DIRECTRICES PARA POLÍTICAS TERMINOLÓGICAS_es

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Original: Inglés
Traducción: Español
DIRECTRICES PARA POLÍTICAS TERMINOLÓGICAS
Formulación e implementación de una política terminológica
en comunidades lingüísticas
Organización Educativa, Científica
y Cultural de las Naciones Unidas
París, 2005
Original: Inglés
(CI-2005/WS/4)
Directrices para políticas terminológicas
Formulación e implementación de una
política terminológica en comunidades lingüísticas
Preparado por Infoterm
2005
Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones Unidas
Las designaciones empleadas y la presentación del material a lo largo de esta
publicación no expresan ninguna opinión por parte de la UNESCO, respecto al
estado legal de ningún país, territorio, ciudad o área, o de sus autoridades; o
respecto a la delimitación de sus fronteras.
TRADUCCIÓN
Plested, Acevedo, Giraldo et al, 2007. COLTERM – Red Colombiana de
Terminología; Grupo de Investigación en Terminología y Traducción – GITT,
Escuela de Idiomas, Universidad de Antioquia, Medellín – Colombia
La traducción en español pasó por revisión y edición en algunos países de
América Latina, así como de las autoras, antes de ser entregado oficialmente a
Infoterm
Entrada recomendada para el catálogo:
Directrices para Políticas Terminológicas. Formulación e implementación de
una política terminológica en comunidades lingüísticas / preparado por
Infoterm.
– París: UNESCO, 2005. – ix, pág. 39; 30 cm. (CI-2005/WS/4)
I
II
Título
UNESCO
-iResumen ejecutivo
Estas directrices están dirigidas a quienes toman decisiones en diversas
posiciones, según su rango, para diseñar, planear e implementar políticas
como la terminológica, orientada a un acercamiento consciente, sistemático y
controlado para la creación, mantenimiento y uso de la terminología en y para
comunidades de determinados usuarios con diferentes propósitos.
La planeación terminológica ha tomado auge en muchos países en diferentes
ámbitos: nacional, regional, comunidad lingüística, comunidad local, ámbito
institucional u organizacional. Existen ya gran cantidad de actividades de
planeación terminológica en diversos campos profesionales como la química, la
biología, la física, la medicina, y otras similares; asimismo, se cuenta con un
componente terminológico en casi todas las actividades de estandarización y
armonización, sea en la industria o en otros sectores. La legislación no es
ajena a esta característica, está cargada de definiciones terminológicas, como
dice el famoso refrán: "No se puede regular lo que no se entiende", es decir,
"… lo qué no está definido".
Una política o estrategia terminológica, especialmente cuando es concebida e
implementada en el ámbito nacional, necesita considerar factores de alta
complejidad tales como:
•
•
•
factores demográficos;
factores culturales, etno-lingüísticos y geo-lingüísticos; así como
factores socio-psicológicos.
Los cuales pueden influir en el éxito de las medidas tomadas, pues estos
factores también pueden cambiar con el tiempo, aspecto que debe tenerse en
cuenta en cada etnia y comunidad lingüística que desee implementar la
planeación terminológica cualquiera sea el propósito.
Las actividades de planeación terminológica han surgido en las últimas
décadas:
•
•
•
•
en el ámbito nacional, regional o local;
en Organizaciones Intergubernamentales (OIGs);
en Organizaciones Internacionales no Gubernamentales (ONGs), y
en instituciones y organizaciones grandes (incluidas empresas
multinacionales).
Se manifiestan en:
•
•
•
comunidades lingüísticas, por ejemplo, el interés por desarrollar
lenguajes con propósitos específicos (sigla en inglés SPL);
campos individuales (es decir, campos temáticos u otras clases de
áreas), por ejemplo, el fomento de la investigación y el desarrollo; y
recientemente en
nuevas aplicaciones para telefonía móvil, negocios, aprendizaje, salud,
ciencia, gobierno en línea, y otras tantas de las llamadas “e-actividades”.
- ii En un plano estratégico, se ha reconocido el potencial positivo de la planeación
terminológica sistemática, y especialmente de las políticas terminológicas,
como apoyo para las políticas de información, conocimiento o innovación, así
como el de las estrategias educativas, entre otras. Con este mayor
conocimiento, los países y las comunidades lingüísticas están sintiendo cada
vez más la necesidad de formular políticas terminológicas sistemáticas (que
comprenden también estrategias de planificación terminológicas) con el fin de
mejorar su competitividad. Esta tendencia coincide con el requisito que la
globalización acelerada actual necesita para ser complementada con una
localización acelerada, es decir, traducción y adaptación para cumplir con las
normas culturales y lingüísticas locales.
- iii -
Lista de Abreviaturas
CSCW
– (net-based) Computer Supported Co-Operative Work
Trabajo Cooperativo (en red) Asistido por Computador (TCAC)
GPL
– General Purpose Language
Lenguaje con Propósitos Generales o lenguaje común en
sentido genérico (LPG)
HLT
– Human Language Technology
Tecnología para el Lenguaje Humano (TLH)
ICT
– Information and Communication Technology
Tecnología de la Información y de la Comunicación (TIC)
IGO
– Intergovernmental Organization
Organización Intergubernamental (OIG)
LP
– Language Planning
Planeación Lingüística (LP)
LSP
– Language for Special Purposes (ver SPL)
Lenguaje con Propósitos Específicos (LPE)
MCC
– Mobile Communication and Computer
Centro de Comunicación Móvil (CCM)
NGO
– Non-Governmental Organization
Organización No Gubernamental (ONG)
NLP
– Natural Language Processing
Procesamiento de Lenguaje Natural (PLN)
NPO
– Non-Profit Organization
Organización Sin Ánimo de Lucro (OSAL)
SPL
– Special Purpose Language or Specialized Language in generic
sense
Lenguaje con Propósitos Específicos o Lenguaje Especializado
en sentido genérico (LPE)
STI
– Scientific-Technical Information
Información Científico-Técnica (ICT)
TDB
– Terminology Database
Base de Datos Terminológicos (BDT)
TMS
– Terminology Management System
Sistema de Gestión Terminológica (SGT)
UN
– United Nations
Naciones Unidas (UN)
- iv Prefacio
Muchas iniciativas se han enfocado a llamar la atención sobre la importancia de
la terminología para el desarrollo; un buen ejemplo, en el ámbito regional es la
Carta Europea para las Lenguas Regionales o Minoritarias (1992), la cual
incluye aspectos terminológicos que enfatizan el valor del multiculturalismo y
del multilingüismo. La carta reconoce que la protección y el estímulo de las
lenguas minoritarias están acordes en gran medida con mantener el estatus de
las lenguas oficiales.
En el año 2000, la UNESCO intensificó sus actividades para crear una mayor
conciencia sobre el papel clave del lenguaje en la superación de la brecha
digital y la construcción de sociedades de conocimiento. Sin duda, la brecha
digital ocurre de manera paralela a la desigualdad en el acceso a la información
y al conocimiento, lo que a su vez se asocia con una desigualdad en el acceso
lingüístico. La terminología inadecuada es un factor determinante para dicha
desigualdad, por lo cual genera un "analfabetismo funcional" en los contextos
de acceso a la información y al uso de computadores. El programa
multidisciplinario e interseccional de la UNESCO denominado Iniciativa B@bel
reconoció la importancia del multilingüismo y multiculturalismo en la edad de
Internet, que fue enfatizado en la Declaración Universal de la Diversidad
Cultural (2001).
La UNESCO también promovió acciones para alcanzar el acceso mundial al
contenido electrónico (e-contenido) en todas las lenguas, mejorar las
capacidades lingüísticas de los usuarios, y crear y desarrollar herramientas
para el acceso multilingüe a Internet. Esta intención se reforzó con la
Recomendación sobre la promoción y uso del multilingüismo y el acceso
universal al Ciberespacio (adoptada en la Conferencia General de la
UNESCO en París, octubre de 2003). En las discusiones que conducían al
establecimiento de esta recomendación, se enfatizó que el lenguaje es y sigue
siendo el medio primario para la comunicación inter-humana. La
recomendación también cubre aspectos de la terminología conjuntamente con
el desarrollo y la promoción de contenido multilingüe, de comunicación de un
campo específico, de información y de conocimiento.
En el proceso iniciado en la "Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la
Información", la UNESCO enfatizó persistentemente en el lenguaje, y en
aspectos multilingües particulares, como elementos clave de la diversidad
cultural y del acceso universal a la información y al conocimiento. En esta
conectividad, el desarrollo de la terminología en la educación, las ciencias y la
cultura es clave para desarrollar las sociedades de conocimiento.
El estimativo del número de lenguas que existen en la actualidad varían; sin
embargo, se determina un promedio entre 6000 y 7000 (sin contar la gran
cantidad de dialectos y de variantes locales). Este corpus empírico en continuo
crecimiento indica que hay una relación crítica entre la oportunidad individual
de utilizar su lengua materna en una gama completa de áreas culturales,
-vcientíficas y comerciales, y el bienestar socioeconómico de sus respectivas
comunidades lingüísticas. Las personas que tienden a estar o sentirse
desfavorecidas son aquellas cuya lengua materna no está (o por lo menos
no lo suficientemente) desarrollada desde el punto de vista terminológico
y de los lenguajes con propósitos específicos (LPE), o a quienes se les
niega el uso de su lengua materna en la educación y capacitación, para
acceder a la información o interactuar en su sitio de trabajo.
Las comunidades lingüísticas, especialmente las pequeñas, (incluyendo
minorías de todo tipo) tienen que esforzarse más que las comunidades
lingüísticas circundantes más grandes para prevenir la marginalización con
respecto al desarrollo científico-técnico y económico-industrial; lo que, en última
instancia, puede conducir a una declinación socio-económica. En la mayoría
de los casos, la limitación del uso de un lenguaje en áreas populares o en
la esfera familiar significa que dicho lenguaje es inadecuado como
soporte para una comunicación profesional. Igualmente, un lenguaje que
rezaga su terminología en un campo dado corre el riesgo perder la
habilidad de comunicarse en ese campo, en su lengua, con el tiempo. Por
lo tanto, hay una necesidad de planeación terminológica (continua) en muchas,
o incluso todas, las comunidades lingüísticas, y también una necesidad de
acción legal, financiera y administrativa concreta para apoyar estos esfuerzos.
La implementación de una política terminológica para las comunidades
lingüísticas afectadas es una de estas acciones.
Estas directrices apuntan a proporcionar apoyo metodológico para la
formulación e implementación de una política terminológica basada en
los esfuerzos consolidados de la planificación lingüística, las cuales han
sido diseñadas con el objetivo de ser útiles para todos los países y
comunidades lingüísticas, que van desde países en vía de desarrollo y
comunidades lingüísticas con terminologías menos avanzadas hasta los
mas desarrollados que cuentan con terminologías altamente
desarrolladas, actividades terminológicas amplias y mercados existentes
para productos y servicios terminológicos.
En los países o regiones donde dos o más comunidades lingüísticas coexisten
e interactúan, la política terminológica debe reflejar esta situación. También, la
terminología como lenguaje, a la larga, puede involucrar aspectos polémicos,
especialmente si se afectan diversas comunidades lingüísticas. A este
respecto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el
Convenio Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos (1966), el
Convenio Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(1966) y la Declaración sobre los Derechos de las Personas que Pertenecen a
las Minorías Nacionales, Étnicas, Religiosas y Lingüísticas (resolución 47/135
del 18 de diciembre de 1992) de las Naciones Unidas (UN) pueden
proporcionar una directriz significativa.
En vista de lo anterior y dado el hecho que la terminología es imprescindible en
el contexto de la alfabetización en ciencias de la información, lo cual
comprende también el alfabetismo funcional, mediático, y lo digital, entre otros;
- vi la UNESCO contactó a Infoterm para organizar un grupo de expertos con el
objetivo de preparar estas Directrices para Políticas Terminológicas, las
cuales proporcionen una estructura sistemática para quienes toman decisiones
y elaboran políticas, con el fin de iniciar una política de apoyo al desarrollo
sostenible y, a largo plazo, al de sus países o comunidades lingüísticas. Los
colaboradores de esta publicación tienen diferente bagaje cultural y social, y
diferentes experiencias recopiladas con respecto al diseño, la planeación e
implementación de una política terminológica, cuya esencia se ha condensado
en estas directrices.
- vii -
Colaboradores
Alberts, Mariëtta (PanSALB / Sudáfrica)
Antia, Bassey (Universidad de Maiduguri / Nigeria)
Auksoriute, Albina (Lituania)
Budin, Gerhard (Universidad de Viena / Austria)
Chan, Nelida (Canadá)
Drame, Anja (Infoterm / Alemania)
Galinski, Christian (Infoterm / Austria)
Guo, Chuanjie (China)
Hector, Paul (UNESCO)
Hong, Gwi-Hyeon (Corea)
Papaev, Sergey (VNIIKI / Rusia)
Plested Álvarez, María Cecilia (ICONTEC & Universidad de Antioquia /
Colombia)
Pusztay, Janos (Hungría)
Rytsar, Bohdan (Ucrania)
Wright, Sue Ellen (Universidad Kent State, Instituto de Lingüística Aplicada /
Estados Unidos)
- viii -
DIRECTRICES PARA POLÍTICAS TERMINOLÓGICAS
Formulación e implementación de una
política terminológica en comunidades lingüísticas
Tabla de Contenido
Resumen ejecutivo …………………………………………………………….
i
Lista de abreviaturas ……………………………………………….………….
iii
Prefacio………………………………………………………………….……….
iv
Colaboradores…………………………………………………………….…….
vii
0 Lenguajes bajo el impacto de la globalización ………………………….
1
1 Conceptos básicos…………………………………………………….…...
4
2 Planeación lingüística y planeación terminológica………………….…...
6
2.1 Planeación lingüística…………………………………………………….
6
2.2 Planeación terminológica………………………………………………..
9
3 Formulación e implementación de una política terminológica………….
16
3.1 Formulación de una política terminológica…………………………….
16
3.2 Implementación de una política terminológica………………………..
17
3.3 Generación de capacidad humana …………………………………….
17
3.4 El papel de las instituciones nacionales de terminología…………….
19
3.5 Iniciativas privadas ……………………………………………………….
20
4 Preparación, formulación e implementación de políticas terminológicas
25
4.1 FASE I – Preparación para la política terminológica…………………..
26
4.2 FASE II – Formulación de la política terminológica……………………
29
4.3 FASE III – Implementación de la política terminológica……………....
33
4.4 FASE IV – Mantenimiento de la infraestructura terminológica………..
35
Resumen………………………………………………………………………….
37
ANEXOS – Términos empleados en estas directrices ……………………..
40
Referencias (selección)…………………………………………………………
43
-1-
0
Los lenguajes bajo el impacto de la globalización
El lenguaje es el principal medio de comunicación humana, el cual juega un
papel cada vez más importante en la comunicación hombre-máquina y poco a
poco va extendiendo su participación en la comunicación maquina-maquina. El
lenguaje, como ha ido cambiando en el último milenio del desarrollo humano,
es un fenómeno sumamente complejo; contrario a la percepción popular, es
más que sólo un instrumento para la transferencia de información. El lenguaje
en sus dimensiones culturales, está estrechamente ligado a la identidad de las
comunidades, así como a la de los individuos; por lo tanto, asombra un poco
que algunas veces la gente llegue a ser sensible en asuntos lingüísticos.
La lingüística diferencia el lenguaje con propósitos generales (LPG o lenguaje
común) del lenguaje con propósitos específicos (LPE o lenguaje especializado).
Este documento, mientras no ignore las dimensiones culturales y emocionales,
se enfoca en los aspectos del LPE como el principal medio de:
• campo de comunicación (es decir, campo temático o profesional)
• representación del conocimiento especializado (por ejemplo, áreas
temáticos relacionados o campos) y
• acceso a información especializada (por ejemplo, áreas temáticas
relacionados o campos)
En este contexto hablamos de “los lenguajes especializados” (LPE) de las
diversas comunidades temáticas comprometidos con un campo especializado u
otro tipo de experticias. En general, los miembros de estas comunidades
acuerdan sus propias convenciones lingüísticas, que no están necesariamente
de acuerdo con las convenciones del LPG. Desde que la sociedad moderna
ha estado bajo la fuerte influencia del desarrollo científico-técnico, los lenguajes
con propósitos específicos LPE han aumentado la fuerza de impacto en el
desarrollo del respectivo LPG.
Como la ciencia y la tecnología son la base del desarrollo económico y societal,
la interacción entre el lenguaje y la actividad económica es, en términos
generales, evidente por sí misma,. Se reconoce cada vez más que la “fuerza
relativa” del lenguaje de una comunidad lingüística dada, tiende a reflejar,
después de cierto tiempo, el desempeño económico de dicha comunidad
lingüística. Por lo tanto, hoy en día, el LPE se destaca cada vez más en los
debates de planeación lingüística, y también en las implementaciones de
políticas y programas de planeación lingüística. Sin embargo, en vista de la
abrumadora complejidad de la planeación lingüística que abarca tanto al LPG
como al LPE, es posible y recomendable separar estos dos aspectos. Esta
decisión hace posible mejorar la organización de la implementación de
programas y observar el desempeño de los mismos. Los programas de
desarrollo lingüístico nacional se concentrarían en el desarrollo de los LPG, y
cooperarían con los programas nacionales de desarrollo terminológico con
respecto al desarrollo sistemático de los LPE (principalmente a través de la
planeación terminológica).
-2-
En esta etapa de consideración, se debe reconocer que la terminología es
innegablemente el principal elemento constitutivo de los LPE. La terminología
desempeña un papel crucial donde sea y cuando quiera que la información y el
conocimiento especializado sean:
•
•
•
•
•
generados (por ejemplo, en investigación y desarrollo);
empleados (por ejemplo, en textos especializados);
registrados y procesados (por ejemplo, en bases de datos);
transmitidos (a través del aprendizaje y la enseñanza);
implementados (por ejemplo la transferencia de conocimiento y
tecnología); o
• traducidos e interpretados.
En consecuencia, la planeación terminológica hoy debe ser vista en la
perspectiva más amplia de las estrategias de innovación, información y
conocimiento, e inclusive, de contenido electrónico. Una comunidad lingüística,
cuyo idioma no ha desarrollado terminologías científicas y técnicas, está
forzada inevitablemente a usar un idioma extranjero más desarrollado para la
comunicación especializada. Debido a que hoy en día la comunicación, en
general, está apoyada por tecnologías de la comunicación y la información
(TICs), indirecta, pero inevitablemente, la falta de terminología establece
brechas digitales, que pueden manifestarse de diferentes maneras.
El desarrollo de las sociedades de conocimiento es acelerado por el desarrollo
de las TICs, especialmente por la convergencia de la telecomunicación y la
tecnología computacional, con la tendencia a combinar computación móvil la y
la comunicación (CCM). Teniendo en cuenta que las TICs se han vuelto mas
dominantes, hay una necesidad apremiante de métodos efectivos y eficaces
para utilizarlas. El costo para el hardware y el software de las TICs es cada vez
menor, mientras que el costo para la creación de “contenido” y su utilización es
cada vez mayor. Este ultimo es mas frecuente que solo “costos ocultos”, lo cual
no sólo aplica para las organizaciones o instituciones particulares, sino también
para las comunidades lingüísticas; es aquí donde las terminologías juegan un
papel preponderante: los datos terminológicos son elementos indispensables
de la información y el conocimiento de campos especializado (cubriendo una
amplia gama del contenido en general). En consecuencia, la planeación
terminológica, en combinación con el desarrollo sistemático de las tecnologías
para el lenguaje humano afines (TLHs) puede suministrar potenciales
estratégicos más efectivos en forma exponencial.
El nivel de desarrollo de un país puede ser medido por la capacidad promedio
de sus ciudadanos para utilizar información en la transferencia de conocimiento
y generación de capacidad instalada. Como los datos terminológicos
constituyen el elemento núcleo de cualquier campo de la información
especializada y representación de conocimiento, la disponibilidad y
accesibilidad a estos datos son un factor socio-económico crítico. Estas
directrices toman conciencia de la experiencia ganada en muchas
comunidades lingüísticas y países con actividades de planeación lingüística y
terminológica, las cuales recomiendan cambiar en cierta fase de planeación del
-3-
lenguaje a una política terminológica implementada y concebida
sistemáticamente, asociada con áreas de comunicación especializadas.
-4-
1 Conceptos Básicos
En este documento comunicación se precisa como el significado de la
comunicación interhumana que abarca la comunicación (verbal) en forma oral y
escrita así como la comunicación no verbal. Comunicación en área
especializada se emplea para la comunicación científico-técnica especializada
o profesional en un área, lo cual, en sentido pragmático incluye campos
especializados científico-técnicos, así como otros campos de experticia.
Comunicación técnica no se utiliza aquí, en el sentido de comunicación
tecnológica, sino en el sentido de escritura o documentación técnica, es decir,
la preparación de documentos escritos que, en gran parte contienen textos con
propósitos específicos. Planeación terminológica se refiere al amplio
desarrollo de la lengua de acuerdo con las necesidades y requisitos de la
comunicación por áreas.
Lenguaje con propósitos específicos (LPE o lenguaje especializado)
significa el lenguaje empleado por comunidades de expertos con una porción
menor o mayor de terminología y convenciones lingüísticas del área específica.
LPE se distancia en algunos aspectos de los lenguajes con propósitos
generales (LPG o lenguaje común), es decir el lenguaje usado principalmente
para los propósitos cotidianos por cualquier comunidad lingüística. Todos los
tipos de variaciones (como los dialectos) pueden convivir allí, y sus
convenciones se desvían de la llamada norma lingüística. La última
comprende una serie de convenciones lingüísticas que se considera el
estándar lingüístico compartido de una comunidad lingüística específica. Los
LPG son los lenguajes de las comunidades lingüísticas individuales, mientras
que los LPE son los lenguajes especializados utilizados por las comunidades
de expertos por campos dentro de una comunidad lingüística.
El incremento de la tecnología se aplica cada vez más al lenguaje: Ingeniería
lingüística nace como un campo temático dirigido hacia el procesamiento del
lenguaje natural (PLN). Las tecnologías derivadas de la ingeniería lingüística
son denominadas tecnologías para el lenguaje humano (TLHs),que se
dedican al conocimiento del lenguaje para el desarrollo de los sistemas
informáticos que pueden reconocer, entender, interpretar y generar lenguaje
humano en todas sus formas; es decir, desarrollar las aplicaciones que hacen
posible a los humanos interactuar directamente con los computadores.
Ciencia de la terminología es el campo especializado que investiga la
estructura, formación, desarrollo, uso y gestión de las terminologías en los
diversos campos temáticos, y prepara la fundamentación metodológica para
numerosas aplicaciones. Herramientas terminológicas – en su mayoría
software de aplicación terminológica-, son las usadas para el manejo de datos
terminológicos con diferentes propósitos y en diferentes formas. Sistemas de
gestión terminológica (SGT), para el caso, son diseñados como herramientas
para registrar, almacenar, procesar y extraer datos terminológicos según
principios profesionales reconocidos. Una base de datos terminológicos
nacional (BDT) puede contener datos terminológicos monolingües o
multilingües y establecerse a nivel local, comunitario o nacional dependiendo
de las necesidades de las comunidades respectivas. En la planeación
-5-
terminológica y en particular en la estructura de una política terminológica
nacional, una base de datos terminológica nacional con frecuencia es usada
como una de las herramientas fundamentales para la implementación de esta
política. La creación de BDT centralizadas también es una estrategia efectiva
para las compañías y otras organizaciones o instituciones, aunque el
mantenimiento de las grandes BDT está siendo sustituido cada vez más por las
redes de bases de datos terminológicas federadas y distributivos.
Actividades terminológicas, las que pueden resultar en una variedad de
productos terminológicos, como normas terminológicas, diccionarios de LPE,
glosarios, bases de datos terminológicas, entre otros. Productos
terminológicos y servicios terminológicos, como consultoría terminológica y
servicios de capacitación, información y documentación terminológica, la
subcontratación de tareas terminológicas, servicios de información, etc, son
usualmente utilizados como herramientas para la implementación de una
política terminológica nacional. En las comunidades lingüísticas con actividades
terminológicas altamente desarrolladas, los productos y servicios
terminológicos sirven al mercado terminológico constituido por los usuarios y
los proveedores de productos y servicios terminológicos.
Una política terminológica nacional es una estrategia pública formulada en el
ámbito de toma de decisiones políticas en un país o en una comunidad
lingüística más o menos autónoma (dentro de un país o una región que se
extiende a través de la frontera de dos o más países), con el objetivo de
desarrollar o regular terminologías emergentes y existentes para un conjunto
de propósitos. La experiencia muestra que los diferentes grupos de usuarios
necesitan datos terminológicos con tienen diferentes grados de complejidad y
detalle para diferentes propósitos. Por lo tanto, desde el inicio, es muy
económico preparar datos terminológicos de múltiples propósitos para
diferentes usuarios y aplicaciones. Además, desde el principio, es
recomendable, concebir la política terminológica nacional como multilingüe y no
exclusiva. Lo anterior también se aplica a las políticas o estrategias
terminológicas en el sector privado, por ejemplo en empresas, las ONG, las
asociaciones profesionales, entre otras.
-6-
2 Planeación lingüística y planeación terminológica
Este capítulo contrasta la planeación terminológica con el lenguaje, las cuales
hoy en día se han convertido en complementarias; ambas actividades incluyen
criterios como el contexto político y el génesis histórico del uso lingüístico, la
situación socio-económica, los aspectos geolingüísticos y los factores
psicológicos, culturales y demográficos, que juegan un papel al analizar los
actores societales (incluyendo instituciones) y sus relaciones mutuas.
2.1 Planeación lingüística
Dado que el enfoque de estas Directrices está en la planeación terminológica,
sólo se dará aquí una corta introducción sobre la teoría de la planeación
lingüística (PL). El principal objetivo es demostrar la posición de la terminología
dentro de la estructura del lenguaje y la comunicación. El asunto de la
planeación lingüística ha sido desarrollado más a fondo en algunas
publicaciones de la UNESCO.
2.1.1 Perspectiva general de la teoría de la planeación lingüística
La pregunta que puede surgir es, si existe una necesidad o incluso una
posibilidad para una planeación lingüística. Gadelii (1999) justifica la planeación
lingüística del siguiente modo:
“La sociedad se está desarrollando y el lenguaje tiene que adaptarse a la
realidad. Las decisiones políticas ya se han tomado y esto puede
significar que las nuevas comunidades sean creadas, y que pueden
carecer de medios comunes de comunicación. En casos como estos, la
planeación lingüística es deseable y ciertamente necesaria”.
La historia de la ciencia provee evidencia de la manipulación más o menos
exitosa del desarrollo natural del lenguaje. En la medida que esta intervención
se refiera al lenguaje natural existente, hablamos de “planeación lingüística”. Lo
que actualmente conocemos como PL ha admitido una serie de nombres
diferentes, como glotopolítica, ingeniería del lenguaje, regulación lingüística o
desarrollo lingüístico. Después de comparar 12 definiciones, Cooper (1989)
presentó su propia definición:
“La planeación lingüística se refiere a los esfuerzos deliberados por
influir en el comportamiento de otros, con respecto a la adquisición,
estructura o distribución funcional de sus códigos lingüísticos”.
Cooper dice que eligió intencionalmente una definición muy amplia, para evitar
cualquier restricción respecto a actividades gubernamentales, grupos con
objetivos especiales o cualquier metodología especial.
Actualmente, la planeación lingüística es mucho más que simplemente acuñar
palabras y términos y crear reformas ortográficas. Esta incluye un enfoque
ecológico para el lenguaje como elemento crucial en las sociedades humanas,
-7-
que contiene también múltiples factores sociolingüísticos. En este sentido, la
planeación lingüística abarca una combinación de métodos y enfoques, que
incluyen terminología y lexicografía, gestión terminológica, traducción y gestión
de traducción, y cada vez más, enfoques basados en corpus (extracción de
términos, análisis del corpus para la detección de neologismos acuñados en las
comunidades discursivas, entre otros.); como también, el aumento del uso de
tecnologías para el lenguaje humano (TLH).
El término planeación de la comunicación se ha propuesto para incluir
planeación lingüística y cualquier otra actividad de planeación unida a
comunicación inter-humana; sea dicha actividad en sentido estricto enfocada
lenguaje o en sentido más amplio hacia lo organizacional, técnico
infraestructural. La figura 1 ilustra la planeación de la comunicación como
término superordinado para la planeación lingüística y terminológica.
la
la
al
o
el
Figura 1: Perspectiva de algunos conceptos de la planeación de la comunicación
La figura 1 también presenta una perspectiva general de la relación entre estos
conceptos. El listado bajo “LPG” indica los elementos que hacen parte de la
definición clásica de la planeación de corpus la que incluye actividades tales
como el diseño o reforma de una ortografía (que incluye la estandarización del
deletreo), elección de la caligrafía, determinación de la pronunciación de la
palabra, expansión de terminología y vocabulario, cambios en el sistema
gramatical, nivelación de dialectos, producción de instructivos y manuales con
el fin de promover la alfabetización, desarrollo de diccionarios, gramáticas y
glosarios simplificados para LPE, creación de obras literarias y apoyo para las
artes, así como creación de instituciones para abordar asuntos del lenguaje.
Además, la planeación lingüística incluye aspectos del estatus de la
planeación, es decir, asignación del lenguaje a diferentes ámbitos de la
-8-
sociedad (comercio, educación,
comunicación, entre otros).
cortes,
administración,
medios
de
2.1.2 Necesidad de la planeación lingüística
La necesidad de la planeación lingüística y una política de planeación
lingüística pueden surgir por varias razones:
•
Multilingüismo: sólo pocos países como Islandia pueden declarar una
situación monolingüe, mientras el multilingüismo es la norma para la
mayoría de los países en el mundo. Con el fin de respetar los derechos
humanos efectivamente, incluso los países oficialmente monolingües se
ven en la necesidad de acomodarse y dirigirse a otros grupos
lingüísticos que tienen un estatus minoritario dentro de los límites
nacionales. Muchos países, que deciden declarar una o más lenguas
como el medio oficial de comunicación, optan por una planeación
lingüística sistemática; sin embargo, muchas naciones no mencionan
explícitamente en sus constituciones las lenguas que reconocen.
Además de las lenguas reconocidas oficialmente, existen otras lenguas
pueden ser utilizadas en la educación u otros sectores dependiendo de
las necesidades locales.
•
Educación: los beneficios de la educación primaria en la lengua materna,
reconocidos por la UNESCO desde los años 50,aun son negados a
millones de niños en el mundo porque las lenguas extranjeras se usan
desde los primeros años de colegio. A menudo, la falta de la lengua
materna como medio de enseñanza genera altas tasas de deserción
escolar y analfabetismo.
•
Tecnologías de la comunicación: como se mencionó antes, existe la
necesidad cada vez mayor de acortar la brecha digital entre los países
desarrollados y los países en desarrollo. La planeación lingüística
incluye la determinación y el desarrollo de lenguas para el uso en
medios electrónicos, por ejemplo en el campo de Tecnologías para el
Lenguaje Humano (TLH).
Además de estos factores, el lenguaje (especialmente en las sociedades
multilingües) es similar a los recursos naturales y es, al igual que estos, de vital
importancia para el bienestar económico de las naciones y de sus respectivos
pueblos. Por consiguiente, el lenguaje debería ser tratado como un elemento
integral en el plan de desarrollo social, económico y cultural de una nación;
como los otros recursos, éste tiene, si se maneja apropiadamente, un poder de
generación de empleo.
2.1.3 Objetivos de la planeación lingüística
Algunos de los objetivos y metas más importantes de la planeación lingüística
son:
-9-
•
Comprobar el alto promedio de deserción escolar en los países de
entornos multilingües y mejorar el acceso a la educación formal, al
facilitar la implementación la educación de la lengua materna, así como
la educación en la lengua materna especialmente en los niveles de
escuela primaria y pre-escolar.
•
Crear un ambiente de aprendizaje óptimo que asegure que la enseñanza
de las ciencias y las matemáticas sea en la lengua que el educando
entiende.
•
Mejorar la cualificación de funcionarios, empleados, científicos,
investigadores maestros, e inclusive obreros calificados, lo que implica
una inversión para el poder económico de la nación.
•
Realzar la diversidad cultural y la individualidad del país para promover
destrezas en diferentes lenguas.
•
Prevenir la insatisfacción política y étnica del pueblo creando un entorno
basado en igualdad lingüística, es decir, tratamiento equitativo de todas
las lenguas en un país, en especial en sectores oficiales de la sociedad
tales como la legislación, la justicia, la administración pública y la
educación, teniendo en cuenta las diferentes etapas de desarrollo de los
lenguas que coexisten.
•
Asegurar la democracia empoderando al pueblo para ser informado y
tomar sus propias decisiones políticas.
•
Superar la brecha digital desarrollando las lenguas para uso en medios
electrónicos y así promover el desarrollo de las TLHs, la traducción
mecánica, etc;
•
Proveer a los miembros de la comunidad lingüística, en su lengua de
uso, de lexicones, manuales, trabajos de creación artística, libros
escolares, periódicos, etc.
2.2 Planeación terminológica
En contraste con la planeación lingüística, que debía comenzar en la etapa del
desarrollo del lenguaje en el que no existe el lenguaje escrito ni una norma
lingüística, la planeación terminológica parte de la existencia de normas
lingüísticas y de cierta estabilidad gramatical y ortográfica en la lengua escrita.
A partir de esta base, la planeación terminológica desarrolla deliberada y
sistemáticamente lenguajes de especialidad de acuerdo con las necesidades y
requerimientos de la comunicación por áreas en la que un vasto número de
nuevos términos técnicos se crean diariamente en cientos de lenguas en todo
el mundo. Estos términos forman terminologías que comprenden grupos de
términos con sus significados especializados (conceptos), utilizados en
lenguajes de especialidad particulares de campos específicos. El desarrollo de
la terminología es, por un lado, un fenómeno natural e inevitable; pero, por otro,
puede ser una iniciativa con un objetivo específico como parte del desarrollo de
- 10 -
la lengua Y al mismo tiempo una herramienta para realizar políticas de
transformación socio-económica.
Como medio para entender de qué se trata la terminología, debe considerarse
la siguiente explicación que presenta un diccionario sobre clorofluorocarbonos
(CFCs), presentado en un libro reciente sobre planeación lingüística (ANTIA
2000):
“CFCs (clorofluorocarbonos) son compuestos sintéticos no inflamables,
no tóxicos y no reactivos que han sido usados desde 1930 como fluidos
de funcionamiento en refrigeradores y propelentes para atomizadores de
aerosol. Ahora, se ha comprobado que éstos son nocivos para la capa
de ozono de la tierra y que son los mayores contribuyentes al efecto
invernadero […]. Las moléculas CFC que han sido liberadas en el medio
ambiente son descompuestas por la radiación ultravioleta del sol en la
atmósfera superior, formando cloro que reacciona con el ozono.”
Con esto, asumimos que la cita anterior es una amalgama de dos variantes
derivadas del texto: la primera está constituida sólo por los elementos del
texto LPG (palabras), por defecto la letra es de color negro (como se puede
observar en el ejemplo anterior). Y la segunda se constituye sólo por los
elementos del texto LPE (términos), los cuales aparecen en letra de color
gris. Mientras que los elementos negros del texto no tienen un sentido para
nadie, los elementos grises del texto (gracias a la relación semántica unida a
cierta clase de gramática en la lengua específica) generan sentido para la
mayoría de las personas con un interés en química ambiental. La explicación a
este fenómeno se encuentra en la función de los términos, ya que ellos
codifican la sustancia del conocimiento del área. Los elementos LPG, en la cita,
sirven simplemente como mezcla gramatical y sintáctica que consolidan estos
bloques de construcción críticos en un conjunto coherente y cohesivo.
Además de ser el centro del proceso de comprensión, los términos (y los
conceptos a los que hacen referencia) también son indispensables para una
variedad de propósitos (ejemplificados anteriormente), tales como:
•
Traducción: ¿qué es clorofluoro de carbono en su lengua?
•
Recuperación de información: ¿cómo podemos buscar ciertos ítems
informativos? Es decir; textos similares en Internet usando un motor de
búsqueda.
•
Documentación: ¿cómo se pueden organizar los documentos en un
archivo de oficina de manera que se puedan encontrar y volver a utilizar,
incluso después de años?
•
Comunicación: ¿cómo recibo o transmito la información y el
conocimiento del texto anterior, en calidad de estudiante, profesor,
experto ambiental, etc. a un legislador o a un ciudadano?
- 11 -
•
Educación: ¿cómo se pueden enseñar los temas altamente
profesionales a los pupilos, estudiantes, aprendices, expertos, entre
otros?
De esta manera, la planeación terminológica se puede orientar hacia muchas
aplicaciones y llevarse a cabo en contextos en los cuales la mayoría de otras
tendencias de la actividad terminológica, también ocurren o son requeridas;
consecuentemente, la necesidad de un enfoque sistemático y de coordinación
no se puede sobre enfatizar.
2.2.1 Métodos para la formación de términos en la planeación
terminológica
Los términos pueden consistir en palabras simples o frases complejas (es
decir, términos compuestos) con características morfosintácticas y
morfosemánticas específicas que pueden ocasionalmente desconocerse en la
lengua general, y que pueden ser particulares en ciertos campos. Por esta
razón, tenemos que distinguir entre diferentes tipos de designaciones y no sólo
términos (sin mencionar elementos del término). Además, siempre es difícil
distinguir palabras de términos, los términos de los no términos o los nombres
de los términos - La formación del término depende del papel funcional de las
designaciones en la comunicación especializada. En el análisis del corpus, la
extracción e identificación de términos son procesos difíciles. A pesar de la
investigación intensiva, no se han desarrollado hasta el momento modelos
teórico absolutamente confiables y algoritmos correspondientes; sin embargo,
los métodos y las herramientas de TLH existen de tal forma que producen
resultados satisfactorios para la identificación y la extracción de términos de los
Corpora específicos. Enfoques que se deben utilizar cuando sea apropiado
(siendo concientes de sus limitaciones inherentes).
La interacción entre los lenguajes por áreas y la lengua general es muy
dinámica. Hay un flujo constante de material léxico en ambas direcciones, entre
los cuales están:
•
Desterminologización: términos especializados que se incorporan a la en
lengua general como palabras ampliamente conocidas;
•
Terminologización: palabras comunes que devienen (parte de) términos;
•
Principios actuales para la formación de términos: estos principios
semióticos son básicamente aplicables a ‘todas’ las lenguas. Se centran
en la naturaleza sistemática de las terminologías con sus redes
conceptuales fundamentales, que incluye la dimensión cognitiva,
aspectos de la representación del conocimiento, entre otros:
o
o
o
o
o
Transparencia (vs. opacidad)
Consistencia
Idoneidad
Concisión (economía lingüística)
Derivabilidad
- 12 -
o Corrección lingüística
o Preferencia por la lengua nativa (excepto en áreas o en idiomas
donde existen otras tradiciones, por ejemplo el uso de las formas
latinas o griegas en algunas disciplinas).
•
Métodos para la formación de términos:
o Creación de nuevas formas:
ƒ Derivación
ƒ Composición
ƒ Formas abreviadas
ƒ
o Uso formas existentes:
ƒ
Conversión (cambio en la parte del discurso, algunas veces
llamado recategorización).
ƒ
Terminologización (asignación de significados nuevos,
frecuentemente análogos o metafóricos, a términos existentes
en más o menos campos relacionados o palabras LPG).
Transferencia semántica dentro de una lengua especial
Préstamo transdisciplinario (metáforas)
ƒ
ƒ
o Préstamo interlingüístico
ƒ
ƒ
Préstamo directo
Traducción de préstamos
Estos métodos deben ser evaluados de acuerdo a su aplicabilidad para cada
lengua. Los principios semióticos sirven como directrices para saber cómo
aplicar los métodos de formación de términos. Algunos de los principios se
contradicen entre ellos, por lo cual un elemento de compensación es crucial en
cada caso particular (es decir, transparencia vs. concisión de los términos).
Estos y otros detalles se pueden encontrar en la Norma ISO 704 y otras
Normas Internacionales pertinentes (ver referencias bibliográficas).
Los problemas y desafíos actuales en la formación de términos incluyen:
discrepancia con los modelos lingüísticos generales en la morfología;
diversidad e inconsistencia de reglas en diferentes áreas (en especial para las
ciencias naturales con nomenclaturas específicas); falta de detalles en la
descripción de muchas lenguas; y la necesidad de codificación completa de
estos lenguajes (es decir, mediante la planeación lingüística); con el fin de
tener reglas confiables para el desarrollo de la terminología, especialmente en
lo que se refiere a la ortografía, deletreo, pronunciación y gramática. Para las
aplicaciones de TLH existe una necesidad de modelos automáticos para la
creación de términos en los lenguajes que van a ser procesados.
2.2.2 Trabajo terminológico prescriptivo y descriptivo
Generalmente, los términos nuevos son introducidos en una lengua, ya sea
para llenar un vacío que se crea mediante la introducción de un nuevo
- 13 -
concepto o para reemplazar un término ya existente que es menos eficiente.
Existen dos enfoques con respecto a esta evolución de la terminología: el
trabajo terminológico descriptivo y prescriptivo. Mientras el trabajo
terminológico descriptivo sólo observa y analiza el surgimiento de los términos;
el trabajo terminológico prescriptivo constituye un acuerdo entre los usuarios
para adoptar un término para un uso común y repetido en circunstancias
dadas. Este último comprende la unificación, estandarización y armonización
terminológica, la motivación para estandarizar terminología puede tener todo
tipo de razones comerciales o ser el resultado de consideraciones de
estabilidad y seguridad.
La estandarización de la terminología casi siempre implica una selección entre
términos que compiten. Existen varios factores que pueden influir en esta
selección, ejemplo: Razones económicas (un término se puede elegir por ser
menos voluminoso que otros), precisión (un término puede tener mayor
claridad o transparencia que otros), idoneidad (un término puede tener
connotaciones perturbadoras o políticas relacionadas).
La estandarización de la terminología abarca dos aspectos particulares, que se
reflejan en dos infraestructuras diferentes. La estandarización de principios y
métodos terminológicos se da dentro del marco de trabajo de las
infraestructuras horizontales que trascienden virtualmente todas las áreas,
mientras que la estandarización de terminologías en las diversas áreas
temáticas (es decir, el trabajo terminológico que hoy en día se hace
principalmente en primera instancia en los comités técnicos) refleja las
infraestructuras verticales. De más está decir que la estandarización de
terminologías debe basarse en principios y métodos estandarizados, los cuales
a su vez se deben basar en una teoría científica. A nivel internacional, el
Comité Técnico ISO/TC 37 “Terminología, otros recursos de lenguaje y
contenidos” vela por la estandarización de los principios y métodos del trabajo
terminológico.
2.2.3 Gestión terminológica
Como ya se ha afirmado, la ciencia de la terminología es un campo sumamente
interdisciplinario, por lo tanto, su práctica terminológica requiere la cooperación
de expertos de diversas áreas. Debido al bajo volumen de los datos
terminológicos, en lo posible muchas personas deben trabajar juntas y
compartir esfuerzos y recursos:
•
Terminografía vs. lexicografía: según las definiciones clásicas, la
terminografía se basa en los conceptos y la lexicografía, en las palabras.
En realidad, no existe una distinción clara; los métodos híbridos
abundan, conduciendo a leves diferencias en el flujo de trabajo, y aún
más importante, en anomalías con respecto a las estructuras de datos.
Se puede observar una convergencia de métodos con relación a la
orientación de palabra/significado vs. orientación de término/concepto, y
los esfuerzos para facilitar la interoperabilidad entre los sistemas
heterogéneos son subestimados.
- 14 -
•
Modos de trabajo descriptivo vs. prescriptivo: las etapas iniciales de la
gestión terminológica generalmente implican la diversidad documental
dentro y a través de los límites culturales, lingüísticos, disciplinarios,
profesionales y corporativos. En una segunda etapa, es necesario,
frecuentemente, reducir esta complejidad para propósitos específicos
mediante la estandarización de la terminología o mediante la
armonización de la terminología en casos de fragmentación léxica en el
mismo nivel de registro social.
La terminografía: es el proceso de documentación de la información
terminológica, que se realiza a nivel monolingüe, bilingüe y multilingüe. El
propósito y los principios dirigidos a la aplicación determinan el diseño de
diccionarios técnicos, glosarios y otros productos terminográficos concebidos
para diferentes públicos (por ejemplo, en educación, para los medios masivos
de comunicación, entre otros.) Con relación al “significado” y a la terminografía,
las consideraciones más importantes incluyen:
•
Conceptos y estructuras conceptuales: los conceptos son constructos
mentales (unidades cognitivas), en el conocimiento por áreas las
estructuras conceptuales son la base para cualquier terminología dada.
Desde un punto de vista lingüístico, el significado de un término es el
concepto designado por este término; los conceptos se forman y se
cambian constantemente en cualquier actividad profesional y en todas
las formas de comunicación profesional. La formación de conceptos
también se guía por las convenciones culturales y la lengua es la
principal manifestación de la cultura. La interacción compleja y dinámica
entre la formación del término y la formación del concepto necesita ser
tenida en cuenta en todas las etapas del desarrollo de la terminología y
la terminografía.
•
Definiciones, contextos, ejemplos: mientras distinguimos diferentes
clases de definiciones - intencional, extensa, partitiva, funcional,
operacional, etc - en el trabajo terminológico sistemático, un sistema de
conceptos está representado por medio de las definiciones
interrelacionadas. Los sistemas conceptuales multidimensionales
requieren definiciones que generen el mapa de las diversas facetas o
criterios distintivos, por tanto, deben ser formulados los principios para la
escritura y/o evaluación/revisión de definiciones (ver ISO 704, Wright /
Budin, 1997: “Lo que se debe y lo que no se debe hacer en la escritura
de definiciones”).
Contextos (incluyen también los contextos ilustrativos y definitorios): los
contextos en el entorno de la gestión terminológica ilustran la función de un
término en el discurso, es decir, son piezas del texto. La documentación de
diversas funciones de contextos es muy útil y cuando no hay tiempo para
escribir definiciones extensas, la documentación de contextos constituye una
alternativa útil, en particular, cuando el análisis de corpus se utiliza para crear
corpora amplias en corto tiempo. Los contextos respaldan las definiciones y, en
algunos casos, son la única información disponible (en ausencia de
definiciones); incluso, tienen valor en la presencia de definiciones porque
- 15 -
demuestran que la definición es la correcta para una situación determinada. En
cualquier caso, los contextos pueden ser considerados como una fuente
auténtica para analizar el uso, tanto de los términos como de sus colocaciones.
El trabajo terminológico comparativo y el trabajo terminológico cooperativo
comprenden dos enfoques básicos para la gestión terminológica:
•
El trabajo terminológico comparativo implica el estudio de los términos y
los conceptos usados en diversas lenguas para llegar a los llamados
términos “equivalentes”, que se recomendarán en un recurso o en una
norma
terminológica.
Este
proceso
revela
frecuentemente
discontinuidades en las estructuras conceptuales y en el uso
terminológico entre las comunidades lingüísticas. Al examinar el aspecto
problemático de la “equivalencia” dentro de un contexto pragmático (en
oposición a uno filosófico), es más útil un enfoque funcional. De allí que,
la equivalencia textual y comunicativa vs. la equivalencia terminológica o
léxica debe ser examinada. En esta etapa, el análisis terminológico
comparativo requiere documentar minuciosamente la investigación y
discusiones de equipo en todos los lenguajes involucrados, hasta que se
estructure una base única de conocimiento y un sistema de respaldo a
las decisiones.
•
En el trabajo terminológico colaborativo, se logran mejores resultados,
particularmente en cuanto al desarrollo de la lengua y estandarización
terminológica, cuando trabajan juntos lingüistas, terminólogos y expertos
de áreas en los diversos comités; por lo general, estos expertos tienen
un conocimiento y una experiencia diferente para contribuir con una
tarea compleja:
o Conocimiento del área (conocimiento conceptual).
o Conocimiento lingüístico (conocimiento del lenguaje genérico y
específico).
o Conocimiento terminológico (conocimiento sobre los métodos de
trabajo, salvando la brecha entre los dos tipos de conocimiento
anteriores).
- 16 -
3 Formulación e implementación de una política terminológica
La metodología esbozada en este documento hace énfasis en la necesidad de
un diseño, formulación, implementación, operación, promoción y mantenimiento
sistemático de una política terminológica con objetivos y perspectivas claras, al
igual que áreas de aplicación y objetivos concretos. Con respecto a esto, el uso
de las redes de información, como apoyo a esta política terminológica, debe
considerarse oportunamente, al igual que el hecho de que las redes de
información se tornan más eficientes si se apoyan en este tipo de política. El
establecimiento de infraestructuras organizacionales y técnicas en conexión
con una política terminológica es, fundamentalmente, un medio para alcanzar
sus objetivos y perspectivas en enlace con áreas y propósitos generales o
específicos de aplicaciones concretas.
3.1 Formulación de una política terminológica
Al enfocarse en el desarrollo terminológico, el principal impulso de la
formulación de una política terminológica debe encaminarse hacia el desarrollo
de:
•
La lengua general respectiva como medio de comunicación de un área
en general,
•
Los LPEs de ciertos campos temáticos en una lengua dada o,
•
La combinación de estos dos aspectos.
Sin embargo, este enfoque puede ser influenciado en gran medida por la
situación lingüística en la cual tiene que ser aplicado. Existe gran cantidad de
situaciones diversas que deben tenerse en cuenta al formular las políticas
terminológicas, según estas directrices.
Dentro de la misma comunidad lingüística, el desarrollo terminológico puede
ser necesario en ciertos LPEs, mientras que otras terminologías existentes y
que, por tanto, compiten entre ellas en otros LPEs necesitarían armonización.
Algunas comunidades lingüísticas aisladas en un área geográfica definida
dentro de un país, pueden coexistir con otras comunidades lingüísticas, o
constituir más o menos minorías lingüísticas autónomas. Otras comunidades
cruzan las fronteras nacionales existentes de dos o más países - posiblemente
teniendo diferentes estatus en diferentes regiones - o se dispersan a través de
muchos países. En algunos casos, las lenguas minoritarias existen en uno o
más países y se separan del desarrollo de las lenguas mayoritarias en su país
de origen. En tales casos, las comunidades de lenguas minoritarias disfrutan a
veces de un estado autónomo o semi-autónomo dentro de su país anfitrión y
por lo tanto desarrollan particularidades terminológicas especiales con el fin de
ajustarse y co-existir pacíficamente con la comunidad o comunidades
lingüísticas mayoritarias alrededor de ellas. En otros casos, tales minorías
dependen casi en su totalidad del desarrollo lingüístico en su país de origen.
- 17 -
Estas directrices se dirigen a lectores con diferente formación lingüística, desde
naciones grandes cuyo objetivo es establecer una política terminológica
nacional, pasando por naciones pequeñas y medianas con una o más
comunidades lingüísticas hasta las comunidades lingüísticas más pequeñas y
otra clase de comunidades que necesitan una política terminológica. Por
consiguiente cada comunidad lingüística puede tener diferentes necesidades
con respecto a la creación de instituciones y de capacidad humana como parte
del diseño, formulación e implementación de una política terminológica de
acuerdo con la cultura, sociedad y otras circunstancias correspondientes.
3.2 Implementación de una política terminológica
En la actualidad, los gestores de políticas específicas se enfrentan al inmenso
desafío de concebir nuevas maneras y medios para proveer y explotar los
recursos de información en sus planes de desarrollo. Como respuesta, más a
menudo de lo que se cree, se debe concebir una política terminológica como
apoyo a otras políticas nacionales o, estar incluidas en ellas; ya que pueden ser
políticas de conocimiento o información, de educación, políticas de capacidad y
generación institucional, de tecnología e innovación, etc.
Virtualmente, una política terminológica impacta sobre toda la vida profesional,
educación y capacitación, sistema de salud, etc., afectando de este modo a
cada persona joven o mayor que necesite entender o adquirir conocimiento
especializado de uno u otro tipo, lo que se convierte en un asunto
profundamente complejo. En la mayoría de los casos, es sensato garantizar la
participación activa de las instituciones directamente involucradas con políticas
de planeación lingüística. Por último y no menos importante, se aconseja
integrar la comunidad lingüística completa a este proceso.
Estas directrices siguen, en su mayor parte, el modelo esbozado en la
publicación PGI-90/WS/11 de la UNESCO:
Montviloff, Victor. Nacional Information Policies. A handbook on the
formulation, approval, implementation and operation of a nacional policy on
information. Paris: UNESCO, 1990.
No obstante, como estas directrices serán utilizadas más a menudo en niveles
regionales o locales para una o pocas comunidades lingüísticas, el modelo tuvo
que simplificarse. En caso de una aplicación a gran escala en el ámbito
nacional, es decir, para varias comunidades lingüísticas, la publicación antes
mencionada debe considerarse conjuntamente con estas directrices.
3.3 Fortalecimiento de la capacidad humana
Toda política terminológica debe tener en cuenta las instituciones y la
generación de desarrollo social por ser asuntos importantes. La necesidad de
infraestructuras terminológicas se puede presentar en una etapa muy temprana
del diseño de programas de planeación terminológica; especialmente aquí, son
necesarios terminólogos y, en particular, expertos en políticas terminológicas
para remediar algunos de los obstáculos que surgen en la implementación de
- 18 -
una política terminológica. Igualmente, un plan de acción sistemático para el
fortalecimiento de la capacidad humana debería implementarse para facilitar el
entrenamiento de expertos en terminología, los cuales se necesitan para llevar
a cabo los diversos aspectos de la política terminológica formulada y para
desarrollar cualquier otra actividad terminológica identificada como esencial en
esta interrelación.
A medida que la terminología de cada campo o dominio temático se incrementa
con los nuevos inventos, la información se distribuye y el conocimiento se
adquiere mediante la terminología; el suministro de términos económicos,
educativos, técnicos y científicos adecuados debería ser apoyado por grupos
de intereses especiales y expertos en toda la comunidad lingüística. En los
países más pequeños o en las comunidades lingüísticas con terminologías en
desarrollo, la prioridad durante la primera etapa de implementación de esta
política terminológica debería ser la preparación de términos básicos que se
necesitan más urgentemente, lo que puede incluir términos necesarios para el
sistema educativo, pero también podría incluir términos para el sistema de
transporte público, de salud pública o higiene, entre otros. Así que, se deberían
establecer prioridades para el área o áreas en las cuales se va a aplicar la
política terminológica en primera instancia.
En los procesos de creación de terminologías, los traductores técnicos
desempeñan a menudo un papel crucial; puesto que, en el proceso de
traducción, frecuentemente proponen nuevos términos en la lengua meta con
base en los nuevos términos que se presentan en las lenguas de origen. En
todos los casos, el proceso de la creación y adopción de terminología requiere
la colaboración mutua entre terminólogos, especialistas en un área, lingüistas,
traductores y educadores. Los esfuerzos coordinados se pueden diseñar para
evitar la evolución de conflictos en las elecciones de un término. En cada país,
la posibilidad de uso de lenguas minoritarias, marginalizadas y en desarrollo,
proporciona un medio para apreciar e integrar las tecnologías autóctonas con
las modernas; de este modo, el apoyo para el desarrollo lingüístico también
fomenta la preservación del patrimonio cultural y la diversidad del país.
Si los planes implican la creación de instituciones terminológicas, habría la
necesidad de capacitar a los empleados que se especialicen en la gestión de
proyectos terminológicos, trabajos terminológicos y terminográficos. Por un
lado, los terminógrafos, que tienen capacidad de determinar y extraer términos
para documentarse, según prácticas y principios terminográficos específicos y
para compilar listas de posibles términos, necesitan trabajar en colaboración
cercana con los especialistas del área. Por otro lado, los terminólogos tendrán
que investigar sobre principios y prácticas derivados de la creación de
términos; por supuesto, todos los expertos de la terminología deben tener un
conocimiento amplio de los principios de la ortografía, deletreo y formación de
palabras del idioma en cuestión.
Al respecto, las contribuciones del sector privado no se deben subestimar, los
expertos se dan cuenta que tienen que comunicarse con otros especialistas del
área y con las personas no especializadas; pero, primero que todo, tienen que
comunicarse en su propio campo por medio de terminología no ambigua Luego
- 19 -
los especialistas del área pueden decidir emprender los proyectos de
terminología y la compilación de diccionarios técnicos en su respectivo campo
temático. A menudo, estas personas no son terminólogos o terminógrafos y
necesitan ayuda en el proceso terminológico de creación de términos,
documentándolos de una manera sistemática y, finalmente, compilando una
colección de datos terminológica para sus respectivos campos temáticos.
3.4
La función de las instituciones nacionales de terminología
Las instituciones que proporcionan servicios de terminología tienen como
función fundamental asesorar y apoyar al gobierno en la formulación,
desarrollo, implementación y mantenimiento de estrategias referentes a la
terminología y al desarrollo de la terminología. Existen casos donde una
institución de terminología proporciona estos servicios a uno o más países, hay
otros casos donde varios servicios terminológicos son elaborados por diversas
instituciones en ámbitos nacionales y regionales que prestan dichos servicios
como parte de su misión fundamental; algunas veces, las instituciones de
campos específicos también proporcionan servicios de terminología.
Las instituciones de terminología asesoran sobre política y otros temas
referentes a la terminología y a los lenguajes especializados (LP), pueden
establecer y evaluar las normas para propósitos terminográficos, la creación de
instalaciones y la implementación de los procedimientos estandarizados para
coleccionar, documentar, sistematizar, estandarizar y diseminar la información
terminológica dirigida a las diversas comunidades lingüísticas en el país. Las
instituciones de terminología también pueden prestar un servicio informativo
tanto en convenciones lingüísticas especializadas como en temas
terminográficos; además, podrían coordinar, apoyar y facilitar proyectos para el
desarrollo de los lenguajes especializados, poniendo los servicios y productos
terminológicos a disposición de los sistemas de comunicación e información
relacionados, por ejemplo, desarrollar y gestionar una base de datos
terminológica (BDT). En la era del trabajo en redes, estas últimas puede tomar
la forma de una central “virtual” de BDT, la que, de hecho, consiste en una red
de bases de datos distributivas.
El objetivo de las instituciones nacionales de terminología puede ser el de
promover el empoderamiento de todos los ciudadanos mediante contribuciones
terminológicas que faciliten la comunicación a diferentes niveles, en diversos
contextos temáticos y áreas de acción; otros objetivos podrían ser de entregar
productos multilingües adecuados de terminología en diferentes campos,
coordinar la producción de terminologías y contribuciones terminológicas
externas, forjar alianzas con colaboradores e interesados, administrar una
base de datos terminológicos nacional (BDT), y diseminar, eventualmente, la
información terminológica entre los usuarios, clientes y colaboradores mediante
listas de términos, diccionarios técnicos y medios electrónicos. Además de
facilitar la comunicación técnica, económica y científica, las instituciones
nacionales de terminología pueden jugar un papel importante en la
transferencia de conocimiento y, por ende, en el empoderamiento en gran
escala de los ciudadanos de una nación, realzando su capacidad tanto
científica, económica y técnica como lingüística en general.
- 20 -
En un país dado, una institución nacional de terminología puede convertirse en
un centro de referencia para el trabajo terminológico, a medida que la demanda
de terminología se incrementa día a día. En tal caso, importante tener una
coordinación efectiva y gestión del flujo de trabajo para la documentación de
términos, con el fin de evitar la duplicación y eventualmente promover la
estandarización. Una institución de este tipo puede actuar como un facilitador
nacional que documenta el ingreso terminológico de varios discursos y
comunidades por áreas en una base de datos central o distributiva. La
información terminológica se puede obtener, por tanto, mediante una entrada
centralizada; de esta manera, la institución nacional de terminología puede
prestar servicios importantes a toda una comunidad.
En países con una o más comunidades lingüísticas, distribuidas en áreas
amplias, una infraestructura de terminología descentralizada puede ser la mejor
solución a los problemas en la implementación de una política terminológica.
Las oficinas de terminología descentralizadas pueden servir como recursos
para una institución nacional de terminología (es decir, al suministrar a los
usuarios un acceso fácil y cómodo a los portales federados de algunas
organizaciones terminológicas). Estas oficinas se pueden situar en áreas donde
prevalezcan campos específicos, o se pueden situar en el área geolingüística
donde se encuentran la mayoría de los hablantes del primer idioma, el cual
necesita un desarrollo terminológico. Individuos, organizaciones o asociaciones
relacionadas con el tema, que hayan determinado la necesidad de un
desarrollo terminológico en un campo específico, también pueden iniciar
proyectos terminológicos; así, su propio lenguaje puede llegar a ser más
funcional en la región o en el campo específico.
3.5 Iniciativas privadas
La terminología es un recurso estratégico en un país multilingüe; es el medio a
través del cual se diseminan el conocimiento y la información. Mediante la
utilización de terminología correcta, unificada o estandarizada se desarrollan
habilidades efectivas de comunicación técnica y científica. Además, las nuevas
habilidades y los perfiles profesionales son necesarios en el mercado
terminológico, el cual proporciona productos y servicios a los usuarios, que
pueden ser:
•
generadores terminológicos
administradores, entre otros);
•
productores de datos terminológicos (es decir, estandarizadores de
terminología, creadores de bases de datos terminológicos, lexicógrafos
especializados, etc.);
•
distribuidores de datos terminológicos (es decir, editores de diccionarios,
servicios informativos en línea, etc.);
•
cualquier ciudadano en general.
(es
decir,
investigadores,
técnicos,
- 21 -
Los productos terminológicos abarcan principalmente:
•
Diferentes clases de información terminológica en diversas formas para
propósitos y grupos de usuarios diversos;
•
herramientas terminológicas multipropósitos.
La información terminológica (si se incluye la documentación terminológica)
abarca tres tipos fundamentales de datos definidos tales como (mono o
multilingüe):
•
datos terminológicos apropiados (por ejemplo, información sobre
conceptos de un campo específico y su representación por símbolos
lingüísticos y no lingüísticos complementado por una variedad de datos
asociados);
•
datos bibliográficos para diversas clases de publicaciones en el campo
de la terminología;
•
datos reales sobre instituciones, expertos, programas, acontecimientos
y otras actividades en el campo de la terminología.
Las diferentes clases de datos requieren diferentes tipos de sistemas de base
de datos (que abarcan diferentes bases de datos o un sistema de las bases de
datos integrado que incorpore diversos modelos de datos). Un centro de
información y de documentación de terminología tiene que ocuparse de estos
tres tipos principales de sistemas de bases de datos, los cuales son modelados
para diversos propósitos con base en categorías de datos bien definidas
(según los "objetos de información” que se necesitan para documentar
cualquier modelo de datos dado). Los datos generados y mantenidos en estos
sistemas junto con el software relacionado se pueden también utilizar para
generar diversas clases de "productos", y pueden formar una base para una
variedad de "servicios".
Los datos terminológicos desde el punto de vista formal representan el
conocimiento especializado a nivel de conceptos, y pueden ser ofrecidos:
•
en publicación convencional (por ejemplo, como diccionario, glosario,
lexicón impreso, etc.);
•
como una publicación electrónica (que comprende solamente los datos
como tal, en un formato dado o conjuntamente con un software o un
hardware, como en un diccionario electrónico);
•
a través de servicios informativos en línea.
En computadores palm de última generación o en diccionarios electrónicos de
bolsillo aún más pequeños, los datos terminológicos se pueden integrar en
combinación compatible con el software o incluso, el hardware respectivo.
- 22 -
Los clientes pueden adquirir los datos terminológicos en el mercado de la
terminología sólo para uso interno o para reutilización, durante el intercambio
de datos terminológicos, entre otros. Sin embargo, distintos grupos de usuarios
necesitan datos terminológicos de diversos grados de complejidad y de
granularidad para propósitos diferentes; por lo que, es muy económico elaborar
datos terminológicos multipropósitos para diferentes aplicaciones y usuarios,
cuyas necesidades están dirigidas en forma apropiada a interfaces de usuarios
adaptadas a la especificidad del cliente. Los datos terminológicos también se
pueden utilizar de manera eficiente como información central, alrededor de la
cual se pueden organizar los datos de enciclopedias especializadas.
El software de uso terminológico proporciona la clase más común de
herramientas para manejar datos terminológicos de diversas maneras. Hay
diferentes clases de sistemas de gestión terminológicos (SGT) diseñados
como herramientas dedicadas a registrar, almacenar, procesar y mostrar datos
terminológicos de una manera profesional para diferentes propósitos. Las
bases de datos terminológicas (BDT) consisten en datos terminológicos y un
SGT para procesar estos datos. Algunas veces, se integran grandes bases de
datos terminológicos en una estructura institucional o de organización más o
menos sofisticada, que se establece para la colección y el mantenimiento de
grandes cantidades de datos terminológicos para muchos usuarios. La mayoría
de SGTs computacionales son aplicados hoy en día por los usuarios
individuales, las cooperativas pequeñas (integradas o no por una red de área
local apropiada (LAN)), o departamentos más grandes (donde los lugares de
trabajo individuales se conectan generalmente por LAN o por intranet
medianamente complejas).
Los SGTs se desarrollan cada vez más dentro de herramientas para diversas
aplicaciones, por ejemplo:
•
traducción asistida por computador;
•
autorías científicas y técnicas (que incluye documentación técnica);
•
administración de repuestos;
•
comercio electrónico, entre otros.
Además, los módulos de los SGTs caracterizados por grados de variada
sofisticación se implementan en todas las clases de software de aplicación y se
utilizan, cada vez más, en una variedad de flujos de trabajo de comunicación e
información, encontrando así nuevos mercados en:
•
escritura técnica cooperativa (por los redactores técnicos);
•
documentación (en el sentido de información y documentación, así como
archivística y clasificación); y
•
trabajo terminológico cooperativo.
- 23 -
Con el trabajo terminológico cooperativo asistido por computador (y basado en
una red distributiva), la preparación, el proceso y el mantenimiento de datos
terminológicos se pueden realizar de una manera más rápida, eficiente, en
línea y con gestión moderna de calidad.
Ya existen los siguientes servicios terminológicos:
•
servicios de consulta y enseñanza terminológica;
•
adquisición de fuentes externas de tareas terminológicas;
•
servicios informativos en el campo de la terminología.
A menudo, se requieren los servicios de consultoría y capacitación
conjuntamente con aspectos de aplicabilidad, tales como:
•
la aplicación de principios y métodos terminológicos (que incluyen
especialmente el uso apropiado de normas existentes en los principios y
métodos terminológicos, así como normas relacionadas).
•
la selección y aplicación de herramientas (ejemplo, software para el
procesamiento de datos multilingües).
•
la gestión de un proyecto terminológico, etc.
Hoy en día, es muy frecuente que los expertos de un campo temático no hayan
estudiado la teoría básica de la lógica y de la epistemología fundamentadas en
de la filosofía de las ciencias o en las ciencias de la información, y necesiten
capacitarse en aspectos teóricos y metodológicos de la ciencia de la
terminología y de la terminografía. Aun así, las organizaciones e instituciones
de gran envergadura necesitan integrar métodos y herramientas terminológicos
en sus esquemas de gestión de información o de gestión de calidad. Razón por
la cual, en muchos países, las agencias estatales y otras autoridades públicas
desean implementar las políticas de transferencia de conocimiento, que se
beneficiarían en gran parte de los métodos apropiados de la planeación
terminológica. Las instituciones y las organizaciones también necesitan ser
asesoradas con frecuencia respecto a los problemas legales (relacionados
especialmente con los derechos de propiedad intelectual) referentes al uso de
datos terminológicos y de herramientas.
Cada vez más, las instituciones y las organizaciones de toda clase consideran
el outsourcing un método adecuado para enfrentar sus necesidades
terminológicas. El Outsourcing puede referirse, por ejemplo, a:
•
La demanda de investigación y desarrollo respecto a nuevas
herramientas o aplicaciones,
•
La adaptación de herramientas existentes tales como:
- SGT o incluso diseño e implementación de BDT.
- navegador meta para redes de información, etc.
- 24 -
•
La demanda de trabajo terminológico con respecto a:
- preparación de terminología.
- mantenimiento de terminología (que incluye entre otros la revisión y la
actualización),
- conversión o combinación de datos terminológicos,
- evaluación y validación de datos terminológicos, etc.,
• Servicios de mantenimiento y asistencia con respecto a:
- mantenimiento y aumento del software SGT,
- mantenimiento del almacenamiento de datos extensos, etc.
Los productos y servicios terminológicos - similares a la situación general en el
campo de la tecnología de información y de comunicación (TIC) - están
disponibles o unidos cada vez más a una de las muchas clases de servicios de
información disponibles en el mercado. Por tanto, serán integrados con mayor
regularidad a otras aplicaciones TIC.
Para la distribución de datos terminológicos a diferentes grupos de usuarios
con diferentes necesidades, no se deben excluir esfuerzos comerciales para
establecer redes de información y basadas en tasas y orientadas al mercado
con el fin de proporcionar:
•
Datos terminológicos apropiados; así como
•
productos y servicios terminológicos de valor agregado.
De este modo, los clientes tendrían que pagar por los productos y servicios
terminológicos; sin embargo, entre más clientes puedan elegir productos y
servicios terminológicos de una variedad siempre en aumento, más asequibles
serán los últimos.
La infraestructura nacional de terminología, sea centralizada o descentralizada,
debe colaborar completamente con la industria privada, proporcionando ayuda
terminológica y terminográfica y/o con capacitación (ver 3.1). Los expertos que
trabajaban a nivel nacional también podrían ayudar con la edición y finalización
de productos acabados, y la publicación y comercialización de los mismos.
Mientras más se conciba, desde el principio, la política terminológica como
multilingüe y no excluyente, más grandes serán los mercados potenciales.
La planeación y la implementación de una política terminológica nacional puede
ser llevada a cabo por instituciones públicas o puede delegarse a las
organizaciones del sector privado, sean éstas empresas de consultoría
comercial u ONGs sin ánimo de lucro.
- 25 -
4 Preparación, formulación e implementación de las políticas
terminológicas
Estas directrices promueven la formulación e implementación de una política
que es únicamente terminológica. Por ejemplo, estas políticas terminológicas
existen en varios países como parte de políticas de información o de políticas
relacionadas estrechamente con actividades informativas gubernamentales y
no gubernamentales. Las instituciones públicas y privadas elaboran
generalmente varias reglas, acuerdos y directrices dirigidas a reunir y proteger
la información que necesitan para resolver sus metas económicas, sociales o
políticas específicas. Muchas de estas reglas, acuerdos y directrices se han
implementado con éxito, y ahora se aceptan como punto de referencia para la
operación y el desarrollo de actividades específicas; sin embargo, su
fragmentación crea algunas veces una situación caótica, y a menudo
descuidan el papel fundamental de la terminología. Con el rápido desarrollo y la
convergencia de las TICs modernas, los temas se vuelven aún más complejos.
Mientras que estas directrices se concentran en las políticas terminológicas, no
se debe descuidar la integración de estas políticas y la coordinación con otras.
De acuerdo con la experiencia en la formulación de políticas nacionales de
información y conocimiento, las fases de desarrollo para una política
terminológica según estas directrices comprenden:
FASE I – Preparación de la política terminológica.
FASE II – Formulación de la política terminológica.
FASE III – Implementación de la política terminológica.
FASE IV – Operación sostenida de la infraestructura terminológica y del
mecanismo de adaptación para la política terminológica.
Este esquema se concentra en la terminología a nivel del país o de la
comunidad lingüística, pero se puede adaptar fácilmente a otros niveles o
ambientes organizacionales.
Desde la fase I hasta la fase III aumenta el grado de exactitud en el control y
cumplimiento de los itinerarios y resultados; además, el grado de escrutinio por
parte del público general puede aumentar en pro de la implementación de una
fase de política terminológica. Dependiendo de su alcance, las fases y las
tareas que se describen a continuación se pueden diferenciar más a fondo. A
su vez, es muy importante observar que la mayoría de estas fases y tareas no
se llevarán a cabo de manera secuencial, sino más bien de forma paralela; por
consiguiente, es esencial para el éxito del programa la planeación cuidadosa
del proyecto que permita a los encargados de éste controlar en forma clara y
articulada las asignaciones de tareas, y los plazos para desarrollar los
componentes importantes del proyecto. El software de gestión del proyecto que
se adopte para el propósito de la implementación de la política terminológica
- 26 -
puede ser de gran ayuda en la planeación y la supervisión de la dirección de
procesos complejos.
En cualquier punto de este trabajo, el estudio de ejemplos y experiencias
existentes en cualquier parte del mundo, pueden ser muy útiles, especialmente
con el propósito de evitar malentendidos o riesgos que ya otros hayan
encontrado.
4.1 FASE I - Preparación de la política terminológica
Debido a que la formulación e implementación de una política terminológica es
un asunto complejo, el proceso se debe basar en una preparación minuciosa;
por tanto, esta fase de preparación puede incluir:
• valoración del ambiente lingüístico y terminológico, así como de la
legislación existente.
• Actividades diseñadas para crear conciencia sobre la lengua
y
esfuerzos para obtener el reconocimiento oficial para estas actividades.
• recomendación de metodologías y procedimientos disponibles o
verosímiles.
• preparación de documentos preliminares.
• organización de un proceso de consulta nacional.
4.1.1 Valoración del ambiente lingüístico y terminológico
Se debe llevar a cabo una valoración completa del estado actual del desarrollo
de los LPEs en la comunidad lingüística; así como en comunidades expertas
existentes o potenciales, el impacto en o la interacción con otras políticas y
estrategias; y por último, en orden pero no en importancia, las actitudes de la
comunidad lingüística en general con respecto al lenguaje y la terminología.
Esta valoración debería permitir identificar accionistas importantes y determinar
cualquier barrera societal o psicológica contra una política terminológica;
también, se tienen que identificar otros aspectos tangibles e intangibles y
problemas a superar. De igual forma, esta valoración debe incluir un análisis de
los beneficios directos e indirectos y de los costos implícitos en la formulación e
implementación de la política terminológica. Además, los objetivos y el alcance
de la política terminológica, así como las opciones para su realización, deben
describirse claramente con el fin de evaluar completamente la situación, y de
esta manera poder elaborar conclusiones válidas. Este proceso podría también
convertirse o por lo menos incluir, un estudio de caso.
Esta preparación inicial debe incluir un estudio sobre la legislación de
información existente (leyes constitucionales, derechos consuetudinarios,
controles establecidos por la ley, estatutos promulgados, directrices nacionales,
- 27 -
decretos, etc.). Sería útil mostrar las inconsistencias y contradicciones
solapadas en las normas y políticas legales actuales. De este modo, la
información recolectada sirve para tres propósitos principales:
• Destacar la necesidad de una política terminológica nacional.
• Evaluar el nivel de reconocimiento de esta necesidad entre los
profesionales y usuarios en general.
• Identificar las lagunas e insuficiencias en las políticas existentes.
El documento(s) de base debe incluir:
• Una introducción al ambiente administrativo, económico, social y físico.
• Una evaluación de las metas nacionales importantes (que incluye
también las prioridades de un sector específico dentro del plan de
desarrollo nacional).
• Una evaluación de la situación socio-económica de las comunidades
lingüísticas involucradas.
• Una evaluación de la terminología nacional y de los recursos lingüísticos,
que incluye un análisis del estado de las terminologías en cada lengua.
• Una evaluación de la terminología y de las instituciones lingüísticas
importantes, sus recursos y servicios.
• Una evaluación de los usuarios nacionales: los tipos principales de
usuarios individuales e institucionales, sus necesidades y requerimientos
terminológicos.
• Una evaluación de la situación política de la lengua actual: el alcance y
la cobertura de tal política, los mecanismos para su formulación y
cumplimiento y sus insuficiencias.
• Una conclusión resumida que plantea la necesidad de una política
terminológica, que resume el nivel de reconocimiento y las principales
restricciones con respecto a su implementación.
Es posible que el trabajo durante la fase de preparación lo realicen en primera
instancia expertos del campo temático, organizados a manera de comité o
grupos coordinados por una institución, grupo o persona líder. Se debe tener
un cuidado especial con la formulación de ideas y la presentación de
resultados, de manera concisa y fácil de entender, con el fin de asegurar el
entendimiento claro de los grupos de interés y de quienes toman las
decisiones.
- 28 -
4.1.2 Actividades de concienciación y esfuerzos para obtener el
reconocimiento
Según lo expresado anteriormente, el apoyo, o al menos el fomento oficial, se
debe obtener desde el inicio del proceso para preparar, formular e implementar
una política terminológica. A menudo, este criterio requiere actividades,
diseñadas para crear conciencia, precedentes al mandato o reconocimiento
oficial de la preparación de la política terminológica. La naturaleza de las
actividades de concienciación puede cambiar con el tiempo. A lo largo de esta
etapa inicial, se recomienda incluir personas que administren, que tomen
decisiones, que legislen y sean expertos en el tema, así como figuras
prominentes de la sociedad y los medios. El apoyo activo de los individuos
clave, que entienden los propósitos del proyecto, puede ser crucial en el
establecimiento de una base firme para el trabajo futuro.
En cierta medida, por medio de estos esfuerzos se deben identificar los
documentos existentes (estudios, investigaciones, etc.), ejemplos y
experiencias externas, y fallas precisas que necesitan corregirse, todo ello
con el fin de prepararse para la evaluación del ambiente terminológico y del
lenguaje local.
4.1.3 Recomendación de la metodología y de los procedimientos
Una vez que se hayan terminado los análisis y las evaluaciones, y se hayan
identificado las metas y el alcance del programa, se debe preparar un resumen
detallado que indique la metodología más apropiada que se aplicará y los
procedimientos que se deben seguir. Estos métodos y procedimientos pueden
diferir considerablemente, por un lado, entre las comunidades lingüísticas y por
el otro, entre los expertos del campo y las comunidades de usuarios, los cuales
también se deben considerar como recursos y capacidades existentes o
necesarias. Las referencias a los ejemplos y los modelos y experiencias
externos de mejor aplicación son de gran valor en este proceso, teniendo
presente las sensibilidades locales.
Las recomendaciones formuladas en esta etapa deben ser concisas y definidas
con claridad para facilitar el proceso de toma de decisiones para la fase
siguiente.
4.1.4 Preparación de los documentos preliminares
La preparación de los documentos preliminares sirve para dos propósitos
principales:
• Fundamentalmente, consolidar los resultados de la investigación y
evaluación en comparación con los recursos y capacidades existentes.
- 29 -
• Proporcionar una base para un proceso constructivo de consulta pública
a nivel nacional (o a nivel de las comunidades lingüísticas) en los
aspectos relacionados con una política terminológica.
Los resultados de la valoración de la situación actual, así como se mencionan
en el punto 4.4.1, se deben compilar en uno o más documentos de base
concisa, que presenten y analicen los resultados obtenidos hasta el momento,
para identificar las áreas problemáticas principales que tienen más probabilidad
de influenciar la política nacional de lenguaje y terminología. Este análisis
enfocado, junto con el (los) documento(s) de base citado anteriormente, se
puede someter a una revisión pública a nivel nacional, constituyendo así el (los)
documento(s) de trabajo principal para la consulta nacional. Sin embargo,
algunos países pueden optar por combinar tanto la fundamentación como el
análisis en un solo documento; no obstante, esta opción no tiene un impacto
significativo en la consulta.
Con respecto al diseño y presentación de estos documentos, se debe prestar
especial atención para producir, de manera clara y simple, las formulaciones y
presentaciones de modo que los no expertos (administradores, quienes toman
decisiones, legisladores, y por último, pero no menos importante, el público en
general) puedan entender fácilmente su significado.
4.1.5 Organización de un proceso de consulta a nivel comunitario
En la mayoría de los casos, es muy útil organizar y conducir un proceso
selectivo de consulta incluso durante la preparación de los documentos
preliminares. Dependiendo de la situación real de la comunidad lingüística en
cuestión, el proceso de consulta pública, a nivel nacional o a nivel comunitario,
también podría presentarse en una etapa posterior o necesitaría repetirse
durante cualquier paso importante del proceso de formulación e
implementación de la política terminológica. Estas consultas pueden tener
diversas metas y, por lo tanto, tomar diferentes formas, por ejemplo:
• Reuniones.
• Entrevistas.
• Encuestas (ejemplo, por medio de cuestionarios).
Los resultados de la(s) consulta(s) deben registrarse, resumirse e integrarse
dentro del proceso de la formulación de la política terminológica, así como en
cualquier actividad promocional anexa.
4.2 FASE II - Formulación de la política terminológica
Tan pronto como las actividades correspondientes a la fase I se hayan
desarrollado, la política terminológica nacional puede redactarse, según la
orden dada. Esta fase comprende:
- 30 -
• Redactar la propuesta de la política terminológica.
• Redactar un plan para la coordinación de la política terminológica con
otras políticas de planeación estratégica.
• Preparación de un plan para la implementación del proyecto.
• Presentación (en borrador) de la política final (plan de documentación e
implementación).
• Aprobación
de
la
política
final
(plan
de
documentación
e
implementación).
Los países a menudo restringen la cobertura de sus políticas terminológicas a
la información científico-técnica (ICT) y a los recursos y servicios respectivos
de la información. La concientización del hecho que la terminología es una
parte imprescindible de la información científico-técnica (ICT), se debe
fortalecer gradualmente con relación a la promoción de la ICT como recurso
común que tiene un valor comercial importante capaz de servir al desarrollo
social, cultural y económico del país.
4.2.1 Redacción de la propuesta de la política terminológica
Con la política terminológica desarrollada, se espera garantizar que los
requisitos terminológicos del país o de la comunidad lingüística sean
satisfechos tan globalmente como los escasos recursos lo permitan. En el
borrador de la propuesta de la política terminológica, tienen que formularse los
objetivos, el alcance, las ventajas, los principales grupos de interés y las
instrucciones a seguir en la implementación de la política terminológica de
modo que se facilite el proceso de toma de decisiones políticas. En esta etapa,
puede ser útil crear un proceso de evaluación del borrador para las partes
individuales, que involucre a mucha gente relacionada para la posterior
implementación con el fin de mostrar cualquier implicación que se haya pasado
por alto o que haya sido subestimada o sobreestimada.
4.2.2 Coordinación de la planeación terminológica con otras políticas de
planeación estratégica
Los progresos notables de los últimos años hacia una sociedad de información
y conocimiento global han generado una evolución significativa en las actitudes
de los gobiernos hacia las actividades de información, presionándolos a revisar
sus prioridades nacionales y a establecer nuevas políticas. Hoy en día, la toma
y planeación de decisiones necesita datos de fuentes nacionales e
internacionales, los cuales requieren terminología en campos sociales,
financieros, científico-técnicos y culturales. De este modo, la política
terminológica no se concibe como un asunto aislado, sino como un documento
- 31 -
que se coordine con la estrategia/política de desarrollo general y/u otras
estrategias/políticas relacionadas con el desarrollo. Dicha tarea puede llevarse
a cabo en forma de un planteamiento de integración de la política terminológica
que cumpla con varios objetivos:
• Conectar la política terminológica con la política de desarrollo general.
• Posicionar la política terminológica en las actividades de desarrollo
nacional (de modo que justifiquen la necesidad de recursos y
capacidades).
• Proporcionar una guía a las agencias gubernamentales y corporaciones
privadas, tanto para las ONG como paras las OSAL afectadas o
incorporadas a la gestión y planeación de recursos y servicios.
• Establecer una base para cualquier revisión futura de la política
terminológica, según las circunstancias variables.
• Conectar la política terminológica con las políticas de traducción
científico-técnica y políticas relacionadas con el manejo de procesos de
comunicación multilingüe.
• Enfatizar el impacto que tienen en la política terminológica otras políticas
interrelacionadas.
La propuesta de la política terminológica posiblemente tendrá que ir
acompañada de un documento sobre estos temas de coordinación.
4.2.3 Plan de implementación
El desarrollo efectivo de la planeación y las redes terminológicas de carácter
regional y nacional puede depender en gran medida de la existencia de una
fuerte infraestructura terminológica a nivel nacional. Se ha evidenciado cada
vez más que el desarrollo de esta clase de infraestructura y su contribución a la
cooperación regional y nacional en el campo de la información se verán
facilitados por la formulación e implementación de las políticas terminológicas
adecuadas a los recursos y servicios específicos. Todo esto, así como la
planeación del tiempo y la disponibilidad de recursos humanos apropiados,
juega un papel muy importante dentro del plan de implementación de la política
terminológica. La recaudación de fondos para la implementación debe entablar
una relación realista con los objetivos, alcance y metas, así como con los
beneficios que se esperan. El plan de implementación detallado incluiría:
• La selección de estrategias idóneas para alcanzar los objetivos y, del
mismo modo, las diferentes metas de la política terminológica dentro de
un periodo de tiempo determinado.
- 32 -
• La asignación de prioridades a los diferentes asuntos de la política
terminológica.
• La distribución de recursos para la implementación de programas
relacionados.
• La propuesta de un mecanismo de coordinación (dentro de la política
terminológica y otras políticas relacionadas).
Dependiendo del alcance de la política terminológica y de la complejidad de la
situación, los asuntos de gestión estratégicos antes mencionados deben
basarse en investigaciones anteriores, como:
• El establecimiento de un mecanismo para la implementación de
actividades relacionadas con la política terminológica.
• El desarrollo de un plan de acción para alcanzar las metas de la política.
• La destinación de recursos financieros para la implementación de
actividades relacionadas con la política terminológica.
• El diseño de parámetros aplicables a las evaluaciones y modificaciones
periódicas sobre el plan de acción.
En la mayoría de los casos, la propuesta de la política terminológica deberá ir
acompañada de un anteproyecto del plan de implementación.
4.2.4 Presentación del plan de implementación y de los documentos de la
política
Es importante examinar las diferentes etapas en la elaboración de la versión
del texto de la política definitiva y en la motivación de las comunidades
profesionales involucradas en el apoyo de estas actividades. La versión final
del texto de la política terminológica debe ser un documento relativamente
corto, el cual ofrezca información precisa y actualizada sobre los asuntos que
merecen atención a nivel gubernamental o a nivel de toma de decisiones
políticas. De este documento se requiere:
• Que sea una base para redactar el texto legal que se presentará para
aprobación oficial.
• Que sea una referencia fácil para los asuntos contenidos en la política
terminológica propuesta.
- 33 -
• Que dé una idea de las implicaciones que acarrea la implementación de
la política terminológica, tanto en términos de acciones a emprender,
como de recursos requeridos.
Es de particular importancia resaltar claramente las fortalezas y debilidades de
la situación de la terminología actual en el país o comunidad lingüística.
Se debe prestar atención al diseño de este documento, ya que su intención es
servir como documento de referencia para administradores, personas
encargadas de tomar decisiones y legisladores que no se mueven en el campo
de la terminología y cuya tarea consistirá en aprobar esta política.
También es fundamental seleccionar el momento más favorable para presentar
las nuevas políticas al gobierno para su aprobación y la coordinación con otras
políticas. En este punto, la administración del tiempo puede ser factor crucial
para el éxito.
4.2.5 Decisión sobre los documentos finales de la política terminológica
y el plan de implementación.
La aprobación oficial de la política terminológica final se puede presentar en
varias formas:
• Por medio de la promulgación de una ley (u otra clase de provisión legal)
o Haciendo referencia al documento final de la política terminológica
y el plan de implementación.
o Con base en la política terminológica final (documento y plan de
implementación).
• Por adopción oficial y un mandato para que el cuerpo de implementación
comience con su puesta en marcha.
• Otras clases de aprobación, especialmente cuando las instituciones no
gubernamentales establecen sus políticas terminológicas.
No sólo es importante que este documento lleve el sello oficial de aprobación
de los administradores, políticos, legisladores, quienes toman las decisiones
(en las ONG y las OSAL), el público y los medios de comunicación; sino que
definitivamente éste sea un verdadero plan de acción, no simplemente un trozo
de papel que los firmantes sustentarán a lo largo del trayecto a medida que
éste se ejecute.
4.3 FASE III. Implementación de la política terminológica
En la mayoría de los casos, los documentos y propuestas preparados de esta
manera tienen que ser más eficientes dentro de planes de acción concretos y
otros documentos de planeación operativos en la FASE III para que la
implementación se facilite. Esta fase puede comprender:
- 34 -
• La gestión global de la implementación.
• La planeación organizacional y operativa de la implementación.
• La planeación de la publicidad y las actividades promocionales.
De nuevo, la participación pro-activa de los administradores, políticos,
legisladores, medios de comunicación y figuras representativas en la sociedad
debe ser crucial para el éxito de la implementación real de la política
terminológica.
4.3.1 Gestión de la implementación
Dependiendo del tamaño de la comunidad lingüística, la complejidad de la
situación y el alcance de la política terminológica, su implementación puede ser
gestionada por:
• Una o varias instituciones gubernamentales.
• Un comité u otro grupo de personas.
• Una institución u organización existente, a la cual se le confía esta tarea.
• Una institución u organización recientemente establecida.
Es importante una decisión sobre el organismo, institución, organización u otra
clase de estructura para gestionar y ejecutar la implementación de la política
terminológica. Para alcanzar esta decisión, se deberán tener en cuenta los
resultados de las investigaciones, evaluaciones y consultas. La calidad de los
documentos de apoyo y de las investigaciones iniciales es de nuevo de vital
importancia; sin embargo, las consideraciones relacionadas con la situación
política actual pueden tener gran impacto en esta decisión. En cualquier caso,
una opción alternativa debe ser prevista en caso tal que el organismo,
institución u organización no se desempeñe según las expectativas.
4.3.2 Planeación operativa y organizacional de la implementación
A partir de las investigaciones y recomendaciones previas, deben tomarse
decisiones relacionadas con:
• El establecimiento de un mecanismo de coordinación.
• La formulación de un plan de acción y los procedimientos para llevarlo a
cabo.
• La distribución de los recursos humanos y financieros.
• La implementación de un mecanismo de monitoreo.
- 35 -
También es importante establecer tareas claras y eventos clave y definir
resultados que serán tanto cuantificables así como benéficos de forma
indirecta.
La implementación muy probablemente estará acompañada por mecanismos
de evaluación y valoración, lo cual permitirá efectuar correcciones oportunas y
modificaciones en la planeación operativa y organizacional de la
implementación.
4.3.3 Publicidad y promoción
Durante la fase de la implementación, la publicidad y la promoción son muy
importantes para garantizar el éxito de la implementación. En última instancia,
la política terminológica y su implementación fracasarán si la actitud del público
en general es indiferente o incluso hostil hacia la política. En este caso sería
apropiado un uso diligente del sistema educativo. En cualquier caso, las
medidas de promoción y publicidad necesitan ser planificadas, ejecutadas y
evaluadas de una manera cuidadosa y sistemática. Así mismo, es fundamental
no sólo colaborar con los medios, sino también diseñar en conjunto,
cuidadosamente eventos y actividades para satisfacer las necesidades y las
expectativas de la audiencia local. Las expresiones de los medios de
comunicación pueden ser: sistemas de radiodifusión (como la radio
comunitaria), grupos teatrales (por ejemplo para la educación en salud,
especialmente en áreas rurales y poco privilegiadas), folletos (por ejemplo en
hospitales), etc. Un canal de difusión crucial significa educación y capacitación
en todas las edades.
4.4
FASE IV
TERMINOLÓGICA
–SOSTENIBILIDAD
DE
LA
INFRAESTRUCTURA
En última instancia, la política terminológica debería – incluso en la etapa de su
implementación, la cual representa una significativa inversión nacional considerar la futura operación sostenible de la infraestructura terminológica. Se
deben prever los mecanismos de adaptación para la política terminológica, así
como las infraestructuras de acuerdo con las situaciones recientes. La gestión
de cambio es uno de los principales requisitos laborales para los gestores de
una infraestructura terminológica.
A continuación, la figura 2 resume las fases (teniendo en cuenta que las fases y
tareas no necesariamente se tienen que dar secuencialmente, pues pueden
superponerse y en algunas ocasiones pueden ocupar el mismo lugar
simultáneamente):
- 36 -
FASE I
Preparación
- Evaluación del lenguaje y el entorno terminológico y la
legislación existente.
- Toma de conciencia y esfuerzos para obtener reconocimiento
oficial.
- Recomendación de una metodología y procedimientos
disponibles y concebibles.
- Preparación de los documentos preliminares.
- Organización de un proceso de consulta nacional.
FASE II
Formulación:
- Elaboración del anteproyecto de la propuesta de la política
terminológica.
- Elaboración del anteproyecto de un plan para la coordinación
de la política terminológica con otras políticas estratégicas de
planeación.
- Preparación de un plan para la implementación.
- Presentación (anteproyecto) de la política final (documento y
plan de implementación).
- Aprobación oficial de la política final (documento y plan de
implementación).
FASE III
Implementación
- Gestión global de la implementación.
- Planeación organizacional y operativa de la implementación.
- Planeación de la publicidad y actividades promocionales.
- Operación sostenible & mecanismo de adaptación.
FASE IV
Figura 2: Resumen de las fases
- 37 -
Resumen
Estas Directrices se basan en la experiencia con la planeación y la política
terminológica reportada en numerosos países en diferentes niveles del
desarrollo económico mundial. La probabilidad que las políticas terminológicas
nacionales sean exitosas es alta; una vez se cumpla con los siguientes
criterios:
• Búsqueda de enfoques integradores y cooperativos que sean abiertos y
pragmáticos;
• Apoyo activo a la Gestión del Recurso Humano para personal interno,
planeación profesional y aprendizaje electrónico en instituciones y redes
pertinentes;
• Implementación
de
esquemas
de
la
Gestión
de
Conocimiento
(intercambio de conocimiento) para las instituciones y redes pertinentes,
así como para los socios de cooperación en el país y a nivel
internacional;
• Preservación de conexiones cercanas con la innovación tecnológica y la
transferencia del conocimiento;
• Aseguramiento de un alto nivel de educación y experiencia lingüística;.
• Diseño de un uso real y sostenible de la información y las tecnologías de
la comunicación (TIC) y especialmente de las tecnologías del lenguaje
humano ((TLH)
• Consideración de las políticas y los métodos basados en la
investigación.
• Inculcación de la gestión profesional, la confianza, la motivación, las
visiones e identidades comunes.
- 38 -
La situación económica, social y política de un país, así como el tamaño de una
comunidad lingüística específica, determinará casi indudablemente diferentes
enfoques para el desarrollo de una política terminológica; sin embargo, existen
algunas consideraciones elementales, que priman sobre la situación particular.
1)
Invertir en una preparación minuciosa: Como se describió en esta
publicación, los estudios preparatorios y los documentos resultantes forman las
bases para las actividades posteriores con relación a la política terminológica.
Éstos sirven como documentos de referencia interna, así como documentos de
argumentación para la distribución pública. En última instancia, entre más
detallados y completos sean estos estudios, mayor será el ahorro de tiempo y
recursos financieros; también, hay implicaciones al solicitar votos de apoyo
para la política terminológica a nivel nacional e internacional.
2)
Aprender de las experiencias de otros países: Desde luego, las
historias exitosas y las mejores prácticas en la implementación de la política
terminológica verdadera, deberán ser estudiadas cuidadosamente. Pero
también, el análisis de los ejemplos de fallas y su evaluación podrán ser
extremadamente útiles en el diseño, planeación e implementación de una
política terminológica. Al estudiar estas experiencias de la vida real se pueden
evitar obstáculos con los cuales otros países ya se han encontrado y
beneficiarse de la mejor manera de éstas prácticas.
3)
Incluir a las partes interesadas: Formular e implementar una política
terminológica es una actividad que requiere ser aprobada por un amplio
número de personas e instituciones. Incluso cuando una iniciativa es lanzada
por un grupo de personas claves interesadas, la esfera de aquellos implicados
debería crecer para incluir a las partes interesadas y a los que toman las
decisiones, quienes deben ser incluidos lo antes posible en el proceso. Es
importante aprovechar el poder motivador creado por ese amplio espíritu de
inclusión y así evitar actitudes negativas que pueden surgir si las partes
interesadas se sienten ignoradas, descuidadas o dejadas de lado del proceso
de creación de la política terminológica.
4)
Abordar métodos de trabajo colaborativo: los mejores resultados se
pueden obtener, en el desarrollo de la terminología y el lenguaje especialmente
cuando los lingüistas, terminólogos y expertos de diversas áreas trabajan
juntos en comités, ya que generalmente, estos diferentes expertos poseen
formación, conocimiento y experiencia diversos, lo cual contribuye a tan
compleja tarea:
• Conocimiento por áreas (conocimiento conceptual);
• Conocimiento lingüístico (lenguaje genérico y específico);
• Conocimiento terminológico (métodos de trabajo, para cerrar la brecha
entre estos dos mundos).
Sin embargo, tanto los procedimientos, como la gestión del flujo de trabajo
respectivo para el trabajo cooperativo en red asistido por computadores
- 39 -
(TCAC), deberían estar diseñados muy cuidadosamente con el fin de ser
eficientes y efectivos, lo que puede requerir algún tiempo para la
implementación.
5)
Iniciar el fortalecimiento de las capacidades lo antes posible: una
política de terminología no significa un plan estático, sino un instrumento vivo y
de desarrollo que debe ser adaptado a un ambiente cambiante. Dada la
naturaleza interdisciplinaria de la terminología y sus aplicaciones, se requieren
muchos expertos bien entrenados para implementarla. La educación y la
capacitación de dichos expertos deberían comenzar lo antes posible para evitar
desfases en la implementación exitosa de la política terminológica.
6)
Generar conciencia en la totalidad de la comunidad lingüística: Sólo
si la política terminológica es aceptada y conocida por todos aquellos que
supuestamente se beneficiarán, se puede garantizar una implementación
terminológica exitosa.
- 40 -
ANEXO - Términos utilizados en estas Directrices
Con el fin de facilitar la lectura del texto de estas Directrices, se explican a
continuación algunos de los términos fundamentales. Para los términos
estandarizados del vocabulario del trabajo terminológico y sus definiciones
específicas, por favor consulte la Norma Internacional ISO: 1087:2000.
Comunicación: (en este documento) comunicación interhumana en forma
hablada o escrita o en forma de comunicación no verbal.
Planeación de comunicación: (en este documento) actividad planeada y
relacionada con la comunicación interhumana que subsume planeación
lingüística y planeación terminológica, si tal actividad es lenguaje enfocado
en sentido estricto o más amplio respecto a lo organizacional, técnico o de
infraestructura.
Des-terminologización: Proceso lingüístico, en el cual los términos
(representan conceptos en LPE) llegan a ser usados como unidades léxicas
(por ejemplo las palabras) en la respectiva LPG
terminologización
Área: (en este documento) campo-tema técnico o científico o de otro campo
experto.
Comunicación de área: (sinónimos) comunicación especializada;
comunicación científico-técnica; comunicación profesional. No se entienda
como comunicación técnica, parte de la comunicación interhumana en un área,
en la cual, en sentido pragmático, se incluyen temas o campos científicotécnicos así como otros campos expertos.
Lenguaje con propósito general (LPG): (sinónimo) lenguaje cotidiano,
lenguaje usado ampliamente para propósitos cotidianos en una comunidad
lingüística.
LPG: Lenguaje con propósito general
TLH: Tecnologías de lenguaje humano
Tecnologías de Lenguaje Humano: (TLHs): tecnologías que aplican el
conocimiento del lenguaje humano para el desarrollo de los sistemas de
computador que pueden reconocer, comprender, interpretar y generar lenguaje
humano en todas las formas, con el fin de desarrollar aplicaciones que hagan
posible que los seres humanos interactúen directamente con los computadores.
Ingeniería del lenguaje: campo temático referente al procesamiento del
lenguaje natural (PLN)
Planificación del Lenguaje: (en este documento): actividad que tiene relación
con el desarrollo del lenguaje que cubre una mezcla de métodos y enfoques,
que incluyen la terminología y la lexicografía, gestión terminológica, traducción
y gestión de traducción y cada vez más enfoques basados en el corpus
- 41 -
(extracción de términos, análisis de corpus, para detectar neologismos
acuñados en las comunidades del discurso etc.)
NOTA: Como en otros campos relacionados con el lenguaje, el uso de las
tecnologías del lenguaje humano (TLHS) también están incrementando la
planificación del lenguaje.
Norma lingüística: sistema de convenciones lingüísticas, considerado el
estándar lingüístico compartido por una comunidad lingüística.
NOTA: Puede existir toda clase de variaciones (como dialectos) cuyas
convenciones se desvían de la norma lingüística.
Política terminológica nacional: estrategia pública formulada a nivel de toma
de decisiones en un país o en una comunidad lingüística con cierto nivel de
autonomía (dentro de un país o una región que se separa por medio de las
fronteras de dos o más países) con el objetivo de desarrollar o regular
terminologías existentes o emergentes para un cantidad específica de
propósitos.
Proceso de lenguaje natural (PLN): actividad de investigación y desarrollo
que diseña y crea software para analizar, entender y generar los idiomas que
los seres humanos utilizan naturalmente.
PLN: Proceso de lenguaje natural.
Lenguaje con propósitos específicos (LPE): (sinónimo) lenguaje
especializado; lenguaje utilizado por cada una de las comunidades de expertos
que incluye una mayor o menor porción de terminología de acuerdo con las
convenciones lingüísticas de cada campo específico.
LPE: lenguaje con propósitos específicos.
Comunicación técnica: (sinónimos) escritura técnica; documentación técnica;
(en este documento) la preparación de los documentos escritos completos o
que contienen en gran parte un texto con propósitos específicos.
Herramienta terminológica: software de aplicación terminológica, como un
sistema de gestión terminológica (SGT) usado para manejar datos
terminológicos de una u otra manera.
Terminologías: sistemas de designaciones usadas en algunos LPEs dados.
Terminologización: proceso lingüístico, en el cual las unidades léxicas (ej.
palabras) del LPG se utilizan como términos (que representan conceptos en el
LPE respectivo)
Desterminologización.
Base de datos terminológicos (BDT): base de datos que contiene datos
terminológicos mono o multilingües y que se establece en el país a nivel local o
- 42 -
de la comunidad lingüística, dependiendo de las necesidades de las
respectivas comunidades.
Sistema de gestión de terminológica (SGT): software diseñado y creado con
el fin de procesar datos terminológicos de una manera dedicada o integrada a
otras clases de software de aplicación.
Mercado terminológico: mercado constituido por los usuarios y los
proveedores de productos terminológicos y servicios.
Planeación terminológica: actividad de planificación, la cual desarrolla el
lenguaje en gran parte según las necesidades y los requisitos de la
comunicación de área.
Producto terminológico: resultado de una actividad terminológica en forma de
un producto, que puede ser una publicación terminológica convencional (como
una norma terminológica, un diccionario de LPE, un glosario, un vocabulario,
etc.), una colección de datos en forma electrónica (ej. una base de datos
terminológicos) o una herramienta terminológica.
Ciencia terminológica: campo temático que investiga la estructura, la
formación, el desarrollo, el uso y el manejo de las terminologías en diversos
temas, y que prepara la fundamentación metodológica para muchos usos.
Servicio terminológico: servicio basado en el uso de los principios
terminológicos, métodos, datos o herramientas, por ejemplo, la investigación
terminológica a pedido, consulta terminológica y servicio de capacitación,
información y documentación de la terminología, outsourcing de tareas
terminológicas y servicios de información, etc.
SGT: sistema de gestión terminológica.
- 43 -
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management
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ISO/PWI 12620-2 Computer applications in terminology - Data Categories Part 2: Terminological data categories (Revisión de la ISO 12620:1999)
ISO/NP 21829 Terminology of language resource management
ISO/PWI 22128 Quality assurance guidelines for terminology products
ISO/AWI 22134 Terminology in sociolinguistic application
ISO/WD 24613 Lexical Markup Framework (LMF)
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