Cum subit illius tristissima noctis imago, quae mihi

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Cum subit illius tristissima noctis imago,
quae mihi supremum tempus in urbe fuit,
cum repeto noctem,qua tot mihi cara reliqui,
labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
P.OVIDI NASONIS TRISTIUM LIBER PRIMUS (III).
ntroducción
Canto y Llanto
E
l hecho de dar estos poemas a la luz de la
imprenta y exponerlos a la lectura pública obedece
a varias intencionalidades, mezcladas con múltiples
sensaciones y sentimientos, a veces contradictorios.
Pretenden, sobre todo, servir de homenaje póstumo
a mi esposa, fallecida el treinta de agosto del año
2010. (Creo que es lo único y lo mejor que, de modo
espontáneo y sencillo, he podido ya hacer por ella).
Pero también aspiran a ser un reconocimiento
generalizado de agradecimiento a las muestras de
cariño de todos los amigos y convecinos. Por lo que,
si se me permite, pretenden ser un homenaje a la
población de Castuera que tantas muestras de delicada
afectividad han tenido siempre con nosotros.
Ha sido ese cariño y esa afectividad la que me ha
permitido conocer situaciones similares de pérdida de
seres queridos, más abundantes de lo que parece.
Y como no siempre es fácil expresar los
sentimientos más íntimos, quiero pensar que la lectura
de mis poemas pueda servir de consuelo a aquellos
que han sentido las mismas sensaciones por haber
vivido también circunstancias de dolor extremo.
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Canto y Llanto
No existen pretensiones literarias, aunque en mí el
cultivo de la poesía haya sido una vocación recurrente.
Son poemas escritos a vuela pluma, aunque la técnica
y el oficio subyacen bajo la aparente sencillez. Esto
quizá sea muy importante, pues lo que han perdido de
academicismo y formalismo métrico lo han ganado
en espontaneidad y pureza para la delicada expresión
de los sentimientos más hondos.
Son versos blancos en combinaciones libres
de pentasílabos, heptasílabos, eneasílabos y
endecasílabos. Bajo la sencillez, subsiste, con
exquisita precisión, la disciplina métrica, propia de la
actividad literaria.
Debo aclarar, no obstante, que la forma de los
versos ha sido rota por razones estéticas. Persiste la
estructura de los versos pero no la forma, por lo que
sólo los estudiosos de la mejor poesía podrán detectar
estas singularidades.
Sin embargo los poemas no pierden intensidad ni
belleza, en mi opinión, sino que ganan plasticidad y
hondura, al jugar con la distribución libre de palabras
y espacios (los espacios vacíos también transmiten
connotaciones esenciales) y al disponerse las palabras
sobre el papel en una sola línea vertical. Línea vertical
que rompe la horizontalidad habitual de la escritura y
adquiere valores simbólicos metafísicos, al mostrarse
desnuda en el centro de la página. Es la escisión
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Canto y Llanto
total, la separación definitiva entre el este y el oeste,
oriente y occidente, amanecer y ocaso, luz y sombra.
Símbolos poéticos esenciales.
Es, en último término, la división esencial entre la
vida y la muerte.
En todo caso, confío en que este librillo sea
benévolamente acogido por todos y sirva en su
disculpa la delicadeza con que ha sido escrito.
Castuera, 17 de enero de 2010.
El autor.
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Canto y Llanto
oemas
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Canto y Llanto
Te has ido,
Antonia,
este treinta
de agosto,
como
la brisa
cálida
de los vientos
del sur.
Te has alejado,
grácil,
igual
que una
gacela,
leve y fugaz,
dejándonos
sumidos
en la orfandad
difusa
de tu fuga.
Ya no podrás
instilar
tu perfume,
tan próximo
al jazmín,
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Canto y Llanto
ni
aspirar
la fragancia
primaveral
de
las mimosas.
Has remontado
el vuelo,
con el breve
aleteo
de
una
tórtola,
dejando
al
horizonte
herido
para siempre
con tu ausencia.
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Canto y Llanto
Ya no verán
tus ojos
estas tierras
ardientes,
en las que
el sol
se instaura,
pleno
de reverberos
cegadores.
Esos ojos,
vivaces,
que acapararon
siempre,
igual que inquietas
mariposas,
paisajes y ternuras
familiares.
Inmóvil se quedó
la panorámica,
eterna,
ya,
la luz
en tu mirada
dulce,
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Canto y Llanto
irreducible al llanto
y
a la sombra.
Y,
ciegos,
vamos,
buscando tu consuelo,
por
la herida
de amor
que
nos
dejaste...
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Canto y Llanto
La casa
está impregnada
de tu denso perfume
por más
que estén abiertas
las ventanas
como a ti te gustaba.
Por el pasillo
corre
esa brisilla débil,
que tú tan bien
conoces.
Y,
de pronto,
parece
que vas ha llegar tú
a llenar
de presencia
este inmenso vacío,
ya,
insondable .
Como si aún
pudieras
abrir el horizonte
por tus ojos,
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Canto y Llanto
iluminar la luz
con tu sonrisa,
ceñir el universo
a
tus
abrazos,
y
recrear,
como un milagro,
cada día,
el mundo a la medida
de las suaves caricias
de
tus
manos.
Ese mundo
que ha huído,
igual que tú,
a un lugar
inefable,
sin posible
retorno.
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Canto y Llanto
El sol,
que ya caduca,
tiñe de gualdas
los áridos paisajes
de esta Serena
tuya,
tan repetidamente
contemplada.
La atmósfera,
translúcida,
anticipa las sombras
del ocaso.
Pacen el pasto seco
las merinas
y
los primeros brotes,
nacidos con las lluvias
de septiembre.
Pero
tú
ya no estás
en tu terraza, contemplando
la tarde, placentera.
De púrpuras
se incendian las montañas,
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Canto y Llanto
que tú ya no verás...
Y el sol
se precipita en el abismo,
igual que
tú,
radiante,
ardiendo
hacia poniente,
para ser
devorada
por
la noche.
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