El colapso de las negociaciones en la OMC y sus

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Oficina de Políticas Públicas y Competitividad
El colapso de las negociaciones en la OMC y sus repercusiones
para América Latina1
Por José Gregorio Pineda
El último intento de los gobiernos por rescatar un acuerdo en las negociaciones
comerciales de la Ronda de Doha se desvaneció este martes cuando los ministros
manifestaron públicamente que eran incapaces de lograr un compromiso luego de
nueve días de reuniones de alto nivel en la OMC. Lo paradójico es que las
negociaciones multilaterales enfrentan ahora un futuro aún más incierto que antes
del comienzo, a pesar de los progresos importantes que se estaban alcanzando
de cara a un acuerdo.
Este resultado deja a muchos, tanto negociadores como a los analistas, un tanto
sorprendidos ya que muchas de las diferencias, incluyendo aquellas sobre la
reducción de los subsidios agrícolas y bienes industriales (las visiblemente más
difíciles de reconciliar), parecían llegar a una resolución durante las reunión ‘miniministerial’. Incluso, durante las negociaciones había habido señales de progreso
en materia de servicios, donde hubo ofertas en esta materia por parte de EEUU y
de la UE respecto al movimiento transfronterizo temporal de personas físicas
(modo 4 en lenguaje de la OMC), así como del suministro transfronterizo de
servicios (modo 1).
Sin embargo, las negociaciones se hundieron por un asunto que nunca antes se
había visto como un tema significativo: el llamado mecanismo de salvaguardia
especial (MSE), el cual permitiría elevar los aranceles con el objetivo de proteger a
los agricultores de la importación masiva de uno o varios productos agrícolas. En
especial, los países sensibles a las importaciones agrícolas como China y
1
Basado en reportes del ICTSD, International Centre for Trade and Sustainable Development.
Los resultados, interpretaciones y conclusiones expresados en esta publicación, son de exclusiva responsabilidad de su
autor o autores, y de ninguna manera pueden ser atribuidos a la Corporación Andina de Fomento (CAF), a los miembros de
su Directorio Ejecutivo o a los países que ellos representan.
La CAF no garantiza la exactitud de los datos incluidos en esta publicación y no se hace responsable en ningún aspecto de
las consecuencias que resulten de su utilización.
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especialmente India, se enfrentaron con EEUU por las demandas de éste en
materia de acceso a mercados para productos agrícolas.
Posturas en MSE: ¿donde están las diferencias?
El punto de partida es el compromiso propuesto por Lamy, el cual habría permitido
que los remedios del MSE sobrepasaran los niveles arancelarios consolidados por
encima del 15% (o puntos porcentuales) cuando los volúmenes de las
importaciones aumentaran en un 40% durante un periodo de 3 años. La facultad
para imponer aranceles por encima de los niveles consolidados habría estado
limitada al 2,5% de las líneas arancelarias. Sin embargo, India y China
argumentaron que dicho activador era muy alto para asegurar que los agricultores
no fueran dañados por las importaciones agrícolas subsidiadas provenientes de
países desarrollados, planteando que se activara con un aumento de las
importaciones solo del 10%, y que los aranceles de salvaguardia fueran topados al
30% (o 30 puntos porcentuales) por encima de los niveles consolidados. Esta
propuesta fue rechazada por EEUU reiterando el 40% como activador aceptable y
planteando una restricción al uso del mecanismo a la comprobación de una
existencia de “daño demostrable” por motivos de seguridad alimentaria y de
sustento y desarrollo rural; así como que los remedios estuvieran sujetos a
revisión por parte de expertos.
Este resultado ha sido un tanto sorpresivo, porque colapsa no por lo grande sino
por un tema considerado relativamente menor, y ha hecho que esta vez los
ministros cierren la conferencia expresando una decepción colectiva y no tanto
una estampida de acusaciones mutuas como en el pasado. Sin embargo,
pareciera dar un sabor amargo desde la óptica de los países en desarrollo donde
para Brasil fue imposible defender los intereses de los países agrícolas de la
región (principales ganadores con la apertura agrícola como se ha mostrado en
diversos de nuestros estudios) frente a los otros dos países en desarrollo que
formaban parte del G-7: India y China.
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Otra consecuencia directa del colapso de las negociaciones: Se cae el
acuerdo sobre bananos
Según las últimas informaciones, la UE no ha querido firmar el acuerdo sobre el
banano que había alcanzado con los países latinoamericanos exportadores de
dicha fruta y EEUU, el último domingo. El bloque europeo argumenta que el pacto
que ponía fin a más de once años de litigios en el seno de la OMC, estaba ligado
al resultado final de las negociaciones sobre las modalidades, aunque inicialmente
no estaba vinculado y el mismo se iba a presentar como “una solución
mutuamente convenida” bajo el artículo 3.6 del Acuerdo sobre solución de
diferencias de la OMC.
La UE estaba dispuesta a reducir sus aranceles de nación más favorecida a 114
euros por tonelada a partir de 2016, a cambio de que los productores
latinoamericanos y EEUU retiraran todas las disputas presentadas ante el Órgano
de Solución de Diferencias. Sin embargo, los Ministros de los países ACP
(antiguas colonias europeas en África que gozan de acceso preferencial)
manifestaron su descontento por el acuerdo cerrado ayer entre la UE, el grupo de
países latinoamericanos exportadores de banano y EEUU. Aunque técnicamente
se trata de un asunto bilateral entre la UE y los países latinoamericanos, el grupo
ACP incluso llegó a amenazar con bloquear un acuerdo de la Ronda de Doha si
no se les satisface con algo a cambio.
Un futuro incierto para Doha
Con este fracaso de las negociaciones el futuro para la Ronda de Doha no está
claro. Lo más seguro es que para que haya algún movimiento real en las
negociaciones multilaterales de comercio, tendría que pasar largo tiempo. Sin
embargo, muchos ministros de comercio dijeron que no se oponían a seguir con
las negociaciones más adelante. Incluso, según Miguel Rodríguez Mendoza,
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asesor de CAF en materia comercial, todavía queda una reunión del Comité de
Negociaciones Comerciales para formalizar la ruptura, pero aún seguían las
consultas entre los países clave. Sin embargo, las esperanzas son mínimas.
Según analistas como Paul Blustein, especialista en comercio de Brookings
Institution, el colapso de esta ronda de negociaciones podría dañar la credibilidad
de la OMC, quien ya ha venido perdiendo protagonismo como foro de negociación
de acuerdos comerciales y para la resolución de disputas en la materia debido al
creciente número de acuerdos bilaterales en el mundo.
Por último, es importante destacar que el colapso de las negociaciones no solo
pone en evidencia las tensiones que genera un mundo cada vez más globalizado,
especialmente entre los países desarrollados y en desarrollo, sino que también
muestra las debilidades y conflictos de intereses en el mundo en desarrollo. Esto
se manifiesta no solo en las contradicciones entre China e India con los intereses
agrícolas de los países de América Latina, lo cual pudieron haber influido
significativamente en el fracaso de las negociaciones en el caso de los MSE, sino
también en la fuerte oposición de los países ACP en torno a un posible acuerdo de
apertura de la UE en el caso del banano de América Latina. Lo que refuerza la
idea de tener en la región una posición negociadora conjunta frente a los retos que
presentan los países desarrollados y las contradicciones propias con los países en
desarrollo, en este sentido, es clave reconocer los esfuerzos realizados por Brasil
para facilitar el acuerdo, frente a posturas más duras sostenidas anteriormente.
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