondieron al ataque
arrojando piedras, y este enfrentamiento se extendió a las calles adyacentes y
continuó durante todo el día y hasta el sábado 10 de febrero. Decenas de
personas resultaron heridas y muchas más fueron detenidas. La policía también
atacó a periodistas y, según los informes, disparó munición real contra un
vehículo en el que viajaban periodistas del East Africa Standard y de Kenya
National Network. Los periodistas lograron escapar sin sufrir lesiones graves.
El acoso policial continuó el sábado 10 de febrero cuando, por la tarde, la
policía impidió a los partidarios de Movimiento por el Cambio asistir a otra
concentración en la localidad de Kisumu, a unos 72 kilómetros al norte de Kisii.
La policía dijo que había «cancelado» la concentración. Una vez más, utilizó
porras y gas lacrimógeno para atacar a los partidarios de Movimiento por el
Cambio y a los habitantes de la localidad y obligarlos a huir. Los incidentes
esporádicos de violencia callejera entre los manifestantes y la policía siguieron
hasta el domingo 11 de febrero y culminaron esa tarde con la detención del
profesor Peter Anyang’ Nyong’o, parlamentario y presidente en funciones del
Partido Socialdemócrata. Este hombre, también partidario de Movimiento por el
Cambio, había intentado dirigirse a la multitud en Holo, cerca de Kisumu. Él y
otros ocho fueron acusados de incitación a la violencia y de posesión de armas
ilegales. Todos ellos negaron los cargos y actualmente están en libertad bajo
fianza.
Amnistía Internacional condena la actuación de la policía al impedir la
celebración de estas concentraciones, así como los violentos métodos empleados
para ello. «La policía sigue haciendo caso omiso de las enmiendas constitucionales
introducidas en 1997 a la Ley de Orden Público, que, en parte, pretendían
facilitar la celebración de actos políticos pacíficos. Mientras esta situación
continúe, Amnistía Internacional teme, cada vez con mayor intensidad, que el
único resultado será una espiral descendente de represión violenta de los actos en
favor de la democracia celebrados en Kenia».
Si desean más información, pónganse en contacto con la oficina de prensa de Amnistía
Internacional en Londres, Reino Unido, en el número + 44 20 7413 5566 o visiten
nuestro sitio web en <http://www.amnesty.org>. Para los documentos y comunicados de
prensa traducidos al español consulten la sección «centro de documentación» de las
páginas web de EDAI en <http://www.edai.org/centro>.
ÍNDICE AI: AFR 51/001/2001/s
13 de febrero del 2001
Servicio de Noticias 26/01
Documento público
Sierra Leona: El Consejo de Seguridad de la ONU debe crear un Tribunal
Especial efectivo y viable
«El Consejo de Seguridad debe garantizar que el Tribunal Especial para Sierra Leona lleva
ante la justicia a los principales responsables de las atrocidades cometidas durante el conflicto», ha
declarado hoy Amnistía Internacional tras un intercambio de correspondencia entre el Consejo de
Seguridad y el secretario general de las Naciones Unidas respecto al Tribunal Especial.
Amnistía Internacional expresó su satisfacción por la decisión tomada por el Consejo de
Seguridad el pasado mes de agosto de establecer un Tribunal Especial para Sierra Leona, y manifestó
que se trataba de un importante paso para poner fin a la impunidad y contribuir a que se haga justicia
para las miles de víctimas que durante el conflicto armado interno de Sierra Leona han sufrido algunos
de los peores abusos de los que se ha tenido noticia.
La organización también ha expresado su satisfacción por la enmienda propuesta por el
Consejo de Seguridad a la definición del delito de reclutamiento de niños soldados para que refleje el
derecho internacional: todo reclutamiento de menores de 15 años será delito, ya sea dicho
reclutamiento forzado o voluntario.
No obstante, Amnistía Internacional ha escrito a cada uno de los miembros del Congreso de
Seguridad para manifestar su preocupación sobre la eficacia del mandato del Tribunal Especial, así
como sobre las posibles amenazas a la independencia de su fiscal y la inseguridad de la financiación
del tribunal.
El Tribunal Especial juzgará a aquellos individuos que tengan mayor responsabilidad en
crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y otras violaciones graves del derecho internacional
humanitario. Sin embargo, se ha propuesto que el mandato del tribunal incluya sólo los delitos
cometidos a partir del 30 de noviembre de 1996, fecha de un fallido acuerdo de paz, en lugar de los
cometidos desde que comenzó el conflicto el 23 de marzo de 1991.
Es esencial que el fiscal del Tribunal Especial goce de independencia plena para procesar a
cualquier persona que parezca tener alguna responsabilidad en los crímenes más graves cometidos
durante todo el conflicto, según ha declarado Amnistía Internacional.
La organización de derechos humanos ha manifestado: «Existe preocupación porque algunas
de las enmiendas al borrador del Estatuto del Tribunal Especial propuestas por el Consejo de
Seguridad respecto a quién debe ser procesado ante este tribunal pueden poner en peligro la
independencia de su fiscal».
Por ejemplo, no debe interpretarse que la frase «quienes tengan mayor responsabilidad»
incluye únicamente a los altos mandos militares o los dirigentes políticos y excluye a otras personas
que pueden haber tenido responsabilidad directa en los abusos más graves. El fiscal debe gozar de
independencia plena para procesar a quien parezca ser responsable, independientemente del rango
militar o el cargo político.
Además, el Consejo de Seguridad ha propuesto añadir la frase «incluidos los dirigentes que, al
cometer tales crímenes, hayan amenazado el establecimiento y la puesta en práctica del proceso de paz
en Sierra Leona». Esta frase puede dar lugar a consideraciones políticas que influyan en la
determinación del fiscal de qué crímenes deben ser investigados y procesados.
Por otra parte, Amnistía Internacional comparte la conclusión del secretario general de la ONU
de que un Tribunal Especial basado exclusivamente en contribuciones voluntarias no será «ni viable ni
sostenible».
Amnistía Internacional ha subrayado: «La investigación y el procesamiento de delitos
considerados como tales por el derecho internacional son una responsabilidad que debe estar
respaldada por la comunidad internacional en su conjunto. Instamos al Consejo de Seguridad a
garantizar que el Tribunal Especial recibe una financiación adecuada y constante para iniciar y
completar los juicios contra los principales responsables de los abusos más graves cometidos desde
1991».
«La actual propuesta del Consejo de Seguridad de que la financiación sea voluntaria no sólo
minaría la eficacia del Tribunal Especial al crear incertidumbre, sino que también minaría su
independencia», ha añadido la organización.
Puesto que el Tribunal Especial sólo juzgará a los principales responsables de los crímenes
más graves, el número de posibles procesamientos será limitado. Por ello es aún más esencial que el
Consejo de Seguridad y la comunidad internacional en su conjunto garanticen que el Tribunal Especial
forma parte de un programa más amplio de reconstrucción del sistema judicial nacional, prácticamente
destruido por el prolongado conflicto, de forma que los tribunales nacionales puedan finalmente asumir
la responsabilidad de llevar ante la justicia a los responsables de abusos contra los derechos humanos
que no sean juzgados por el Tribunal Especial.
Amnistía Internacional ha declarado: «Además de establecer el Tribunal Especial, es preciso
dar prioridad a la reconstrucción lo más rápida posible del sistema judicial de Sierra Leona, de forma
que éste pueda celebrar juicios justos, en los que no quepa la posibilidad de imponer la pena de muerte,
contra los presuntos autores de algunos de los crímenes más atroces cometidos en el mundo».
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