Archivo PDF 1

Anuncio
AIN
LIBRARY
1.PA-B47F
U.B.C.
LIBRARY
THE LIBRARY
THE UNIVERSITY OF
BRITISH COLUMBIA
Digitized by the Internet Archive
in
2010 with funding from
University of British
Columbia Library
http://www.archive.org/details/vasconuezdebaOOalto
VASCO NUÑEZ DE BALBOA
POR
flngel
De
de flitolaguirre y Duvale
la
Real
Academia de
la
Historia.
NIADRID
Imprenta del Patronato de Huérfanos de Intendencia é Intervención Militares.
Caracas,
número
1914
7.
e
iqii4
—
— Funda éste la
de San Sebastián y regresa
—El bachiller Enciso lleva socorros al Darien con va Vasco
Núñez de Balboa. — Fundación de la
de Nuestra Señora del Darien.
Desgraciados sucesos de la expedición de Nicuesa. —^Destitución de Enciso y establecimiento del régimen municipal en Santa María. — Envían los colonos á
buscar a Nicuesa. — Disposiciones
—Destitución de Nicuesa y Ojeda.
Expediciones de Nicuesa y Ojeda.
villa
a la Española.
;
él
villa
oficiales.
Vasco Núñez es nombrado Capitán y Alcalde mayor del Darien.
Por capitulación otorgada en Burgos
Diego de Nicuesa por
sí
el
9 de Junio de 1508 con
y en nombre de Alonso de Ojeda, se
con-
les
cedió por término de cuatro años la gobernación de las tierras de
Urabá
al
primero y
las
de Nicaragua
al
segundo, imponiendo a am-
bos, entre otras condiciones, la de que habían de construir dos fortalezas en sus respectivos territorios
600 hombres de
la isla
Temerario parece
y autorizándoles para
Española y 200 de
el
la
llevar
Península \
propósito de dos particulares de alistar un
numeroso contingente cuando tan refractarios
se
mostraban
los espa-
ñoles a pasar a las colonias que se hizo preciso conceder indultos a los
penados que se presentasen a
ir
a ellas, visto el negativo resultado que
de otros estímulos se había obtenido
^;
porque, en efecto, a los gran-
des entusiasmos que en todas las clases sociales produjera
lio
1
Apéndice
2
Por Real Cédula de 10 de Abril de 1495
el
descu-
1.
(Colee.
Navarrete, tomo
II,
165) se concedieron beneficios a los que fueren a poblar la isla Española
no dando esta disposición
pletar el
el
;
fo-
pero
resultado apetecido, tuvo que recurrirse para com-
número de personas que había de llevar D. Cristóbal Colón en su tercer
viaje al recurso extremo de enviar a ella los penados, dirigiéndose a las Justicias
VI
brimiento de tierras a
sucedido
el
que
la distancia
mayor desencanto:
el
las cartas
gran Colón predijo, había
que de
las colonias se re-
cibían y los relatos de los repatriados constituían poderosos calmantes
para traer a
la
más exaltadas imaginaciones; por
realidad a las
ninguna parte parecían
ni había indicios de
que existieran próximos
aquellos prósperos y civilizados dominios del gran Kan, tan abun-
dantes en oro, plata, piedras preciosas y especiería con que Colón
había deslumhrado a los primeros expedicionarios, haciéndoles concebir la esperanza de que en breve plazo regresarían a la Península
cargados de riquezas; habíanse,
islas
descubierto numerosas y extensas
sí,
surcadas por caudalosos ríos y pobladas por razas salvajes que
casi sin resistencia se
sometían a los españoles,
en 22 de Junio de 1497 carta patente en
cuando alguna o algunas personas
que se
la
la
bondad de
las tic-
mandaba que «cada
les
e
varones como mujeres de nuestros Reinos
así
hobieren cometido o cometieren cualquier delito o delitos por que merezcan ser
desterrados para alguna
rréis que
para labrar e servir en
isla o
vayan a estar
E
estar en la dicha isla o labor de metales.
que fuesen culpantes en
los
delitos
según
el
de
así
que
los deste-
tiempo que habían de
mismo todas
personas
las otras
que no merezcan pena de muerte seyendo
delitos
que justamente
la calidad
pañola por
los metales,
e servir en la dicha isla por el
se
pueda dar destierro para
les
los delitos,
los
condenéis o desterréis para
tiempo que a vosotros paresciere
:
dichas
las
la
dicha
tales
Indias,
Es-
isla
a los que merezcan ser desterra-
dos perpetuamente fuera del Reino que lo sean a la Española por diez años y a
los
que fueren por tiempo limitado
la
mitad del tiempo de condena». Los com-
prendidos en esta disposición debían ser conducidos a Sevilla para que
tuviese
((a
buen recaudo hasta entregarlos
al
Almirante en
los
allí
se les
navios cuando estén
prestos a salir para las Indias».
Por otra Carta patente de
varrete,
tomo
alguno de
cualesquier
II, fol. 212) se
los delitos
manera
la
misma fecha de 22 de Junio de 1497
concede a
que expresa,
e calidad e
el
los
Na-
(Colee.
criminales que no hubieran cometido
perdón de ((cualquier crímenes o delitos
e de
gravedad que sean que hobiesen fecho o cometido
fasta el día de la publicación de esta nuestra Carta», a condición de que fuesen a
servir a su costa a la isla Española por dos años los que mereciesen
y
los
demás por uno y
pena de muerte
se acogiesen a este beneficio antes del 1.° de Octubre
si-
guiente.
Esta última prescripción rigió sólo para completar
Almirante en su tercer viaje, pero
la
la
gente que debía llevar
d
primera estuvo en vigor hasta que por Carta
patente de 11 de Abril de 1505 dirigida a las Justicias se
les dijo
:
mando
((Vos
que de aquí adelante no desterredes a ningunos deliquentes salvo que quando
al-
porque fueron mandados desterrar para
lí^s
gunas personas cometieren
los delitos
dichas islas les dedes la pena que merescieren según las leyes desloa mi«
(Acad.^ de la
llist.*, Colee.
Muñoz, tomo
75, fol. 142).
i
eiiio:,».
VII
rras y
la
una vegetación exube-
benignidad del clima producían
rante y exótica, extensos y abrigados puertos ofrecían seguro asilo
a los navegantes; existían, pues, en ellas todos los elementos nece-
sarios para con tiempo, capital y trabajo convertirlas,
se convirtieron, en un
en
ñol,
la
emporio de riqueza; pero
como después
aventurero espa-
el
primera época de los descubrimientos, no abandonaba su
patria y familia para establecerse definitivamente en aquellos sitios,
un breve plazo regresar
iba en busca de oro con la esperanza de en
convertido en un potentado, y se encontraba en vez de
la
fortuna que
soñara con un país que carecía de los animales que sirven de
mento o de poderoso auxilio en
tos naturales e industriales
todo
lo
trabajo, y tan mísero de produc-
el
que se hacía preciso llevar de España
necesario para la vida del
hombre
víveres se agotaban o corrompían no les
por buenas o por
y
frutas,
barco de
con
la
lo
la
la
el
la
conquista
cambio de clima, aguas y alimentos
satisfecho el que tan pobre
fiel
los
llegada de algún
Península; las privaciones y penalidades de
a España, siendo
mado
y cuando
quedaba más recurso que
que iban sosteniéndose hasta
producían enfermedades que diezmaban a
muy
civilizado,
fuerza obtener de los indígenas maíz, pescado
y ocupación del territorio y
por
ali-
los colonos,
como
y podía darse
fué lograba volver sano
expresión del concepto que
el
pueblo tenía
for-
de las colonias aquella frase que D. Fernando Colón refiere
que oyó en Granada a un repatriado que con otros esperaba ver a
los
Reyes para exponerle sus
los Mosquitillos de aquel
cuitas:
«Mirad
los hijos del Almirante,
que ha hallado tierras de vanidad y engaño
para sepulcro y miseria de los hidalgos castellanos».
Si el aventurero, lo
mostraba refractario a
mismo en
la
las Indias
que en
la
y en
el
empresas de descu-
esperanza de hallar aquellas tierras profetizadas
por Colón en que tanto abundaba
social
Península, se
vida tranquila y laboriosa del colono, su
espíritu inquieto le incitaba a alistarse en las
brimiento con
la
prestigio de sus
el
codiciado metal; en este estado
nombres confiaban ambos Gober-
nadores para llevar adelante sus proyectos; de distinguida familia
el
y afable trato Diego de Nicuesa, que pasó a
Comendador Ovando,
la isla
Española con
se había captado por sus condiciones per-
VIII
acompañó
sonales y su riqueza generales simpatías; Alonso de Ojeda
al
Almirante D. Cristóbal Colón en su segundo
viaje, adquirió repu-
tación de astuto y valiente en la pacificación de la isla Española, y
que efectuó en
los tres reconocimientos
como experto navegante; por
acreditáronle
ambos caudiUos
tre
mente que
el P.
aunque
desgracia, surgieron en-
disidencias que los enemistaron tan profunda-
Las Casas, que a
ñola, dice «que se
de Tierra firme
las costas
sazón se encontraba en
la
matasen un día creíamos
que
los
la
Espa-
los veíamos»,
principal causa de la discordia, que era la fijación de
la
y
lí-
mites de los territorios de sus Gobiernos se zanjó por mediación de
Juan de
la
Cosa, concertándose que
grande del Darien en
el río
r]
Golfo de Urabá les sirviera de frontera \ no por esto se aplacaron
sus enconos y siguieron procurando cada uno entorpecer la acción
del otro
cuando más necesario
les
era marchar unidos para vencer
Diego Colón, Virrey y Gobernador de
resistencia que D.
Es-
la isla
Por Real Cédula de 15 de Junio de 1510 (Arch. de Indias, Indiferente
1
neral, Registros 139-1-3, fol. 34) se declaró
Ojeda
;
cuando esta disposición
se dictó hacía
que
1509 con 300 hombres y
isla,
que
el
ya más de tres meses que habían par-
primero
efectuó
lo
;
dice el P.
el 10 ó
Las Casas, que
12 de
Noviembre de
segundo con 700 ocho días después; pero en estas cifras
el
debe haber error, en primer término porque no hallándose autorizados por
tulación para llevar
más de
800, el
Almirante y Oficiales que
se
la Capi-
oponían a que
vasen tanta gente no hubieran consentido que se excedieran en
además porque
ge-
Golfo de Uraba pertenecía a
el
tido de la Española las expediciones de Ojeda y Nicuesa
a la sazón se hallaba en la
ln
el
lle-
número, y
mayor excepción como Rodrigo de Colmenares, Teniente
testigo de
de Nicuesa, en documento
oficial
exponía que cuando
todos los expedicionarios habían muerto,
a Tierra firme casi
él llegó
de 800 que pasaron con ambos
(cpues
Gobernadores (Nicuesa y Ojeda) no había 300 vivos, no matáronlos indios
demás murieron de hambre (apéndice ntím.
60).
Colmenares que Nicuesa llevó 580 hombres, luego
En
la
el
150, los
mismo documento
dice
expedición de Ojeda se com-
ponía sólo de 220.
Conformes están Oviedo y
taba de cinco buques; no
Oviedo que
este
en
punto
la
tres,
el P.
así
el
en
P. Las Casas en que la
la
Armada de Nicuesa
añadiendo que uno de
ellos lo
había sustraído a Nicuesa; es en
Las Casas autoridad de mayor excepción porque
Española cuando
las
cons-
de Ojeda, que Las Casas dice llevaba cuatro \
se
encontraba
Armadas se organizaron y estuvo al tanto de los inci-
dentes que en sus aprestos surgieron, y de haberse realizado la substracción de que
Oviedo habla habría hecho de
ella
mención, no sólo por
sino también por el escándalo a que diera lugar; a
la
gravedad del hecho,
mayor abundamiento, no
es
de
creer que la caballerosidad de que Nicuesa dio pruebas al socorrer a Ojeda en Car-
tagena llegase hasta
el
punto de no reclamarle
la devolución
de su buque, y ni
IX
pañola y demás territorios descubiertos por su padre D. Cristóbal,
oponía
cumplimiento de
al
Cédulas reales que
las
auxiliase y dificultaba cuanto
era posible
le
el
territorio
la
que como todo
lo
la
el
que
la
Corona
colonización del Darien,
descubierto y por descubrir al Oeste de
famosa línea de demarcación dispuesta por
pretendía se hallaba sometido a su jurisdicción
el
les
alistamiento de los bu-
ques por considerar como contrario a sus privilegios
hubiera capitulado con Nicuesa y Ojeda
ordenaban
le
el
Papa Alejandro Vi
como comprendido
imi
Virreinato.
Vencidas todas
las dificultades partió
Ojeda de
Española
la
el
10 de Noviembre de 1509 con dos navios, dos bergantines y 220 españoles, dejando en la isla al bachiller Martín Fernández de Enciso,
al
que nombró Alcalde mayor de su Gobernación, para que
víveres y refuerzos. Nicuesa, que
le llevase
siguió ocho días después llevando
le
580 españoles en cinco naos y dos bergantines, dejó con igual encar-
go a su Teniente Rodrigo de Colmenares \
Poco afortunado fué Ojeda desde
al llegar al
comienzos de su expedición:
los
puerto de Cartagena organiza una columna de desem-
barco compuesta de 100 hombres con objeto de saquear
la tierra
y
hacer esclavos, castigando a los naturales que en diversas ocasiones
habían guerreado con los españoles, y
Las Casas ni
el
mada de Ojeda
1
la
Según
lo
mismo Oviedo dicen nada de
se separase
si
bien al principio
tal reclamación ni de
ningún buque para unirse a
la
la
entrada
que de
la
Ar-
de Nicuesa.
capitulado podían llevar entre Nicuesa y Ojeda 200 hombres de
Península y 60O de
la isla
En
Española.
el libro
de cargo y descargo del Teso-
rero Matienzo correspondiente a los años de 1509 a 1514 se hace constar que Diego
de Nicuesa recibió de Matienzo bizcocho,
bres y ha de hacer 600
más en
la
etc.,
Española
;
añadiendo lleva de España 20O hom-
pero en las cuentas del año 1510 apa-
rece que en las carabelas de Nicuesa sólo embarcaron en
(Acad.* de la
Hist.=', Colee.
Muñoz, tomo
Consecuente a exposición hecha por
sobre los perjuicios que reportaría
Almirante y Oficiales de
el
el
España 150 hombres.
75, fol. 251).
sacar
la isla
cindados, se les contestó en Real Cédula de 28 de Febrero de 1510
decís del asiento con Nicuesa y Ojeda, sin
porque
así lo firmé e
no
les
indios
embargo de todo cúmplase
pongáis impedimento antes
600 que habían de sacar de esa
isla
según
Española
600 hombres de los en ella
:
lo
«Vi
lo
ave-
que
capitulado
les
dad todo favor. Lo?
las capitulaciones
con su hacienda, sus
y naborías, pues hay inconveniente redúzcanse a
200. Si
Nicuesa y Ojeda
quisieren para completar los 600 a otros que no tuvieren vecindad ni indios, dénseles». (Arcli.
de Indias, 139-1-4,
fol.
111).
tuvo éxito, rehechos los indios cargan sobre los nuestros, matan
a 70, entre ellos al célebre piloto y cartógrafo
Juan de
gan a reembarcarse precipitadamente a Ojeda y
los
la
Cosa, y obli-
que habían
grado salvar sus vidas; cuando se disponían a abandonar
de que tan
tristes
recuerdos llevaban apareció
causando en Ojeda
contra
él
el
la
Armada de
temor de que impulsado de
tenía por las
la
el
lo-
puerto
Nicuesa,
animosidad que
pasadas disidencias y aprovechando
el
des-
aliento que en los suyos había producido el desastre, tratara de destruirlos;
pero lejos de
Nicuesa con una nobleza y una genero-
ello,
sidad digna de todo encomio se ofreció vengar la muerte de su gente,
y desembarcando 400 hombres mandados por ambos Capitanes sor-
prenden y derrotan a
causando en
los indios
ellos
gran mortandad,
saquean y queman sus pueblos y con un importante botín de guerra
vuelven a los barcos, llevando Nicuesa a
que
ni él
tomó
ni consintió
que
los
tal
punto su desprendimiento
suyos tomasen parte alguna de
la
presa.
Reconciliados los dos Capitanes se separaron para
Ojeda
tivas Gobernaciones; al llegar
sitio
que
de 1510
le
pareció
más oportuno para
a sus respec-
Golfo de Urabá escogió
el
poblar, fundando en Febrero
que llamó de San Sebastián; agotadas bien pronto
la villa
las provisiones
al
ir
que
la
Armada
llevaba, viéronse los españoles en la
necesidad de hacer entradas en
el interior
de
la tierra
para buscar
en los poblados de indios con que alimentarse; eran los naturales
aguerridos y sumamente diestros en disparar flechas envenenadas
que producían rápidamente
acosados por
el
la
hambre y por
muerte del que herían, de suerte que
los indios
que
les
causaron muchas
bajas, hubieran perecido todos sin la oportuna llegada de Bernardino
de Talavera en un navio que en
la
Española había hurtado a unos
comerciantes genoveses y en
el
que conducía 70 hombres y raciones;
pronto se agotaron éstas, y
la
situación volvió a ser tan angustiosa
como cuando
llegó Talavera; en
con los víveres que debía
y Ojeda decidió en
la
el
traer,
vano esperaban
cundió
mes de Mayo
ir
el
al bachiller
Enciso
desaliento entre los colonos
a la Española con Talavera y
gente que había traído, que no quiso quedarse en San Sebastián,
a íin de procurar a toda costa
el
envío de socorros, dejando por su
XI
TíMÜculc a Francisco Pizarro con orden de que transcurridos cin-
cuenta días sin recibir los auxilios abandonasen todos
Sebastián y se volvieran a
la isla.
más aún
Si desgraciado había sido Ojeda en su viaje al Darien,
lo fué
en
el
regreso a
la
gente era hechura suya
de San
la villa
Española; prevalido Talavera de que toda
lo
prendió y lomó
el título
expedición; vientos contrarios llevaron al navio a
de Capitán de
la
la
la
de Cuba,
isla
en cuyas costas se perdió, teniendo los tripulantes que seguir larga
y penosa marcha en
la dirección
aproximaba a
Española, con
la isla
de Oriente que era
la
la
que más
esperanza de que fuesen
y recogidos por algún buque, y como desconocían
tos
penetraron en una extensa ciénaga por
Las Casas, durante
pronto
fin:
treinta días
dormían sobre
con
la
la
les
vis-
terreno,
el
que marcharon, según
esperanza siempre de hallarle
las raíces de los árboles
y se alimentaban
de los escasos víveres que cada uno llevaba en un saco; muchos murieron ahogados, no pocos sucumbieron por tantas penalidades y
restantes hambrientos y extenuados lograron llegar al
los
tei
minar
ciénaga a un poblado de indios, donde se establecieron para re-
la
poner
las
perdidas fuerzas; gracias
al
valor de Pedro de Ordax que
en una canoa pasó a Jamaica, tuvo su Gobernador Juan de Esquivel
noticia de la situación en
que
los
condujo a
que se encontraban y
la isla,
desde
la
les
que Ojeda pasó a
para procurarse los socorros que debía llevar a
dejado en Santa María
la
envió un bergantín
la
la
Española
gente que había
Antigua.
Entretanto viendo Francisco Pizarro que
el
hambre y
los indios
iban acabando con los españoles, pues sólo eran ya 60 los que que-
daban, y que ni Ojeda ni Enciso parecían, acordó abandonar
lonia,
y en
los
primeros días de Septiembre de 1510 se embarcaron
todos en dos bergantines, únicos buques que tenían, tomó
de uno un
tal
del Golfo de
Valenzuela y Pizarro se reservó
Urabá naufragó
pereciendo todos los que
con Ojeda fueron
el
los
le
el
bergantín
tripulaban,
el
mando
el del otro; a la salida
mandado por Valenzuela,
quedando sólo de
los
que
30 ó 40 hombres que llevaba Francisco Pizarro,
que siguiendo su navegación hacia
tró
la co-
el
puerto de Cartagena encon-
un navio y un bergantín, en cuyos buques conducía
el bachiller
XII
Enciso los tan esperados socorros, consistentes en 150 hombres, armas, víveres y caballos; no quería
de San Sebastián, sino
ir
a
la
gente de Ojeda volver a la
Veragua y ponerse
a las órdenes de
Nicuesa que suponían habría tenido mejor fortuna que
lución
imphcaba
Enciso con
la
abandono de
el
la
pérdida de su cargo
ellos; tal reso-
Gobernación de Ojeda y para
la
esperanza de resarcirse de
cantidades que había puesto en la empresa, una vez que en
Nicuesa sólo sería uno de tantos colonos, y por
rritorio de
villa
las
el
te-
ello se
impuso a todos y siguió navegando hacia San Sebastián \
La mala
suerte parecía ensañarse contra todos los que intentaban
establecerse en Tierra firme: el navio de Enciso naufragó a la entrada
y aunque se salvó
del Golfo de Urabá,
ahogó
se
ganado y
el
la
gente en los bergantines,
armas y víveres y
se perdieron casi todas las
documentos que acreditaban a Enciso como Alcalde mayor de
los
Ojeda, con
lo
que
al
arribar a la
el bachiller
que encontraron quemada por
en situación verdaderamente desesperada.
los indios, se hallaron
Tenía
villa,
Enciso una vasta ilustración, que acreditó con
su obra (cSumma de Geografía», y con la labor que realizó en las
juntas que en 1512 tuvieron lugar en Burgos para mejorar la situa-
Domingo aprove-
ción de los indios, se había enriquecido en Santo
chando aquella
apoderó de
1
Dice
que como epidemia contagiosa se
los españoles, inficionándolos hasta el
el
Tierra firme
fiebre de pleitos
el
de 1510 fundó
punto de obligar
P. Las Casas que Ojeda salió de la isla Española para poblar pn
10 ó 12 de Noviembre de 1509
la villa
de San Sebastián
(lib.
(lib.
II, cap.
II, cap.
LII), que a principios
LIX), que volvió a
pañola en demanda de socorros dejando ordenado a Francisco Pizarro que
perara cincuenta días,
la
al
el cual,
pasado
el
plazo y no recibiendo
gente y abandonó la tierra «seis meses después que
allí
el socorro,
la Esle es-
embarcó
habían entrado»
(li-
bro II, cap. LXII).
Rodrigo de Colmenares (apénd. núm. 60) manifiesta que Enciso partió de
Española en socorro de Ojeda nueve meses después de
rra firme, y Pedro Mártir
fija la
marcha de Enciso en
la salida
los
primeros días de Sep-
tiembre de 1510, añadiendo que al quinto de navegación encontró
que Francisco Pizarro regresaba de Tierra firme a
De
estos datos se deduce
que
la villa
la
ía
de éste para Tie-
el
bergantín en
Española.
de San Sebastián fué fundada en Fe-
brero de 1510, que Ojeda partió de ella para la Española en Mayo, que Pizarro
abandonó
la Tierra firme a
primeros de Septiembre, en cuyos días había partido
Enciso de la Española para San Sebastián, por
traron en
el
camino.
lo
que a mediados del mes
se encon-
XIII
Gobierno de
metrópoli a prohibir que pasasen letrados a las Indias
la
para evitar que con sus argucias explotasen
vanidad,
la
avaricia
la
y los rencores de los colonos envolviéndolos en las redes de largos
y ruinosos pleitos y procesos
pero no era un hombre de letras
^;
que con considerandos y resultandos tratase de salvar
lo
que necesitaban
bloqueados por
los indios
ban
la
el terror
y
acosados por
los españoles del Darien;
hambre,
ellos,
donde guarecerse y
las filas, sin tener
por creer que Ojeda, único que
sin esperanza de inmediato socorro
había sucumbido,
hombre de grandes
tener a su frente un
el
que con sus envenenadas flechas sembra-
muerte en
podía interesarse por
situación
la
que necesitaban era
lo
energías, de prontas resolu-
ciones, valiente en el combate, sufrido en las penalidades,
que con
su ejemplo diese a todos ánimo y les hiciese recobrar las perdidas
esperanzas; ese
hombre surgió
montón de
del
los desconocidos,
se
llamaba Vasco Núñez de Balboa.
Era según
el P.
Las Casas, que
lo trató
entendimiento y mañoso y animoso y de
en
Española, «de buen
la
muy
linda despusición y
hermoso de gesto y presencia»; nacido hacia
el
dalgos padres, en Jerez de los Caballeros
se alistó en la expedi-
1
El Rey a
los Oficiales
—Valladolid
de
Sevilla.^
2,
año de 1475, de
hi-
14 Noviembre 1509.
((Porque yo he sido informado que a cabsa de haber pasado a las Indias algunos
letrados abogados han sucedido en ellas
muchos
pleitos e diferencias yo vos
que de aquí adelante no dejéis ni consintáis pasar a
trado abogado sin nuestra licencia especial,
las dichas Indias
mandando que
si
mando
ningún
le-
necesario es por esta
presente lo vedamos e prohibimos» (Acad.* de la Hist.% Colee. Muñoz, tomo 90,
folio
2
53 vuelto).
Es general
los Caballeros,
creencia de que Vasco
la
pero en realidad ningún documento fehaciente que
gado hasta nosotros, únicamente
así lo
aseguran
Núñez de Balboa nació en Jerez de
;
de
los
que
le
la tradición
y
el
lo
diga ha
lle-
testimonio de algunos escritores
conocieron, el cronista Oviedo dice que era de Je-
rez de Badajoz, pero el P. Las Casas que también lo trató afirma que era natural
de Badajoz; Gomara, tomándolo acaso de Oviedo, dice
historiadores posteriores
que era de Badajoz,
lo
el
lo
mismo que
éste,
y de
los
P. Mariana, en su «Historia» escrita en latín, afirma
mismo que
el
P. Fr. Felipe de la Gándara, cronista ge-
neral de los Reinos de León y Galicia, que en su nobiliario ((Armas y triunfos dá
Galicia», impreso en
Madrid en
las dilatadas provincias del
Perú
1677, escribe:
se debe
«La
gloria del descubrimiento do
primeramente a Vasco Núñez de Balboa,
originario de Galicia y natural de la ciudad de Badajoz, del nobilísimo linaje y
apellido de los Balboas,
cuya genealogía es como sigue
:
Fué Vasco Núñez de
Balboa (según mis noticias) descendiente de Alonso Rodríguez de Balboa, her-
XIV
ción de Rodrigo de Bastidas que en 1500 salió de Cádiz y
de Venezuela y de Urabá ampliando en más de cien
Golfo
el
recorrió
leguas los reconocimientos hechos por Colón de la costa del conti-
nente americano; al terminar
ñez en
de
tal
la villa
la isla
expedición se estableció Vasco Nú-
la
de Salvatierra de Sabana, situada en
Española;
la
parte occiden-
la
vida reposada y tranquila del granjero no
cuadraba con sus grandes alientos y espíritu aventurero y enérgico,
pero acosado por las deudas veíase atado
las autoridades
de
al
terruño por no permitir
que se alistasen en
la isla
las
empresas de des-
cubrimientos los que no dejaran solventadas sus cuentas; no viendo
remedio a su situación,
al
saber que Enciso iba a partir llevando
socorros a los españoles del Darien, abandona
penetra sin ser visto en
mano
del
el
de Salvatierra,
la villa
navio de Enciso y se oculta entre unas
Adelantado García Rodríguez de Balboa, y de su mujer Teresa Rodrí-
guez de Figueroa, hija de Rui Barba de Figueroa, señor de esta casa de Figue-
y fué abuelo de Vasco Núñez, Gonzalo Rodríguez Valcarce y Balboa, casado
con Emilia Vázquez de Quiroga, y fué sobrino del Obispo de Plasencia D. Vi-
roa,
cente Arcas de Balboa, hermano de dicho su abuelo, que está enterrado en Toledo en la capilla de D. Pedro Tenorio, y el padre de Vasco
de quien hablamos, se llamó
casó en Badajoz y
Ñuño
Núñez de Balboa,
Arias de Balboa, sobrino del Obispo,
hay descendencia suya en
el
cual
esta ciudad».
El libro de pasajeros para América existente en
el
Archivo de Indias de
Sevilla con la signatura éS-l-Vj,, contiene asiento de los pasajes concedidos desde
de Diciembre de 1509, y en
1.°
18 de Agosto que dice:
«En
los relativos al
año 1511 aparece uno con fecha
este día dimos licencia a
Vasco Nuñez hijo de
p."
(Pedro) de Albarrazin e beatriz gutierrez su mujer vezinos de Venalcazar para
que pudiese partir a
las indias
en
nao de ques maestre diego rodríguez del
la
pino por quanto dio ynformacion bastante no ser persona de las prohy vidas».
El ser poco corriente en España
el
nombre de Vasco, por más que encontremos
algunos, sobre todo en Extremadura y Galicia, comt) Vasco de Herrera, natural
de Trujillo, y D. Vasco de Quiroga, primer Obispo de Mechoacan, y
con
refiere es
el
Núñez pudiera hacer creer que el Vasco Núñez a que el
Vasco Núñez de Balboa; pero desde luego puede afirmarse que
el apellido
no se refiere a
éste,
porque no hay
desde que salió para
la
la
coincidir
asiento se
el
asiento
menor constancia de que viniera a España
Española en 1500, y durante todo
el
año de 1511 a que
el
asiento se refiere sabemos que estuvo en Tierra firme.
Respecto
lo
que dice
al
el
año en que nació, tampoco tenemos dato seguro
P. Las Casas
(lib.
II, cap.
;
con Enciso (1510) tendría treinta y cinco años o pocos más, y
agrega
(lib.
III, cap.
LXXIV)
lo
que después
refiriéndose al año 1517, de que entonces contaría
cuarenta, podemos deducir que nació hacia
Núñez era mancebo cuando
únicamente por
LXII) de que cuando fué a Tierra firme
se trató su
el
1475; Oviedo manifiesta que Vasco
boda en 1515 con una hija de Pedrarias.
XV
velas según Oviedo, en un Lonel según Las Casas, y
hasta que, ya
buque en
el
allí
permanece
mar, es descubierta su presencia a
alta
bordo; indignado Enciso de su osadía y temiendo
el
castigo que pu-
dieran imponerle las autoridades de la Española por haberle llevado
en
el
una
buque
ordena que
sin autorización,
isla desierta;
entre aquellos dos
le
dejen abandonado en
a ruego de otros tripulantes
hombres quedó
latente
perdona, pero ya
le
una enemistad que, fomen-
tada por las circunstancias en que uno y otro se encontraron, había
de ser funesta para Vasco Núñez.
No
sabiendo Enciso qué resolución tomar, consultó, dice Las Ca-
sas, el
parecer de todos, y
que recordaba haber
que hacia
visto
al llegarle el
cuando con Bastidas reconoció
por indios que no envenenaban las
opinando que a
ellas
debían dirigirse; su dictamen fué por
todos aceptado, y guiados por
río
el Golfo,
parte de Poniente de la otra banda de un gran río exis-
la
tían fértiles llanuras pobladas
flechas,
turno expuso Vasco Núñez
Darien y en
la
reconocieron
él
el Golfo,
margen opuesta y después de vencer
comarcanos fundaron
Antigua, cumpliendo
la villa
el
la
el
el
a los indios
que llamaron de Nuestra Señora de
voto que antes de empezar
hecho a una imagen de
hallaron
la
combate habían
Virgen que se venera en Sevilla de dar
su nombre a la primera población que fundasen
si
les
concedía
la
victoria.
Sólo Las Casas habla de haber salvado Vasco Núñez a los españoles conduciéndolos a la
margen opuesta
del río Darien; pero su
muy
verosímil que recordase
merece crédito porque es
relato nos
Vasco Núñez
las tierras
que había visitado con Rodrigo Bastidas, y
además porque para adquirir
la influencia
quirió sobre sus compañeros, siendo un
conocido,
Apenas
casi des-
su superioridad.
se esta])lecieron los colonos les prohibió Enciso comer-
ciar con los indios; tal resolución
tituirle
hombre obscuro y
necesario fué que mediante algún hecho extraordinario
les hiciera sentir
por su
que tan rápidamente ad-
falta
de condiciones para
el
y crear un Municipio que
caldes a Vasco
y
el
desprestigio en que había caído
mando, indujo a
les
la
mayoría a des-
gobernase, nombrando por Al-
Núñez de Balboa y Benito Palazuelos; no dejaban
los
XVI
sediciosos de alegar razones que justificasen su proceder: decían que
no teniendo Enciso nombramiento real de Alcalde mayor sino sólo de
Ojeda, por la muerte de éste, en la que todos creían, había cesado en
el
cargo, y aducían también que hallándose fuera de los límites de
la
Gobernación de Ojeda, puesto que habían atravesado
el
Darien,
aunque Ojeda viniera ninguna jurisdicción podía tener sobre
ellos.
Manifiesta el P. Las Casas que según se dijo el principio de las
discusiones
por
la
motivó Vasco Núñez, y aunque es verosímil que
las
enemistad que con Enciso tenía tratase de derrocarlo, no puede
aceptarse que los colonos siguieran ciegamente sus inspiraciones,
una vez que apenas constituido
el
Municipio se dividen en tres ban-
dos: los amigos de Enciso, que querían reponerlo en el ejercicio del
cargo de Alcalde mayor; los partidarios del régimen municipal,
que por
terin
Rey
el
se
nombrase quien había de gobernarlos, y un
grupo que, fundado en que se hallaban en
tercer
ín-
territorio de la
Go-
bernación de Nicuesa y esperando que éste hubiera tenido mejor
suerte que ellos y se encontrase próspero,
quería que se enviase
gente en su busca y ponerse todos a sus órdenes; esta división de pareceres demuestra que los colonos en su gran mayoría eran opues-
como
tos a reconocer
Jefe a Enciso y que no fué depuesto exclusi-
vamente por intriga de Vasco Núñez, sino por haber perdido
moral
al
no ser
él el
que con sus resoluciones sacase a
grave situación en que se encontraron
la
más
Sebastián, y
la
fuerza
los colonos de
arribar a la villa de
al
San
tarde al prohibir que comerciasen con los indios,
disposición que todos creían dictada con el fin de guardar para
todos los beneficios y resarcirse de este
había aportado a
A
ría la
(lib.
II, cap.
LXIV)
fija la
de
Antigua a mediados de Noviembre de 1510,
expuesto por
lo
la
al
puerto de
lo
que coincide con
los
la
Ma-
afirmación
primeros días de Octubre, j
mismo Colmenares de que su partida fué
diez meses después
de Ojeda; explicándose que tardara mes y medio en llegar a Santa María,
porque como
se dice
la
el
arribaron
^
llegada de Colmenares a Santa
de Pedro Mártir de que salió de la Española en
con
de las cantidades que
empresa.
mediados de Noviembre de 1510
Las Casas
1
la
modo
sí
él
mismo
dice en el camino se detuvo a descubrir «una provincia que
Sierra Nevada, la
más
alta
que
se cree
haber en
el
mundo, de do siguiendo
costa llegué con hartos trabajos a Uraba». (Apénd. ntím. 60).
XVII
Sania María de
Antigua dos navios en
la
que Rodrigo de Col-
los
menares, Teniente de Nicuesa, que había quedado en
llevaba 60 hombres,
le
Española,
la
víveres y armas; al enterarse Colmenares
de los partidos en que se hallaban divididos los españoles procuró
ganar su voluntad repartiéndoles víveres y
y logró decidirlos
efectos,
a que se enviasen comisionados en busca de Nicuesa para someterse
una vez que se hallaban dentro de
a su jefatura
los
términos de su
Gobierno; otra consideración debieron tener en cuenta los vecinos de
la villa
de Santa María
Antigua para seguir
la
hombre adinerado y de
nares: era Nicuesa
los consejos de
prestigio en la Española,
y conveníales tener por Jefe a quien pudiera disponer en
elementos para socorrerlos, aparte de que ignorando
había corrido y
Colme-
la
de
la isla
suerte que
lugar en que se encontraba podían hallarle prós-
el
pero en su emprescí y ser
Lógico es que, como
ellos partícipes de esta prosperidad.
los cronistas afirman,
no fuera esta resolu-
demás que componían
ción del agrado de Vasco
Núñez y de
Municipio, puesto que
Nicuesa iba a gobernarlos perderían sus
si
los
el
puestos; pero es de notar que tampoco eran partidarios de ella Enciso
y sus amigos, y es más, por
la
forma de expresarse P. Mártir, que
sobre estos sucesos fué informado por Colmenares, parece que aún
fué
mayor
la
no obstante
oposición de Enciso y los suyos que
lo cual
y
el bachiller
el
puerto que
timentos y
Más
de Vasco Núñez,
fueron designados Colmenares, Diego de Albitez
Corral para buscar a Nicuesa,
el
la
al
que encontraron en
Almirante D. Cristóbal Colón había llamado de Bas-
él titulado
((Nombre de Dios».
contraria aún que a Ojeda había sido la fortuna a Nicuesa;
poco después de
salir del
puerto de Cartagena una violenta tempestad
separó su buque de los dos que llevaba a su cargo su Capitán general
Lope de Olano y
lo estrelló
contra las rocas: la tripulación se salvó
milagrosamente, perdióse todo
barca que llevaba
el
el
cargamento y sólo
les
quedó
la
bergantín, la cual tripulada por cuatro marine-
ros fué siguiendo por la costa la triste peregrinación que por tierra
emprendieron Nicuesa y su gente en busca de
gua; llegaron con grandes penalidades a
la
la
provincia de Vera-
punta de una gran ense-
nada, y para ahorrar camino fueron pasando en
la
barca
al
extremo
II
xvm
opuesto,
el
cual hallaron ser una isla desprovista de recursos para
subsistir; los
que estaban
marineros que tripulaban
los
la
barca viendo
abandonaron y emprendieron
la vuelta
lo
perdidos
con
la espe-
ranza de encontrar los buques mandados por Olano y tuvieron
fortuna de hallarlos en
el río
de Belén, y desde
allí
salió
un bergan-
con alguna provisión de palmitos y agua dulce que era
tín
que tenían para sustentarse en busca de
que en
los
la
único
lo
la isla se
encon-
traban, hallando en tan triste estado a l\icuesa y los pocos que ha-
bían logrado conservar
la
palmitos para evitar que
vida que fué preciso lasarles la ración de
si
los
comían con exceso sucumbiesen; un
tanto repuestos fueron conducidos en el bergantín al río de Belén,
donde Nicuesa como primera providencia prendió y condenó
a
muerte a Lope de Olano, acusándole de traidor, que por quedarse
con
la
Gobernación
le
había dejado abandonado y sido causa del
desastre que experimentaban; sólo a fuerza de reiteradas súplicas
lograron los compañeros de Olano que no se ejecutara
pero quedó en prisiones para en
tase enviarle a la isla
de que
allí le
la sentencia,
primera ocasión que se presen-
la
Española con
el
proceso que se
le
formó a
fin
fuera impuesta la pena a que se hubiera hecho acreedor.
El paraje en que se hallaban en
de Belén era malsano y
el río
carecía de elementos de subsistencia, viéndose los colonos en la ne-
cesidad de hacer continuas entradas para saltear los poblados indios
y apoderarse de
los escasos víveres
trema necesidad, según cuenta
de 30 españoles acosados por
el
el
que tenían, llegando a tan ex-
P.
Las Casas, que una partida
hambre
se
comieron
el
cadáver en
descomposición de un indio, de cuyas resultas todos murieron.
Firme Nicuesa en su propósito de establecerse en
abandonó
el río
la
Gobernación,
de Belén y fué con su gente en busca de mejor
donde colonizar; obligado por
la
sitio
necesidad de buscar víveres desem-
barcó en Puerto Bello, pero hallábanse los españoles tan extenuados
que apenas podían manejar
por los indios, que
les
las
armas, por
lo
que fueron rechazados
mataron 20 hombres;
gran puerto que Nicuesa
tituló
Nombre de
al fin
llegaron a un
Dios, y en el que con
grandes trabajos construyó un fuerte para defenderse de
les
que exacerbados con
las
los natura-
entradas que los españoles hacían en
XIX
sus poblados para quitarles los manlenimienlos les declararon implacable guerra.
Desde
allí
despachó Nicuesa un bergantín a
la
Española en buscíi
de socorros y enviando relación fechada en 9 de Noviembre de 15 LU
de las increíbles vicisitudes, privaciones y peligros que habían pa-
sado en
doce meses transcurridos desde que salieron de
los
habiendo sufrido tantas bajas que según
daban unos cien hombres,
la
mayor
el P.
la isla,
Las Casas sólo que-
parle enfermos, cuando llegaron
comisionados del Darien que iban en busca del amparo y protec-
los
ción de Nicuesa.
Hablando
el
establecieron en
por
Las Casas de
Nombre de Dios
mes de Diciembre»
el
que
P.
(lib. II,
fecha en que los españoles se
la
dice:
cap.
carabela que Nicuesa envió a
la
de los sucesos que
<'y
esto era a fin del
LXV); pero teniendo en cuenta
la
Española
llevó la relacióji
habían ocurrido y ésta tenía fecha de 9 de
les
Noviembre de aquel año, no es aventurado creer que
arribaron a
terior,
año 1510
Nombre de Dios por
lo
menos en
una vez que antes de despachar
el
el
los
españoles
mes de Octubre
an-
buque tuvieron que atender
a su seguridad personal construyendo el fuerte y a procurarse
ví-
veres para su subsistencia y para abastecer el bergantín.
Mientras Nicuesa esperaba que
Española, Ojeda, que a
le facilitasen los
le
enviasen socorros de
la
isla
había llegado, procuraba igualmente que
ella
medios para llevar auxilios a Santa María
la
An-
tigua.
Es extraño que
los primitivos historiadores de Indias,
mayor suma de datos han narrado
el
que con
descubrimiento y colonización
de Tierra firme, no llegaran a conocer cuándo fué destituido Nicuesa
ni las causas
que motivaron
el
que Ojeda no volviera a su Goberna-
ción.
Dice
Gomara que Ojeda
herida que en un muslo
tro
que con
ellos tuvo
le
en
llegó a
Santo Domingo
muy malo
la
habían inferido los indios en un encuen-
el
Darien, por cuyo dolor o por no tener
aparejo para tornar a su Gobernación y Ejército se quedó
como
de
allí,
o
dicen, se metió a fraile francisco y en aquel hábito acabó su
vida; Oviedo
expone que
al llegar
Ojeda a Santo Domingo y saber
XX
que
le
el bachiller
llevaba,
muy
por
Enciso había partido con
«ovo mucho pesar de no
le
nao, gente y socorro que
la
Y como
aver hallado.
cansado y enfermo y enojado de tantos trabajos e reveses como
él
avían pasado acordó de acabar e renunciar las cosas del
mundo y
recogerse a Dios
e assi de Capitán e
hombre guerrero
XXVII,
se convirtió en devoto fray le de la observancia». (Lib.
tulo
venía
él
IV de
la Historia general
y natural de
Anghiera en sus décadas tituladas
Pedro Mártir de
las Indias).
Orbe Novo» no
((De
capí-
ocupa de
se
la
estancia de Ojeda en la Española, tan sólo dice que los indios que-
maron
la villa
de San Sebastián tan luego
evacuaron Francisco
la
Pizarro y sus compañeros abandonados por Ojeda (Déc. 2.% capítulo
I),
lo
que envuelve
el
concepto del autor de que Ojeda no pro-
curó volver a Tierra firme a socorrer a
la
gente que
allí
había dejado
y hacerse cargo del Gobierno.
Narrando
el P.
Las Casas
las vicisitudes
su viaje de San Sebastián de Urabá a
maica fué
muy
la
por que Ojeda pasó en
Española, dice que en Ja-
bien recibido por Juan de Esquivel y quedaron
muy
buenos amigos; que Bernardino de Talavera y sus compañeros no
quisieron pasar a la Española por miedo a ser castigados por el hurto
de
la
allí
nave, pero sabido por las Justicias del Almirante que estaban
los llevaron presos
y fué Talavera ajusticiado;
<(por lo
que a
Ojeda hicieron no creo hubo castigo porque no era Ojeda hombre
que
les acusaría.
Estuvo Ojeda en esta ciudad después de esto mu-
chos días, y creo que fué más de un año, y yo
debían ser de los que con
él
habían en este viaje venido
pero aina
los corrió
les
lo vide;
mal estaban y quizá de
lo
aguardaron .para
lo
algunos que
los
que con
él
matar una noche
hobiera pesado de haberle acometido, porque creo que
por una
calle adelante a cuchilladas
hacer solía en semejantes refriegas. Al cabo no
según que siempre
mucho después de
lo
dicho murió en esta ciudad de su enfermedad paupérrimo, sin dejar
mandó que
un cuarto según creo
iglesia
lo
enterrasen a
y Monasterio de San Francisco, y
así
la
entrada de
no acertaron
los
la
que
dijeron que el Almirante queriendo prenderlo se había retraído a
San Francisco y
allí
bido había, porque
había muerto de
como
dije
yo
la
herida que en Urabá resci-
lo vide suelto
y libre y sano pasear
XXI
por esta ciudad y después yo salido do
toria de las Indias,
Por
lo
lib.
II,
aípií oí ser fallecido»
(His-
cap. LXI).
expuesto se ve que los cronistas ignoraban las causas que
motivaron
que Ojeda no volviera a su Gobierno, y se hace necesa-
el
rio exponerlas
porque explican importantes sucesos que tuvieron
lu-
gar en Tierra firme.
En
9 de Julio de 1511 los Oficiales de
de Sevilla enviaron
y
le
Rey
tres pliegos de cartas
que
Almirante y
el
manifestaban que Pedro de Arbolancha que venía comi-
sionado por las Autoridades de
en
los asuntos
Casa de Contratación
Española remitían en dos navios que acababan de
Oficiales de la
arribar,
al
la
las Indias
para informarle del estado de
la isla
no podía continuar su viaje a
la
Corte por
hallarse enfermo.
No han
gos, pero
sí las
Todas
1
llegado hasta nosotros las cartas que contenían los plie-
contestaciones que a ellas se dieron
las cartas están
y por
^
las
que
expedidas en Tordesillas y tienen la fecha de 25 de
Julio de 1511.
La
la
dirigida a Nicuesa está encabezada
parte de Veragua que es en Tierra
Noviembre de 1510 y
que
les
le
presten auxilio
:
«Diego de Nicuesa nuestro Capitán a
acusa recibo de su carta de 9 de
firme;
manifiesta que ha ordenado al Almirante y a Pasamonte
((fuisteis
muy
bien en castigar los que castigasteis, pero
todavia debéis procurar de non dar ocasión a que se fagan atrevimientos porque
si
vos non os apavtarades del navio en que ibades, no os acaescieran los trabajos
que os acaescieron nin fuera necesario executar
la
xusticia en los que lo efec-
tuasteis nin se perdiera el tiempo que se perdió, nin se posiera el negocio en
el
rriesgo que se a puesto de acabarse de perder del todo». (Arch. de Indias, E. 139-
tomo
1-4,
A
que
3.0,
Ojeda
los
le
que traian
yo he mandado
debéis
cia,
146).
fol.
contesta: «Vi vuestra letra de 5 de
la
nao hurtada juntamente con
Almirante e Oficiales que
al
les
Lo que
decis
que se contiene en
el
pañola
en
les decía
el
:
Rey en
lo
que decis
En
lo
los
justi-
Capitanes
acaesce lo que a vos acaesfizo
proceso contra vos
que decis que queréis volver
Almirante nombre persona para que cumpla
la capitulación
(Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo
Dirigiéndose
les
que pasasteis con Esquivel e que
a continuar vuestro viage e que
lo
;
mucho excusar semejantes atrevimientos que quando
non por eso dexeis de continuar vuestro viage.
con vos
de 511
de Cuba os quisieron matar
fagan castigar conforme a
que llevan gente quieren darse buena manera non
cio agora.
Mayo
los
3.»,
fol.
yo he mandado proveer sobre todon.
147).
carta general al Almirante y Oficiales de la isla Es-
((Después de haber respondido vuestras cartas hasta las postre-
ras que fueron de 19 de
Hebrero llegaron
los
dos navios con Bartolomé Colon
XXTI
venimos en conocimiento que eran: una de Nicuesa fechada
Noviembre de
Nombre de
1510,
duda
sin
que envió con
la
el
9 de
carabela desde
la
Dios, en la que, después de narrar sus desdichas y
la
insubordinación de Lope de Olano, pedía urgente auxilio; otra de
Ojeda, fechada en
mente exponía
Cuba
mal
le
el
la
Española
de
el 5
Mayo
de 1511, en que igual-
desastre que su expedición había sufrido, que en
había querido matar Bernardino de Talavera y su gente,
el
que en Jamaica había recibido de Juan de Esquivel, que
le
trato
formó proceso, y pidiendo
volver a
Urabá
el
cumplimiento de su capitulación para
a encargarse del Gobierno; tres cartas escribía don
Diego Colón, fechadas en 25 de
y 15 de Mayo, y otra en
Abril, 5
unión de los Oficiales Reales, y en
confirmaban
ellas
los desastres
sufridos por los dos Gobernadores.
Habíanse fundado en
De
Corte grandes esperanzas en
la
el éxito
nuevas que nos escribís de Ojeda y Nicuesa nos ha pesado mucho por
las
gran perdida de gente que ha ávido y
ficisteis
muy
el
asiento que abia comen-
que obiese de hacer e dalle todo
lo
la
bien en dar nuestra carabela
a Ojeda para que vaya a socorrer la gente que dejo en
zado a hacer en Urabá; aconsejalle todo
de
favor que obiese menester y procurad que alguna persona acaudalada
le
el
ayude
con dinero y en ultimo termino con la Hacienda real para que aquella gente
perdida que alia quedo non perezca»
cuesa todo
en que de
mando que
para
capitulado, excepto lo
lo
Le manda que cumpla con Ojeda y Nide los 400 vecinos. ((Poned mucha diligencia
Jamaica
se les lleve el
mas mantenimiento que
deis a Nicuesa
y Ojeda todo
el
la isla
sostenimiento de aquellos dos asientos que han comenzado
el
aquello se sostendrá e paresceme que por agora la
llo
de
ser pueda, vos
favor e ayuda que obieren menester
la
Creo que
mexor negociación que en aque-
Tierra firme se puede hacer es sostener
lo
fecho e procurar apaciguar
la tierra».
Dice que Ojeda escribe que para defenderse de
ya había ordenado a Sevilla que
((Déla venida de
Arbolancha
dar buena cuenta de
las cosas
me ha
de
))Ojeda
lo
me ha
mas brevemente que
non ha venido a mi hasta agora por no
se
buenamente
pueda como
enviado a suplicar prorroga para
el
se pediere facer e lo
plazo que
tiempo que os parezca». (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo
Además de
la
carta general
al
se cree
que
si
Rey
el
Tesorero Pasamente
de 28 de Abril y 5 y 15 de
man-
lo suplicáis.
le
daba su capi-
sino existe inconveniente concedédsela por
tulación para hacer las fortalezas
D. Diego Colón y
armas, y que
placido porque es persona abile e que sabrá
alia, el
estar bien dispuesto e por el se fara lo que
dare despachar
los indios necesita
se las enviasen.
Mayo de
;
escribió
al
1511 y
vos despacharais aquella
el
3.°)
particularmente al Almirante
primero acusaba recibo de sus cartas
le
recriminaba diciéndole
Armada con
delygencia e
el
:
((por cierto
rrecabdo que
f-e
XXIII
ambas expediciones, y
Española
nolirias Iraiismilidas desde la
las
produjeron lan honda impresión en
ánimo
el
del Hey,
que
sin espe-
rar a que llegara Arbolancha para oir sus informes, dictó desde Tor-
25 del mismo mes de Julio
desillas el
remediar en
las
órdenes conducentes para
posible el desastre.
lo
Violenta por demás fué
carta que dirigió al Almirante Colón,
la
acusándole de haber dado lugar a que se llegara a
cosas por no haber provisto
Armada de todo
la
estado de
aípicl
necesario y de
lo
ti-
bieza en facilitar a Ojeda medios para que volviese a su Gobernación;
le
ordena cumpla
lo
con
él
y con Nicuesa capitulado, y termina con
estas duras palabras: «e por
lante a que nadie
mi
que non deis lugar aqui ade-
servicio
pueda decir que dexais de complir mis manda-
mientos, porque ya vedes quand mal suena e quan rescio seria de
corregir».
mandar que no
rrequeria e yo vos imbie a
rrescibido»
que han quedado vivos, y añade
Mayo que
rrecibieran tanto
ordena que con toda proatitud acuda
le
;
Oxeda
vos e los Oficiales fycisteis llamar a
menester para que
rexados non
me
el
e le preguntasteis
allí se
que habia
fuese a su voluntad servido porqvie vos a ello estabades apadebisteis aconsejarle e buscar formas y medios que
satisface
en estos casos se suelen buscar para que se remediara aquella gente e
que
de los
que decis en vuestra carta de quince de
«lo
:
daño como han
sostenimiento
al
habian comenzado a hacer no
se perdieran»
;
los asientos
ordena cumpla
le
lo ca-
pitulado con Nicuesa y Ojeda y procure ¡(favorecer ahora tanto este negocio que
le
satysfagais
lo fagáis
neis de
lo
que han perdido por quitalle
los indios
de tal manera que yo conozca por obra
me
servir e complir mis
(Archv. de Indias, E. 139-1-4, tomo
le
en que se cumplan
decía
de vos nin tenga cargo de
tomo
:
alia
las cosas
mi servycio que non
e
quan
rescio
de corregir».
seria
«Maravillado estoy como en este despacho
las cartas»
las capitulaciones
termina diciéndole que ccnon ay
e por
3.°)
recibi carta vuestra e creo
aqui donde yo estoy que trae
por servycio mió vos
pueda decir que dexais de complir mis man-
damyentos porque ya vedes quan mal suena
Al Tesorero Pasamonte
e
gana que vos decis que ther-
mandamyentos en tanto
deis lugar aqui adelante a que nadie
que vino con Arbolancha no
la
;
le
que por non ser
el
llegado
encarga que tenga especial cuidado
de Nicuesa y Ojeda y que sean socorridos, y
persona de quien yo faga
la
confianza que
de la facienda». (Arch. de Indias, E. 139-1-4,
3.°)
Por último
Española que
se
le
acusaba recibo a
los Oficiales
de Sevilla de los despachos de
la
habían remitido, en la siguiente carta
Oficiales de la
Casa de
la
Contratación de Sevilla.
—Tordesillas
25 de Julio
de 1511.
Vi vuestra letra de 9 de Julio
e rrescebi
con ella
los tres pliegos
de cartas que
XXIV
En
caria general a D. Diego Colón y Oficiales Reales les or-
la
dena que aconsejen y favorezcan a Ojeda para que vuelva a su Gobierno, y que socorran a Nicuesa <cpues por agora la mejor negocia-
ción que en aquello de la Tierra firme se puede hacer es sostener io
hecho e procurar apaciguar
Contestando a
tierra».
la
de Diego de Nicuesa de 9 de Noviembre
la carta
insubordinación de Lope de Olano,
de 1510 y refiriéndose a
la
recrimina diciéndole:
vos non os apartarades del navio en que
«si
lo
ibades non os acaescieran los trabajos que os acaescieron nin fuera
necesario executar
la xusticia
en los que
nin se per-
lo efectuasteis
diera el tiempo que se perdió ni se pusiera el negocio en el rriesgo
que se ha puesto de acabarse de perder del todo».
No menos
Mayo, en
la
fuerte es la contestación a la carta de
que haciéndose eco de
lo escrito
Ojeda de 5 de
por Ojeda de que Ber-
«quando
los
Capitanes que llevan xente quieren darse buena manera non
les
nardino de Talavera había querido matarle,
le
dice:
acaesce lo que a vos acaescio agora» y «lo que decis que pasasteis
el
Almirante
e Oficiales
Mucho me ha pesado
firme
embiaron para mi
del desbarate
que trujeron esos dos navios.
y mala fortuna que han abido
cuesa e a Oxeda para que no se acabe de caer
que sepamos
e la
si
lo quellos
de Tierra
tienen fecho, fasta tanto
ay oro en aquellos desiertos que agora tomaron e en que cantidad
manera que podrian therner para sacar proveolio de aquellas
Que manda a Pasamente
cumpla
los
ninguno otro remedio paresce que ay al presente sino favorecer a Ni-
lo
les
provea de
capitulado; a los de Sevilla
piden y las envíen a
la
les
Española para que
partes.
que necesitan y que se les
dice que se adquieran las armas que
las cosas
entreguen por mitad a Nicuesa
allí las
y Ojeda tomando seguridad de que pagaran su importe; que si hubiera posibilidad envíen un navio con víveres y si no que lo hagan lo antes que puedan «pa;
resceme que debéis publicar por todas
las partes
que vieredes que conviene en
el
lieyno las grandes muestras de oro que ay donde an comenzado a facer sus conciertos
dysciendo amas desto las otras cosas que vieredes que convengan para
e a los
ynvitar a la gente que vaya a Tierra firme
en adelante a las indias non les apremyeis
que quisiesen pasar de aqui
como fasta aqui en querer saber
nes son, especialmente siendo trabajadores
e
aun de
los
quie-
que no fuesen traba-
jadores non se deben tampoco apretar porque como vedes habrá alia necesidad de
xente para
la guerra.
))De la venida de
Arbolancha e abido plascer
pusicion de venir luego para
me ynformar
de
e quysiera questhobiera
las
podra dezir bien aellas esi non fuere partido debéis
niendo salud para
ello».
en dys-
cosas de alia, porque se que
dalle priesa
(Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo
3.",
que parta en therfol.
245).
XXV
con Esquivcl e que
proceso contra vos, non por aquello dexeis de
fizo
continuar vuestro viaje».
Síntesis de las anteriores fué la dirigida a los Oficiales de
la
Casa de
la
Contratación de Sevilla: ((uingun otro remedio parescc
que hay
al
presente sino favorecer a Nicuesa y
se acabe de caer lo
si
que
Oxeda para que no
ellos tienen fecho fasta tanto
ay oro en aquellos desiertos que agora tomaron»;
envíen
lo
que sepamos
les
ordena que
un navio con víveres y que publiquen
antes que puedan
por todas partes «las grandes muestras de oro que hay donde han
comenzado a facer sus asientos dysciendo ademas de
esto las otras
cosas que vieredes que convengan para ynvitar a la xente a que vaya
a la Tierra firme» y que procuren que Arbolancha venga a la Corte
en cuanto su salud se
Por último
le
al
lo
permita.
Tesorero de
Española Miguel de Pasamonte
la isla
como en
dice: «Maravillado estoy
este
despacho que vino con Ar-
bolancha no recibí carta vuestra e creo que por non ser
aquí donde
Yo
llegado
el
estoy que trae las cartas», y protesta de que ((non ay
de la persona de quien
Yo tenga
Estos documentos rectifican
que Ojeda no denunció
la
confianza que de vos».
la
suposición del P. Las Casas de
de que había sido víctima por
los atropellos
parte de Bernardino de Talavera,
que Esquivel hizo a Ojeda en
la
afirmación del buen recibimiento
la isla
Jamaica y
la excelente
armonía
en que quedaron, y demuestran que Ojeda desde que llegó a
pañola procuró arbitrar medios para
ir
a su
la
Es-
Gobernación y socorrer
a Francisco Pizarro y a Enciso.
Digna de estudio es
ciales de Sevilla de
saber
si
la
declaración hecha en la carta a los Ofi-
que debe de favorecerse a Nicuesa y Ojeda
hay oro en aquellos
tiempo se
les
desieriosi),
da para que publiquen
las
que hay donde han comenzado a hacer
y
la
orden que
al
i^hasla
mismo
grandes muestras de oro
los asientos,
a fin de
que
fuera gente en el navio que
mandaban armar,
ineficacia de la concesión de
mercedes e indultos para reclutar gente
no se vacila en recurrir
al
es decir, que ante
engaño para despertar
la
la
codicia de los
españoles y arrancándoles del seno de sus familias conducirles a
aquellas lejanas e inhospitalarias tierras, donde en vez de las ofre-
XXVI
más habían de encontrar
cidas riquezas los
la
muerte y todos
peli-
gros y privaciones sin cuento.
Pero
que más valor dan a estos documentos es que de
lo
deduce claramente que sin
ellos se
intervención del Tesorero Pasamonte
la
ni del
comisionado Arbolancha, puesto que cuando fueron escritas
ni éste
había llegado a
la
Corte ni de aquél se había recibido corres-
pondencia y sólo por los relatos que los mismos Nicuesa y Ojeda
hicieron de los desastres que habían sufrido, el
fracasados, y
los consideró
en sus puestos fué porque, como dice
los sostuvo
si
Rey
a los Oficiales de Sevilla, «ningún otro remedio encontraba sino fa-
vorecerlos para que no se acabase de perder lo que habían hecho
hasta saber
si
había oro en aquellos lugares».
Pocos días después ya no
pues en 9 de Septiembre
se
pensaba en
Corte del
la
mismo modo,
y haciendo referencia a que
^,
el
Rey
había hablado con Arbolancha, escribió a los Oficiales de Sevilla que
en vista de que
lo
de
la
muy
Tierra firme estaba
perdido y
el viaje
era largo y poco navegado no enviaran navios con mantenimientos
por
la
suya querían
de Julio todo eran apremios, ante
la
esperanza de que hu-
por cuenta de
la
Hacienda Real, pero
nos mercaderes que se
En 25
si
ir
algu-
les autorizase.
biera oro en Tierra firme, para que se enviasen socorros a los que
estaban a
allí
fin
de que no perecieran de hambre;
y sin duda por
bre,
los
las supuestas riquezas,
en
el
mayor abandono
el
9 de Septiem-
informes de Arbolancha de que no existían
parece largo y peligroso
a los
que
allí
el viaje
y se deja
estaban; así se procedía en
la
Corte con los que luchaban y sufrían penalidades sin cuento por en-
grandecer los dominios de España.
En
6 de Octubre siguiente, y sin que tengamos noticia de que
hubiera llegado ningún buque que trajera correspondencia de
1
1511,
Septiembre
9,
Burgos.
— El
«Lo de tierra firme quedo muy perdido y
Rey
el
decía
a
los
Oficiales
de
la isla
Sevilla
viaje es largo, poco navegado por eso
no curéis de embiar navios con mantenimientos de nuestra cuenta mas vayan
quieren algunos de mercaderes»
;
y hablando de la venta de la
sal
en
la isla
pañola refiere «lo que dice Arbolancha»; luego éste se encontraba ya en
(Acad.a de la
Hist.^', Colee.
Muñoz, tomo
90, fol. 88).
si
Es-
la Corte.
XXVII
Española, se expide una Real Cédula
de
a los Jueces de apelación
'
misma para que formasen proceso
la
Ojcda y Bernardino de
a
Talavera por los graves delitos que según informes recibidos habían
cometido, y
resultasen culpables se les prendiese y condenase en
si
derecho.
Cambio
tan radical hace creer que el
La Real Cédula expedida en Burgos en
1
D. Hernando
se había equivocado
6 de Octubre de 1511 dice así
etc. a vos los Xueces de apelación de las Indias Islas e Tierra
Mar Océano que
firme del
Rey no
rresydis en la isla Española salud e gracia
Sepades
:
que Yo he seydo ynformado que Alhonso Doxeda nuestro Gobernador de
Huraba ques en
vincia de
escesos, especialmente
uno degolló
la
Mar
Tierra firme del
questando en
Océano,
dicha Provincia,
la
muchos
la pro-
delitos
matar dos ombres,
fizo
>-:;
al
e al otro ahorco, e fizo executar otros dos ombres, e cortar la lengua
e a otro herrar en la frente e cortar dos dedos a otro
non guardándoles
sin ser oidos en xustycia,
fizo
fizo
nuevos xueces
e oficiales
la
de Xusticia para
qual
lo
:
mando
fizo e
orden de derecho
;
que diz que
e
sentenciar e executar
les
que aunque fuéramos seruidos seria Gobernador en
;
e dixo
Huraba
dicha Provincia de
la
:
f azer
e que vendria a la dicha Isla Española e cortaría la cabeza al Almirante D. Diego
Colon nuestro Visorrey e Gobernador de
la
dicha
isla,
e le llamo traydor e otras
palabras de ynxuria e dixo que Uevaria a doña Maria su muger del dicho Almi-
rante a la dicha Provincia de Huraba, e que vendria a la via de la dicha
Xoan
ñola e de la dicha Isla de Sant
rarla de
Indias
;
thomar alguna nao de
las
isla
Espa-
e que thomaria puerto e pan, e que proculas dichas
que fuesen o vyniesen de Castilla a
Doxeda
e con esta yntencion, el dicho Alhonso
e
Bernardino de Talavera,
vecino que fue de la dicha Isla Española, abiendose alzado con una nao, e urtan-
salieron de la dicha provincia de
Huraba con
su viaxe a la dicha Isla Española como dicho
rios,
fizo
diz que aportaron a la Isla de Cuba,
e
Huraba en
la
dicha nao,
propósitos depravados,
de seguir
dola de otros muchos vecinos de la dicha Isla e yéndose a
es, e
con tiempos e vientos contra-
donde diz que dicho Alhonso Doxeda
cometió otros muchos delitos e desconciertos; e que dicho Bernardino de
Talavera, dempues quen la dicha Isla entraron se aparto de la compañia del dicho
Alhonso Doxeda e con
la
dicha nao, se
alguaciles
non
fizo
lo
la
mayor parte de
la
xente que
pasar por capitán e la dicha xente
podiendo facer
;
e diz
los
lo
que ansi sentraron
susodichos llevaban en
xuro e poso de su mano
dicho Bernardino de
el
Talavera, los quales syguieron la Tierra adentro por la dicha Isla de Cuba, donde
fycieron
muchos
delitos e escesos,
maltratando
los caciques e
yndios della, thoman-
doles sus faciendas e mantenymientos contra su voluntad sin se
pagar e
lo
for-
zándoles las muxeres e sacándolas de su poder por fuerza para las traer consigo
por mancebas e ynjuriandolos gravemente e a otros dando muerte
que por
lo
que
los dichos
personas de su compañia ansi de
la
dicha nao, como de
los
;
por manera
Alhonso Doxeda e Bernardino de Talavera e
los
que
se alzaron en la Isla
que antes estaban con
el
Española
las otras
e
urtaron
dicho Oxeda e ficieron a los
yndios questaban de paz e con yntencion de Nos servir e ser nuestros vasallos
dieron cabsa, que se rrebelasen contra nuestro servycio,
lo
qual todo diz que a
Descargar