sumario REVISIÓN Trastornos cutáneos y no cutáneos tratados con fotoféresis extracorpórea GLENN G. RUSSO, CYNTHIA MULLEN Departamento de Dermatología, Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans. ■ Procedimiento de fotoféresis La fotoféresis extracorpórea (FEC) es un procedimiento que combina la leucoféresis con la administración de 8-metoxipsoraleno (8-MOP) antes de la leucoféresis o la inyección de metoxipsoraleno líquido en un extracto celular rico en leucocitos. Después de insertar una vía periférica, se extrae la sangre del paciente y se somete a centrifugación para separar una fracción en la que se eliminan los leucocitos, y que inmediatamente se devuelve al paciente, y una fracción rica en leucocitos. La fracción rica en leucocitos se expone a luz UVA dentro de la unidad de FEC y se perfunde de nuevo al paciente (1). El procedimiento completo dura aproximadamente 3 horas. El sistema de fotoféresis se ha desarrollado por Laboratorios Therakos. ■ Mecanismo de acción de la fotoféresis El mecanismo exacto de acción de 8-MOP más UVA, que es la reacción química básica de la fotoféresis, todavía no se ha dilucidado completamente, pero algunos estudios han dado pruebas que permiten proponer un mecanismo de acción. Los metoxipsoralenos pueden intercalarse entre los pares de bases del ADN y, cuando se exponen a los rayos UVA, se produce un ligamiento cruzado del ADN, junto con la formación de monoaductos y reacciones de fotooxidación (2). Esto origina daños en el ADN, que pueden producir algunos de los efectos clínicos del psoraleno más UVA (PUVA). También se demostrado que el metoxipsoraleno puede modificar otras moléculas, como los lípidos y proteínas (3). Las alteraciones de estos tipos de moléculas podrían explicar algunos de los aspectos inmunológicos modificadores de PUVA, puesto que gran parte de la comunicación que se produce dentro del sistema inmune afecta a interacciones proteína-proteína (4). Se ha demostrado que el ADN situado en la superficie de los linfocitos T desempeña un papel en la supresión inmune producida por PUVA. Cuando los leucocitos son pretratados con ADN-asa, el ADN de la superficie se elimina. Cuando estos leucocitos se exponen entonces a 8-MOP y PUVA son incapaces de producir supresión inmune cuando se reinyectan en modelos animales de injertos de piel (5). El tratamiento de 8-MOP más UVA produce apoptosis celular o muerte celular programada (6). Se ha propuesto que esta apoptosis celular puede liberar proteínas parcialmente degradadas que entonces son fagocitadas por las células presentadoras de antígenos y presentadas en su superficie junto con moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH). Esto produciría entonces una respuesta específica del antígeno frente a células que tienen estos fragmentos de proteínas en su superficie celular (2). En algunos estudios se ha indicado que FEC produce una modificación de la superficie de los linfocitos T, que producen una respuesta específica de los linfocitos T supresores frente a estos linfocitos T modificados (7). La FEC también parece inducir secreción del factor de necrosis tumoral α y de interleucina 6 y también activa a algunos linfocitos CD36+ (macrófagos) (8). Se ha demostrado que FEC no ejerce ningún efecto inmunosupresor sobre las respuestas de los linfocitos T o B al recuerdo o a nuevos antígenos en seres humanos (9). Parece que la FEC no predispone a los pacientes a sufrir infecciones oportunistas. ■ Efectos secundarios Durante las primeras 24 horas, los efectos secundarios de la FEC son leves. En un estudio de gran tamaño de pacientes sometidos a FEC se observaron sólo 9 efectos secundarios en 720 procedimientos de FEC (10). Los efectos secundarios fueron escalofríos (4 episodios), dolores de cabeza (3 episodios), y fiebre postransfusión (>38ºC) (2 episodios). En otro estudio más pequeño no se observaron reacciones adversas en 79 procedimientos de FEC (11). En un estudio realizado en nuestro hospital con un pequeño grupo de pacien- Russo GG, Mullen C. Cutaneous and noncutaneous disorders treated with extracorporeal photopheresis. International Journal of Dermatology 2001; 40: 89-100. ©Blackwell Science Lt. 286 Trastornos cutáneos y no cutáneos tratados con fotoféresis tes que fueron tratados de varios trastornos con FEC se demostró que esta intervención se toleraba bien (12). Todos los datos hasta ahora parecen indicar que la FEC es un procedimiento bien tolerado con baja incidencia de efectos secundarios. ■ Complejo relacionado con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) Se ha demostrado que el tratamiento de PUVA puede inactivar al virus de inmunodeficiencia humana (VIH) in vitro (13). Se ha propuesto que la FEC puede dirigir una respuesta inmune frente a los linfocitos CD4 infectados por VIH. Veinte pacientes con complejo relacionado con el SIDA se trataron con FEC después de un estudio piloto inicial de pequeño tamaño que demostró resultados prometedores (14,15). Dieciséis de los 20 pacientes mostraron estabilidad clínica y niveles de anticuerpos estables frente a los principales antígenos de VIH durante el período de tratamiento que osciló de 6 a 29 meses. No se demostró una mejoría clínica importante. La FEC no parece ejercer ningún efecto demostrable sobre los linfocitos CD8. Parece que el impacto de la FEC sobre el complejo relacionado con el SIDA no es muy drástico. ■ Dermatitis atópica Se han propuesto que las lesiones de la dermatitis atópica de la piel se producen por citoquinas proinflamatorias y linfocitos T que responden a inhalantes específicos (16-18). Además, se han detectado linfocitos T específicos frente a los alergenos de la sangre de pacientes con dermatitis atópica (19). Por tanto, los tratamientos con FEC, que aparentemente originan una respuesta de linfocitos supresores clonales, pueden ser beneficiosos para dirigirse a las células estimuladas por los antígenos en pacientes con dermatitis atópica y producir mejoría clínica. En un estudio de tres pacientes con dermatitis atópica muy grave, que previamente no habían respondido a glucocorticosteroides, UVB, PUVA y ciclosporina, se realizó FEC como monoterapia en intervalos de dos semanas. El número total de tratamientos fue de 10 en cada paciente. Se observó mejoría clínica en 3 pacientes, demostrada por un descenso de las puntuaciones de gravedad de la piel después de terminar el período de estudio de FEC, como sigue: de 40 a 6, de 42 a 8 y de 38 a 10 (20). También se observó que los valores séricos elevados de inmunoglobulina E (IgE) y de proteínas catiónicas eosinofílicas estaban muy reducidos al final del período de tratamiento. En otros pequeños estudios en los que participaron tres pacientes (21) y un paciente (22) también se ha demostrado la mejoría de los pacientes con dermatitis atópica. Se deberían tener en cuenta que otros tratamientos, como UVB de banda estrecha (23), UVB y UVA juntos (24), UVAI (25) y tacrolimus tópico (26), también han demostrado ser muy eficaces en el tratamiento de la dermatitis atópica. Por esto, parece prudente intentar estas otras modalidades antes de considerar el tratamiento con FEC, puesto que éste tratamiento está limitado sólo a algunos centros médicos en el momento actual. Creemos que FEC debería reservarse sólo para pacientes muy graves. ■ Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B (LLC-B) Tres pacientes con LLC-B en estadios III y IV de Rai se trataron con FEC durante tres días consecutivos cada 3 semanas durante un período de 9 semanas (27). No se observaron mejorías clínicas en los pacientes ni en los estudios de linfocitos o de mitógenos. Los autores emprendieron el estudio con la premisa de que la LLC-B parece ser paralela a la forma leucémica del linfoma cutáneo de linfocitos T. Los autores no pudieron explicar por qué FEC no ejerció ningún efecto en sus pacientes. ■ Penfigoide ampollar (PA) Tres pacientes con PA (de edades que oscilaron desde 70 a 83 años) fueron tratados con FEC (28). La duración de su enfermedad osciló entre 3 meses y 2 años. Se realizó la FEC una vez cada cuatro semanas. El número de ciclos de FEC fluctuó de uno a cuatro. Los tres pacientes experimentaron una remisión completa de la enfermedad. Un inconveniente de este estudio fue que los tres pacientes estaban recibiendo 100 mg de prednisona al día y uno estaba tomando simultáneamente 150 mg/día de azatioprina mientras se trataron con FEC. Por esto, dada la buena respuesta general del PA a prednisona y azatioprina, no se puede concluir que fue el tratamiento de FEC lo que provocó la respuesta beneficiosa. En el paciente que sufrió PA durante dos años, se puede considerar que FEC actuó como terapia adyudante. De lo resultados de este pequeño estudio no se puede concluir que FEC sea una monoterapia eficaz para el PA. ■ Trastornos de los tejidos conectivos Dermatomiositis La dermatomiositis una enfermedad inflamatoria crónica que se ha asociado con alteraciones de la in- 287 Vol. 4, Núm. 5. Junio 2001 munidad celular, como activación de linfocitos citotóxicos CD8 en los músculos afectados, descenso de los linfocitos CD8 en sangre periférica, y también citotoxicidad de los linfocitos CD8 en fibroblastos cultivados (29,30). Se intentó tratar con FEC a una mujer de dieciocho años con dermatomiositis que no estaba respondiendo a 25 mg/semana de metotrexato. La paciente había dejado de tomar dosis altas de prednisona oral debido a efectos secundarios sistémicos graves. Se sometió a FEC cada dos semanas mientras estaba tomando metotrexato y en pocas semanas sus enzimas musculares mejoraron (31). Debido a una infección grave y prolongada, se interrumpió el tratamiento con metotrexato y se trató con FEC una vez al mes. Esto produjo un aumento de las enzimas musculares de la paciente. Una vez eliminada la infección, se reanudó el tratamiento con 25,1 mg de metotrexato una vez a la semana y FEC dos veces a la semana y esto produjo un descenso de las enzimas musculares y mejoró la fuerza muscular. Entonces se redujo la FEC a una vez al mes y, después de veinte meses con FEC una vez al mes y metotrexato una vez a la semana, la paciente presentaba enzimas musculares normales y la fuerza muscular estuvo cerca de lo normal. Esto indica que FEC solo no fue una terapia eficaz. Son necesarios más estudios para demostrar si FEC tiene un papel como tratamiento adyuvante de la dermatomiositis. Lupus eritematoso sistémico (LES) Ocho pacientes con a LES fueron tratados con FEC durante un período de un año (32). En los primeros seis meses, los pacientes recibieron FEC cada mes y en la segunda mitad del estudio se realizó FEC cada dos meses. Se excluyeron los pacientes con afectación cardíaca, del sistema nervioso central o renal y los pacientes seleccionados sólo tenían una actividad leve a moderada de la enfermedad al comienzo del tratamiento con FEC. Por esto, este estudio fue sesgado en la selección de pacientes, ya que se seleccionaron pacientes afectados menos gravemente. Los resultados mostraron una mejoría en la piel y en la actividad de la enfermedad de las articulaciones en 7 de 8 pacientes (32). Debe destacarse que todos los pacientes todavía estaban recibiendo tratamiento inmunosupresor, como prednisona, azatioprina, antimaláricos y medicaciones no esteroideas durante el tratamiento con FEC. Por esto, debido al sesgo de la selección de los pacientes y al uso de otra terapia simultánea, los resultados de este estudio no pueden usarse para extraer ninguna conclusión sobre la eficacia de FEC en el tratamiento del lupus eritematoso sistémico. Es necesario un estudio comparativo para demostrar esto y hasta la fecha no conocemos ninguno que se haya publicado. 288 En un estudio con roedores se ha demostrado que FEC puede producir una respuesta inmune específica para evitar el desarrollo del LES (33). Este estudio demuestra que hay realmente una necesidad clara de realizar nuevas investigaciones respecto al efecto de FEC sobre el LES. Esclerodermia sistémica y morfea Probablemente uno de los estudios mejor diseñados hasta la fecha sobre la eficacia de la FEC en el tratamiento de la esclerodermia sistémica fue uno publicado en 1992 (34). Este fue un estudio aleatorio y ciego, en el que se comparó FEC con D-penicilamina. Durante un período de tratamiento de 10 meses, 29 pacientes fueron tratados con FEC y 18 pacientes con D-penicilamina. Los resultados a los 6 meses demostraron que había un número significativamente mayor de pacientes en el grupo de FEC que habían experimentado una mejoría del 15% desde sus puntuaciones iniciales de piel. Al final de los diez meses de tratamiento, 20 de 29 pacientes (9%) del grupo tratado con FEC tenían una mejoría del 15% o más, mientras 9 de 18 pacientes (50%) del grupo tratado con D-penicilamina tenían un 15% o más de mejoría en las puntuaciones de piel respecto al origen (34). Los resultados de un segundo estudio doble ciego y controlado por placebo realizado por el mismo grupo no se han publicado todavía. En otro estudio no se encontró ninguna mejoría en 7 pacientes con esclerodermia sistémica que fueron tratados con FEC durante un período de 6 meses (35). No se administró ninguna otra terapia durante el período de tratamiento. Los resultados demostraron que cuatro de los pacientes realmente experimentaron un empeoramiento de la piel durante el período de tratamiento. Debemos destacar que 6 de los 7 pacientes habían experimentado la esclerodermia sistémica durante menos de cuatro años. El protocolo indicaba realizar FEC una vez cada cuatro semanas durante tres meses y, si no se producía mejoría, se aumentaba a una FEC cada dos semanas durante los tres meses siguientes. En este mismo estudio, un paciente con morfea grave limitada a las extremidades superiores, de menos de dos años de duración, también fue tratado con FEC (35). Este paciente experimentó una reducción en el número de placas de morfea y unas pocas, incluso, desaparecieron. Debe destacarse que, igual que los pacientes con esclerodermia sistémica descritos en este artículo, esta persona no recibió ningún otro tratamiento mientras se trató con FEC. En un estudio abierto, 16 pacientes con esclerodermia sistémica fueron seguidos durante un período de 6-45 meses durante un tratamiento de FEC realizado una vez cada cuatro semanas (36). Seis de los 16 pa- Trastornos cutáneos y no cutáneos tratados con fotoféresis cientes mostraron mejoría. Se observó que, en cuatro de los seis pacientes que mostraron mejoría, la duración de la enfermedad anterior al tratamiento de FEC era de menos de dos años, mientras que en todos los pacientes que mostraron empeoramiento progresivo, la duración de la enfermedad fue superior a los dos años. Éste es probablemente el resultado más importante del estudio. Al principio del estudio, 6 pacientes continuaron recibiendo inmunosupresores orales (azatioprina, ciclofosfamida, prednisona) y tres pacientes continuaron recibiendo inyecciones subcutáneas de interferón-γ tres veces a la semana. Debido a que se dieron estas terapias adicionales, no se pudieron extraer conclusiones, en función de este estudio, respecto a la verdadera eficacia del tratamiento con FEC como monoterapia. Se ha publicado un estudio muy bien diseñado que comparó el tratamiento con FEC con ausencia de tratamiento para la esclerodermia sistémica durante un período de 1 año (37). El estudio investigó a 19 pacientes con esclerodermia sistémica en los que la duración de la primera era de 5 años o menos. Es significativo que este estudio controlado no pudo demostrar ninguna mejoría clínica estadísticamente significativa debido a FEC ni ningún efecto sobre los parámetros inmunológicos, como activación del complemento, respuestas celular y humoral, modelos de secreción de citoquinas y proliferación de linfocitos. Por esto, considerando los estudios anteriores, no parece que haya una cantidad de datos claramente demostrativos de las ventajas importantes de la FEC como monoterapia en la esclerodermia sistémica. ■ Linfoma cutáneo de linfocitos T (LCLT) Desde que Edelson et al. (38) publicaron por primera vez que la FEC producía una tasa de respuesta del 73% en 37 pacientes con LCLT que estaban principalmente en el estadio eritrodérmico, se han publicado muchos artículos sobre el uso de FEC en varios estadios de LCLT. Primero, debemos considerar qué efectos tiene la FEC sobre el proceso de la LCLT. Un estudio comparó biopsias de piel de pacientes con LCLT en estadio Ib antes y después de un tratamiento de doce meses con FEC (30). Los autores pudieron demostrar un descenso significativo en la densidad de las células Ki67+ y un descenso en la proliferación celular. Se demostró también un aumento importante en la apoptosis de las células de la LCLT, midiendo el índice apoptosis de estas muestras. El índice de apoptosis se definió como el porcentaje del número total de núcleos o de fragmentos nucleares positivos según la técnica de marcaje final in situ sobre el número total de células linfoides dérmicas contadas en 15 campos (39). Por tanto, un efecto de la FEC sobre la LCLT es el aumento de la apoptosis de los infiltrados neoplásicos. También se ha descrito un descenso definitivo del número de linfocitos CD4 en los pacientes con LCLT que responden clínicamente al tratamiento con FEC (40). En pacientes que respondieron (n=13), el recuento medio de CD4 antes de la FEC fue de 928 y después de doce ciclos de FEC descendió en 258. En los siete pacientes que no respondieron, sin embargo, el recuento de CD4 aumentó en 456 al final del período de tratamiento, desde 1.046 en el origen, esto demuestra el aumento de la apoptosis de los linfocitos CD4 después del tratamiento con FEC, cuando ésta es eficaz clínicamente. Algunos estudios también han demostrado que en los linfocitos CD4+ tratados con 8-MOP aumentan los péptidos inmunogénicos de su superficie que aparentemente producen una respuesta celular de CD8+ a los linfocitos CD4+ tratados (41,42). Este fenómeno podría desempeñar algún un papel en el efecto del tratamiento de FEC sobre las células CD4 malignas en los pacientes con LCLT. Se ha publicado que los pacientes con LCLT tienen un desequilibrio de la respuesta de los linfocitos T-colaboradores 1/linfocitos T-colaboradores 2 (Th1/Th2). Se ha demostrado que las células del LCLT liberan IL-4 e IL-5. Además, también hay un descenso global de la actividad de las células natural killer (NK), así como un descenso en la citotoxicidad de CD8. En un período precoz de la LCLT, también hay un descenso de los niveles de interferón-γ e IL-12. Por esto, los pacientes con LCLT experimentan un cambio anormal hacia un aumento de la respuesta inmune de Th2 (43). Se estudió la respuesta Th1/Th2 en ocho pacientes con LCLT en estadio Ib antes y después de un año de tratamiento con FEC (43). Se demostró que FEC producía un aumento del interferón-α, IL-6, factor de necrosis tumoral-α, y en el número de células CD36. Así, FEC parecía producir más que respuesta de Th1 (aunque IL-6 es una citoquina de Th2) y, por tanto, un mejor equilibrio entre las respuestas inmunes de Th1 y Th2. Debemos destacar que estos hallazgos de laboratorio tendían a correlacionarse con la mejoría clínica de estos pacientes. En un estudio se demostró que el tratamiento con FEC de pacientes con LCLT en estadio Ib produce un aumento del número de linfocitos T CD36+ circulantes (8). También se observó un descenso significativo en el número de linfocitos T CD25+. Todos estos resultados se produjeron después de ciclos de seis meses de FEC. Puesto que algunos autores proponen que las células CD25+ aumentan de forma paralela a la progresión de la enfermedad, el descenso de las células CD25+ indica que FEC produce un descenso en la proliferación de las LCLT (8). Se han analizado recientemente las tasas de respuesta de nueve estudios de FEC (38,44-52). Estos estudios han publicado unas tasas de respuesta amplias 289 Vol. 4, Núm. 5. Junio 2001 y se ha propuesto que esta variación puede deberse parcialmente al número real de pacientes eritrodérmicos con un clon de LCLT en sangre periférica durante el período de tratamiento. Se ha observado que la presencia de células de Sezary en sangre periférica es un buen factor predictivo de la respuesta clínica al tratamiento con FEC (51,52). Debe destacarse que en 8 de estos 9 estudios, la mayoría de los pacientes tratados tenían el tipo eritrodérmico de LCLT. En sólo un estudio, la mayoría de los pacientes no eran del tipo eritrodérmico (sólo 3 de los 20 pacientes eran eritrodérmicos) (50). Debe destacarse que este estudio publicó una tasa de respuesta completa del 25% y una tasa de respuesta parcial del 25%. La mayor tasa de respuesta se encontró en el estudio de Edelson et al. (38), en el cual hubo una tasa de respuesta completa/parcial del 56%. En este estudio, 29 de los 37 pacientes tenían la forma eritrodérmica de LCLT. También se ha destacado que algunas de las mejores respuestas descritas frente a FEC se han producido en pacientes con el "síndrome del hombre rojo", que algunos autores creen que es realmente una forma reactiva y no una forma neoplásica de la eritrodermia (53). En un informe reciente que abarcó un período de seguimiento de 9,7 años de pacientes con LCLT tratados con FEC se demostró que el 20% de los pacientes conseguían una respuesta completa y el 60% de los pacientes una respuesta parcial. Los 25 pacientes del estudio tenían LCLT eritrodérmica. El cociente medio CD4/CD8 de pacientes que respondieron descendió desde 3,8 a 1,2 después del período de tratamiento con FEC, mientras que el cociente CD4/CD8 de los pacientes que no respondieron realmente aumentó desde 7,2 a 11,0. Los pacientes que no respondieron ya tenían un cociente CD4/CD8 mucho más alto (7,2 frente a 3,2) antes del comienzo del tratamiento con FEC (54). Por esto, el cociente CD4/CD8 podría representar un factor predictivo importante sobre el éxito que podría tener la FEC en los pacientes con LCLT. Un trabajo ha demostrado que la mejor respuesta a FEC se produce en pacientes con linfocitos CD4+ clonales malignos en sangre periférica (47). Esto podría explicar por qué los pacientes con LCLT eritrodérmico tendían a mostrar una mayor respuesta al tratamiento con FEC que los pacientes con un estadio más precoz de la enfermedad, puesto que los pacientes en un estadio más precoz tienen menos probabilidades de tener células clonales malignas en sangre periférica. Al contrario que la mayoría de los artículos, un estudio no demostró estadísticamente ningún beneficio real en la supervivencia a largo plazo del tratamiento con FEC (55). Estos resultados han sido discutidos por todos los autores de los estudios mencionados anteriormente, que han demostrado la respuesta clínica de LCLT a FEC (56). 290 Se ha sugerido en respuestas editoriales que hay una gran necesidad de realizar estudios aleatorios coordinados con múltiples centros para valorar la verdadera eficacia del tratamiento de FEC para prolongar la supervivencia de los pacientes con LCLT (57). Esto podría ser una gran ventaja para ayudar a los dermatólogos que tratan a pacientes con LCLT a definir el grado de eficacia de FEC para tratar varios estadios de LCLT. Se ha publicado recientemente un estudio de pacientes con LCLT (estadios T2, T3, T4) tratados sólo con FEC y con tratamiento adyuvante (58). Cuatro de los 13 pacientes tratados sólo con FEC durante seis meses o más (31%) tuvieron una respuesta parcial (97% de mejoría de la piel durante un mes o más). Cuando se añadió el tratamiento adyuvante a la FEC, nueve de los trece pacientes (69%) tuvieron una respuesta completa (sin lesiones de piel durante un mes o más) o una respuesta parcial (58). En un estudio que analizó la carga de linfocitos CD4+ y CD7+ circulantes en sangre periférica, el cociente CD4/CD8 y la rapidez de su respuesta al tratamiento con FEC, así como su relación con el resultado clínico real de los pacientes, parece ser una de las mejores pruebas para confirmar la mejoría de la supervivencia como resultado del tratamiento con FEC (48). En este momento, la mayoría de las evidencias parecen demostrar que el tratamiento con FEC supone una ventaja definitiva para los pacientes con LCLT eritrodérmico que tienen clones circulantes de CD4 malignos. ■ Epidermólisis ampollar acquisita (EAA) Tres pacientes con EAA, en los que la enfermedad era resistente a prednisona, metotrexato, colchicina, azatioprina y ciclosporina fueron tratados con FEC (59). Estos pacientes tuvieron principalmente enfermedad mecanoampollar con muy pocas lesiones inflamatorias. La duración de la enfermedad fue 5, 6 y 14 años. Se realizó FEC cada tres semanas durante seis o siete ciclos. Los autores encontraron una ventaja subjetiva en dos de los tres pacientes; sin embargo, estos pacientes experimentaron una nueva formación de ampollas si se producía un trauma importante. Así, dos de los tres aparentemente tuvieron un descenso de la fragilidad de la piel, y pudieron volver a sus actividades que estaban limitadas por la formación frecuente de ampollas debidas a traumas leves. Debemos destacar que uno de los dos pacientes que mostró mejoría también recibió ciclosporina A mientras recibía FEC. Por esto, la verdadera eficacia de FEC en este paciente fue ambigua. Objetivamente, los tres pacientes tuvieron un descenso de los autoanticuerpos circulantes por inmunofluorescencia indirecta. Puesto que Trastornos cutáneos y no cutáneos tratados con fotoféresis no se sabe si los anticuerpos circulantes de EEA se correlacionan con la actividad de la enfermedad, este resultado puede no ser clínicamente importante. Un paciente con ampollas de EAA del tipo inflamatorio en la boca y en un 50% del cuerpo también fue tratado con FEC (60). Este paciente experimentó un descenso drástico en el número de nuevas lesiones después de que recibiera FEC tres veces durante un período de cinco semanas. Por esto, habiéndose tratado sólo estos cuatro casos de EAA, según nuestros datos, no se pueden hacer valoraciones respecto a la eficacia de FEC hasta que se realicen estudios ciegos y controlados. ■ Reacción del injerto contra el huésped (RICH) El primer artículo sobre el tratamiento satisfactorio de la reacción crónica grave del injerto contra el huésped (RICH) se publicó en 1994 (61). En este artículo, el paciente se trató previamente con dosis bajas de corticosteroides, ciclosporina A y PUVA, y todos estos tratamientos fueron poco satisfactorios. Después de tres meses de tratamiento mensual con FEC, las lesiones de piel mejoraron y, en seis meses, las úlceras de piel cicatrizaron. Además, la movilidad de las articulaciones mejoró en un 40%. Los autores publicaron que el cociente CD4/CD8 que estaba elevado se acercó más a la normalidad después de un año de tratamiento con FEC. También mostraron un aumento simultáneo de linfocitos NK desde un 8% a un 20% y una variación desde un número elevado de células de Langerhans (LH) a un número normal después del tratamiento con FEC. También se ha demostrado un aumento en los linfocitos apoptósicos en la fracción leucocitaria de pacientes con RICH y con LCLT sometidos a tratamiento con FEC (62). Por esto, el mecanismo del efecto de FEC en RICH puede constituir no sólo un efecto sobre los linfocitos NK y las células LH, sino también sobre la apoptosis de linfocitos. Por tanto, el efecto sobre los linfocitos, células NK y células LH puede contribuir al efecto observado clínicamente en la piel de los pacientes con RICH. Otro estudio importante investigó a seis pacientes con RICH de grado II-III tratados durante dos días consecutivos cada tres semanas durante tres meses y después una vez cada cuatro semanas (63). Después de un promedio de 14 ciclos de FEC, el 67% de los pacientes con RICH aguda mostró una resolución completa. El 8% de 15 pacientes con RICH crónica experimentaron una resolución completa de su enfermedad. Debe destacarse que hubo sólo una resolución parcial de las contracturas debidas a alteraciones esclerodermatosas. El máximo resultado observado fue que en todos los pacientes con RICH y úlceraciones mucosas hubo una resolución del 100% de las ulceraciones. Hubo incluso una respuesta completa en 7 de 10 pacientes que tenían RICH del hígado. Todos los pacientes estaban recibiendo prednisona y tratamientos inmunosupresores al comienzo del estudio y se redujeron las dosis cuando se produjo la respuesta a FEC. En otro estudio, 11 pacientes con RICH crónica se trataron con FEC cada dos semanas durante cuatro meses y una vez al mes durante otros tres meses (64). Nueve de los once pacientes experimentaron mejorías en la piel, con una reducción media de la puntuación de la gravedad de la piel del 48%. En cuatro pacientes con afectación de la mucosa, una de cuatro mostró mejoría, mientras que en cinco pacientes con afectación del hígado, sólo uno de cinco experimentó mejoría en el estado hepático. Todos los pacientes estaban recibiendo simultáneamente prednisona y otro tratamiento inmunosupresor durante el tratamiento de FEC. Obviamente, parece haber múltiples evidencias que demuestran el efecto beneficioso de FEC sobre la RICH aguda y crónica. Por tanto, deberíamos considerar que la FEC es un tratamiento viable de esta enfermedad. ■ Infección (crónica) por el virus de la hepatitis C (VHC) Se ha supuesto teóricamente que si las células mononucleares periféricas infectadas por VHC expresan antígenos virales, y que si FEC produce una respuesta inmune frente a los antígenos tumorales de los linfocitos T malignos, la FEC puede producir una respuesta antivírica frente a los monocitos periféricos infectados por el VHC (65). Sin embargo, en un estudio de 15 pacientes cirróticos infectados por el VHC, no se demostró ninguna respuesta antivírica importante con el tratamiento con FEC sólo. La combinación de FEC e interferón-α subcutáneo produjo una respuesta del 30% de los pacientes que previamente no habían respondido al tratamiento con interferón-α solo. Por tanto, los autores concluyeron que con estudios mayores con un tratamiento más largo y mayor dosis de 8-MOP podrían conseguir una respuesta mejor (65). Parece que son necesarios más estudios para demostrar claramente si FEC puede desempeñar un papel adyuvante en la terapia de la infección crónica por el VHC. ■ Liquen plano (tipo erosivo crónico) Se observó que los pacientes con LCLT sometidos a FEC mostraban mejorías en las lesiones crónicas simultáneas de liquen plano erosivo crónico (LPEC). Por tan- 291 Vol. 4, Núm. 5. Junio 2001 to, se realizó un estudio abierto del tratamiento con FEC de siete pacientes con LPEC (edades 41-75 años) que no respondieron a tratamientos múltiples del liquen plano (66). La duración media de la enfermedad fue seis años (intervalo 2-15 años). La distribución de las lesiones fue la siguiente: mejillas, labios, encías, paladar y vulva. Todos los tratamientos de LPEC se interrumpieron antes de comenzar el tratamiento de FEC. El tratamiento de FEC se realizó dos veces en semana durante tres semanas y después se redujo al producirse la mejoría. Se observó remisión después de una media de trece sesiones de FEC. Los siete pacientes consiguieron una remisión completa. No se define en el estudio cuánto duró la remisión. También se observó que el número de linfocitos T se redujo durante el tratamiento; sin embargo, las cifras de linfocitos B y NK no variaron. Los autores concluyeron que era necesario un estudio controlado para confirmar si esta ventaja aparente del efecto de FEC sobre LPEC era cierta y tenía un efecto reproducible. ■ Esclerosis múltiple (EM) Recientemente, se ha sugerido que la encefalitis alérgica experimental (EAE) constituye un modelo animal de la esclerosis múltiple (67). En un estudio se demostró que los clones autorreactivos de linfocitos T tratados con FEC no eran capaces de producir EAE al ser inyectados en ratas sanas, mientras que los clones de linfocitos no tratados con FEC eran capaces de producir EAE (68). Por esto, se sugiere que los clones alterados de linfocitos T pueden desempeñar algún papel en la patogenia de la EM. En un artículo publicado en 1997 se señalaba que, en dos pacientes, la realización de FEC una vez al mes ejerció un efecto positivo sobre el curso de la enfermedad (69). Se observó un descenso del número de días en el hospital a lo largo del período de tratamiento con FEC. Debido a los ciclos de exacerbación y remisión de los pacientes con EM, estos resultados no representan una evidencia fuerte del efecto real de la FEC sobre la EM. En un estudio doble ciego de FEC realizado en 1990 con 16 pacientes no se encontró una diferencia significativa real en el curso crónico de los pacientes con EM (70). Por este motivo, no parece haber pruebas convincentes hasta ahora que recomienden la FEC como una opción terapéutica viable para el tratamiento de la EM. ■ Pénfigo foliáceo Un hombre de 48 años con pénfigo foliáceo de 292 tres años de duración fue tratado con FEC una vez al mes durante ocho meses (28). La enfermedad no respondía a prednisona ni azatioprina; sin embargo, debido a su gravedad, se continuó con estas medicaciones mientras se trataba al paciente con FEC. El paciente mostró sólo una respuesta parcial mientras estaba en tratamiento con FEC y con medicación inmunosupresora oral. Es importante destacar que el tratamiento con FEC no permitió la reducción de los inmunosupresores. Por esto, puede concluirse que el resultado del tratamiento del pénfigo foliáceo con FEC fue relativamente negativo. Por tanto, su uso en el tratamiento del pénfigo foliáceo no puede recomendarse actualmente. ■ Pénfigo vulgar En un artículo publicado en 1990 se demostró el tratamiento satisfactorio de cuatro pacientes con pénfigo vulgar que no respondían a prednisona ni a azatioprina (71). El intervalo de duración de la enfermedad fue 1-6 años. Los cuatro pacientes consiguieron una remisión completa mientras estaban en tratamiento con FEC e inmunosupresores orales. Se administró FEC cada tres semanas y, al aumentar los intervalos de tratamiento, empezaron a aparecer nuevas lesiones. Un resultado interesante de este estudio fue que, al aumentar el recuento de CD8 periféricos en un paciente, se produjo un descenso simultáneo del título de anticuerpos de pénfigo en suero. El tratamiento con FEC también se ha considerado satisfactorio en una mujer de 37 años con pénfigo vulgar de cinco años de duración (72). Debe destacarse que durante el tratamiento con FEC, que fue realizado una vez al mes, la paciente continuó recibiendo 25 mg al día de prednisona y 100 mg al día de azatioprina. La paciente comenzó a responder después de tres ciclos de FEC y consiguió una mejoría clínica del 95% en el sexto ciclo de FEC. También se observó que durante el tratamiento con FEC, la paciente experimentó un descenso en el título de anticuerpos antinucleares (ANA) séricos desde 1:100 a negativos y el nivel de anticuerpos séricos del pénfigo se redujo desde 1:800 a 1:100 durante el período de tratamiento de seis meses. También se ha publicado el tratamiento satisfactorio con FEC en tres pacientes con pénfigo vulgar con una duración de la enfermedad de dos meses a un año (28). Los pacientes se sometieron a FEC una vez al mes durante 2-3 meses. Los pacientes continuaron recibiendo 100-200 g/día de prednisona durante todo el período de tratamiento. En los tres pacientes se observó ausencia de lesiones orales y de piel al final del período de tratamiento con FEC. Como se ha observado claramente, todos los resul- Trastornos cutáneos y no cutáneos tratados con fotoféresis tados clínicamente buenos se obtuvieron en los pacientes que continuaron recibiendo tratamiento con inmunosupresores orales. Por tanto, permanece por demostrarse si FEC, como monoterapia, ejerce un efecto beneficioso real en el tratamiento del pénfigo vulvar. Son necesarios estudios ciegos y controlados. ■ Linfoma de linfocitos B postrasplante Se utilizó FEC para tratar a un paciente con trasplante de pulmón que había desarrollado un linfoma de linfocitos B no Hodgkin 62 días después del trasplante (73). Se comenzó rápidamente el tratamiento con FEC después de la detección del linfoma y se redujo la ciclosporina desde un nivel mínimo de 250 mg/l a 100 mg/l. Se realizó FEC cada dos semanas durante cuatro meses y después se redujo a una vez al mes durante otros cuatro meses. Al final de este tratamiento, no hubo pruebas radiológicas del linfoma de linfocitos B y no recurrió en un período de seguimiento de doce meses. El paciente también tuvo una infección simultánea por el virus de Epstein-Barr, que se ha relacionado con el desarrollo del informa de linfocitos B. Debe destacarse que los linfomas de linfocitos B postrasplante a veces responden sólo suprimiendo la ciclosporina o reduciendo su dosis (74). Sería interesante obtener más datos sobre el efecto de FEC en linfomas de linfocitos B después de un trasplante, puesto que éstos tienen una mortalidad elevada (75). ■ Psoriasis En un pequeño estudio de cuatro pacientes con psoriasis vulgar sin artritis psoriásica, se administró FEC en semanas alternas durante un período de 6-30 meses (76). Dos de los cuatro pacientes también recibieron metotrexato durante el tratamiento con FEC y mostraron una respuesta favorable. Una vez eliminado el metotrexato, la psoriasis brotó cuando estaban sólo en tratamiento con FEC. Los otros dos pacientes que estaban recibiendo sólo FEC a lo largo del estudio mostraron una mejoría durante cuatro meses y después la psoriasis rebrotó. Por tanto, los autores concluyeron que FEC solo producía una respuesta incompleta en el tratamiento de la psoriasis y que producía principalmente un efecto antiinflamatorio y ligeramente inhibidor sobre la psoriasis. Un resultado importante de este estudio fue que al comienzo del tratamiento con FEC había un cociente elevado CD4/CD8 en las muestras histológicas de los pacientes con lesiones de psoriasis en la piel. En dos de los cuatro pacientes (uno tratado con metotrexato y uno sin metotrexato), después de nueve meses de tra- tamiento con FEC se produjo un aumento en el número de linfocitos CD8 en los infiltrados de las lesiones psoriásicas. Podría pensarse que este resultado confirma la teoría de que los tratamientos de FEC producen su efecto por medio de la producción de células CD8 clonales. La patogenia de la psoriasis parece afectar a los linfocitos T de alguna manera. Se sabe que IL-2, que es un activador potente de los linfocitos T, produce una exacerbación de la psoriasis. Ciclosporina, que inhibe la producción de IL-2, mejora la psoriasis. Por tanto, sería prudente llevar a cabo más trabajos sobre el efecto de FEC sobre la psoriasis, que pueden indirectamente dar mayor conocimiento sobre el mecanismo real de la producción de las lesiones psoriásicas. ■ Artritis psoriásica En un trabajo sobre ocho pacientes con artritis psoriásica, con factor reumatoide sérico negativo, en cuatro pacientes se observó una mejoría importante en los síntomas de las articulaciones, que duraron más de un año, después del tratamiento con FEC. Los pacientes fueron tratados con FEC las semanas 2, 4, 8 y 12. En las semanas 13-24 recibieron FEC una vez al mes, junto con PUVA una vez a la semana durante las semanas 13-19, y después PUVA una vez de semana durante las semanas 20-24 (77). Otro estudio analizó a tres pacientes psoriásicos con factor reumatoide seronegativo que recibieron FEC una vez al mes durante 1 año (78). Al final del estudio, dos de los tres pacientes mostraron una mejoría moderada del dolor espontáneo, rigidez matutina e inflamación de las articulaciones. Empezaron a notarse las mejorías después de ocho o nueve tratamientos. En este estudio, y en el mencionado anteriormente, los pacientes también recibieron otra terapia durante el período de tratamiento con FEC y esto oscurece el efecto real de la FEC sobre la artritis psoriásica. Son necesarios estudios ciegos y controlados antes de realizar una evaluación clara de la eficacia de la FEC en este trastorno. ■ Rechazo de trasplantes renales, cardíacos y pulmonares Trasplantes renales En un estudio se han publicado los resultados de cuatro trasplantes renales en adolescentes que experimentaron rechazos recurrentes en grados 2 ó 3 con inmunosupresión estándar (79). Después de seis meses de tratamiento con FEC, el aclaramiento de creatinina mejoró en tres de cuatro pacientes y ninguno de los cuatro experimentó rechazo durante el período de tra- 293 Vol. 4, Núm. 5. Junio 2001 tamiento. Se realizó FEC cada semana durante el primer mes, después, cada dos semanas durante los los meses 2 y 3, y una vez al mes durante los meses 4-6 (80). Otro estudio de tres pacientes con trasplante renal tratados una vez al mes con FEC no demostró ninguna ventaja significativa. También se ha publicado un aumento de la tasa de filtración glomerular en cuatro pacientes con rechazo del injerto renal agudo tratados con FEC (81). Trasplantes cardíacos Uno de los estudios de mayor tamaño sobre trasplantes y FEC fue realizado en 21 pacientes con rechazo del trasplante de corazón (82). Once de los pacientes fueron tratados con FEC una vez al mes durante 6 meses, y en 9 de los 11 este tratamiento fue satisfactorio después de una media de 29,5 días. Los otros 10 pacientes fueron tratados una vez al mes durante el primer mes y cada dos semanas durante el segundo y tercer mes y, después, una vez al mes durante los meses 4-6. En este segundo grupo, que tuvo un tratamiento con FEC más frecuente, todos los rechazos remitieron después de una media de 13,8 días. En general, en los dos grupos, hubo 1,36 rechazos en el grupo tratado menos frecuentemente y 0,8 en el grupo tratado más frecuentemente. En un estudio de comparación de corticosteroides frente a FEC en el tratamiento de rechazos de trasplante cardíaco, se demostró que FEC era un tratamiento igualmente eficaz que los corticosteroides en el tratamiento del rechazo de grados 2, 3A y 3B (82). Con FEC remitieron ocho de los nueve rechazos, y con los corticosteroides siete de los ocho rechazos. Se tardó una media de 25 días de tratamiento con FEC en conseguir la reversión, en comparación con 17 días con corticosteroides (83). Se ha publicado que FEC reduce los episodios de rechazo cardíacos agudos a 0,07 rechazos al mes en comparación con 0,4 rechazos en seis pacientes no tratados con FEC (84). Los tratamientos de FEC se realizaron 1 vez a la semana durante el primer mes, cada dos meses durante los meses 3-4 y después una vez al mes durante los meses 5-6. Trasplantes de pulmón Cinco pacientes con bronquiolitis obliterante después del trasplante pulmonar fueron tratados con FEC (85). Cuatro de los cinco pacientes tuvieron una estabilización temporal de la obstrucción de las vías aéreas después de un tratamiento con FEC cada 2 semanas y después cada 4-6 semanas. En otro artículo se demostró que cinco de ocho pa- 294 cientes con trasplantes pulmonares mejoraron subjetivamente cuando recibieron FEC para el tratamiento de la bronquiolitis obliterante (86). Por tanto, parece haber múltiples evidencias que destacan que FEC supone una ventaja adjunta probable para el tratamiento del rechazo de trasplantes de órganos sólidos. Debe determinarse en futuros estudios qué cantidad de ventajas a largo plazo se derivan actualmente del tratamiento con FEC para el rechazo del trasplante de órganos sólidos. ■ Artritis reumatoide En un pequeño estudio en siete pacientes con artritis reumatoide (87), tres de los siete mostraron mejoría importante, uno mejoría leve y tres ninguna mejoría de la artritis después del tratamiento con FEC. Los pacientes fueron tratados una vez al mes con FEC durante cinco meses y después se aumentó este tratamiento a una vez cada dos semanas. Entre las 12 y 16 semanas de FEC hubo un cambio claro con un descenso en los recuentos de articulaciones en cuatro de siete pacientes. Sólo dos de siete pacientes tuvieron un aumento importante de la fuerza de asimiento. Los títulos del factor reumatoide no descendieron durante el período del tratamiento con FEC (87). Un fallo importante del estudio es que los pacientes no tuvieron que abandonar el tratamiento continuo con dosis bajas de prednisona, metotrexato y antiinflamatorios no esteroideos durante el período del estudio. Por esto, no podemos determinar cuál es el verdadero efecto de FEC sola en el tratamiento de la artritis reumatoide basándonos en este estudio. Los estudios ciegos y controlados ayudarán a realizar esta determinación. ■ Escleredema Una mujer de 49 años con seis meses de antecedentes de escleredema, no asociada con ningún antecedente que infección anterior, fue tratada con FEC (88). La paciente también tenía una paraproteinemia IgG. No demostró mejoría con PUVA y por eso se le adminsitró un tratamiento de FEC en intervalos de una vez al mes. Después de seis meses de tratamiento comenzó a demostrar mejoría subjetiva y objetiva y a los trece meses de tratamiento con FEC hubo un descenso definitivo del grosor de los tejidos y un aumento de la movilidad de la piel. Se continuó el tratamiento con FEC durante 25 meses y demostró mejoría, pero finalmente se produjo un efecto meseta. La paraproteinemia no respondió aparentemente al tratamiento con FEC. Son necesarios más estudios sobre FEC en el escleredema para determinar si puede reproducirse este efecto beneficioso. Trastornos cutáneos y no cutáneos tratados con fotoféresis ■ Escleromixedema Se han publicado dos informes de un caso de escleromixedema tratados con FEC (89,90). En un artículo, una mujer de 41 años tenía antecedentes de seis meses de lesiones de escleromixedema y una gammapatía monoclonal de tipo IgG-kappa (89). Después de seis meses de tratamiento sin éxito con isotretinoína, se administraron clorambucil y prednisona durante dieciocho meses, de nuevo, con poca mejoría. Los autores consideraron que como había pocos informes de suavizamiento de las lesiones de esclerodermia con FEC, este tratamiento podría ser eficaz en las lesiones de escleromixedema también. Se administró FEC en un ciclo (dos días consecutivos de tratamiento) todos los meses durante doce meses. Al final de los 12 tratamientos mejoró la movilidad de las articulaciones y las lesiones de la piel mejoraron considerablemente. Después de cinco meses sin FEC, todavía continuaba la mejoría. En otro artículo, una mujer de 50 años con escleromixedema fue tratada durante 5 años con PUVA y plasmaféresis (90). La respuesta global a estos dos tratamientos fue limitada y puesto que la paciente rehusó recibir quimioterapia (por ejemplo, melfalan), se comenzó un tratamiento con FEC. Fue tratada una vez al mes con FEC y, después de doce meses, las lesiones parecían haberse reducido, aunque todavía existían. También presentaba una paraproteinemia monoclonal que sólo descendió desde 1,3 a 1,1 mg/dl después de doce meses de tratamiento con FEC (90). Por esto, tenemos sólo un informe de tratamiento satisfactorio con FEC y otro que no mostró resultados llamativos en el tratamiento del escleromixedema. Según estos datos limitados, podría sugerirse que el tratamiento con FEC debe reservarse a pacientes con escleromixedema en los que ha fallado el tratamiento con PUVA, plasmaféresis y quimioterapia. Son necesarios más resultados sobre el tratamiento con FEC del escleromixedema para determinar su valor real para tratar esta enfermedad. ■ Conclusiones La fotoféresis extracorpórea (FEC) se ha utilizado para tratar una variedad de enfermedades. La mayoría de los estudios han sido informes de pocos casos y, por esto, faltan pruebas científicas sobre la eficacia de la mayoría de los trastornos tratados con FEC. Hay muchas evidencias que destacan las ventajas de FEC para el tratamiento del linfoma cutáneo eritrodérmico de linfocitos, reacción del injerto contra el huésped y rechazo de trasplantes de órganos sólidos. Esperemos que se realicen estudios ciegos y controlados sobre el tratamiento con FEC de las otras enfermedades comentadas en esta revisión. Si se realizan estos estudios, podrán extraerse conclusiones claras respecto a la utilidad de la FEC en el tratamiento de estas enfermedades. Bibliografía 1. Mayes M. Photopheresis and autoimmune diseases. Rheum Dis Clin N Am 2000; 26: 75-81. 2. Gasparro FP. The impact of psoralen photoadducts in cells. In: Gasparro FP, ed. Extracorporeal. Photochemotherapy: Clinical Aspects and the Molecular Basis for Efficacy. Boca Raton, FL: CRC Press, 1994: 37-58. 3. 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