Facultad de Letras se iluminó bajo la luz de un sol naciente

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Facultad de Letras se iluminó bajo la
luz de un sol naciente
Estudiantes de idioma japonés de las cooperantes de JICA Yoko Ohno y Kana Tamamura realizan una práctica de doblaje de
algunas series de animé.
JICA. San Pedro de Montes de Oca, San José, Costa Rica. 26/04/2014. Los muros de la
Facultad de Letras de la Universidad de Costa Rica (UCR) se llenaron de ecos, palabras,
ademanes y trazos de la cultura japonesa. Un grupo de estudiantes del idioma nipón decidió
embarcar su corazón al otro lado del pacífico y mostrar, el pasado 23 de abril, algunas
manifestaciones de la cotidianidad de este país asiático mediante el “Festival Japón”. Esta
iniciativa estuvo enmarcada en la “Semana U”, un espacio universitario abierto para demostrar
a la comunidad aspectos relevantes de la vida académica.
La actividad fue apoyada por las señoras Yoko Ohno y Kana Tamamura, dos voluntarias de la
Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) que trabajan para la Escuela de
Lenguas Modernas y facilitan las clases del idioma de su patria. Ellas están convencidas de
que la lengua es cultura y que, para comprenderla mejor, es necesario conocer no solo sus
palabras y sus ideogramas, también es necesario adentrarse en las costumbres de un
pueblo.
Forjadas en esta visión, decidieron emprender, con la complicidad, iniciativa y pasión de sus
estudiantes, una jornada que le mostrara a la comunidad universitaria un poco del país
asiático. Para ello, conjuntaron una serie de actividades que les permitiera poner en práctica
sus destrezas en la lengua del sol naciente, y otras que reflejaran parte de la tradición y las
artes marciales, musicales y visuales del archipiélago.
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La jornada tomó, por la mañana, el vestíbulo del edificio, un
espacio rodeado de espejos y un mural dedicado a la historia del
teatro en Costa Rica, un hermoso escenario para el intercambio
que allí se presentó. Para dar inicio, el Club de Judo de la
UCR brindó una serie de demostraciones. También explicaron
algunos detalles de la disciplina, único arte marcial que es
deporte olímpico permanente.
La palabra “judo” puede traducirse al castellano como “camino
hacia la flexibilidad”, definición que no se limita al plano físico,
sino que involucra también el aspecto mental y espiritual. En
1882, el maestro Jigorō Kanō amalgamó las esencias técnicas
y tácticas de dos antiguas escuelas de jujitsu en una sola, el
judo.
Posteriormente, fue presentado un “rakugo”, un monólogo humorístico tradicional japonés.
Para ello, un alumno avanzado interpretó, mezclando castellano y japonés, un pasaje lleno de
anécdotas jocosas de la actualidad mezcladas con referencias al pasado. Siguió el estilo
clásico y lo interpretó arrodillado sobre una mesa y un kimono como atuendo. El público lo
escuchó con atención y respondió con risas a bromas relacionadas con la situación del país.
Una vez finalizado, los estudiantes se agruparon para dar vida
a un espectáculo sobre doblaje. Según explicaron, una de las
principales manifestaciones de la industria cultural del Japón es
la realización de series de dibujos animados, mejor conocidos
como “Anime”. Estas producciones audiovisuales requieren
de la interpretación vocal de sus personajes a través de un
proceso que se llama el doblaje.
Los jóvenes universitarios procedieron a proyectar escenas de
diferentes series animadas para interpretar los diferentes
personajes con sus voces en idioma japonés. Luego de hacer
un recorrido por varios títulos invitaron a miembros del público
para que dieran vida fónica a las ilustraciones. Con ello, no
solo hicieron un viaje por algunas de las más emblemáticas
series del anime, también trajeron a flor de piel sus recientes
recuerdos de una infancia rodeada del universo fantástico de
estas producciones.
Este mundo imaginario siguió tejiéndose al llegar el momento del “cosplay”, o juego de
disfraces. Según explicaron los organizadores, esta costumbre surgió durante el “Comiket” o
“Comic Market”, una feria realizada todos los años en tierras niponas en las que se muestran
cómics o manga dibujados por aficionados. Allí, los seguidores de diferentes personajes se
disfrazan e interpretan y representan un
sujeto o una idea.
A partir de allí, el “cosplay” se extendió a
festivales de animé o manga o a concursos
dedicados exclusivamente a ello. Un
personaje habitual en ellos es el “kameko” o
“chico de la cámara”, quien se encarga de
tomarle fotos a las personas disfrazadas.
De esta forma, algunos estudiantes
participaron
como
“cosplayers”
y
encarnaron a varios estrellas del animé.
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Para finalizar la mañana y dar continuidad al uso de vestimentas, cuatro estudiantes, dos
hombres y dos mujeres, se enfundaron sus yukatas y mostraron al público la belleza de esta
vestimenta típica de algodón, utilizada principalmente en el verano o las fechas cálidas. La
yukata es diferente al kimono, éste último es usualmente de seda, viene con forro para brindar
más calor en los tiempos fríos y se usa con juban, una prenda interior. Los motivos del tejido
del yukata suelen ser más grandes que los del kimono.
Al termnar la media jornada, los organizadores se dieron apenas un pequeño respiro y se
trasladaron a un par de aulas para hacer una representación “Kamishibai”, un tipo de
narración originada en los templos budistas en las que se combina la palabra con los “emaki”,
unos pergaminos de imágenes con texto.
También realizaron una presentación con
instrumentos tradicionales para luego cantar el tema de “Mi vecino Totoro”, el aclamado
largometraje de animé.
Para finalizar el “Festival Japón”, fue proyectado en la Sala Joaquín Gutiérrez un clásico del
cine animé, la película “Nausica del Valle del Viento”, un filme de 1984 del realizador Hayao
Miyazaki basado en su propia novela cómic de unos años antes.
JICA Costa Rica se complace en el esfuerzo puesto por sus cooperantes y los estudiantes de
la Universidad de Costa Rica por mostrar un poco de Japón y poder compartir con la
comunidad costarricense parte de la cultura y la idiosincrasia nipona.
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