6 La Palabra Israelita VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2006 ELIAHU SHAUL, REPRESENTANTE DEL DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN PARA EL CONO SUR: La Agencia Judía busca reforzar vínculos educativos entre Israel y Chile Eliahu Shaul sabe muy bien lo que sucede en las juderías del mundo. Fue durante varios años el director de Oficinas Regionales del Departamento de Educación de la Sojnut, cargo que le permitió implementar políticas de índole global. Ahora, como representante del Departamento de Educación de la Agencia Judía para el Cono Sur, con sede en Argentina, su misión será más específica y especialmente relevante para Chile. "Tengo a cargo Chile, Uruguay, Argentina, Paraguay, Perú y Bolivia, en todo lo que tiene que ver con el contacto con las autoridades educativas comunitarias. Vine por dos años con una misión específica, especialmente en Argentina, donde hay que hacer todo un planeamiento estratégico, que tiene que ver con la organización de la educación judía en ese país, después de la crisis que hubo el año 2000", explicó. —¿Qué situación encuentras en Chile? —Conozco bastante bien a la comunidad chilena, por razones personales y familiares. Creo que es una de las comunidades más activas en lo que es la educación no formal. Eso lo vimos por ejemplo en el reciente festival de la canción de los movimientos, con más de mil quinientas personas. Por otro lado, están los procesos que tienen que ver con la parte religiosa, que son bastante interesantes, sobre todo porque hace años esta comunidad era bastante laica. Y en lo relativo a la educación formal, existe una relación muy fuerte con el Vaad Hajinuj, con el cual compartimos varios proyectos. —¿Cómo cuáles? —Tenemos el proyecto Jail, que es subvencionado por el Estado de Israel y tiene como objetivo fortalecer los estudios judaicos. Esto contempla capacitaciones de profesores en Israel, Argentina y Chile. Vienen charlistas, se hacen conferencias vía Internet, etc. En una breve visita al país, el personero destacó el dinamismo de la comunidad local y propuso focalizar el trabajo en el segmento universitario, para el cual se ha desarrollado un programa de permanencia de seis meses a un año en Israel. Todo esto además de los shlijim que vienen al Instituto Hebreo. Por eso, nosotros sentimos que el Vaad Hajinuj le está dando importancia a Israel y eso es precisamente lo que nosotros ofrecemos: ayuda para fortalecer la identidad judía a través de las temáticas propias de Israel. —¿Y cómo se hace esto? —Nosotros pensamos que a través del contacto con Israel se puede fortalecer la identidad judía, y eso es lo que ofrecemos a las diversas instituciones. Esto lo hacemos por muchos medios. Por ejemplo, llevando la comunidad a Israel, ya sea a través del viaje de estudios, de Taglit, capacitaciones en Israel, Majón le Madrijim y del proyecto Masá. Entonces, el que quiere vivir una experiencia educativa en Israel puede hacerlo a través de los programas de la Agencia Judía. Pero también hacemos el proceso a la inversa, es decir traer Israel a las comunidades, por ejemplo trayendo shlijim y charlistas, generando materiales educativos, foros y «web conferences» en Internet. —¿Por dónde va el énfasis que ustedes quieren poner en la relación con Chile? —Veo que acá se hace un trabajo interesante, pero creo que podemos ayudar más en el tema de contenidos, principalmente desde Argentina, donde creamos un centro educativo llamado Bama, que tiene una gran central pedagógica, programas de e-learning, capacitaciones, etc. Entonces, creo que se pueden aprovechar mejor estos recursos disponibles tan cercanos. —¿Cómo ves el nivel de preparación de los jóvenes en Chile? SI TIENES ENTRE 20 Y 27 AÑOS, ERES MADRIJ O BOGUER DE MOVIMIENTO JUVENIL, TIENES HABILIDADES PARA INTERACTUAR CON JÓVENES, FUERTE CONEXIÓN CON ISRAEL Y DIPSPONIBILIDAD PARA UN TRABAJO PART TIME PARA LA AGENCIA JUDÍA PARA ISRAEL, TE INVITAMOS A ENVIAR TU CURRÍCULUM A [email protected] —Ese es un tema muy interesante. De hecho, queremos centrarnos en la edad más complicada, que es la edad universitaria, donde los jóvenes no encuentran las respuestas que buscan a nivel comunitario. Entonces, para ellos está solamente la opción religiosa, ya que por el otro lado hay un vacío, que en algún momento trató de llenarse a través de Hillel, que funcionó dos o tres años y que luego de ciertas circunstancias se cerró. —¿Qué puede hacer la Agencia Judía en esta materia? —Yo creo que tendríamos que empezar a hablar con los líderes de la comunidad. Porque se hace mucho esfuerzo para el Instituto Hebreo, la educación formal, algo también para los movimientos. Pero no se está pensando en lo que pasa después, donde se produce la mayor asimilación, porque es una época crítica. Yo creo que para esta edad no hay un esfuerzo organizado para dar una respuesta. Por eso, yo estoy tratando de buscar los interlocutores apropiados para poder ayudarlos a abordar el tema de los universitarios. Nosotros tenemos mucho que ofrecer al respecto. —Entonces la Sojnut busca ofrecer una alternativa laica para este segmento de edad… —La Agencia Judía no es una alternativa a la parte religiosa. De hecho, dentro de la Agencia Judía hay una parte religiosa, que también es pluralista, pues tiene opciones de las distintas tendencias. Así, por ejemplo, en algunos días más viene a Chile Arón Kunik, que es el sheliaj que trabaja en la parte ortodoxa en Argentina. Entonces, nosotros no somos una alternativa ni religiosa ni laica. Lo que nosotros queremos es traer Israel. Existe un solo Israel en el mundo, pero a la vez Israel es multifacético. Nosotros queremos traer ese Israel, con todas sus facetas, para fortalecer la identidad de los jóvenes. —¿El proyecto Masá se enmarca en estos conceptos? —Masá proviene de una iniciativa del ex Primer Ministro, Ariel Sharon, que se reunió con el presidente de la Agencia Judía, para definir cómo ayudar a fortalecer el contacto entre Israel y las comunidades judías. Ellos concordaron en que la edad crítica es de 18 a 30 años. Convocaron a varios expertos y concluyeron que para un joven una experiencia en Israel de seis meses a un año cambia profundamente su actitud, reduciendo drásticamente las posibilidades de asimilación, aumentando notablemente su liderazgo y generando espacios para la aliá. En base a estos tres factores, propusieron un programa que permita a una gran cantidad de jóvenes judíos vivir esta experiencia en Israel a través de un fondo de becas. Para esto, el Estado de Israel dispone de un fondo de US$50 millones hasta el año 2008. —¿Y cómo postula un joven judío de Chile a este programa? —Acá tenemos un Centro de Programas de nuestra institución, que está radicado en la oficina de Sara de Mayo. Masá es el título general del programa, pero dentro de este concepto existen cerca de 200 alternativas distintas para conocer Israel, de las cuales hay unas 15 que a mi juicio son más atingentes al público latinoamericano, por sus características e idioma. Luego de informarse, los jóvenes pueden postular a la beca, que en general es bastante importante y puede cubrir hasta el 90% del costo del programa, sin considerar el pasaje aéreo, que lo debe costear el interesado. Los programas son muy interesantes, pues tienen que ver con diversos temas, como deportes, tecnología, trabajo comunitario, etc. Este tipo de experiencias es muy común entre los jóvenes de otras latitudes, que quieren vivir fuera de sus países por un tiempo, para conocer y crecer personalmente. Creo que en este caso se puede cumplir este objetivo y hacerlo en Israel. —¿Qué efectos puede tener en la comunidad judía de Chile un programa de este tipo? —Yo creo que la cara de la comunidad puede cambiar a futuro si uno de cada tres jóvenes tienen la experiencia de vivir un año en Israel. Por eso, pienso que la comunidad debería estar muy interesada en apoyar y promover este programa. —¿Qué programa de Masá destacarías en este momento? —Hay uno muy especial, que se originó durante la última guerra. En Argentina, un grupo de universitarios quería hacer algo «tajles» por Israel. Los organizamos y en diez días viajaron para trabajar como voluntarios con chicos que estaban en los refugios y que no tenían nada que hacer para sobrellevar el tiempo. Como consecuencia de esto, ahora se hizo un programa llamado "Ir al Galil", para que los jóvenes vayan por tres meses, de diciembre a marzo, a estas ciudades del norte, a trabajar en los colegios y centros comunitarios, como una experiencia muy interesante de apoyo a Israel. Este programa no tiene costo, salvo los pasajes, y es una oportunidad concreta para los jóvenes que quieran ir ahora como voluntarios a Israel.