LA PIÑATA DE LA AMISTAD Por: Jacqueline Orozco Meléndez Arturo Villaseñor Gómez Domicilio particular: Calle Hugonotes No31 Edificio A-301, Colonia Miguel Hidalgo, Delegación Tlàhuac, D.F. C.P. 13200. Centro de Educación Inicial “Lucecita” Tlàhuac VI Clave SEP. 09FE10126F Ciclo Escolar 2008-2009 En el mes de Diciembre del ciclo escolar pasado, y aprovechando en que es el mes en que a todos nos afloran los sentimientos mas tiernos y nobles, la Dirección de la escuela organizó un concurso entre los padres de familia, el cual consistía en formar equipos, y elaborar piñatas por nosotros mismos con la ayuda de nuestros pequeños. En la realización del concurso tuvimos como objetivo principal, preservar la tradición de hacer nuestras propias piñatas en las que verteríamos todo nuestro entusiasmo, creatividad, y tal vez un poco de añoranza por nuestra infancia, y, al mismo tiempo, transmitir todo esto a nuestros pequeños. Nos organizamos en varios equipos, en un principio fue difícil unificar todos nuestros tiempos, pero resuelto ese problema, comenzamos a reunirnos todos por las tardes cada tercer día en una casa que amablemente ofreció una mamita. Conforme pasaban los días, todos esperábamos con ansiedad y alegría el día de reunirnos, todos nos llevábamos una gran satisfacción, ya que nuestros maridos comenzaron a integrarse y se unieron a la tarea con entusiasmo y creatividad aportándonos ideas, y entusiasmo, lo mismo paso con los pequeños. Fue muy emotivo ver como de un grupo de desconocidos poco a poco, se fueron tejiendo fuertes lazos de amistad. Pareciera que entre el engrudo y el papel de colores existiera algún tipo de magia, ya que no importaba que tan cansados llegaban nuestros maridos o que tan cansadas estuviéramos nosotras mismas, aun teníamos ánimos de pegar, recortar, jugar con los pequeños, contar nuestras historias, y lo más importante es que lo hacíamos todos unidos como verdaderos amigos. No sé si fue porque en la época navideña se respira amor, comprensión, añoranza por la familia y los seres queridos que no estaban presentes o la emoción del momento, el hecho es que en esas tardes que todos compartimos, surgió un amistad tan fuerte entre todos que hasta el día de hoy perdura, y sé que en nuestra memoria y en la de nuestros hijos siempre recordaremos esos días en que nos reunimos a hacer piñatas. El día de la premiación, nuestro equipo obtuvo el segundo lugar, pero ese día no importó tanto el lugar que obtuvimos, porque estoy segura que el primer lugar lo ganó la creatividad y el entusiasmo de todos los padres de familia del plantel, ya que todos ganamos al darnos el tiempo de acercarnos, conocernos y cultivar una bonita amistad. Realmente no logro recordar los premios que nos dieron ese día, lo que jamás olvidaremos es el gran premio que la Dirección de la escuela nos otorgó a todos al realizar ese concurso, porque estuvimos unidos por un interés común, y con ello obtuvimos una nueva familia. Espero que con esta experiencia aprendamos todos a ser padres participativos e involucrarnos con las necesidades de nuestros hijos y de su escuela; recordemos ser participes del bienestar y la alegría de vivir de nuestros pequeños para que juntos podamos mejorar su entorno escolar, social y familiar.