Diarrea aguda - Elsevier Instituciones

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Sección III
18
Diarrea aguda
L. Bujanda Fernández de Piérola y J. Barrio Andrés
201
DEFINICIÓN
De manera arbitraria se ha establecido la definición de diarrea aguda cuando se producen más de 3 deposiciones al día de consistencia disminuida y con una duración inferior a
3-4 semanas. El término disentería se utiliza cuando hay presencia de sangre en las heces
e indica la presencia de un microorganismo enteropatógeno que invade la mucosa intestinal. En este caso, habitualmente se asocia con fiebre elevada y dolor abdominal intenso.
La diarrea persistente se define cuando dura más de 10 días. La diarrea aguda no debe
confundirse con la seudodiarrea o falsa diarrea que se produce por impactación fecal en el
recto ni con la incontinencia fecal o paso involuntario de las heces (sólidas o líquidas) por
el conducto anal.
ETIOLOGÍA
Las causas más frecuentes de diarrea aguda son las infecciones (virus, bacterias y parásitos) y los fármacos (tabla 18-1). Los norovirus son la causa más frecuente de diarreas
agudas en los adultos, tanto en casos esporádicos como en brotes que se producen con
mayor frecuencia en el contexto de residencias, hospitales o restaurantes. Algunas veces la
diarrea es la primera manifestación de una enfermedad crónica.
Además es importante la anamnesis del paciente con diarrea debido a que la etiología varía de forma notable según las manifestaciones clínicas (tabla 18-2) y las características epidemiológicas. Por ejemplo, el agente causal será distinto en un niño que
acude a una guardería, una persona que viaja a un país tropical, un paciente con sida
o una persona hospitalizada. Las personas que reciben tratamiento con inhibidores de
la bomba de protones también son más propensas a desarrollar diarrea aguda por la
aclorhidria.
La infección por Salmonella puede dar lugar a numerosas formas clínicas. Así puede
manifestarse en forma de gastroenteritis (75% de las presentaciones), bacteriemia (10%),
fiebre tifoidea o entérica (8%), infección ósea, articular o de otros órganos (5%). Los portadores asintomáticos son aquellos que tienen un coprocultivo positivo un año tras la infección por Salmonella, siendo el reservorio la vesícula biliar (2%).
En los pacientes con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), además de las causas habituales de diarrea aguda, los 2 factores que determinan la etiología de la diarrea
son el grado de inmunosupresión y la adherencia al tratamiento antirretroviral.
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III. Intestino
Tabla 18-1 Principales causas de diarrea aguda
Infecciones
Virus
Norovirus (virus de Norwalk), rotavirus, adenovirus, astrovirus, citomegalovirus
Bacterias
Productoras de toxinas (p. ej., Escherichia coli, Vibrio cholerae, estafilococo,
Bacillus cereus)
Invasoras (p. ej., E. coli invasiva, Shigella, Salmonella, Yersinia, Campylobacter,
Clostridium difficile)
Parásitos
Por ejemplo, Giardia lamblia, Cryptosporidium, Entamoeba histolytica
Hongos
Por ejemplo, Candida albicans, Histoplasma
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Fármacos
Antibióticos, laxantes, procinéticos, prostaglandinas, antiácidos, digital, diuréticos, colchicina,
tiroxina, agentes colinérgicos, quinidina, propanolol, guanetidina, ácido quenodesoxicólico,
colestiramina, salazopirina
Otras causas
Colitis isquémica
Primer brote de una enfermedad inflamatoria intestinal
Alergias alimentarias
Inicio de una enfermedad crónica (síndrome del intestino irritable, colitis microscópica,
enfermedad celiaca, sobrecrecimiento bacteriano, hipertiroidismo, etc.)
Tabla 18-2 Situaciones clínicas y epidemiológicas que orientan
al microorganismo responsable de la diarrea
Situación clínica
Etiología probable
Ileítis aguda
Artritis y/o erupciones cutáneas
Salmonella, Shigella, Yersinia, Aeromonas
Yersinia enterocolitica, Shigella, Campylobacter
Síntomas neurológicos (boca seca, diplopía, visión borrosa, disartria,
disfonía, disfagia, parálisis
descendente simétrica, etc.)
Botulismo
Disentería
E. coli enteroinvasivo, E. coli enteropatógeno,
Shigella, Salmonella, Campylobacter, Yersinia, Clostridium
difficile, Mycobacterium tuberculosis, Citomegalovirus,
Entamoeba histolytica, Balantadium coli, Schistosoma
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Viajes a países tropicales
Entamoeba histolytica
Pacientes inmunodeprimidos
Cryptosporidium, Microsporidium, Cyclospora, Isospora,
Mycobacterium avium complex, Citomegalovirus, Giardia
Brotes en residencias, hospitales, etc.
Norovirus (virus de Norwalk)
Diarrea tras alta hospitalaria (< 3 días)
Clostridium difficile
Más de 7 días de duración
Giardia, Cryptosporidium Cyclospora, Isospora belli
Síndrome urémico-hemolítico, trombocitopenia
E. coli enterohemorrágico, Shigella
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Diarrea aguda
GRAVEDAD DE LA DIARREA
Los criterios de gravedad sirven para establecer pautas de actuación de forma precoz.
Así, se puede clasificar la diarrea en:
– Leve: el número de deposiciones es < 8, hay escaso dolor abdominal, no hay signos de
deshidratación y la temperatura es < 38,5 ºC.
– Moderada-grave: la duración es superior a 5 días, la temperatura es > 38,5 ºC, hay
sangre en las deposiciones, existe deshidratación (pérdida de peso > 5%), la edad es
superior a 80 años o el dolor abdominal es intenso.
Hay factores dependientes del huésped que a igual gravedad empeoran el pronóstico
y que por lo tanto convierten a una diarrea en moderada-grave, como son: la presencia
de inmunodepresión (pacientes con VIH, sometidos a trasplante, con cáncer avanzado
o recidivas, en tratamiento con inmunosupresores, con enfermedades autoinmunes o
enfermedades hematológicas como linfomas, etc.) o de enfermedades crónicas graves
(hepatopatía crónica descompensada, insuficiencia renal crónica, insuficiencia cardíaca
y/o respiratoria que ocasiona limitación de la actividad física, enfermedad inflamatoria
intestinal, etc.).
Entre los signos o síntomas que pueden orientar acerca de la presencia de deshidratación están: sequedad de piel y mucosas (boca seca, ojos hundidos, signo del pliegueretracción lento), intranquilidad e irritabilidad, diuresis escasa y orina concentrada (muy
oscura). En casos graves el paciente esta letárgico-inconsciente, es incapaz de beber, y los
anteriores signos se hacen más evidentes.
En la mayor parte de casos de diarrea aguda, afortunadamente, el cuadro clínico se
autolimita en unos pocos días sin tratamiento específico. Los ensayos clínicos que utilizan
placebo en el tratamiento de la diarrea aguda demuestran que la duración en más de un
90% de los casos es inferior a 3 días.
203
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
La historia clínica será fundamental para averiguar si se trata de una falsa o de una
verdadera diarrea; los factores predisponentes orientan a una determinada etiología y permiten valorar su gravedad.
En los pacientes con diarrea aguda moderada-grave y en pacientes hospitalizados se
solicitará una analítica que incluya iones y creatinina, así como un hemograma. Además en
estos casos se deberá solicitar un coprocultivo para averiguar la causa de la diarrea independientemente de que se inicie o no un tratamiento antibiótico. Sin embargo, el porcentaje
de coprocultivos positivos es inferior al 10%. Las principales bacterias que se aíslan son
Salmonella (55%) y Campylobacter (35%). Además, en los pacientes hospitalizados se solicitará la detección de la toxina de Clostridium difficile en las heces o en personas que hayan
sido tratadas previamente con antibióticos. A pesar de que la determinación de leucocitos
en heces figura en todos los tratados de medicina, su aplicación práctica en nuestro medio
es prácticamente nula. La radiografía simple de abdomen se pedirá cuando en la exploración física aparecen signos de irritación peritoneal o dolor abdominal muy intenso para
descartar perforación intestinal, megacolon o neumatosis.
Si a pesar de las exploraciones anteriores y del tratamiento, la diarrea persiste se deberá
plantear la realización de una analítica general más completa que incluya hormonas tiroi-
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III. Intestino
deas, proteína C reactiva y un perfil hepático. Además se solicitará estudio de parásitos en
heces y, en caso de que persista, una sigmoidoscopia o colonoscopia.
CRITERIOS DE INGRESO HOSPITALARIO
Entre los criterios de ingreso hospitalario cabe mencionar:
204
– Intolerancia a los líquidos por vómitos que no ceden a pesar del tratamiento antiemético.
– Diarrea aguda con alteración analítica o signos de complicaciones en las pruebas complementarias.
– Diarrea aguda con pérdida de peso > 5% o signos físicos de deshidratación grave.
– Diarrea aguda moderada-grave que no mejora en 2-3 días a pesar de llevar a cabo un
tratamiento adecuado.
En otros casos dudosos el criterio del médico decidirá si es necesario el ingreso hospitalario según la situación clínica del paciente y de su entorno (p. ej., en ancianos que no
mejoran en 2-3 días a pesar de seguir un tratamiento adecuado o cuando la diarrea persiste durante más de 5 días).
TRATAMIENTO
Uno de los objetivos principales de la diarrea aguda es la reposición de líquidos y electrolitos (fig. 18-1). Siempre que se pueda se realizará por vía oral, a no ser que la diarrea
sea grave, precisando fluidoterapia intravenosa. En los pacientes que presenten vómitos
persistentes se intentará un tratamiento previo con antieméticos por vía oral, rectal o intramuscular como metoclorpropamida (oral o intramuscular), supositorios de domperidona o
de tietilperazina. En los últimos años se ha podido observar que una sola dosis de ondansetrón por vía oral es eficaz en los vómitos por gastroenteritis aguda en niños.
La reposición de líquidos y electrolitos se basa en la solución de la OMS (2,9 g de cloruro
potásico, 3,5 g de cloruro sódico, 2,5 g de bicarbonato sódico y 20 g de glucosa por litro).
La fórmula estaba calculada para una pérdida alta de sodio (90 mEq/l de sodio) por lo que
en estos momentos se aconsejan soluciones con menos cantidad de este ión y menor
osmolaridad (< 250 mOsm/kg). En el año 2002 la propia OMS aprueba el uso de una solución con más baja concentración de sodio (75 mEq/l de sodio) y una osmolaridad de 245
mOsm/kg para evitar el riesgo de hipernatremia. Existen muchos preparados comerciales
que tienen esta composición. También la conocida como “limonada alcalina” puede prepararse en el domicilio con una composición similar. En un litro de agua se diluyen 2 cucharadas soperas de azúcar (4 sobres de azúcar de 10 g), la “punta de un cuchillo” de sal (1,8
g o 1,5 ml de sal fina), la “punta de un cuchillo” de bicarbonato (1,5 ml de bicarbonato
sódico) y el zumo de 2 limones (50 ml). La sal y el bicarbonato se pueden medir sacando
el émbolo de una jeringa desechable de 5 ml. Con esta receta la limonada contiene unos
50 mEq de sodio y una osmolaridad dentro del rango establecido, sin embargo siempre
que sea posible se utilizarán soluciones de rehidratación comerciales debido a que pueden
existir errores en su preparación. Los refrescos comerciales o zumos también pueden ser
útiles para realizar la reposición hidroelectrolítica en caso de diarreas leves, pero no en el
caso de diarreas moderadas o graves ya que contienen un aporte excesivo de azúcares y
una osmolaridad muy alta (tabla 18-3).
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Diarrea aguda
Paciente con diarrea agua
Rehidratación oral
+ antiperistálticos
± antieméticos
No
¿Tiene una diarrea
moderada-grave?
Sí
Sí
No
¿Curación en menos
de 5 días?
Rehidratación intravenosa
± antibiótico empírico
Sí
Analítica básica
y un coprocultivo
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¿Tiene criterios
de ingreso
hospitalario?
No
Control
clínico
Sí
¿Mejoría o curación en
menos de 2-3 días?
Rehidratación oral
± antibiótico empírico
No
Ampliar estudio (analítica, toxina
Clostridium, parásitos en las heces,
radiografía de abdomen,
sigmoidoscopia-colonoscopia)
¿Mejoría o curación
en menos de 2-3 días?
Sí
Control
clínico
No
Ingreso hospitalario
Ampliar estudio (analítica,
parásitos en las heces, radiografía de abdomen,
sigmoidoscopia-colonoscopia)
Figura 18-1. Algoritmo diagnóstico y terapéutico de la diarrea aguda.
En las primeras 24-48 h tras el inicio de la diarrea, la dieta debe ser líquida para ir reintroduciendo progresivamente la dieta sólida en pequeñas cantidades. Se puede comenzar con
agua de arroz y yogures, para continuar con arroz, jamón cocido, carne de pollo o pescado
blanco al vapor, patata y manzana cocida, pan tostado, queso fresco, etc. Posteriormente
se puede preparar alimentos a la plancha, y por último, alimentos con fibra (legumbres,
verduras, ensaladas y frutas en general), grasas y frituras, leche, mermeladas, cacao, estimulantes tipo café o bebidas gasificadas.
Para el tratamiento sintomático de la diarrea se utilizan agentes antidiarreicos como
loperamida y racecadotrilo. Están indicados en caso de diarreas leves. Loperamida es un
opiáceo que actúa sobre los receptores μ-opiáceos en el plexo mientérico del intestino
grueso y la dosis habitual para adultos es de 4 mg al inicio y, posteriormente, 2 mg tras
cada deposición hasta un máximo de 16 mg al día. Racecadotrilo es un inhibidor selectivo
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Tabla 18-3 Composición de las diferentes soluciones utilizadas para
rehidratación
Preparado
comercial
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OMS
ESPGHAN*
Sueroral®
Sueroral hiposódico®*
Bebesales®*
Isotonar®*
Miltirna Electrolit®*
OralSuero®*
GES 45®
Citorsal®*
Aquarius®, Gatorade®, Isostar®
Refrescos de cola
Zumos de frutas
Nestea®, Radical®, Lipton®
Refrescos de limón-naranja
Gaseosas
Sodio Potasio Cloro Base Glucosa Osmolaridad
(mEq/l) (mEq/l)(mEq/l)
(g/l)
(mOsm/kg)
90
60
90
50
50
60
60
60
48
50
10-20
4
< 20
< 10
< 10
< 10
20
80
30
110
20
60
10
100
20
80
30
110
20
40
30
110
20
50
20
110
25
50
28
80
20
50
10
90
20
38
14
80
24
26
18
110
20
30
35
50
1-5
3
45
0,1
13
100-150
> 15
< 5
< 5
< 2
0
310
225
310
251
251
250
230
212
298
ND
> 300
550
600-700
> 300
> 500
< 20
*Soluciones más recomendables por su osmolaridad y concentración de sodio y azúcar. ND: no disponible.
de las encefalinasas y la dosis para adultos es de 100 mg cada 8 h. Existen varios ensayos
clínicos controlados en niños ingresados, con edades comprendidas entre los 3 meses y
los 5 años, en los que se demuestra que racecadotrilo disminuye la duración de la diarrea
frente a placebo y que su eficacia es similar a la de loperamida en adultos. Con estos fármacos, la diarrea se acorta entre 1 y 2 días. Otro fármaco antidiarreico muy utilizado en
niños es la gelatina, que actúa como absorbente intestinal y cuya dosis en niños es de 250
mg cada 6-8 h.
Antibióticos
Más del 90% de las diarreas agudas son autolimitadas por lo que no se aconseja tratamiento antibiótico empírico. El tratamiento con antibióticos de forma empírica estaría indicado en pacientes con diarrea moderada-grave. El tratamiento de elección es ciprofloxacino
y, como alternativa, cotrimoxazol. Las quinolonas son efectivas contra una gran variedad
de patógenos bacterianos como Shigella, Salmonella, Yersinia y Aeromonas. Cuando el tratamiento antibiótico es correcto acorta la duración entre 1 y 3 días, mejorando de forma
rápida los síntomas acompañantes (fiebre, tenesmo y la excreción de microorganismos).
Campylobacter jejuni es una de las bacterias que se encuentra con mayor frecuencia en los
coprocultivos y que presenta una resistencia > 85% a ciprofloxacino y < 2% a eritromicinaazitromicina.
Debido a que se puede favorecer el aumento de portadores crónicos y a la mayor probabilidad de recurrencia, la gastroenteritis por Salmonella sólo se trata en personas inmunodeprimidas, de edad avanzada, con enfermedades asociadas graves o con diarrea grave.
En el caso de un paciente con diarrea grave y coprocultivo positivo se elegirá el antibiótico adecuado según el microorganismo aislado (tabla 18-4).
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Diarrea aguda
Tabla 18-4 Tratamiento de la diarrea aguda según el microorganismo aislado
Microorganismo
Primera elección
Alternativa
Salmonella
Escherichia coli enteropatógeno
E. coli enteroinvasivo
Shigella
Entamoeba histolytica
Giardia lamblia
Yersinia enterocolitica
Campylobacter yeyuni
Vibrio parahemoliticus
Citomegalovirus
Cryptosporidium
Microsporidium Isospora belli
Aeromonas
Vibrio cholerae
Cyclospora Ciprofloxacino
Ciprofloxacino
Ciprofloxacino
Ciprofloxacino
Metronidazol + yodoquinol
Metronidazol o tinidazol
Ciprofloxacino
Eritromicina o azitromicina
Ciprofloxacino
Gamciclovir o vangaciclovir
Nitazoxanida
Albendazol
Cotrimoxazol
Ciprofloxacino
Doxiciclina o tetraciclinas
Cotrimoxazol
Cotrimoxazol
Cotrimoxazol
Cotrimoxazol
Paraneomicina
Albendazol
Ceftriaxona
Doxiciclina o tetraciclinas
207
Cotrimoxazol
En los niños, el uso de probióticos puede acortar la duración y la gravedad de la diarrea.
PREVENCIÓN
Tanto las personas que presenten diarrea aguda como las que estén en contacto con
ellas deben extremar las medidas higiénicas para evitar el contagio. Es fundamental lavarse las manos frecuentemente con jabón o un desinfectante adecuado, realizar la limpieza
de las superficies con lejía y es aconsejable que no se manipulen alimentos al menos
durante 3 días tras haber pasado una diarrea aguda.
DIARREA DEL VIAJERO
Cada año más de 50 millones de turistas viajan desde los países industrializados a otros
lugares del mundo con una calidad de higiene más deficiente, siendo precisamente el lugar
de destino el factor de riesgo más importante (fig. 18-2). Al menos el 75% de ellos presentarán un cuadro diarreico, mayoritariamente leve y autolimitado, pero el 7% precisará asistencia médica y el 1% hospitalización. En un 3-10% de los casos se ha descrito la aparición
del síndrome del intestino irritable tras un episodio de diarrea del viajero.
En más del 40% de los episodios el germen no se logra determinar. Las infecciones más
comunes son las producidas por Escherichia coli enterotoxigénica seguidas por otras cepas
de E. coli, Campylobacter, Salmonella y Shigella. Los parásitos y virus son menos frecuentes. El
riesgo comienza a los 2-3 días de la llegada y es máximo durante las 2 primeras semanas.
El tratamiento se basa en la rehidratación oral (fig. 18-3). En diarreas leves se puede
administrar antiperistálticos tipo loperamida (4 mg al inicio y, posteriormente, 2 mg tras
cada deposición hasta un máximo de 16 mg/día) asociado o no a antibióticos tipo rifaxi-
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Áreas de riesgo para
la diarrea del viajero
Bajo
Intermedio
Alto
Figura 18-2. Diferentes áreas de riesgo para adquirir una diarrea del viajero. Fuente: Health Information
for International Travel 2005-2006.
mina (400 mg/día durante 3 días), azitromicina (500 mg o 1.000 mg en una sola dosis) o
ciprofloxacino (500 mg cada 12 h durante 1-3 días). No existe evidencia científica sobre la
utilidad de racecadotrilo en la diarrea del viajero.
Los antibióticos (quinolonas, azitromicina o rifaximina) estan indicados en casos moderados-graves. La elección del antibiótico depende del destino del viaje y de la presencia, o no,
de sangre en las heces. Únicamente en casos de mala evolución estaría indicado realizar
un coprocultivo y un estudio de parásitos en las heces. En niños y mujeres embarazadas,
azitromicina es el antibiótico de primera elección. También está indicada en la diarrea del
viajero que no responde a quinolonas. Rifaximina no es efectiva en personas con disentería.
Prevención
Las medidas preventivas individuales relacionadas con el consumo de bebidas y alimentos son fundamentales. Sin embargo, la escasa higiene de los restaurantes de los países
en desarrollo continúa creando un riesgo insalvable de adquirir la diarrea del viajero. Así, se
debe tomar agua y bebidas embotelladas o en latas que deben ser abiertas por el propio
consumidor (incluyendo el agua para la higiene bucal). No debe echarse hielo en las bebidas. Las infusiones se tomarán si se sirven muy calientes. Se evitarán frutas preparadas y
peladas. Es preferible tomar piezas enteras de fruta, lavadas y peladas por el propio viajero,
o zumos embotellados. Las verduras deberán estar cocidas. No deben tomarse platos crudos. La carne y el pescado se solicitarán cocinados. No se deben tomar alimentos que contengan huevo crudo. Debe evitarse el consumo de alimentos, helados y bebidas adquiridos
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Diarrea aguda
Paciente con diarrea
del viajero
Rehidratación oral
+ antiperistálticos
± antieméticos
± rifaximina
No
¿Tiene una diarrea
moderada-grave?
Sí
Rehidratación oral
+ azitromicina
Sí
¿Ha viajado
a Tailandia?
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No
Rehidratación oral
+ ciprofloxacino
Control
evolutivo
Sí
¿Mejoría o curación
en menos de 2-3 días?
No
Rehidratación oral
+ azitromicina
Figura 18-3. Algoritmo diagnóstico y terapéutico de la diarrea del viajero.
a vendedores ambulantes a granel: no envasados de forma industrial. No se debe consumir
leche ni productos lácteos elaborados con leche cruda (sin pasteurizar).
La vacunación frente a tifus (55-75% de eficacia), hepatitis A y cólera (85% de eficacia
inmediata, 60% a los 3 años) es recomendable según el destino y el estado inmunitario
en que se encuentre el viajero. Las evidencias para el uso de la vacuna contra E. coli
enterotoxigénica son escasas todavía y su uso para la prevención de la diarrea del viajero
no puede generalizarse. En las páginas web de la OMS (http://www.who.int/household_
water/advocacy/combating-disease/en/index.html) y de los Centers for Disease Control
and Prevention (CDC) (http://wwwnc.cdc.gov/travel/destinations/list.aspx) pueden hallarse consejos útiles de prevención específicos para cada país. Se proporciona información
de medidas preventivas que aparecen en un mapa interactivo “clicando” sobre cada país o
sobre las áreas vecinas.
El tratamiento con probióticos, Lactobacillus GG, ha demostrado su utilidad pero se desconoce cuál es la dosis adecuada. La profilaxis antibiótica ha demostrado su eficacia pero
no debe recomendarse de forma rutinaria y únicamente estaría indicada en grupos de
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riesgo. La profilaxis debe considerarse, sobre todo, en los grupos de riesgo elevado como:
individuos que no pueden tolerar una breve enfermedad (deportistas de élite, personas de
negocios, políticos, músicos, etc.), quienes presenten una elevada susceptibilidad (individuos con aclorhidria o gastrectomizados), las personas inmunodeprimidas, con enfermedades crónicas graves, los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal o los individuos
con historia repetida de diarrea. Entre los antibióticos propuestos están las quinolonas
(norfloxacino 400 mg/día o ciprofloxacino 500 mg/día). Rifaximina (200 mg/día) es una
alternativa atractiva en los casos con destino a países donde la causa más frecuente
es E. coli (p. ej., México), pero su uso no puede recomendarse en otras regiones (p. ej.,
Asia) donde el riesgo de infección por gérmenes invasivos es mayor. En la mayoría de las
guías y revisiones, el subsalicilato de bismuto ha sido recomendado durante años para la
prevención y tratamiento de la diarrea del viajero; sin embargo su utilidad práctica es muy
escasa debido a la dificultad de encontrar esta sustancia en algunos países y al número de
pastillas que se deben administrar (p. ej., 4 comprimidos de Gastrodenol® cada 6 h durante
todo el viaje para prevenir la diarrea del viajero). Incluso algunos autores alegan en contra
del tratamiento antibiótico profiláctico 2 razones: a) no cubre completamente el riesgo de
desarrollar la enfermedad, y b) el tratamiento disponible para la enfermedad (loperamida
más antibiótico) es muy efectivo.
Resumen de las recomendaciones terapéuticas con nivel de evidencia científica
(EC) y grado de recomendación (GR)
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Recomendaciones terapéuticas
EC
GR
La rehidratación oral disminuye la morbimortalidad en la diarrea aguda
2c
B
Es aconsejable la reintroducción progresiva de alimentos
5
D
Los antieméticos facilitan la rehidratación oral en pacientes con vómitos
4
C
Loperamida y racecadotrilo acortan la duración de la diarrea aguda
1a
A
Loperamida y racecadotrilo están contraindicados en la diarrea aguda grave
5
D
El tratamiento empírico con ciprofloxacino está indicado en diarrea aguda grave
4
C
Los antibióticos reducen la duración y la gravedad de la diarrea del viajero
1b
A
Loperamida puede asociarse a los antibióticos en la diarrea del viajero
de grado leve para reducir la duración
1a
A
La medidas de prevención en el consumo de bebidas y alimentos
no han logrado demostrar su utilidad para evitar la diarrea del viajero
2c
B
La profilaxis de la diarrea del viajero con rifaximina ha demostrado su utilidad
1b
A
La profilaxis de la diarrea del viajero con antibióticos sólo debe hacerse
en grupos de riesgo
4
C
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Diarrea aguda
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Casburn AC, Farthing MJC. Management of infectious diarrhoea. Gut. 2004; 53:296-305.
DuPont HL. Systematic review: the epidemiology and clinical features of traveller’s diarrhoea. Aliment
Pharmacol Ther. 2009;30:187-96.
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Herranz Jordán B, Franco Lovaco A, Caballero Martínez F, Hernández Merino R. Variabilidad en la composición y aceptación de dos soluciones de rehidratación oral: limonada alcalina y Suerooral hiposódico®. Rev Pediatr Aten Prim. 1999;2:59-72.
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211
PUNTOS DE INCERTIDUMBRE
– Se precisa un mayor conocimiento sobre la seguridad de antiperistálticos (loperamida
y racecadotrilo) en la diarrea aguda grave.
– No está clara la utilidad de rifaximina como tratamiento de la diarrea aguda.
– Debe clarificarse más y mejor por qué se produce un aumento de las resistencias bacterianas a las quinolonas.
– Es necesario clarificar la utilidad de los probióticos en la prevención y tratamiento de
la diarrea del viajero.
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