el romanticismo espanol

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41) EL ROMANTICISMO ESPAÑOL.
FUENTES Y CARACTERÍSTICAS
Aparece en España en la primera mitad
del siglo XIX bajo la influencia del romanticismo
europeo y como la reacción al neoclasicismo. Un
poco más tarde aparece en Inglaterra, Alemania,
Francia e Italia, pero desde el principio tenía
muchos partidarios.
Se afirma lo subjetivo e imaginativo del “yo”
del hombre contra el objetivismo y racionalismo
característicos para neoclasicismo.
Se notan las influencias también de:
Cervantes, Calderón;
romances;
Bocaccio, Dante Aligieri, Tetrarca.
Las nuevas ideas llegaron a España por diversos
caminos:
los viajeros románticos;
los exiliados fernandistas;
libros y noticias sobre lo que pasaba fuera;
traducciones al castellano de obras románticas
importantes de escritores europeos: Chateubriand,
1
Voltaire, Víctor Hugo, Alexander Dumas, Lord
Byron, Walter Scott, Shakespeare, Goethe.
El romanticismo acabó con las reglas
clasicistas y el afrancesamiento. Impuso la libertad
expresiva. Reaccionó contra la rígida separación
de géneros clasicistas. Se proclamó el derecho a
mezclar los géneros. En el teatro se puso de moda
el drama en el que se mezclaron:
elementos trágicos y cómicos;
prosa y verso;
sólo se respetaba la unidad de acción.
Las características de la poesía en el romanticismo:
mezcla del tono serio con el festivo;
se introduce ironía para expresar el desengaño
romántico;
se experimentó con la métrica;
se aceptaron todos tipos de palabras.
Dentro del romanticismo existen dos tendencias
fundamentales:
el romanticismo histórico (Cataluña): orientado a
restaurar los antiguos valores tradicionales que
exaltan lo nacional y enfoca su mirada hacia la
Edad media - Zorilla.
2
el romanticismo de tipo liberal o revolucionario
(Andalucía): en lugar de echar una mirada hacia el
pasado, aspira a crear una nueva cultura,
abandonando la idea de la jerarquía, religiosidad,
tradición - Espronceda.
Características del romanticismo español:
libertad: caracteriza el temperamento de la
mayoría de los románticos más característicos y
geniales: Larra, Espronceda, Zorilla.
Manifestación particular de este amor a la libertad
es el predominio del tema de la pasión;
patriotismo: una de las razones por las que la
literatura española del siglo XIX había de ser
nacionalista es la invasión napoleónica. El
movimiento costumbrista estaba tan inspirado en
el patriotismo como el renacimiento medieval. El
renacimiento medieval trataba de empujar a los
españoles a la España del pasado, el patriotismo
los retenía en el presente. Ambos les enseñaron a
apreciar más su patria; el primero alimentaba su
orgullo por los héroes y gestas de su historia, el
otro aumentaba su interés por su propio ambiente
y generación. Espronceda en su “ensayo épico”
elogiaba la Reconquista. El Duque de Rivas
3
escribe los Romances históricos, galería de los cuadros
de la historia de España. Zorilla es conocido
como recreador de la leyenda y tragedia española
y el dramaturgo por excelencia del patriotismo;
cristianismo: los románticos, además de profesar
la fe con firmeza inquebrantable, aprovecharon
plenamente el ceremonial, la historia y la leyenda
para destacar las glorias de la iglesia;
medievalismo: caracterizó el movimiento
romántico de toda la Europa occidental. Todo
autor romántico trataba temas medievales en
forma narrativa, dramática, a veces presentando
versiones más o menos fieles de la historia o de la
leyenda y otras mezclando la historia con la
ficción esforzándose por encontrar temas nuevos
en la forma o la apariencia. Es íntimamente unido
al patriotismo y cristianismo;
subjetivismo: es menos característico de la
literatura romántica española que de la de otros
países;
dominio de la imaginación sobre la razón;
afirmación de la libertad creativa en el lenguaje y
en la elección de los temas;
sentimientos, sensibilidad;
4
búsqueda de lo original y único;
presencia del paisaje que proyecta los sentimientos
del poeta.
Los años gloriosos del romanticismo español
van de 1834 a 1844. Con la muerte de Fernando
VII acaba el absolutismo y madura un depósito de
ideas que han ido introduciéndose en España
desde 1800 por lo menos. En una década el
romanticismo transforma el panorama cultural,
social y político español. Se inicia con una obra de
teatro La conjuración de Venecia de Martínez de la
Rosa y acaba con Don Juan Tenorio de Zorilla.
Entre estas dos fechas escriben Larra,
Espronceda, Zorilla, etc.
El año 1814 es el año que marca el primer
paso firme hacia el nuevo movimiento con la
polémica entre Böhl de Faber (alemán, defendía a
Calderón y el romanticismo) y Mora (ilustrado,
defendía el arte clásico).
En el período de 1820 a 1823, el Trienio
Liberal, aparecen importantes obras románticas:
Mis ratos perdidos de Mesonero Romanos, primera
manifestación el costumbrismo; El Europeo 5
periódico cultural con colaboradores españoles,
ingleses e italianos: intento cosmopolita de
difusión de los grandes autores románticos.
En el período de 1824 a 1833 el
absolutismo borbónico frenó el desarrollo del
romanticismo.
42) INFLUENCIAS LITERARIAS
EXTRANJERAS EN LA LITERATURA
ESPAÑOLA DEL ROMANTICISMO
El Romanticismo aparece en España bajo la
influencia del romanticismo europeo y como
reacción fuerte contra el neoclasicismo. El
término romantic aparece por primera vez en
Inglaterra como adjetivo que designa algo
parecido a la novela medieval, es decir algo
fantástico. Se relaciona con la primera mitad del
siglo XIX y significa la afirmación de lo subjetivo
e imaginativo, del “yo” del hombre contra el
objetivismo y racionalismo característicos para el
neoclasicismo.
Los poetas románticos como Larra, por
ejemplo, buscan algo que puede satisfacer su alma,
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viajan mucho e invitan los lectores a través de sus
obras a estos viajes (en sueños e ilusiones, en la
época caballeresca, a los países orientales llenos
del esplendor y misterio) y cuando sus
imaginaciones no resulten posibles, la única
solución era – el suicidio.
España fue incorporándose lentamente al
romanticismo. Las nuevas ideas le llegaron por
diversos caminos: los viajeros románticos, los
exiliados fernandistas, libros y noticias que se
filtraban sobre lo que pasaba fuera. Y las
traducciones al castellano de obras románticas
importantes que realizó la generación anterior. Se
tradujeron las obras importantes de
Chateaubriand, Voltaire, Hugo, Dumas, Sand
entre otros franceses; Young, Richardson, Ossian,
Byron, Scott, etc. entre los ingleses; y entre
alemanes Böhl de Faber, Goethe (Werther, Fausto),
Schiller, Hoffmann.
La influencia extranjera (Goethe, Walter
Scott, Charles Dickens, Balzac) se nota en la, así
llamada, “tendencia revolucionaria” del
romanticismo (liberal, rebelde). El año 1830, con
la muerte de Fernando VII, permite el regreso de
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los emigrantes y entrada de nuevas ideas y
tendencias. Durante la emigración los españoles
viven en Francia, Inglaterra y leen, estudian,
adoptan nuevas ideas y después los traen a
España.
Los extranjeros siempre consideraron a
España como un país romántico, bien por la
pervivencia del espíritu caballeresco, del apogeo
de la tradición, por el sentimiento patriótico, por
la actitud apasionada y aventurera ante la vida
simbolizada por Don Quijote o Don Juan o bien
por el Siglo de Oro, por el espíritu religioso y
erótico y por las mujeres hermosas y sensuales.
Por todo ello hicieron los extranjeros de España
una fuente de inspiración. España era para ellos
un museo real y viviente con notas exóticas
árabes. Muchos escritores románticos europeos
viajaron a España y escribieron sobre sus tierras,
hombres, literatura, tradiciones. Y Londres o París
acogieron a gran número de refugiados españoles
que huían del absolutismo fernandino, lo que
favoreció sin duda su formación romántica y
posteriormente la difusión de las ideas románticas
en España.
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39) LA INFLUENCIA DE LA TRADICIÓN
NACIONAL EN EL ROMANTICISMO
ESPAÑOL
La tradición representa actitud que toma el
presente hacia lo pasado. Es el conjunto de
costumbres, actitudes y creencias que unen una
comunidad humana con el pasado. El
tradicionalismo es la aceptación de unos preceptos
del pasado, la concordancia con esos preceptos.
La tradición literaria, escrita, se funda en
muchos aspectos en la tradición oral o popular.
Por eso es difícil separar los elementos que
provienen de ambas, ya que muchas veces se
enredan. Estos elementos se refieren a las formas
métricas, temas, motivos y personajes.
I - formas métricas:
La forma métrica tradicional de mayor
importancia que vive su renacimiento en el
romanticismo es el romance español. Pertenece
tanto a la tradición literaria como a la popular. Su
nueva aparición se atribuye a Agustín Durán,
director de la Biblioteca Nacional de Madrid. Se
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encargó de revalorizar este género en el momento
cuando España, liberada del dominio francés,
recupera su conciencia nacional.
Duque de Rivas en el prólogo a sus Romances
históricos dice que son nuestra verdadera poesía castiza,
original y robusta, es el metro nacional que guarda
las hazañas, los milagros, los amoríos y todo género de
tradiciones. La tarea de hacer renacer el romance es
muy importante para el duque. Sus romances
obedecen las leyes de la épica española: son
imágenes verosímiles de la realidad. Los temas
abarcan diferentes épocas de la historia de España:
el reino de Pedro el Cruel, Juan II, los reyes
católicos y sus seguidores, la Guerra de la
Independencia. No hay alabanza ni poetización
del rey como en la comedia de Lope, pero el
patriotismo es evidente a lo largo de toda la
colección.
Se cultivan también, aunque en menor
medida, otras formas métricas que fueron
completamente olvidadas en el neoclasicismo:
redondilla o las coplas de Jorge Manrique.
II – temas nacionales:
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El renacimiento del romance significaba
también la reaparición de temas tradicionales: los
temas de la pérdida de España y último rey godo
Rodrigo, de hazañas del Cid y de Fernán
González, los infantes de Lara, la Reconquista y la
España de los reyes católicos, descubrimiento de
América, temas moriscos.
Tanto los personajes que son el
producto de la imaginación del poeta como los
históricos, siempre son representados de acuerdo
con la nueva estética – son rebeldes, idealistas,
individuos cargados de mala suerte y envueltos del
misterio.
El romanticismo significa buscar en el pasado
la explicación del presente.
Las noticias de estos acontecimientos
históricos, románticos las encuentran en crónicas
e historias, en cancioneros y romanceros, en
nuevas comedias, en leyendas y creencias
populares.
Duque de Rivas cultivó temas
medievales y moriscos (El moro expósito);
Espronceda escribió un poema narrativo Pelayo;
José Zorilla escribe poemas narrativos llenos de
11
acontecimientos fantásticos. El mismo los titula
Leyendas y los escribe en diferentes metros: La
leyenda del Cid; El Español.
III – temas moriscos:
La religión, costumbres, manera de vida de los
moros excitaban con su exotismo la imaginación
de los autores poéticos. Por los romances de
Duque de Rivas pasan muchos moros, y la acción
se sitúa a menudo en sus castillos andaluces: El
moro expósito representa la España medieval de los
moros con relaciones entre los nobles castellanos
y moros, sus amores y odios. También Zorilla se
siente atraído por el mundo musulmán, por lo que
escribe los poemas narrativos: La sorpresa de
Zahara; Granada.
IV – tradición literaria – Don Juan1:
El primer personaje del burlador fue creado
por Tirso de Molina, en el siglo XVII. La historia
de don Juan contiene dos elementos
fundamentales: el motivo del joven burlador,
seductor sin escrúpulos, y otro, el motivo de la
cena infernal y del convidado de piedra que lleva
al pecador al infierno. El modelo del primer Tirso
1
32) EL MITO DE DON JUAN EN EL TEATRO BARROCO Y ROMÁNTICO ESPAÑOL
12
encontró en muchos nobles contemporáneos, así
como algunos personajes de varias épocas de la
literatura española. El otro proviene directamente
del folclor español. Uniendo los dos, Tirso crea al
personaje que simboliza el orgullo, la rebeldía y
osadía. Lo que atrae a los románticos a don Juan
es lo diabólico de este personaje, su rebeldía
contra el Dios. Existen varias versiones de este
personaje en el romanticismo: Estudiante de
Salamanca (poema de Espronceda) → don Félix de
Montemar. Además de partir del héroe de Tirso,
Espronceda utiliza otras fuentes: el motivo del
joven aventurero que asiste a su propio
enterramiento, de la obra de Antonio de
Torquemada, Jardín de flores ilustres (1570); y el de la
mujer embozada que es, de hecho, el demonio al
que persigue el conquistador para darse cuenta al
fin de que es esqueleto. Este motivo se encuentra
en la obra de Mira de Amescua, El esclavo del
demonio y en la obra de Calderón, El mágico
prodigioso.
Alborg compara a don Juan de Tirso y al
personaje romántico y destaca que mientras el
Don Juan de Tirso muestra rebeldía sólo como
13
una característica y no la más importante, es en
cambio ésa la esencia de carácter de don Félix. El
donjuanismo se vuelve en satanismo... La mujer
deja de ser puro objeto de satisfacción, sino algo
más misterioso... Al fin de su búsqueda de la
solución al enigma de vida, encuentra el hombre
otro enigma – la muerte. Pero no es la muerte
paso al otro modo de vivir sino la muerte del
romántico en plena rebeldía, en desesperación, la terrible
muerte sin futuro.
Otra diferencia importante entre el tradicional
y romántico don Juan es en el realizador de la
venganza. En Espronceda es la propia víctima la
que ejecuta la venganza.
V – tradicionalismo en las obras dramáticas:
En dramas románticos se aprecian
fuertemente influencias temáticas y formales del
teatro barroco. Se mezclan lo trágico y lo cómico,
verso y prosa, aparece polimetría, se prescinde de
las unidades dramáticas. Generalmente tratan los
temas históricos y legendarios, pero recreándolos
de acuerdo con el nuevo sentimiento estético.
Ejemplos:
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M. J. de Larra → drama Macías – el fondo
temático es el honor y amor del matrimonio;
Eugenio Hartzenbusch → La jura en Santa Gadea,
Los amantes de Teruel (1837). Es un drama histórico
– legendario inspirado en acontecimientos reales
del año 1217. Trata los amoríos de Isabel de
Segura y Diego de Marsilla.
Duque de Rivas → Don Álvaro o la fuerza del sino.
Son varias las fuentes: el cuento del indio que el
autor ha oído como niño de una criada que
trabajaba en su casa; la leyenda de la mujer
penitente que, en efecto, representa la versión de
la leyenda medieval de la Santa María Egipcíaca;
leyenda de un sacerdote endiablado.
Zorilla: Don Juan Tenorio.
VI – temas y motivos tradicionales en las
obras dramáticas:
amor: el más frecuente;
honor: visión tradicional (don Álvaro);
venganza: las razones para venganza pueden ser
diferentes, pero en la mayoría de los casos es el
honor manchado;
invitación de la estatua de piedra a cena;
visión del propio entierro.
15
59) ESTÉTICA Y POLÍTICA EN EL
ROMANTICISMO ESPAÑOL
Estética romántica. El romanticismo renovó los
recursos artísticos del arte y de la literatura.
I – color local: En su búsqueda del hombre
concreto, del individuo, los románticos conceden
gran importancia al entorno. Por eso cuidan los
fondos escenográficos, el lugar de la acción, el
ambiente. Esto es el color local. La naturaleza se
prefiere salvaje, agreste. No el jardín sino el
bosque peligroso, que acaba triunfando sobre el
hombre y sus obras. Se prefiere la noche, la
primavera y el otoño, porque buscan la
correspondencia entre los estados emocionales y
el paisaje. Así, la noche puede presidir el amor con
la luna como confidente, o poblarse de fantasmas,
ladridos de perro buscando el efecto terrorífico y
sobrenatural. La primavera simboliza el amor y la
gloria, mientras que el otoño sugiere el desengaño
y la derrota. En las ciudades se revaloriza lo
humilde y sencillo y el arte medieval árabe o
gótico. Por eso se escogen ciudades artísticas
16
cargadas de historia y tradición como Toledo o
Granada o se muestra la ermita abandonada, el
campo sencillo…
II – fantasía: Renace la fantasía con los
románticos, que tienden a romper los límites
estrechos de la realidad y remontar el vuelo hacia
las regiones inmensas de la imaginación. El
desencanto, la angustia existencial se produce
porque la realidad no llega jamás a conformarse
con la imaginación. La fantasía gusta de lo
misterioso y sobrenatural. Por eso en las obras del
Romanticismo se pueden encontrar personajes de
origen desconocido como don Álvaro,
presentimientos, apariciones del más allá,
milagros, sueños (El estudiante de Salamanca).
III – tipos: Los románticos han creado más tipos
que personajes. Los tipos románticos y
costumbristas no retratan al individuo singular,
sino un modo de ser, pues se busca más el
símbolo que el sujeto.
IV – lenguaje: El autor romántico eliminó el
sistema de referencias neoclásicas (mitología) y
optó por nombre y espacios reales. En nombre de
17
la libertad rechazó la distinción entre palabras
nobles y plebeyas. Características:
colorido y expresividad y no precisión lógica;
estilo fundamentalmente enfático: signos de
interrogación y exclamación, puntos suspensivos;
ironía;
estilo castizo frente al afrancesamiento léxico.
V – función del paisaje:
las ruinas: la ruina no es otra cosa que el
predominio lo natural sobre lo artificial, el triunfo
de la Naturaleza sobre el esfuerzo meditado de la
inteligencia → dolor humano.
la noche: la noche simboliza el dolor humano,
excepto cuando la tierra y los cielos sonríen al
poeta porque ella le ha mirado;
Se rechazan las reglas clásicas y se exalta la
imaginación y la inspiración.
Política. El nacionalismo de la literatura española
del siglo XIX se debe principalmente a la invasión
napoleónica. Napoleón se aprovechó de la crisis
dinástica española y sustituyó los Borbones
(Carlos IV, su hijo Fernando VII) para los
Bonaparte. En 1808 entregó la corona española a
su hermano José Bonaparte. Sin embargo, el
18
pueblo español lo rechazaba por considerar la
nueva monarquía como ilegítima, y el resultado de
esto fue la Guerra de la Independencia.
1812 → la promulgación de la primera
Constitución española: la soberanía nacional, la
legitimidad de Fernando VII como rey de España,
la división de poderes, la proclamación del
catolicismo como la religión oficial del Estado, la
libertad de imprenta y la libertad económica. Y
finalmente con esta Constitución fue liquidada la
Inquisición.
En 1813 España se liberó de la invasión
francesa, la corona española era restaurada en la
persona de Fernando VII. Al regresar Fernando
VII, regresa también el monarquismo absolutista.
En 1814 se anula la Constitución y se recupera
la sociedad del Antiguo Régimen imperante antes
de los episodios de 1808. La caída de la posición
española en la política europea. Respecto a la
política interior, la situación económica se
complicó.
Los primeros movimientos independentistas
en América suponían el inicio del fin de la época
colonial española. La represión que puso en
19
marcha el rey afectó tanto a los antiguos
afrancesados como a los liberales... Se forman
tropas destinadas a sofocar los movimientos
independentistas en América. El movimiento
liberal se extendió por todo el territorio nacional
en forma de Juntas, lo que provocó la capitulación
del monarca.
En 1820 Fernando VII juraba la Constitución
de 1812, lo que ponía en marcha el llamado
“Trienio Liberal”. El programa reformista anterior
se radicalizó, pero Fernando empezó a poner las
bases que acabarían con el movimiento.
En 1823 Fernando VII restablecía el
absolutismo y se iniciaba la llamada “Década
ominosa” que dura hasta 1833.
En 29. 9. 1833 Fernando VII muere y empieza
la Guerra carlista entre absolutistas y liberales. La
Regenta María Cristina de Borbón permite la
vuelta de los liberales exiliados; se impone un
gobierno liberal progresista y se proclama de
nuevo la Constitución de 1812.
A causa de todo esto, la literatura romántica es
muy comprometida. El artista considera que tiene
20
una misión social y toma postura ante los
problemas de la sociedad.
83) TEMAS DE LA LITERATURA
ROMÁNTICA ESPAÑOLA
78) LOS TEMAS DEL TEATRO
ROMÁNTICO ESPAÑOL
Los escritores románticos españoles
expresaron su visión del mundo a través de unos
cuantos temas que coinciden con los de
romanticismo europeo.
I – historia: La literatura romántica es en gran
parte histórica. Los escritores románticos
mostraban gran interés por la historia nacional
como fuente de inspiración. Algunas obras
históricas son mero divertimiento, pero otras
quieren abordar los problemas y sentimientos del
tiempo del autor, de modo que la historia se
convierte en espejo reflector de presente: La
conjuración de Venecia de Martínez de la Rosa.
También hay que tener en cuenta las creaciones
románticas catalanas, donde el pasado sirve
reivindicar una lengua y una cultura moribundas.
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Dentro del medievalismo triunfante reviste
importancia el mundo árabe, oriental. El
orientalismo de los románticos europeos cobra en
España un matiz patriótico, pues el mundo árabe
era parte de la historia española: Los amantes de
Teruel de Hartzenbusch.
II – amor: el tema más frecuente. No se trata de
amor racional y sometido al control, sino de un
amor furioso y ciego, que tiene poco que ver con
la realidad. Se trata de amor absoluto, para cual los
enamorados van a hacer todo lo posible e
imposible, pero siempre aparece un obstáculo que
impide la realización de este amor. Suele
acompañarle la muerte trágica, como en Don
Álvaro o la fuerza del sino o en Los amantes de Teruel.
Si no acaba trágicamente, sucede el desengaño.
Poco frecuente fue un amor erótico. La mujer es
vista como un “ángel de amor”, inocente,
hermosa, fuente de ilusiones para el corazón del
hombre, a quien lleva a cimas de felicidad y virtud,
como la Teresa de Espronceda. Pero también
puede ser un demonio, perversa, criminal y
vengativa, que arrastra a la muerte y a la
destrucción, Zoraida de Los amantes de Teruel.
22
III – religión: se presenta a los románticos como
sentimiento o como institución. En el primer caso
se trata de un Dios inconcreto y universal, espíritu
del universo. Aparece la rebeldía frente a Dios y,
en consecuencia, la reivindicación de Satanás. El
satanismo encontró eco en El diablo mundo de
Espronceda y en Don Álvaro de Duque de Rivas y
en Don Juan Tenorio de Zorilla. Como institución,
la Iglesia suscitó el anticlericalismo, por ejemplo
en El diablo mundo. Como lado positivo, se
descubrió la belleza del arte cristiano: templos
medievales, tradiciones marianas… Zorilla
despertó viejos milagros, leyendas populares,
devotas creencias, etc.
IV – honor: se expresa la visión tradicional del
honor, según la cual no lo pueden poseer las
personas con la procedencia dudosa: Don Álvaro
→ se le niega el honor porque es sin padre,
apellido. Padre es protector del honor de toda su
familia y si muere la obligación pasa a sus hijos.
Don Gonzalo de Ulloa es protector del honor de
su hija en Don Juan Tenorio de Zorilla.
V – vida: fue para los románticos un mal. Sus
compañeros son alma atormentada, soledad,
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inadaptación, desprecio por la vida. Los
románticos se preguntan: Vivir, ¿para qué? El
pesimismo lo envuelve todo: angustiosa
melancolía, incontrolable desesperación, perdida la
fe en Dios, el “mal del siglo”, cansancio de vivir.
Así, la muerte es la gran amiga de los románticos;
es la liberadora, la que trae la paz al alma
atormentada: sobre la tumba romántica, el ciprés y
la luna ponen una nota de serenidad. Por eso se
busca el suicidio como don Álvaro en la literatura
y Mariano José de Larra en la vida real.
VI – conflictos sociales y la libertad: la
literatura romántica es muy comprometida. Los
escritores consideran que tienen una misión social
y exigen la libertad en todos los ámbitos: político,
sentimental, artístico. Se prefiere al Yo, al
individuo frente a la organización. Se presenta el
conflicto entre el individuo y sus aspiraciones y el
mundo con sus prejuicios y limitaciones: Don
Álvaro. Se admire a tipos marginales y rebeldes que
no se integran, como el bandolero, el trovador, o
el mendigo. Es importante el sentimiento
humanitario hacia el desgraciado, el pobre, la
victima. Se clama contra la pena de muerte y el
24
estado de las cárceles. Se intenta entender al
criminal. Todo esta actitud es fruto del respeto al
individuo, a la persona.
El teatro romántico español. Acerca del año
1831 hubo sólo dos teatros en Madrid, el del
Príncipe y el de la Cruz, que estaban faltos de
adecuados recursos económicos, tenían mala
organización y las obras representadas (en su
mayoría traducciones) eran de baja calidad. A
partir del año 1823 fueron prohibidas numerosas
obras del antiguo repertorio, ej. El sí de las niñas de
Moratín. El repertorio teatral fue compuesto casi
sólo de las traducciones (del francés),
generalmente malas. Antes del romanticismo se
representaban: comedia moratiniana de
costumbres; “alta comedia”; el melodrama
dieciochesco – La conjuración de Venecia; la tragedia
neoclásica; la comedia ligera o vaudeville; comedia
de magia; las comedias del siglo de Oro, arregladas
según el gusto clásico. La más importante
novedad escénica era la ópera italiana. Una de las
características más importantes del teatro
romántico es la falta de originalidad.
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Después de la muerte de Fernando VII (1833)
aparecen algunos cambios en los teatros de
Madrid: renacimiento del arte dramático →
abolición de la censura eclesiástica; autorización
de las representaciones durante la Cuaresma,
excepto los viernes y la Semana Santa;
autorización de las obras prohibidas antes. En
1834 El moro expósito de Duque de Rivas, con el
prólogo de Alcalá Galiano, representa el
manifiesto del romanticismo español.
Características generales del drama
romántico.
Formales:
rompe con la estructura del drama neoclásico;
libertad → arte por sí mismo;
mezcla de los géneros dramáticos, no tanto
con el fin de reflejar la realidad, cuanto de
expresar lo grotesco de ella;
polimetría; mezcla de versos y prosa;
se rompen las tres unidades dramáticas. Los
frecuentes cambios de lugar responden a la
estructura dinámica de la acción;
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escenografía no es un simple marco de la acción,
sino que cumple una función dramática
importante;
número de los actos: 3 – 4 – 5;
temas: amor, libertad, el sentido de la vida.
En cuanto a los personajes existen:
héroe romántico → representa misterio y pasión
fatal. Atrae la desgracia sobre aquellos que le aman
y a los que ama. Él héroe es hermoso, ángel y
diablo al mismo tiempo. La libertad es el valor
supremo de su existencia. Vive en perpetua
tensión. Nunca está satisfecho, está lleno de
oscura melancolía y tristeza;
heroína romántica → dulzura, inocencia y la
intensidad de la pasión. Heroína romántica es
tierna, sensitiva, fiel, pura, capaz de mayor
sacrificio, predestinada al amor y a la muerte.
Se afirma la conciencia del individuo por encima
de las leyes escritas.
El público exige conflictos pasionales,
intensos, presentados directamente en su suceder:
el choque del individuo con las convenciones
sociales. El teatro ya no es de tipo ético en torno
al deber y la voluntad.
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82) LA POESÍA NARRATIVA DEL
ROMANTICISMO ESPAÑOL
En el romanticismo floreció la poesía narrativa
de acuerdo con la revitalización del Romancero
antiguo y Cancioneros.
Se cultivaron:
los poemas largos:
con temas de la historia medieval → El moro
expósito de Rivas;
con tema simbólico o filosófico → El estudiante de
Salamanca, El diablo mundo de Espronceda – este
último contiene el Canto a Teresa.
poemas breves;
el romance → Duque de Rivas – Romances
históricos; José Zorilla; José de Espronceda –
Estudiante de Salamanca;
la leyenda → José Zorilla – Cantos de trovador.
En la poesía narrativa encontramos elementos de
la tradición nacional.
Duque de Rivas → Romances históricos 1841.
En el extenso prólogo hace una fervorosa
apología del romance. Expone ideas sobre el
28
origen y desarrollo que carecen de exactitud y sin
embargo es de gran importancia en la historia de
la poesía española. Pasa revista a toda la poesía
nacional que se expresó en romance. Dice que es
adecuado para todos los asuntos. Ha compuesto
sus romances para atraer hacia el género la
atención de los poetas jóvenes.
Leyendas 1854 → tres largos poemas narrativos
La azucena milagrosa, Maldonado, El aniversario son
las leyendas por intervención de lo maravilloso y
sobrenatural.
José Zorilla y Moral – no es fácil separar en sus
poemas lo épico de lo lírico. Para sus leyendas se
sirvió de las fuentes diversas: historias, viejas
comedias o tradiciones orales, y también extrajo la
leyenda entera de su imaginación. Se sirvió de
diversos metros. Escribió:
leyendas de fondo histórico;
leyendas de fondo tradicional;
leyendas fantásticas o novelescas.
La España que acogió Zorilla en sus Leyendas
es la heroica y legendaria, árabe o cristiana,
poblada de galanes audaces, figuras históricas o
29
héroes fantásticos, pero siempre caballerescos y
arriesgados.
José de Espronceda.
El estudiante de Salamanca es el poema
que pertenece al género de leyenda, recoge
diversos elementos de la tradición literaria
comenzando por la personalidad del protagonista
que se presenta como “segundo Don Juan
Tenorio”, pero Espronceda le da un carácter
diferente y le distancia de la leyenda tradicional. El
estudiante de Salamanca es una leyenda fantástica de
contenido simbólico, con la que el autor pretende
expresar su propio concepto romántico del
mundo. Consta de 1704 versos distribuidos en 4
partes.
La primera parte nos hace asistir en la
oscuridad de la noche a un desafío en el que cae
muerto un hombre. Sigue luego la descripción del
protagonista, don Félix de montemar “alma fiera e
insolente”, irreligioso, temerario, famoso por sus
vicios, sólo ocupado en pendencias y conquistas
de mujeres, alas que abandona después de
seducirlas. Después viene la descripción de doña
Elvira, conquistada por él y enamoradísima de él,
30
ángel puro de amor. En la segunda parte ella
enloquece de pesar y muere después de escribir
una apasionada carta a don Félix. La tercera parte
es como un intermedio de forma dramática: una
escena de jugadores, en la que participa don Félix,
y donde se juega el relato de la propia doña Elvira.
Don Diego, hermano de doña Elvira está
dispuesto a vengar su muerte, pero Félix mata a
don Diego. En la cuarta parte se entra en los
dominios de lo fantástico y sobrenatural. Don
Félix avanza por la callejuela y divisa un blanco
bulto de la mujer, que se arrodilla al pie de una
imagen colocada en una hornacina. Don Félix
pretende descubrir quién es aquella mujer y
comienza entonces una persecución. La dama le
habla al fin para decirle que corre grave riesgo si la
sigue, pero don Félix no quiere parar aunque el
diablo le lleve al mismo infierno. Aparece
entonces un entierro y don Félix ve los difuntos:
uno don Diego y otro él mismo. Se repone de
momentáneo temor y continúa la persecución de
la dama. Al fin penetran en un edifico, descienden
por una escalera de caracol y llegan hasta algo que
se parece a la vez a una tumba y a un lecho. Entre
31
los esqueletos que danzan, la mujer tiende la mano
a don Félix ofreciéndose como esposa; don Félix
alza su vuelo y descubre que no es sino un
esqueleto, pero afirmándose en su temeridad,
acepta tomarla por mujer. El esqueleto lo abraza, y
aunque don Félix, atemorizado al fin, intenta
desasirse, lo mata.
Don Félix no cree ni por un instante en las
manifestaciones de la cólera divina. Su espíritu se
mantiene libre y erguido. Hasta Espronceda,
ningún escritor español había contado la historia
de un hombre que rehúsa hasta el fin abdicar de
su espíritu de rebeldía. En el personaje
esproncediano, lo específico no es el
donjuanismo, sino lo satánico, la rebeldía. Don
Félix, persiguiendo a la dama misteriosa, no es
movido por un anhelo sensual, sino por el
romántico anhelo del alma ante el mundo y ante
su misterio, el anhelo por descifrar el secreto de la
realidad.
Métrica → romances, octavas reales, redondillas,
quintillas y décimas.
Influencia de la tradición → la leyenda del
Burlador y la del estudiante Lisardo que asiste a
32
sus propios funerales, el tema de la mujer tapada,
que perseguida por un seductor, resulta ser un
esqueleto (Mira de Amescua en El esclavo del
demonio), leyendas, romances, comedias, relatos
hagiográficos…
En el año 1840 con el título de Poesías de
José de Espronceda se reunieron por primera
vez en un volumen, que prepararon sus amigos:
El Pelayo, dos grupos de poemas Poesías líricas
y Canciones y el Estudiante de Salamanca.
Antes de esto publicaba diversas composiciones
poéticas en periódicos y revistas.
Pelayo → un largo poema de 127 octavas que
Espronceda no llegó a terminar. Consta de seis
fragmentos inconexos. En Pelayo, poema que se
califica como “banco de pruebas” fue ensayando
las diversas innovaciones con que enriquecía su
estilo poético en busca de su lenguaje personal. A
lo largo del poema utiliza sintaxis neoclásica y
léxico romántico.
Las imitaciones de Ossian. Le interesa mucho
Ossian, supuesto bardo escocés del siglo III, a
cuya imitación escribió Oscar y Malvina. Otra
muestra de influjo osiánico es su Himno al sol.
33
Los poemas políticos. Espronceda compuso
poemas políticos, o dedicados a hombres
políticos, a lo largo de toda su vida. El poema El
dos de mayo → se recuerda de los héroes del
levantamiento contra Napoleón y ataca a los que
entonces traicionaron su país.
Poemas amorosos. Es evidente un progreso:
poesías anteriores tratan amor como un tema y no
un sentimiento, dentro de la tradición neoclásica y
prerromántica. La mayor calidad tienen tres
poemas del desengaño, pesimistas y amargos,
inspirados por la desesperación del amor perdido:
A una estrella, A Jarifa en una orgía, A XXX
dedicándole estas poesías.
Canto a Teresa – es el canto II de El diablo
mundo (dedicado a la mujer real Teresa Mancha).
Es una elegía por la muerte de Teresa y por el
fracaso vital. El poeta ha puesto en el amor el
centro de toda su energía. El amor a la mujer le
inspira el amor a todo y el poeta siente vitalidad.
Pero, el amor es un fracaso porque es pura ilusión.
Canciones. Se encuentran 5 canciones:
Canción del pirata → el poema está compuesto sólo
de verbos y sustantivos. El pirata es el propio
34
Espronceda. El pirata de espronceda proclama el
goce de vivir, libertad e independencia.
Vocabulario es muy sencillo.
El canto del cosaco → es un ataque contra la
burguesía liberal.
El mendigo;
El reo de muerte;
El verdugo.
El diablo mundo. La obra más ambiciosa de
Espronceda que dejó sin concluir. Es la síntesis de
la poesía social y de la poesía de tono subjetivo.
Introducción → el Poeta es el testigo que advierte
y denuncia la tragedia del destino humano;
Canto I → se nos presenta la aventura de don
Pablo, un viejo que se dispone morir, pero una
visión en forma de mujer le anuncia el prodigio de
su transmutación en hombre joven y fuerte, que
va a ser inmortal y que consigue todos los bienes y
la felicidad. En realidad, el poeta habla de sí con el
fin de hacer afirmación de su libertad para sentir,
pensar y componer a su antojo.
Canto II → Canto a Teresa;
Canto III → Tres planos se intercalan: a)
reflexiones personales sobre sí mismo y sobre la
35
vida, de tono pesimista; b) una sátira política
contra el partido progresista; c) y la presentación
del personaje en la nueva etapa de su vida desde
que amanece convertido en Adán, joven y
vigoroso de cuerpo y con la mente incontaminada
y nueva encarnación del hombre natural.
Canto IV;
Canto V;
Canto VI.
Su propósito consistía en escribir una especie
de Fausto Latino en el cual se encerrase el destino
de una humanidad atormentada por conciencia del
universal sometimiento a la ley del pecado, del
dolor y de la muerte.
Espronceda extrajo algunos temas y motivos de
los poemas “metafísicos” de Byron:
el concepto de la pasión amorosa como un
dinamismo trágico que destruye al ser amado;
novedad de despedirse del lector al final del
cantos de aquellas obras que vende por entregas,
agradeciéndole de antemano que compre las
siguientes;
Espronceda y Byron se quejan de la vanidad de la
vida;
36
ambos explican las fuentes de sus poemas;
ponen a Aristóteles como modelo de su arte.
50) LOS ELEMENTOS ROMÁNTICOS EN
LA OBRA DON ÁLVARO O LA FUERZA
DEL SINO DE DUQUE DE RIVAS
71) LOS ELEMENTOS ROMÁNTICOS EN LA
OBRA DON ÁLVARO O LA FUERZA DEL
SINO DE DUQUE DE RIVAS
80) CONCEPTO DEL DESTINO FATAL EN
DON ÁLVARO LA FUERZA DEL SINO DE
DUQUE DE RIVAS
Primera versión en prosa fue compuesta
en Francia en 1832. Al volver a España, el duque
de Rivas, Ángel de Saavedra, escribió una nueva
versión, añadiendo partes en verso. El estreno fue
en Madrid en el teatro del Príncipe en 1835. El
estreno de esta obra se considera inicio y triunfo
del Romanticismo en España. La obra tiene cinco
jornadas, está escrita en prosa y verso. El drama
sigue los principios que sostenían los románticos
europeos:
se mezcla lo feo y lo bello;
37
se mezcla lo deforme con lo gracioso;
se mezcla lo grotesco con lo sublime;
el mal con el bien;
el verso con la prosa;
realismo con idealismo;
se rompe con las unidades;
se busca el color local y el espíritu del país;
el protagonista se presenta con todas las
características que definían a los grandes héroes
del romanticismo europeo, fuesen de Hugo o
Byron: un superhombre dotado de excepcionales
cualidades y, sobre todo, rodeado de misterio que
provoca el temor, la admiración o la curiosidad. El
protagonista termina tragicamente – se suicida.
Aparece variado número de personajes: don
Álvaro → don Fadrique → padre Rafael; doña
Leonor; marqués de Calatrava con sus dos hijos:
don Carlos y don Alfonso. En total desfilan por
escena unos 56 además de los habitantes de
Sevilla, gente del pueblo, soldados españoles,
italianos, mendigos y frailes. Ellos forman el
núcleo de los cuadros de costumbres, quedando
incorporado completamente a la acción.
38
Técnica y estilo. En el drama se proclama la
libertad artística más cruda frente a las normas
neoclásicas de las tres unidades. La única ley
romántica es la de libertad. La obra tiene 25
escenas en verso y 16 en prosa. Aparece la
diversidad métrica del barroco: redondilla,
romance, silva, décima.
El problema del sino. El mayor problema surge
en la interpretación del sino que figura en el
subtítulo. Don Álvaro es un hombre perseguido
por un destino fatal, que le lleva a sembrar
desgracias por donde pasa y a provocar la ruina de
todo lo que ama y de sí mismo. Sin embargo,
analizando la obra es posible ver que el sino que
pesa sobre los hechos de don Álvaro no consiste
en ninguna fuerza exterior, sino en las condiciones
de su vida y en la forma con que él y la sociedad
que lo rodea, las afronta y las interpreta.
Don Álvaro es un mestizo y él mismo sabe
que si se descubre es circunstancia, nunca será
posible su matrimonio con doña Leonor. Por eso
se niega a revelar su secreto aunque insinúa
repetidamente la calidad de su sangre. Ese secreto
es lo que crea un fuerte complejo de inferioridad.
39
Los actos del protagonista están motivados
por razones concretas y por el modo como él y
sus oponentes reaccionan frente a ellas. Se
sospecha que el duque se inspiró para su
personaje en un modelo real – Garcilaso de la
Vega, el Inca. Garcilaso, como don Álvaro, era
también mestizo; estuvo muy orgulloso de su
origen inca y tuvo que sufrir el desprecio de la
aristocracia española con idéntico complejo; buscó
en la milicia una ocasión para sobresalir, y
finalmente recibió órdenes y vivió sus últimos
años como Clérigo en Córdoba. Como don
Álvaro, Garcilaso pensaba que la vida le había
tratado mal.
Para el duque, el sino, el hado o sus varios
equivalentes, expresaban su sentido de la
existencia como algo caótico y disparatado, como
una trampa absurda, dentro de la cual sucedían las
cosas por puro azar, sin razón ni justicia que las
explicara.
Cuando le antoja intolerable, don Álvaro toma
el camino que cualquier otro héroe romántico de
su talla hubiera tomado, se suicida. Las fuerzas
que ponen en acción el fatal disparo no son
40
ciertamente las del destino, sino de la libertad, con
la ayuda de mala suerte.
En el soliloquio de la escena III del acto III
Rivas coloca la más importante declaración que
hace don Álvaro: forzado por los repetidos golpes
de la adversidad, expone su concepto pesimista de
la vida, aludiendo a ella como a un abismo, una
prisión. Esta imagen del abismo y de la prisión
aparece constantemente en la literatura romántica
española. Don Álvaro es desesperado y la pérdida
de su amor le hace la vida intolerable y se le
muestra como sin sentido.
Al final de la obra, cuando todos los golpes de
una injusticia cósmica han caído sobre el héroe, a
don Álvaro no le queda otra salida que la
autodestrucción, y ejercitando la única libertad que
se le ha dejado, se precipita, desesperado, en el
abismo. El suicidio se nos presenta como un grito
de protesta y rechazo contra lo absurdo de la vida;
supone una afirmación de la libertad individual.
Don Álvaro es el símbolo de total rebeldía frente
a una sociedad hostil, frente a un destino ciego,
inmisericordia. Se desafía abiertamente a Dios y a
la sociedad.
41
El diálogo, como técnica novelística, va a
servir para presentar indirectamente al
protagonista. Cada uno de los personajes nos va a
decir algo de don Álvaro – su liberalidad, s
humano trato con los humildes, su desconocido
origen, su melancolía, sus desgraciados amores.
La obra contiene elementos cómicos y
episodios costumbristas. La expresión dramática
deja su lugar a la lírica con mucha frecuencia,
como en el monólogo de la tercera jornada.
Doña Leonor es típica heroína romántica. Le
caracterizan dulzura, inocencia y pasión. Es capaz
de cualquier sacrificio y está predestinada al amor
y a la muerte.
Temas que aparecen:
destino del hombre;
amor absoluto y trágico
el individuo y sus aspiraciones y el mundo con sus
prejuicios y limitaciones.
Motivos:
vida como prisión – pesimismo;
la venganza provocada por el honor manchado
(don Carlos y don Alfonso quieren vengar la
muerte de su padre, marques de Calatrava.
42
El desenlace es típicamente romántico.
Aparece el misterio y la pérdida de la fe.
La tragedia de don Álvaro es de una raíz
social. La primera desgracia es casi esperada (en la
casa de Leonor) porque desde el principio se
explica que ese amor será difícil de realizar. Don
Álvaro quiso resolverse de la pistola y de esa
manera resolver el problema, y sin embargo el
sino quiso que un disparo matara al padre de doña
Leonor.
Ambiente: Sevilla, Italia, convento de los
Ángeles en Córdoba. La acción dura varios años.
La naturaleza se muestra acorde con los
sentimientos y estados de ánimo de los personajes:
la noche de la muerte de don Álvaro, los truenos y
el sonido del viento inunda la escena.
Raíces del drama son probablemente
folclóricas.
Don Álvaro es un indio de origen oscuro: hijo
de una princesa inca y un noble español. Frente a
la vieja aristocracia, representada por los de
Calatrava, el protagonista es un advenedizo
cargado de riquezas. El canónigo y el marqués lo
43
juzgan desde una perspectiva estamental, mientras
el pueblo llano lo juzga por sus actos.
Mensaje burgués: las desdichas de don Álvaro
son una metáfora patética y excesiva de las
dificultades de la burguesía para acceder al poder y
desplazar, o mejor, absorber a la vieja nobleza.
Sino – mala suerte: ni hado invencible ni
error moral, lo que desencadena la materialidad
del drama (dejemos a un lado la infraestructura
sociológica) es un azar – la muerte del marqués
cuando el protagonista arroja su arma. Personajes
son juguetes de la mala suerte.
68) LOS ROMANCES HISTÓRICOS Y
LEYENDAS DE DUQUE DE RIVAS
Duque de Rivas fue director de la RAE. Como
escritor es conocido principalmente por su obra
dramática Don Álvaro. También escribió poesía.
Comenzó a escribirla muy temprano. En 1814
publicó su primer volumen de composiciones
breves: églogas, epístolas, letrillas, romances, odas,
sonetos. Pero la más importante en su obra
44
poética es su poesía narrativa. Entre estas obras se
destacan: Los romances históricos y Las leyendas.
Los romances históricos. Fueron publicados
por primera vez en 1841. Representan uno de los
más altos logros de Rivas y su mejor y más
característica aportación al romanticismo español.
Con esta obra Rivas restablece en toda su
importancia el género del romance. Es una
preciosa colección de dramas, escritas en diálogo
en mucha parte.
Los romances de este libro pertenecen a
distintas épocas de la historia de España y en
algunos de ellos el autor sigue con absoluta fieldad
textos de crónicas conocidas. A temas de la Edad
Media pertenecen romances dedicados a Pedro el
Cruel, donde el autor le describe tal como la
historia o la leyenda lo han descrito. A la corte de
Austrias corresponde el romance Un castellano leal,
el más popular de la colección en el que se relata
la caballeresca resolución del conde de Benavente
que incendia su palacio de Toledo después que ha
vivido en él unos días el duque de Borbón, traidor
de su rey y su país. Tiene cuatro partes
(romances).
45
Una noche en Madrid en 1578 → trata
sobre las pretensiones amorosas del Felipe II
hacia la princesa de Éboli. Tres distintos
personajes a diversas horas iban a conquistar su
sonrisa:
el rey Felipe II,
Antonio Pérez – el secretario del rey,
Juan de Escobedo – secretario de don Juan de
Austria.
Contiene cinco romances con títulos:
Tres galanes,
La meditación,
El secreto,
La cartera verde,
El cadáver. El fugitivo. El muerto.
El conde de Villamediana → relata las fiestas
cortesanas durante el reinado de Felipe IV y el
misterioso asesinato del conde.
El descubrimiento de América está descrito en
dos romances:
Recuerdos de un gran hombre → desventuras de Colón
hasta el momento en el que pisa tierra americana;
La buenaventura → sobre Cortés y una gitana que le
anuncia su futura grandeza.
46
A la Guerra de la Independencia dedicó el duque
Bailén → se trata de la victoria española sobre las
armas francesas.
El duque antepuso a su colección un extenso
prólogo en el que hace una fervorosa apología del
romance. El duque confiesa que ha compuesto
sus romances con el propósito de atraer hacia el
género la atención de los poetas jóvenes.
Entre las cualidades artísticas de los Romances
se incluyen el hábil empleo del color, de imágenes
de luz, de paisajes españoles (sobre todo
andaluces); la preocupación del autor por el detalle
histórico y geográfico.
Leyendas. Este libro fue publicado en 1854.
Consta de tres largos poemas narrativos:
La azucena milagrosa,
Maldonado,
El aniversario.
La denominación de leyendas puede explicarse
por la intervención de lo maravilloso y
sobrenatural.
Los poemas están escritos con una romántica
variedad de metros: romances, romances
históricos, redondillas, quintillas, octavas, silvas.
47
69) CARACTERISTICAS ROMANTICAS DE
LOS AMANTES DE TERUEL DE J. E.
HARTZENBUSCH
Hartzenbusch nació en Madrid en 1806.
Desde muy temprano sintió pasión por el teatro y
comenzó a traducir obras francesas y adaptar
comedias de clásicos españoles. Fue admirador de
los clásicos, y tan importante como su obra
dramática fue para su tiempo su labor como
erudito y como crítico.
Los amantes de Teruel. Es la obra más famosa
de Hartzenbusch. Fue estrenada en Madrid en
1837.
Argumento: Diego Marcilla, joven de humilde
posición, se enamora de la noble Isabel, pero el
padre de ésta, que desea el mejor casamiento para
su hija, se opone al matrimonio. Diego sale de su
país, con el propósito de enriquecerse,
prometiendo que si al cabo de seis años no regresa
rico, desistirá de su pretensión. Entretanto el
padre de Isabel la promete al noble don Rodrigo
de Azagara, a quien es deudor. El plazo está a
48
punto de cumplirse sin que se sepa nada de Diego,
y se hacen preparativos para la boda. Marcilla se
había enriquecido, pero al regreso es apresado por
el rey moro de Valencia. La sultana Zulima se
enamora de él y trata de retenerlo. Diego consigue
salir de Valencia, pero unos bandoleros le
detienen en el camino. Entretanto, Zulima,
despechada, llega disfrazada a Teruel y comunica a
Isabel la supuesta inconstancia de Diego, a quien
acusa de haber correspondido a la sultana. Se
efectúa el matrimonio de Isabel y Rodrigo, pero a
pocas horas llega Diego, conocedor de la noticia y
dispuesto a arrollar cuanto se oponga a su
decisión de hacer suya a Isabel. Hiere a don
Rodrigo, pero Isabel respeta su nuevo estado de
mujer casada y hace salir a Diego de su habitación
en casa de su esposo. Marcilla muere de
desesperación, e Isabel, después de confesar a los
presentes su pasión por Marcilla, cae muerta
también junto a su enamorado.
La obra tiene cinco actos en prosa y verso,
con gran predominio de verso.
El autor decidió transformar por entero la
estructura de Los amantes y en 1849 publicó una
49
nueva edición en cuatro actos y fundamentales
variaciones, como la eliminación de escenas y
elementos románticos. Algunos comentaristas
sostienen que las correcciones eran tantas que en
realidad se trata de una obra nueva.
La lucha contra el tiempo crea toda la tensión
(drama se centra en seis días). Esta presión del
tiempo en la vida es uno de los factores más
notables de la sensibilidad romántica. En este
drama el tiempo se convierte en obsesión,
imposibilidad de apresar el presente. El tema del
tiempo, introducido por Larra (Macías) y llevado a
su perfección por Hartzenbusch, es esencial a un
gran número de dramas románticos: como plazo,
recuerdo o presentimiento. El tiempo es siempre
agobiante, misterioso y fugitivo; se manifiesta
como una fuerza exterior, casi material, hasta el
punto de identificarse materialmente con el sonido
de las horas y, metafísicamente, con la fatalidad.
Situaciones de sabor romántico:
el lienzo escrito con sangre por el que se descubre
la conjuración contra el rey moro de Valencia;
50
las cartas halladas en el pecho del templario
muerto, que permiten a Rodrigo conocer la
infidelidad de la madre de Isabel;
el motivo del cautiverio;
la aventura de Zulima;
la violencia del amor de la mora;
enriquecimiento de Diego;
Diego lucha por su amor contra obstáculos;
como perfecto héroe romántico Diego se niega a
reconocer cuanto se oponga a su pasión;
Diego → rebeldía contra la sociedad;
Isabel → una verdadera heroína romántica. Sus
características: inocencia, dulzura, pasión, honor,
predestinada al final trágico.
La presencia de los obstáculos para el amor de los
protagonistas: el origen de Diego y el honor de
Isabel. También la llegada del protagonista al
Teruel ha sido retrasada unas horas por una serie
de obstáculos. Cuando al fin arriba a la ciudad, es
demasiado tarde. Logra escalar el balcón de Isabel,
y se entrevista con ella; le expone su plan de
marcharse juntos, tras haber herido en duelo a
Rodrigo. La dama defiende su honor y, aunque
enamorada, se resiste. Furioso, Diego profiere mil
51
amenazas. Isabel le dirige entonces duras palabras.
Marcilla al oír eso cae como herido de un rayo.
Desesperada, Isabel se arroja sobre el cuerpo de
Diego y expira quedando de rodillas abrazada con
él, después de confesar a voz en grito su amor por
Diego.
trágico fin de los amantes de Teruel → este amor
acaba trágicamente con la muerte de la pareja
enamorada.
53) LA OBRA EN PROSA DE MARIANO
JOSÉ DE LARRA
Larra nació en Madrid en 1809.en plena
Guerra de la Independencia.
Tuvo una tormentosa relación con Dolores
Armijo, mujer de gran belleza y sensibilidad,
casada con un alto empleado del Gobierno... Larra
buscó reconciliarse con Dolores, con la que había
roto meses antes. En 1837 Dolores le envió una
nota pidiéndole visitarlo en su casa, en realidad
con el propósito de recuperar las cartas de amor
que le había escrito. Tras una larga y dramática
entrevista, durante la cual Dolores recuperó las
52
cartas, salieron ésta y su compañera, pero estaban
todavía en la escalera cuando sonó el disparo con
que Larra ponía fin a su vida. El entierro fue un
ruidoso acontecimiento, no tanto por la
popularidad del periodista, como por las
circunstancias de su muerte; era la primera vez
que autoridades eclesiásticas permitían el entierro
“en sagrado” de un suicida.
Lo más significativo y característico de la obra
de Larra es su producción periodística. Escribió
poesía, artículos, novela, obras dramáticas,
traducciones y adaptaciones.
La obra poética de Larra no ha merecido gran
atención por parte de la crítica.
La primera obra que estrenó Larra fue No
más mostrador, farsa cómica que intenta
ridiculizar a toda persona que intenta escapar de
su clase social. Escribió también el drama Macías
donde elabora el tema del tiempo.
Larra comienza su labor periodística en El
duende Satírico del Día, donde se refleja un agudo
sentido crítico por las costumbres de la época. El
Pobrecito Hablador figura como segundo periódico
de las publicaciones de Larra. Más tarde colabora
53
en La Revista Española como crítico teatral.
También colabora en El observador, periódico en el
que sus artículos van desde la crítica teatral hasta
el artículo costumbrista. En la Revista Mensajero
utiliza el recurso epistolar para poner de
manifiesto los males que afligen a España.
También trabaja para el periódico El Español.
Algunos artículos suyos son: El café, El casarse
pronto y mal, Vuelva usted mañana, El sí de las niñas.
Para la adecuada comprensión de Larra es
muy importante la ordenación de sus escritos en
serie cronológica.
Los tormentosos amores de Larra y su suicidio
dan cómoda base para definirlo como el
romántico más genuino.
Toda la obra de Larra se mueve hacia un solo
objetivo: libertad. En uno de sus artículos dice:
Libertad en la literatura, como en las artes, como en la
industria, como en el comercio, como en la conciencia; he
aquí la divisa de la época, he aquí la nuestra. Larra
precisa a continuación su criterio: En nuestros juicios
críticos preguntaremos un libro: ¿Nos enseñas algo? ¿Nos
eres la expresión del progreso humano? ¿Nos eres útil?
Pues eres bueno. La apelación a la utilidad social y al
54
carácter razonador y práctico que exige de la
literatura, aleja radicalmente a Larra del
romanticismo, soñador y anárquico que hacen
suponer sus anécdotas amorosas.
Larra tiene estima negativa de lo popular.
Amaba al pueblo en abstracto, pero se defendía
del pueblo real desde la torre de su inteligencia
aristocrática, razonadora, fría y distante.
Con el romanticismo de Larra puede
relacionarse su pesimismo, como resultado del
desacuerdo entre la desmedida ambición y la
mezquina realidad que la apresionaba. A Larra,
pesimista también por temperamento, se lo
proporcionaron sus problemas amorosos y la
objetiva contemplación de los males de su país.
Larra contrapone una y otra vez al español
que se siente absolutamente satisfecho de las
condiciones de su patria o por vulgar rutina, o por
ignorancia, o por orgullo o por el bajo egoísmo de
no querer modificar la situación de que se
aprovecha, y al español insatisfecho precisamente
porque conoce el desnivel que hay que remontar
para lograr la patria a la que aspira. En El
castellano viejo el protagonista don Braulio es el
55
ejemplo de este primer tipo de español: defiende que
no hay vinos como los españoles,… no hay educación como
la española,… que el cielo de Madrid es purísimo...
Frente a esos españoles que aman a su patria
como es, se yergue la insatisfacción de Larra que
la ama desesperadamente por todo lo contrario –
desea para ella toda la perfección y plenitud que
cree encontrar en otras partes. En esta misma
obra Larra da su opinión crítica de la tradición
nacional. Busca la solución para la reforma de
España e intenta mejorar lo español con
influencias extranjeras, sobre todo de Francia (lo
mismo que escritores ilustrados Cadalso y
Jovellanos).
En el artículo En este país denuncia a los que
hablan mal de su país sin esforzarse en mejorarlo.
El día de los difuntos de 1836 → critica la
vida sin paz y sin libertad de los españoles,
compara Madrid con el Cementerio y dice que los
muertos viven y los vivos son los muertos, porque
éstos no tienen paz ni libertad, mientras aquéllos
sí.
Larra no es un costumbrista a la manera de los
contemporáneos que cultivaron este género. Para
56
él, las costumbres, acontecimientos y fenómenos
no tienen interés en sí mismos – de aquí la casi
total ausencia de descripciones pintorescas en su
obra – sino como exponente de una realidad
humana, histórica, social y psicológica mucho más
profunda.
En sus mejores artículos el punto de partida es
una simple frase o concepto feliz, muchas veces el
título, que desarrolla luego con divertida agilidad.
Larra funde lo analítico y lo subjetivo, la lógica
y la pasión, y en esta mutua interacción reside lo
más característico de su espíritu y de su arte.
Al concluir la Guerra de la Independencia,
España era carente de industria poderosa, de
comercio activo, de navegación importante. El
pueblo vivía en su mayoría de la agricultura y el
pastoreo; el pueblo seguía apegado a sus
tradiciones, bajo la guía y protección seculares de
la Iglesia. La clase media apenas existía... Mientras
tanto, el mundo marchaba rápidamente, movido
por transformación económica. Había que optar
entre incorporarse a este movimiento reformador
o quedarse al margen. Larra observa, analiza y
satiriza las costumbres de sus compatriotas,
57
fustiga su pereza, sus malos modos, su vanidad
satisfecha que les inhibe el esfuerzo por mejorar,
su pasividad ante toda exigencia de vida nacional.
Valor esencial de la obra de Larra está
precisamente en el contenido y en su espíritu
crítico con que observa la realidad nacional del
momento. Se nota su obsesión por el porvenir de
la patria, por el problema nacional, por lo que será
muy apreciado por parte de la generación 98.
El artículo es para Espronceda un instrumento
funcional cuya meta es la clarificación ideológica;
sus escritos tienen intención práctica. En cambio,
Larra es esclavo de la ironía; espera un público
deseoso de sarcasmo. Está en contra de los
privilegios de nobleza, creencias religiosas
tradicionales, viejo régimen, la censura, y a favor
de la igualdad política y clases productoras.
Artículos de crítica literaria. Escribió sesenta
artículos de crítica literaria. Los escribió bajo el
seudónimo Fígaro. Cincuenta son sobre el teatro
(Representación de El sí de las niñas), y otros son
sobre obras históricas, satíricas, doctrinales,
artículos de costumbres y colecciones de poesía.
No criticaba novelas.
58
Lo mismo que neoclásicos, opina que el
escritor debe reflejar la verdad y contribuir al
progreso de la sociedad con una obra literaria que
sea útil.
Tema: las costumbres de la sociedad española
analizadas desde la perspectiva crítica. Cada
artículo se ocupa de un aspecto en particular:
pereza, hipocresía, vulgaridad, irresponsabilidad.
El tema se desarrolla a través de la presentación
de distintas situaciones, en las que intervienen
personajes ficticios.
Estructura → tiene tres partes:
introducción, donde el narrador reflexiona sobre
sí mismo o sobre algún tema de carácter social;
núcleo central, donde se presenta la anécdota
costumbrista;
reflexión final, donde narrador extrae las
consecuencias.
Técnicas → con ironía consigue dos objetivos:
burlarse de todos los que pueden decir en serio lo
que él está diciendo en tono irónico;
expresar de forma indirecta su verdadera opinión.
Su misión como escritor consistía en “enseñar
verdades a aquellos a quienes interesa saberlas,
59
mostrando al hombre no como debe ser, sino
como es, para conocerse”.
73) EL TEATRO ROMÁNTICO DE JOSÉ
ZORILLA Y MORAL (DON JUAN TENORIO)
81) LO RELIGIOSO Y LO FANTÁSTICO EN
DON JUAN TENORIO DE ZORILLA
46) CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DE
DON JUAN TENORIO DE ZORILLA
32) EL MITO DE DON JUAN EN EL
TEATRO BARROCO Y ROMÁNTICO
ESPAÑOL
Llevó al teatro más de 30 obras. No acogió en
su teatro ni una vez siquiera asuntos que, aun
siendo históricos, pudieran relacionarse con
problemas contemporáneos. En su modo de
entender el teatro y en su empleo de la técnica
dramática fue sumamente romántico.
Sus obras deben a influencias extranjeras,
especialmente francesas. A menudo recurre a la
Edad Media: El rey loco nos remonta al siglo VII y
al palacio del rey godo Wamba; El puñal del Godo
habla de la leyenda de don Rodrigo; en El Alcalde
60
Ronguillo pinta el Valladolid de Felipe II. Muchas
veces, por ignorancia o indiferencia, siguió
versiones que se apartaban de la historia o la
leyenda. Raras veces toma material
deliberadamente de un dramático del Siglo de
Oro. Sus verdaderas deudas con Siglo de Oro
consisten en lo que de sus autores aprendió en
punto a presentación, versificación, técnica
dramática y modos y maneras de atraerse el
aplauso del público. Con la fecundidad de un
Lope, es capaz de escribir un drama en un solo
día.
Su obra dramática pertenece al romanticismo
histórico orientado a restaurar los antiguos valores
tradicionales que exaltan lo nacional.
Don Juan Tenorio. Fue estrenado en el Teatro
de la Cruz en 1844. Tuvo un éxito inmediato y
notable en momentos en el que el movimiento
romántico iba decayendo.
Don Juan es el héroe romántico. La audacia y
desenfado de don Juan de Zorilla y su extremado
cinismo, contrapuestos a su tardío remordimiento
y arrepentimiento, lo distinguen de todas su demás
encarnaciones. Todos los demás rasgos de la obra
61
proyectan luz sobre la figura central: a) motivo
religioso, b) empleo de lo sobrenatural, c) el
contraste entre las escenas mundanas, realistas de
la parte primera con las sombrías y fantásticas de
la parte segunda.
Inspiración: El burlador de Sevilla de Tirso y No hay
plazo que no se cumpla o el convidado de piedra de
Zamora.
El Don Juan Tenorio que se subtitula “drama
religioso-fantástico” consta de dos partes: la
primera tiene 4 actos y la segunda tres (4+3);
ambas suceden en una sola noche, pero están
separadas por un lapso de cinco años.
Zorilla mantuvo el carácter del Burlador, tal
como había sido creado por Tirso, y conservó,
más de algunos nombres, toda la trama referente
al convidado de piedra, pero ideó numerosas
situaciones nuevas, creó un protagonista de don
Luis Mejía e introdujo la redención por el amor,
que anulaba románticamente la finalidad
moralizante y ejemplar deseada por Tirso. Su
división del drama y acción en dos partes supone
una doble dimensión en la acción: una externa, de
movimiento, la clásica de don Juan; y la interior –
62
la humana, la construida a base de una visión
psicológica del mismo.
Formas métricas: romance, silva, décima,
seguidilla, redondilla.
Personajes:
Don Juan;
Don Luis;
Don Diego Tenorio;
Avellaneda y el capitán Centellas;
Antagonista don Luis Mejía es una personalidad
paralela a la de don Juan;
El rígido código de honor está representado en
don Gonzalo de Ulloa;
Brígida encarna la tercera celestinesca;
Ciutti es la “figura de donaire”;
Doña Inés.
La gran contribución de Zorilla y del
romanticismo al tema donjuanesco es la bella
creación de doña Inés, ángel del amor, que hace
posible la salvación del libertino. La salvación por
el amor sitúa de lleno el drama dentro del gusto
romántico.
Estilo y lenguaje → los personajes usan un
castellano moderno, si bien salpicados de ciertas
63
arcaísmos, juramento e interjecciones. Hay
también un breve diálogo en italiano entre don
Juan, Buttarelli y Ciutti.
Motivos románticos en la primera parte:
misterio inicial del héroe (que aparece con
antifaz);
elementos carnavalescos como antifaces, máscaras
o disfraces;
duelos y peleas callejeras;
apuestas sobre vicios y crímenes;
el tiempo con calidad dramática → la acción se
desarrolla en una increíble concentración de
tiempo;
la noche de luna y misterio en las calles sevillanas;
encarcelamientos;
tapias de convento asaltadas;
el río Guadalquivir profundo y enigmático;
muertes a fuego y espada y huída veloz del héroe.
Motivos románticos en la segunda parte:
sepulcros, estatuas de piedra, sauces llorones
inclinados sobre las tumbas y cipreses enhiestos
hacia lo alto en una noche de luna;
pasos meditabundos y nostálgicos de don Juan
entre el misterio de tumbas;
64
sombras de ultratumba;
la estatua animada del Comendador y su invitación
a la cena;
el paso implacable del tiempo representado en el
reloj de arena que mata el último instante;
arrepentimiento y apoteosis final del amor.
Por lo común, la segunda parte del drama,
viene siendo estimada como inferior a la primera,
pero la matización del burlador en estos tres actos
parece impecable. El don Juan que regresa a los
cinco años ya no es el mismo don Juan: hay un
dejo de amargura en sus palabras cuando le
informa el escultor de que todos aquellos
panteones de sus víctimas habían sido pagados
por su padre con la fortuna del propio don Juan, a
quien había desheredado. Don Juan regresa a
Sevilla lleno de melancolía y nostalgia. Su
monólogo rebosa de un deseo de paz, de una
renuncia a la aventura, arrepentimiento, nacidos
por doña Inés. Don Juan no se arrepienta en un
segundo, él viene arrepentido después de una
ausencia.
Don Juan representa el alma romántica
sedienta de amor puro, a la que la experiencia real
65
le ha llevado al desengaño. En un mundo en el
que la mujer es una fuerza demoníaca, don Juan se
venga de su incapacidad de felicidad. Mujeres que
va conociendo defraudan el ideal que ha
concebido. Sólo de esta manera podemos ver la
coherencia de la redención por amor de doña
Inés, el ideal de este amor. Su donjuanismo es una
imposición ideológica y no, como en Tirso, una
exigencia caracterológica. Se puede considerar que
el culpable de la perdición de don Juan es el
Comendador: la escena en la que don Juan está de
rodillas a los pies del Comendador, confesando
sincero amor a su hija, un amor que le ha
regenerado, ofreciéndose ahora a ser su esclavo y
a vivir en su casa vida de matrimonio. Pero el odio
ciega el corazón de este padre orgulloso y egoísta,
víctima del frío código del honor.
Escrito como drama religioso-fantástico, en
Don Juan, como en la obra de Tirso, se halla una
específica intención didáctico-moral: hacer
triunfar la infinita misericordia de Dios (en Tirso
triunfa la justicia divina). Sus problemas religiosos
son primariamente dudas y no obstinación contra
la fe. Zorilla aplica el concepto humano de la
66
justicia: es imposible borrar 30 años de crímenes y
delitos. Pero el milagro se opera cuando la fe
ilumina antes de caer el último grano del reloj de
su vida.
Influencias: Zamora y Zorilla, y el don Juan del
uno y del otro, son, efectivamente muy distintos.
Hay detalles que permanecen invariables:
el escenario italiano para la conquiste amorosa,
el Comendador como instrumento divino,
la tradición donjuanesca y la notoriedad de don
Juan.
Sin embargo, ya en la acentuación de rasgos
esenciales de don Juan, como es satanismo y su
temeridad, aunque proceden de Tirso, encuentran
en Zamora un acento prerromántico que los
aproxima al Tenorio. El móvil de la acción en el
Convidado (Zamora) es la venganza. Doña Ana no
perdona haber sido burlada, ni perdona ni ama.
No hay, pues, redención. Lo fundamental en
Zamora es el castigo, y en Zorilla, la misericordia.
En 1877 sale al público la zarzuela Don Juan
Tenorio con el libreto de Zorilla.
Elementos fantásticos. Se refieren a la sombra
de doña Inés y la estatua del Comendador. En el
67
cementerio la sombra de doña Inés sale de su
tumba y le dice a don Juan que si sigue con su
vida pecaminosa, ambos se irán al infierno. Pero si
se arrepiente, ella saldrá del Purgatorio y ambos
saldrán salvados. En la cena, la estatua del
Comendador viene y lo avisa que hay vida después
de la muerte y que va a morir el día siguiente. Don
Juan regresa al cementerio. La estatua del
Comendador le hace ver su propio entierro (que
tiene la fuerza de hacer notar a don Juan el
camino erróneo de su vida y de hacerle cambiarlo
y arrepentirse) y le explica que el capitán le había
matado. Con eso, don Juan se convence
finalmente de que hay una vida más allá de la
muerte y él entonces cae de rodillas y se
arrepiente.
Características psicológicas de don Juan:
satanismo: todos los personajes juzgan las
actividades de Don Juan y le emparejan con el
Diablo. Doña Inés reconoce su actividad infernal,
al recibir de sus manos un “filtro infernal” y
recuerda el testimonio de dios sobre el carácter
diabólico de su amor con Don Juan. En efecto, se
68
nos presenta que el amor donjuanesco es
demoníaco por esencia;
temeridad: el valor insolente es el signo evidente
de su índole satánica, porque esa temeridad lo
sitúa frente al honor de los otros, frente a los
difuntos y sobre todo frente al mismo Dios;
él llega a ser creyente: El amor salva a Don Juan y
le convierte a un creyente y penitente. Inés ofrece
su alma para la salvación de Don Juan, ella reza
por él ante Dios. Esto es suficiente para la
salvación de su alma. El Dios le perdona porque le
reconoce su amor y su arrepentimiento. Es decir,
Don Juan se salva por la misericordia de dios.
subjetivismo: el mundo es el espacio donde se
mueve su “yo”. Él ama, vive, busca la satisfacción
y trata de destacar su personaje – egoísmo. Es la
ley en sí – orgullo;
sentimentalismo: no es sólo un burlador, sino
también el hombre capaz de sentimientos
elevados;
melancolía y pesimismo “nuevo” – don Juan lleva
“nuevos” sentimientos, típicamente románticos.
Regresa a Sevilla después de cinco años porque
siente la nostalgia.
69
77) POESÍA ROMÁNTICA Y
POSTROMÁNTICA ESPAÑOLA
Después de la poesía neoclásica y su
amaneramiento y superficialidad, surge la poesía
romántica en la que se rechazan los modelos y
norma establecidos y en la que poeta deja volar
libremente la fantasía. Lo importante era ser
original y llevarse por la inspiración y no imitar las
formas.
Se busca la expresión auténtica que va a
reflejar los estados de ánimo, los sentimientos más
sinceros del poeta. Se mezcla el tono serio con el
festivo y se introduce la ironía para expresar el
desengaño romántico.
Poesía lírica. Los poetas escribieron poesía
amorosa, moral y social. Es una poesía subjetiva
en la que la intimidad se enfatiza. Le caracteriza
una excesiva retórica. La poesía lírica se sirvió de
varios recursos para expresar misterio, melancolía,
amor imposible: a) los símbolos tomados de la
70
naturaleza; b) colorismo descriptivo que exigió un
lenguaje sonoro; c) mitología nórdica.
Poesía de José de Espronceda se puede
clasificar como poesía lírica, donde podemos
encontrar la poesía amorosa, política y lírico-moral
y, también, en el libro Ternezas y flores de
Campoamor.
Poesía narrativa. Floreció en consonancia con la
revitalización del Romancero antiguo y
Cancioneros. Se cultivaron:
los poemas largos: a) con temas de la historia
medieval → El moro expósito, Rivas; b) con tema
simbólico o filosófico → El estudiante de Salamanca;
El diablo mundo, Espronceda;
poemas breves;
el romance: Rivas, Romances históricos;
la leyenda: José Zorrilla, Cantos de trovador, que se
centra en tradiciones folclóricas o literarias,
mezclando historia y fantasía.
Polimetría fue usada con frecuencia. Los
poetas utilizaron la combinación de distintos
metros en un mismo poema, y así liberaron la
poesía de las limitaciones preceptistas. De las
71
formas métricas utilizaron: silva, octava real,
terceto, cuarteto, lira, verso endecasílabo.
Representantes del Romanticismo → Espronceda,
Duque de Rivas, Zorrilla;
Representantes del Postromanticismo → Bécquer,
Campoamor, Rosalía de Castro Núñez de Arce.
Desde los años ’50 del siglo XIX la poesía
lírica española entra en un período que se llama
postromanticismo.
Toda la producción poética de Bécquer se
halla en 79 Rimas que constituyen un solo poema
de amor.
Rosalía de Castro escribió poesía sencilla e
intimista tanto en gallego como en castellano.
Campoamor defiende una poesía que plantea
ideas más que sentimientos y un lenguaje poético
cercano al lenguaje normal. Sus composiciones
poéticas tienen carácter lírico-narrativo: Doloras,
Pequeños poemas, Humoradas, a los que denominó así
por pretensión de novedad. Se considera como
precursor de Bécquer y Machado.
72
54) LA OBRA LÍRICA DE GUSTAVO
ADOLFO BÉCQUER
70) LO ROMÁNTICO EN LA POESÍA DE
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
51) VALOR ESTÉTICO DE LA OBRA
POÉTICA DE BÉCQUER
La obra literaria de Bécquer ocupa un lugar
muy singular en la literatura española. Es muy
breve y fue publicada en libros después de la
muerte del autor.
Bécquer es poeta esencial para los poetas de la
generación ’27 por alejados que estén, en muchos
sentidos, del concepto romántico de la poesía.
Muchas cosas les acercan a él:
la síntesis que intentan entre lo popular y lo culto
(Lorca y Alberti);
la libertad formal;
las imágenes y visiones como de sueño.
Cernuda piensa que: Bécquer desempeña en nuestra
poesía moderna un papel equivalente al de Garcilaso en
nuestra poesía clásica: el de crear una nueva tradición, que
lega a sus descendientes.
73
Dentro del movimiento romántico, Bécquer
ocupa un lugar muy especial. En efecto, el
Romanticismo, en opinión de los entendidos,
tiene plena vigencia en Europa hasta 1850. Sin
embargo, Bécquer escribió sus obras con
posterioridad a ese año, al menos en su mayor
parte. No obstante, en sus Rimas y en sus Leyendas
se nos revela como un genuino romántico.
Cronológicamente es un postromántico. Hoy día,
los críticos lo consideran el mejor y más vigente
de todos los poetas románticos españoles.
La obra literaria de Bécquer es muy reducida.
Esto comprueba que el valor de un escritor no
depende de la cantidad sino de la calidad de su
producción. Escribió 79 rimas; 25 leyendas; 9
cartas literarias con el título común Desde mi
celda escritas en el monasterio de Veruela; y
algunos poemas de breve extensión.
Su obra es sencilla, directa, pero depurada y
sincera. Él procura comunicarse con su lector en
forma silenciosa e íntima. En toda su obra, tanto
en verso como en prosa, predomina lo
sentimental, melancólico, hasta trágico, pero
también hay notas irónicas o humorísticas.
74
Prosa. La fama de Bécquer se debe a sus obras en
verso pero, en verdad, también fue un excelente
escritor en prosa. Así lo prueban sus leyendas y
sus cartas. En las leyendas nos introduce en un
mundo de fantasía. En ellas está presente en todo
momento su personalidad, su sentimentalismo y
su gusto por lo misterioso e irreal.
Los románticos, al revés de los neoclásicos, se
dejaban llevar por su fantasía, sin preocuparse ni
de la verosimilitud ni lógica ni de dejar una lección
moral. Para ellos el arte tenía una finalidad en sí.
Otra característica romántica de estas obras es
su origen generalmente popular o folclórico. Por
eso Bécquer en sus leyendas a veces cede la
palabra a una persona del pueblo, la cual encarga
de contarla.
Rubén Benítez (Bécquer tradicionalista) destaca el
interés que tenía Bécquer por los relatos
tradicionales. Procura convencer al lector del
fondo tradicional de su relato. Este comentarista
distingue tres tipos de las Leyendas de Bécquer:
la simple tradición transmitida en forma oral o
escrita, y no elaborada por el escritor sino en
detalles secundarios;
75
el relato ficticio sobre temas o motivos de la
tradición popular elaborados literariamente;
la leyenda ideal, con remota base en la tradición,
pero llena de rasgos maravillosos y de recursos
poéticos.
Bécquer escribió 22 leyendas que fueron
publicadas en periódicos.
El caudillo de las manos rojas. Esa leyenda fue
subtitulada “Tradición india”. La leyenda
sobresale por su exotismo oriental, por el
profundo sentido religioso, y por su belleza
artística.
El monte de las ánimas.
¡Es raro! El autor lleva la acción a su propia
época y a las calles de Madrid real. Algunos
críticos señalan la nota autobiográfica del relato.
Andrés, el protagonista principal, vive
miserablemente en un cuchitril. Frecuentemente
se decía: Si yo tuviese alguien a quien querer con toda mi
alma! ¡Una mujer, un caballo, un perro siquiera! Y al fin
consigue las tres cosas. Pero una noche encuentra
al perro herido, moribundo, y el caballo y la mujer
han desaparecido: un raptor había huido con ella,
usando su propio caballo. Andrés se vuelve loco y
76
muere a los pocos días. Los médicos le hacen la
autopsia pero no encuentran lesión orgánica
alguna. Los oyentes se sorprenden - ¡es raro! – de
aquella muerte sin causa. A lo que Bécquer
apostilla – y queda clara la moraleja – con amarga
ironía: “¡Es natural!”.
La cruz del diablo. La acción transcurre en el
valle pirenaico del Segre. El tema de la leyenda es
el del mal caballero, el señor perverso y blasfemo,
que hace el mal por el mero placer de hacerlo. Sus
súbditos lo asesinan, pero su espíritu regresa, viste
su propia armadura y prosigue sus tropelías. Al fin
consiguen aquellos dominarlo con ayuda de la
oración de San Bartolomé.
Maese Pérez, el organista. El autor la localiza en
Sevilla, en el sigo XVI. Es el relato de un organista
ciego, de sensibilidad excepcional, cuyo espíritu,
después de su muerte, regresa para tocar el
órgano, que nadie después de él había podido
hacer sonar de idéntica manera. En la leyenda se
cruzan dos planos: uno de tipo costumbrista,
coloquial, a cargo de una mujer del pueblo que
refiere los sucesos maravillosos, y otro literario
que describe el prodigio musical de Maese Pérez.
77
El rayo de luna. Una de las más notables
leyendas. Manrique, el protagonista, es la
proyección del propio escritor, de Bécquer.
Manrique, como Bécquer, ama la soledad, porque
dando rienda suelta a su imaginación, forjaba un
mundo fantástico, habitado por extrañas
creaciones. Creía que en el fondo del río y sobre
los vapores del lago vivían unas mujeres
misteriosas, hadas, que exhalaban lamentos y
suspiros o cantaban y se reían en el monótono
rumor del agua. Manrique que vive de ensueños,
olvidado del tiempo, que crea y cree en lo que
imagina, se enamora de una figura de mujer que él
mismo ha forjado, y que resulta ser un rayo de
luna, un rayo de luna que busca desesperadamente
y que, como todo lo ideal, es inasible.
Los ojos verdes.
El beso. Tiene lugar en el tiempo de la ocupación
de Toledo por las tropas napoleónicas. Un oficial
francés alojado en una iglesia, dice enamorarse de
estatua de una mujer y pretende darle un beso,
pero la mano de mármol de la estatua de su
marido lo derriba de una tremenda bofetada.
Elementos románticos en sus Leyendas:
78
melancolía, pesimismo, tristeza;
afición a lo vago e indefinido, incoherente, a la
fantasía y ensueño;
marcada tendencia a lo sobrenatural y a evadirse
del presente y del pasado inmediato;
medievalismo;
pasión y subjetivismo;
soledad;
apego a todo lo que sea del pueblo y de la tierra;
amor a la libertad y a la independencia;
afición a los cementerios y las ruinas;
afición al tema del amor desenfrenado y
omnipotente.
Bécquer transportó a la literatura española la
mentalidad filosófica alemana: a) la concepción
panteísta de la naturaleza a la que se debe la íntima
relación; b) la mística identificación entre la
naturaleza y el hombre.
Rasgos que sitúan a Bécquer como el creador
de lo que se ha llamado el poema en prosa en
castellano, y como precursor de una nueva
sensibilidad, lo que el modernismo introducirá en
la literatura española:
79
la búsqueda de un ritmo conseguido mediante
enumeraciones;
insistencia de la descripción de imágenes plásticas
sonoras.
Rimas. Las 79 rimas constituyen en realidad un
solo poema de amor, desde el presentimiento del
amor hasta el fracaso, desde el momento en el que
el amor aparece hasta el momento de la soledad
en que no habrá más que la obsesión del recuerdo.
Se ignora la fecha en la que está escrita cada
una de las rimas y también en qué circunstancias
concretas se escribieron, a qué mujer o mujeres se
refieren. Los amigos de Bécquer las ordenaron
como si se tratase de una sola historia.
Rimas se dividen en cuatro partes temáticas:
la poesía → la creación poética consiste en la
lucha por encontrar lenguaje adecuado para
expresar ideas y sentimientos;
el amor esperanzado → no se ama a una mujer
determinada, sino una mujer inalcanzable, esa
mujer delicada con rasgos nórdicos, comunicación
espiritual;
desengaño amoroso → la amada es una mujer
concreta, de carne y hueso – ruptura provoca el
80
desengaño y las causas de la ruptura son
incomunicación, infidelidad, orgullo;
angustia, desesperanza y muerte → después
del fracaso amoroso no encuentra el sentido de su
vida. Quiere morir. Culpa a la amada, le reprocha
su actitud; ironía alterna con el consuelo del
supuesto sufrimiento de la amada.
Temas y motivos: Bécquer no cultivó un
repertorio amplio de temas y motivos. La poesía
se halla en la naturaleza vista con los ojos del
corazón; en el misterio, en lo que la razón no
acierta a comprender; en los sentimientos, en las
esperanzas y en los recuerdos y en el amor. El
poeta habla del amor, del dolor y de la muerte con
todo aquello que en torno a ellos se mezcla y se
enlaza: los celos, las dudas, el desengaño, la
nostalgia, la alegría, el ansia, o lo invisible, el
misterio de la belleza y de la carne, el reino
brumoso de los sueños, el tormento de la soledad,
el esplendor y miseria del mundo, la naturaleza
como confidente del hombre, la fugacidad de
todo.
El tema dominante es el amor, sin caer nunca
en un erotismo crudo y egoísta. Se trata de un
81
amor real, en sus distintas facetas y circunstancias.
El amor para el poeta significa alegría, gozo de
vivir; es lo que ilumina el camino de la existencia.
Cuando el poeta se ve obligado a separarse de ese
amor, porque no ha correspondido a lo que él
esperaba, siente un dolor profundo e infinito. El
fracaso amoroso, unido a otras frustraciones, lleva
al poeta al pesimismo total, a la negación del
mundo y de la vida. En Rima 53 Bécquer dice: Mi
vida es un erial, / flor que toco se deshoja; / que en mi
camino fatal, / alguien va sembrando el mal / para que yo
lo recoja.
Bécquer también habla de la apariencia física
de la amada. Esa mujer tan bella llega a
confundirse con la belleza de la poesía en “Poesía
eres tú” (Rima 20). Pero en su fantasía, el poeta
creado una imagen ideal de mujer (la dama
angelical de los románticos) y justamente por ser
ideal es inalcanzable: beso del aura, onda de luz, / eso
eres tú. (Rima 13)
En la Rima 8 tres tipos femeninos se presentan
ante el poeta: la morena y sensual, rubia y tierna, y
la imposible.
82
Otras veces el poeta cree encontrar en el
mundo esa mujer ideal. Entonces su imagen
permanece en su memoria y en su corazón: Te vi
un punto, y flotando ante mis ojos / la imagen de tus ojos
se quedó. (Rima 11)
Cuando el poeta fracasa, cuando su amor no
es comprendido, siente que en su interior se
yergue el orgullo como una fuerza que lo impulsa
a despreciar lo que antes idolatraba: Volverán del
amor en tus oídos / las palabras ardientes a sonar; / tu
corazón de su profundo sueño / tal vez despertará; / Pero
mudo y absorto y de rodillas / como se adora a Dios ante
su altar, / como yo te he querido..., desengáñate, / ¡Así no
te querrán! (Rima 50)
Otro tema es el de la naturaleza, el que
aparece en múltiples formas, con distintas
connotaciones, en casi todos los poemas. El poeta
el paisaje lo observa en forma subjetiva, a través
de sus sentimientos. Los elementos paisajísticos
son medios para expresar sus estados de ánimo.
Su fantasía lo hace percibir que el paisaje vive,
siente y actúa como una persona –
personificación.
83
El motivo del misterio es también abundante
en las Rimas y en las Leyendas. El más terrible de
los misterios es el de la vida y de la muerte. Por
eso se pregunta angustiado: ¿De dónde vengo?...
¿Adónde voy? (Rima 51)
Lenguaje y estructura. Características:
los versos de Bécquer no son vibrantes y sonoros,
sino breves, tersos, delicados;
su léxico es musical;
predilección por las palabras que sugieren objetos
etéreos, impalpables o movimientos apacibles,
lentos o fugaces: onda, agua, aire, aura, espuma,
gemido, lágrima, murmullo, perfume, rumor, sueño,
viento...;
no utiliza palabras vulgares o prosaicas.
Estilo y composición. Características:
uso abundante de reiteraciones y anáforas que
intensifican o reafirman un concepto;
antítesis → contrasta ideas, sentimientos,
actitudes: Tú eras el huracán y yo la alta torre / que
desafía su poder…;
la estructura paralelística → en cada estrofa la
disposición de las ideas y acciones (sustantivos y
verbos) es semejante;
84
no utiliza demasiado figuras retóricas;
el estilo es directo, pero fino y elegante.
Métrica. Características:
la tradición culta y la popular;
los versos preferidos del poeta son endecasílabos
combinados con heptasílabos;
muy excepcionalmente recurre a estrofas clásicas;
prefiere la asonancia y se acerca al verso blanco
Se puede decir que Bécquer es el precursor de
la poesía moderna. Su poesía destaca visión y la
imagen simbólica. Funde armoniosamente el
romanticismo alemán y lo popular andaluz
(balada, copla...).
Valor estético. Las composiciones líricas Rimas
no alcanzaron la resonancia que merecían en su
tiempo. Fue común en los primeros estudios
sobre Bécquer calificar su poesía como desmayada
y floja, por contraste con la sonora y pomposa que
habían cultivado los románticos españoles. Su
poesía hubo que esperar mucho tiempo para que
la crítica notara su extraordinaria originalidad. En
el siglo XX es cuando empiezan a notar las
calidades de su poesía, especialmente los poetas de
la generación de ’27 → por ejemplo Dámaso
85
Alonso le considera el creador de uno de los
mundos poéticos mas simples, más hondos y mas
irreales.
Lo que se estima hoy en la poesía lírica de
Bécquer es:
su sencilla desnudez, su transparencia, su delicado
intimismo, su total ausencia de retórica y de
intención ideológica.
Toda la producción literaria de B tanto su
prosa como su poesía, es una literatura sencilla,
directa pero depurada y sincera. A través de esta,
el autor procura comunicarse con su lector en
forma silenciosa e intima. En toda su obra
predomina lo sentimental con ribetes
melancólicos y hasta trágicos, aunque no faltan las
notas irónicas o humorísticas. La poesía de
Bécquer ilumina las zonas hasta entonces
inexploradas por la poesía española. La poesía de
Bécquer destaca la visión, la imagen simbólica y el
sueño.
127) POÉTICA Y POESÍA DE RAMÓN DE
CAMPOAMOR
86
Nació en Asturias. Estudió medicina, pero la
dejó sin concluir por sugerencia de uno de sus
mismos profesores que le aconsejó dedicarse a la
literatura. Participó en la vida política de su país.
Era pacífico y tranquilo, bondadoso y cordial,
sencillo y espontáneo, enamorado de su mujer y
de la vida hogareña.
Durante su vida gozó de la más general
estimación como poeta, y no sólo entre los
lectores comunes sino hasta los críticos más
engentes (Clarín, Pardo Bazán, Valera). Rubén
Darío tuvo en su juventud muy alta estima por
Campoamor y recibió de él profundo influjo. No
obstante, fue el mismo movimiento modernista el
que trajo el repudio de la poesía campoamoriana.
Al llegar a la Generación del 27, Campoamor ya es
una figura olvidada. En la década de los ’50 se
inicia una valoración más comprensiva de su
significado: Vicente Gaos, La poética de Campoamor,
1955.
La poética de Campoamor. Campoamor reunió
en su Poética, publicada en 1883, sus teorías
estéticas, pero se ocupó de ellas en diversos
trabajos anteriores y posteriores.
87
Suele tenerse a Campoamor por un poeta
prosaico, materialista, burgués, reflejo de la
sociedad y la filosofía positivista de su tiempo,
representante inequívoco de la lírica de la época
realista. El arte es reflejo de una situación
histórica. Es un poeta de ideas, cultivador de un
arte de tesis, docente o didáctico, ya que el autor
parece proponerse la exposición de ciertas
máximas morales, extraídas por añadidura de la
experiencia diaria más vulgar. Su divisa es “el arte
por la idea”.
Para Campoamor la filosofía, la ciencia, la cultura
toda de una época alcanzan solamente expresión perfecta
transmutadas y como resumidas en objeto artístico. El arte
viene a ser así el fin de todas las cosas, su justificación
plenaria y definitiva. Una cultura alcanza su plenitud
cuando queda plasmada en el arte literario, pero
bien entendido que la forma culminante de éste es
la poesía.
No puede tenerse a Campoamor por
insensible a la belleza de la forma. La forma, la
perfecta estructura de la composición, eran las
condiciones esenciales para lograr la obra de arte.
La originalidad a que puede aspirar el poeta es la
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de la forma, no la de las ideas. Las ideas son algo
previo a la obra.
Campoamor dice que hay cuatro factores que
constituyen el arte:
la invención del asunto;
el plan de la composición;
el designio filosófico;
el estilo.
El problema de la creación literaria es el del
conjunto; la obra artística es una totalidad
orgánica. Se propone superar el individualismo
romántico, lo meramente subjetivo y personal. El
autor dice que la poesía verdaderamente lírica
debe reflejar los sentimientos personales del autor
en relación con los problemas propios de su
época. Lo que el poeta debe expresar no es
aquello que le particulariza y distingue de los
demás hombres, sino lo que tiene en común con
ellos, especialmente con los hombres de su época.
Hacer poesía consiste en transformar las ideas
en imágenes: en el arte se debe manifestar lo infinito por
medio de lo finito, lo absoluto por medio de lo relativo, lo
espiritual por medio de lo material. Poeta debe
codificar las ideas, darles corporeidad en la que
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ideas, emociones y sentimientos se transforman en
objetos y hechos, con el fin de eliminar la
abstracción filosófica o el vago sentimentalismo
romántico. Por eso poemas de Campoamor tienen
un carácter dramático – narrativo.
El estilo es todo aquello que individualiza la
obra de arte, todo lo que la define como unidad
singular. El estilo no depende solo de las palabras,
ni del asunto, ni de la intención, sino de la
particular fusión que logren todas estas cosas en el
poema. Campoamor llegó a conclusiones
absolutamente válidas en nuestros días, y que
hubieron de representar en los suyos un
pensamiento audaz: elementos métricos del
poema (metro, rima, ritmo) no son meros adornos
musicales para engalanar su contenido, sino que
poseen un valor semántico.
La acusación más común lanzada contra
Campoamor es la de su prosaísmo. Gaos ha
subrayado que Campoamor era prosaico
intencionalmente, que su propósito esencial era
bajar el tono de la poesía y acercarla a la prosa, en
un constante esfuerzo por expresarse con sencillez
y naturalidad. Acerca el lenguaje del verso al de la
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prosa y el de la prosa al del verso, en beneficio del
idioma común. El poeta debe usar todas las
palabras y no hay que desterrar tema alguno por
considerarlo apoético. Cernuda destaca que una de
las mayores aportaciones de Campoamor fue
precisamente haber desterrado de nuestra poesía el
lenguaje supuestamente poético que utilizaron los
neoclásicos y románticos.
A Campoamor se le concede el haber creado
el nuevo idioma poético. Se le declara precursor
de los líricos modernos: Bécquer y Machado. Se le
acusa de haber sido prosaico y vulgar y por eso se
le niega la condición del gran poeta.
Sus cualidades:
la temperatura pasional de ciertos momentos;
los aciertos retóricos de gran complejidad y
agudeza;
el talento innegable para encontrar situaciones,
temas, anécdotas;
su penetración en lo más humano y común, lo que
solemos acusar de vulgar.
Carácter humorístico e irónico de su poesía
son esenciales según Gaos. Campoamor toma el
mundo a broma; pero lo toma tan de seguido y de
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manera tan natural, sin amargura, que el lector no
se angustia por el pesimismo del escritor y acaba
por tomarlo todo a broma también.
La obra poética. Escribió siguientes libros de
poesía: Ternezas y flores; Cantares; Fábulas; Ayes del
alma; Doloras; Humoradas; y el poema Colón.
Las Doloras. Este libro fue publicado en 1846.
Hasta el fin de su vida compuso 223 doloras.
Definió una dolora como: una composición poética en
la cual se sabe hallar unida la ligereza con el sentimiento y
la concisión con la importancia filosófica. En su Poética,
refiriéndose a las tres modalidades líricas que
suponía haber inventado, dice: ¿Qué es una
humorada? Un rasgo intencionado. ¿Y una dolora? Una
humorada convertida en drama. ¿Y pequeño poema? Una
dolora amplificada. Dolora es el núcleo central de su
sistema poético. Estas doloras se rebajan a
aforismos en las humoradas, y se amplían hasta
relato circunstanciado y minucioso en los
pequeños poemas.
En esta obra predomina el contenido sobre la
forma. La obra tiene carácter lírico-narrativo. Hay
cierto movimiento dramático puesto de manifiesto
en una acción rudimentaria o en un apunte de
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diálogo. Se trata de dejar constancia de un amargo
descubrimiento de las experiencias de la vida.
Los personajes se convierten en símbolos, de
dónde resulta que aunque el tema de las Doloras
haya sido extraído de la realidad, desaparece de
ellas todo realismo y hasta las apariencias realistas.
Este juicio viene a confirmar la afirmación de
Gaos de que Campoamor no es un realista, sino
un idealista que desea trascender la realidad
concreta para alzarse al mundo de las ideas, lo
único consistente.
De las formas métricas utiliza: quintillas,
octavas, redondillas, cuartetos. En cuanto a las
figuras estilísticas utiliza contraste, anáfora,
repetición.
Algunas de las doloras son: Cosas de la edad,
Vanidad de la hermosura, Todos son unos, El gaitero de
Guijón, Amor y celos, Moras y Cristianas.
Los pequeños poemas. Fueron publicados en
1864.
A un pequeño poema el autor lo define como
“una dolora amplificada”. Algunos de los poemas
son narrativos y de carácter novelesco y
sentimental como El tren expreso. Otros adoptan la
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forma de un monólogo representable como El
confesor confesado y Cómo rezan las solteras. La
narración se interrumpe constantemente con
reflexiones del autor extraídas de su propia
experiencia, que se enlazan con los
acontecimientos del poema para glosarlos o
confirmarlos.
La intención filosófica es mucho más patente
en Los pequeños poemas que en Las Doloras. Hay una
originalidad inequívoca.
Casi todos los poemas de este libro están
escritos en forma de silva.
Las Humoradas. Fueron publicadas en 1885.
Estas composiciones muy breves las tituló
Humoradas también con la pretensión de novedad.
En el Diccionario de la RAE la humorada se
define como: breve composición poética que encierra
una advertencia moral o un pensamiento filosófico en la
forma cómico-sentimental propia del humorismo.
Son composiciones de gran diversidad de
contenido, que en su mayoría constan de un
pareado, y sólo en unas pocas llegan a los seis
versos. Se reducen a enunciar una antítesis.
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Elaboran temas diversos. Siempre contienen una
moraleja concisa en pocos versos.
La supuesta filosofía de Campoamor tiene
un fondo de irónico escepticismo que refleja el
ambiente de una época sin grandes inquietudes
espirituales.
72) LO NEORROMÁNTICO EN LOS
DRAMAS DE JOSÉ ECHEGARRAY
José Echegarray nació en Madrid en 1832.
Durante su vida escribió numerosas obras de
divulgación científica y se ocupó de los estudios
matemáticos. Participó en la vida política y llegó a
altos cargos administrativos: fue ministro de
fomento y de hacienda y fundió el banco de
España. Fue miembro y luego el Presidente de la
Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales y
también el miembro de la RAE de la lengua. A
pesar de esta intensa labor, su fama se debe al
teatro. Por su producción dramática recibió el
Premio Nóbel de literatura en 1904. Murió en
Madrid en 1916.
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La producción dramática de José Echegarray
es abundante y consta de 74 obras originales y 2
traducciones. Su trayectoria dramática se inicia en
1874, el zenit se produce en 1881 con El gran
galeoto y se finaliza en 1905.
José Echegarray intenta inyectar una dosis de
pasión romántica a la alta comedia y a la comedia
sentimental. En el teatro, José Echegarray busca la
energía estética, es decir, la emoción y para
lograrla ha de reflejar en su obra los afectos
encontrados, lo bello y lo horrible, lo noble y lo
villano. Las armas de su teatro que se despliegan
ante el público son: el efectismo, las truculencias.
En el teatro de José Echegarray no se trata de
persuadir y casi ni de conmover, sino de aterrar al
espectador y sacudir sus nervios a toda costa.
Echegarray recibe influencias del teatro del Siglo
de Oro → código de honor y influencias del
Romanticismo → lo más efectista y superficial.
Una de las características de sus obras es
dinamismo.
Sus personajes se mueven con movimientos
exagerados y gesticulan violentamente: gritan,
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sufren, lloran, ríen, se mueren, se vuelven locos, se
suicidan.
En el puño de la espada – código de honor →
El hijo del protagonista no encuentra mejor
manera para impedir lectura de un documento que
testifica la deshonra de su madre, que suicidarse y
ordenar que se entierre con él.
El gran galeoto – tiene tres actos. Está escrito en
verso y prosa. Representa el zenit de su
producción dramática. Describe una tragedia
provocada por la murmuración del “Gran
galeoto” = el mundo.
Temas: muerte, miedo locura, sentido de la vida,
Dios, libre albedrío.
Usa ironía y elementos humorísticos. En la
obra se ve la visión pesimista del mundo del autor.
En sus primeras obras está presente
melancolía. Hombre no puede influir en su
destino → fuerza oscura (Loco Dios, El hijo de don
Juan).
76) CADALSO Y LAS PRIMERAS
MANIFESTACIONES DEL ROMANTICISMO
ESPAÑOL
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José Cadalso fue una de las figuras literarias
más importantes del siglo XVIII, heredero del
desengaño de Quevedo y Gracián. Nació en Cádiz
en 1741 y es conocido como poeta y autor de
sátiras. Estudió en el colegio de los jesuitas en
Cádiz y aprendió ingles, francés, alemán e italiano
en sus frecuentes viajes por Europa. Se exilio de
España en 1768 por escribir un manuscrito que
ofendía el honor de varias damas de la corte.
Durante este exilio se enamoró de la actriz Maria
Ignacia Ibáñez y le amo hasta la muerte.
En sus obras usó el seudónimo Dalmir, Juan
de Valle, José Vázquez.
La historia amorosa de Cadalso, su activo
patriotismo, su atrevimiento crítico frente a las
instituciones hipócritas lo hacen una figura
imprescindible del prerromanticismo español. Es
considerado uno de los introductores del espíritu
romántico en España por sus Noches lúgubres,
fundamentalmente.
La obra más famosa de Cadalso es las Noches
lúgubres que apareció en los años 1789 - 1790 en el
Correo de Madrid. Se trata de una manifestación
española de la corriente, muy nutrida de la época,
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de los temas lúgubres de la noche y de los
sepulcros como base de una reflexión
desesperanzada y melancólica sobre la condición
humana.
La obra conoció numerosas ediciones a pesar
de la intervención de la censura y alguna
transitoria prohibición inquisitorial. La
Inquisición de Valladolid prohibió la obra (18151819) por contener proposiciones malsonantes y ofensivas a
los oídos piadosos. La Inquisición de Córdoba
denunció la obra por contener muchas expresiones
escandalosas, peligrosas e inductivas al suicidio, al desprecio
de los Padres, y al odio general de todos los hombres. Sin
embargo, la obra fue traducida al francés e imitada
por escritores cultos. El influjo más generalmente
admitido sobre esta obra es el de Night Thoughts
del inglés Edward Young.
El tono de la obra es de horror y
desesperación, con elementos de lo nocturno y lo
didáctico. Es un diálogo filosófico de tendencia
estoica, o sea, una obra de pensamiento más que
de sentimiento, aunque algunos críticos piensan
que la obra es de un desbordante
sentimentalismo.
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Los dos personajes principales de la obra son
Tediado, un joven rico, y Lorenzo, un pobre
sepulturero, que reflexionan sobre la naturaleza
del hombre, sobre la fortuna, la justicia, la razón,
el amor y el suicidio. Tediado intenta desenterrar
el cuerpo de su amante muerta (Filis), quien murió
como consecuencia de un matrimonio al que
había sido forzada contra su voluntad. La obra
termina antes del traslado del cadáver al domicilio
del enamorado (Tediado deseaba acostarse al lado
del cadáver en su casa, incendiar su domicilio y
morir entre sus cenizas). Este final inconcluso de
la obra provocó que en once ediciones publicadas
entre 1822 y 1879 se le agregara una Noche cuarta a
las tres Noches lúgubres, donde se cumplen los
sucesos prometidos por Tediado al final de la
primera Noche original. O sea, los románticos
españoles no hicieron sino llevar la obra de
Cadalso a su desenlace inevitable. El gusto de la
época por lo nocturno y funeral halló delicioso y
apasionante el desenlace que el ilustrado Cadalso
no se atrevió a intentar.
A esta obra la escribió Cadalso después de la
muerte de Maria Ignacia y representa la rebeldía
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de un romántico contra la muerte. El ambiente
nocturno, el estilo poético, la suspensión y el
contraste entre los dos personajes, suscitaron el
interés de los románticos. Las Noches lúgubres
representan una importante aportación al
nacimiento del romanticismo español, y dieron
pie, extralimitando lo que pueden tener de
autobiográfico a la leyenda de Cadalso profanador,
por enajenación amorosa, del cadáver de la
Ibáñez.
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