LA GRAN OPORTUNIDAD DE GARRETT Era una tarde de viernes abrasadoramente calurosa a mediados de junio, y Garrett solo quería que llegase el fin de semana. Estaba planeando un asado al aire libre para el sábado a la tarde, una oportunidad para pasar un rato con sus amigos, pero fundamentalmente, para hacer una pequeña investigación de mercado. Garrett estaba perfeccionando un par de recetas de una nueva salsa picante que planeaba lanzar al mercado a través de un nuevo emprendimiento empresarial. Le resultaría muy útil obtener opiniones sobre el sabor, el envasado y los precios. Cuando sonó el teléfono, Garrett se despertó de su fantasía y se concentró nuevamente en su aburrido trabajo de siempre. Hacía un año y medio que Garrett estaba trabajando como analista financiero en Halcyon Insurance Services. Disfrutaba de muchos aspectos de su trabajo, pero anhelaba poder dedicarse a algo que le apasionara, iniciar un emprendimiento que le otorgara la libertad creativa para explorar sus intereses. Su emprendimiento le daría la oportunidad de administrar su tiempo, de ganar una importante cantidad de dinero si todo salía bien y, quizás, de dejar atrás el encierro del cubículo donde trabajaba. Un pavo frío y una oportunidad empresarial Garrett heredó de su padre el amor por la cocina. Cuando estaba en la universidad, a veces deleitaba a sus compañeros con sus sabrosas combinaciones, e incluso publicó un pequeño libro de recetas que podían prepararse en los dormitorios de la universidad. La pasión de Garrett era la comida, y estaba seguro de que si algún día se embarcaba en un emprendimiento empresarial, sería algo relacionado con la gastronomía. El pasado diciembre, a Garrett finalmente se le ocurrió una idea para un emprendimiento. La familia estaba reunida en el comedor de la casa de su abuela comiendo el espantoso pavo que había cocinado la tía Margaret, tan seco como siempre. De repente, la abuela acudió al rescate con una deliciosa salsa picante casera que había preparado para la ocasión. Esto es genial, pensó Garrett mientras engullía su tercera porción de pavo. La receta, que ya había pasado por tres generaciones, no solo era riquísima con el pavo, sino que también podía usarse como adobo o como salsa para untar. Acompañaba perfectamente el sabor de la carne de res, pollo y pescado. Se le podía agregar un poco de tomate y cilantro para crear una salsa que le gustara a todo el mundo, unos cebollinos y crear el condimento ideal para unas papas al horno... Incluso el brócoli podría saber delicioso. Esto es una mina de oro en forma de salsa, pensó Garrett. Alguien podría embotellarla y venderla. A principios de enero, durante una aburrida tarde de trabajo, se le ocurrió que podía iniciar un emprendimiento comercial destinado a fabricar, embotellar y distribuir la salsa picante. Pasó toda esa tarde pensando en nombres, embalajes y extensiones del producto. Al salir del trabajo se apresuró para llegar a casa con el objetivo de hacer algunas investigaciones y anotar algunas de sus ideas. Durante los siguientes cuatro meses, analizó la viabilidad del emprendimiento y finalmente decidió llevarlo adelante. Obtención de recursos Recordando las clases de iniciativas empresariales que había tomado en la universidad, Garrett supo que primero tenía que determinar el capital necesario para iniciar, administrar y hacer crecer su emprendimiento. Decidió que comenzaría por evaluar sus necesidades de capital físico, incluido el espacio para la fabricación, los equipos para la fabricación y el envasado, y las instalaciones para el depósito y la distribución. Sabía que las decisiones que tomara con respecto a esos asuntos influirían directamente en sus requisitos de capital para la nueva empresa, su plan de administración y su rentabilidad potencial. Se sentó a analizar la situación. Primero observó el espacio físico. Calculó que necesitaría entre 55 y 95 metros cuadrados para montar una fábrica, incluso necesitaría espacio para instalar una cocina industrial y una pequeña línea de envasado. También necesitaría un espacio de dimensiones similares para almacenar el inventario. Garrett ya había hecho una investigación preliminar acerca de las instalaciones y había encontrado dos lugares que estaban en alquiler (consulte el Anexo 1). A continuación, buscó los equipos que necesitaría para poner en marcha su línea de producción. La mayor parte de los equipos eran similares a los elementos básicos de una cocina industrial. Una de las propiedades que tenía en mente (Ubicación 1) en la actualidad era una cocina industrial, mientras que la otra (Ubicación 2) debía remodelarse; además, requería que se compraran equipos adicionales. (Consulte el Anexo 1). Independientemente de la ubicación que Garrett eligiese, tendría que comprar algunos equipos para el envasado. Calculaba que esos equipos le costarían unos 20 000 dólares. Cuando Garrett revisó sus cálculos financieros (Anexo 1), no pudo evitar preguntarse de dónde obtendría esa cantidad de dinero. No sabía si le costaría mucho conseguir poner en funcionamiento una cocina industrial. Mientras hacía los cálculos y sumaba los gastos en equipos y mantenimiento, recordó una conversación que había tenido recientemente con uno de sus asesores acerca de la posibilidad de externalizar una parte de la producción. Hasta el momento, Garrett no había pensado demasiado en esa opción, pero ahora que veía los números, pensó que esa sugerencia no era una mala idea. Podría contratar los servicios de otra empresa para fabricar y envasar la salsa. Esto, obviamente, significaba que necesitaría mucho menos capital para comenzar, pero también se dio cuenta de que sus márgenes de ganancia también serían menores. (Consulte el Anexo 2 para ver una comparación entre las dos opciones). Comprar o no comprar, esa es la cuestión Ya era junio y Garrett había estado desde el mes de enero evaluando todas las posibilidades. Ya era hora de tomar una decisión. ¿Debía comprar o alquilar el espacio y los equipos, o debía contratar a un fabricante para externalizar la producción? El reloj de su escritorio marcó las 16:00. Faltaba solo una hora para que comenzara el fin de semana. Sacó una hoja de papel del cajón de su escritorio y comenzó a preparar una lista para el supermercado. ¿Serviría pollo o pescado como segundo plato? Se le hizo agua la boca y se llenó de entusiasmo al pensar en el menú que prepararía para su fiesta y en la posibilidad de comenzar con su propio emprendimiento comercial. Anexo 1 Comparación de las ubicaciones Ubicación 1 Ubicación 2 1 400 6,45 1 300 4,90 $ 108 360 $ 76 440 Gastos de puesta en marcha Mejoras de la propiedad alquilada $ Equipos de cocina industrial 5 000 $ 25 000 140 000 Gastos de alquiler Metros cuadrados Tasa de alquiler mensual/ metro cuadrado Gastos anuales de alquiler Equipos para el envasado Gasto total de la puesta en marcha 20 000 $ 25 000 $ 20 000 185 000 Anexo 2 Gastos y márgenes previstos para la fabricación y el envasado Desarrollo interno versus externalización (por unidad) Precio Costo de los bienes vendidos Utilidad bruta Margen bruto Desarrollo interno Externalización 5,99 5,99 3,15 4,35 2,84 1,64 47% 27%