QUE IMPORTANTE ES SER AUDITOR PÚBLICO Y COMO

Anuncio
QUE IMPORTANTE ES SER AUDITOR PÚBLICO
Y COMO COLABORO CON MI PAIS
Por: Lic. Virgilio Siles Elizondo. Coordinador
Área de Auditoría Seguridad Ciudadana
Auditoría General Ministerio de Seguridad Pública
El mundo es cada vez más pequeño. Entendiendo esta pequeñez no desde el punto de vista
geográfico, sino desde el punto de vista tecnológico y telecomunicaciones. No obstante,
existen regiones que por su propia idiosincrasia, les ha costado propiciar una integración.
Hablo de integración, desde lo económico hasta lo social. La región a la cual me refiero es la
región de Centroamérica.
Esta falta de integración, que hasta la fecha no se ha podido lograr, es producto y secuela
directa de esa falta de planificación estratégica y ejecución de las políticas públicas de
desarrollo económico y social en la región.
Los centroamericanos hemos escrito la historia como “islas independientes”. Criticándose los
unos a los otros. Los escándalos se suceden en toda esta región y parece haberse
convertido el escándalo político, financiero y social en el “leit motiv” de las personas que
ostentan el poder, no con fines de proyección social, sino con fines de lucro particular.
Sin embargo, la luz parece salir al final del túnel y en los últimos veinte años, esta convulsa
región parece iniciar un cambio. Quizás producto de la presión existente en el mundo, en
donde los pueblos se integran, o desaparecen. El mundo opera en bloques. Centroamérica
debe operar igualmente en bloque. El problema se presenta cuando los intereses
particulares son superiores a los intereses nacionales y al bien común de Tomás de Aquino.
Recuérdese que el que no cambia con el cambio, el cambio lo cambia.
Las políticas públicas de desarrollo económico y social de Centroamérica han avanzado en
estas dos últimas décadas, pero no como bloque centroamericano, sino en cada nación en
forma independiente. Las guerrillas imperantes en los restantes países a excepción de Costa
Rica, representaron un flagelo en contra de esas políticas, pero el mismo hecho de haberse
firmado el Plan de Paz del hoy ex presidente de Costa Rica, Dr. Oscar Arias, permitió no solo
consolidar la ansiada paz, requisito sine quo nom para el desarrollo de las políticas públicas
y sociales, sino que permitieron a partir de ahí, un mejor y más acelerado desarrollo en las
políticas mencionadas.
De esta suerte, se puede prácticamente hablar en el caso particular de América Central de
un antes y un después de la firma de ese Plan de Paz. Sin embargo, lo que ha faltado ha
sido la voluntad política y social de los gobernantes y gobernados de esas naciones, para
poder hacer realidad el desarrollo económico y social, aunado a unas políticas públicas
realistas, efectivas y concretas.
El sector público como tal, tiene una enorme responsabilidad social. Sobre sus hombros
radica la eficacia, la eficiencia y economía en la implantación y desarrollo de las políticas
públicas, que desembocaron en el mejoramiento del nivel de vida y la economía de cada
país de la región.
Se ha hablado mucho de privatizar el sector público. No obstante soy del criterio que en el
presente como en el pasado, la solución no está en la privatización del sector público. La
solución está en darle las “armas” para que mejore su rendimiento. Armas tecnológicas,
armas en capacitación, armas en presupuesto, armas en ética. De nada vale o al menos muy
poco, si se cambian las estructuras y no se han cambiado a las personas que lideran esas
estructuras. Sería para-fraseando la Biblia, como verter vino en recipientes viejos. Antes de
cambiar las estructuras hay que cambiar a las personas que están en ellas. Y ese cambio
solo se dará, si las personas toman conciencia de su enorme responsabilidad al trabajar en
el sector público.
Acciones concretas, cambiar las personas para que estas cambien las estructuras, aunque
muchas de esas estructuras ya se están cayendo por sí mismas. Acción concreta, capacitar
a la población al giro del acontecer mundial. Acción concreta, educar a la población con
políticas educativas de avanzada y modernas, que permitan ser la base de las políticas de
desarrollo y sociales. Acción concreta, despertar al pueblo” de su letargo de un “papá
Estado” inoperante; porque se hace esto o tendremos que repetir lo que decía Carlos Marx,
que la religión es el opio de pueblos, aunado a lo que expresa nuestro expresidente José
Figueres, cuando decía “que el pueblo costarricense está domesticado” y más aún, cuando
afirmaba: (…) “para que tractores sin violines”.
Nos enfrentamos a enormes retos, y el sector público no está preparado para esos retos.
Pero no podemos sentarnos a llorar sobre una roca, como decía nuestro poeta Jorge
Debravo, mientras el país va hacia la muerte. Es necesario tomar decisiones, pero no
dormirse en los laureles mientras se toman esas decisiones. Es necesario tomar esas
decisiones pero tomarlas ya y que sean acertadas. El sector público debe modernizarse para
ser competitivo.
El sector público debe y está en la obligación y responsabilidad de generar el cambio para
ser competitivo frente a una globalización que nos inunda, absorbe y ahoga. El nombre del
juego en el momento actual, es innovación y competitividad . Esta competitividad e
innovación, no solo es atenencia del sector privado, sino también del sector público.
Necesitamos ser más competitivos, más eficientes, más eficaces para producir riqueza y
mejorar el nivel de vida y la economía del país. Competitividad pero con controles
administrativos y públicos, pero estos controles deben ser facilitadores no obstaculizadores
del desarrollo y del quehacer público, para no caer en una anquilosada burocracia.
Nadie da lo que no tiene. Puedo tener buena voluntad de querer mejorar las cosas, pero si
no tengo el conocimiento de cómo hacerlo, me quedaré solo con las buenas intenciones y
eso, en el momento actual ya no basta. Se necesita querer mejorar, se necesita desear
cambiar las cosas, se necesita propiciar el cambio, pero quien o quienes hagan o hagamos
eso, debemos estar intelectualmente bien formados para respaldar con hechos no solo con
palabras, nuestras acciones.
Los romanos decían “res nom verba” (hechos no palabras) , ya no basta con dar buenos
discursos que solo convencen a los ignorantes. Hoy por hoy, las palabras convencen pero
los hechos arrastran y se requiere con urgencia arrastrar al sector público a la playa del amor
propio para hacer bien las cosas y parte de eso, es la formación en ese campo específico.
Es un camino que no es fácil, pero pienso a que a ninguno de los actuales funcionarios
públicos, se les colocó un arma en la cabeza para que aceptaran su cargo en el sector, de tal
forma que si estamos aquí, no es para dejarnos llevar y envolver por el sistema, sino para
generar el cambio, aunque eso implique muchas veces ser “un pavo real entre pingüinos”
Quiero generar el cambio en el metro cuadrado en el cual esté. Quiero estar capacitado para
ese cambio. Quiero sentirme orgulloso del sector en el cual decidí laborar y seguir dando lo
mejor de mis competencias en el desarrollo de mis funciones, para aportar en algo al
desarrollo económico, político y social de mi país. Quiero seguir siendo funcionario público,
pero perteneciente a una nueva generación, la generación de aquellos que consideran que el
funcionario público debe hacer su labor con mentalidad de empresa privada, en lo que ha
competitividad, innovación, eficiencia y eficacia se refiere.
Descargar