RESOLUCION N° 056/14 VISTOS: La reclamación presentada por … contral Pacífico Seguros en la que solicita se le indemnice con cargo a la Póliza de Seguro de Autos Todo Riesgo No…. los daños sufridos por el vehículo asegurado en el siniestro ocurrido el 21 de diciembre de 2013. Habiendo calificado la reclamación, la Defensoría constató que la misma se encontraba dentro de su ámbito de competencia por razón de materia y cuantía, y que había sido presentada dentro del plazo de 180 días naturales previsto en el literal C del numeral I del artículo 3 del Reglamento de la Defensoría, ya que el rechazo fue comunicado el 20 de febrero de 2014 mediante carta GSIN-28419/2013, y la reclamación fue presentada el 10 de marzo de 2014. Habiéndose corrido traslado de la reclamación a la compañía de seguros el 18 de marzo de 2014, la compañía de seguros presentó sus descargos el 6 de junio del mismo año, luego de excedido largamente el plazo previsto para ello en el Reglamento de la Defensoría. El resumen, la reclamante señala que la compañía de seguros le ha denegado cobertura al siniestro ocurrido el 21 de diciembre de 2013 alegando que éste se produjo por culpa inexcusable del conductor del vehículo asegurado, quien habría colisionado con un árbol debido a que se habría quedado dormido mientras conducía el vehículo asegurado. Señala que no es correcto lo señalado por la compañía de seguros, ya que el conductor del vehículo asegurado sólo pestañó por unos segundos, se despistó y luego colacionó con un árbol. Ello, a criterio de la reclamante, configura un supuesto de culpa leve, no un supuesto de culpa inexcusable, lo que determina que no resulte aplicable la exclusión invocada por la compañía de seguros para rechazar el siniestro. Al absolver el traslado de la reclamación la compañía de seguros señaló que, según la declaración del conductor del vehículo asegurado, éste conducía en estado de somnolencia al momento en que se produjo el siniestro. Asimismo, señalan que conducir bajo estado de somnolencia constituye un supuesto de culpa inexcusable, ya que supone la inobservancia de deberes de orden básico, y que fue ese hecho el que determinó que se produzca el siniestro. Por ello, solicitan que se declare infundada la reclamación. Las partes fueron invitadas a la audiencia programada para el 23 de junio de 2014, la misma que se llevó a cabo con la presencia de ambas partes, quienes presentaron sus informes orales y respondieron la preguntas de los vocales, con lo que el proceso quedó expedito para ser resuelto. CONSIDERANDO: PRIMERO: La Defensoría del Asegurado está orientada a la protección de los derechos de los asegurados o usuarios de los servicios del seguro privado contratados en el país, mediante la solución de controversias que se susciten entre éstos y las empresas aseguradoras. SEGUNDO: El artículo 1361 del Código Civil establece que los contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos, presumiéndose que lo declarado corresponde a la común intención de las partes de generar una relación jurídica que se regirá por dichas declaraciones y, en su defecto, por la aplicación supletoria de la ley, siendo que la parte que niegue dicha coincidencia debe probarlo. TERCERO: El artículo 26 de la Ley del Contrato de Seguro establece cuáles son los requisitos mínimos que deben contener la póliza de seguro. CUARTO: El artículo 196 del Código Procesal Civil establece como principio básico en materia procesal que, salvo disposición legal diferente, la carga de la prueba corresponde a quien afirma hechos que configuran su pretensión, o a quien los contradice alegando nuevos hechos. QUINTO: De acuerdo a lo señalado en los escritos de reclamación y descargos, así como a lo actuado en la audiencia de vista, la controversia en este caso gira en torno a determinar cuáles fueron los hechos que motivaron la producción del siniestro, y si estos califican como un supuesto de culpa leve, como sostiene la reclamante, o si constituyen un supuesto de culpa inexcusable, como sostiene la compañía de seguros. SEXTO: Según aparece de la copia certificada de la Ocurrencia de Tránsito Común No. 1121 que obra en el expediente, al brindarle a la PNP su versión sobre las circunstancias en las que se produjo el siniestro, el conductor del vehículo asegurado manifestó que se quedó dormido al volante por el cansancio que le produjo quedarse trabajando hasta tarde en su empresa, lo que llevó a que se despiste y colisione con un árbol. En su escrito de reclamación, la reclamante ha señalado que la declaración del conductor del vehículo asegurado fue tergiversada por la PNP. Asimismo, ha señalado que el conductor del vehículo asegurado “… en forma fortuita pestañea unos segundos y a consecuencia de dicho pestañeo sufre el despiste colisionando con un árbol;”, y que si bien “… la pérdida de conciencia por unos segundos (pestañeo) (…) puede resultar un acto de negligencia, el mismo no corresponde a una de carácter inexcusable grave o temeraria.” SÉTIMO: Sin perjuicio de que la reclamante no ha acreditado que haya acusado y/o impugnado ante las instancias pertinentes la supuesta tergiversación de sus declaraciones que habría efectuado la PNP, esta Defensoría considera que las versiones brindadas ante la PNP y ante esta Defensoría apuntan a una misma descripción de los hechos, aunque recurriendo a términos distintos. Según el diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, pestañear significa mover los párpados. Los seres humanos movemos los párpados contantemente a fin de reponer y limpiar la película lagrimal que cubre e hidrata los ojos. Es un movimiento que puede ser voluntario (se pueden mover los párpados a voluntad cuando se desee), pero que sucede involuntariamente miles de veces durante el día como un acto reflejo. Asimismo, es un movimiento muy rápido, en el que se completan las tareas de cerrar y abrir los párpados en décimas de segundo. Sin embargo, a partir de la definición de pestañear, no se puede explicar cómo es que el conductor del vehículo asegurado se despistó e impacto con un árbol. Esto se debe a que lo que la reclamante califica como pestañeo de unos segundos no es tal. A criterio de esta Defensoría, un pestañeo de unos segundos de duración no puede entenderse de otra manera que no sea permanecer con los ojos cerrados durante una determinada cantidad de tiempo. Ello se debe a que pestañear es un acto tan veloz que, aun cuando se realice repetidamente, no impide la visión de los elementos que se encuentren en la línea de visión. Por tanto, para no advertir que el vehículo asegurado se había salido de vía y se dirigía a impactar con un árbol, el conductor del vehículo asegurado tendría que haber tenido los ojos cerrados producto de haberse quedado dormido. Esta interpretación sobre los alcances del pestañeo guarda relación con lo señalado ante la PNP, cuando el conductor del vehículo asegurado reconoció haberse quedado dormido. Asimismo, guarda relación con lo señalado por la reclamante en su escrito de reclamación, cuando hace mención a que hubo una pérdida de conciencia por unos segundos. Esa pérdida de conciencia por unos segundos no puede entenderse de otra forma que no sea como la de quedarse dormido. Así las cosas, esta Defensoría concluye que el siniestro se produjo porque el conductor del vehículo asegurado se quedó dormido mientras conducía, lo que no le permitió advertir que el vehículo se despistara y ni evitar que en ese nuevo curso colisione con un árbol. OCTAVO: A partir de lo expuesto en el considerando precedente, no queda duda a criterio de esta Defensoría que el siniestro se produjo, que al momento del siniestro el conductor del vehículo asegurado se había quedado dormido producto del cansancio, y que fue ese hecho lo que motivó que se produzca el siniestro. Asimismo, resulta incuestionable que quedarse dormido conduciendo un vehículo automotor constituye un acto de negligencia grave que genera un supuesto de culpa inexcusable, ya que supone conducir un vehículo automotor en un estado de cansancio que no le permite permanecer despierto, lo que genera que, cuando el conductor se quede dormido, el vehículo continúe transitando sin nadie que lo dirija. Eso no es otra cosa que la inobservancia de los deberes básicos de cuidado, pues supone exponerse a la operación de un vehículo automotor, que es un bien riesgoso o peligroso cuya operación genera un supuesto de responsabilidad objetiva, en estado de inconciencia. Por lo expuesto, esta Defensoría considera que se ha verificado el supuesto de hecho previsto en la causal de exclusión que determina el rechazo, lo que determina que el mismo se encuentra debidamente sustentado. NOVENO: Esta Defensoría concluye su valoración conjunta y razonada de los medios probatorios que obran en el expediente, y al amparo de lo dispuesto por el artículo 200 del Código Procesal Civil, RESUELVE: Declarar INFUNDADA la reclamación presentada por … contra …, quedando a salvo el derecho de la reclamante de recurrir a las instancias que considere pertinentes. Lima, 4 de agosto de 2014