59-2009 Inconstitucionalidad. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador a las quince horas con seis minutos del día veintiuno de mayo de dos mil diez. Agrégase a sus antecedentes el escrito presentado por el ciudadano Nilton Amílcar Alfaro Dueñas, mediante el cual pretende subsanar las prevenciones formuladas por este tribunal en resolución de 5III-2010, y sobre lo expuesto en el mismo se hacen las siguientes consideraciones: I. 1. En dicha resolución, se previno al demandante para que: (i) manifestara si impugnaba la totalidad del Reglamento Especial para el Control y Regulación de Artículos Similares a Explosivos, Sustancias Químicas y Productos Pirotécnicos o si únicamente impugnaba los arts. 1, 7, 8, 9, 11, 14, 15, 16, 17, 19, 26, 28, 29, 31, 40, 58, 67 y 80 del referido Reglamento; (ii) en cualquiera de los casos atribuyera contenido normativo a cada una de las disposiciones que considera inconstitucionales; y (iii) expresara los argumentos necesarios para evidenciar la confrontación normativa entre las disposiciones impugnadas y los parámetros de control sugeridos. 2. A. Luego de indicar que impugna los artículos referidos a la "destrucción" de la industria pirotécnica, manifiesta que no existe duda de la vulneración que emerge de todo el Decreto Ejecutivo, por ello sería idóneo que este Tribunal eliminara la existencia de todo el Decreto. B. El pretensor transcribe nuevamente los arts. 1, 7, 8, 9, 11, 14, 15, 16, 17, 19, 26, 28, 29, 31, 40, 58, 67 y 80 del Reglamento Especial para el Control y Regulación de Artículos Similares a Explosivos, Sustancias Químicas y Productos Pirotécnicos y señala que los referidos artículos destruyen todo el proceso industrial pirotécnico, con la regulación y control que obliga a una serie de permisos. Asimismo, enumera una lista de derechos y principios supuestamente vulnerados que se encuentran consagrados en el siguiente orden: "libertad de comerciar", "derecho a ejercer toda industria lícita" y derecho de propiedad –art. 2 Cn.–; "libertad legal" –art. 8 Cn.–; debido proceso y derecho de audiencia –art. 11 Cn.–; principio de legalidad –art. 15 Cn.–; derecho al trabajo –art. 37 Cn.–; y separación de poderes –art. 86 inc. 3° Cn.–. C. Sobre el derecho de propiedad el demandante vuelve a transcribir los mismos argumentos de su demanda. Al definir el "derecho de comerciar", manifiesta que al consagrarlo la Constitución evita una política intervencionista por parte del Estado; en consecuencia, pone un dique al auge del estatismo económico y preserva un ámbito mínimo de libertad comercial entre los particulares. Indica además que la orientación de la política económica del Estado ha producido limitaciones a la libertad de comercio justificadas en el interés social y distorsiona la igualdad de condiciones e igualdad ante la ley por excesos de la libertad de comercio. El pretensor señala como facetas constitucionales de la "libertad de comercio" la libertad como derecho público objetivo, libertad aduanera interior, circulación territorial y libertad de tránsito. Luego conceptualiza el derecho al trabajo –art. 37 Cn.– y enumera su contenido; en los mismos términos se refiere al derecho a ejercer toda industria lícita. D. Al referirse a la separación de poderes y al principio de legalidad, el demandante manifiesta que toda privación o limitación de derechos tiene que desarrollarse en una ley emitida por el Órgano Legislativo y no de un Decreto Ejecutivo, pues en estos casos existe reserva de ley. Que la imposición de sanciones requiere de un juicio previo y no obstante ello, al imponerle la sanción pecuniaria, el agente lo hizo en inobservancia del artículo 11 Cn. con violación a su garantía de audiencia y específicamente la de juicio previo, ya que las disposiciones impugnadas no contemplan un juicio previo a la privación del derecho de propiedad del material pirotécnico; además el seudoprocedimiento no contempla la garantía de audiencia. El reglamento no puede suplir a la ley –sostiene– ya que hay materias que le son reservadas y la garantía de audiencia debe estar regulada conforme a las leyes y no conforme con reglamentos; en consecuencia, el Ejecutivo se excedió en sus atribuciones al desarrollar la garantía de audiencia por medio de un procedimiento posterior a la privación del derecho. La ley de la materia tampoco regula recursos previos, pues no existe un medio de impugnación en sede administrativa que pueda exigirse como requisito legal antes de los decomisos y multas. El demandante también afirma que, por principio constitucional, sólo el Órgano Judicial puede imponer penas y, como excepción, la autoridad administrativa puede imponer determinadas sanciones mediante resolución o sentencia y previo el juicio correspondiente. El "principio de no concentración "–añade– surge del rol fundamental que cumple la Constitución al ser agente distribuidor de las funciones del Estado; dicho principio consiste en poner un límite al alcance de las competencias otorgadas por las normas de organización, y tiene una vinculación con el principio de separación de poderes, específicamente con el principio de legalidad, en el sentido de que todo lo realizado por un funcionario del Órgano Ejecutivo en exceso de sus facultades o atribuciones es nulo –art. 164 Cn.–. En tal sentido –sostiene–, se menoscaba el derecho de propiedad por parte del Órgano Ejecutivo, cuando es el Órgano Legislativo quien lo debería hacer. Añade que la legalidad sancionatoria o punitiva en todo Estado de derecho, reconocida por esta Sala en su jurisprudencia con los aforismos "nulla poena sine lege, nulla crimen sine lege, nulla poena sine culpa y nulla poena sine iudicio" rige también en el derecho administrativo sancionatorio; que el último aforismo hace referencia a la garantía de audiencia, que debe ser respetada de manera inexcusable y que existe violación a tal garantía ya que la ley de la materia no ha regulado nada al respecto, sino que es el reglamento, el que establece un "seudo procedimiento" mediante una audiencia posterior al interponer el recurso de inconformidad, que no garantiza el derecho de audiencia. En ese sentido, se regulan los recursos de las sanciones impuestas sin juicio previo y sin la posibilidad de recurrir de la sanción ante el director de logística y que, además, es impuesta por persona incompetente. E. En relación con la reserva de ley, el actor expone que la garantía de audiencia es materia reservada a ley, ya que es un principio según el cual sólo por ley se pueden adoptar determinadas regulaciones. Que el fundamento de la reserva de ley es –entre otros- la protección de los derechos fundamentales y que esto únicamente puede derivarse de una ley formal. La preferencia hacia la ley para imponer límites normativos a los derechos fundamentales proviene de la carga de legitimación democrática de los parlamentos o asambleas. El pretensor explica que el art. 246 Cn. establece que los principios, derechos y obligaciones regulados por la norma fundamental, no pueden ser alterados por las leyes que regulan su ejercicio; que, en un análisis sobre los alcances de dicha disposición, este Tribunal ha establecido la diferencia entre regulación y limitación de derechos, así como las condiciones para su ejercicio y garantías. Así, sólo pueden limitarse o restringirse derechos fundamentales por una ley en sentido formal, mientras que su regulación –condiciones de ejercicio, manifestaciones, alcances, entre otros– puede hacerse a través de cualquier norma de carácter general, impersonal y abstracto. III. Vistos y analizados tanto el escrito de la demanda como el de cumplimiento de prevención, esta Sala observa algunas inconsistencias en la pretensión. Así: 1. A. En relación con los artículos impugnados y la atribución de contenido normativo a cada una de las disposiciones que considera inconstitucionales, el demandante cita y transcribe el mismo listado de artículos mencionados en su primer escrito, sin atribuirles un contenido normativo, solamente manifiesta que regulan y controlan el proceso industrial pirotécnico, e imponen una serie de permisos. B. Al respecto es preciso reafirmar que la pretensión de inconstitucionalidad requiere para su configuración la existencia de elementos objetivos y subjetivos y la circunscripción en la invocación del derecho y la narración fáctica de los hechos que originan su planteamiento. Mediante ello se demarcan los límites sobre los cuales deberá conocer y pronunciarse el tribunal que habrá de satisfacerla jurídicamente. En relación con lo anterior, también es necesario afirmar que el fundamento jurídico de la pretensión está configurado por el señalamiento preciso de las disposiciones impugnadas y las disposiciones constitucionales propuestas como parámetro de control; por su lado, el fundamento material o sustrato fáctico de la pretensión de inconstitucionalidad, está constituido, en primer lugar, por el establecimiento del contenido del objeto y del parámetro de constitucionalidad, y, en segundo lugar, por las argumentaciones expuestas tendentes a evidenciar las confrontaciones internormativas percibidas por el actor, entre el contenido de uno y otro. En ese orden de ideas, este Tribunal ha manifestado en repetidas ocasiones, que uno de los vicios en la configuración de la pretensión de inconstitucionalidad se verifica al elaborar una lista de las disposiciones legales que –según su criterio– considera violatorias de algunas disposiciones constitucionales, pero al expresar los motivos en que basa la inconstitucionalidad, lo hace de una manera indeterminada sin precisar en qué sentido los motivos argumentados se conectan con cada una de las disposiciones que considera contrarias a la Constitución. 2. En consecuencia, resulta innecesario pronunciarse sobre las restantes prevenciones, debido a que el objeto de control se encuentra indeterminado por la falta de atribución de un contenido específico a cada una de las disposiciones impugnadas, con lo cual se hace imposible entablar el contraste normativo de las primeras con las disposiciones constitucionales que el actor considera vulneradas. IV. Con base en lo expuesto, normativa y jurisprudencia constitucional citada, y en virtud de los artículos 6, 7 y 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE: 1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presentada por el ciudadano Nilton Amilcar Alfaro Dueñas, en cuanto a la inconstitucionalidad de los artículos 1, 7, 8, 9, 11, 14, 15, 16, 17, 19, 26, 28, 29, 31, 40, 58, 67 y 80 del Reglamento Especial para el Control y Regulación de Artículos Similares a Explosivos, Sustancias Químicas y Productos Pirotécnicos emitido mediante el Decreto Ejecutivo n° 48, de 3-V-2004, publicado en el Diario Oficial n° 93, tomo 363, de 21-V-2004, en virtud de la indeterminación del objeto de control. 2. Notifíquese. ---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.