Realidades psíquicas Lic. Susana Kuras de Mauer Lic. Sara Lydynia de Moscona Lic. Silvia Resnizky ACERCA DE LAS REALIDADES PSIQUICAS. La crisis contemporánea de la cultura occidental nace de la caída de los valores unificantes. Cae la fe en la certeza absoluta de la ciencia que rigió la filosofía cartesiana. En psicoanálisis, el concepto de realidad psíquica señala la ampliación que Freud introduce en las fronteras del racionalismo en la medida en que propone una razón inconsciente con una legalidad propia. La denominación "realidad psíquica" es en sí misma controvertida. Se trata de una formulación compuesta que incluye dos términos cuya relación resulta paradojal. ¿Por qué si Realitas es la cosa, "lo que está ahí", “lo objetivo”, Freud lo propone indisociado a lo psíquico inasible, accesible sólo a través de sus producciones y efectos? Probablemente es el contexto en el que Freud se inscribe lo que nos oriente para intentar algunas conjeturas. La concepción teórica con la cual Freud se manejaba en un comienzo estaba ligada a la teoría traumática y gira alrededor del hecho indiscutiblemente ocurrido. La caída de la noción de trauma como acontecimiento real lo lleva a optar por la teoría fantasmática y la postulación, en consecuencia, del concepto de realidad psíquica. Pero Freud, en tanto hombre de ciencia, sostiene los ideales del racionalismo: hay ciencia si hay legalidad discernible. Sin embargo no vacila en postular la existencia de una "realidad otra". Una realidad disonante que no aspira a mantener correspondencia con "la realidad del objeto", ni a someterse a los permanentes testeos de la "verdad". Una realidad que la razón no llega a abarcar. Reintroduce, en el seno de una cultura que aspira a la homogeneidad, la idea de que el conflicto y la escisión psíquica son constitutivos del funcionamiento mental humano y que no hay síntesis posible que ponga fin a la tensión de la existencia. “YO ES OTRO” Romper con la ilusión de unidad del sujeto, de un psiquismo sintetizador, nos conduce a pensar en la coexistencia de múltiples realidades psíquicas tanto en un sujeto como en sus vínculos significativos. El trabajo de develamiento, resignificación, producción, construcción al que tendemos en el proceso analítico, se orienta sobre todo a reconocer la multiplicidad más que a disolverla, sin dejar de tener en cuenta que nunca se termina de renunciar a la ilusión de completud narcisista. Búsqueda fallida, pues la "unidad totalizadora" es ficcional. La vida psíquica está motorizada por el interjuego de fuerzas en conflicto. Todo síntoma denuncia una escisión a la que el sujeto preferiría permanecer ajeno, querría ignorar. La definición del campo psicoanalítico parte del reconocimiento del sujeto como sujeto escindido entre lo que dice y lo que sabe más allá de su decir. Más aún, la escisión neurótica es constitutiva del aparato psíquico. Al negarse la concepción unívoca de la realidad psíquica, desaparece también la idea del yo unitario. Surge la tentativa de expresar al propio yo como un dilema, como algo irreductible a un contenido sin tensión y sin disonancias. "Yo es otro"; sucesiva o simultáneamente varios otros. Esta formulación coincide con la idea de la irreductibilidad del conflicto, de la alteridad de lo inconsciente, de lo inconciliable de las representaciones. También podemos añadir la parcialidad identificaciones, de las pulsiones, la multiplicidad dispar de las las múltiples formas de la escisión del sujeto. Y ello aún cuando en la escisión del sujeto no se agota la cuestión que queremos plantear Estamos acostumbrados a pensar la escisión como equivalente de disloque cuando no de fragmentación. Nos proponemos pensarla también como efecto de la multiplicidad que nos constituye. ¿Cómo pensar en un trabajo de elaboración que soporte el peso de lo diverso? Cuando hablamos de historización aludimos a enlaces que no implican necesariamente armonía, y menos aún interacción a-conflictiva. El reconocimiento de la alteridad sería entonces no solo reconocimiento del Otro, sino también el reconocimiento de la irreductible heterogeneidad de uno y del otro. Podríamos decir que en el proceso analítico se trata de crear y recrear lo inesperado. Un ámbito en el cual las realidades psíquicas puedan ser desplegadas y construidas. Creación de un guión transferencial donde analista - y paciente- puedan ir proponiendo nuevas versiones de la historia y produciendo nueva subjetividad. REALIDADES PSIQUICAS VINCULARES Necesitamos ampliar las fronteras de nuestros referentes epistemológicos. El pensamiento complejo, el trabajo con distintos dispositivos, los conceptos de descentramiento, deconstrucción, rizoma, el trabajo sobre la diferencia, modifican nuestro modo de pensar el psicoanálisis. Ese pensamiento complejo nos permite concebir la existencia de distintas realidades. Por eso tiene razón Janine Puget, cuando sostiene que¨ La experiencia analítica pierde su fuerza generadora de significados cuando se tratan las realidades vinculares, sociales, como meras metáforas del mundo llamado interno y por ende inmune a los efectos del presente.¨ 1 Tal como el título del trabajo lo propone, nos interrogamos en este apartado sobre las realidades psíquicas vinculares. Las realidades vinculares son construcciones psíquicas que surgen de la contingencia de encuentros singulares, de investiduras recíprocamente significativas. Muestran su eficacia por el particular posicionamiento con que los sujetos del vínculo actúan en dicho espacio y por el modo en que lo invisten. Se trata de una “construcción psíquica, producto de un trabajo vincular que determina y es determinada por la realidad psíquica; conserva una marca de exterioridad respecto del sujeto pero refleja a su vez el interior de un conjunto humano, constituyendo así un espacio virtual donde tendrían lugar distintos fenómenos psíquicos intersubjetivos”2. Nos referimos a una producción inter-fantasmática que va más allá de la mera agregación de uno y 1 Puget J. Contribución acerca de ¨las realidades del Psicoanálisis Simposio ApdeBA 2013 2 Bianchi G La realidad como producción vincular “Revista AAPPG Nº1 Tomo XVIII año 1995 otro, un espacio virtual que carece de una materialidad aprehensible a través de los sentidos. Depende de leyes, valores y criterios que inciden y dan vida al conjunto. Simultánea y recíprocamente se van configurando subjetividad y vínculo. Las escenas vinculares surgen como una trama armada por una multiplicidad de presencias y de representaciones que darán lugar a nuevas producciones. Es un trabajo en inmanencia. Los vínculos producen y despliegan intercambios a través de alianzas inconscientes. (Ejemplo clínico) Rene Kaes la define como una “formación psíquica intersubjetiva construida por los sujetos de un vínculo para reforzar en cada uno de ellos algunos procesos, algunas funciones o algunas estructuras surgidas de la represión, la renegación o la desmentida, y de la que sacan un beneficio tal que el vínculo que los reúne adquiere un valor decisivo para su vida psíquica. […] La idea de alianza inconsciente implica la de una obligación y un sujetamiento”3 Cuando el mecanismo predominante es la represión, se favorece el consenso, la creatividad y la solidaridad. Cuando predomina la desmentida quedan afectadas la percepción y el pensamiento. Allí encontramos pactos que asientan sobre la escisión necesaria para evitar la angustia. El vínculo queda alienado en un discurso de certezas. En casos extremos, cuando predomina el repudio (forclusión) se impulsa el pasaje al acto. Pensar en realidades vinculares supone focalizar en los acuerdos y pactos que las entraman y las constituyen. Pactos y acuerdos-concientes e inconscientes- son su materia prima. Entendemos por acuerdos en un vínculo aquellas coincidencias que expresan interdependencia y sintonía. Ellos suponen una vivencia de afinidad y una disposición a creer que el consenso es predominante. La empatía da cuenta de la disposición al acuerdo. Donde impera la confianza el acuerdo está propiciado.Cuando resulta fallido puede generar una herida narcisista en los sujetos participantes del vínculo difícil de tolerar ya que se rompe la ilusión del encuentro. 3 Kaes R El pacto denegativo en los conjuntos transubjetivos. Lo negativo: figuras y modalidades .Missenard y otros Amorrortu 1991 Por otra parte, en relación a los pactos, su condición de posibilidad es la ajenidad irreductible. “Los pactos se sostienen en las concesiones recíprocas que provienen del espacio mental incompartible”4 El pacto implica una transigencia: se construyen coincidencias donde no las hay. El pacto es un logro basado en una resignación. ( ejemplo clínico) Encuentros significativos inscriben nuevas realidades generando un espacio posible para lo inédito. La incidencia de lo indiscernible y el lugar que juega lo imponderable, nos llevan a pensar que la historia no tiene la última palabra. Descriptores: realidad psíquicas- realidades vinculares- alianzas inconscientes- alteridad Resumen: Nos interrogamos en este trabajo sobre las realidades psíquicas vinculares. Planteamos la coexistencia de múltiples realidades psíquicas tanto en un sujeto como en sus vínculos significativos. Cuando el mecanismo predominante es la represión, se favorece el consenso, la creatividad y la solidaridad. Cuando predomina la desmentida queda afectada la percepción y el pensamiento. Allí encontramos pactos que asientan sobre la escisión para evitar la angustia. El vínculo queda alienado en un discurso de certezas. En casos extremos, cuando predomina el repudio (forclusión) se impulsa el pasaje al acto. 4 Vidal R. Pacto inconsciente. Diccionario de Psicoanálisis de las configuraciones vinculares. Pag. 309 Ediciones del Candil Buenos Aires 1998 Pachuk C Friedler R compiladores Acuerdo Inconsciente ibid pag.23 Ventrici G.ibid pag.301 Biliografía Avenburg, R.; Guiter, M. (1975) El concepto de verdad en el psicoanálisis. Int. J. Psycho-Anal., L XVII, 1, 1976. Bianchi G La realidad como producción vincular “Revista AAPPG Nº1 Tomo XVIII año 1995 Corominas, J. (1961). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, Madrid: Ed. Gredos, 1961. Diccionario de Psicoanálisis de las configuraciones vinculares. 9 Ediciones del Candil Buenos Aires 1998 Pachuk C Friedler R compiladores Vidal R. Pacto inconsciente pag 309Vidal R Acuerdo Inconsciente ibid pag.23 Ventrici G.ibid pag.301Concepto de pacto denegativo Bianchi G ibid Realidad vincular pag 371 Freud, S. (1927). Fetichismo. A:E. 21. Freud, S. (1937). Construcciones en el análisis AE. 23. Freud, S. (1940). La escisión del Yo en el proceso defensivo AE 23. Freud, S. (1940). Algunas lecciones elementales sobre psicoanálisis AE 23. Kaes R El pacto denegativo en los conjuntos transubjetivos. Lo negativo: figuras y modalidades .Missenard y otros Amorrortu 1991 “El grupo y el sujeto del grupo”BS AS Amorrortu 1995 “Un singular plural” BS AS Amorrortu 2010 Mannoni, O. (1990). “Ya lo sé, pero aún así....”. En La otra escena. Buenos Aires: Ed. Amorrortu, 1990. Pachuk C Zadunaisky A “Psicanálisis vincular: Curarse con otros” Editorial Lugar 2010