Trabajo Práctico: Partidos Políticos 1891 UCR: Unión Cívica Radical

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Trabajo Práctico: Partidos Políticos
UCR: Unión Cívica Radical
Materia: CÍVICA
Alumnos:
Curso: 3ro 1ra
Año: 2002
LOS ORIGENES DEL RADICALISMO
Si bien la UCR como partido nace en 1891, debemos retroceder un poco para llegar a sus inicios. En el año
1889, en el mes de septiembre, nace un heterogéneo grupo opositor bautizado "Unión Cívica". Dentro de esta
encontrábamos sectores católicos y laicos, clases altas desplazadas de la alianza gobernante y sectores medios,
universitarios etc. Su principal campo de acción se encontraba en la provincia de Buenos Aires.
Los reclamos por la modificación del sistema político, fueron canalizados en principio por la naciente Unión
Cívica. Dos dirigentes sobresalieron notoriamente del resto, Bartolomé Mitre, con una dilatada trayectoria en
la política argentina, y Leandro Alem, dotada de un carisma especial y cuyo ascendiente sobre los integrantes
de la Unión Cívica lo catapulto rápidamente a la primera línea de la novel agrupación.
Obra de esta Unión Cívica fue la denominada Revolución del Parque o Revolución del 90 levantamiento
armado contra el gobierno de Juárez Celman y que si bien fue sofocado por las fuerzas leales al gobierno,
tuvo amplias consecuencias políticas, entre ellas la renuncia anticipada del Presidente de la Nación y su
reemplazo por el vicepresidente Carlos Pellegrini. Además las víctimas de los intensos enfrentamientos se
contaron por centenares.
El Pacto Roca−Mitre, la fractura de la Unión Cívica y el nacimiento de la UCR.
Como consecuencia de un acuerdo suscripto entre el sector de la Unión Cívica que respondían a Mitre y
sectores oficialistas cercanos a Roca, se produce la fractura de la Unión Cívica y el nacimiento de la llamada
UNION CIVICA RADICAL. El agregado de Radical es tomado de Leandro N. Alem, algunos afirman que
ocurrió luego de la siguiente declaración: Yo no acepto el acuerdo; soy radical contra el acuerdo; soy radical
intransigente, Alem era muy afecto a la palabra radical.
Efectivamente el día 2 de Julio de 1891 la mayoría del Comité Nacional de la Unión Cívica lanza un
manifiesto, del que reproducimos un fragmento, anunciando la ruptura de la agrupación y el repudio al
acuerdo Roca−Mitre.
Entonces, a partir de 1891 la Unión Cívica Radical, hace su aparición en la escena política argentina. Entre
sus principales dirigentes se encontraban además de Alem y su sobrino Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de
Alvear, Deodoro Roca, Lisandro de la Torre, Pelagio Luna, José Lencinas, Angel Gallardo, Tomas A. Le
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Bretón, José Luis Cantilo, Felipe Senillosa, Bernardo de Irigoyen, Aristóbulo del Valle y otros.
La UCR, Alem e Yrigoyen
A pesar del fallido intento de 1890, la UCR no abandonó el camino de la sublevación armada, hasta 1905 se
produjeron distintos levantamientos en diferentes provincias (Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Santa Fe) los
que finalizaron igualmente derrotados ya que el gobierno a pesar de los problemas mantenía intacta la
capacidad represiva. Por ejemplo, antes de las elecciones de 1892, cuando las huestes radicales se preparaban
para darle un dolor de cabeza al oficialismo, la cúpula del partido fue detenida poco antes del comicio y todas
los reclamos sofocados, los radicales apenas participaron del proceso electoral.
En tanto Alem paso una larga temporada entre rejas lo cual sólo logró consolidar su prestigio y liderazgo.
Por otra parte, bajo la conducción de este último, el radicalismo más que un partido político se consideraba
una especie de cruzada redentora, contra un régimen inmoral y contra el positivismo reinante, en oposición al
gobierno enarbolaba un proyecto nacional que no permite conformarse con una política de conciliación, esto
implicaba la férrea negativa a pactar con el régimen, y con sus aliados, lo que significa una actitud
revolucionaria que se expresa a través de los alzamientos armados.
Este tipo de oposición, a todo o nada, finalizaba generalmente con la segunda opción, mientras el gobierno se
mantuviera unido y su fuerza intacta, la política radical había alcanzado un techo difícil de superar, había
ingresado en un callejón sin salida. Esta situación repercutió en el seno del radicalismo, provocando
apasionados debates sobre las futuras estrategias y los pasos a seguir. Este debate enfrentó a los principales
líderes del partido, Alem e Yrigoyen, este ultimo sostenía que la base del triunfo residía en abandonar la
conducción errática e inorgánica que hasta ese momento llevaba el partido y hacer más sólida la estructura
partidaria a través de una reorganización interna.
Esta diferencia entre ambos dirigentes no llegó a desarrollarse totalmente ya que Leandro Alem se quitó la
vida en julio de 1896, con apenas 54 años. Una etapa se cerraba en la vida del naciente radicalismo.
EL RADICALISMO, LA REFORMA ELECTORAL Y EL FIN DEL REGIMEN
Luego de la muerte de Alem, el partido vivió unos años de desconcierto, pero entrado el nuevo siglo el
radicalismo conducido por Hipólito Yrigoyen comenzará a desarrollarse internamente, tomando el modelo
norteamericano de convenciones y sumando a esto la apertura de innumerables Comités barriales, se irá
estructurando como el primer partido moderno de la Argentina. El contacto constante con los vecinos, el
surgimiento de una figura barrial prestigiosa a cargo del comité y diversos emprendimientos editoriales fueron
consolidándolo.
En 1905 el radicalismo volvió a levantarse en armas, este nuevo intento se expandió sorpresivamente a varios
lugares del país, pero el revés de la intentona en la Capital Federal determinó el fracaso del que sería el ultimo
intento para derrotar al régimen por la vía de la fuerza.
Igualmente el radicalismo, será sospechoso eternamente de conspirar, y cualquier movida será vista así por el
régimen.
A esta sensación predominante en el imaginario de los sectores oficialista, se sumó la firme política radical de
no participar de las elecciones que no garanticen la debida transparencia, el importante crecimiento de la
estructura partidaria y de forma no menor las modalidades de protesta que se encauzaban en formas
alternativas, dada la inexistencia de un sistema político abierto y democrático.
LA UCR EN EL GOBIERNO
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1912, Saenz Peña
La llegada de Sáenz Peña a la presidencia, representó el triunfó de los sectores reformistas, conscientes de la
necesidad de ampliar los limites de sistema electoral. De esta manera comienza el proceso de reformas que
desembocara en 1912 con la llamada posteriormente Ley Saenz Peña, que entre otros aspectos garantiza el
voto secreto, obligatorio y universal masculino. Por otra parte comienzan a confeccionarse los padrones con
mayor limpieza.
Primeras experiencias y consecuencias bajo la nueva ley
Entre 1912 y 1916 la UCR se fue fortaleciendo interna y externamente. La habilidad de Yrigoyen fue decisiva
a la hora de sortear los obstáculos que el régimen le iba colocando, rechazo de ofrecimientos de cargos en el
gabinete, abstención en las elecciones viciadas etc. Sin embargo dos hechos ensombrecían los avances
logrados: primero, la incorporación de grupos conservadores que intuyendo la debacle del régimen, intentaban
acomodarse favorablemente en el nuevo gobierno y segundo, el carácter cada vez más despiadado que iban
tomando las disputas internas, como el caso de Santa Fe, donde se forma una sólida corriente disidente. Pero
estas cuestiones cobrarían mayor relevancia años después, cuando el radicalismo llegó al gobierno.
A principios del mes de Marzo de 1916 se reúne el Comité Nacional, entre otros asuntos para elegir la dupla
que competirá en las elecciones de abril. Existen varias especulaciones, según estas, el candidato natural,
Yrigoyen, rechazaría el ofrecimiento.
En otra elección similar, pero más disputada, es elegido para acompañar a Yrigoyen el Dr. Pelagio Luna, de la
provincia de La Rioja.
Así, en 1916, se realizan las primeras elecciones generales para elegir presidente y vice, bajo la ley que
regulando la actividad electoral, permitió realizarlas por primera vez respetando la voluntad popular. De esa
manera, la que siempre había propiciado la UCR, por la que habían peleado Alem, Yrigoyen y tantos otros,
entre los que se encuentran aquellos que habían caído en los sucesivos levantamientos radicales contra el
fraude, se elegía al primer presidente democrático en la historia argentina. El 20 de Julio de 1916 se elige el
nuevo presidente. 134 electores se reparten entre Angel Rojas, Lisandro de la Torre y Juan B. Justo. Hipólito
Yrigoyen obtiene 152. El radicalismo era gobierno por primera vez en su historia. La causa se impuso sobre
el régimen.
1916−1922, PRIMER GOBIERNO DE YRIGOYEN
Una vez ganadas las elecciones, el rol de la UCR no podía seguir siendo el mismo. La llegada al gobierno
había significado el triunfo de la causa por la reparación nacional, el respeto a la constitución y a la libertad
del sufragio. Estos objetivos, amplísimos, habían unido un heterogéneo grupo de seguidores, pero también
relegaron a un segundo lugar las posiciones que el radicalismo debería adoptar frente a la realidad económica,
social, a la política exterior etc.
En efecto, el radicalismo seguía manteniendo ese carácter movimentista que lo había signado desde sus
orígenes y esta supuesta indefinición representaba un hecho natural para el grado de desarrollo del sistema
político en general y del radicalismo en particular. A partir de su acceso al gobierno el radicalismo comienza a
definirse, y ésta definición si bien tiene fundamentos teóricos se da fundamentalmente en la practica política
cotidiana.
El radicalismo como tradición partidaria se terminará de conformar a mediados de la década del 30, pero la
impronta yrigoyenista será decisiva a la hora de comprender el pensamiento y la acción radical.
1922−1928, GOBIERNO DE MARCELO T. DE ALVEAR El segundo gobierno radical difirió mucho del
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primero. Alvear llegó de Francia muy influenciado por el modelo europeo de gobierno y de partido. Pensó en
primer lugar que debía darle más importancia a los ministros, poniendo en ese lugar personalidades relevantes
en lugar de los ilustres desconocidos que rodearon a Yrigoyen. Así encontramos, entre otros, a José Nicolás
Matienzo en Interior, en Relaciones Exteriores a Angel Gallardo, como ministro militar a Agustín P. Justo (en
el gobierno de Yrigoyen estaba a cargo de un civil), y a Tomas le Bretón en Agricultura. La conformación del
gabinete no satisfizo los Yrigoyenistas, ya que la mayoría de sus integrantes provenían del grupo
antiyrigoyenista, autodenominado Antipersonalistas.
1928−1930, EL SEGUNDO GOBIERNO DE IRIGOYEN En esos dos años la UCR no pudo gobernar, al
panorama del pais de aquel momento se agregan las trabas en el Congreso, que se tornaban insuperables,
entonces como resultado final encontramos que la acción opositora sobrepasaba a la adormecida iniciativa del
ejecutivo, que presa otra vez de luchas internas no alcanzó a prever la existencia de la conspiración. De
haberlo hecho, esta probablemente hubiese podido ser sofocada, ya que no alcanzo la adhesión prevista en el
ejercito, que aun mantenía una importante corriente profesionalista, y mucho menos la adhesión popular.
Es verdad que el presidente estaba viejo, que estaba rodeado por asesores que le ocultaban las dificultades de
la realidad, pero es también cierto que mantuvo algunas iniciativas políticas que contribuyeron a profundizar
el odio y el temor de los sectores de la oligarquía.
El 5 de septiembre Yrigoyen, enfermo, delega el poder en el vicepresidente, el 6 de septiembre de 1930 un
grupo de cadetes del colegio militar, grupos civiles armados y algunas tropas regulares llegan a la casa de
gobierno y exigen la renuncia del gobierno. Yrigoyen se dirige a La Plata para obtener refuerzos, ordena
resistir aunque el vicepresidente, sin la personalidad que los hechos requerían ya había capitulado.
El nuevo presidente era Uriburu, mediocre militar, y peor político.
ELECCIONES 1946 En las elecciones de 1946, la UCR integra con otros partidos la llamada Unión
Democrática, que enfrenta la candidatura de Perón y es derrotada por éste.
Desde este año y hasta su derrocamiento en 1955, la UCR confronta rudamente con el gobierno de Perón.
1958−1973, FRONDIZI, ILLIA Y BALBÍN Antes de las elecciones generales de 1958 convocadas por el
gobierno militar, el radicalismo se divide: por un lado la UCRP (Unión Cívica Radical del Pueblo) liderada
por Ricardo Balbín, y por el otro la UCRI (Intransigente) cuya principal figura es Arturo Frondizi. Éste resulta
electo gracias al apoyo del peronismo, pero es derrocado en 1962. Al año siguiente llega a la presidencia el
candidato de la UCRP Arturo Illia, con el peronismo aún proscripto que votó en blanco. Illia es derrocado
también en 1966, y en las siguientes elecciones, en 1973, donde triunfa por dos veces el Frente Justicialista, se
presenta Ricardo Balbín como candidato de la Unión Cívica Radical, sin aditamentos.
1983−1989: GOBIERNO DE RAUL ALFONSIN Pasado el proceso militar generado por el golpe de 1976, se
impone el radicalismo sobre su tradicional adversario justicialista, en 1983, con Raúl Alfonsín como
candidato. En 1989 vuelve el gobierno a manos del justicialismo con Carlos Saúl Menem, que gobierna hasta
el año 1999, en que el radical Fernando de la Rúa, como candidato de la Alianza con el Frepaso, llega a la
primera magistratura.
ELECCIONES 1999
En el año 1997 la UCR se une al FREPASO, conformando la Alianza (Alianza Trabajo, Justicia y Educación),
partido que presentaria como candidatos para las elecciones presidenciales a Fernando De La Rua (UCR)
como candidato a presidente, y Carlos Alvarez (FREPASO) candidato a vicepresidente, obteniendo el 48.50%
sobre el total de los votos, dándolos por ganadores.
Sus principales proyectos de gobierno, estaban referidos a:
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Por los derechos civiles, la seguridad y la justicia.
• Modificación del régimen de excarcelación.
• Ley Orgánica del Ministerio Público.
• Régimen para la protección jurídica del interés colectivo en la prestación del servicio público.
• Rechazo a las maniobras que se realizan para vulnerar la autonomía de la provincia de Catamarca.
• Pedido al Poder Ejecutivo de abstenerse a ampliar la intervención federal en la provincia de
Corrientes.
• Reclamo al Poder Ejecutivo por su insistencia a legislar abusando del principio de necesidad y
urgencia.
Por la Educación y la Cultura.
• Declaración de Monumento Histórico de la escuela Onésimo Leguizamón.
• Pedido de informes por el incumplimiento de la Ley de Doblaje.
• Régimen del Teatro independiente.
• Gravámen del 0,5% sobre todo honorario que perciban los profesionales universitarios para el
sostenimiento de las universidades nacionales.
Por la economía.
• Pedido de informe por las causas que motivaron el atraso de la publicación de las cifras
correspondientes a las cuentas nacionales elaboradas por el Banco Central.
• Pedido de informes sobre la adjudicación de la empresa Gas del Estado.
El gobierno fue interrumpido a raíz del movimiento del 20 de diciembre del 2001, donde el pueblo expreso su
repudio a los gobernantes y al modo de gobierno, llevando a la renuncia del Dr. De La Rua (previamente
meses antes había renunciado Carlos Álvarez) y a un periodo de varios gobiernos provisorios hasta que
asumiría interinamente el Dr. Eduardo Duhalde, para terminar el mandato del anterior gobierno y llamar a
próximas elecciones.
PRINCIPIOS E IDEOLOGÍAS DEL RADICALISMO
Fue seguramente Karl Christian Friederich Krause (1781−1832) quien más influenció en ese terreno a
Yrigoyen y a otros dirigentes radicales.
El Krausismo
Hay tres o cuatro cosas muy importantes que en el pensamiento y la practica política de Yrigoyen y el
radicalismo están directamente tomadas del krausismo y que se han integrado a las raíces de lo que podría
denominarse una ideología radical. Y que se concilia muy fácilmente con la ilustración del siglo XVIII, con
el pensamiento de la Revolución Francesa, con las corrientes del idealismo romántico social de la Generación
argentina de 1837.
En primer lugar, la idea de democracia, como expresión de la soberanía popular de la participación. La
concepción del individuo concebido como ser para la libertad y con la solidaria armonización del individuo
con las necesidades de la sociedad en su conjunto.
En segundo lugar, la idea de nación y de las relaciones de las naciones entre sí, como articulación de
soberanías internas, de libre asociación de autonomías, partiendo de la sacralización de los hombres y de los
pueblos.
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En tercer lugar, algo que esta muy arraigado en el pensamiento radical, que es la concepción de armonía
social, del dialogo, de la tolerancia, de la pacífica superación de los conflictos, de un humanismo pacifista.
Este estilo krausista estaba muy acendrado en Yrigoyen: su manera de hablar, su actitud de convencer, su
gesto pedagógico en el trato político individual. Esto se traslado a los más notables dirigentes radicales, que
no actuaban así porque eran krausistas: simplemente recogieron lo que surgía de la conducta de su líder, y lo
incorporaron a una filosofía de vida y a una ética social.
Desde luego, el radicalismo no fue solamente influido por el krausismo o el liberalismo del siglo pasado. Si
bien Yrigoyen no tenía conocimientos profundos del marxismo, sí era claramente antipositivista, espiritualista
y humanista, y esto forma parte permanente de las concepciones ideológicas del radicalismo.
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