AIN LIBRARY 1.PA-B47F U.B.C. LIBRARY THE LIBRARY THE UNIVERSITY OF BRITISH COLUMBIA Digitized by the Internet Archive in 2010 with funding from University of British Columbia Library http://www.archive.org/details/vasconuezdebaOOalto VASCO NUÑEZ DE BALBOA POR flngel De de flitolaguirre y Duvale la Real Academia de la Historia. NIADRID Imprenta del Patronato de Huérfanos de Intendencia é Intervención Militares. Caracas, número 1914 7. e iqii4 — — Funda éste la de San Sebastián y regresa —El bachiller Enciso lleva socorros al Darien con va Vasco Núñez de Balboa. — Fundación de la de Nuestra Señora del Darien. Desgraciados sucesos de la expedición de Nicuesa. —^Destitución de Enciso y establecimiento del régimen municipal en Santa María. — Envían los colonos á buscar a Nicuesa. — Disposiciones —Destitución de Nicuesa y Ojeda. Expediciones de Nicuesa y Ojeda. villa a la Española. ; él villa oficiales. Vasco Núñez es nombrado Capitán y Alcalde mayor del Darien. Por capitulación otorgada en Burgos Diego de Nicuesa por sí el 9 de Junio de 1508 con y en nombre de Alonso de Ojeda, se con- les cedió por término de cuatro años la gobernación de las tierras de Urabá al primero y las de Nicaragua al segundo, imponiendo a am- bos, entre otras condiciones, la de que habían de construir dos fortalezas en sus respectivos territorios 600 hombres de la isla Temerario parece y autorizándoles para Española y 200 de el la llevar Península \ propósito de dos particulares de alistar un numeroso contingente cuando tan refractarios se mostraban los espa- ñoles a pasar a las colonias que se hizo preciso conceder indultos a los penados que se presentasen a ir a ellas, visto el negativo resultado que de otros estímulos se había obtenido ^; porque, en efecto, a los gran- des entusiasmos que en todas las clases sociales produjera lio 1 Apéndice 2 Por Real Cédula de 10 de Abril de 1495 el descu- 1. (Colee. Navarrete, tomo II, 165) se concedieron beneficios a los que fueren a poblar la isla Española no dando esta disposición pletar el el ; fo- pero resultado apetecido, tuvo que recurrirse para com- número de personas que había de llevar D. Cristóbal Colón en su tercer viaje al recurso extremo de enviar a ella los penados, dirigiéndose a las Justicias VI brimiento de tierras a sucedido el que la distancia mayor desencanto: el las cartas gran Colón predijo, había que de las colonias se re- cibían y los relatos de los repatriados constituían poderosos calmantes para traer a la más exaltadas imaginaciones; por realidad a las ninguna parte parecían ni había indicios de que existieran próximos aquellos prósperos y civilizados dominios del gran Kan, tan abun- dantes en oro, plata, piedras preciosas y especiería con que Colón había deslumhrado a los primeros expedicionarios, haciéndoles concebir la esperanza de que en breve plazo regresarían a la Península cargados de riquezas; habíanse, islas descubierto numerosas y extensas sí, surcadas por caudalosos ríos y pobladas por razas salvajes que casi sin resistencia se sometían a los españoles, en 22 de Junio de 1497 carta patente en cuando alguna o algunas personas que se la la bondad de las tic- mandaba que «cada les e varones como mujeres de nuestros Reinos así hobieren cometido o cometieren cualquier delito o delitos por que merezcan ser desterrados para alguna rréis que para labrar e servir en isla o vayan a estar E estar en la dicha isla o labor de metales. que fuesen culpantes en los delitos según el de así que los deste- tiempo que habían de mismo todas personas las otras que no merezcan pena de muerte seyendo delitos que justamente la calidad pañola por los metales, e servir en la dicha isla por el se pueda dar destierro para les los delitos, los condenéis o desterréis para tiempo que a vosotros paresciere : dichas las la dicha tales Indias, Es- isla a los que merezcan ser desterra- dos perpetuamente fuera del Reino que lo sean a la Española por diez años y a los que fueren por tiempo limitado la mitad del tiempo de condena». Los com- prendidos en esta disposición debían ser conducidos a Sevilla para que tuviese ((a buen recaudo hasta entregarlos al Almirante en los allí se les navios cuando estén prestos a salir para las Indias». Por otra Carta patente de varrete, tomo alguno de cualesquier II, fol. 212) se los delitos manera la misma fecha de 22 de Junio de 1497 concede a que expresa, e calidad e el los Na- (Colee. criminales que no hubieran cometido perdón de ((cualquier crímenes o delitos e de gravedad que sean que hobiesen fecho o cometido fasta el día de la publicación de esta nuestra Carta», a condición de que fuesen a servir a su costa a la isla Española por dos años los que mereciesen y los demás por uno y pena de muerte se acogiesen a este beneficio antes del 1.° de Octubre si- guiente. Esta última prescripción rigió sólo para completar Almirante en su tercer viaje, pero la la gente que debía llevar d primera estuvo en vigor hasta que por Carta patente de 11 de Abril de 1505 dirigida a las Justicias se les dijo : mando ((Vos que de aquí adelante no desterredes a ningunos deliquentes salvo que quando al- porque fueron mandados desterrar para lí^s gunas personas cometieren los delitos dichas islas les dedes la pena que merescieren según las leyes desloa mi« (Acad.^ de la llist.*, Colee. Muñoz, tomo 75, fol. 142). i eiiio:,». VII rras y la una vegetación exube- benignidad del clima producían rante y exótica, extensos y abrigados puertos ofrecían seguro asilo a los navegantes; existían, pues, en ellas todos los elementos nece- sarios para con tiempo, capital y trabajo convertirlas, se convirtieron, en un en ñol, la emporio de riqueza; pero como después aventurero espa- el primera época de los descubrimientos, no abandonaba su patria y familia para establecerse definitivamente en aquellos sitios, un breve plazo regresar iba en busca de oro con la esperanza de en convertido en un potentado, y se encontraba en vez de la fortuna que soñara con un país que carecía de los animales que sirven de mento o de poderoso auxilio en tos naturales e industriales todo lo trabajo, y tan mísero de produc- el que se hacía preciso llevar de España necesario para la vida del hombre víveres se agotaban o corrompían no les por buenas o por y frutas, barco de con la lo la la el la conquista cambio de clima, aguas y alimentos satisfecho el que tan pobre fiel los llegada de algún Península; las privaciones y penalidades de a España, siendo mado y cuando quedaba más recurso que que iban sosteniéndose hasta producían enfermedades que diezmaban a muy civilizado, fuerza obtener de los indígenas maíz, pescado y ocupación del territorio y por ali- los colonos, como y podía darse fué lograba volver sano expresión del concepto que el pueblo tenía for- de las colonias aquella frase que D. Fernando Colón refiere que oyó en Granada a un repatriado que con otros esperaba ver a los Reyes para exponerle sus los Mosquitillos de aquel cuitas: «Mirad los hijos del Almirante, que ha hallado tierras de vanidad y engaño para sepulcro y miseria de los hidalgos castellanos». Si el aventurero, lo mostraba refractario a mismo en la las Indias que en la y en el empresas de descu- esperanza de hallar aquellas tierras profetizadas por Colón en que tanto abundaba social Península, se vida tranquila y laboriosa del colono, su espíritu inquieto le incitaba a alistarse en las brimiento con la prestigio de sus el codiciado metal; en este estado nombres confiaban ambos Gober- nadores para llevar adelante sus proyectos; de distinguida familia el y afable trato Diego de Nicuesa, que pasó a Comendador Ovando, la isla Española con se había captado por sus condiciones per- VIII acompañó sonales y su riqueza generales simpatías; Alonso de Ojeda al Almirante D. Cristóbal Colón en su segundo viaje, adquirió repu- tación de astuto y valiente en la pacificación de la isla Española, y que efectuó en los tres reconocimientos como experto navegante; por acreditáronle ambos caudiUos tre mente que el P. aunque desgracia, surgieron en- disidencias que los enemistaron tan profunda- Las Casas, que a ñola, dice «que se de Tierra firme las costas sazón se encontraba en la matasen un día creíamos que los la Espa- los veíamos», principal causa de la discordia, que era la fijación de la y lí- mites de los territorios de sus Gobiernos se zanjó por mediación de Juan de la Cosa, concertándose que grande del Darien en el río r] Golfo de Urabá les sirviera de frontera \ no por esto se aplacaron sus enconos y siguieron procurando cada uno entorpecer la acción del otro cuando más necesario les era marchar unidos para vencer Diego Colón, Virrey y Gobernador de resistencia que D. Es- la isla Por Real Cédula de 15 de Junio de 1510 (Arch. de Indias, Indiferente 1 neral, Registros 139-1-3, fol. 34) se declaró Ojeda ; cuando esta disposición se dictó hacía que 1509 con 300 hombres y isla, que el ya más de tres meses que habían par- primero efectuó lo ; dice el P. el 10 ó Las Casas, que 12 de Noviembre de segundo con 700 ocho días después; pero en estas cifras el debe haber error, en primer término porque no hallándose autorizados por tulación para llevar más de 800, el Almirante y Oficiales que se la Capi- oponían a que vasen tanta gente no hubieran consentido que se excedieran en además porque ge- Golfo de Uraba pertenecía a el tido de la Española las expediciones de Ojeda y Nicuesa a la sazón se hallaba en la ln el lle- número, y mayor excepción como Rodrigo de Colmenares, Teniente testigo de de Nicuesa, en documento oficial exponía que cuando todos los expedicionarios habían muerto, a Tierra firme casi él llegó de 800 que pasaron con ambos (cpues Gobernadores (Nicuesa y Ojeda) no había 300 vivos, no matáronlos indios demás murieron de hambre (apéndice ntím. 60). Colmenares que Nicuesa llevó 580 hombres, luego En la el 150, los mismo documento dice expedición de Ojeda se com- ponía sólo de 220. Conformes están Oviedo y taba de cinco buques; no Oviedo que este en punto la tres, el P. así el en P. Las Casas en que la la Armada de Nicuesa añadiendo que uno de ellos lo había sustraído a Nicuesa; es en Las Casas autoridad de mayor excepción porque Española cuando las cons- de Ojeda, que Las Casas dice llevaba cuatro \ se encontraba Armadas se organizaron y estuvo al tanto de los inci- dentes que en sus aprestos surgieron, y de haberse realizado la substracción de que Oviedo habla habría hecho de ella mención, no sólo por sino también por el escándalo a que diera lugar; a la gravedad del hecho, mayor abundamiento, no es de creer que la caballerosidad de que Nicuesa dio pruebas al socorrer a Ojeda en Car- tagena llegase hasta el punto de no reclamarle la devolución de su buque, y ni IX pañola y demás territorios descubiertos por su padre D. Cristóbal, oponía cumplimiento de al Cédulas reales que las auxiliase y dificultaba cuanto era posible le el territorio la que como todo lo la el que la Corona colonización del Darien, descubierto y por descubrir al Oeste de famosa línea de demarcación dispuesta por pretendía se hallaba sometido a su jurisdicción el les alistamiento de los bu- ques por considerar como contrario a sus privilegios hubiera capitulado con Nicuesa y Ojeda ordenaban le el Papa Alejandro Vi como comprendido imi Virreinato. Vencidas todas las dificultades partió Ojeda de Española la el 10 de Noviembre de 1509 con dos navios, dos bergantines y 220 españoles, dejando en la isla al bachiller Martín Fernández de Enciso, al que nombró Alcalde mayor de su Gobernación, para que víveres y refuerzos. Nicuesa, que le llevase siguió ocho días después llevando le 580 españoles en cinco naos y dos bergantines, dejó con igual encar- go a su Teniente Rodrigo de Colmenares \ Poco afortunado fué Ojeda desde al llegar al comienzos de su expedición: los puerto de Cartagena organiza una columna de desem- barco compuesta de 100 hombres con objeto de saquear la tierra y hacer esclavos, castigando a los naturales que en diversas ocasiones habían guerreado con los españoles, y Las Casas ni el mada de Ojeda 1 la Según lo mismo Oviedo dicen nada de se separase si bien al principio tal reclamación ni de ningún buque para unirse a la la entrada que de la Ar- de Nicuesa. capitulado podían llevar entre Nicuesa y Ojeda 200 hombres de Península y 60O de la isla En Española. el libro de cargo y descargo del Teso- rero Matienzo correspondiente a los años de 1509 a 1514 se hace constar que Diego de Nicuesa recibió de Matienzo bizcocho, bres y ha de hacer 600 más en la etc., Española ; añadiendo lleva de España 20O hom- pero en las cuentas del año 1510 apa- rece que en las carabelas de Nicuesa sólo embarcaron en (Acad.* de la Hist.=', Colee. Muñoz, tomo Consecuente a exposición hecha por sobre los perjuicios que reportaría Almirante y Oficiales de el el España 150 hombres. 75, fol. 251). sacar la isla cindados, se les contestó en Real Cédula de 28 de Febrero de 1510 decís del asiento con Nicuesa y Ojeda, sin porque así lo firmé e no les indios embargo de todo cúmplase pongáis impedimento antes 600 que habían de sacar de esa isla según Española 600 hombres de los en ella : lo «Vi lo ave- que capitulado les dad todo favor. Lo? las capitulaciones con su hacienda, sus y naborías, pues hay inconveniente redúzcanse a 200. Si Nicuesa y Ojeda quisieren para completar los 600 a otros que no tuvieren vecindad ni indios, dénseles». (Arcli. de Indias, 139-1-4, fol. 111). tuvo éxito, rehechos los indios cargan sobre los nuestros, matan a 70, entre ellos al célebre piloto y cartógrafo Juan de gan a reembarcarse precipitadamente a Ojeda y los la Cosa, y obli- que habían grado salvar sus vidas; cuando se disponían a abandonar de que tan tristes recuerdos llevaban apareció causando en Ojeda contra él el la Armada de temor de que impulsado de tenía por las la el lo- puerto Nicuesa, animosidad que pasadas disidencias y aprovechando el des- aliento que en los suyos había producido el desastre, tratara de destruirlos; pero lejos de Nicuesa con una nobleza y una genero- ello, sidad digna de todo encomio se ofreció vengar la muerte de su gente, y desembarcando 400 hombres mandados por ambos Capitanes sor- prenden y derrotan a causando en los indios ellos gran mortandad, saquean y queman sus pueblos y con un importante botín de guerra vuelven a los barcos, llevando Nicuesa a que ni él tomó ni consintió que los tal punto su desprendimiento suyos tomasen parte alguna de la presa. Reconciliados los dos Capitanes se separaron para Ojeda tivas Gobernaciones; al llegar sitio que de 1510 le pareció más oportuno para a sus respec- Golfo de Urabá escogió el poblar, fundando en Febrero que llamó de San Sebastián; agotadas bien pronto la villa las provisiones al ir que la Armada llevaba, viéronse los españoles en la necesidad de hacer entradas en el interior de la tierra para buscar en los poblados de indios con que alimentarse; eran los naturales aguerridos y sumamente diestros en disparar flechas envenenadas que producían rápidamente acosados por el la hambre y por muerte del que herían, de suerte que los indios que les causaron muchas bajas, hubieran perecido todos sin la oportuna llegada de Bernardino de Talavera en un navio que en la Española había hurtado a unos comerciantes genoveses y en el que conducía 70 hombres y raciones; pronto se agotaron éstas, y la situación volvió a ser tan angustiosa como cuando llegó Talavera; en con los víveres que debía y Ojeda decidió en la el traer, vano esperaban cundió mes de Mayo ir el al bachiller Enciso desaliento entre los colonos a la Española con Talavera y gente que había traído, que no quiso quedarse en San Sebastián, a íin de procurar a toda costa el envío de socorros, dejando por su XI TíMÜculc a Francisco Pizarro con orden de que transcurridos cin- cuenta días sin recibir los auxilios abandonasen todos Sebastián y se volvieran a la isla. más aún Si desgraciado había sido Ojeda en su viaje al Darien, lo fué en el regreso a la gente era hechura suya de San la villa Española; prevalido Talavera de que toda lo prendió y lomó el título expedición; vientos contrarios llevaron al navio a de Capitán de la la la de Cuba, isla en cuyas costas se perdió, teniendo los tripulantes que seguir larga y penosa marcha en la dirección aproximaba a Española, con la isla de Oriente que era la la que más esperanza de que fuesen y recogidos por algún buque, y como desconocían tos penetraron en una extensa ciénaga por Las Casas, durante pronto fin: treinta días dormían sobre con la la les vis- terreno, el que marcharon, según esperanza siempre de hallarle las raíces de los árboles y se alimentaban de los escasos víveres que cada uno llevaba en un saco; muchos murieron ahogados, no pocos sucumbieron por tantas penalidades y restantes hambrientos y extenuados lograron llegar al los tei minar ciénaga a un poblado de indios, donde se establecieron para re- la poner las perdidas fuerzas; gracias al valor de Pedro de Ordax que en una canoa pasó a Jamaica, tuvo su Gobernador Juan de Esquivel noticia de la situación en que los condujo a que se encontraban y la isla, desde la les que Ojeda pasó a para procurarse los socorros que debía llevar a dejado en Santa María la envió un bergantín la la Española gente que había Antigua. Entretanto viendo Francisco Pizarro que el hambre y los indios iban acabando con los españoles, pues sólo eran ya 60 los que que- daban, y que ni Ojeda ni Enciso parecían, acordó abandonar lonia, y en los primeros días de Septiembre de 1510 se embarcaron todos en dos bergantines, únicos buques que tenían, tomó de uno un tal del Golfo de Valenzuela y Pizarro se reservó Urabá naufragó pereciendo todos los que con Ojeda fueron el los le el bergantín tripulaban, el mando el del otro; a la salida mandado por Valenzuela, quedando sólo de los que 30 ó 40 hombres que llevaba Francisco Pizarro, que siguiendo su navegación hacia tró la co- el puerto de Cartagena encon- un navio y un bergantín, en cuyos buques conducía el bachiller XII Enciso los tan esperados socorros, consistentes en 150 hombres, armas, víveres y caballos; no quería de San Sebastián, sino ir a la gente de Ojeda volver a la Veragua y ponerse a las órdenes de Nicuesa que suponían habría tenido mejor fortuna que lución imphcaba Enciso con la abandono de el la pérdida de su cargo ellos; tal reso- Gobernación de Ojeda y para la esperanza de resarcirse de cantidades que había puesto en la empresa, una vez que en Nicuesa sólo sería uno de tantos colonos, y por rritorio de villa las el te- ello se impuso a todos y siguió navegando hacia San Sebastián \ La mala suerte parecía ensañarse contra todos los que intentaban establecerse en Tierra firme: el navio de Enciso naufragó a la entrada y aunque se salvó del Golfo de Urabá, ahogó se ganado y el la gente en los bergantines, armas y víveres y se perdieron casi todas las documentos que acreditaban a Enciso como Alcalde mayor de los Ojeda, con lo que al arribar a la el bachiller que encontraron quemada por en situación verdaderamente desesperada. los indios, se hallaron Tenía villa, Enciso una vasta ilustración, que acreditó con su obra (cSumma de Geografía», y con la labor que realizó en las juntas que en 1512 tuvieron lugar en Burgos para mejorar la situa- Domingo aprove- ción de los indios, se había enriquecido en Santo chando aquella apoderó de 1 Dice que como epidemia contagiosa se los españoles, inficionándolos hasta el el Tierra firme fiebre de pleitos el de 1510 fundó punto de obligar P. Las Casas que Ojeda salió de la isla Española para poblar pn 10 ó 12 de Noviembre de 1509 la villa de San Sebastián (lib. (lib. II, cap. II, cap. LII), que a principios LIX), que volvió a pañola en demanda de socorros dejando ordenado a Francisco Pizarro que perara cincuenta días, la al el cual, pasado el plazo y no recibiendo gente y abandonó la tierra «seis meses después que allí el socorro, la Esle es- embarcó habían entrado» (li- bro II, cap. LXII). Rodrigo de Colmenares (apénd. núm. 60) manifiesta que Enciso partió de Española en socorro de Ojeda nueve meses después de rra firme, y Pedro Mártir fija la marcha de Enciso en la salida los primeros días de Sep- tiembre de 1510, añadiendo que al quinto de navegación encontró que Francisco Pizarro regresaba de Tierra firme a De estos datos se deduce que la villa la ía de éste para Tie- el bergantín en Española. de San Sebastián fué fundada en Fe- brero de 1510, que Ojeda partió de ella para la Española en Mayo, que Pizarro abandonó la Tierra firme a primeros de Septiembre, en cuyos días había partido Enciso de la Española para San Sebastián, por traron en el camino. lo que a mediados del mes se encon- XIII Gobierno de metrópoli a prohibir que pasasen letrados a las Indias la para evitar que con sus argucias explotasen vanidad, la avaricia la y los rencores de los colonos envolviéndolos en las redes de largos y ruinosos pleitos y procesos pero no era un hombre de letras ^; que con considerandos y resultandos tratase de salvar lo que necesitaban bloqueados por los indios ban la el terror y acosados por los españoles del Darien; hambre, ellos, donde guarecerse y las filas, sin tener por creer que Ojeda, único que sin esperanza de inmediato socorro había sucumbido, hombre de grandes tener a su frente un el que con sus envenenadas flechas sembra- muerte en podía interesarse por situación la que necesitaban era lo energías, de prontas resolu- ciones, valiente en el combate, sufrido en las penalidades, que con su ejemplo diese a todos ánimo y les hiciese recobrar las perdidas esperanzas; ese hombre surgió montón de del los desconocidos, se llamaba Vasco Núñez de Balboa. Era según el P. Las Casas, que lo trató entendimiento y mañoso y animoso y de en Española, «de buen la muy linda despusición y hermoso de gesto y presencia»; nacido hacia el dalgos padres, en Jerez de los Caballeros se alistó en la expedi- 1 El Rey a los Oficiales —Valladolid de Sevilla.^ 2, año de 1475, de hi- 14 Noviembre 1509. ((Porque yo he sido informado que a cabsa de haber pasado a las Indias algunos letrados abogados han sucedido en ellas muchos pleitos e diferencias yo vos que de aquí adelante no dejéis ni consintáis pasar a trado abogado sin nuestra licencia especial, las dichas Indias mandando que si mando ningún le- necesario es por esta presente lo vedamos e prohibimos» (Acad.* de la Hist.% Colee. Muñoz, tomo 90, folio 2 53 vuelto). Es general los Caballeros, creencia de que Vasco la pero en realidad ningún documento fehaciente que gado hasta nosotros, únicamente así lo aseguran Núñez de Balboa nació en Jerez de ; de los que le la tradición y el lo diga ha lle- testimonio de algunos escritores conocieron, el cronista Oviedo dice que era de Je- rez de Badajoz, pero el P. Las Casas que también lo trató afirma que era natural de Badajoz; Gomara, tomándolo acaso de Oviedo, dice historiadores posteriores que era de Badajoz, lo el lo mismo que éste, y de los P. Mariana, en su «Historia» escrita en latín, afirma mismo que el P. Fr. Felipe de la Gándara, cronista ge- neral de los Reinos de León y Galicia, que en su nobiliario ((Armas y triunfos dá Galicia», impreso en Madrid en las dilatadas provincias del Perú 1677, escribe: se debe «La gloria del descubrimiento do primeramente a Vasco Núñez de Balboa, originario de Galicia y natural de la ciudad de Badajoz, del nobilísimo linaje y apellido de los Balboas, cuya genealogía es como sigue : Fué Vasco Núñez de Balboa (según mis noticias) descendiente de Alonso Rodríguez de Balboa, her- XIV ción de Rodrigo de Bastidas que en 1500 salió de Cádiz y de Venezuela y de Urabá ampliando en más de cien Golfo el recorrió leguas los reconocimientos hechos por Colón de la costa del conti- nente americano; al terminar ñez en de tal la villa la isla expedición se estableció Vasco Nú- la de Salvatierra de Sabana, situada en Española; la parte occiden- la vida reposada y tranquila del granjero no cuadraba con sus grandes alientos y espíritu aventurero y enérgico, pero acosado por las deudas veíase atado las autoridades de al terruño por no permitir que se alistasen en la isla las empresas de des- cubrimientos los que no dejaran solventadas sus cuentas; no viendo remedio a su situación, al saber que Enciso iba a partir llevando socorros a los españoles del Darien, abandona penetra sin ser visto en mano del el de Salvatierra, la villa navio de Enciso y se oculta entre unas Adelantado García Rodríguez de Balboa, y de su mujer Teresa Rodrí- guez de Figueroa, hija de Rui Barba de Figueroa, señor de esta casa de Figue- y fué abuelo de Vasco Núñez, Gonzalo Rodríguez Valcarce y Balboa, casado con Emilia Vázquez de Quiroga, y fué sobrino del Obispo de Plasencia D. Vi- roa, cente Arcas de Balboa, hermano de dicho su abuelo, que está enterrado en Toledo en la capilla de D. Pedro Tenorio, y el padre de Vasco de quien hablamos, se llamó casó en Badajoz y Ñuño Núñez de Balboa, Arias de Balboa, sobrino del Obispo, hay descendencia suya en el cual esta ciudad». El libro de pasajeros para América existente en el Archivo de Indias de Sevilla con la signatura éS-l-Vj,, contiene asiento de los pasajes concedidos desde de Diciembre de 1509, y en 1.° 18 de Agosto que dice: «En los relativos al año 1511 aparece uno con fecha este día dimos licencia a Vasco Nuñez hijo de p." (Pedro) de Albarrazin e beatriz gutierrez su mujer vezinos de Venalcazar para que pudiese partir a las indias en nao de ques maestre diego rodríguez del la pino por quanto dio ynformacion bastante no ser persona de las prohy vidas». El ser poco corriente en España el nombre de Vasco, por más que encontremos algunos, sobre todo en Extremadura y Galicia, comt) Vasco de Herrera, natural de Trujillo, y D. Vasco de Quiroga, primer Obispo de Mechoacan, y con refiere es el Núñez pudiera hacer creer que el Vasco Núñez a que el Vasco Núñez de Balboa; pero desde luego puede afirmarse que el apellido no se refiere a éste, porque no hay desde que salió para la la coincidir asiento se el asiento menor constancia de que viniera a España Española en 1500, y durante todo el año de 1511 a que el asiento se refiere sabemos que estuvo en Tierra firme. Respecto lo que dice al el año en que nació, tampoco tenemos dato seguro P. Las Casas (lib. II, cap. ; con Enciso (1510) tendría treinta y cinco años o pocos más, y agrega (lib. III, cap. LXXIV) lo que después refiriéndose al año 1517, de que entonces contaría cuarenta, podemos deducir que nació hacia Núñez era mancebo cuando únicamente por LXII) de que cuando fué a Tierra firme se trató su el 1475; Oviedo manifiesta que Vasco boda en 1515 con una hija de Pedrarias. XV velas según Oviedo, en un Lonel según Las Casas, y hasta que, ya buque en el allí permanece mar, es descubierta su presencia a alta bordo; indignado Enciso de su osadía y temiendo el castigo que pu- dieran imponerle las autoridades de la Española por haberle llevado en el una buque ordena que sin autorización, isla desierta; entre aquellos dos le dejen abandonado en a ruego de otros tripulantes hombres quedó latente perdona, pero ya le una enemistad que, fomen- tada por las circunstancias en que uno y otro se encontraron, había de ser funesta para Vasco Núñez. No sabiendo Enciso qué resolución tomar, consultó, dice Las Ca- sas, el parecer de todos, y que recordaba haber que hacia visto al llegarle el cuando con Bastidas reconoció por indios que no envenenaban las opinando que a ellas debían dirigirse; su dictamen fué por todos aceptado, y guiados por río el Golfo, parte de Poniente de la otra banda de un gran río exis- la tían fértiles llanuras pobladas flechas, turno expuso Vasco Núñez Darien y en la reconocieron él el Golfo, margen opuesta y después de vencer comarcanos fundaron Antigua, cumpliendo la villa el la el el a los indios que llamaron de Nuestra Señora de voto que antes de empezar hecho a una imagen de hallaron la combate habían Virgen que se venera en Sevilla de dar su nombre a la primera población que fundasen si les concedía la victoria. Sólo Las Casas habla de haber salvado Vasco Núñez a los españoles conduciéndolos a la margen opuesta del río Darien; pero su muy verosímil que recordase merece crédito porque es relato nos Vasco Núñez las tierras que había visitado con Rodrigo Bastidas, y además porque para adquirir la influencia quirió sobre sus compañeros, siendo un conocido, Apenas casi des- su superioridad. se esta])lecieron los colonos les prohibió Enciso comer- ciar con los indios; tal resolución tituirle hombre obscuro y necesario fué que mediante algún hecho extraordinario les hiciera sentir por su que tan rápidamente ad- falta de condiciones para el y crear un Municipio que caldes a Vasco y el desprestigio en que había caído mando, indujo a les la mayoría a des- gobernase, nombrando por Al- Núñez de Balboa y Benito Palazuelos; no dejaban los XVI sediciosos de alegar razones que justificasen su proceder: decían que no teniendo Enciso nombramiento real de Alcalde mayor sino sólo de Ojeda, por la muerte de éste, en la que todos creían, había cesado en el cargo, y aducían también que hallándose fuera de los límites de la Gobernación de Ojeda, puesto que habían atravesado el Darien, aunque Ojeda viniera ninguna jurisdicción podía tener sobre ellos. Manifiesta el P. Las Casas que según se dijo el principio de las discusiones por la motivó Vasco Núñez, y aunque es verosímil que las enemistad que con Enciso tenía tratase de derrocarlo, no puede aceptarse que los colonos siguieran ciegamente sus inspiraciones, una vez que apenas constituido el Municipio se dividen en tres ban- dos: los amigos de Enciso, que querían reponerlo en el ejercicio del cargo de Alcalde mayor; los partidarios del régimen municipal, que por terin Rey el se nombrase quien había de gobernarlos, y un grupo que, fundado en que se hallaban en tercer ín- territorio de la Go- bernación de Nicuesa y esperando que éste hubiera tenido mejor suerte que ellos y se encontrase próspero, quería que se enviase gente en su busca y ponerse todos a sus órdenes; esta división de pareceres demuestra que los colonos en su gran mayoría eran opues- como tos a reconocer Jefe a Enciso y que no fué depuesto exclusi- vamente por intriga de Vasco Núñez, sino por haber perdido moral al no ser él el que con sus resoluciones sacase a grave situación en que se encontraron la más Sebastián, y la fuerza los colonos de arribar a la villa de al San tarde al prohibir que comerciasen con los indios, disposición que todos creían dictada con el fin de guardar para todos los beneficios y resarcirse de este había aportado a A ría la (lib. II, cap. LXIV) fija la de Antigua a mediados de Noviembre de 1510, expuesto por lo la al puerto de lo que coincide con los la Ma- afirmación primeros días de Octubre, j mismo Colmenares de que su partida fué diez meses después de Ojeda; explicándose que tardara mes y medio en llegar a Santa María, porque como se dice la el arribaron ^ llegada de Colmenares a Santa de Pedro Mártir de que salió de la Española en con de las cantidades que empresa. mediados de Noviembre de 1510 Las Casas 1 la modo sí él mismo dice en el camino se detuvo a descubrir «una provincia que Sierra Nevada, la más alta que se cree haber en el mundo, de do siguiendo costa llegué con hartos trabajos a Uraba». (Apénd. ntím. 60). XVII Sania María de Antigua dos navios en la que Rodrigo de Col- los menares, Teniente de Nicuesa, que había quedado en llevaba 60 hombres, le Española, la víveres y armas; al enterarse Colmenares de los partidos en que se hallaban divididos los españoles procuró ganar su voluntad repartiéndoles víveres y y logró decidirlos efectos, a que se enviasen comisionados en busca de Nicuesa para someterse una vez que se hallaban dentro de a su jefatura los términos de su Gobierno; otra consideración debieron tener en cuenta los vecinos de la villa de Santa María Antigua para seguir la hombre adinerado y de nares: era Nicuesa los consejos de prestigio en la Española, y conveníales tener por Jefe a quien pudiera disponer en elementos para socorrerlos, aparte de que ignorando había corrido y Colme- la de la isla suerte que lugar en que se encontraba podían hallarle prós- el pero en su emprescí y ser Lógico es que, como ellos partícipes de esta prosperidad. los cronistas afirman, no fuera esta resolu- demás que componían ción del agrado de Vasco Núñez y de Municipio, puesto que Nicuesa iba a gobernarlos perderían sus si los el puestos; pero es de notar que tampoco eran partidarios de ella Enciso y sus amigos, y es más, por la forma de expresarse P. Mártir, que sobre estos sucesos fué informado por Colmenares, parece que aún fué mayor la no obstante oposición de Enciso y los suyos que lo cual y el bachiller el puerto que timentos y Más de Vasco Núñez, fueron designados Colmenares, Diego de Albitez Corral para buscar a Nicuesa, el la al que encontraron en Almirante D. Cristóbal Colón había llamado de Bas- él titulado ((Nombre de Dios». contraria aún que a Ojeda había sido la fortuna a Nicuesa; poco después de salir del puerto de Cartagena una violenta tempestad separó su buque de los dos que llevaba a su cargo su Capitán general Lope de Olano y lo estrelló contra las rocas: la tripulación se salvó milagrosamente, perdióse todo barca que llevaba el el cargamento y sólo les quedó la bergantín, la cual tripulada por cuatro marine- ros fué siguiendo por la costa la triste peregrinación que por tierra emprendieron Nicuesa y su gente en busca de gua; llegaron con grandes penalidades a la la provincia de Vera- punta de una gran ense- nada, y para ahorrar camino fueron pasando en la barca al extremo II xvm opuesto, el cual hallaron ser una isla desprovista de recursos para subsistir; los que estaban marineros que tripulaban los la barca viendo abandonaron y emprendieron la vuelta lo perdidos con la espe- ranza de encontrar los buques mandados por Olano y tuvieron fortuna de hallarlos en el río de Belén, y desde allí salió un bergan- con alguna provisión de palmitos y agua dulce que era tín que tenían para sustentarse en busca de que en los la único lo la isla se encon- traban, hallando en tan triste estado a l\icuesa y los pocos que ha- bían logrado conservar la palmitos para evitar que vida que fué preciso lasarles la ración de si los comían con exceso sucumbiesen; un tanto repuestos fueron conducidos en el bergantín al río de Belén, donde Nicuesa como primera providencia prendió y condenó a muerte a Lope de Olano, acusándole de traidor, que por quedarse con la Gobernación le había dejado abandonado y sido causa del desastre que experimentaban; sólo a fuerza de reiteradas súplicas lograron los compañeros de Olano que no se ejecutara pero quedó en prisiones para en tase enviarle a la isla de que allí le la sentencia, primera ocasión que se presen- la Española con el proceso que se le formó a fin fuera impuesta la pena a que se hubiera hecho acreedor. El paraje en que se hallaban en de Belén era malsano y el río carecía de elementos de subsistencia, viéndose los colonos en la ne- cesidad de hacer continuas entradas para saltear los poblados indios y apoderarse de los escasos víveres trema necesidad, según cuenta de 30 españoles acosados por el el que tenían, llegando a tan ex- P. Las Casas, que una partida hambre se comieron el cadáver en descomposición de un indio, de cuyas resultas todos murieron. Firme Nicuesa en su propósito de establecerse en abandonó el río la Gobernación, de Belén y fué con su gente en busca de mejor donde colonizar; obligado por la sitio necesidad de buscar víveres desem- barcó en Puerto Bello, pero hallábanse los españoles tan extenuados que apenas podían manejar por los indios, que les las armas, por lo que fueron rechazados mataron 20 hombres; gran puerto que Nicuesa tituló Nombre de al fin llegaron a un Dios, y en el que con grandes trabajos construyó un fuerte para defenderse de les que exacerbados con las los natura- entradas que los españoles hacían en XIX sus poblados para quitarles los manlenimienlos les declararon implacable guerra. Desde allí despachó Nicuesa un bergantín a la Española en buscíi de socorros y enviando relación fechada en 9 de Noviembre de 15 LU de las increíbles vicisitudes, privaciones y peligros que habían pa- sado en doce meses transcurridos desde que salieron de los habiendo sufrido tantas bajas que según daban unos cien hombres, la mayor el P. la isla, Las Casas sólo que- parle enfermos, cuando llegaron comisionados del Darien que iban en busca del amparo y protec- los ción de Nicuesa. Hablando el establecieron en por Las Casas de Nombre de Dios mes de Diciembre» el que P. (lib. II, fecha en que los españoles se la dice: cap. carabela que Nicuesa envió a la de los sucesos que <'y esto era a fin del LXV); pero teniendo en cuenta la Española llevó la relacióji habían ocurrido y ésta tenía fecha de 9 de les Noviembre de aquel año, no es aventurado creer que arribaron a terior, año 1510 Nombre de Dios por lo menos en una vez que antes de despachar el el los españoles mes de Octubre an- buque tuvieron que atender a su seguridad personal construyendo el fuerte y a procurarse ví- veres para su subsistencia y para abastecer el bergantín. Mientras Nicuesa esperaba que Española, Ojeda, que a le facilitasen los le enviasen socorros de la isla había llegado, procuraba igualmente que ella medios para llevar auxilios a Santa María la An- tigua. Es extraño que los primitivos historiadores de Indias, mayor suma de datos han narrado el que con descubrimiento y colonización de Tierra firme, no llegaran a conocer cuándo fué destituido Nicuesa ni las causas que motivaron el que Ojeda no volviera a su Goberna- ción. Dice Gomara que Ojeda herida que en un muslo tro que con ellos tuvo le en llegó a Santo Domingo muy malo la habían inferido los indios en un encuen- el Darien, por cuyo dolor o por no tener aparejo para tornar a su Gobernación y Ejército se quedó como de allí, o dicen, se metió a fraile francisco y en aquel hábito acabó su vida; Oviedo expone que al llegar Ojeda a Santo Domingo y saber XX que le el bachiller llevaba, muy por Enciso había partido con «ovo mucho pesar de no le nao, gente y socorro que la Y como aver hallado. cansado y enfermo y enojado de tantos trabajos e reveses como él avían pasado acordó de acabar e renunciar las cosas del mundo y recogerse a Dios e assi de Capitán e hombre guerrero XXVII, se convirtió en devoto fray le de la observancia». (Lib. tulo venía él IV de la Historia general y natural de Anghiera en sus décadas tituladas Pedro Mártir de las Indias). Orbe Novo» no ((De capí- ocupa de se la estancia de Ojeda en la Española, tan sólo dice que los indios que- maron la villa de San Sebastián tan luego evacuaron Francisco la Pizarro y sus compañeros abandonados por Ojeda (Déc. 2.% capítulo I), lo que envuelve el concepto del autor de que Ojeda no pro- curó volver a Tierra firme a socorrer a la gente que allí había dejado y hacerse cargo del Gobierno. Narrando el P. Las Casas las vicisitudes su viaje de San Sebastián de Urabá a maica fué muy la por que Ojeda pasó en Española, dice que en Ja- bien recibido por Juan de Esquivel y quedaron muy buenos amigos; que Bernardino de Talavera y sus compañeros no quisieron pasar a la Española por miedo a ser castigados por el hurto de la allí nave, pero sabido por las Justicias del Almirante que estaban los llevaron presos y fué Talavera ajusticiado; <(por lo que a Ojeda hicieron no creo hubo castigo porque no era Ojeda hombre que les acusaría. Estuvo Ojeda en esta ciudad después de esto mu- chos días, y creo que fué más de un año, y yo debían ser de los que con él habían en este viaje venido pero aina los corrió les lo vide; mal estaban y quizá de lo aguardaron .para lo algunos que los que con él matar una noche hobiera pesado de haberle acometido, porque creo que por una calle adelante a cuchilladas hacer solía en semejantes refriegas. Al cabo no según que siempre mucho después de lo dicho murió en esta ciudad de su enfermedad paupérrimo, sin dejar mandó que un cuarto según creo iglesia lo enterrasen a y Monasterio de San Francisco, y así la entrada de no acertaron los la que dijeron que el Almirante queriendo prenderlo se había retraído a San Francisco y allí bido había, porque había muerto de como dije yo la herida que en Urabá resci- lo vide suelto y libre y sano pasear XXI por esta ciudad y después yo salido do toria de las Indias, Por lo lib. II, aípií oí ser fallecido» (His- cap. LXI). expuesto se ve que los cronistas ignoraban las causas que motivaron que Ojeda no volviera a su Gobierno, y se hace necesa- el rio exponerlas porque explican importantes sucesos que tuvieron lu- gar en Tierra firme. En 9 de Julio de 1511 los Oficiales de de Sevilla enviaron y le Rey tres pliegos de cartas que Almirante y el manifestaban que Pedro de Arbolancha que venía comi- sionado por las Autoridades de en los asuntos Casa de Contratación Española remitían en dos navios que acababan de Oficiales de la arribar, al la las Indias para informarle del estado de la isla no podía continuar su viaje a la Corte por hallarse enfermo. No han gos, pero sí las Todas 1 llegado hasta nosotros las cartas que contenían los plie- contestaciones que a ellas se dieron las cartas están y por ^ las que expedidas en Tordesillas y tienen la fecha de 25 de Julio de 1511. La la dirigida a Nicuesa está encabezada parte de Veragua que es en Tierra Noviembre de 1510 y que les le presten auxilio : «Diego de Nicuesa nuestro Capitán a acusa recibo de su carta de 9 de firme; manifiesta que ha ordenado al Almirante y a Pasamonte ((fuisteis muy bien en castigar los que castigasteis, pero todavia debéis procurar de non dar ocasión a que se fagan atrevimientos porque si vos non os apavtarades del navio en que ibades, no os acaescieran los trabajos que os acaescieron nin fuera necesario executar la xusticia en los que lo efec- tuasteis nin se perdiera el tiempo que se perdió, nin se posiera el negocio en el rriesgo que se a puesto de acabarse de perder del todo». (Arch. de Indias, E. 139- tomo 1-4, A que 3.0, Ojeda los le que traian yo he mandado debéis cia, 146). fol. contesta: «Vi vuestra letra de 5 de la nao hurtada juntamente con Almirante e Oficiales que al les Lo que decis que se contiene en el pañola en les decía el : Rey en lo que decis En lo los justi- Capitanes acaesce lo que a vos acaesfizo proceso contra vos que decis que queréis volver Almirante nombre persona para que cumpla la capitulación (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo Dirigiéndose les que pasasteis con Esquivel e que a continuar vuestro viage e que lo ; mucho excusar semejantes atrevimientos que quando non por eso dexeis de continuar vuestro viage. con vos de 511 de Cuba os quisieron matar fagan castigar conforme a que llevan gente quieren darse buena manera non cio agora. Mayo los 3.», fol. yo he mandado proveer sobre todon. 147). carta general al Almirante y Oficiales de la isla Es- ((Después de haber respondido vuestras cartas hasta las postre- ras que fueron de 19 de Hebrero llegaron los dos navios con Bartolomé Colon XXTI venimos en conocimiento que eran: una de Nicuesa fechada Noviembre de Nombre de 1510, duda sin que envió con la el 9 de carabela desde la Dios, en la que, después de narrar sus desdichas y la insubordinación de Lope de Olano, pedía urgente auxilio; otra de Ojeda, fechada en mente exponía Cuba mal le el la Española de el 5 Mayo de 1511, en que igual- desastre que su expedición había sufrido, que en había querido matar Bernardino de Talavera y su gente, el que en Jamaica había recibido de Juan de Esquivel, que le trato formó proceso, y pidiendo volver a Urabá el cumplimiento de su capitulación para a encargarse del Gobierno; tres cartas escribía don Diego Colón, fechadas en 25 de y 15 de Mayo, y otra en Abril, 5 unión de los Oficiales Reales, y en confirmaban ellas los desastres sufridos por los dos Gobernadores. Habíanse fundado en De Corte grandes esperanzas en la el éxito nuevas que nos escribís de Ojeda y Nicuesa nos ha pesado mucho por las gran perdida de gente que ha ávido y ficisteis muy el asiento que abia comen- que obiese de hacer e dalle todo lo la bien en dar nuestra carabela a Ojeda para que vaya a socorrer la gente que dejo en zado a hacer en Urabá; aconsejalle todo de favor que obiese menester y procurad que alguna persona acaudalada le el ayude con dinero y en ultimo termino con la Hacienda real para que aquella gente perdida que alia quedo non perezca» cuesa todo en que de mando que para capitulado, excepto lo lo Le manda que cumpla con Ojeda y Nide los 400 vecinos. ((Poned mucha diligencia Jamaica se les lleve el mas mantenimiento que deis a Nicuesa y Ojeda todo el la isla sostenimiento de aquellos dos asientos que han comenzado el aquello se sostendrá e paresceme que por agora la llo de ser pueda, vos favor e ayuda que obieren menester la Creo que mexor negociación que en aque- Tierra firme se puede hacer es sostener lo fecho e procurar apaciguar la tierra». Dice que Ojeda escribe que para defenderse de ya había ordenado a Sevilla que ((Déla venida de Arbolancha dar buena cuenta de las cosas me ha de ))Ojeda lo me ha mas brevemente que non ha venido a mi hasta agora por no se buenamente pueda como enviado a suplicar prorroga para el se pediere facer e lo plazo que tiempo que os parezca». (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo Además de la carta general al se cree que si Rey el Tesorero Pasamente de 28 de Abril y 5 y 15 de man- lo suplicáis. le daba su capi- sino existe inconveniente concedédsela por tulación para hacer las fortalezas D. Diego Colón y armas, y que placido porque es persona abile e que sabrá alia, el estar bien dispuesto e por el se fara lo que dare despachar los indios necesita se las enviasen. Mayo de ; escribió al 1511 y vos despacharais aquella el 3.°) particularmente al Almirante primero acusaba recibo de sus cartas le recriminaba diciéndole Armada con delygencia e el : ((por cierto rrecabdo que f-e XXIII ambas expediciones, y Española nolirias Iraiismilidas desde la las produjeron lan honda impresión en ánimo el del Hey, que sin espe- rar a que llegara Arbolancha para oir sus informes, dictó desde Tor- 25 del mismo mes de Julio desillas el remediar en las órdenes conducentes para posible el desastre. lo Violenta por demás fué carta que dirigió al Almirante Colón, la acusándole de haber dado lugar a que se llegara a cosas por no haber provisto Armada de todo la estado de aípicl necesario y de lo ti- bieza en facilitar a Ojeda medios para que volviese a su Gobernación; le ordena cumpla lo con él y con Nicuesa capitulado, y termina con estas duras palabras: «e por lante a que nadie mi que non deis lugar aqui ade- servicio pueda decir que dexais de complir mis manda- mientos, porque ya vedes quand mal suena e quan rescio seria de corregir». mandar que no rrequeria e yo vos imbie a rrescibido» que han quedado vivos, y añade Mayo que rrecibieran tanto ordena que con toda proatitud acuda le ; Oxeda vos e los Oficiales fycisteis llamar a menester para que rexados non me el e le preguntasteis allí se que habia fuese a su voluntad servido porqvie vos a ello estabades apadebisteis aconsejarle e buscar formas y medios que satisface en estos casos se suelen buscar para que se remediara aquella gente e que de los que decis en vuestra carta de quince de «lo : daño como han sostenimiento al habian comenzado a hacer no se perdieran» ; los asientos ordena cumpla le lo ca- pitulado con Nicuesa y Ojeda y procure ¡(favorecer ahora tanto este negocio que le satysfagais lo fagáis neis de lo que han perdido por quitalle los indios de tal manera que yo conozca por obra me servir e complir mis (Archv. de Indias, E. 139-1-4, tomo le en que se cumplan decía de vos nin tenga cargo de tomo : alia las cosas mi servycio que non e quan rescio de corregir». seria «Maravillado estoy como en este despacho las cartas» las capitulaciones termina diciéndole que ccnon ay e por 3.°) recibi carta vuestra e creo aqui donde yo estoy que trae por servycio mió vos pueda decir que dexais de complir mis man- damyentos porque ya vedes quan mal suena Al Tesorero Pasamonte e gana que vos decis que ther- mandamyentos en tanto deis lugar aqui adelante a que nadie que vino con Arbolancha no la ; le que por non ser el llegado encarga que tenga especial cuidado de Nicuesa y Ojeda y que sean socorridos, y persona de quien yo faga la confianza que de la facienda». (Arch. de Indias, E. 139-1-4, 3.°) Por último Española que se le acusaba recibo a los Oficiales de Sevilla de los despachos de la habían remitido, en la siguiente carta Oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla. —Tordesillas 25 de Julio de 1511. Vi vuestra letra de 9 de Julio e rrescebi con ella los tres pliegos de cartas que XXIV En caria general a D. Diego Colón y Oficiales Reales les or- la dena que aconsejen y favorezcan a Ojeda para que vuelva a su Gobierno, y que socorran a Nicuesa <cpues por agora la mejor negocia- ción que en aquello de la Tierra firme se puede hacer es sostener io hecho e procurar apaciguar Contestando a tierra». la de Diego de Nicuesa de 9 de Noviembre la carta insubordinación de Lope de Olano, de 1510 y refiriéndose a la recrimina diciéndole: vos non os apartarades del navio en que «si lo ibades non os acaescieran los trabajos que os acaescieron nin fuera necesario executar la xusticia en los que nin se per- lo efectuasteis diera el tiempo que se perdió ni se pusiera el negocio en el rriesgo que se ha puesto de acabarse de perder del todo». No menos Mayo, en la fuerte es la contestación a la carta de que haciéndose eco de lo escrito Ojeda de 5 de por Ojeda de que Ber- «quando los Capitanes que llevan xente quieren darse buena manera non les nardino de Talavera había querido matarle, le dice: acaesce lo que a vos acaescio agora» y «lo que decis que pasasteis el Almirante e Oficiales Mucho me ha pesado firme embiaron para mi del desbarate que trujeron esos dos navios. y mala fortuna que han abido cuesa e a Oxeda para que no se acabe de caer que sepamos e la si lo quellos de Tierra tienen fecho, fasta tanto ay oro en aquellos desiertos que agora tomaron e en que cantidad manera que podrian therner para sacar proveolio de aquellas Que manda a Pasamente cumpla los ninguno otro remedio paresce que ay al presente sino favorecer a Ni- lo les provea de capitulado; a los de Sevilla piden y las envíen a la les Española para que partes. que necesitan y que se les dice que se adquieran las armas que las cosas entreguen por mitad a Nicuesa allí las y Ojeda tomando seguridad de que pagaran su importe; que si hubiera posibilidad envíen un navio con víveres y si no que lo hagan lo antes que puedan «pa; resceme que debéis publicar por todas las partes que vieredes que conviene en el lieyno las grandes muestras de oro que ay donde an comenzado a facer sus conciertos dysciendo amas desto las otras cosas que vieredes que convengan para e a los ynvitar a la gente que vaya a Tierra firme en adelante a las indias non les apremyeis que quisiesen pasar de aqui como fasta aqui en querer saber nes son, especialmente siendo trabajadores e aun de los quie- que no fuesen traba- jadores non se deben tampoco apretar porque como vedes habrá alia necesidad de xente para la guerra. ))De la venida de Arbolancha e abido plascer pusicion de venir luego para me ynformar de e quysiera questhobiera las podra dezir bien aellas esi non fuere partido debéis niendo salud para ello». en dys- cosas de alia, porque se que dalle priesa (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo 3.", que parta en therfol. 245). XXV con Esquivcl e que proceso contra vos, non por aquello dexeis de fizo continuar vuestro viaje». Síntesis de las anteriores fué la dirigida a los Oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla: ((uingun otro remedio parescc que hay al presente sino favorecer a Nicuesa y se acabe de caer lo si que Oxeda para que no ellos tienen fecho fasta tanto ay oro en aquellos desiertos que agora tomaron»; envíen lo que sepamos les ordena que un navio con víveres y que publiquen antes que puedan por todas partes «las grandes muestras de oro que hay donde han comenzado a facer sus asientos dysciendo ademas de esto las otras cosas que vieredes que convengan para ynvitar a la xente a que vaya a la Tierra firme» y que procuren que Arbolancha venga a la Corte en cuanto su salud se Por último le al lo permita. Tesorero de Española Miguel de Pasamonte la isla como en dice: «Maravillado estoy este despacho que vino con Ar- bolancha no recibí carta vuestra e creo que por non ser aquí donde Yo llegado el estoy que trae las cartas», y protesta de que ((non ay de la persona de quien Yo tenga Estos documentos rectifican que Ojeda no denunció la confianza que de vos». la suposición del P. Las Casas de de que había sido víctima por los atropellos parte de Bernardino de Talavera, que Esquivel hizo a Ojeda en la afirmación del buen recibimiento la isla Jamaica y la excelente armonía en que quedaron, y demuestran que Ojeda desde que llegó a pañola procuró arbitrar medios para ir a su la Es- Gobernación y socorrer a Francisco Pizarro y a Enciso. Digna de estudio es ciales de Sevilla de saber si la declaración hecha en la carta a los Ofi- que debe de favorecerse a Nicuesa y Ojeda hay oro en aquellos tiempo se les desieriosi), da para que publiquen las que hay donde han comenzado a hacer y la orden que al i^hasla mismo grandes muestras de oro los asientos, a fin de que fuera gente en el navio que mandaban armar, ineficacia de la concesión de mercedes e indultos para reclutar gente no se vacila en recurrir al es decir, que ante engaño para despertar la la codicia de los españoles y arrancándoles del seno de sus familias conducirles a aquellas lejanas e inhospitalarias tierras, donde en vez de las ofre- XXVI más habían de encontrar cidas riquezas los la muerte y todos peli- gros y privaciones sin cuento. Pero que más valor dan a estos documentos es que de lo deduce claramente que sin ellos se intervención del Tesorero Pasamonte la ni del comisionado Arbolancha, puesto que cuando fueron escritas ni éste había llegado a la Corte ni de aquél se había recibido corres- pondencia y sólo por los relatos que los mismos Nicuesa y Ojeda hicieron de los desastres que habían sufrido, el fracasados, y los consideró en sus puestos fué porque, como dice los sostuvo si Rey a los Oficiales de Sevilla, «ningún otro remedio encontraba sino fa- vorecerlos para que no se acabase de perder lo que habían hecho hasta saber si había oro en aquellos lugares». Pocos días después ya no pues en 9 de Septiembre se pensaba en Corte del la mismo modo, y haciendo referencia a que ^, el Rey había hablado con Arbolancha, escribió a los Oficiales de Sevilla que en vista de que lo de la muy Tierra firme estaba perdido y el viaje era largo y poco navegado no enviaran navios con mantenimientos por la suya querían de Julio todo eran apremios, ante la esperanza de que hu- por cuenta de la Hacienda Real, pero nos mercaderes que se En 25 si ir algu- les autorizase. biera oro en Tierra firme, para que se enviasen socorros a los que estaban a allí fin de que no perecieran de hambre; y sin duda por bre, los las supuestas riquezas, en el mayor abandono el 9 de Septiem- informes de Arbolancha de que no existían parece largo y peligroso a los que allí el viaje y se deja estaban; así se procedía en la Corte con los que luchaban y sufrían penalidades sin cuento por en- grandecer los dominios de España. En 6 de Octubre siguiente, y sin que tengamos noticia de que hubiera llegado ningún buque que trajera correspondencia de 1 1511, Septiembre 9, Burgos. — El «Lo de tierra firme quedo muy perdido y Rey el decía a los Oficiales de la isla Sevilla viaje es largo, poco navegado por eso no curéis de embiar navios con mantenimientos de nuestra cuenta mas vayan quieren algunos de mercaderes» ; y hablando de la venta de la sal en la isla pañola refiere «lo que dice Arbolancha»; luego éste se encontraba ya en (Acad.a de la Hist.^', Colee. Muñoz, tomo 90, fol. 88). si Es- la Corte. XXVII Española, se expide una Real Cédula de a los Jueces de apelación ' misma para que formasen proceso la Ojcda y Bernardino de a Talavera por los graves delitos que según informes recibidos habían cometido, y resultasen culpables se les prendiese y condenase en si derecho. Cambio tan radical hace creer que el La Real Cédula expedida en Burgos en 1 D. Hernando se había equivocado 6 de Octubre de 1511 dice así etc. a vos los Xueces de apelación de las Indias Islas e Tierra Mar Océano que firme del Rey no rresydis en la isla Española salud e gracia Sepades : que Yo he seydo ynformado que Alhonso Doxeda nuestro Gobernador de Huraba ques en vincia de escesos, especialmente uno degolló la Mar Tierra firme del questando en Océano, dicha Provincia, la muchos la pro- delitos matar dos ombres, fizo >-:; al e al otro ahorco, e fizo executar otros dos ombres, e cortar la lengua e a otro herrar en la frente e cortar dos dedos a otro non guardándoles sin ser oidos en xustycia, fizo fizo nuevos xueces e oficiales la de Xusticia para qual lo : mando fizo e orden de derecho ; que diz que e sentenciar e executar les que aunque fuéramos seruidos seria Gobernador en ; e dixo Huraba dicha Provincia de la : f azer e que vendria a la dicha Isla Española e cortaría la cabeza al Almirante D. Diego Colon nuestro Visorrey e Gobernador de la dicha isla, e le llamo traydor e otras palabras de ynxuria e dixo que Uevaria a doña Maria su muger del dicho Almi- rante a la dicha Provincia de Huraba, e que vendria a la via de la dicha Xoan ñola e de la dicha Isla de Sant rarla de Indias ; thomar alguna nao de las isla Espa- e que thomaria puerto e pan, e que proculas dichas que fuesen o vyniesen de Castilla a Doxeda e con esta yntencion, el dicho Alhonso e Bernardino de Talavera, vecino que fue de la dicha Isla Española, abiendose alzado con una nao, e urtan- salieron de la dicha provincia de Huraba con su viaxe a la dicha Isla Española como dicho rios, fizo diz que aportaron a la Isla de Cuba, e Huraba en la dicha nao, propósitos depravados, de seguir dola de otros muchos vecinos de la dicha Isla e yéndose a es, e con tiempos e vientos contra- donde diz que dicho Alhonso Doxeda cometió otros muchos delitos e desconciertos; e que dicho Bernardino de Talavera, dempues quen la dicha Isla entraron se aparto de la compañia del dicho Alhonso Doxeda e con la dicha nao, se alguaciles non fizo lo la mayor parte de la xente que pasar por capitán e la dicha xente podiendo facer ; e diz los lo que ansi sentraron susodichos llevaban en xuro e poso de su mano dicho Bernardino de el Talavera, los quales syguieron la Tierra adentro por la dicha Isla de Cuba, donde fycieron muchos delitos e escesos, maltratando los caciques e yndios della, thoman- doles sus faciendas e mantenymientos contra su voluntad sin se pagar e lo for- zándoles las muxeres e sacándolas de su poder por fuerza para las traer consigo por mancebas e ynjuriandolos gravemente e a otros dando muerte que por lo que los dichos personas de su compañia ansi de la dicha nao, como de los ; por manera Alhonso Doxeda e Bernardino de Talavera e los que se alzaron en la Isla que antes estaban con el Española las otras e urtaron dicho Oxeda e ficieron a los yndios questaban de paz e con yntencion de Nos servir e ser nuestros vasallos dieron cabsa, que se rrebelasen contra nuestro servycio, lo qual todo diz que a