DESARROLLO DEL SENTIDO TÁCTICO EN LOS SABLISTAS FRANCESES DE 1982 A 1993 Laszlo SZEPESI Profesor de Deporte titulado, París 1994 Ministerio de Juventud y Deportes Profesor adjunto a la Cátedra de Deportes de Combate de la Universidad de Educación Física de Hungría El Maestro Laszlo Szepesi llegó a Francia en 1982 a petición del director técnico nacional de la época, Jean-Michel Oprendek. El sable francés estaba en su momento más bajo y enormemente necesitado de maestros de armas especializados. Este experto húngaro se dedicó de inmediato a la reestructuración de esta arma y a la construcción de un equipo de Francia que obtuvo en diez años 5 medallas olímpicas y 3 mundiales. Al margen de estos resultados, han sido sobre todo sus métodos los que han entusiasmado a los que lo han seguido con regularidad. Rigor del gesto, perseverancia, innovación, replanteamiento permanente fueron los motores de esta bella aventura. Hoy queda de ello un equipo de Francia abonado desde entonces a los primeros puestos mundiales, fantásticos recuerdos y este documento técnico cuyo contenido se lee con el mismo placer con que se vive. Jean-François Lamour Colaborador de Juventud y Deportes en la Presidencia de la República *** De 1982 a 1984, la formación táctica de los tiradores de sable estuvo totalmente subordinada al desarrollo del nivel técnico. Este periodo estuvo consagrado a la adquisición de los fundamentos técnicos, y más concretamente al aprendizaje de los diversos elementos técnicos a distintos ritmos. Sуlo después de obtenerlos hemos abordado las tareas de reconocimiento de las situaciones tácticas. La adquisición de la motricidad técnica de la esgrima es difícil, es el resultado de un largo proceso de aprendizaje. Los asaltos se desarrollan sometidos a reglas específicas y complejas que exigen una coordinación motriz específica. Las diversas formas pedagógicas son las siguientes : trabajo en grupo la lección individual el trabajo a dos los asaltos metódicos los asaltos libres la competición Todos estos métodos pedagógicos son importantes y complementarios. Sin embargo, la lección individual tiene una importancia primordial, porque es este procedimiento el que permite preparar al esgrimista del modo más rápido y mejor para el asalto, tanto desde el punto de vista técnico como táctico. SITUACIÓN TÁCTICA DE BASE EN LECCIÓN INDIVIDUAL Lo anterior no significa que los sablistas no realicen tareas tácticas durante el primer periodo de dos años. Tras haber adquirido dos o tres elementos técnicos relativamente estables, son "puestos a prueba" sistemáticamente en situación real de asalto. A) La lección individual Es el método pedagógico fundamental, tanto para el esgrimista principiante como para el avezado. Durante la lección individual, hay que tener en cuenta el nivel de formación del esgrimista y su edad, y es necesario definir el objetivo de la lección en función del calendario de competiciones. La lección del comienzo de temporada, tanto del alumno principiante como del avanzado, está compuesta por ejercicios técnicos simples. La tarea principal de la lección es la corrección de faltas. Esta forma pedagógica permite comprobar más fácilmente el nivel técnico y la puesta a punto de los elementos tácticos. B) Los aspectos psicológicos de la lección individual Los estudios de ZEIGARNIK han demostrado que el hombre está interesado ante todo por los problemas aún no resueltos. Había planteado tareas insolubles a un grupo de sujetos y tareas solubles del mismo nivel a un grupo de control. Algún tiempo más tarde, el grupo de control recordaba mucho menos los problemas solubles que el otro grupo los problemas insolubles. Esta experiencia reproduce perfectamente la situación psíquica de la lección individual. Durante la repetición de los ejercicios ocurre, a pesar de las numerosas y repetitivas correcciones, que a veces los alumnos son incapaces de lograr la coordinación precisa de tal o cual elemento técnico. De igual modo, una tarea táctica puede fracasar a pesar de numerosos esfuerzos sostenidos. En ese caso, vale más dejar de lado momentáneamente la acción en cuestión y continuar la lección con ejercicios totalmente diferentes. Poco tiempo después (a veces 1 у 2 días), el famoso ejercicio sale bien sin la menor preparación, como por sí solo. Esto se debe a la influencia psíquica del problema aún no resuelto, que provoca una memorización más sostenida. La experiencia de ZEIGARNIK ha puesto de relieve un segundo aspecto: ha demostrado el hecho de que si el educador manifiesta un comportamiento agresivo con críticas vejatorias, la memorización positiva de la tarea aún no resuelta no se produce (se extingue), puesto que va acompañada de un recuerdo desagradable. Por consiguiente, es importante tener en cuenta que este interesante enfoque de la corrección de faltas técnicas y tácticas sуlo tiene éxito en un ambiente positivo y de confianza en el trabajo en común. 2 C) Los diversos tipos de lección individual Podemos distinguir la lección durante el entrenamiento la lección en competición Esta última generalmente es de corta duración. Destinada esencialmente al calentamiento o a un aspecto táctico, puede servir a veces de preparación de un objetivo táctico específico. La lección en el entrenamiento depende de las circunstancias, del calendario de competiciones, así como del nivel y de la personalidad del alumno. Podemos pues hablar de lección "mecánica", destinada esencialmente a los problemas técnicos. La lección "de asaltos" es táctica, excitante y, al margen de los elementos técnicos, está destinada a ayudar al tirador a resolver tareas tácticas situacionales. En el marco de la lección táctica, hay que definir al menos dos tareas alternativas. D) La situación psicológica de la lección táctica La lección táctica de asaltos debe proponer al esgrimista dos o más tareas a resolver de manera adaptada. Es interesante observar que los tiradores principiantes (jóvenes) resuelven con relativa facilidad los problemas alternativos, en comparación con sus camaradas más avanzados (de más edad), que no han tenido previamente más que una formación técnica. Esta es la razón de que durante el período 1982 a 1984, hayamos insistido especialmente a los sablistas en la ejecución a diferentes ritmos de los elementos técnicos fundamentales. En efecto, el cambio de ritmo es una de las claves del éxito de las tareas tácticas. Los principiantes, jóvenes, son relativamente más lentos que los tiradores ya formados, pero en contrapartida sus capacidades de comprensión y de percepción están ya bien desarrolladas. Pueden modificar más fácilmente sus gestos, relativamente más lentos, en función de la tarea a realizar. Por consiguiente, no resulta muy eficaz retrasar la formación táctica con vistas a favorecer una mejor realización técnica, como creen ciertos pedagogos, puesto que la automatización de su ejecución justa, rápida y académica con frecuencia obstaculiza la modificación de los encadenamientos gestuales. El primer requisito de la lección táctica es que el esgrimista debe conocer los diversos elementos técnicos. Los diversos ejercicios y tareas a resolver deben ser lo más diferentes posible. La experiencia de PAVLOV con los perros ha demostrado, por lo 3 que respecta a las relaciones del círculo y del óvalo, que más allá de determinado umbral en el que la diferenciación pierde su precisión, el animal presenta síntomas neuróticos. Cuanto más difieren las dos tareas, más fácil resulta una respuesta adaptada. E ) Una situación táctica de base E - a) - El Maestro marcha El alumno rompe y luego ataca a la cabeza con marcha y fondo E - b) - El Maestro marcha Durante el ataque del alumno, el Maestro monta en quinta El alumno rompe e inicia un ataque con marcha y fondo Luego el alumno termina su ataque al flanco E- c) - El Maestro marcha Durante la marcha del alumno, el Maestro lanza un golpe a la cabeza o bien al flanco en flecha. El alumno ataca a partir de una retirada con marcha y fondo Tras la marcha, el alumno ejecuta una parada-respuesta E - d) - El Maestro marcha, y da la línea durante el ataque del alumno Éste lo aparta mediante un ataque al hierro y termina su ataque. En los dos últimos casos, y según el nivel y la experiencia del alumno, el maestro efectúa su acción durante la marcha, o bien justo antes del fondo. E - e) - El Maestro avanza, e inicia inmediatamente un ataque por un pase hacia adelante. El primer paso del Maestro se parece al de los ejercicios anteriores en todos los casos. En efecto, no se deben seсalar al alumno los cambios de ritmo y de acción. El alumno rompe y efectúa una parada con un paso más hacia atrás, y luego responde. En lugar de la parada, el alumno puede igualmente realizar un contraataque inesperado a la cabeza. Pero esto ya es cuestión de estilo, de nivel de preparación y de reconocimiento de la situación. Esta situación táctica de base puede realizarla con éxito un alumno medio "normal" tras algunas semanas de trabajo. Al comienzo, evidentemente, no haremos de trabajar más que dos variantes. Más tarde, deben ligarse los nuevos ejercicios a los que ya están técnicamente bien adquiridos. Solamente tras esta progresión se abordará la resolución alternativa de tres ejercicios. F) Ventajas e inconvenientes de la lección táctica El trabajo con más de dos alternativas supone un desafío físico y mental. Por consiguiente, conviene definir las características del trabajo: número de repeticiones, número máximo de faltas admisibles. 4 En el curso de nuestros aсos de experiencia, la proporción de dos faltas sobre diez (10/2 o 5/1) se ha considerado muy satisfactoria (durante los períodos de preparación final para los JJ.OO. o los CM, con frecuencia esta proporción de éxito de los ejercicios era de 3/0 y 5/0). Es sensato repetir frecuentemente la situación de base "E - a" y variar de vez en cuando a partir de ésta. Psicológicamente, es muy importante definir el número de repeticiones y los límites de la proporción de faltas para motivar más al alumno (así se está más próximo a las condiciones de los asaltos y de la competición). De otro modo, la repetición múltiple engendra monotonía y una ejecución "económica" desde el punto de vista de la inversión física y atencional, con la consecuencia de disminuir el valor del trabajo de entrenamiento. Es sensato respetar los tiempos de descanso entre los ejercicios para mantener el nivel de concentración. Sin embargo, el alumno debe ganarse el derecho a la recuperación. Para ello, el Maestro no debe detener el ejercicio más que tras la obtención de una puntuación dada, que el alumno logra alcanzar por la calidad de su actitud. Podemos controlar el nivel de la capacidad de reconocimiento de las situaciones tácticas insertando una "tarea inesperada". Por ejemplo, durante el sistema de ejercicios descrito anteriormente, el maestro trata de efectuar, sin indicarlo previamente, un contrataque con una toma de hierro durante el ataque realizado por el alumno sobre su avance. Este ejercicio así modificado no debe ser seсalado ni repetido previamente. Así podemos observar la reacción del alumno de modo directo y realista, abandonando en cierto modo el sistema ya adquirido de ejercicios técnico-tácticos. Mi experiencia, basada en numerosos años de observaciones, muestra que los alumnos que realizan de modo conveniente las soluciones a estas situaciones imprevistas al final de la temporada, durante la última fase de preparación, en general lo hacen muy bien en los JJOO o CM. Cuanto más multiplicamos el número de posibilidades alternativas, más lentos se harán los gestos del alumno. Por consiguiente hay que utilizarlas, como este método en general, de manera pertinente. También podemos pensar en el hecho de que durante las tareas tácticas citadas anteriormente, siempre es el maestro el que toma la iniciativa, y no el alumno. Por lo tanto, es justo que en un momento dado el alumno presente reacciones específicas correspondientes a su ritmo y estilo personales. Se puede obtener poco a poco favoreciendo aquellos de los ejercicios citados que correspondan más específicamente al estilo del alumno. G. Situación táctica y número de tocados Dos investigadores húngaros analizaron más de 400 asaltos a mediados de los años 70 y constataron que: El primer tocado es especialmente importante. El 80% de los vencedores han dado el primer tocado. El tercer tocado también tiene gran importancia desde el punto de vista de la victoria final. Con una puntuación de 2/1 o 2/0, nos encontramos por consiguiente en una situación psíquica particular: o bien el tirador en desventaja logra igualar, o bien es llevado a 3/0 o 3/1. 5 En el curso de la observación, y éste es el aspecto más interesante, se ha medido la duración específica efectiva de las acciones. Se ha comprobado en las puntuaciones 2/0 y 2/ 1 que los perdedores han dedicado mucho menos tiempo a la preparación y a la realización de las acciones destinadas a igualar. Esta es la razón principal de su fracaso. Por el contrario, el análisis de los asaltos de los campeones olímpicos y mundiales muestra que, en estas situaciones desfavorables, han dedicado mucho tiempo a igualar para finalmente ganar. Por lo tanto, durante los ejercicios citados, es sensato que tras las puntuaciones en cuestión, el alumno intente ganar tiempo para prepararse psicológicamente más específicamente para la continuación del match. LA PREPARACIÓN DE LOS JUEGOS: UN ENTRENAMIENTO TÁCTICO ESPECÍFICO La duración efectiva de combate es actualmente de 20 a 30 segundos (para los match en diez toques, tampoco superaba los 40 segundos). Este lapso de tiempo, muy corto, hace especialmente difícil el análisis de los toques, dados o recibidos, el control de la táctica elegida y su modificación. A todas estas dificultades se aсade la mayor curiosidad del sable: la prioridad. (Para evitar los toques frecuentes simultáneos, uno u otro de los tiradores, designado al azar, es "castigado", con desventaja durante la siguiente acción simultánea). Hemos visto anteriormente que no todos los toques tienen el mismo "peso", la misma importancia. La situación se complica más aún en el sable con la ventaja de la prioridad. Está claro que es ventajoso quitar la prioridad al adversario, pero es fundamental no perder la propia. La experiencia diaria en competición muestra que los tiradores reciben regularmente consejos "tácticos" por parte de los entrenadores, amigos, jefes de delegación, padres (con frecuencia en forma "catastrofista"). La gran mayoría de estos consejos molestan a los tiradores, y no pueden ser más que un apoyo moral. En efecto, está excluido poder dar buenos consejos tácticos utilizables, sin un conocimiento en profundidad del adversario, de la panoplia técnico-táctica momentáneamente a disposición del tirador, del estilo del oficial que dirige el encuentro. Podemos constatar que la mayoría de los consejos se dan en forma negativa (no hagas contratiempo, no des línea, etc... ) lo cual es especialmente peligroso, puesto que bajo la máscara y con el bullicio de la competición, en general el comienzo negativo de las frases queda "tragado" y el tirador comprende lo contrario del consejo (haz un contratiempo, da la línea, etc...). Tras los Juegos de Los Angeles, el nivel técnico-táctico de los sablistas franceses ha evolucionado significativamente. He pensado que era importante mejorar su eficacia elevando el nivel de su capacidad de reconocimiento de las situaciones tácticas. Ya no necesitaban sostener la conducta de conjunto de la competición, pero en contrapartida, parecía esencial reforzar la capacidad de ganar tal o cual toque (por ejemplo en caso de prioridad). Por consiguiente hemos comenzado a utilizar las tareas tácticas específicas en el marco de las lecciones individuales. La situación "a 2 metros" ofrece una excelente ocasión para ello (hasta 1989, la gran mayoría de los toques se producía en los dos 6 últimos metros de la pista, puesto que el adversario del atacante, que tenía la prioridad, comenzaba casi siempre por recular y salir de la pista, y luego trataba de deshacer el ataque de su adversario volviendo a situarse sobre la línea de los dos metros. Los tiradores que tenían más experiencia y una mejor preparación con frecuencia podían hacer esto con éxito, puesto que tras haber franqueado la línea de fondo de la pista, podían volver a concentrarse física y mentalmente para retomar el asalto en las mejores condiciones). Nuestros ejercicios tácticos tenían en esa época dos objetivos. Explotar la prioridad con la máxima eficacia. Anular la prioridad del adversario. Uno de los ejercicios, llamado estratégicamente n° 2 o "Boloche", era el siguiente: El tirador que tenía la prioridad, frente a su adversario situado a los dos metros, rompía primero en vez de atacar, y por medio de un paso cruzado, salía en flecha en línea de tercera, buscando la cabeza o bien el flanco. El elemento inesperado era el hecho de romper; el adversario esperaba un ataque y se producía lo contrario. La reacción más frecuente del adversario era una marcha insegura, que un ataque explosivo podía explotar de manera segura. En efecto, la marcha iba casi siempre acompañada de un intento de ataque al hierro, o de un intento tardío de romper. Pero puesto que el tirador prioritario atacaba con una línea o bien en tercera, atacar al hierro o intentar una parada estaba destinado de entrada al fracaso. El otro ejercicio -de defensa- era el n° 4. Situado el adversario prioritario en el medio o bien en los 2 metros, emprendiamos un gesto de la tercera hacia la octava durante el segundo tempo del ataque (toma de hierro baja, mano flexionada), y, parando en tercera, respondíamos. En la mayoría de los casos, el adversario que atacaba con un impulso muy importante trataba de tocar en el lugar que esbozaba el gesto. Es por ello por lo que tras el amago tardío de este gesto, la parada en tercera era con frecuencia un éxito. Para los Juegos de Seúl preparamos 10 у 15 ejercicios de este tipo. Por falta de tiempo y para una adquisición perfecta, los trabajábamos a dos además de las lecciones individuales preparatorias y de puesta en forma. Un trabajo especial en apnea en el fondo de la piscina había facilitado enormemente la ejecución de estos ejercicios. Tras un período de adaptación fisiológica, habíamos trabajado estos ejercicios específicos 1 у 2 veces a la semana bajo el agua. La ventaja importante del trabajo a 3 у 4 metros de profundidad es aumentar de modo importante la más mínima falta técnica. Cualquier error de piernas era sancionado inmediatamente con una pérdida inmediata de los apoyos y un torpe ascenso hacia la superficie. El miedo a la profundidad había jugado igualmente un papel especial. Dominarla equivalía psíquicamente a dominar las condiciones de la competición. El miedo a no lograr dar el toque 7 importante correspondía psíquica y físicamente al miedo a la profundidad. Este método tenía una tercera ventaja: en el curso de las lecciones individuales, bastaba con evocar mentalmente las "sensaciones de la piscina" para provocar esa calma serena, psicológica y física, que es indispensable para el trabajo bajo el agua, así como para resolver las dificultades de la competición. Este proceso de preparación descrito anteriormente resultó eficaz. Tras un período de fracasos de más de una década (de 1969 a 1982, los tiradores de sable franceses no consiguieron ni una medalla), en los años que van de 1982 a 1993 este equipo logró 14 medallas. Ocho fueron obtenidas en los JJOO o en los CM (3 de oro, 1 de plata, 4 de bronce). JF. Lamour ganó el título mundial en 1987 en Lausana, el equipo compuesto por Lamour, Guichot, Delrieu, Ducheix, Bolle ganó la Copa de Europa de Clubes Campeones, Lamour y Daurelle ganaron los Juegos Mediterráneos. Cada uno de los seis sablistas siguientes: Lamour, Guichot, Delrieu Ducheix, Daurelle, GrangerVeyron, fueron o bien medallistas o bien finalistas en los JJOO o en los CM. Bibliografía: Barkуczy - Putnoky: Zoltán Szentgyörgyi: Gerevich - Szepesi: Apprentissage et motivation (Tankönyvkiadó, Budapest 1967) Analyse de certains facteurs de la compétition chez les sabreurs а la base de deux championnats du monde (Université de l’Education Physique de Budapest, Brochure scientifique, 1973/1) Escrime au sabre moderne (Sport, Budapest 1979) 8