Año: 32, Julio 1990 No. 706 N.D. Octavio Paz es un excelso hombre de letras mexicano. Su poesía ahora se desarrolla paralela a sus actividades en la vanguardia del liberalismo intelectual de América Latina. Antes de izquierda radical, hoy se levanta en protección por la mitología que disfrazada de muchas formas, ha impedido el progreso de los pueblos. Este ensayo fue presentado en su discurso en el encuentro mundial LA REVOLUCION DE LA LIBERTAD, celebrado en Lima durante el mes de marzo. Por razones de espacio ha sido abreviado. Taras Latinoamericanas Octavio Paz Aunque los métodos autoritarios han fracasado en sus propósitos de reforma, han prolongado en nuestras naciones la tradición del Estado patrimonialista. El patrimonialismo es tan antiguo, probablemente, como el poder político. Se caracteriza por la fusión de lo privado y lo público: el príncipe o el presidente manejan los asuntos colectivos como si fuesen los de su casa. El Estado se convierte en una proyección de la familia. El patrimonialismo es paternalista, a ratos dadivoso e indulgente, otros despótico y siempre arbitrario. En Europa se identificó y confundió con la monarquía absoluta: trasplantado a América durante el período virreinal, ha sobrevivió después de la independencia porque logró instarse en el presidencialismo y el caudillismo. No podía ser de otro modo: los gobiernos autoritarios y personalistas tienden a adoptar espontáneamente la ético y las prácticas del Régimen patrimonial. Realidad Oculta La modernidad comienza, precisamente, con la abolición de los privilegios, las prerrogativas y las franquicias del sistema feudal, heredados y codificados por la monarquía absoluta. Pero no basta con declarar la desaparición de los privilegios; para que no renazcan es indispensable romper la conexión entre absolutismo y patrimonialismo. Por esto, uno de los primeros actos de la Asamblea Constituyente de 1789, durante la Revolución Francesa, fue instituir un régimen que salvaguardase los derechos humanos e impidiese la concentración excesiva del poder en una persona o en un grupo. Ese régimen es la democracia y su complemento, la división de poderes. Es el único medio conocido para evitar los abusos y la arbitrariedad del poder personal. En nuestrospaíses el absolutismo desapareció con la independencia y con la instauración del sistema republicano y la democracia representativa. Desapareció como institución, no como realidad, oculto bajo distintas máscaras ideológicas. Realidad oculta y, no obstante, poderosa, activa, siempre presente. Con el absolutismo, ahora republicano y personalista, se ha prolongado entre nosotros el patrimonialismo. Ha sido y es la plaga de los gobiernos latinoamericanos del siglo XX. A él le debemos, en buena parte, el desastroso estado de nuestras finanzas y el peso enorme de la deuda, piedra atada al cuello de nuestros pueblos. Una y otra vez se ha denunciado la corrupción, la venalidad, el enjuague, el chanchullo y el estraperlo (¡cuántos nombres!) como males endémicos de la administración pública en América Latina. Incluso algunos críticos atribuyen estos vicios a una suerte de inmoralidad consubstancial a la condición de latinoamericano. Muy pocos han reparado que estas prácticascorrientes en las cortes europeas en los siglos XVI, XVII y XVIII son supervivencias, rasgos premodernos que todavía desfiguran a nuestras sociedades. Son una excrecencia de los regímenes personalistas, cualquiera que sea su filiación ideológica, trátese del monarca por derecho divino, del presidente populista o del líder revolucionario que gobierna en nombre de unipartido que se ostenta como vanguardia del proletariado. Los vicios tradicionales del patrimonialismo la corrupción, los favoritismos, la arbitrariedad se han combinado, en la segunda mitad del siglo XX, con dos supersticiones seudomodernas: el estatismo y el populismo . El estatismo pretende corregir los excesos y fallas del mercado pero no ha logrado sino paralizar a nuestras economías, hundidas bajo el peso de enormes, incompetentes y ávidas burocracias. El populismo ha derrochado el tesoro público y ha empobrecido a aquellos que intentaba beneficiar y proteger: los desposeídos. El estatismo latinoamericano ha sido el resultado de una mecánica y casi siempre infiel interpretación de algunos ideas económicas en boga antes de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, las de Keynes, que fueron diseñadas como remedios de urgencia y que tenían por propósitos no dirigir al mercado sino justamente lo contrario: devolverle su dinamismo. En realidad, a pesar de sus afeites modernos, el estatismo latinoamericano no ha sido sino la resurrección del viejo patrimonialismo colonial. Desenmascararlo es parte de esa gran tarea de higiene política que han emprendido algunos latinoamericanos. Fantasía Castrista Las dictaduras latinoamericanas han sido siempre regímenes de excepción. Quiero decir:se han presentado como sistemas transitorios de gobierno, frente a una situación de emergencia y destinados a desaparecer apenas se restablezca la normalidad. Esta actitud de los dictadores, a veces explícita y otras implícita, confirma que la legitimidad histórica de nuestros sistemas de gobierno, desaparecida la monarquía española, ha sido la democracia representativa, republicana. Este sistema ha tenido variantes que registra la historia pero, fundamentalmente, ha sido el mismo desde la independencia. Por supuesto, las desviaciones, las violaciones y las deformaciones han sido frecuentes y numerosas. Pero han sido eso: infracciones y, en consecuencia confirmaciones de la regla general. La verdadera excepción ha sido el régimen cubano: No se presenta como un régimen transitorio de excepción, como las dictaduras militares de nuestro continente. Frente a los regímenes fundados en la democracia, la división de poderes y un sistema de garantías individuales, afirma una legitimidad de orden distinto: no la que consagra una elección popular sino la de un movimiento revolucionario que toma el poder en nombre del proletariado. Fidel Castro gobierna en nombre del partido que es la vanguardia de la clase universal que encarna en nuestro Tiempo el movimiento histórico. Castro gobierna en nombre de la historia. Fantasía ideológica que, a pesar de su crudo simplismo, sedujo a muchos y, entre ellos, a no pocos intelectuales latinoamericanos. Fantasía que hoy la historia barre y deshace como el viento a un poco de niebla que obstruye el horizonte. Libertad y Desarrollo Asistimos ahora a la quiebra de la última ideología con pretensiones absolutistas. En 1917 los líderes bolcheviques prometieron enterrar a la democracia representativa, que les parecía una fachada de la opresión capitalista y de la agresión imperialista. Ahora presenciamos el entierro de su ideología. Los enterradores no son sus rivales de Occidente sino sus descendentes y sus víctimas; los pueblos soviéticos y de la Europa Central. En América Latina vivimos también al ocaso de lasdictaduras militares. Primero fue en Argentina, Brasil y Uruguay. Más tarde, el general Pinochet se ha visto obligado a dejar el poder después de unas elecciones democráticas libres. En la pequeña Nicaragua un grupo de revolucionarios había confiscado la revolución popular que derrocó al tirano Somoza y se propuso establecer un régimen afín al de Cuba. Ahora, otra vez en elecciones libres, el pueblo ha elegido a un candidato de la oposición democrática. Violeta Chamorro. En México se han dado avances hacia el pluralismo democrático: debemos insistir para que la transición pacífica hacia una democracia moderna prosiga y se acelere. En suma, con algunas excepciones la más notable y flagrante es la de Cuba nuestra América comienza a ser un continente de pueblos libres. Es verdad que la pobreza nos ahoga pero ahora sabemos que la libertad aunque no es una panacea universal, como el bálsamo de Flerabrás para Don Quijote es un camino hacia la prosperidad. El desarrollo económico no se realiza por decreto de un César revolucionario ayudado por una policía poderosa y un tribunal de inquisidores; la economía es un campo, como la política y la cultura, en donde se despliega libremente la inteligencia, el esfuerzo y la voluntad de los hombres. Despotismo Latino « El despotismo y la tiranía frecuente de los países de Sud-América, no residen en el déspota y en el tirano, sino en la máquina o construcción mecánica del Estado, por la cual todo el poder de sus individuos, refundido y condensado, cede en provecho de su Gobierno y del círculo personal que personifican a Estado por la maquinaria del Estado mismo.» Juan Bautista Alberdi, «La Omnipotencia del Estado», 1880 El Centro de Estudios Económico-Sociales, CEES, fue fundado en 1959. Es una entidad privada, cultural y académica , cuyos fines son sin afan de lucro, apoliticos y no religiosos. Con sus publicaciones contribuye al estudio de los problemas económicosociales y de sus soluciones, y a difundir la filosofia de la libertad. Apto. Postal 652, Guatemala, Guatemala correo electrónico: [email protected] http://www.cees.org.gt Permitida su Reproducción educativos y citando la fuente. con fines