Escribiendo en espa˜nol con tengwar: una propuesta razonada

Anuncio
Escribiendo en español con tengwar :
una propuesta razonada
e@skri be
i @d
o e@n e@spa Yl
o ko n `te gR';
a
u@n
a porpu e@sta &o
a Tn
ad
a
Conrado Badenas, Lindendil
ko &a d
o b
ad
e ns,
a `li d
e dl'
i
11 de septiembre de 2002
1
El sistema de Fëanor
La siguiente tabla muestra el cuadro de tengwar que aparece en el ‘Apéndice E’ de ‘El Señor
de los Anillos’, junto con los nombres mencionados siete páginas después del cuadro, a los que
se les han efectuado algunos añadidos y correcciones. En el caso de nombres múltiples, éstos
aparecen separados por barras inclinadas y ordenados diacrónicamente, es decir, de más antiguo
a más moderno, desde los nombres originales de Fëanor hasta los nombres que tenı́an al final de
la Tercera Edad.
Grados (tyeller )
I
1 t 01 tinco
2 d05 ando
3 T 09 thúle/súle
4 D13 anto
5 n17 númen
6 R 21 óre
r 25 rómen
s 29 silme
h
1.1
33
hyarmen
p
b
f
v
m
w
&
S
H
02
06
10
14
18
22
26
30
Series (témar )
II
III
parma
c 03 calma
umbar
j07 anga
formen
C 11 harma/aha
ampa
J15 anca
malta
Y19 ngoldo/noldo
vala
y 23 anna
arda
l 27 lambe
silme nuquerna
z 31 áze/áre/esse
I
hwesta
sindarinwa
34
35
yanta
IV
quesse
08 ungwe
12 hwesta
16 unque
20 ngwalme/nwalme
24 wilya/vilya
28 alda
32 áze/áre/esse
nuquerna
U 36 úre
k
g
K
G
N
W
L
Z
04
Un significado fonético
El sistema de sı́mbolos de Fëanor para escribir textos se ideó en la ficción de forma que la
ordenación de los sı́mbolos tuviera un significado fonético inicialmente para la lengua hablada por
la comunidad lingüı́stica a la que pertenecı́a Fëanor (el Quenya de Valinor, o más concretamente
el dialecto Noldorin existente antes del exilio), pero siendo susceptible de ser adaptado a otras
lenguas ‘practicadas (o concebidas) por los Eldar ’, aunque también podrı́a añadirse que ‘y por
los hombres’. Ası́, por ejemplo, en Quenya la serie I (tincotéma) se utilizaba con los fonemas
dentales, la serie II (parmatéma) para los labiales, la serie III (calmatéma) para los velares, y
la serie IV (quessetéma) para los (velares) labializados; mientras que los dos primeros grados se
usaban para oclusivos (el primero para sordos y el segundo para sonoros prenasalizados), el tercero
para fricativos sordos, el cuarto para oclusivos sordos prenasalizados, el quinto para los nasales,
el sexto para los aproximantes o semivocálicos, y se dice que originalmente habı́a otro grado para
los oclusivos sordos aspirados.
1
Es razonable, pues, que para la lengua española se intente seguir algún criterio fonético, tal
como hizo Fëanor en la ficción. El problema es que actualmente ya existe un sistema de escritura
de textos en esta lengua, por lo que el sistema de escritura usando tengwar quizás no deberı́a
ser estrictamente fonológico para ası́ poder adaptarse también a las grafı́as usadas con el sistema
ya existente. Esta postura es defendible desde varios puntos de vista: (1) cuando varias grafı́as
distintas para un mismo fonema permiten distinguir palabras con varios significados, (2) cuando
la etimologı́a de las palabras sugiere que varias grafı́as distintas para un mismo fonema podrı́an
haber evolucionado de formas más primitivas en las que sı́ habı́a distinción fonética, y (3) cuando
se trate de grafı́as no estándar, normalmente usadas para palabras provenientes de otras lenguas
y no totalmente asimiladas al sistema ortográfico convencional del español.
1.2
Sonidos/Fonemas
Es conveniente señalar ahora que un sistema fonológico no debe intentar dar cuenta de todos los
sonidos usados por los hablantes de esa lengua, ni siquiera de los sonidos de la variedad estándar
(o de las variedades estándares en cada región), sino tan solo de los fonemas. Un ejemplo dará luz
sobre tan oscuro principio: La letra ‘b’ se pronuncia de dos formas distintas dependiendo de su
posición en el discurso (antes de pausa o de consonante nasal el sonido es oclusivo bilabial sonoro,
[b], y en el resto de ocasiones es fricativo bilabial sonoro, [B]), con lo que existen dos posibles
sonidos distintos. Estos dos sonidos distintos no son dos fonemas diferentes en el caso del español
porque no existe ningún ejemplo en esta lengua en que al sustituir uno de estos dos sonidos por el
otro en una palabra ésta cambie de significado. En realidad, se dice que estos dos sonidos ([b] y
[B]) son variedades alofónicas de un único fonema (/b/).
Sin embargo, si al sustituir un sonido de una palabra por otro se obtuviese un significado
distinto (todo ello dentro de una misma lengua), entonces los sonidos sustituido y sustituyente
no son formas alofónicas de un mismo fonema, sino que pertenecerán a dos fonemas distintos.
Y eso es ası́ aunque los dos sonidos correspondan a dos posibles pronunciaciones de una misma
letra. Otro ejemplo: La letra ‘g’ en español tiene sonido [x] (fricativo velar sordo), antes de ‘e’ o
‘i’, [g] (oclusivo velar sonoro) tras pausa o consonte nasal y antes de ‘a’, ‘o’ o ‘u’, y [G] (fricativo
velar sonoro) en otras posiciones (como, por ejemplo, tras vocal y antes de ‘a’, ‘o’ o ‘u’). La
palabra ‘gota’ se pronuncia ["go.ta] y significa ‘pequeña porción de lı́quido. . . ’, pero si el primer
sonido se sustituye por [x] entonces la palabra se pronucia ["xo.ta] y significa ‘baile popular. . . ’. Sin
embargo, no cambia el significado ni en este ejemplo ni en ningún otro en español si se intercambia
[g] por [G]. Por ello, [g]-[G] y [x] son los sonidos de dos fonemas distintos en español: /g/ y /x/.
Evidentemente, en este segundo caso la palabra se escribe ‘jota’, pues suele ser habitual usar
grafı́as diferentes para fonemas distintos.
1.3
Ideas maestras para la adaptación al español
El sistema original de Fëanor se ha adaptado a varias lenguas inventadas por Tolkien (Quenya
de la Tercera Edad, Sindarin y la ‘Lengua Negra’), y otras. En todos estos casos se ha intentado
respetar la estructura fonética de la lengua en cuestión, empezando por la estructura más corriente
de las sı́labas. Ası́, en caso del Quenya la estructura silábica básica es de consonante-vocal (CV) y
para Sindarin es VC. Estas dos estructuras determinan el orden en que deben leerse (y escribirse)
los tehtar vocálicos sobre las tengwar consonánticas: de abajo a arriba para el Quenya y de arriba
a abajo para el Sindarin. Las sı́labas en español suelen seguir más la estructura CV que la VC,
por lo que el sistema de tehtar vocálicos se puede asimilar al del Quenya, aunque también podrı́a
usarse un sistema vocálico a base de tengwar, como el del modo de Beleriand para el Sindarin.
1.3.1
Un sistema silábico puro
Sin embargo, no todas las sı́labas en español son del tipo CV. En realidad, no es difı́cil encontrar
ejemplos de sı́labas (en cursiva) que sigan otras estructuras (entre paréntesis): ‘ave’ (V), ‘ar te’
(VC), ‘obsceno’ (VCC), ‘bal sa’ (CVC), ‘blusa’ (CCV), ‘postdata’ (CVCC). ‘blanco’ (CCVC),
2
‘tungsteno’ (CVCCC), ‘transmite’ (CCVCC); ‘ai re’ (VV), ‘aislado’ (VVC), ‘bai le’ (CVV), ‘veinte’
(CVVC), ‘flauta’ (CCVV), ‘reinstala’ (CVVCC), ‘cliente’ (CCVVC), ‘preinstala’ (CCVVCC);
‘dioi co’ (CVVV) y ‘buéis’ (CVVVC). Ası́ pues, el sistema de un tehta vocálico sobre una tengwa
consonántica tampoco servirı́a para representar visualmente la estructura silábica de las palabras
en español. Para lograr este objetivo serı́a necesario escribir todos los sı́mbolos consonánticos y
vocálicos de una sı́laba en una única posición del texto. Si se quisiera hacer esto con el alfabeto
latino, ‘buéis’ se escribirı́a ‘b
ú
esi ’ o, menos drásticamente, ‘buéis’. ¿Existe alguna forma de escribir
hasta seis sı́mbolos Fëanor ianos en una misma posición del texto, siendo hasta cuatro de ellos
consonánticos y hasta tres de ellos vocálicos, sin que el resultado resulte ilegible?
Si se quisiera seguir adelante con esta idea, se tendrı́a que tener en cuenta que en toda sı́laba
existe al menos una vocal, que de todas las vocales de una sı́laba la más importante es la que se
pronuncia con más énfasis, y que las consonantes se pueden pronunciar tanto antes como después
de las vocales. Por tanto, la vocal enfatizada deberı́a estar destacada de alguna forma en la grafı́a
de la sı́laba mientras que para las otras vocales (en caso de existir una o dos más) se deberı́a señalar
qué posición ocupan (anterior o posterior) respecto a la vocal enfatizada, e igualmente para las
consonantes (pre o postvocálicas). Una posible solución con el alfabeto latino para ‘aguaitamiento’
g t mt
podrı́a ser ‘auaiaien o’, donde las consonantes prevocálicas se escriben sobre la vocal principal, las
postvocálicas debajo de ésta, la vocal anterior a la principal a la izquierda de ésta y subida, y la
vocal posterior a la principal a la derecha de ésta. Es evidente que intentar hacer algo parecido
con los sı́mbolos Fëanor ianos resultarı́a en una escritura extrañamente diferente a la desarrollada
por Tolkien para sus lenguas.
La razón de esto es que la escritura con tengwar desarrollada por Tolkien para sus lenguas
no reproducen a rajatabla la estructura silábica de las palabras de esas lenguas: no todas las
sı́labas en Quenya son del tipo CV, ni todas las sı́labas en Sindarin son del tipo VC, y con el
modo de Beleriand las vocales y consonantes se escriben con el mismo tipo de sı́mbolos. Ası́
que, si Tolkien no desarrolló una escritura totalmente silábica para sus lenguas, quizás no sea
excesivamente reprochable el no hacerlo para el español.
1.3.2
Un sistema ortográfico puro
En el otro extremo se encuentra la opción de utilizar una escritura totalmente “ortográfica”, como
si simplemente se hubieran sustituido unos tipos de letras por otros. Esta opción es parecida al
modo de Beleriand para el Sindarin pero aún más acusada, sin marcas especiales para representar
los diptongos. Pero seguramente nadie encontrarı́a interesante este método, que únicamente
sustituye unas grafı́as por otras sin tener en cuenta otras ideas de Tolkien para sus lenguas.
1.3.3
Un sistema silábico laxo con marcas ortográficas
La mayor parte de las adaptaciones de Tolkien abogan por el uso de tehtar vocálicos sobre tengwar
consonánticas o el portador corto, sin intentar reproducir otras caracterı́sticas silábicas más que
vocales largas (dobles en caso del inglés), o los pocos diptongos (el Quenya y el Sindarin sólo
tienen seis, el inglés ocho) de estas lenguas con tengwar sin uso consonántico. En español se
podrı́a usar el mecanismo de vocales largas (dobles) para las vocales acentuadas, pero para el
caso de los diptongos (dos fonemas vocálicos pronunciados en la misma sı́laba) puede que no se
encuentre trivialmente una solución al existir una enorme cantidad de éstos (10 ascendentes, 10
descendentes, y 4 o 2 neutros) además de triptongos (tres fonemas vocálicos pronunciados en la
misma sı́laba).
Además de las marcas fonéticas y silábicas (halla, portadores corto y largo, andaith), en estas
adaptaciones también se usan marcas con la finalidad de acortar la escritura, como tengwar
primarias con el tallo extendido, otras tengwar no incluidas en el conjunto de 36, marcas de
‘consonante larga (o doble)’, marca de ‘nasal anterior’, marcas de ‘s’, ‘w’ o ‘y’ posteriores, y otras
menos conocidas. Todas estas posibilidades pueden tenerse en cuenta para adaptar la escritura
con tengwar a las caracterı́sticas del español.
3
2
Consonantes
El sistema de fonemas consonánticos en español puede apreciarse en la siguiente tabla, obtenida a
partir de la tabla de consonantes pulmonares del alfabeto fonético internacional descrito en http:
//www.arts.gla.ac.uk/IPA/ipachart.html, teniendo en cuenta que (1) donde los sı́mbolos
aparecen en parejas, el de la derecha representa una consonante sonora, (2) el sı́mbolo ‘-’ denota
articulaciones juzgadas imposibles, (3) se ha incluido la fila ‘Africada’ entre las filas ‘Oclusiva’ y
‘Fricativa’ pues los sonidos africados empiezan a pronunciarse como oclusivos y terminan como
fricativos, (4) el orden de las filas se ha alterado para recordar el orden de los grados del sistema
de sı́mbolos de Fëanor, (5) el fonema /w/ sólo se usa en español en palabras procedentes de
otras lenguas que no se han adaptado al sistema ortográfico y fonético del español, y (6) éste
se ha incluido en dos columnas distintas porque es labial-velar, lo cual significa que se pronuncia
como una consonante velar mientras simultáneamente se redondean los labios (como en las vocales
labializadas).
Consonantes Pulmonares
Bilabial
Oclusiva
p
Lbdntl.
Dental
b
Alveolar
t
f
Nasal
Aproximante
Aproximante lateral
-
m
w
-
T
s
-
-
l
r
R
Vibrante simple
Velar
k
n
Vibrante múltiple
2.1
Palatal
Ù
S
Africada
Fricativa
Pstlvlr.
d
g
x
ñ
j
L
w
-
-
Revisión de otras lenguas
Se pueden asignar tengwar a estos fonemas siguiendo unas directrices similares a las empleadas
para el Quenya, el Sindarin (modos clásico y de Beleriand, este último sin tener en cuenta la
‘Primera Copia de la Carta del Rey’), la ‘Lengua Negra’, o incluso el inglés. En todos estos
casos, la serie I se asocia a los fonemas dentales y alveolares, la serie II a los labiales (bilabiales y
labiodentales). Para la ‘Lengua Negra’ y el inglés, la serie III acoge los fonemas postalveolares y
palatales, y la serie IV los fonemas velares (también para el Sindarin clásico); mientras que para
el Quenya la serie III incorpora los fonemas velares (también para el Sindarin de Beleriand ) y la
serie IV los velares labializados. Respecto a los grados, todas estas lenguas incluyen los fonemas
oclusivos sordos en el primer grado, los oclusivos sonoros en el segundo (prenasalizados en el caso
del Quenya), los fricativos sordos en el tercero, los fricativos sonoros en el cuarto (oclusivos sordos
prenasalizados en el caso anterior), los nasales en el quinto (nasales largos en el caso del Sindarin
de Beleriand ), y los aproximantes o semivocálicos en el sexto (nasales en el caso anterior).
2.2
La primera decisión: cuatro series y cinco grados
Es curioso que, en todos estos casos el estrechamiento del tracto bucal ocurre en la posición más
anterior de la boca (labios) en la segunda serie y no en la primera, mientras que las posiciones más
posteriores (paladar blando, velo) sı́ que corresponden a las últimas (tercera o cuarta) series. Si
se quisiera que el orden de las series fuera totalmente coherente con la posición articulatoria,
la serie I deberı́a contener los fonemas labiales, la serie II los dentales y alveolares, la serie
III los postalveolares y palatales, y la serie IV los velares. Sin embargo, esta solución es tan
radicalmente diferente a lo establecido hasta ahora que difı́cilmente serı́a aceptada de buen grado
por los usuarios, pues puede parecer una excentricidad usar tinco para /p/ y parma para /t/. Por
todo ello, lo más sensato quizás sea adscribir los fonemas labiales (/p/, /b/, /f/, /m/ y quizás
/w/) a la serie II, los dentales y alveolares (/t/, /d/, /T/, /s/, /n/, /l/, /r/ y /R/ a la serie I, los
fonemas postalveolares y palatales (/Ù/, /S/, /ñ/, /j/ y /L/) a la serie III, y los velares (/k/, /g/,
/x/ y quizás /w/) a la serie IV.
4
Para la asignación de los grados hay que tener en cuenta que lo más necesario e inmediato
es distinguir entre oclusivos sordos, oclusivos sonoros, fricativos (sordos), nasales (sonoros) y
aproximantes (sonoros). Por analogı́a con las adaptaciones a otras lenguas, se pueden proponer
los grados 1, 2, 3, 5 y 6 respectivamente para las cinco categorı́as mencionadas. De esta forma,
quedarı́a un hueco en los grados 1 y 2 de la serie III, con lo que el africado sordo podrı́a colocarse
en el grado 1. Respecto a los fricativos hay un problema porque sólo hay cuatro series para cinco
fonemas. Una solución podrı́a ser usar dos grados para los fricativos, pero entonces la siguiente
cuestión serı́a decidir si incluir /T/ o /s/ en el grado que contiene a /f/, /S/ y /x/. Una solución
más directa serı́a seguir los ejemplos del Quenya previo al exilio y del Sindarin de incluir /T/ en
el grado 3 y /s/ dentro del conjunto de tengwar adicionales (más concretamente, en los números
29 y 30) y siguiendo sus mismas reglas de escritura (uso de la variante nuquerna en caso de tehtar
sobre la tengwa).
2.3
Aproximantes y vibrantes
Un problema parecido es el de los dos fonemas aproximantes palatales, pues si no se quiere tener
dos grados para los aproximantes, entonces uno de los dos fonemas ha de incluirse en el conjunto de
tengwar adicionales. Afortunadamente, todas las lenguas coinciden en situar los vibrantes (salvo
por el inglés, que no tiene) en las tengwar 25 y 26, y los laterales en las 27 y 28, correspondiendo
los números 26 y 28 a variaciones de los sonidos originales en 25 y 27, por lo que resulta irresistible
proponer un sistema idéntico en español teniendo también en cuenta las grafı́as (entre paréntesis)
de estos fonemas: /R/ en la 25 (‘r’ no inicial ni tras ‘n’ o ‘l’), /r/ en la 26 (‘rr’ entre vocales, ‘r’
inicial o tras ‘n’ o ‘l’), /l/ en la 27 (‘l’) y /L/ en la 28 (‘ll’). Ası́ pues, /j/ se quedarı́a en el grado
aproximante de la serie III.
Estudiando las anteriores reglas de pronunciación de las grafı́as ‘r’ y ‘rr’ surge una duda debida
a casos no contemplados: ¿cómo se pronuncian y escriben con tengwar nombres extranjeros (o
mal escritos) como ‘Arrhenius’, “Conrrado” o “Rrramón”? La respuesta a una pregunta tan
extravagante no puede serlo menos: cada vez que aparezca una ‘r’ posterior a ‘n’ o ‘l’, o inicial se
sustituye por arda, cuando queden grupos de ‘rr’ adicionales se sustituye cada uno por una arda,
y si todavı́a queda alguna ‘r’ suelta se sustituye por rómen. De esta forma, el primer ejemplo
tendrı́a una arda a pesar de no seguir vocal, el segundo una arda (por ‘r’ ante ‘n’) seguida de una
‘rómen’ (por la ‘r’ adicional), y el tercero una arda (por ‘r’ inicial) seguida de otra arda (por la
‘rr’ adicional).
Otra cuestión a resolver es en qué serie situar el fonema /w/. Se podrı́a escoger tanto la serie
II como la IV, pues la elección de éstas estarı́a justificada por las caracterı́sticas duales de éste
y hay espacio en ambas. La solución podrı́a venir del hecho de que no todas las palabras con
‘w’ se pronuncian con [w], pues algunas lo hacen con [b] (bilabial). Además, los usuarios que no
pronuncian correctamente [w] lo que hacen es pronunciar [gw] o [gu] (velar), por lo que la serie
IV podrı́a albergar /w/, y la serie II /b/ cuando se escribe ‘w’.
2.4
Un segundo grado de fricativos
Esta última elección podrı́a ser la respuesta a qué hacer con cinco grados ocupados cuando hay
espacio para seis: se podrı́an tener en cuenta las grafı́as alternativas para fonemas ya considerados.
Por ejemplo, tanto ‘b’ como ‘v’ corresponden a /b/, pero no es lo mismo ‘bacı́a’ que ‘vacı́a’ por lo
que deberı́a haber una forma de escribir de forma distinta este par de palabras y otros. También
resulta curioso que en español la nasal que se presenta antes de ‘b’ siempre es ‘m’ (como con ‘p’),
pero siempre es ‘n’ antes de ‘v’ (como con ‘f’), por lo que ‘b’ está claramente relacionada con ‘p’ (y
ambas se encuentran en los grados de fonemas oclusivos) pero existe una relación sutil entre ‘v’ y
‘f’ (este último en el grado de fonemas fricativos). Por tanto, se podrı́a incluir /b/ (escrito ‘v’) en
un segundo grado de fricativos. Además, algunos usuarios del español pronuncian incorrectamente
‘v’ como [v] (sonido labiodental fricativo sonoro) debido a la influencia de otras lenguas con las
que coexiste, como el catalán, pero hay que remarcar que ésta no serı́a razón suficiente por sı́ sola
para proponer una distinción ortográfica.
5
Algo parecido sucede con ‘c’ ante ‘e’ o ‘i’ (o ‘é’/‘ı́’) y ‘z’: ambas grafı́as corresponden a /T/
pero las etimologı́as difieren, e incluso se puede encontrar un ejemplo de palabras con significados
distintos según la grafı́a (‘encima’ y ‘enzima’). Ası́ pues, hay que diferenciar estos casos. Una
solución podrı́a ser usar ‘z’ en el primer grado de fricativas y ‘c’ (ante ‘e’, ‘é’, ‘i’ o ‘ı́’) en el
segundo.
Por otra parte, ‘g’ ante ‘e’, ‘é’, ‘i’ o ‘ı́’, y ‘j’ se pronuncian /x/, por lo que este caso es parecido al
de ‘c’/‘z’ salvo por el hecho de que no se han encontrado palabras en las que el cambio de grafı́a (sin
cambio de fonema) implique un cambio de significado, por lo que quizás no estarı́a tan justificada
una diferenciación en las tengwar. Sin embargo, esta misma cuestión ya ha sido planteada por los
académicos de la lengua española, siendo la respuesta mayoritaria la de conservar ambas grafı́as,
por lo que, salvo que se quiera emular al poeta Juan Ramón Jiménez, quizás también deberı́a
producirse esa diferenciación con tengwar. La solución podrı́a ser similar a la del caso ‘z’/‘c’: ‘j’
en el primer grado de fricativas y ‘g’ (ante las vocales adecuadas) en el segundo.
2.5
Consonantes oclusivas velares
En español las grafı́as ‘c’, ‘qu’, ‘k’ y ‘q’ originan el sonido [k] , siendo las dos primeras usadas en
la gran mayorı́a de casos y las dos últimas en casos excepcionales. Esta última afirmación pide a
gritos ser respaldada por datos cuantitativos. Para ello se ha tenido en cuenta un vocabulario de
86061 palabras españolas y se ha encontrado la primera grafı́a (con sonido [k]) en 26668 palabras,
la segunda en 2763, la tercera en 40 y la cuarta en 3 (en ‘exequátur’, ‘nequáquam’ y ‘quórum’ la ‘u’
no es muda). En español no sólo ‘c’ y ‘qu’, sino también ‘g’ y ‘gu’, dan lugar a sonidos diferentes
según qué letra vaya a continuación. La siguiente tabla muestra las grafı́as (entre paréntesis el
número de palabras donde se han encontrado) con que se obtienen los fonemas /k/, /T/, /g/ y
/x/ en caso de que después se escriba ‘e’, ‘é’, ‘i’ o ‘ı́’ (situación a) o en caso contrario (situación
b):
(a)
(b)
/k/
‘qu’/‘k’ (2763/21)
‘c’/‘k’/‘q’ (26668/19/3)
/T/
‘c’/‘z’ (10854/40)
‘z’ (5650)
/g/
‘gu’ (908)
‘g’ (10284)
/x/
‘g’/‘j’ (2300/1358)
‘j’ (3429)
A la vista de los resultados se puede llegar a encontrar una solución para representar
correctamente el fonema /g/ en las dos situaciones: con una única tengwa es suficiente si no se
escribe la ‘u’ muda en la situación (a). Esta ‘u’ muda es una marca únicamente ortográfica, sin
connotaciones etimológicas ni distinciones semánticas, que únicamente suple una deficiencia del
alfabeto latino (el uso de ‘g’ también para el fonema /x/), por lo que no existe ninguna razón
para reproducirla en la escritura con tengwar. La prueba definitiva de ello es que todo usuario con
un conocimiento mı́nimo de español escribe correctamente al dictado los sonidos [ga] y [ge] con
‘ga’ y ‘gue’ (y [gua]/[gue] con ‘gua’/‘güe’), respectivamente. Ası́ pues, en el caso de /g/ lo más
conveniente parece ser utilizar una única tengwa independientemente de la ortografı́a concreta
que se use con el deficiente alfabeto latino.
Sin embargo, el caso del fonema /k/ es bien distinto. Dado que existen cuatro formas de
representarlo con el alfabeto latino, parece tarea imposible hacerlo con las tengwar sin asignar de la
serie IV. En principio, se puede adoptar para ‘qu’/‘c’ idéntica solución a la propuesta para ‘gu’/‘g’
en el párrafo anterior: una única tengwa para el fonema independientemente de la ortografı́a
existente. El problema es de qué forma diferenciar las grafı́as ‘k’ y ‘q’ de las dos mayoritarias.
Todas las palabras con ‘k’ provienen claramente de otras lenguas (griego, alemán, inglés, ruso y
otras), mientras que las palabras encontradas con ‘q’ (incluyendo el caso particular ‘qu’ con ‘u’
audible) son palabras latinas no adaptadas al español aunque en otras fuentes se han encontrado
topónimos no latinos como ‘Qatar’. Por todo ello, las tengwar para ‘k’ y ‘q’ deberı́an ser “extrañas”
al sistema normalizado y, por ejemplo, podrı́an usarse dos tengwar adicionales cualesquiera. Si no
se tienen más razones para escoger un par de tengwar en concreto, lo mejor serı́a estudiar antes
otros casos de letras y fonemas que señalen con mayor rotundidad a alguna tengwa más especı́fica,
y luego elegir entre las tengwar adicionales que queden sin asignar.
6
2.6
Rellenando huecos en el conjunto de tengwar adicionales
El estudio del fonema /x/ no ha concluido, pues existe una tercera posibilidad de obtenerlo:
cuando se escribe ‘x’ en vez de ‘j’, como en ‘México’. Sin embargo, no todos los usuarios del
español pronuncian [x] en estos casos, decantándose por las otras pronunciaciones de ‘x’. Esta
letra es ciertamente problemática en español porque se pronuncia [S] a principio de palabra (o,
incorrectamente, [s]) y se supone que [ks] en el resto de casos, aunque también se puede pronunciar
[gs] o [s] entre vocales, y [s] ante consonante. Independientemente de la solución concreta que
se adopte para las pronunciaciones de ‘x’ es evidente que sólo [S] es palatal o postalveolar y, por
tanto, sólo [S] puede pertenecer a la serie III a pesar de tener dos posiciones sin ocupar (fonemas
oclusivos/africados sonoros y segundo grado de los fricativos). Sin embargo hay una solución para
/x/ escrito ‘x’: puede tenerse en cuenta que este caso especial de ‘x’ es una grafı́a alternativa
de ‘j’, por lo que si ‘j’ se representa con hwesta entonces ‘x’ (cuando se pronuncia [x]) podrı́a
representarse con hwesta sindarinwa.
El hecho de que no sólo se pronuncie [s] con ‘s’ sino también con ‘x’ (aunque esta letra no se
deba pronunciar ası́), puede ser razón suficiente para proponer usar las tengwar 31 y 32 (versión
nuquerna para tehta/r superpuesto/s) para esta pronunciación de ‘x’. Esta solución es hasta
geométricamente apetecible, pues la tengwa 29 para ‘s’ se encuentra bajo la serie I (la serie en la
que hubiera podido estar ‘s’) y la tengwa 31 para esta pronunciación de ‘x’ se encuentra bajo la serie
III (la serie en la que se encuentra otra pronunciación de ‘x’). Para la pronunciación [ks] debida a
‘x’ (no a ‘cs’) puede usarse ‘un gancho curvado hacia abajo unido al arco [. . . ] para indicar una ‘s’
siguiente’, lo cual es una solución ya adoptada por Tolkien en sus lenguas, ‘especialmente en las
combinaciones ‘ts’, ‘ps’, ‘ks’ (‘x’), frecuentes en Quenya’. En principio no harı́a falta preocuparse
por ‘x’ pronunciada [gs] (al igual que no hace falta preocuparse por ‘w’ pronunciada [gw] o [gu])
porque [gs] es una variante alofónica de [ks] cuando ambas pronunciaciones corresponden a ‘x’.
Existe otra letra que también tiene una pronunciación interesante: ‘h’. En la actualidad
‘h’ es completamente muda, pero antiguamente bien podrı́a haberse pronunciado [h] (fricativo
glotal sordo, la columna ‘Glotal’ se encuentra tres posiciones a la derecha de ‘Velar’ en el cuadro
de consonantes pulmonares de la IPA) proveniente de una pronunciación [f] aún más antigua
(‘desfacer entuertos’ suena quijotesco). Tanto por la etimologı́a de la ‘h’ como por los distintos
significados que tienen algunos pares de palabras con y sin ‘h’ (‘hala’/‘ala’, ‘has’/‘as’, ‘haya’/‘aya’,
etc.), deberı́a usarse una tengwa para representar esta grafı́a. Parece evidente que no se deberı́an
usar criterios fonéticos actuales para encontrar la tengwa más adecuada, pero en algunas zonas
de España, Méjico y Perú la ‘h’ inicial se sigue pronunciando [h]. Por otra parte, los criterios
etimológicos la asocian a la ‘f’ del latı́n, pero la serie II ya está completa y también se han
ocupado las tengwar 26, 30 y 34 (bajo la serie II). Por ello, quizás se deberı́a usar la tengwa 33
para ‘h’, al igual que en los usos descritos por Tolkien para las lenguas que tienen el fonema /h/.
En estos momentos sólo quedan libres dos tengwar adicionales sin asignar, con lo que lo único
que se necesita es algún criterio para decidir cuál representará ‘k’ y cuál ‘q’. Estas dos tengwar
son yanta (número 35) y úre (número 36). A falta de un criterio mejor incluso podrı́a usarse
la similitud gráfica, con lo que yanta se asignarı́a a ‘k’, y úre a ‘q’. Haciéndolo ası́, además los
nombres de las letras ‘k’ y ‘q’ en español (‘ca’ y ‘cu’) recuerdan someramente (únicamente las
vocales) a los nombres de sus tengwar respectivas. Por otra parte, el bloque formado por las
tengwar 35 y 36 se encuentra bajo la serie IV a la que pertenece el fonema /k/, lo cual no es más
que una simpática coincidencia sin mayor trascendencia.
2.7
Últimos flecos
En español el sonido [j] se obtiene únicamente con la letra ‘y’ actuando de consonante (es decir,
ante vocal). Algunos usuarios de la lengua también pronuncian ası́ ‘ll’, pero esto es un fallo
grave del habla conocido como ‘yeı́smo’. Existen otros errores de pronunciación como el ‘seseo’
(fenómeno ya existente en la época de Fëanor y que él mismo sufrió en sus carnes: la historia de
cómo thúle se convirtió en súle), la aspiración de la ‘s’ final, la pronunciación de ‘ll’ como [Z] o su
omisión, la confusión entre [l] y [R], la aspiración de la ‘h’, la conversión de [d] final en [T] o su
7
omisión, y otros que no pueden tenerse en cuenta a la hora de elaborar unas normas mı́nimamente
coherentes que puedan usarse dentro de un marco de corrección.
En las ‘Nuevas Normas’ de 1959 de la academia de la lengua española se recomienda que las
palabras que empiezan con ‘mn’ o ‘ps’ se escriban respectivamente con ‘n’ y ‘s’. Hacer caso a esta
recomendación empobrecerı́a la lengua española de la misma forma en que se empobreció el Quenya
cuando no sólo el sonido [z] (fricativo alveolar sonoro) se transformó mezclándose con el sonido
preexistente [ô] (aproximante alveolar sonoro) sino que las tengwar 31 y 32 dejaron de usarse en
las palabras que contenı́an el antiguo sonido [z]: al desaparecer [z] tanto de la pronunciación como
de la escritura, sólo los maestros del saber (filólogos) serı́an capaces de reconocer si el sonido [ô] en
una determinada palabra en Quenya fue originalmente ası́ en la lengua desarrollada en Cuiviénen
por los Quendi (por ejemplo, ‘parca’ parece provenir de la primitiva ‘parakā’), o bien proviene
de [z] en una primera instancia, y anteriormente de [d] (‘nirwa’ proviene de ‘nizwa’, y ésta de
la primitiva ‘nidwō’) o [s] (‘verno’ de ‘vezno’, y ésta de la primitiva ‘besnō’) en élfico primitivo.
En español puede pasar algo parecido si se sigue esa recomendación: el hecho de que todas las
palabras que empiezan con ‘pseudo’ o ‘psic’/‘psiqu’ provienen de palabras griegas que se escribı́an
con ψ (letra ‘psi’) puede llegar a olvidarse por la mayorı́a de los usuarios de la lengua para quedar
como un conocimiento reservado a los filólogos. Es por ello que ‘ps’ proveniente de ψ griega no
sólo se deberı́a mantener en la ortografı́a latina del español sino que deberı́a representarse de una
forma especial con tengwar, como por ejemplo con el mismo método que el mencionado para la
pronunciación [ks] de ‘x’. El problema que se plantea es cómo un usuario normal del español puede
saber cuándo ‘ps’ proviene de ψ griega y cuándo no. Ante esta falta de seguridad en la etimologı́a
quizá no convenga complicar el sistema de escritura y usar simplemente las tengwar de ‘p’ y ‘s’.
Para ‘mn’ quizás sı́ se podrı́a utilizar una grafı́a especial, como por ejemplo la tengwa nasal que
queda sin asignar en la serie IV, pero eso significarı́a traicionar el criterio de definición de la serie
IV (fonemas velares). Si no se encuentra una solución mejor, también serı́a razonable escribir ‘mn’
con las tengwar de ‘m’ y ‘n’, pues por sólo cuatro palabras relacionadas con la mnemotecnia quizás
no merezca la pena una grafı́a especial.
Este último caso está ligeramente relacionado con el de la “prenasalización”, es decir, la
existencia de una nasal previa a la consonante considerada. Por cuestiones de articulación, la
nasal previa a cada fonema consonántico deberı́a ser el fonema que se encuentra en su misma
columna de la fila ‘Nasal’ en el cuadro de consonantes pulmonares de la IPA. Sin embargo, el
estudio de la existencia de ‘m’, ‘n’ o ‘ñ’ ante las consonantes indica que ‘ñ’ nunca aparece ante
consonante, ‘m’ predomina sobre ‘n’ ante ‘p’, ‘b’ y ‘n’, y ‘n’ predomina sobre ‘m’ ante el resto
de consonantes. Por ello, el tehta de “prenasalización” sobre las tengwar de ‘p’, ‘b’ y ‘n’ deberı́a
hacer referencia a una ‘m’ previa, y sobre las tengwar del resto de consonantes deberı́a indicar una
‘n’ previa. Esta solución es la que acorta la escritura de más palabras en español, pero resulta algo
molesto desde una postura fonética que ‘mm’ sea menos frecuente (6 palabras) que ‘nm’ (249), y
‘nn’ (93) menos que ‘mn’ (115). Si se ha de elegir únicamente entre la coherencia fonética global
o el ahorro de la escritura de una tengwa en 364 palabras en vez de en 99, quizás el criterio de la
coherencia resulte más deseable. Por ello, la solución final consistirı́a en que el tehta “prenasal”
sobre las tengwar de ‘p’, ‘b’ y ‘m’ indique ‘m’ previa, y sobre el resto de tengwar signifique ‘n’
previa. Una última nota: no se han encontrado ejemplos de palabras con nasal previa a ‘k’, ‘ñ’, ‘x’
o ‘w’, pero la última solución también permite tener en cuenta estos casos para préstamos de otras
lenguas, topónimos extranjeros o términos inventados: ‘Ankara’, “enñoñar”, ‘Bronx’, ‘Greenwich’.
Por último, el tehta que se usa para indicar ‘consonante larga o doble’ no harı́a falta en español
porque las dobles grafı́as con el alfabeto latino pueden tenerse en cuenta de tres formas distintas
coherentemente con todas las consideraciones anteriores: (1) ‘ll’ (el 52% de los casos “dobles” en
español representa el sonido [L] y se escribe con la tengwa 28, ‘rr’ (el 47% de los casos “dobles”)
representa el sonido [r] y se escribe con la tengwa 26, (2) ‘nn’ (1,2% de “dobles”) y ‘mm’ (0,08%)
pueden escribirse con la tengwa de la consonante simple correspondiente y el tehta “prenasal”
superpuesto, y (3) todas las otras consonantes dobles (0,17%) siempre se pueden escribir con dos
tengwar idénticas cuando ası́ se requiera. En este último caso no se cuentan la mayor parte de
las palabras con ‘cc’ porque esta combinación de letras se suele pronunciar [kT], en cuyo caso se
deberı́a escribir con una quesse y una thúle.
8
2.8
Resumen
La siguiente tabla muestra el conjunto de soluciones adoptadas respecto al conjunto de tengwar :
Grados (tyeller )
I
1 t /t/ ‘t’
2 d /d/ ‘d’
3 T /T/ ‘z’
4 D /T/ ‘c’(a)
5 n /n/ ‘n’
6 R – —
r /R/ ‘r’(e)
s /s/ ‘s’
h – ‘h’
p /p/
b /b/
f /f/
v /b/
m /m/
w /b/
& /r/
S /s/
H /x/
Series (témar )
II
III
‘p’
c /Ù/ ‘ch’
‘b’
j – —
‘f’
C /S/ ‘x’(f)
‘v’
J – —
‘m’
Y /ñ/ ‘ñ’
‘w’(h)
y /j/ ‘y’(j)
‘r’(d), ‘rr’
l /l/ ‘l’
‘s’(k)
z /s/ ‘x’(g)
‘x’
I /k/ ‘k’
IV
k /k/ ‘qu’(a), ‘c’(b)
g /g/ ‘gu’(a), ‘g’(b)
K /x/ ‘j’
G /x/ ‘g’(a)
N – —
W /w/ ‘w’(i)
L /L/ ‘ll’
Z /s/ ‘x’(g,k)
U /k/ ‘q’(c)
teniendo en cuenta las siguientes situaciones: (a) ante ‘e’, ‘é’, ‘i’ o ‘ı́’; (b) en caso contrario al (a);
(c) nunca ante ‘ue’, ‘ué’, ‘ui’ o ‘uı́’, es decir, ‘q’(c) es el caso contrario a ‘qu’(a); (d) en posición
inicial, o tras ‘n’ o ‘l’; (e) en caso contrario al (d); (f) en posición inicial; (g) en caso contrario al
(f), aunque su uso no se recomienda; (h) cuando se pronuncia [b]; (i) en caso contrario al (h), con
lo que se deberı́a pronunciar [w], aunque también [gw] o [gu] dependiendo de las habilidades del
usuario para los sonidos extranjeros; (j) ante ‘a’, ‘á’, ‘e’, ‘é’, ‘i’, ‘ı́’, ‘o’, ‘ó’, ‘u’ o ‘ú’, pues en caso
contrario serı́a ‘y’ vocálica; y (k) en caso de tehta/r superpuesto/s.
Otros usos de las tengwar incluyen:
1. El tehta ‘’ sobre una tengwa para marcar ‘nasal anterior’. En concreto ‘m’ anterior sobre
parma ‘p’ (‘p’), umbar ‘b’ (‘b’) y malta ‘m’ (‘m’), y ‘n’ anterior sobre el resto.
2. Las únicas consonantes dobles con escritura especial son ‘ll’ (con alda ‘L’), ‘mm’ (con ‘m
’),
‘nn’ (con ‘n
’) y ‘rr’ (con arda ‘&’).
3. La ‘x’ cuando se pronuncia [ks] (es decir, en todas las posiciones salvo la inicial) se escribe
con ‘c’, pero esta grafı́a no debe usarse para ‘cs’ como en ‘fucsia’ ["fuk.sia].
4. La ‘ps’ proveniente de ψ griega puede escribirse con ‘p’ si se está seguro de su etimologı́a.
En caso contrario, con ‘ps’ o ‘pS’ (variante nuquerna para tehta/r superpuesto/s).
3
Vocales
En español sólo existen cinco sonidos vocálicos, correspondiendo cada uno a un fonema: /a/, /e/,
/i/, /o/ y /u/. Cada uno de estos fonemas tiene una única grafı́a (salvo tildes), que coincide con
la del fonema, a excepción de /i/, que puede representarse con ‘y’ a final de palabra (‘y’, ‘soy’, en
el 0,12% de las palabras españolas) o con ‘i’/‘ı́’ en cualquier posición incluyendo también final de
palabra (‘casi’, ‘rubı́’, en el 0,5% de los casos). La ‘u’ es muda (no se pronuncia) tras ‘g’ o ‘q’ y
antes de ‘e’/‘é’ o ‘i’/‘ı́’, es decir, según la estructura {g;q}{u}{e,é;i,ı́}, lo cual representa un 4% de
los casos en español (‘fogueo’, ‘seguir’, ‘aquel’, ‘equis’). Para poder representar los sonidos [ku]
y [gu] ante ‘e’/‘é’ o ‘i’/‘ı́’ se utilizan las grafı́as ‘cu’ y ‘gü’, respectivamente. En el resto de esta
sección se supondrá que ‘u’ siempre suena, independientemente de la grafı́a concreta que se use
para ello (‘u’ en el caso general, y ‘ü’ tras ‘g’ y ante ‘e’/‘é’ o ‘i’/‘ı́’).
En algunas ocasiones (18% de las palabras), la vocal que se pronuncia con más énfasis en una
palabra se señala con ‘´’, una marca llamada ‘acento agudo’ (en inglés, ‘acute accent’) o ‘tilde’
(no hay que confundir esta palabra con la palabra inglesa ‘tilde’, pues la española hace referencia
tanto a ‘´’ como a ‘˜’ mientras que la inglesa sólo a ‘˜’), no acentuándose nunca la ‘y’. Las reglas
de escritura del ‘acento’ (reglas de acentuación) no se mencionarán aquı́, pero sı́ se hará notar que
están diseñadas para escribir la tilde en el menor número de casos posible, por lo que ‘tilde’ en
el fondo quizás signifique ‘esta palabra tiene una entonación diferente al resto de palabras con su
9
misma estructura fonética, y por ello se ha de marcar la vocal más enfatizada de la palabra’. Para
dar una pseudojustificación cuantitativa de esta idea, pueden estudiarse los casos en español que
sigan la estrucura fonética . . . CVCV y . . . CVCVC (la última C no siendo ‘n’ ni ‘s’): en el primer
caso se han contabilizado un 14% de esdrújulas (desde ‘ábaco’ hasta ‘zurumbático’), un 85% de
llanas (desde ‘abacera’ hasta ‘zutano’) y un 1,2% de agudas (desde ‘abacá’ hasta ‘zurubı́’), mientras
que en el segundo caso se cuentan un 0,07% de esdrújulas (desde ‘áliger’ hasta ‘mı́nimum’), un 2%
de llanas (desde ‘accésit’ hasta ‘vómer’) y un 98% de agudas (desde ‘ababol’ hasta ‘zurrador’).
3.1
Escritura de “monoptongos” postconsonánticos
En el caso más sencillo, en que se pronuncia un único fonema vocálico en la sı́laba, se han de
representar once posibles grafı́as distintas: ‘a’ y ‘á’ para /a/; ‘e’ y ‘é’ para /e/; ‘i’, ‘ı́’ y ‘y’ para
/i/; ‘o’ y ‘ó’ para /o/; y ‘u’ y ‘ú’ para /u/. Pueden emplearse para ‘a’, ‘e’, ‘i’, ‘o’ y ‘u’ los tehtar de
las respectivas vocales cortas del Quenya y Sindarin: ‘a’, ‘e’, ‘i’, ‘o’ y ‘u’. El tehta para ‘y’ tendrı́a
que ser una variante del de la ‘i’ (pues ambas grafı́as representan el mismo fonema vocálico), como
por ejemplo ‘"’. Este tehta se usa para representar ‘y’ en Sindarin (ylf lv
" ‘vaso, vasija para
beber’, mŷl m"*l ‘gaviotas’), pero la analogı́a no es completa entre las ‘y’s de ambas lenguas
porque ‘y’ en Sindarin se pronuncia [y] (vocal labializada anterior cerrada, como la ‘u’ francesa
o la ‘ü’ alemana), y además ‘y’ nunca se acentúa (ni se “circunfleja”) en español. De esta forma,
‘pedicura’ y ‘Toby’ (el ejemplo es ası́ de extraño porque no existen palabras en español en que la
‘y’ sea un “monoptongo” postconsonántico) se escribirı́an ‘p
e du
i kra ’ y ‘to b
" ’.
3.1.1
Tildes como en Quenya o Sindarin
Si se elije el conjunto de tehtar vocálicos del Quenya o del Sindarin se ha de tener en cuenta que
las vocales largas de estas lenguas en realidad no son vocales acentuadas (aunque se marcan con
una tilde en la transcripción latina de Tolkien) en el sentido que se le da en español al acento
(con énfasis, pronunciadas en un tono algo más alto, algo más agudas que el resto) sino alargadas
(pronunciadas durante algo más tiempo que las cortas), por lo que quizás en español no sea muy
adecuado usar para las vocales con acento ortográfico el sistema de vocales largas de estas lenguas,
es decir, duplicar los tehtar (‘ee’, ‘oo’, ‘uu’) o usar los tehtar originales sobre el portador largo (‘*’),
como en Quenya cálë ca*l
e ‘luz’, néca n
ee ca ne*ca ‘pálido, impreciso, tenue, difı́cil de ver’, cı́ra ci*ra
‘navegar’, lómë l
oo m
e lo*m
e ‘crepúsculo’, cúna cuun
a cu*n
a ‘torcido, curvo’. A esta discutible falta
de adecuación se le puede añadir el hecho de que no existen versiones de tehtar duplicados para ‘á’
e ‘ı́’, con lo que, si se usaran tehtar duplicados para ‘é’, ‘ó’ o ‘ú’, se producirı́a una irregularidad
en la grafı́a que no tiene justificación en español.
Sin embargo, puede proponerse un sistema con la regularidad deseada que, aun siendo
discutiblemente inadecuado, mantiene la coherencia gráfica con las adaptaciones a otras lenguas:
marcar las vocales acentuadas con los tehtar vocálicos sobre el portador largo y no usar tehtar
duplicados, con lo que ‘papá’, ‘paté’, ‘pipı́’, ‘tapó’, ‘tutú’ y ‘valmyndastýrt’ se escribirı́an ‘ppa
a * ’,
‘pte
a *’, ‘ppi
i *’, ‘tpo
a *’, ‘tu tu*’ y ‘vl
a mn
" dst"
a *rt ’. En español no se usa ‘ý’ (ni en alemán, catalán,
danés, finés, francés, inglés, italiano, noruego —variedades bokmål y norsk —, polaco o sueco),
por lo que para encontrar una palabra de una lengua hablada en algún lugar de la Tierra que
tuviera tanto ‘y’ como ‘ý’ (supuestamente vocálicas) ante consonante, se ha tenido que buscar en
las Islas Feroe. La palabra elegida no tiene porqué estar relacionada con Tar-Minastir, el nombre
del úndécimo jefe de estado (rey o reina) de Númenor.
3.1.2
Un sistema revolucionario para la tilde
Si, por el contrario, se decide seguir la idea señalada anteriormente de tratar el acento ortográfico
como una marca de excepción (para el 18% de las palabras en español), se deberı́a señalar el
acento ortográfico de una forma “excepcional” y que al mismo tiempo sea compatible con los
tehtar individuales sin recargar la escritura. Por ejemplo, podrı́a usarse ‘’, el tehta que se emplea
en Quenya y Sindarin para las consonantes dobles, ya que en la sección anterior se ha discutido
10
que éstas se pueden representar en la adaptación al español sin este tehta. El uso propuesto para
este tehta es totalmente distinto al de otras lenguas, y esta falta de coherencia entre lenguas es
el mayor defecto de esta propuesta a pesar de ser perfectamente coherente en sı́ misma para el
español: con este sistema, ‘papá’, ‘paté’, ‘pipı́’, ‘tapó’, ‘tutú’ y ‘valmyndastýrt’ se escribirı́an ‘pa p
a ’,
‘pa te ’, ‘pi p
i ’, ‘to
ap
’, ‘tu tu ’ y ‘vl
a mn
" ds
a t" rt ’.
Este sistema de marcar el acento ortográfico tiene la ventaja de que también se puede usar
con diptongos se la vocal enfatizada de éstos se escribe con tilde. Esta idea no se desarrollará
aquı́ pues los diptongos no entran en la consideración de “monoptongos” postconsonánticos. Sin
embargo, algo sı́ que se puede discutir en este momento, y es que tal como ha quedado el cuadro de
tengwar de la sección anterior, resultarı́a imposible asignar tengwar a todas las primeras vocales
que pueden existir en un diptongo: ‘ay’, ‘ley’, ‘vi udo’, ‘hoy’ y ‘muy’. Ası́ pues, esta ventaja es
inexistente a no ser que se encuentren cinco tengwar adecuadas a estas cinco vocales.
Por lo tanto, hasta que no existan tales recursos, el uso de ‘’ para marcar la tilde no contará
con la ventaja de poder usarse en los diptongos. Sin esta ventaja añadida, el único inconveniente
en usar ‘’ se muestra insoportable. Por ello, y mientras no existan los recursos mencionados,
serı́a más conveniente marcar las tildes al estilo del Quenya, tal como se menciona en la anterior
subsubsección.
3.2
Escritura de vocales en todos los casos
El resto de casos incluyen vocales a principio de palabra, y vocales tras otras vocales. En esta
última situación podrı́an darse diptongos, hiatos o triptongos, y serı́a interesante que la escritura
con tengwar permitiera distinguir la estructura silábica. Para ello se proponen dos tipos de
soluciones, dependiendo de los recursos disponibles.
3.2.1
Sin usar tengwar vocálicas
Cuando se emplea correctamente la tilde en español es inmediato conocer la estructura silábica
de cada palabra, por lo que en principio no serı́an necesarios sı́mbolos especiales con las tengwar
para denotar la estructura de la palabra, y bastarı́a con los tehtar vocálicos ya discutidos. Sin
embargo, en el caso de vocales no postconsonánticas (tanto iniciales como postvocálicas), el tehta
vocálico no puede colocarse sobre una tengwa consonántica, por lo que la solución podrı́a consistir
en colocarlo sobre el portador corto (‘@’), tal como se hace en otras lenguas. Si, además, se ha de
marcar el acento ortográfico en esa vocal, entonces se podrı́a usar el portador largo (‘*’) en vez del
portador corto.
De esta forma, la escritura de las vocales se realizarı́a siguiendo estas reglas:
1. Las vocales se representan con los tehtar ‘a’, ‘e’, ‘i’, ‘o’, ‘u’ y ‘"’ para ‘a’, ‘e’, ‘i’, ‘o’, ‘u’ e ‘y’,
sobre la tengwa consonántica previa.
2. Si no existe una tengwa consonántica previa sin tehta vocálico, entonces se usa ‘@’ en su
lugar.
3. Las vocales con acento ortográfico se representan con los tehtar correspondientes sobre ‘*’.
Con estas reglas, ‘buey’, ‘escuálido’, ‘auténtico’, ‘buhonerı́a’ y ‘neurótica’ se escriben ‘be
u @"@’,
‘e@su
k*ali d
o ’, ‘@au@te*ti ko ’, ‘bo
u hnri
e *@a ’ y ‘nu
e @ro*ti ka ’.
3.2.2
Con tengwar vocálicas
En caso de que se encontrasen cinco tengwar vocálicas, entonces el objetivo serı́a implementar un
sistema con el que poder señalarse las vocales en posición inicial, los diptongos, hiatos y triptongos
de manera coherente, incluyendo la señalización del acento ortográfico (todo lo cual ya se consigue
con la anterior propuesta) y además de tal forma que la estructura silábica no sólo esté determinada
11
por la ortografı́a sino que también esté representada visualmente en la escritura de alguna forma
(evidentemente, sin llegar al extremo ilustrado con ‘aguatamiento’ en la primera sección).
Para el caso de “monoptongos” postconsonánticos se puede escoger representar las vocales con
los seis tehtar vocálicos sobre la tengwa consonántica previa, escribiéndose el tehta ‘’ bajo la
tengwa si la vocal lleva tilde, tal y como ya se ha discutido al principio de la subsubsección 3.1.2.
Para el resto de casos hacen falta ciertos conocimientos sobre la estructura silábica de las
agrupaciones de vocales. En relación a los diptongos, triptongos e hiatos en español, los fonemas
vocálicos se dividen en ‘fuertes’ (/a/, /e/, /o/) y ‘débiles’ (/i/, /u/) para establecer las siguientes
reglas (los ejemplos entre paréntesis hacen referencia a la misma estructura fonética pero con
diferente grafı́a que el ejemplo previo, como por ejemplo la marca ortográfica de acentuación o el
uso de ‘y’ en vez de ‘i’):
1. La combinación de dos fonemas vocálicos fuertes siempre forma hiato: portaaviones
(bezaártico), faena (arráez, gaélico), bacalao (caráota, faraón); brea (océano, preámbulo),
creer, aseo (rubéola, león); cloaca (coágulo), héroe (bóer, poético), cooperar (zoólogo). Las
combinaciones posibles en estos casos son {a,á;e,é;o,ó}{a;e;o} y {a;e;o}{á;é;ó}.
2. La combinación de un fonema vocálico fuerte y otro débil (o viceversa) forma diptongo si el
fuerte se pronuncia con más énfasis que el débil: baile (hay, andáis), causa (cáustico), peine
(ley, alféizar), deuda (farmacéutico), boina (hoy), estadounidense; acacia (ciática), actual
(acuático), abierto (ciénaga), acuerdo (después), acopio (acción), acuoso (ecuóreo). Estos
ejemplos pueden resumirse con las expresiones {a,á;e,é;o,ó}{i,y;u} y {i;u}{a,á;e,é;o,ó}.
3. En el caso anterior, forma hiato si el débil se pronuncia con más énfasis que el fuerte, en cuyo
caso la grafı́a del débil siempre lleva tilde (lo cual implica que, en caso de /i/ enfatizada tras
/a/, /e/ u /o/, la grafı́a es siempre ‘ı́’, pues ‘y’ nunca lleva tilde): caı́, ataúd, reı́, transeúnte,
oı́, noúmeno; bujı́a, grúa, hematı́e, búe, frı́o, flúor. Estos ejemplos siguen las estructuras
{a;e;o}{ı́;ú} y {ı́;ú}{a;e;o}.
4. La combinación de dos fonemas vocálicos débiles forma diptongo si el segundo se pronuncia
con más énfasis que el primero: ciudad (siútico), buitre (muy, casuı́stica), duunvirato. La
estructura que se sigue es {i;u}{i,ı́,y;u,ú}.
5. En el caso anterior, forma hiato si el primero se pronuncia con más énfasis que el segundo,
en cuyo caso la grafı́a del primero siempre lleva tilde: oxı́itono, sı́u. Estructura: {ı́;ú}{i,y;u}.
La siguiente tabla muestra un resumen de los dı́grafos que se podrı́an obtener con todas las
combinaciones de las once grafı́as vocálicas, señalando a cuál de las anteriores cinco posibilidades
corresponde cada caso, marcándose con un asterisco las combinaciones para las que no se ha
encontrado ejemplo, y con dos asteriscos las combinaciones imposibles en español:
1a \2a
a
e
o
á
é
ó
i
u
ı́
ú
a
1
1
1
*1
1
*1
2
2
3
3
e
1
1
1
1
*1
1
2
2
3
3
o
1
1
1
1
1
*1
2
2
3
3
á
1
1
1
**
**
**
2
2
**
**
é
1
*1
1
**
**
**
2
2
**
**
ó
1
1
1
**
**
**
2
2
**
**
i
2
2
2
2
2
*2
*4
4
5
*5
u
2
2
2
2
2
*2
4
4
5
*5
y
2
2
2
*2
*2
*2
*4
4
*5
*5
ı́
3
3
3
**
**
**
*4
4
**
**
ú
3
3
3
**
**
**
4
*4
**
**
En español también pueden darse tres fonemas vocálicos en una sı́laba, formándose un
triptongo. Los triptongos tienen una estructura fonética débil-fuerte-débil, pronunciándose el
fonema fuerte con más énfasis que los débiles, pues en caso contrario se romperı́a el triptongo.
12
Para romper el triptongo se ha de acentuar una de las dos vocales débiles, con lo que se formarı́a
un diptongo y un “monoptongo”. Por tanto, los triptongos sólo pueden seguir la estructura
{i;u}{a,á;e,e;o,ó}{i,y;u}: biauricular, vieira, dioico, guaira (paraguay), guaucho (tuáutem), cueita
(buey, buéis). Sin embargo, de las 36 posibles combinaciones teóricamente posibles sólo se han
encontrado ejemplos para diez, tal como se resume en la siguiente tabla:
1a —3a \2a
i—i
i—u
i—y
u—i
u—u
u—y
a
*
*
e
o
*
*
*
*
*
*
*
*
á
*
*
*
*
*
é
*
*
*
*
*
ó
*
*
*
*
*
*
Con toda esta información se pueden efectuar las siguientes consideraciones (las dos primeras
ya ha sido enunciadas, pero se repiten aquı́ por completitud):
1. Los seis tehtar vocálicos son ‘a’, ‘e’, ‘i’, ‘o’, ‘u’ y ‘"’ para ‘a’, ‘e’, ‘i’, ‘o’, ‘u’ e ‘y’, respectivamente.
2. Para el caso de “monoptongos” postconsonánticos se puede escoger representar las vocales
con los seis tehtar vocálicos sobre la tengwa consonántica previa, escribiéndose el tehta
‘’ bajo la tengwa si la vocal lleva tilde, tal y como ya se ha discutido al principio de la
subsubsección 3.1.2.
3. Hay un total de 21 formas de escribir diptongos con vocales sin tilde según las estructuras
{a,e,i,o,u}{i,u,y} y {i,u}{a,e,o}. Si se quieren representar los diptongos como tehtar vocálicos
sobre tengwar con el menor número posible de tengwar usando los tehtar vocálicos ya
propuestos, pueden encontrarse tres soluciones: (1) usar tres tengwar distintas para los
diptongos que acaban en {i,u,y} (y tehtar vocálicos para la primera vocal) y dos para los
que empiezan con {i,u} (y tehtar vocálicos para la segunda vocal); usar combinaciones de
los seis tehtar vocálicos sobre cuatro tengwar consonánticas, con lo que se podrı́an obtener
24 posibilidades de las que se elegirı́an 21 que se tendrı́an que asignar a las 21 formas de
describir diptongos sin tilde; o (3) usar cinco tengwar distintas para la primera vocal y
los tehtar vocálicos para la segunda vocal. La segunda solución es la más económica pero
también la más extravagante y complicada, en cualquiera de las otras dos se necesitan cinco
tengwar, pero la tercera es la más sencilla por lo que quizás sea mejor elegir ésta.
4. Una modificación de la solución anterior puede ser el método más coherente con el resto
de consideraciones para escribir vocales aisladas: usar tengwar vocálicas sin ningún tehta
vocálico superpuesto. Esta propuesta puede usarse para vocales en posición inicial de
palabra, aunque también para otras vocales que no pueden escribirse según la consideración
número 2, es decir, vocales que no se pueden (porque está ocupada) o no se deben (porque
las reglas lo prohiben) escribirse como un tehta vocálico sobre la tengwa anterior. Si la vocal
lleva tilde, se escribe ‘’ bajo la tengwa vocálica. La única modificación que introduce esta
consideración respecto a la anterior es que el número de tengwar vocálicas ha de subir a seis
para ası́ tener en cuenta el caso de ‘y’ vocálica inicial, como en la conjunción ‘y’ o el nombre
propio ‘Yves’.
5. Los triptongos podrı́an escribirse como una vocal más un diptongo decreciente. La vocal
puede escribirse como un tehta sobre la tengwa anterior, o con su tengwa si la opción anterior
no es posible (de forma coherente con la consideración número 4).
6. En caso de tener que marcar el acento ortográfico, se puede escribir ‘’ bajo la posición
que contiene la vocal que ha de acentuarse (de forma coherente con las consideraciones 2 y
4), independientemente de que se haya escrito con una tengwa o un tehta vocálico. Si en
esa posición existe tanto una tengwa vocálica como un tehta vocálico podrı́a surgir la duda
13
de cuál de las dos vocales es la que lleva la tilde. Esta situación aparentemente confusa
sólo puede corresponder a la escritura de un diptongo o de las dos últimas vocales de un
triptongo, pero en estos dos casos la tilde siempre se encuentra sobre la vocal fuerte o, en
caso de dos vocales débiles, sobre la segunda vocal, por lo que es imposible la confusión
acerca de cuál de las dos vocales se acentúa.
7. Para que la anterior consideración sea útil se ha de prestar atención a que nunca ocupen la
misma posición los sı́mbolos de dos vocales que pertenezcan a sı́labas distintas. La forma de
reconocer que dos vocales no se pronuncian en la misma sı́laba es analizando si son fuertes o
débiles y si llevan o no tilde. En concreto los siguientes tres casos corresponden a dos vocales
en distintas sı́labas: cuando la primera es débil y tiene tilde (independientemente de cómo es
la segunda), cuando la primera es fuerte y la segunda también, y cuando la primera es fuerte
y la segunda es débil y tiene tilde. Cuando se haya identificado que un determinado grupo
de dos vocales cae en alguno de los tres casos anteriores, entonces la primera vocal se ha de
tratar según las consideraciones 2 o 4. La segunda vocal y el resto de letras hasta el final de
la palabra se tratan según todas estas consideraciones vocálicas (1–7) y las consonánticas de
la sección anterior,
Estas consideraciones pueden parecer algo complicadas y es posible que, debido a su
complejidad, se hayan podido producir sutiles incoherencias. Para despejar dudas se pueden
elevar las conclusiones de las consideraciones a la categorı́a de reglas y estudiar un conjunto
exhaustivo de ejemplos siguiendo estas reglas. Las tengwar vocálicas no están determinadas, ası́
que en los ejemplos se usará la grafı́a (12) para cada posición horizontal, donde 1 representa
una tengwa, 2 una tehta vocálica opcional, y se escribirá ‘.’ antes de 1 si la posición tendrı́a que
marcarse con ‘’ por el acento ortográfico:
1. Fuerte + fuerte: aerolito (a)(e)(ro)(li)(to), beata (be)(a)(ta), éaz (.e)(a)(z), bóer (.bo)(e)(r),
eólico (e)(.o)(li)(co), caótico (ca)(.o)(ti)(co).
2. Fuerte + débil: aire (ai)(re), baile (b)(ai)(le), áurico (.au)(ri)(co), náutico (n)(.au)(ti)(co),
aúpa (a)(.u)(pa), caı́da (ca)(.i)(da).
3. Débil + fuerte: ion (io)(n), biela (b)(ie)(la), iáliz (.ia)(li)(z), biólogo (b)(.io)(lo)(go), ı́ez
(.i)(e)(z), vı́a (.vi)(a).
4. Débil + débil: uiz (ui)(z), cuido (c)(ui)(do), uı́liz (.ui)(li)(z), siútico (s)(.iu)(ti)(co), úiz
(.u)(i)(z), súiz (.su)(i)(z).
5. Débil + fuerte + débil: uaiz (u)(ai)(z), vieira (vi)(ei)(ra), uáiliz (u)(.ai)(li)(z), buéis
(bu)(.ei)(s), úaiz (.u)(ai)(z), súaiz (.su)(ai)(z), uaı́z (ua)(.i)(z), suaı́z (s)(ua)(.i)(z).
donde los ejemplos terminados en ‘z’ son palabras inventadas.
Ası́ pues, estas reglas parecen ser perfectamente coherentes.
Los ejemplos del final
de la subsubsección 3.2.1 quedarı́an ası́ con estas reglas: (bu)(ey), (e)(s)(c)(.ua)(li)(do),
(au)(.te)(nti)(co), (bu)(ho)(ne)(.ri)(a) y (n)(eu)(.ro)(ti)(ca).
Una de las consecuencias de estas reglas es que los portadores corto y largo ya no son necesarios,
pues no se han mencionado en ningún momento. De esta forma, podrı́an usarse dos sı́mbolos
Fëanor ianos más para el conjunto de seis tengwar vocálicas necesarias para que toda esta propuesta
pueda usarse en la práctica: ‘@’ y ‘*’. El tehta ‘’ se escribe bajo las tengwar vocálicas que llevan
tilde, lo cual producirı́a una grafı́a admisible para ‘@’ (‘
@ ’), aunque quizá no tanto para ‘*’ (‘*’),
por lo que ‘*’ podrı́a usarse como tengwa para ‘y’ vocálica (sólo se han encontrado ejemplos de ‘ý’
en la lengua hablada en las Islas Feroe), y ‘@’ para ‘i’ debido a la similitud gráfica.
Ası́ pues, sólo harı́an falta cuatro tengwar vocálicas adicionales, como por ejemplo variantes de
óre, vala, anna y wilya sin tallo (el fichero de tipos usados para generar este documento no contiene
estas tengwar, por lo que no se pueden mostrar) o con tallo extendido ‘tanto por encima como por
debajo de la lı́nea’ (‘’, ‘’, ‘’ y ‘’). La forma de asignar las vocales a las tengwar podrı́a basarse
14
en la posición de la articulación dentro de la boca: ‘e’ es la más anterior (más cercana a los labios),
‘a’ se articula cerca de los alveolos, ‘o’ cerca del paladar, y ‘u’ tiene caracterı́sticas velares. Por
ello, ‘a’ se podrı́a asignar a ‘’, ‘e’ a ‘’, ‘o’ a ‘’, y ‘u’ a ‘’, aunque serı́a gráficamente preferible
usar las variantes sin tallo de las anteriores tengwar. Esta asignación, basada en caracterı́sticas
fonéticas, además reproduce el orden habitual en que se recitan las vocales en español desde la
serie I a la IV.
3.3
¿Qué sistema vocálico se recomienda utilizar?
El sistema con los tengwar vocálicos es perfectamente coherente, permite señalar el acento
ortográfico, y reproduce de manera visual la estructura silábica de las vocales pertenecientes a
diptongos, hiatos (perfectamente) y triptongos (parcialmente), sin llegar al extremo ilustrado por
‘aguaitamiento’ en la primera sección. Sin embargo, los tengwar vocálicos propuestos para ‘a’,
‘e’, ‘o’ y ‘u’ son tan poco habituales que no existen en el fichero de tipos con que se ha elaborado
este documento, sin contar que dos de ellas se usan para los dı́gitos 0 y 1. Por todo ello, este
sistema no se ha utilizado para ejemplificar la transcripción del tı́tulo y autor de este documento
en la primera página.
El sistema sin los tengwar vocálicos también es perfectamente coherente y permite señalar el
acento ortográfico. En su contra está el hecho de que no reproduce de manera visual la estructura
silábica de las palabras, ni siquiera parcialmente. Sin embargo, eso no es un problema grave porque
basta una correcta ortografı́a de la tilde para que la estructura silábica se pueda determinar
unı́vocamente. Por todo ello, este sistema se ha utilizado en las transcripciones de la primera
página de este documento con la convicción de que es un magnı́fico sistema.
La conclusión final es que hay que esperar a tener ficheros de tipos con las tengwar necesarias
para poder comparar la escritura final con ambos sistemas y ası́ poder elegir con más elementos
de juicio uno de los dos sistemas. Mientras tanto, el que no usa tengwar vocálicas es perfecto.
15
Descargar