6 TRANSPORTE XXI - 1 DE MARZO DE 2015 OPINIÓN REVOLERA SAL GORDA Los gobiernos han decidido esmerarse en el diseño de nuevas trabas al transporte por carretera europeo Ramón Valdivia Buscar culpables C omo ya me temía en la anterior “Revolera”, el contagio se extiende por Europa y tiene tintes de convertirse en una competición. Las administraciones estatales han decidido esmerarse en el diseño de nuevas trabas al transporte por carretera europeo. Apenas seis semanas después de la entrada en vigor del ya famoso “Mindestlohn”, con toda su carga burocrática y su espoleta de efecto retardado, los franceses, enmienda en ristre, se lanzan a establecer el suyo propio. Por supuesto, quieren superar a sus vecinos, tras las peripecias de su anterior tentativa proteccionista sobre el descanso semanal de los conductores. Los fines perseguidos parecen ser los mismos, la lucha contra el llamado “dumping social”; la “coartada” también: la normativa europea sobre trabajadores desplazados. Bueno, pues ni así se han coordinado para lanzar una sola norma y a la vez. Cada uno compite por agradar a sus votantes, sin importarles dejar de lado el bien común. Mientras tanto, nuestro Gobierno parece no querer enterarse del daño que se está fraguando contra nuestras empresas, es decir contra la economía española. No se le escucha el menor reproche contra estas medidas proteccionistas, pese a que el transporte internacional español representa más de la tercera parte del sector en nuestro país (tm/km). Pero eso sí, nos anuncian “restricciones perpetuas” en más de 1.300 kilómetros de carreteras forzando el paso por los peajes. Justo lo contrario de lo prometido en la casi olvidada “Estrategia Logística”. En el fondo, la “lógica” parece ser la misma: encontrar a quién culpar por los propios errores. Si los lastres de todo tipo que hago recaer, como gobernante, sobre las empresas de mi país les ahogan hasta hacerles imposible competir en el mercado internacional, no hay problema: culpo a los extranjeros y les acuso de “dumping social”. Si mis decisiones de invertir en AVE y autopistas de peaje un año tras otro nos llevan a tener aún “puntos negros” y “cuellos de botella”, en lugar de invertir en dotar a las carreteras de la necesaria capacidad y seguridad, pues culpo a los transportistas y conquisto el aplauso de todos al prohibir circular a los “malvados” camiones por ciertas carreteras. Sin vehículos no hay atascos. Elemental. [email protected] CASO PRÁCTICO Manuel Morón, presidente del puerto de Algeciras, no desaprovechó su intervención en la jornada sobre transporte organizada por la Fundación Transpirenaica en Madrid para lamentar que en “altas instancias” de Fomento se siga manteniendo esa teoría “que tanto daño hace” de que Algeciras “debe ser un puerto de tránsito, mientras que el import-export debe seguir haciéndose por Valencia y Barcelona”. Morón recordó que “los 176 kilómetros del tramo Algeciras-Bobadilla siguen contando con una sola vía y con las prestaciones técnicas más bajas de toda la red estatal”, lo que calificó de “insólito”. En presencia del presidente del puerto de Valencia, Rafael Aznar, entre otros, Morón se quejó de la amenaza que supone que los grandes buques que tienen contenedores de import-export se trasladen a Sines, “que ya está planeando la conexión por ferrocarril con Madrid en colaboración con nuestro propio Gobierno”. La andanada de Morón era previsible para José Llorca, presidente de Puertos del Estado, como ya había demostrado al recordar en su presentación que el Gobierno español apuesta por la línea BobadillaAlgeciras. Pareció a todos los presentes, no obstante, que la mella fue mayor de la prevista, puesto que Llorca se apresuró a “desmentir a Manuel”. Visiblemente molesto, aseveró que “el Gobierno no está patrocinando a Sines en lugar de Algeciras”, aunque admitió que “hay que tener una visión más peninsular”. Finalmente, sacó a colación los fondos de accesibilidad para señalar que “los excedentes están para ser utilizados para mejorar la competitividad” y apeló a su condición de presidente de los puertos españoles para cerrar abruptamente un debate que todos sabemos que continuará. Casius TOP LOGÍSTICA Hay un nexo en común entre las personas que trabajamos en logística: la práctica de la profesión, su inmediatez y relevancia. Puede que muchos profesionales lleguen por casualidadal sector, pero hay muchos menos que deseen salir una vez dentro Los ‘Logísticos’ H ay médicos, fontaneros, abogados, electricistas, pero... ¿Hay logísticos? Si nos atenemos a titulaciones o cualificaciones oficiales tendríamos que concluir que muy pocos. La Universidad Camilo José Cela, alguna escuela de negocios y algún instituto de formación profesional son las instituciones pioneras en ofrecer formación logística oficial en España. Hasta hace pocos años, sólo algunos privilegiados que habían estudiado en Cranfield o en Chicago podían presumir de una titulación logística específica. Afortunadamente, en breve habrá más oportunidades para poder tener una formación logística como tal a todos los niveles profesionales y así estar convenientemente formado para desarrollar cualquiera de los puestos de la cadena de suministro. Actualmente existen iniciativas, que están a punto de dar a luz, y que pueden significar un desarrollo importante en este ámbito. Pero siguiendo con el razonamiento de si “hay logísticos”, en el pasado, la mayoría de las personas que trabajaban en logística habían llegado a ella de rebote desde otros departamentos. Probablemente, lo que más abundaba eran personas que habían accedido a la logística desde posiciones de administración comercial o desde áreas industriales. Esto era así porque en contadas empresas existía un área logística y las únicas funciones desarrolladas en el ámbito de ésta eran las de almacenamiento y/o transporte que se enmarcaban en otras áreas de la compañía. En los últimos años, la función ha tenido un desarrollo importante y la mayor parte de las compañías han separado la función logística y la de cadena de suministro, dándolas una mayor relevancia, buscando generar ventajas competitivas para el negocio y ahorros tan necesarios en época de crisis. Esta separación ha venido acompañada de un mayor interés, por parte de las compañías, en formar a estos equipos para poder extraer de ellos todo su potencial. En cualquier caso, hay un nexo en común entre las personas que trabajamos en logística y por el que nos consideramos “Logísticos” a nosotros mismos. Y este nexo es la práctica de la profesión, su inmediatez y su relevancia. Puede que muchos profesionales lleguen por casualidad a la logística, pero hay muchos menos que deseen salir una vez dentro. Y es que trabajar en logística genera mucha adrenalina y ya se sabe que ésta engancha. FELOG (Foro Logístico de Caleruega) Blog: felogdecaleruega.com No es lo mismo contratar un transporte que el uso de un barco para el transporte, es un riesgo distinto y requiere un seguro distinto Juan I. Beitia Seguros L os operadores logísticos y transitarios contratan en ocasiones la utilización de un buque, al igual que lo hacen para cargas tipo o contenedores, sin caer en la cuenta de que es un riego distinto. Se dirigen a la naviera por cuenta de su cliente, y la naviera o armador entiende, en principio, que el operador interviene efectivamente por cuenta y con el consentimiento del cliente, dando por bueno que el fletador es el cargador. La fórmula habitualmente empleada es remitirse a un modelo de póliza de fletamento como la Gencon o a través de un Booking Note, bajo un condicionado tipo de fletamento que utiliza la naviera. En un caso, un operador logístico contrató el transporte de una serie de escaleras mecánicas desde origen a destino por un precio alzado, encargándose de todo el tránsito desde el puerto de origen hasta el punto final de destino, incluida la carga y descarga. Durante el tránsito marítimo, una escalera cayó al agua y otra quedó seriamente dañada, dando lugar a una queja del armador que reclamaba demoras, paralizaciones y los gastos de arribada para adecuar de nuevo el buque a condiciones de navegabilidad. Sin entrar en la causas del incidente, ni en el culpable efectivo de que se produjeran daños, el operador logístico tenía dos frente abiertos. De un lado, frente a su cliente cargador, y de otro, frente a la naviera. La discusión es delicada y compleja y no tenía seguro para cubrir los casos en que opera y contrata un buque para realizar un transporte. Había contratado con el armador por cuenta de su cliente el cargador, pero la verdad es que su cliente cargador no sabía nada de los arreglos ni de las condiciones del fletamento. De hecho, cuando se redactó el contrato de fletamento y se lo presentó a su cliente para la firma, contestó que él no había hecho ese contrato, sino que había contratado con el operador por un precio alzado. El armador no insistió frente al cargador, porque no tenía sentido, y el operador tuvo que afrontar el problema con el armador en solitario. A partir de este caso cayó en la cuenta de que no es lo mismo contratar un transporte que contratar el uso de un barco para el transporte, es un riesgo distinto y requiere un seguro también distinto. [email protected]