Nota sobre el agua 9

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Notas sobre el agua en relación con la aplicación de la Directiva marco del agua
Nota sobre el agua 9
Integración de la política de aguas:
vincular toda la legislación comunitaria sobre el agua en un único marco
Proteger la calidad de los recursos hídricos de Europa ha sido una gran prioridad para la Unión Europea (UE) desde que
empezó a adoptar legislación en materia de protección del medio ambiente. Las primeras Directivas, aprobadas a mediados de los años 1970, fijaron una serie de normas de calidad destinadas a proteger la salud humana y el entorno, que
incluía las aguas superficiales, el agua destinada al suministro de agua potable, las aguas de baño, las aguas piscícolas y
para la cría de moluscos, las aguas subterráneas y el agua destinada al consumo humano. En la misma «generación»
legislativa, una Directiva que establecía las normas para regular el vertido de sustancias peligrosas al medio acuático fue,
durante muchos años, el principal instrumento de control de las
A pesar de ello, este enfoque de normas de calidad resultó
ser insuficiente para proteger las aguas contaminadas de
Europa. Cuando la eutrofización se convirtió en un problema
importante en el Mar Báltico y el Mar del Norte, así como en
determinadas partes del Mediterráneo a finales de los años
1980, la UE empezó a centrarse en el origen de los contaminantes.
Una fuente de agua potable en
Venecia (Italia)
Esta preocupación desembocó en la aprobación de la Directiva sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas
(TARU), que exige a los Estados miembros que inviertan en
infraestructuras para la recogida y el tratamiento de las
aguas residuales de las zonas urbanas, al tiempo que la
Directiva sobre la contaminación por nitratos exige a los
agricultores que controlen la cantidad de fertilizantes de
nitrógeno que aplican sobre el terreno. Por último, la Directiva sobre la prevención y el control integrados de la contaminación (IPPC, en sus siglas en inglés), aprobada unos años
más tarde, tiene por objeto minimizar los contaminantes
vertidos por instalaciones industriales de grandes dimensiones.
A fin de aportar coherencia a este mosaico de políticas y
legislación, la UE aprobó la Directiva marco del agua (DMA)
en 2000, creando así un planteamiento general y unificado
para la legislación sobre el agua.
La Directiva marco del agua
La Directiva marco del agua establece un marco legal para proteger y regenerar el agua potable en toda Europa y garantizar su uso sostenible y a largo plazo. (Su nombre oficial es Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de
aguas.)
La Directiva establece un enfoque innovador para la gestión del agua basado en las cuencas hidrográficas, las unidades
naturales geográficas e hidrológicas, y fija determinados plazos para que los Estados miembros logren ambiciosos objetivos medioambientales para los ecosistemas acuáticos. La Directiva afecta a aguas superficiales continentales, aguas de
transición, aguas costeras y aguas subterráneas. El artículo 10 detalla el «planteamiento combinado respecto de las fuentes puntuales y difusas» de la Directiva, y hace referencia a varias directivas relacionadas. La lista recogida en la parte A
del anexo VI incluye inter alia las Directivas sobre:
Las aguas de baño (76/160) (ahora sustituida por la 2006/7)
El agua potable (80/778, modificada por la 98/83)
El tratamiento de las aguas residuales urbanas (91/271)
Los nitratos (91/676)
La prevención y el control integrados de la contaminación (96/61, codificada como Directiva 2008/1/CE)
Los lodos de depuradora (86/278)
ara la Directiva, la aplicación de estas otras Directivas es un requisito mínimo. Las medidas para aplicarlas deberán estar
integradas en los planes hidrológicos de cuenca (artículo 11.3(a)).
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December 2008
Proteger las aguas de baño
El objetivo de la Directiva sobre las aguas de baño de
2006 es garantizar que los europeos disponen de aguas
limpias y seguras donde nadar o jugar. Sustituye a la
Directiva de 1976 con un sistema más sofisticado de
control y clasificación de las aguas de baño para la protección de la salud humana.
El planteamiento de muchas de las medidas que establece para minimizar los riesgos para los bañistas es similar
al de la Directiva marco del agua. Entre éstas se incluyen requisitos para diseñar planes de gestión para cada
lugar de baño y para facilitar al público amplia información y oportunidades de participación en el diseño de
dichos planes.
La Directiva sobre las aguas de baño está relacionada
con la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas (descrita más abajo) en cuanto a que la
principal amenaza para la salud de los bañistas es la
contaminación fecal, debida con frecuencia a un inadecuado tratamiento de las aguas residuales y a la contaminación procedente de los residuos de animales. Establece cuatro categorías para clasificar los lugares de
baño: «excelente», «bueno», «suficiente» e
«insuficiente» sobre la base de niveles de dos indicadores microbiológicos (E. Coli e Intestinal Enterococci).
Niños jugando en una playa en España. Garantizar
la pureza de las aguas de baño es necesario para
proteger la salud humana.
Las aguas de baño clasificadas como «insuficientes»
requieren medidas de gestión, entre las que se incluye la
prohibición o la advertencia contra el baño, así como la
protección de los bañistas para evitar que se expongan a
la contaminación.
El planteamiento combinado
A fin de lograr los objetivos medioambientales fijados en
la Directiva marco del agua, los Estados miembros están
obligados a elaborar programas de medidas para cada
demarcación hidrográfica (o parte de una demarcación
hidrográfica internacional dentro de su territorio). El planteamiento combinado de la DMA respecto de las fuentes
puntuales y difusas pone en relación los requisitos fijados en las otras Directivas a través de los programas de
medidas.
Garantizar agua potable limpia
La Directiva sobre el agua potable (98/83/CE) también
tiene como objetivo la protección de la salud humana.
Fija normas destinadas a garantizar que el agua que
consumen los ciudadanos de la UE esté limpia, sea salubre y cumpla las recomendaciones de la OMS.
Además de los controles de emisiones fijados con arreglo a la Directiva IPPC, la Directiva sobre el tratamiento
de aguas residuales urbanas y otras, el planteamiento
combinado aborda también las fuentes difusas, como las
sustancias químicas utilizadas en la agricultura exigiendo
la aplicación de las mejores prácticas medioambientales,
controles de productos y otras medidas.
Los Estados miembros deben controlar la calidad del
agua potable suministrada a sus ciudadanos, así como
el agua utilizada en la industria alimenticia atendiendo a
los 48 parámetros químicos y microbiológicos fijados en
la Directiva. Las comprobaciones del agua potable se
realizan según sale del grifo tanto en instalaciones públicas como privadas. Los Estados miembros de la UE
pueden añadir normas adicionales o más estrictas que
las recogidas en la Directiva sobre el agua potable, pero
nunca más permisivas.
La DMA también coordina los objetivos medioambientales fijados en la legislación anterior estableciendo un
nuevo objetivo general de calidad o de buen estado para
todas las fuentes de agua, poniendo así en relación los
controles de las emisiones con el cumplimento de objetivos de calidad, tanto químicos como ecológicos. La Directiva exige a los Estados miembros que, siempre que
sea necesario, apliquen controles más estrictos a fin de
cumplir los objetivos de la DMA.
A fin de cumplir las normas fijadas por la Directiva sobre
el agua potable, puede ser necesario realizar importantes inversiones en el suministro de agua y en la infraestructura del agua potable, especialmente en los 12 nuevos Estados miembros (véase el cuadro de la página
siguiente).
El requisito de alcanzar un buen estado químico está
además relacionado con la disposición de la DMA relativa al listado de sustancias prioritarias en casos en que la
UE tiene que actuar debido a los riesgos que tales sustancias suponen para la salud humana y el medio ambiente (véase la Nota sobre el agua 8 dedicada a la contaminación química de las aguas superficiales).
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La DMA complementa los requisitos de la Directiva sobre
el agua potable estableciendo perímetros de protección
donde se extrae el agua destinada al consumo humano.
El agua potable se protege, por lo tanto, desde la fuente
de la que se extrae hasta su suministro en el grifo.
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Tratar las aguas residuales urbanas
La Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas exige a los Estados miembros que recojan y
traten las aguas residuales de las zonas urbanas.
Los requisitos específicos dependen del tamaño de las
llamadas «aglomeraciones urbanas», zonas donde la población o las actividades económicas están concentradas,
así como de la sensibilidad de las aguas en las que se
producen los vertidos. Las «zonas sensibles» (que tienen
que ser designadas por los Estados miembros) son zonas
eutróficas o con riesgo de eutrofización, zonas utilizadas
para la extracción de agua potable o zonas donde son
necesarios más tratamientos para cumplir otras Directivas
(como la Directiva sobre las aguas de baño). En algunas
zonas, los vertidos de aguas residuales pueden provocar
consecuencias ambientales más graves si no se extraen
los nutrientes y otras sustancias contaminantes.
La Directiva exige que en todas las zonas urbanas con el
equivalente de más de 2000 habitantes se realice, como
mínimo, un tratamiento secundario (biológico) de las
aguas residuales. El tratamiento de las aguas residuales
de zonas sensibles o con una población superior a 10 000
habitantes deberá ser más estricto.
La aplicación de la Directiva sobre el tratamiento de las
aguas residuales urbanas es una de las más caras de la
legislación comunitaria, y afecta a más de 22 000 zonas
urbanas de toda Europa. Establece además los requisitos
del tratamiento previo de los sistemas colectores de entrada de las aguas residuales industriales así como de la
evacuación de los lodos de depuradora.
En la actualidad, el principal reto consiste en que los 12
nuevos Estados miembros que se adhirieron a la UE en
2004 y 2007 cumplan la Directiva. La aplicación de dicha
Directiva en estos 12 países tendrá un coste aproximado
de 35 000 millones de euros, y los dos países con mayor
número de habitantes (Polonia y Rumanía) tendrán que
invertir más de 10 000 millones de euros cada uno. Estas
inversiones contarán con ayudas de los fondos comunitarios, pero los usuarios también tendrán que hacer su contribución (véase el cuadro de abajo).
Las producciones ganaderas intensivas pueden ser una
importante fuente de contaminación producida por nitratos.
Recuperar la calidad de las aguas europeas
Uno de los principales problemas en relación con la contaminación de las aguas europeas es la eutrofización: un
proceso por el que las masas de agua, como lagos, estuarios o corrientes lentas, reciben un exceso de nutrientes (como compuestos de nitrógeno y fósforo) que estimulan un excesivo crecimiento de las plantas, denominado comúnmente proliferación de las algas. Cuando la
materia vegetal muerta se descompone, desciende el
contenido de oxígeno disuelto en agua, provocando la
muerte de otros organismos, como peces.
Presentan síntomas de eutrofización el 40 % de los ríos
y lagos europeos, los Mares del Norte, Báltico y Negro,
así como partes considerables del Mar Mediterráneo.
Los nutrientes pueden provenir de diferentes fuentes. La
contaminación de fuente difusa de la agricultura, como
los fertilizantes de nitrógeno aplicados sobre los campos
cultivados, el estiércol de la cría de ganado y la erosión
del suelo rico en nutrientes son responsables de entre el
50 y el 80 % de toda la contaminación del agua. La segunda fuente más importante de contaminación del agua
son las aguas residuales que se originan en las plantas
de tratamiento. La legislación comunitaria aprobada en
1991 aborda ambas fuentes.
Financiar los servicios relacionados con el
agua
Debido al alto coste de las inversiones que han de realizarse, especialmente en los 12 nuevos Estados miembros, la UE está financiando la construcción de instalaciones de agua potable, plantas de tratamiento de aguas
residuales y redes de saneamiento a través de sus Fondos de Cohesión y Fondos Estructurales. Entre 2007 y
2013, se destinará un total de 22 000 millones de euros
aproximadamente a estas inversiones. Más del 60 % de
los recursos se destinarán a los nuevos Estados miembros, y la cantidad restante, a las regiones más pobres de
los 15 antiguos Estados miembros.
En virtud de la Directiva marco del agua, los Estados
miembros deberán garantizar que los costes cargados a
los consumidores de agua en concepto de servicios, tales
como el suministro de agua dulce y la recogida y el tratamiento de aguas residuales, reflejan los costes totales de
la extracción, el tratamiento y el transporte a los consumidores. Sin embargo, la DMA también prevé algunas excepciones para zonas menos favorecidas o para garantizar el acceso a los servicios básicos.
Cuba de sedimentación en la planta de tratamiento de
aguas residuales de Hoogstraten (Bélgica)
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Reducir los nitratos de la agricultura
La Directiva sobre nitratos (91/676/CEE) tiene por objeto evitar que los nitratos procedentes de fuentes agrícolas afecten a las aguas superficiales y subterráneas. Exige a los Estados miembros que (1) determinen qué aguas están ya afectadas o pueden estar afectadas por la contaminación por nitratos, (2) designen como «zonas vulnerables» todas las zonas
cuya escorrentía fluya a aguas contaminadas, (3) elaboren programas de acción dentro de las zonas vulnerables, y (4)
controlen y evalúen los programas de acción y los revisen según sea necesario con el fin de lograr los objetivos fijados
por la Directiva.
Los Estados miembros deberán establecer códigos de buenas prácticas agrícolas que los agricultores podrán aplicar de
forma voluntaria. Los programas de acción para zonas vulnerables deberán incluir las medidas establecidas en los códigos de buenas prácticas, así como aquéllas que sean necesarias para limitar la aplicación de cualquier abono nitrogenado
a los suelos, que pueden requerir la inversión en instalaciones de almacenamiento de estiércol.
El planteamiento de la Directiva sobre nitratos está demostrando ser eficaz. En un reciente informe sobre su aplicación se
indicó que entre 2000 y 2003, las concentraciones de nitratos se habían estabilizado o habían disminuido en el 86 % de
las zonas controladas.
Medidas comunes a todas las Directivas comunitarias destinadas a proteger la calidad de
las aguas
Directiva Medida
DMA
Normas de calidad del agua
Identificación de riesgos
Clasificación de las masas de
agua
Plan de gestión
Valores límite de emisión
Información al público
Participación del público
Control
TARU
Baño
X
X
X
X
X
X
X
Agua potable
X
X
X
X
Nitratos
X
X
X
X
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X
X
X
X
X
X
X
Las principales Directivas comunitarias destinadas a proteger la calidad del agua recogen una serie de medidas, que
van desde normas de calidad a planes de gestión y requisitos para garantizar la información del público y su participación. La Directiva marco del agua hace uso de prácticamente todas estas medidas y también establece un planteamiento combinado que pone en relación otra legislación sobre el agua.
El papel de los planes hidrológicos de cuenca
La DMA también está relacionada con otras Directivas del sector del agua ya que las medidas adoptadas por los diferentes instrumentos son similares. Entre éstas, cabe destacar el requisito, recogido tanto en la DMA como en las Directivas
sobre aguas de baño y nitratos, de elaborar planes de gestión y de ofrecer al público amplia información y posibilidades
para participar en el diseño de los planes.
Todas estas medidas deberán integrarse en los planes hidrológicos de cuenca, los cuales deberán, por su parte, ofrecer
resúmenes de las medidas necesarias para aplicar cada una de las otras Directivas. De este modo, el planteamiento combinado de la DMA pone en relación todo el resto de legislación comunitaria relacionada con la calidad y la cantidad de
agua.
Sistema de Información sobre el Agua para Europa (WISE)
WISE recoge y presenta información de toda Europa sobre las cuencas hidrológicas y su gestión, incluidos los datos recopilados a través de los programas de control de la calidad del agua de los Estados miembros en relación con las aguas
subterráneas, ríos y lagos. Por ejemplo, http://www.eea.europa.eu/themes/water/mapviewers/bathing ofrece un mapa
interactivo con datos sobre la calidad de las aguas de baño en toda Europa en 2007.
Los sitios web de la Comisión Europea, que tienen enlaces con WISE, ofrecen más información sobre la Directiva marco
del agua y la legislación relacionada con el agua. Véase: http://ec.europa.eu/environment/water/index_en.htm.
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ES-ISBN 978-92-79-11831-9
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