revista apd +info

Anuncio
n
ó
i
c
c
e
S
a
v
e
Nu
Emotional & Business Management GYM
www.adur.es
Entrenarse en un GYM
para multiplicar resultados (1)
Bajo este título general, iniciamos una nueva Sección de 6 Capítulos en la que descubriremos,
yendo de la mano de nuestro personaje principal Eduardo, una fórmula de entrenarse en la
acción en un auténtico Gym.
Alejandro Lasa Urrestrilla, Socio Fundador; Ainhoa Lasa Adot, Directora General; Gemma Arocena Badillos, Directora de Investigación y Desarrollo y Coach Corporativo;
David del Bosque, Coach Ejecutivo y Personal.
“CAYENDO EN LA TRAMPA DE UN ESTILO DE
GESTIÓN DESCOMPENSADO”
ficios y, de alguna manera, el desarrollo cor-
ción demanda “sumar” una capacidad
porativo, ya que desea contar con una
organizativa concreta (por ejemplo, inno-
La Dirección General gestiona la empre-
empresa “de futuro” que resulte competiti-
vación tecnológica) que no tiene, y para
va y no se estanque en el tiempo.
ello, decide establecer una alianza estra-
sa y a sus equipos de trabajo desde lo material, desde lo que puede “ver y tocar”. En
A nivel externo, fragua alianzas estra-
tégica con otra compañía que es fuerte a
este arte es una gran maestra. Y lo es por-
tégicas, fusiones, adquisiciones, sale al
este nivel. En la relación que se estable-
que ha dedicado una gran cantidad de tiem-
mercado internacional para ganar
ce se persigue cubrir el valor de la renta-
po y de esfuerzo en la adquisición y el desa-
Clientes, conseguir reducir costes en la
bilidad, pero también otro tipo de valores
rrollo de sus competencias técnicas de ges-
producción o establecer relaciones con
que no se encuadran en el territorio “de
tión. En estos momentos les invitamos a
proveedores que le resulten más rentables,
las cifras”.
nuestros lectores a que se detengan unos
etc.; a nivel interno, invierte en innova-
Sin embargo, “en casa”, la cosa cam-
segundos y a que calculen -de forma aproxi-
ción tecnológica, aprueba operaciones de
bia: la Dirección General acaba “cayendo
mada-, el tiempo que les ha llevado conse-
compra de nuevas maquinarias, invierte
en la trampa de un estilo de gestión des -
guir el dominio técnico del que hoy en día
en mejoras de las instalaciones y de las
compensado”; “¿Cómo es esto?” -pensará
disfrutan en su ejercicio profesional. ¡A saber!
infraestructuras, etc.
en estos momentos alguno de nuestros lec-
De cara al mercado, la Dirección
tores-, “Me han llamado en mi vida muchas
Sería una barbaridad pensar que “deján-
General realiza una auténtica “gestión com-
cosas, pero ¿descompensado?, ¡Esto sí que
dolo en manos del azar” podríamos apren-
p e n s a d a ” : v i n c u l a p e r fectamente el valor
es nuevo!”. Pues en eso le damos la razón,
der a dirigir una empresa, sería impensable
de “lo tangible” y el de “lo intangible”.
¡es nuevo!, tanto como el pequeño impac-
recurrir a la dotación genética para justifi-
Las inversiones aprobadas en campañas de
to que le haya podido provocar leer a más
car que fuésemos capaces o incapaces de
marketing y de publicidad son un claro
de uno nuestra rotunda afirmación que se
realizar un balance de resultados, de perfi-
ejemplo de ello; en éstas, se asume que la
enmarca en el fabuloso mundo de lo emo-
lar la estrategia organizativa, de explorar o
Imagen de Marca es una mezcla entre “lo
cional y, por tanto, de lo intangible. Pero le
de planificar inversiones en los mercados,
conocido” y “lo desconocido”, entre “la rea-
animamos a que continúe leyendo porque
etc. Sin lugar a dudas, nos hemos entrena-
lidad” y “la ficción”, entre “lo lógico” y “lo
le tenemos reservada “más metralla”… avi-
do en ello a lo largo de nuestra trayectoria
emocional”. Con los Clientes, ocurre otro
samos, intangible.
formativa y profesional.
tanto de lo mismo, la sutileza en la relación
¿Por qué “estamos descompensados” en
acaba cobrando mayor fuerza que el pro-
la práctica de nuestro estilo de gestión?
ducto, es esta “magia” la que fideliza.
Porque en el desempeño de nuestra fun-
¿verdad?, ¿mucho?, muchísimo?, ¿cuánto?
Con su “mochila técnica bien cargada”, la Dirección General persigue como
resultado de sus operaciones, tanto a nivel
Este mismo paradigma también se
ción directiva, en su práctica, en la acción,
externo como interno, rentabilidad y bene-
asume cuando, por ejemplo, la organiza-
no asumimos “este mundo de valor e s©
03 ⎮ 07 63
que no podemos ver y tocar”; no inyec -
ta), sino que estos van cobrando fuerza de
tamos al Valor de la Pr oductividad el de
impacto con el tiempo. Pero estamos con el
la Persona. Es como si partiéramos del pre-
foco tan puesto en la inmediatez, que se nos
supuesto de que “la inyección se pone sola”,
escapa la ver d a d e r a r elación causa - efec -
de forma automática, como “por arte de
to entr e n u e s t r a s a c c i o n e s “ d e s c o m p e n s a -
magia” y no es así.
d a s ” y l o s r e s u l t a d o s q u e “ r ecogemos”.
Nuestra “descompensación” nos va a
Y la amenaza constante de este “gran
ser fácil de “tangibilizar”, veamos por qué.
lobo que nos persigue”, nos provoca una
Ahora les animamos a que miren hacia atrás
presión y una inquietud constante que, en
y, esta vez, intenten hacer un cálculo apro-
el mejor de los casos, nos resta horas de
ximado del tiempo real que han invertido
tranquilidad y de sueño (y por qué no decir-
en entrenarse en la acción -que no de forma
lo, alguna que otra “bronca” en casa) y, en
teórica-, en el desarr ollo de las capacidades
personales críticas para dirigir personas en los tiempos que corren-,, y abordar las situaciones -cada vez más difíciles--, que se le
pr esentan con eficacia. ¿Tal vez un 1% o
un 10% -por marcar una cifra-, en comparación con nuestro entrenamiento en “cómo
tangibilizar” al que podemos atribuirle, al
menos, un 99% o un 90%? Ésta suele ser la
proporción normal, no se extrañe por ello.
“
Cayendo en la trampa
de un estilo de gestión
descompensado, acabamos
perdiendo bienestar personal
y nuestro rendimiento
”
profesional se ve tocado.
el peor de los casos, deriva en enfermedades (infartos, anginas de pecho, etc.).
“¡Bueno, ahora nos quieren enterrar!” -pensará alguno de nuestros lectores exaltados
a los que hemos conseguido “provocar”-;
pues el tema es que han aumentado estos
casos entre el colectivo de directivos, según
las estadísticas (¡permítannos que no demos
cifras!), así como el número de divorcios.
¡Enfermos y divorciados!, ¡Esto es ya el
Habrá incluso algún lector “subversivo” que
Y claro, cuando necesitamos que las per-
ni desee dar una cifra porque considera que
sonas s e s u m e n a n u e s t r a s p r o p u e s t a s ,
Dejando al lado (aunque no por mucho
“eso se aprende con la experiencia o que es
“ remando en la misma dirección”, cuando
tiempo), nuestro sentido del humor que espe-
cosa de cada cual”. A él nos dirigimos: ¿sabe
precisamos -y cada vez con más fuerza-, con-
remos sea bien recibido, lo que sí podemos
que incluso su “acción de negarse a” está
t a r c o n “ v e r dader o s a l i a d o s y s e g u i d o r e s ”
afirmar con total certeza es que cuando “sen-
condicionada por su propio estilo personal,
que nos sigan, que “peleen” por los resulta-
timos bienestar”, es cuando más y mejor
un auténtico y seguro que estupendo “con-
dos -con el foco bien puesto en el negocio,
r e n d i m o s . En este sentido, la Dirección
glomerado” de intangibles?
aunque cada miembro esté a su nivel, pero
General “no es una especie a parte” y la orga-
colmo!...¡Menudo destino les espera!
Algunos de ustedes, con sus formacio-
casi con el mismo ahínco y emoción con
nización, como “organismo vivo” que es,
nes, masteres y sus lecturas, se habrán
que lo hacemos nosotros mismos-, nos
sigue las mismas pautas de funcionamiento.
“empapado” de excelentes marcos teóricos
encontramos con que nos cuesta un verda-
“Cayendo en la trampa de un estilo de ges -
que les proporcionan nuevos “quehaceres
dero sobreesfuerzo conseguirlo y nos acaba
tión descompensado”, acabamos perdiendo
técnicos”. No dudamos de su utilidad pero,
agotando, evidenciamos que el personal
en bienestar personal y nuestro rendimien-
de esta manera, no amplían su estilo de ges-
parece no moverse si no es por medio de
to profesional se ve “tocado”; todo ello nos
tión, siguen abarrotando su “mochila téc-
una recompensa material de tipo económi-
conduce -a la larga-, a situar a nuestra orga-
nica” que ya está más que cargada. Al final,
co, constatamos que los equipos no respon-
n i z a c i ó n e n “ b a j a f o r ma para ganar el cam peonato y para jugar entr e los mejor e s ”.
en el terreno del “cómo hacer para manejar
den con la celeridad y la eficacia que deman-
los intangibles” - que condicionan nuestro
damos, incluso podemos comprobar que no
nivel de eficacia a la hora de dirigir perso-
se sostienen los resultados o que el ren-
“VIENDO LA PAJA EN EL OJO AJENO”
nas para que consigan resultados -, nos las
dimiento tiende a descender en el tiempo .
Sin embargo, la Dirección General, de
vamos apañando y vamos aprendiéndolo
Porque los efectos no deseados que cosecha-
alguna manera, i n t u y e que “cierto nivel de
por ensayo y error, dejándolo en “manos
mos con esta práctica no se ven de forma inme-
intangibilidad” afecta a sus decisiones y que deter-
del azar” o abandonándolo a la “suerte de
diata (algo a lo que somos verdaderos “adic-
mina sus actuaciones y, en mayor o menor medi-
nuestros genes”.
tos”: a ver los resultados de forma inmedia-
da, sus éxitos o sus fracasos empresariales.
64 03 ⎮ 07
Y ya, cuando sí que no tenemos la menor duda es cuando nos
Son ya las 9:15, Eduardo entra en el edificio de su empresa
quedamos pasmados “viendo la paja en el ojo ajeno” , cuando
objetivo. En el ascensor hay un tipo que no para de morderse las
“sufrimos en nuestras mismas carnes” el impacto negativo de los
uñas mientras revisa un documento que parece ser un Informe de
intangibles que funcionan en “casa del vecino” y cuando esta viven-
Resultados. A la vez que le observa, piensa, que ese pobre hombre
cia, n o s “ s i r ve de espejo”. Cuando captamos en su morada, difu-
tiene que estar asfixiado por algo; “¡madre mía, se va a dejar sin
sas señales que nos indican que “ahí ocurre algo”, “misteriosamen-
dedos!”. Llega al cuarto piso, su parada. Sale del ascensor y entra
te” -sin saber por qué, sin evaluación previa-, nuestro “mundo segu-
en las oficinas de la empresa. Cuando va a cerrar la puerta, el indi-
ro de las cifras” se puede tambalear ante nuestros ojos atónitos.
viduo del ascensor, la detiene y entra también. Eduardo pregunta
Una experiencia similar la tuvo Eduardo, Director General de una
a la persona de recepción, que está tras el mostrador, por la secre-
empresa del sector industrial, el 24 de enero. Esta era una fecha impor-
taria del Sr. Gutiérrez. Esta, sin apenas dirigirle la mirada, le comen-
tante para él porque firmaba una alianza estratégica con una compa-
ta de forma apresurada que no sabe si está en su puesto y que cree
ñía del sector tecnológico. La relación, tras múltiples valoraciones
que se ha ido a tomar un café, que no sabe cuándo volverá. Ni
económico - financieras efectuadas prometía ser más que próspera. Por
siquiera le pregunta quién es él. Eduardo se siente fastidiado y
otro lado, el valor tecnológico
molesto. Además, la veloci-
y la imagen de innovación que
dad de sus palabras le pone aún
precisaba para el desarrollo de
más nervioso. “La verdad es
su empresa y para incrementar el
que ¡empezamos bien! -pien-
valor de su marca en el merca-
sa para sí -, ¡como todo el per-
do, los veía cubiertos con esta
sonal sea de este pelo!”. En un
alianza. Vamos a relatar un
instante, tras este episodio, sin
breve episodio de ese día.
siquiera planteárselo, duda de
Eduardo se encuentra en
su decisión. ¿Tal vez no ha sido
la estación de tren a las 8:30
acertada?.
para dirigirse a su reunión.
muchos análisis y múltiples
Hoy va a firmar el contrato.
reuniones, sabe que si estable-
Ha estado dudando entre dos
empresas y, al final, “las cifras” le
han hecho decidirse por una de
ellas. Como siempre, va con el
tiempo justo y también, como
“
Eduardo,
tras
ce su empresa esta alianza, va
Cuando sentimos bienestar es cuando
a sacar grandes beneficios y
más y mejor rendimos.
te rentable. Las cifras calcula-
”
que será una relación realmendas son más que atractivas.
siempre, cada vez que tiene prisa, se encuentra con obstáculos en
Pero ¡nunca había estado en este sitio previamente! Todas las reu-
su camino…¡algo que le tiende a sacar de quicio! Se dirige a la
niones las había mantenido en su empresa. Detecta que hay algo
máquina expendedora de billetes e introduce - con celeridad, muy
de “cutre” en el sitio, el mismo espacio está un tanto descuidado,
característico en él -, el dinero, la máquina se lo devuelve repeti-
como anticuado y pasado de moda, con unas plantas todas lacias
damente. Cuando está ya a punto de perder los nervios y de liarse
que poco decoran, dan sensación de decrepitud no de prosperidad
a patadas con el “aparatito” - se ha formado una larga cola de gente
que - entre otros -, es un valor importante que persigue en la rela-
que espera ansiosa su turno -, se aproxima a él un supervisor y le
ción. La verdad es que aproximarse a esta realidad le descoloca. Si
pregunta si puede ayudarle. Eduardo, vuelve la cabeza y observa la
además presta atención a la persona de recepción, le dan ganas de
sonrisa tranquilizadora de esta persona y con un sí, un gracias y un
echarse para atrás. “¡Pero si es la primera cara que ve un Cliente y
par de indicaciones de lo que necesita, ésta le saca su billete en un
está ahí sentada un tanto rancia y desaliñada, como desparrama-
par de segundos y se despide atentamente de él señalando “Hasta
da en el asiento!” - exclama para sí -. Desde lejos, puede escuchar
la próxima, ¡Gracias a Usted, para eso estamos!”. Se sube a su tren
a alguien vociferando desde uno de los despachos. Es sin duda la
y mientras está ya sentado, exclama para sí mismo: “¡Buena aten-
voz del Sr. Gutiérrez. La persona que sufre esa tremenda reprimen-
ción al cliente, sí señor! Desde luego… ¡qué manía con las maqui-
da sale del despacho cabizbajo y con los ojos vidriosos y Eduardo
nitas!, donde estén las personas que puedan salvarte del apuro en
comprueba que es el tipo del ascensor. Este hombre y la recepcio-
el momento oportuno … La verdad, es que dan ganas de volver…”.
nista comparten - durante milésimas de segundo -, una mirada ©
03 ⎮ 07 65
“Ampliando el Estilo
de
Gestión”
de complicidad y de resignación que Eduardo capta. Exclama
para sí mismo: “¡Como para no morderse las uñas!, ¡no me
El episodio de Eduardo nos muestra claramente que, desde una realidad
gustaría estar en su pellejo!. Y ¿esa mirada que comparten estos
ajena - situándonos en una perspectiva externa, con la “mirada de un
dos?. Sin duda es indicativa de que esta no es la primera vez
marciano” -, nos resulta más fácil comprender los efectos tan potentes que
que ocurre algo así … ”. Y, de repente, le surge la duda que cobra
pueden llegar a tener “ciertos elementos” que no tendemos a contemplar
forma de exclamación y de pregunta: “¡Ay madre!, ¿me esta-
en nuestros análisis económico - financiero y cómo estos pueden llegar a
ré equivocando?”. Eduardo solo sabe que tiene ganas de salir
condicionar nuestras acciones empresariales y la dinámica de nuestra pro-
de allí escopetado. Con gran rapidez, tras quince minutos de
pia organización. No atender a estos factores nos conduce a practicar
larga espera, decide marcharse. Se despide de forma acelera-
una “gestión descompensada” en nuestra empresa y, en el actual “juego
da de la recepcionista indicándole que le ha surgido una urgen-
competitivo”, nos sitúa en posición de riesgo.
cia y que debe de atenderla personalmente y que él mismo le
Y es que, hoy en día, nos movemos en un mundo empresarial complejo
que demanda “ponerse otras lentes diferentes”, situarse en otro “imaginario mental” y entrenarse para empezar a “ver, hacer y a actuar
desde este otro mapa”; en definitiva, requiere ampliar el estilo de gestión y hacerlo, no de forma teórica o sólo a través del lenguaje, sino en la
acción, en un auténtico Gym, traduciéndolo en conductas concretas
que involucren “no sólo a la cabeza sino también al cuerpo” y, de esta
manera, con la práctica del entrenamiento, provocar la transferencia
automática al puesto. La neurobiología es sabia y nos dice que el cambio sólo es posible así. Pero, todo ello, apoyándose en una “piedra angular”:
el foco en los resultados de empresa.
Eduardo, ha decidido hacerlo. Va a comenzar un programa que le conduzca a conseguir la siguiente meta: aumentar su capacidad de ejecución
para “multiplicar” resultados y, de esta forma, conseguir que en su
organización se haga realidad la fórmula: Resultados Exponenciales =
llamará al Sr. Gutiérrez.
En estos momentos son las 10:30. Eduardo se encuentra en
su despacho hecho un mar de dudas. Se sujeta la cabeza con las
manos. Ha frenado una acción estratégica por el impacto que
le ha provocado la visita al Sr. Gutiérrez y ¡esto no lo había
previsto, ni lo había “calculado”! Aún le retumba en la cabeza
la voz vociferante -como la de un “gran oso”-, del Sr. Gutiérrez
que le lleva a verse a él mismo en distintas situaciones en su
empresa: “soltando todo su cargamento” a algún operario o a
algún encargado por alguna razón que ahora ni venía a recordar; despidiendo a algún trabajador temporal guiado por un
momento de “calentura” al comprobar que éste no se encontraba en su puesto de trabajo en ese preciso momento; limitando
en las reuniones las aportaciones de su propio equipo directivo
al tomarse sus desacuerdos como “ataques personales”; intentando controlar todo y a todos …
Valor de la Productividad X Valor de la Persona. A la par, conseguirá
Son las 10:45. Eduardo ha bajado al Taller. Camina ensimis-
también activar, en el desempeño de su misión profesional, la ecuación
mado y piensa: “La verdad es que … ¡menudo bicho que soy
Resultados = Rendimiento X Bienestar.
aquí! Pensándolo bien, no es de extrañar que la gente no me siga.
Como sabe que es un “hueso duro de roer”, comenzará él y, transcurridos
¡A veces soy como un plomo!, ¡como el Sr. Gutiérrez! ¡Si no me
unos meses, cuando el escenario esté a punto, saltarán al terreno de juego
aguanto ni a mí mismo!”. Va al encuentro de Luis, uno de sus
el resto de jugadores: los miembros de su equipo directivo; después se
mejores y más eficaces encargados del taller. Mientras se acer-
sumarán los mandos intermedios, los encargados de taller y los jefes de equi-
ca, ve reflejado en su mirada un “Ay, Ay, ¡que viene éste!”. Le
po. Su gran reto es que el estilo de gestión se compense a todos los nive-
pregunta “¿Cómo está yendo el día?”. Luis, con la celeridad del
les - porque éste “desciende en cascada” -, y lograr que su organización y
que no quiere que la conversación dure mucho “por si las mos-
equipos “estén en plena forma para ganar la competición”.
cas”, le contesta que van sacando la producción, que ha habido un problema con una de las máquinas, pero que ya se ha
se siente
de Enero. Eduardo ahora
Son las 9:00 del día 30
trato con
con
el
estampa su firma en
“alerta”. Con seguridad,
n una
Co
.
ión
almente su segunda opc
la otra compañía, inici
pel, visualiza
apoya la pluma en el pa
leve sonrisa, mientras
pacho “como
do” y saliendo de su des
an
ron
“at
z
rre
tié
Gu
.
al Sr
puesto a embestir ”.
un toro del burladero dis
n mis nuevas
a! - piensa -, ¡Estas so
“¡En fin, cosas de la vid
ar, y mucho
es multiplicar, no sum
reglas de juego: lo mío
menos, restar!”.
como el aire
el sol y Eduardo siente
Ya son las 11:00. Luce
una íntima
. Con paso firme y con
fresco acaricia su rostro
erta del GYM …
sonrisa, entra por la pu
resuelto. Se detiene a observar y atrapa - durante milésimas de
segundo -, el miedo en sus ojos. Eduardo siente como un vacío
que le lleva a subir a marchas forzadas a las Oficinas. “Poroso”,
por las vivencias del día, ahora intuye por qué el rendimiento
de sus trabajadores, sobre todo, en el Taller, en Fabricación, ha
descendido de forma considerable en el último año, por qué
la gente no está dando el 100%. Necesita “ampliar” su esti lo de gestión.
Descargar