Corona del Sagrado Corazón Inmaculado de Maria SS. Por el

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Corona del Sagrado Corazón Inmaculado de Maria SS.
Por el Padre Franco Verri
PRO MANUSCRIPTO
Por el decreto de la Sagrada Congregación de la Fe (Actos del la santa
Sede 58/16 del 29/12/1966) y aprobada por el Papa Paulo VI el
14/10/1966.
ESQUEDA DE LA OBRA:
CORONA DEL SAGRADO CORAZÓN INMACULADO
DE MARIA SS.
LA SEMIENTE:
Milán, 8 Enero 1994
EL NACIMIENTO: Milán, 8 Diciembre 1997
ES UNA AGREGACIÓN DE FIELES LAICOS quienes con Maria SS., Madre y Maestra,
rezan y obran para el triunfo de su corazón inmaculado.
LA FINALIDADES DEL LA OBRA SON:
-
Santificación de los Sacerdotes;
-
Valorización de la misión eclesiástica de la mujer según el proyecto de Dios;
-
Incremento de vocaciones.
LO ESPECIFICO:
Valorización de la maternidad espiritual de la mujer para la salvación de las almas según el admirable ejemplo de Maria SS.
LA ESPIRITUALIDAD: santificación personal perseguida con la oración y la acción junto con hermanos/as, quienes se inspiran al modelo evangélico de la “piadosas mujeres” y
de S. Juan Apóstol.
EL CONJUNTO:
es un grupo de doce agregados
MARIANITA:
(de Maria SS.)
JUAN-NITA: (de S. Juan Apóstol)
VINCULO DE AGREGACIÓN:
la Consagración
EL SÍMBOLO:
es el Corazón de Maria SS. rodeado de rosas
ESPÍRITU ECLESIAL:
por su naturaleza y finalidades la obra se propone a la Iglesia como medio de santificación con el magisterio pontificio, con la misión evangelizadora, orientación pastoral, las urgencia de la Iglesia misma.
DEL ESTATUTO
1°
La "Corona del Corazón Inmaculado de Maria SS." es una agregación
de fieles laicos, quienes se empeñan en el camino de su santificación con la
oración e la acción bajo la guía de Maria SS. para que triunfe su Inmaculado Corazón.
2°
Las finalidades de las obras son:
-
la santificación de los Sacerdotes;
- la valorización de la misión eclesial de la mujer según el proyecto de Dios;
-
la floración de vocaciones en la Iglesia, para la Iglesia.
3°
Concientes que cumpliendo la Divina Voluntad los agregados son:
hermanos, hermanas y madres de Cristo, ellos cuidan la propia santificación
y la salvación de todos. Las agregadas valorizan su propia maternidad espiritual en ventaja de cuantas mas almas es posible, a ejemplo y con la ayuda
de Maria SS., Madre de la Iglesia y mediadora de todas las gracias.
4°
La oración, razón de ser de la obra, es prioritario empeño de los agregados.
5°
El modelo comunitario evangélico al cual la obra toma la inspiración,
es el grupo de las piadosas mujeres, que seguían a Jesús y acudían a El y a
los Apóstoles.
6°
La más alta y ejemplar testimonianza de fidelidad a Cristo y a Maria
SS. fue la de las piadosas mujeres y de Juan cerca de la Cruz. Con el ejemplo de Ellos, los agregados estimen la S. Misa riatuaccion del Sacrificio de
Cristo, culminación y fuente de la propia fidelidad y de su amor esponsal
para El y hacen de la SS. Eucaristía el centro de su vida.
7°
La agregada es clamada "Marianita", para la declarada voluntad de
amar y seguir a Maria SS., Madre y Maestra.
El agregado se clama “Juan-nita”, parque reconoce en S. Juan
Apóstol y Evangelista el primero y ejemplar Hijo de Maria SS. y se propone de imitarle.
8°
Un grupo de doce agregados constituye una "Corola". Ella no será
solamente un grupo, un conjunto de personas, mas una comunidad de
hermanos que quiere proseguir un camino de oración y de acción según
las finalidades de la obra.
La Obra es entonces un conjunto de Corolas.
9°
La Corola es convocada y guiada por un/una jefe –corola y la asiste
espiritualmente un sacerdote.
Las reuniones de Corolas son tiempos fuertes de la Obra. La presencia y
activa participación en ellas son: condición y signo de efectivo pertenecer
a la obra.
En eventuales casos de enfermedad o de agravio, el asentado supla uniéndose a los hermanos espiritualmente.
10° De Maria SS. y de S. Juan, unidos fielmente a Pedro en la Iglesia,
marianitas y juan-nitas toman ejemplo y estimulo para la fidelidad y la
docilidad al Sumo Pontífice y a los Apóstoles unidos con El.
Para los sacerdotes profesan estima y veneración; para ellos rezan, con ellos trabajan en la actividad pastoral.
11° Para su propia formación y para una eficaz colaboración a la evangelización, marianitas y juan-nitas aprovechen con amor y constancia el
conocimiento de la Sagrada Escritura, ya sea personalmente ya en comunidad, y sobretodo el Evangelio.
12° Después de un congruo periodo de prueba, la marianita, el juannita, estimados idóneos por el jefe-corola y por el sacerdote asistente, con
la voluntad del responsable eclesial de la obra, confirman la propia definitiva agregación a la Obra con una determinada consagración.
L’IMMACOLATA DELLE ROSE BLU
ENTRE HISTORIA Y CRÓNICA
La obra “Corona del Corazón Inmaculado de Maria SS.", después de cuatro
años de vida escondida y humilde, vino a la luz el ocho de diciembre del
1997.
Con una solemne concelebración eucarística, la obra nació en la fiesta de la
Inmaculada, en la iglesia de S. Benito en Milán.
Un grupo numeroso de los primeros amigos, hacían corona entorno del
altar, alternándose variadamente en idioma italiano e alemán, en cuanto
los presentes provinieron del Alto Adige y de Austria.
La obra es seguida por un Sacerdote y de una madre de familia, ambos
empeñados en la espiritualidad de la Divina Voluntad.
Estos dos no son los autores de la Obra, por eso se reconocen y obran como medios de la Divina Voluntad en esta iniciativa providencial, verdadero don de la gracia en la Iglesia y para la Iglesia.
En la exhortación “Christifideles laici” Juan Pablo II indica come sea “muy
oportuno que obras nuevas, asociaciones y algunos nuevos movimientos,
por sea difusión y expansión a menudo nacional y también internacional,
tengan que recibir una aprobación oficial”.
Esta obra desea esta aprobación eclesial, por cuanto pequeña y aun poco
conocida.
Los frutos espirituales, que en ella brotan, son una esperanza para su desarrollo a ventaja de tota la Iglesia.
MIRADA RETROSPECTIVA DESPUÉS DE TRES AÑOS DE
SU INICIO
Icona de la obra: Jesús ofrece una rosa a Maria SS.
Homenaje floreal a Maria, y, en Ella, a todas las mujeres.
Maria SS. es la “rosa mística”; son llamadas a ser, en el proyecto de Dios,
la rosas del jardín de la creación.
Una “corona de rosas” es entonces símbolo y figura de una movilización
de todas las mujeres entorno a Maria SS. para la victoria del bien sobre el
mal, es decir, para el triunfo de su Corazón Inmaculado.
La obra, entonces, se identifica y se caracteriza para una nativa y empeñada dimensión mariana-femenina y juan-nita-masculino.
En efecto su identidad es manifiesta en la segunda finalidad: “valorización
de la misión de la mujer según el proyecto de Dios”.
Es una conquista para alcanzar, una promoción para favorecer y es un
empeño cristiano de la vida en la Iglesia.
Desde el Concilio Vaticano II a hoy, se han colocadas muchas piedras miliares en el camino de la Iglesia, en merito de la mujer, de su vocación y
misión para una mejor valorización para ella.
La mujer en el magisterio de la Iglesia
No se pretende, aquí, de proponer una lista y reseña con racional juicio de
los testos y documentos conciliares-pontificios-pastorales, relativos a la
mujer.
Solamente se desea evidenciar la punta del “iceberg”, reenviando al lector
a las fuentes.
En el mensaje final del Concilio Vaticano II estas palabras de presagio y
auspicio, resonaron:
“Viene la hora, la hora ha venido, en el que la vocación de la mujer se desarrolla en plenitud, la hora en la que la mujer adquiere en la sociedad un
influjo, una irradiación, un poder hasta ahora jamás habido. Es por eso,
que, en un momento en que la humanidad conoce una tan profunda transformación, las mujeres iluminadas por el espíritu evangélico pueden obrar
con fuerte ejemplo ayudando la humanidad para che no desfallezca jamás.
Ya los sumos Pontífices Pio XII y Juan XXIII habían tomado análogas posiciones con
respecto a la vocación de la mujer.
Paulo VI en el discurso del 1976 así: “En el cristianismo, mas que en cualquier otra
religión, la mujer desde las origines tiene un estatuto de dignidad, de la cual el
Nuevo Testamento nos atestigua no pocos e no pequeños aspectos (…): es evidente que la mujer es puesta a participar de la estructura viviente y operante del cristianismo, en tal modo que tal vez aún tienen que poner en evidencia tutas las
virtualidades.
El actual sumo Pontífice, en la tradición de sus predecesores, ha desarrollado con
mayor fuerza reflexiones y profundidad para expresar y hacer mas evidente en la
Iglesia tales virtualidades de la mujer.
En esta línea es famosa su carta apostólica “Mulieris Dignitatem” del año 1988,
fechada el 15 agosto, solemnidad de la Asunción de Maria SS.
Maria SS. la “Mujer” vencedora
El binomio Muyer y Maria SS. es ya síntesis de todo el documento. Por eso, Maria
SS. es la Mujer en el sentido integral, óptimal, universal.
Esta consideración: Maria SS., la Mujer que ha ensalzado todas sus virtudes, dones, carismas, ha realizado perfectamente el proyecto de Dios para si misma; es
esta la idea maestra de la obra.
De hecho es la premisa de cuanto sigue: si en la Iglesia la mujer es respectada, con
todas sus potencialidades de fecundidad y maternidad espiritual, de caridad, apostolado, evangelización, se puede llegar verdaderamente al triunfo del bien sobre
el mal, aunque hoy, parezca utopía.
Es posible, finalmente, “aplastar la cabeza” de la serpiente antigua, realizando definitivamente la celebre predicción divina: “Yo pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu estirpe y la suya: esta te aplastará la cabeza…” (Gn. 3,15)
Es todavía el Papa actual quien invita a la Iglesia a agradecer a la SS. Trinidad por el
misterio de la mujer, por “las grandes obras de Dios” que durante la historia de generaciones humanas se realizaron “en Maria y por ella”.
El Papa concluye así su documento: “La Iglesia pide… que estas inestimables manifestaciones del Espíritu (1Cor. 12,4 ss.) que con abundancia son donadas a las
“hijas” de Jerusalén eterna, sean con cuidado reconocidas, ensalzadas, porque vuelvan a ser de común ventaja de la Iglesia y de la Humanidad…”.
La obra trabaja, mas sobre todo reza en esta dirección, sobre este surco,
siguiendo estas líneas.
Animando almas a una fuerte oración, con constancia, se construye
sólidas premisas a las cuales el deseo del Papa haya consecuencias
concretas.
Todo es posible para quien tiene fe.
En comunión con Maria SS., bajo cuya guía se ponen marianitas y juannitas, los agregados a la obra hay certeza de contribuir eficazmente a todo
progreso cristiano de la mujer y a la plena capacidad eclesial según el plan
de Dios.
Este objetivo, alcanzado se puede con fe y constancia, es en acuerdo con
la afirmación segura en la victoria de Maria SS. contra Satanás y su estirpe.
Un grupo femenino muy a menudo olvidado
Coherentemente con la finalidad de la obra, se descubren y son
presentadas como modelo comunitario las “piadosas mujeres” del
Evangelio. Los agregados a la obra y sobretodo las marianitas, tienen
entonces un modelo del cual pueden tomar ejemplo para la vida, en la
oración y en la fidelidad a Cristo en cada situación social y condición de
vida.
Es necesario recordar que el grupo evangélico de las “piadosas mujeres”
es muy olvidado en la catequesis y en la praxis de la Iglesia.
Es todavía el Papa actual en la recordada exhortación “Mulieris
Dignitatem” que, en manera loable ha evidenciado este problema.
El Papa presenta a estas mujeres santas en su ejemplar fidelidad a
Cristo, a los pies de la Cruz, unidas a Maria SS.
“Ellas se relevaren mas fuertes que los Apóstoles”, observa el Papa, y
las evidencia como “las primera hacia la tumba”. “Son las primeras che
constatan che es vacía, son las primeras a escuchar: “No está aquí. Es
resucitado como había dicho” (Mt. 28,6). Son las primeras a abrasar los
pies y son ellas, las primeras, llamadas a anunciar a los Apóstoles la
Resurrección.
Estos primados de amor y de fidelidad son maravillosas testimonianzas
comunitarias.
Estas mujeres, tan a menudo olvidadas, en la obra son propuestas como
modelo de imitar, de seguir y de observar, en el cual reconocerse en la
Iglesia de hoy.
Non se trata de la mujer singula, modelo de una singula persona, mas,
de un modelo comunitario para una realidad comunitaria, un grupo: la
Corola.
Para una obra que tiene finalidad femenina es obvio que haya un
prototipo al cual acudir, un ejemplar evangélico de vida cristiana de los
origines, un espejo de fiel secuela.
Es propio esta fidelidad femenina, que tal vez pone en evidencia la poca
fidelidad y coraje de los mismos.
De hecho, si consideramos a los singulos Apóstoles, y el grupo, viene a
la luz graves defecciones claramente evidenciadas por los evangelistas.
Como contraste: Juda, el traidor, Pedro, quien perjura, el grupo de los
Apóstoles en fuga durante la Pasión de Cristo, Tomas el infiel… vemos
compacto y unidos el grupo de las mujeres, que deslumbran de fidelidad y
de amor concreto a Cristo, hasta la cruz.
Son valores de fe, de amor a Cristo, de secuela constante, de servicio
fraterno a El y a los Apóstoles, que no se deben olvidar nunca. Es una
ofensa a Cristo no apreciar lo que El ha apreciado y valorizado.
No se podría hablar de novedad, aunque sí de originalidad en el
proponer a modelo non un personaje particular, un santo/a, mas un grupo
ejemplar “de mujeres”.
Se observe come la estructura de la obra distingue el grupo mas bien
que el particular, el individuo. De hecho el núcleo de la obra es la Corola,
que es un grupo organizado orante y operante de doce agregados en un
itinerario de comunidad. La obra por lo tanto, es la conclusión es el total
de las Corolas.
No hay agregados aislados, de norma, no hay pétalos sacados, mas
Corolas.
El asociacionismo es una constante de la dinámica eclesial. Además:
“donde dos o tres están juntos en mi nombre, Yo estoy con ellos” (Mt.
18,20).
El discípulo a quien Jesús amaba
Hay un relieve particular en la obra, Juan, Apóstol y Evangelista. Mas
que sus estupendos escritos, Evangelios, cartas, Apocalises, es sobretodo la
persona de Juan a quien debemos tener presente, por lo que se debe obrar
y hacer. El, junto a la piadosas mujeres, en cuando a la fidelidad, queda
muy bien, porque mereció de granjearse toda la estima del Maestro.
También El, Juan, tiene sus apreciadas obras di dedición hasta los pies de
la cruz de Jesús.
Fue el primero a seguir a Jesús como discípulo; fue el único a descansar
sobre el pecho de Jesús; fue el único Apóstol ser presente al Calvario. Es el
primero de la categoría de hijos de Maria SS. en el orden de la gracia. Es el
primer miembro de la Iglesia; fue el primero a descubrir el sepulcro vacío
y a creer a la Resurrección de Jesús. Se distingue entre los Evangelistas
por la profunda inteligencia del misterio de Cristo. Es con el Apocalises
aquel que remata la revelación divina.
Luego: Juan y las piadosas mujeres. Es evidente la interconexión de
amor. Juan - Maria SS., y de solidariedad y condivisión – fidelidad:
mujeres – Maria SS.
Esta tipología evangélica confiere a la obra atendibilidad, genuinidad,
credibilidad.
Es emblemático de la obra la doble afidabilidad: Maria a Juan, Juan a
Maria, verdadero testamento de donación de Jesús en sus últimos respiros
de vida, en la cruz.
Jesús, ofreciendo a Juan la Madre suya, “Rosa Mistica”, dona la
realidad más querida de su corazón. Parece justificado revisar en este
importante y extremo acto de Cristo el arquetipo de la obra, su raíz
evangélica.
Las dimensiones Marianidad, feminidad, finalidad eclesial en orden a la
santidad de los Sacerdotes y al desarrollo florido de vocaciones, la
finalidad femenina, el fuerte y prioritario empeño de la oración, la
ejemplaridad de las piadosas mujeres y la leadership de Juan son,
entonces, la notas de una obra recientemente echada en el viviente terreno
de la Iglesia.
Esta pequeña grey de almas orantes y operantes, son verdaderamente
fuerza propulsora, que empuja y promueve el triunfo de la luz sobre el
mal.
Parece de individuar en esta obra un signo de aquella movilización
eclesial al que hizo referencia el Papa en Fatima el 13/5/1982.
“Es el tiempo en el cual también el Espíritu Santo mueve, mediante la
Virgen, toda la Iglesia.
Descripción del medalla
emblema y símbolo de trabajo
CORONA DEL INMACULADO
CORAZÓN DE MARÍA SS
PRINCIPAL FRENTE
Imagen - bajo relieve de María. medio de longitud con un corazón radiante. Hemos sentido el gesto de los brazos de la Madre, abierto a recibir a
sus hijos. Alrededor de las tres cuartas partes de la circunferencia, se encuentra la siguiente inscripción:
CROWN CORDIS María Inmaculada.
Ella fue elegida la lengua latina, más adecuado a las necesidades de trabajo internacional.
REVERSE
propósito se mudó aquí símbolos ilustrativos relacionados con la SS.
El corazón está radiante en el centro, rodeado por una corona de doce
rosas unidas entre sí, y que es el símbolo que justifica su título. Se trata
de difundir más ampliamente una corona de doce estrellas, lo que
significa que el corazón es el centro de María., La única persona conocida
que tiene doce estrellas en torno a él (ver Apocalipsis 12,1). Por lo tanto,
no es el Sagrado Corazón. Jesús, un santo o una santa. Rose, que el olor
del amor y la santidad. Estrellas y la luz de la verdad, los preludios y las
hipótesis de la renovación de la Iglesia en la verdad y el amor y el
mundo. Agarre de las rosas y apuntando hacia fuera de pie siete espadas
de fuego (cf. Gn 3,24), las apuestas en contra de las fuerzas del mal, en
defensa del corazón y de la Virgen María, que nunca fue y nunca se verá
afectada . Es una expresión fuerte y eficaz de los poderes angélicos. El
número siete recuerda los siete arcángeles en el trono de Dios (cf. Ap.
1.4). Las potencias angélicas son y serán en consecuencia, apoyar y
ayudar a la fuerza formidable humana para el bien de la terrible batalla
contra las fuerzas del mal, que será derrotado para siempre. Así, el
triunfo del Corazón Inmaculado de María, a quien la medalla es el
La corona de Santo Rosario
La “Corona del Corazón Inmaculado de María SS.”
Tiene su corona de San Rosario
En octubre de 2003 la corona fue hecha con un cuidado especial. El crucero está formado por la medalla que hemos presentado en las páginas anteriores. El crucifijo fue diseñado para expresar tangiblemente al fondo, el
valor de "sí" de María SS. abrazando el Hijo crucificado, sacrificado con él
en el ofrecimiento al Padre por nosotros. En la audiencia general en la plaza S. Pedro de Miércoles, 12 de noviembre 2003, presentar un trabajo de
gran grupo "de la Corona del Corazón Inmaculado de María SS." Esta nueva corona de San Rosario fue ofrecida por el padre Gianfranco Verri al Papa
Juan Pablo II. Él ha escuchado la presentación, agradeció y bendijo.
Índice
Esqueda de la obra
Pág.
3
Del Estatuto
Pág.
4
Entre historia y crónica
Pág.
7
Mirada retrospectiva
Pág.
9
La mujer en el magisterio de la Iglesia
Pág.
9
Maria SS. la “Muyer” vencedora
Pág. 10
Un grupo femenil a menudo olvidado
Pág. 12
El discípulo a quien Jesús amaba
Pág. 13
Descripción de la medalla
Pág. 15
La corona de Santo Rosario
Pag 17
2A ediciones - mayo 2002
N.B.: para mejores y ulteriores informaciones de la obra dirigirse al
P. Franco Verri - Calle Sighinolfi, 20 - RAVENNA - 48100
ITALIA
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