Lógica: una aproximación a la evaluación de argumentos LÓGICA

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Prof. Camila López
2ºBD. Colegio:_______________________________
Nombre del alumno:__________________________
Fecha de entrega:________________
Lógica: una aproximación a la evaluación de argumentos
LÓGICA
Disciplina filosófica que estudia la modalidad y formas de
pensamiento y discurso con el objeto de establecer la
validez de los razonamientos, o bien la solidez de los
argumentos.
Lógica formal
Se encarga de establecer procedimientos
sistemáticos que nos permitan diferenciar un
razonamiento válido de uno inválido.
Decimos que es “formal” porque analiza
solamente la forma en que se desarrollan estos
razonamientos, no preocupándose por el
contenido, la función o el contexto de los
mismos.
Por ello, utiliza la simbolización para abstraer
los contenidos y permitirnos ver solamente las
estructuras formales que componen los
razonamientos.
Ejemplo de razonamiento traducido a
símbolos:
Si ocurre A, entonces ocurrirá B. Ocurrió A, por
lo tanto ocurrirá B.
Como vemos, no importa qué sea “A” o “B”, o
quién enuncie este razonamiento, con qué
fines, o en qué contexto, sino que lo que
importa para la lógica formal es si esta forma
de razonamiento es correcta (válida) o no.
Lógica no formal
Estudia los razonamientossituados en un
contexto comunicativo, es decir, estudia los
argumentos.
Un argumento es una práctica lingüística,
ubicada en cierto contexto, mediante la cual
intentamos dar razones (premisas) que
apoyen determinada creencia, opinión o
acción (conclusión). El objetivo de un
argumento es lograr la adhesión del
interlocutor o al menos justificar la posición
sostenida.
Por ello, entran en juego aquí otros
elementos además de la estructura formal
de los razonamientos que utilicemos, por
ejemplo: ¿a qué público nos dirigimos? ¿Cuál
es el mejor argumento para lograr nuestro
objetivo? ¿Queremos persuadir, convencer, o
simplemente justificar nuestra postura?
¿Para qué queremos hacerlo? ¿Cómo sé si
mi argumento es bueno?
Lógica formal y lógica no formal no son excluyentes, sino que ambas son relevantes y
complementarias.
Nos interesa reconocer, evaluar y construir argumentos. Para ello, es importante tanto
explorar la validez de sus razonamientos (que su forma sea correcta) como estudiarlos en
su contexto real de aplicación.
En esta ficha, nos dedicaremos principalmente a esta segunda tarea, ejercitándonos en el
reconocimiento de argumentos, construcción de contraargumentos, y detección de
argumentos engañosos (falacias).
Bibliografía de consulta sugerida:
Marafioti, Roberto. Los patrones de la argumentación: La argumentación en los clásicos y en el siglo XX. Ed.
Biblos, 2005.
Weston, Anthony, y Jorge Francisco Malem Seña. Las claves de la argumentación. Barcelona: Ariel, 1994.
La argumentación
¿Qué significa “argumentar”?
“’Dar un argumento’ significa ofrecer un conjunto de razones o de
pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un argumento no es
simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata
simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de
apoyar ciertas opiniones con razones. En este sentido, los
argumentos no son inútiles, son, en efecto, esenciales.
El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera
de tratar de informarse acerca de qué opiniones son mejores que
otras. (…)
Es un medio para indagar (…) y un instrumento para explicar y
defender una conclusión a la que hemos llegado. No es un error
tener opiniones. El error es no tener nada más. (…)”
Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994.
Importancia de la argumentación
en Filosofía
“La reflexión filosófica, en toda la
tradición occidental, es el uso
metódico de la razón para tentar
responder
a
los
problemas
fundamentales del hombre, esta
exigencia crítica implica que toda
posición que se plantee como
filosófica sea justificada, legitimada
por una argumentación sólida. Ella
es tanto más creíble, en tanto se
apoye sobre principios, desarrolle
una coherencia, resista a las
refutaciones.
Es necesario aprender a argumentar
sus tesis, y a rechazar sus
objeciones”
Michel Tozzí, “Pensar por sí mismo”,
Ediciones de la Crónica Social, 1999.
Ejemplo:
Tener una vida sedentaria es un factor de
riesgo para muchas enfermedades.
Además, ejercitar el cuerpo es bueno para
mantenerse en forma. Por ello, es
recomendable realizar actividad física de
forma regular.
Premisa 1:Tener una vida sedentaria es un
factor de riesgo para muchas
enfermedades.
Premisa 2: Ejercitar el cuerpo es bueno
para mantenerse en forma.
Conclusión: Es recomendable realizar
actividad física de forma regular.
Premisas y conclusión son proposiciones (es decir, enunciados en donde se afirma o niega algo): tomadas
aisladamente, no podemos saber si se trata de premisas o conclusiones. Llamamos “premisas” a aquellas
proposiciones que aparezcan como supuestos o razones que se utilizan para justificar otra proposición;
llamamos “conclusión” a dicha proposición que se busca defender o justificar y que se sigue de las
premisas.
No siempre aparecen primero las premisas y luego la conclusión; pueden aparecer en cualquier orden.
Para detectarlas, es de ayuda tener en cuenta ciertas expresiones que suelen utilizarse para indicar cuándo
se trata de premisas y cuándo de una conclusión:
Indicadores de premisas
Puesto que, ya que, como, en tanto que, dado que,
por cuanto, viendo que, a partir de, porque, y, sea
como fuere, pero, en efecto…
Indicadores de conclusión
Por lo tanto, por ende, así que, de ahí que, en
consecuencia, se deriva, por consiguiente, como
resultado, luego, entonces, llegamos a la
conclusión...
Premisas implícitas
Cuando extraemos las premisas y conclusión de un argumento, no necesariamente tenemos que extraer
literalmente las expresiones que componen el mismo. Lo que queremos es exponer el esqueleto implícito
que da forma el argumento. Eso quiere decir que a veces tendremos que construir las premisas a partir de
la información que tenemos, omitir cierta información que no compone a las premisas o conclusión, o
incluso detectar y escribir ciertas premisas que pueden estar implícitas (es decir, no aparecen literalmente,
pero son supuestas en la estructura del argumento).
Por ejemplo:
Pedro es extranjero, por eso no va a
votar en las próximas elecciones.
Premisa 1:Pedro es extranjero.
Premisa implícita:Los extranjeros no
pueden votar.
Conclusión:Pedro no va a votar en las
próximas elecciones.
Al reconocer argumentos, debemos intentar pensar si
existen premisas implícitas y explicitarlas.
Pasos para la composición de un argumento
corto, para Weston
“Algunas reglas generales:
Distinga entre premisas y conclusión
El primer paso al construir un argumento es
preguntar ¿Qué estoy tratando de probar? ¿Cuál
es mi conclusión? Recuerde que la conclusión es
la afirmación en favor de la cual usted está dando
razones. Las afirmaciones mediante las cuales
usted ofrece sus razones son llamadas
“premisas”.
Presente sus ideas en un orden natural
Ponga primero la conclusión seguida de sus
propias razones, o exponga primero sus premisas
y extraiga la conclusión al final. En cualquier caso,
exprese sus ideas en un orden tal que su línea de
pensamiento se muestre de la forma más natural
a sus lectores.
Parta de premisas fiables
Aun si su argumento, desde la premisa a la
conclusión, es válido, si sus premisas son débiles,
su conclusión será débil.
Use un lenguaje concreto, específico, definitivo
Escriba concretamente, evite los términos
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generales, vagos y abstractos.
Evite un lenguaje emotivo
No haga que su argumento parezca bueno
caricaturizando a su oponente. Generalmente, las
personas defienden una posición con razones
serias y sinceras. Trate de entender sus opiniones
aún cuando piense que están totalmente
equivocadas. Si usted no puede imaginar cómo
podría alguien sostener el punto de vista que
usted está atacando, es porque todavía no lo ha
entendido bien. En general, evite el lenguaje
cuya única función sea la de influir en las
emociones de su lector u oyente, ya sea a favor o
en contra de las opiniones que está discutiendo.
Use términos consistentes
Use un solo conjunto de términos para cada idea.
Use un único significado para cada término
Usar una sola palabra en más de un sentido es la
falacia clásica de la “ambigüedad”. Una buena
manera
de
evitar
la
ambigüedad
es definir cuidadosamente cualquier término
clave que usted introduzca: luego, tenga cuidado
de utilizarlo sólo como usted lo ha definido.
Teniendo en cuenta los pasos recomendados por Weston, construye un
argumento en respuesta al siguiente problema:
Libertad de enseñanza: ¿es adecuado implementar la educación
obligatoria?
En clase, veremos argumentos a favor y en contra, y evaluaremos entre
todos su claridad, precisión, adecuación de sus premisas y solidez.
Falacias
Una falacia es “un razonamiento psicológicamente persuasivo pero lógicamente defectuoso”.
…“una falacia es una maniobra verbal destinada a conseguir que alguien acepte una afirmación u obedezca
una orden por motivos que no son buenas razones”
Comesaña, Juan José. Lógica Informal. Falacias y Argumentos Filosóficos. Eudeba. Buenos Aires: Argentina. 1998
Tipos de falacia. Extractos de “Lógica informal…”, Juan José Comesaña
Falacia Ad Hominem
La falacia que analizaremos ahora es una de las
más poderosas en lo que respecta a poder
persuasivo. "Ad hominem" significa "contra el
hombre", y esta falacia lleva ese nombre porque
se comete, se dice tradicionalmente, cuando se
intenta desacreditar una afirmación haciendo
referencia no a la probable falsedad de esa
afirmación sino a ciertas características de quien
la enuncia.
Es fácil en este caso ver por qué se supone
generalmente que estos tipos de razonamientos
son falaces; la verdad o falsedad de una oración
no depende, en el caso general, de las
características de quien la enuncia. Es fácil de ver
esto porque la misma oración puede ser afirmada
por un santo y un pecador.
Apelación a la ignorancia
Ejemplos clásicos de esta falacia son: no se ha
demostrado que
Dios existe, por lo tanto Dios no existe (y
viceversa)
Apelación a la autoridad
Las apelaciones a la autoridad constituyen una
maniobra argumental muy común en distintos
tipos de contextos. Se hace una apelación a la
autoridad cuando, como razón para creer en la
verdad o falsedad de una afirmación, se cita la
opinión de alguna autoridad. Aunque apelar a
una autoridad no tiene nada de malo en sí
mismo, deben observarse ciertas reglas para que
la apelación no resulte falaz.
Petición de principio y razonamientos circulares
Hay un tipo de razonamiento que puede hacer
surgir varias perplejidades muy difíciles de
resolver. Consideremos el siguiente ejemplo:
Hay perros simpáticos.
Por lo tanto, hay perros simpáticos
Notamos casi de inmediato que algo anda mal en
este razonamiento, pero es complicado decir
exactamente qué.
En Copi (1990) se dice lo siguiente: “…parecería
que no se debe agrupar esta falacia junto con las
demás falacias de atinencia, puesto que aquí el
error no radica en que las premisas sean
inatinentes con respecto a la conclusión. No son
inatinentes, puesto que prueban la conclusión,
pero lo hacen de manera trivial Un argumento de
petición de principio siempre es válido, pero lo es
trivialmente” (…)
Apelaciones a la emoción
En esta sección analizaremos varias maneras de
intentar que una afirmación sea aceptada por
medio de apelaciones a la emoción. No es fácil
decidir en todos los casos si esos intentos son
realizados por medio de razonamientos. Como
veremos, tampoco en el caso de las apelaciones a
la emoción es algo inmediato que constituyan
una falacia. En otras palabras, hay apelaciones a
la emoción que son maniobras de persuasión no
sólo efectivas sino también legítimas.
Analizaremos por separado los tres tipos
fundamentales de apelación a la emoción.
Razonamientos ad populum
Como su nombre más o menos lo indica, la
variante más cruda de los razonamientos ad
populum consiste en sostener que una oración es
verdadera porque todo el mundo (o un grupo
determinado de personas) cree que es verdadera.
Apelación a la piedad (ad misericordiam)
Se comete una falacia de este tipo cuando se
sostiene que cierta afirmación es verdadera (o
falsa) basándose exclusivamente en
circunstancias penosas -y que deberían despertar
nuestra misericordia- en las que se encuentra
quien hace la afirmación o el sujeto acerca del
cual se hace la afirmación.
Apelación a la fuerza (ad baculum)
Se comete esta falacia cuando se intenta que
alguien acepte una afirmación o haga algo
apelando para ello a la amenaza del uso de la
fuerza.
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Busca ejemplos de falacias en medios
gráficos o audiovisuales. Indica qué
tipos de falacia son. Intenta encontrar la
mayor variedad de tipos posibles.
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