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Índice
Prefacio y agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Introducción. Una peligrosa construcción política llamada identidad nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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PARTE I. DE ILHA FORMOSA A REPÚBLICA DE CHINA
1. Europa en Asia, europeos en Taiwan . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Primeros pobladores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Dominio occidental: holandés (1624-1662) y español (16261642) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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2. La formación de una sociedad china en Taiwan . . . . . . . . . .
La época Ming-Zheng en Taiwan (1662-1683) . . . . . . . . . . . . .
La anexión a China durante la dinastía Qing (1683-1895) . . . .
La entrada en la contemporaneidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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3. La cesión a Japón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La República Democrática de Taiwan (mayo-octubre de 1895)
La colonización japonesa de Taiwan (1895-1945) . . . . . . . . . .
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4. Taiwan bajo la República de China . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La «reconquista» de Taiwan (1945-1949) . . . . . . . . . . . . . . . . .
De territorio periférico a salvaguarda de la civilización china
(1949-hoy) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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PARTE II. EL DILEMA TAIWANÉS: REUNIFICACIÓN
O INDEPEDENCIA
5. La construcción de la identidad del Estado chino . . . . . . . .
El programa de sinización del Kuomintang: 1949-1988 . . . . .
Iniciativas presidenciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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6. La construcción de la identidad del Estado taiwanés . . . . .
Taiwanización de Li Denghui y Chen Shuibian: 1988-2008 . .
Iniciativas presidenciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Algunas reflexiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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PARTE III. LA IDENTIDAD DEL ESTADO COMO
ARMA ELECTORAL
7. Elecciones presidenciales taiwanesas entre 1996 y 2004 . . .
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8. Dos grandes Alianzas y dos grandes periódicos: United
Daily News y The Liberty Times . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¿Por qué United Daily News y The Liberty Times? . . . . . . . . . .
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9. Las noticias electorales sobre la identidad del Estado . . . . .
Panorámica informativa de cada campaña construida por United Daily News y The Liberty Times . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La cuestión de la identidad del Estado en las campañas electorales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Introducción.
Una peligrosa construcción
política llamada identidad nacional
Según el modelo cívico de nacionalidad, la identidad nacional
es puramente política; no es otra cosa que la elección individual
de pertenecer a una comunidad basada en la asociación de individuos con ideas afínes. Por el contrario, la versión étnica sostiene
que la identidad nacional es puramente cultural. La identidad se
proporciona con el nacimiento, se impone al individuo.
GENEVIÈVE ZUBRZYCKI1
En la historia reciente, las tensiones étnico-nacionales han protagonizado buena parte de los conflictos políticos y militares. Casos extremos
como la utopía nazi, las guerras balcánicas, las crisis bélicas tras el desmembramiento de la Unión Soviética, el proyecto sionista o el escenario
libanés, pero también conflictos entre los nacionalismos instalados en la
«normalidad» como en los casos de Irlanda del Norte, España, Córcega,
Québec, o Tibet; ejemplifican cómo la nacionalidad puede convertirse en
argumento para el enfrentamiento político, e incluso el derramamiento de
sangre, el caos y la destrucción. Paradójicamente, en los lugares citados
los contendientes han gozado de largos periodos de convivencia pacífica
y constante mestizaje, hasta que los mitos y los prejuicios sobre «el otro»
se convierten en argumentos extremos y justificantes de la barbarie.
A lo largo de cuatrocientos años de historia, en la República de China,
más conocida como Taiwan, se ha conformado una sociedad china con sus
correspondientes dialectos y, aunque en la contemporaneidad han existido episodios puntuales de tensión étnica, puede afirmarse que la convivencia y el mestizaje han sido la norma.2 Sin embargo, con la llegada de
la democracia, el nacionalismo taiwanés ha irrumpido con fuerza en la escena política hasta lograr la presidencia del gobierno. ¿Era eso un síntoma de que esta convivencia pacífica era en realidad una convivencia obligada bajo la sinizante dictadura del Kuomintang (KMT)? Así lo vieron
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muchos analistas y expertos tanto en el interior de la isla como, sobre
todo, en el extranjero. Ahora que en las últimas elecciones (2008) ha vuelto a ganar el Kuomintang, habrá que esperar nuevas interpretaciones.
En cualquier caso, es un hecho que la irrupción del nacionalismo taiwanés y su reivindicación de un Estado propio han puesto en cuestión el
anclaje cultural chino de la sociedad taiwanesa, generando una crispación política que amenaza con fracturar la sociedad. En paralelo al proceso de democratización, la cuestión sobre la identidad del Estado ha ido
tomando protagonismo como parte del discurso político. Su uso por las
principales fuerzas políticas como estrategia electoral –en un marco de
tensión internacional con la República Popular China (en el que confluyen agentes tan poderosos como la UE, EE.UU. y Japón)– parece generar tensiones sociales inexistentes en la vida cotidiana de los isleños. Esa
tensión étnica que amenaza la convivencia en la joven democracia taiwanesa constituye el motivo impulsor de este libro.
Llamaba la atención Manuel Castells, en un artículo publicado en La
Vanguardia en 2005, sobre cómo las identidades nacionales o religiosas
cobran fuerza en nuestra época. Lejos de ser anacronismos, el sociólogo
invitaba a consultar la actualidad periodística para constatar que en nuestro mundo «cientos de millones de personas se mueven, a veces conflictivamente, a partir de identidades colectivas construidas a través de la
historia».3 Otro importante sociólogo, Zygmunt Bauman, establece como
factor principal para entender hoy el protagonismo del nacionalismo en
la política, la erosión del Estado-nación. Para Bauman no se trata de irracionalidad o pataletas atávicas, sino de decisiones racionales de nuevos
actores políticos que buscan un papel relevante en el contexto actual.4 En
cualquier caso, en ambos autores –y cabría decir que en muchos otros–
hay un elemento de consenso: tanto la identidad nacional como la identidad del Estado son construcciones artificiales. Una construcción que históricamente ha sido impuesta por las élites en función de sus intereses y
juegos de poder y que, en democracia, es deseable que sea resultado de
la elección de los ciudadanos.5
Identidad nacional, Estado, nación, nacionalismo, grupo étnico son
conceptos importantes, y reiteradamente discutidos. Aunque el lector encontrará muchas páginas con notas sobre estas nociones, en este libro no
se entra en el debate. No obstante, y dada la importancia que estos conceptos ocupan en el presente estudio, parece casi una obligación exponer
cuáles son los enfoques que se han utilizado a la hora del análisis.
De acuerdo con la definición de Georg Jellinek, el «Estado» es «la
corporación formada por un pueblo, dotada de un poder de mando originario y asentada en un determinado territorio».6 Respecto al concepto de
«nación»,7 se coincide con Eric Hobsbawm, cuando la define como
«cualquier conjunto de personas suficientemente nutrido cuyos miembros consideren que pertenecen a una “nación”».8 Y para «nacionalismo»
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se ha seguido la definición de Ernest Gellner, entendiéndose como una
ideología que con la «autodeterminación nacional» como principio y con
«cada nación un Estado» como llamamiento, promueve la congruencia
entre la unidad política y la unidad nacional.9 Finalmente, se ha considerado «grupo étnico», como una población humana cuyos miembros comparten sus propios mitos originarios, historia y cultura, conexionan a un
mismo territorio específico y poseen un sentimiento de solidaridad.10
En el caso de este libro, comprender la evolución de la sociedad taiwanesa y las transformaciones en su propia identidad a lo largo de la historia ha hecho necesario aproximarse a otras disciplinas. Pero entendiendo la comunicación en los términos señalados por Daniel Cabrera, es
decir, como un ámbito en el cual la sociedad se hace a sí misma, forjando su identidad a través y en la comunicación, el rol que juegan los mass
media en el debate político y, en concreto, en torno a la identidad nacional, es central.11 Pues bien, conocido el lugar que la comunicación ocupa
en la creación del imaginario colectivo de la sociedad, se hace necesario
determinar cuál es rol de los grandes periódicos ante los debates identitarios, y en concreto al relativo a la identidad nacional: ¿contribuyen a un
debate sereno sobre la cuestión o, por el contrario, se limitan a trasladar
la división interesada desde las élites políticas a la sociedad?
Por tanto, la construcción y la evolución de la identidad del Estado en
Taiwan, su uso por los partidos políticos como argumento electoral, su
reflejo en los principales periódicos taiwaneses y la actual tensión étnica-nacional en la isla, son los ejes en torno a los cuales se articuló la hipótesis de la investigación que alumbró este libro.
A lo largo de su historia, la conflictividad en Taiwan ha tenido causas
y orígenes muy diversos. En gran medida, éstos han tenido que ver con la
situación geoestratégica de la isla, el control de los recursos y su relación
con el continente chino. Igualmente puede afirmarse que, a lo largo de
cuatro siglos, en la isla se ha conformado una sociedad china. Sin embargo, con la erosión del apoyo internacional a la República de China y
la aparición en la escena política del nacionalismo taiwanés ha surgido
un conflicto de nuevo tipo: el cuestionamiento de la naturaleza china de
la sociedad taiwanesa realizado desde un grupo étnico chino. Desde las
primeras elecciones presidenciales se observa un protagonismo creciente del debate político en torno a la identidad nacional del Estado. Un debate sustentado en los afectos, apoyado en las fricciones existentes entre
las distintas comunidades étnicas que integran el conjunto de la isla,12
que monopoliza la capacidad de propuesta de las dos grandes formaciones políticas y que simplifica la vida política de la isla. Pero esa simplificación del debate político taiwanés no sería posible sin el concurso de
los grandes medios de comunicación, «colaboradores necesarios» de una
situación que, además de incurrir en graves riesgos de fractura social,
evita abordar otros puntos como la constitución de una agenda social de
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importancia, la profundización en la democracia con políticas de participación activa o despejar –con seriedad y realismo– las incógnitas sobre
el futuro de la isla.
Con el objeto de encontrar una argumentación para sostener esta hipótesis, este libro se estructura en las siguientes partes:
La primera parte pretende trazar un continuum histórico desde 1624,
fecha de llegada de la Companía Holandesa de las Indias Orientales, hasta 2004, año de las últimas elecciones presidenciales analizadas en este
trabajo. Uno de los objetivos de este apartado es introducir al lector en el
origen de los cuatro grupos étnicos taiwaneses y las vicisitudes de su
convivencia a lo largo de la historia. Podrá apreciarse cómo los chinos
–especialmente, los minnanes– se han ido convirtiendo en la mayoría de
la población de la isla Formosa, transformándola en una sociedad china
consolidada. Transformación claro, que se hizo a costa de los primeros
pobladores indígenas de la isla. La consolidación de una identidad nacional china sufrió un corte importante con la cesión de Formosa a Japón
en 1895. Se trata de un periodo de tiempo breve pero interesante porque
es útil para explicar el porqué de los conflictos entre los chinos que llegaron a la isla «antes» y «después» de 1945, cuando Taiwan dejó de ser
colonia japonesa. A continuación, se profundizará en la época de la dictadura del Kuomintang en Taiwan, en la que comenzaron los conflictos
entre los taiwaneses bajo la colonización japonesa durante medio siglo
atrás y los chinos llegados desde el continente desde 1945 y, particularmente, a raíz de la proclamación en 1949 de la República Popular China.
Esta parte se cierra con el proceso de transición hacia la democracia
abordando la evolución interna del KMT, la aparición del Partido Democrático Progresista (PDP), la transformación de la sociedad taiwanesa y
sus nuevas necesidades, las reformas políticas y la relación con China
continental.
En la segunda parte se estudia el proceso de la construcción de la identidad del Estado chino y taiwanés en la isla. Por un lado, se presentan los
programas de sinización implantados por el Gobierno del Kuomintang en
Taiwan desde 1945 para «reeducar a los isleños víctimas de la colonización japonesa durante medio siglo». Se señala también cómo esos programas se intensificaron –cultural e institucionalmente– especialmente
cuando el KMT perdió la guerra civil y trasladó el Gobierno de la República de China a Taiwan en 1949. El objetivo del programa de sinización
era inculcar la identidad nacional china a todos los isleños para así consolidar la legitimidad de la República de China en Taiwan, la primera línea de defensa mundial contra el comunismo chino y la última base desde la cual reconquistar el continente chino y liberar a los compatriotas
del «yugo maoísta». Por otro lado, se expone cómo, en el proceso de
construcción de un Estado chino en la isla bajo el estricto control del
Kuomintang, los movimientos independendistas para la construcción de
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la identidad del Estado taiwanés se iniciaron en ultramar, dirigidos por
las élites bensheng ren: exiliados en el extranjero por el agresivo plan de
sinización, por la represión (Incidente del 228, Terror Blanco) y, sobre
todo, debido a la reforma agrícola de 1953. Igualmente, en este apartado
se analiza la evolución del nacionalismo taiwanés en el interior de la isla.
Desde los pobres resultados del Partido Democrático Progresista a finales de los años ochenta del siglo pasado hasta la aparición de un nacionalismo oficial taiwanés alumbrado desde el gobierno del KMT a mediados de los noventa y que será sostenido por el PDP durante ocho años de
mandato (marzo 2000 - marzo 2008). El análisis del proceso de consolidación en la arena política de la propuesta nacionalista taiwanesa como
opción de gobierno, nos aproxima al origen de la polémica en la actual
sociedad taiwanesa en torno a la identidad nacional –¿somos chinos o
taiwaneses?– y la identidad del Estado: ¿debe la isla reunificarse con
China o debe alumbrar el nacimiento de un Estado independiente llamado República de Taiwan?
La parte que cierra este libro se ha dedicado a identificar el lugar que
la cuestión de la identidad del Estado ha ocupado en el debate electoral.
Para ello, se analiza la cobertura mediática dada por United Daily News
y The Liberty Times –dos grandes periódicos taiwaneses de información
general– a las campañas presidenciales de 1996, 2000 y 2004. En primer
lugar, se expone una síntesis de la experiencia electoral taiwanesa, aproximándose de forma panorámica a las primeras tres elecciones presidenciales democráticas. En segundo lugar, se aborda la relación entre las dos
Alianzas políticas y United Daily News y The Liberty Times. La finalidad
de esta parte es analizar el contenido de las noticias electorales, comprobando así la hipótesis anteriormente establecida.
Resumiendo, con todo ello, se establecen los siguientes tres objetivos
principales:
Aproximarse a la historia de Taiwan, conociendo así el panorama taiwanés antes y después de la llegada del Gobierno de la República de China, y también de la transición a la democracia.
Estudiar el proceso de la construcción de la identidad nacional china y
taiwanesa en la isla y sus respectivos discursos nacionalistas, acercándose así al origen de la actual tensión étnica en Taiwan.
Seguir las tres campañas presidenciales democráticas, exponiendo el
panorama general construido por United Daily News y The Liberty Times
durante los comicios, y averigüando si el uso de la cuestión nacional de
la identidad del Estado es o no una estratagema de los gabinetes de planificación política orientada a cautivar votos. Es decir, ¿será tan sólo un
arma electoral?
De esta manera, con este texto, se espera divulgar la experiencia taiwanesa para su conocimiento por otros investigadores sobre la historia
de Taiwan, los nacionalismos y la comunicación política en la comuni17
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dad hispanohablante en general y en España en particular. Al mismo
tiempo, también espera ser útil a todos los electores de hoy y potenciales
votantes de mañana para observar los fenómenos políticos; meditar sobre
su responsabilidad como elector y, en definitiva, descubrir «cómo es el
bosque que se oculta tras el árbol».
Notas
1. Geneviève Zubrzycki, «The Classical Opposition between Civil and Ethnic Models
of Nationhood: Ideology, Empirical Reality and Social Scientific Analysis», Polish Sociological Review, n.º 3 (2002), pp. 275-295, citado por Zygmunt Bauman, Identidad. Traducción castellana de Daniel Sarasola, Losada, Buenos Aires, 2005, p, 130.
2. Uno de los fundamentos de esta sociedad china es su alto grado de mestizaje, ya que
en un sentido estricto, la población taiwanesa puede dividirse en dos grupos. De una parte
los 14 grupos étnicos indígenas (2008), que genéricamente se denominan aborígenes y representan el 2 por 100 de la población isleña. El otro, el grupo étnico han, es –como en la
República Popular China– el grupo mayoritario. Entre estos últimos, y como consecuencia
del proceso democratizador, a partir de 1993 se consideran dividos en tres grupos étnicos
distintos: minnanes (79 por 100), hakkas (5 por 100) –ambos llegados antes de 1945– y
continentales, llegados desde 1945, que representan el 14 por 100 de la población. Véase
Wang, Fuchang 王甫昌. 當代臺灣社會的族群想像 Grupos étnicos imaginarios en la actual sociedad taiwanesa, 新細明體 (Socio Publishing), Taipei, 2003, p. 57. Respecto a las
lenguas y dialectos existentes en la isla pueden distinguirse de un lado, el grupo de las lenguas austronesias de la población indígena; y de otro, las vinculadas al chino como el minnan, el hakka y el mandarín.
3. Manuel Castells, «La importancia de la identidad». <http://www.navarro-tilloca.
org/castells.pdf>, con último acceso el 24 de agosto de 2008. Fuente: La Vanguardia, 5 de
noviembre de 2005.
4. Véase Bauman, op. cit., pp. 121-126.
5. Siguiendo la conocida distinción de Bernard Manin entre la política como identidad
y la política como opción, los comportamientos electorales pueden entenderse como una
combinación de identidad y opción, donde debería prevalecer más esta última. Es decir, que
los votantes elijan libre y racionalmente en función de las ofertas políticas de los partidos.
Véase Bernard Manin, Los principios del gobierno representativo. Traducción castellana
de Fernando Vallespín Oña, Alianza, Madrid, 1998, p. 256. Véase también Susana Aguilar
Fernández y Elisa Chuliá Rodrigo, Identidad y opción: dos formas de entender la política,
Alianza, Madrid, 2007.
6. Georg Jellinek, Teoría general del Estado. Traducción de Fernando de los Ríos
Urruti, Albatro, Buenos Aires, 1954, p. 111.
7. El historiador Eric Hobsbawm opina que hasta hoy no existe una definición uniforme sobre el concepto de la nación, y además afirma que «ni las definiciones objetivas ni las
subjetivas son satisfactorias, y ambas son engañosas». Eric Hobsbawm, Naciones y nacionalismo desde 1780. Traducción castellana de Jordi Beltrán, Crítica, Barcelona, 1990,
p. 16. De forma más extrema, Hugh Seton-Watson se cree obligado a concluir que nadie
será capaz de dar a la nación una definición científica. Véase Hugh Seton-Watson, Nations
and States, Methuen, Londres, 1977, p. 5.
8. Hobsbawm, op. cit., p. 17.
9. Véase Ernest Gellner, Naciones y nacionalismo, Alianza, Madrid, 1988, p. 13; David Miller, On Nationality, Claredon Press, Oxford, 1995, pp. 80-98. Según Anthony
Smith, «el nacionalismo surge sin una nación preexistente, la “nación” por la que lucha es
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sólo un embrión, un proyecto, una “nación en potencia”». Anthony David Smith, Las teorías del nacionalismo, Península, Barcelona, 1976, p. 247. Véase también Gellner, op. cit.,
pp. 79-80; Hobsbawm, op. cit., p. 18.
10. Véase Smith, op. cit., p. 21.
11. Daniel H. Cabrera, Lo tecnológico y lo imaginario: las nuevas tecnologías como
creencias y esperanzas colectivas, Biblos, Buenos Aires, 2006, p. 6.
12. El proceso de transición democrática alumbró tensiones que habían permanecido
latentes durante los años de plomo del gobierno del KMT. Actualmente pueden identificarse las siguientes fricciones entre los distintos grupos etnicos de la isla: a) bensheng renwaisheng ren (entre los han) a partir de los años setenta; b) aborígenes-han, desde comienzos de los años ochenta; c) minnanes-hakkas (entre los bensheng ren) desde los mediados
de los ochenta, y waisheng ren-minnanes a partir de los noventa. Véase Wang, op. cit.,
pp. 57 y 63.
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