Los herederos de Estrada Escrito por Eduardo Semtei Lunes, 07 de Septiembre de 2009 08:12 El Gobierno venezolano bajo la dictadura de Pérez Jiménez se fue deteriorando salvajemente en materia de derechos humanos. Represiones selectivas y allanamientos esporádicos terminaron en asesinatos planificados, allanamientos masivos, centenares de detenciones, torturas despreciables, humillaciones físicas y morales, suplicios y ultrajes sexuales. El Gobierno venezolano en los últimos 10 años se ha ido deteriorando gravemente en materia de derechos humanos. Las promesas de respetar a los jóvenes, las marchas, a la oposición, los derechos humanos, a las minorías, se han transformado en represiones selectivas, allanamientos esporádicos, ballenas y gas contra los estudiantes, piedras, palos, botellas y huevos podridos contra las marchas opositoras, contra pobladores indefensos como en Curiepe, y detenciones. Pérez Jiménez tuvo a Pedro Estrada como el jefe de las operaciones del odio y la muerte. El Presidente actual tiene fiscales, ministros, militares, jueces y policías para sus operaciones destinadas al cumplimiento de la consigna "Patria, Socialismo o Muerte". A todos ellos se les puede endilgar fácilmente el remoquete de "herederos de Pedro Estrada" . Al morir el dictador Gómez, Santiago Siso Ruiz nombró a Pedro Estrada como jefe de la Policía de Maracay, en 1936. Estrada suprimió a sangre y fuego una insurrección hecha por el Partido Comunista para tomar Aragua. En 1937 llegó a jefe de la sección política de la Policía de Caracas. En nuestros días sabemos que los errores de la oposición le permitieron al Gobierno designar diputados, magistrados, rectores, jueces, fiscales, contralores, génesis de un desequilibrio institucional que gravita patológicamente contra la salud de la República y contra la paz. Pedro Estrada fue nombrado jefe de la policía política de Pérez Jiménez, la temida Seguridad Nacional, en 1951, dado el fracaso del director anterior. Bajo su responsabilidad, más de 1.000 venezolanos fueron sepultados en campos de exterminio como Guasina, Sacupana y El Dorado. Ahora, los ciudadanos que asisten a marchas pacíficas son acusados de conspiradores, de agentes extranjeros, de instigar la desobediencia civil, de insurrectos y golpistas, y son enviados a las peores cárceles de criminales, como La Planta y Yare. Protestar es símil de asesinar, violar, atracar. Pedro Estrada estructuró una red de torturadores, esbirros, secuaces y sicarios. Ulises Ortega se divertía electrocutando; Miguel "Negro" Sanz era especialista en patadas, batazos y kung fu; Braulio Barreto en el uso de la soga y el ring. Y hubo otros, como "el Bachiller" Castro, Luis Enrique Torres "Torrecito" y Daniel "Suelaespuma" Colmenares. 1/2 Los herederos de Estrada Escrito por Eduardo Semtei Lunes, 07 de Septiembre de 2009 08:12 Hoy evidenciamos un grupo de jueces y fiscales especialistas en ordenar privativas de libertad y, de alguna manera, convalidar, incitar y aun apoyar las penurias y daños físicos y morales, incluso la posibilidad de violación y muerte, que puedan sufrir padres de familia en cárceles repletas de criminales de alta peligrosidad. La ceguera que produce el poder nubla visión y razón a los gobernantes. Ven conspiraciones donde hay protestas pacíficas. Criminales cuando son simples ciudadanos. Intentos de asesinato por mujeres indefensas. Emboscadas internacionales por doquier. Celadas, sabotajes, acechanzas, zancadillas. Es un proceso de enloquecimiento gradual. Sólo un equilibrio en los poderes públicos puede enderezar el torcido camino que llevan. Una Asamblea Nacional fuera del control del Poder Ejecutivo. Un Poder Judicial independiente. Un Ministerio Público racional. Una Contraloría sana. Un Ejército no deliberante. Lograr tal hazaña es difícil, pero es el camino. Pedro Estrada no puede regresar de la tumba. Ni mucho menos reencarnar en muchos. [email protected] Fuente: El Nacional 2/2