Marx como economista.

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PROBLEMAS DEL DESARROLLO
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Marx como economista.
EI presente libro reline dos bre­
ves trabajos del profesor Dobb**
de indudable interes. EI primero
de ellos y el mas extenso, Marx
como econcmista, data de 1943,
mientras el segundo, Sabre lA
Contribuci6n a la Critica, de
1969.
En Marx como economista en·
contramos la frescura de la expo­
sici6n de los principales elemen.
tos del marxismo, propia de quien
ha transcurrido por una forma­
ci6n rigurosa en esta concepci6n.
Empieza con una somera relaci6n
de aspectos biograflcos de Marx,
destacando los acontecimientos
de indole te6rica y politica que
hacen del marxismo una doctri­
na no concebible como un elemen·
to cultural mas que venga a co­
locarse al lAdo de los economistas
clasicos. Esto es, el marxismo re­
presenta el peculiar caso de una
continuaci6n.ruptura frente a la
economia de Smith y Ricardo.
Acepta una idea fundamental en
estos, la de que el sistema capita.
lista esta regldo par [eyes, pero no
concluye, y esta es una diferencia
esencial, que 10 caracteristico de
tal regimen sean e1 equilibrio y
la perennidad.
Dobb dedica un apartado d(~
este primer trabajo a desarrollar
una sintesis apretada de los con­
ceptos mas relevantes de la obra
magna de Marx, El Capital, des>­
de la comprensi6n del valor como
una relaci6n social, pasando pOl
los conceptos de acumulaci6n pri.
miti'va, plusvalia absoluta, re1ati~
va y extraordinaria, hasta la pro.
blematica de la tasa de ganancia,
su nivelaci6n, su caida y los pre~
cios de producci6n.
En 10 que respccta a la crisis
econ6mica, Dobb comparte pie­
namente 10 aseverado por Marx
en cuanto a que "Ia crisis misma
s610 se puede I'epresentar contra
e1 fondo de los movimientos rea­
les de la producci6n capltalista".
[po 32] No debe llamarnos a sor;'
* Maurice Herbert Dobb, Marx como economista, Ed. Nuestro liempo,
Mexico, 1977, 157 pp. (pp. 7-60, textos de Dobb; pp. 61.157, apendice con
textos de Marx, Engels y Lenin, seleccionado y ordenado por Alonso Agui­
lar M.).
** Para quienes se interesen por conocer la trayectoria y algunos detalles
de la vida de Dobb, ver: "En Memoria de Maurice Dobb", por E. J. Hob.·
hawn, Historia " Soeiedad, num. 16, Segunda tpoca, Mexico, 1977.
M~xlco,
N9 35, Aflo IX
Ago;;to·Octubre 1978
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presa, expresa Dobb" el no encon.
trar en Marx Ia secuellcia preci­
sa por la que todas y carla una
de las crisis, sin importar "las cir­
cunstancias concretas y especiales
de tiempo y de lugar", debieran
pasar. La crisis capitalista es pro­
ducto de la multifacetica contra­
dicci6n entre las fuerzas producti­
vas y las relaciones de prOOuc.
cion, pero el detonante principal
de una crisils particular habra
que buscarlo en esta misma.
A saber, segun nuestro autor,
Marxconsideraba que la acumu­
laci6n de capital a una tasa cons­
tante encontraria pronto fuerzas
que tendieran a trastornar el pro­
ceso. Es decir, nada garantiza
que una rama de la producci6n
no quede rezagada en relaci6n a
las otras, 10 que es por demas, muy
probable dada la anarquia de la
produccion inherente al sistema.
En otro caw, Marx se refiere a1
problema que surgiria can una
acumulaci6n de capital a una tasa
creciente. Lo anterior significaria
que la clase capitalista destina
mas plusvaHa a la reinversi6n que
a su consumo, trayendo como con·
secuencia el elemento del «sub­
consumo» en la crisis. Esto es aSl
porque el consumo relativamente
reducido de los capitalistas im;pe.
diria la realizaci6n de buena par..
te de los productos elaborados en
el sector que produce articulos
suntuarios. Ademas, siendo carac­
teristico del sistema la compre­
sian salarial estos productos no
tendrian posibilidad de venderse
entr:e los obreros. Asi, la disminu­
cion de la producci6n en este sec­
tor muy pronto acarrearla el mis.
mo efecto en cadena hacia otros
sectores, dada la disminu'ci'6n del
PROBLEMAS DEL DESARROLLO
ingreso capitalista y obrero y de
la inversion, que teste problema
trae consigo. E,ntonces" "i como
puede pues alguna vez aumental
la tasa de reproducci6n amplia.
cia?" Esto 10 explica Marx, con­
tinua Dobb, al decir que 10 ante·
rior 0010 puede ocurrir hasta el
punto en que las mercan'clas ex­
c.edentes se exporten a cambio del
oro de los productores de oro.
Para los problemas de la actuali.
dad, se supone que el credito tie.
ne un efecto similar a la importa­
cion de oro. l Un tercer caso se
presentaria con el crecimiento de
la composicion organica de capi­
tal que, si las fuerzas contrarres­
tantes fueran mas d6biles, traerian
consigo el descenso tendencial de
la tasa de ganancia. "Es eviden­
te que tal baja tendera a frenar
el proceso de inversion adicional
y precipitara una crisis; mientras
qu~, operando como una tenden­
cia a largo plazo, constituira un
obstaculo 'cada vez mas grave para
el proceso de .expansion del capi­
tal". [po 35]
SegUn Dobb" Marx consideraba
1 "Otra solucion seria que, previo
al cambio en la tasa de acumulaci6n,
hubiera 'OCurrido una modificacion en
la distribucion de la inversion entre
los dos departamentos de la indus­
tria, con la cual se adaptaran los pro­
ductos relativos de bienes de capital
y consumo al cambio, proporcional­
mente al ingreso gastado en consumo.
Marx hubiera considerado tal hecho
demasiado previsor y planificador para
ser una solucion posible bajo el capi­
talismo". M. Dobb, "A Lecture on
Marx" (1942), en: On Economic
Theory and Socialism, p. 198. Collect­
ed Papers. Routledge and Kegan Paul
Ltd. London and Boston, 1972.
1\Tpxleo, X'.l 35, Afio IX
117
LIBROS
que la tendencia al descenso de la
tasa de ganancia se impondria so­
bre las contratendencias, en eI
largo plazo, "y parece claro 'que
en este caso Marx pensaba prine
cipalmente en nuevas tecnicas
para ahoITar trabajo y cambios
tecnicos como predominantemen­
te de este caracter; aunque el des­
enlace mismo como es natural,
tendra que depender en buena
parte del resultado de la lucha
entre el capital y el trabajo sobre
e) reparto del producto". [p. 36]
El sistema, desde este punto de
vista, al solucionar parcialmente
sus problemas presentes reducira
las posibilidades de sortear con
exito los futuros; los efectos de la
plusvalia relativa como medio de
contrarrestar la tendencia descen­
dente se hacen cada vez mas de.
biles cuanto mas actua este recur­
so, a menos que aparezcan perio­
dos excepcionales de invencion ra..
piela 10 que, s.eglin nuestro autor,
es poco probable que ocurra.
Enseguida, Dobb nos presenta
un cuadro sucinto de la teoria
econ6mica posterior a Marx, que
"se batia en retirada alejandose
de la posicion de la escuela cIa­
sica".2 [po 37]
EI segundo texto del libra tra­
ta algunas consideraciones sobre
la metodologia marxista, princi.
palmente su enfoque hist6rico de
la sociedad burguesa y el ir de las
fonnas aparenciales del mercado
al estudio del proceso productivo
capitalista. Con respecto a Ia ena­
jenacw 11" Dobb piensa que LA
Critica YJ mas aun, EI Cap'ital re­
presentan un desplazamiento del
enfasis" en comparaci6n con los
Manuscritos de 1844, en 10 que a
los detenninantes de esta respec­
tao "En el desenvolvimiento rna­
duro del pensamiento de Marx,
evidentemente no son s6lo las
mercancias y el dinero, sino el
capital y la fuerza de trabajo
como una mercancia, los que for­
man el meollo de la enajenaci6n
humana, asi como es la lucha de
clases el vehiculo que finalm.ente
producira la soluci6n y. la eman.
cipaci6n". [p. 58]
El libro es arn;pliamente reco­
mendable para aquellos interesa·
dos en el estudio de Ia ciencia so­
cial y, pese a su brevedad, esta
avalado por uno de los pensado­
res progresistas mas s6lidos de
nuestra epoca. AGUSTIN cUE MAN­
2 Ver en especial del mismo autor:
"Teoria del Valor y de la Distribuci6n
desde A. Smith", cap. 7, 'La Revolu­
cion Jevoniana'; Econom£a PoUtica y
Capitalismo, "La Tendencia Econ6­
mica de la Economia Modema."
Agosto-Octubre 1978
CERA.
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