“LAS ÚLTIMAS EJECUCIONES DEL FRANQUISMO FUERON

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DE LA CULTURA Y LA CIENCIA / LIBROS
Carlos Fonseca, autor de ‘Mañana cuando me maten’
víctimas de un “simulacro de justicia” que
los sentenció antes de juzgarlos?
—Si hay algo que se puede concluir de la
consulta de tres procedimientos, porque el
número cuatro está oficialmente perdido, es
que fue un simulacro de justicia. La práctica totalidad de las pruebas que solicitaron
las defensas fueron rechazadas por el tribunal y se manipularon pruebas. Hubo testigos en algún consejo que comparecieron sin
haber declarado antes, en la fase de instrucción. Igualmente, testigos contradictorios que luego no fueron llamados a declarar en el juicio. Hubo un cúmulo de irregularidades notable. Además, dos de los cuatro procedimientos se instruyeron de maneXosé Humberto Baena, José Luis Sánchez-Bravo y Ramón García –militantes del FRAP ra sumarísima. Toda la instrucción la lleva(Frente Revolucionario Antifascista y Patriota)– y Jon Paredes, Txiki, y Ángel Otaegui ban el juez y el fiscal. En ese período, los de–de ETA–. Son los últimos condenados a muerte del franquismo, que fueron fusilados tenidos permanecían incomunicados. Cuando ellos consideraban que estaba concluida
la madrugada del 27 de septiembre de 1975. Se acaban de cumplir 40 años. El
la investigación, se daba traslado a la deperiodista Carlos Fonseca, que escribió el best-seller llevado al cine Trece rosas rojas fensa, que disponía de un plazo de cuatro
(Temas de hoy), recoge documentación inédita y testimonios personales sobre estas
horas para leerse la causa, entrevistarse con
su cliente y hacer su escrito de defensa. Era
últimas cinco ejecuciones en Mañana cuando me maten (La Esfera de los Libros). El
imposible prepárala. Fue un simulacro, esautor considera que fueron asesinados y que carecieron de garantías procesales, al
taban condenados de antemano.
margen de que cometieran o no los atentados terroristas que les imputaban.
—Usted escribe que lo se hizo con ellos
fue un “asesinato legal”.
—Fue un asesinato legal sin paliativos. LePor Luis Marchal nistros, del día 26 de 1975, se le preguntó gal, porque se aplicó la legislación que haal entonces ministro portavoz, que era León bía entonces. Pero, desde luego, sin ninguuáles son los pormenores más Herrera Esteban, si eran ciertos los rumores na garantía de defensa para los condenados.
—¿Qué supusieron estas condenas de
destacables que rodearon las sobre disensiones dentro del Gobierno e inúltimas penas de muerte del cluso sobre amagos de dimisión. León He- muerte para el devenir posterior de la dictafranquismo, justo ahora hace rrera los desmintió por completo. De aquel dura?
—Hubo una notable contestación social
40 años?
Consejo de Ministros, quedan tres personas
—En aquel momento, en 1975, había una vivas. He localizado a dos. José María Sán- después de los fusilamientos, pero sobre tonotable movilización en la calle, se daban chez-Ventura Pascual no ha querido hablar do a nivel internacional. La Asamblea de Nabastantes protestas laborables y estudianti- y Fernando Suárez González me ha dicho ciones Unidas condenó las ejecuciones. Nules. El Régimen estaba dividido. Había dos que los acuerdos del Consejo de Ministros merosos países retiraron a sus embajadores.
sectores. Uno, aperturista. Creo que ese aper- son secretos, que él no va a desvelar el con- La Santa Sede suspendió la negociación de
turismo era más por cálculos políticos que tenido. Desconocemos si hubo, o no, di- un nuevo Concordato. El Papa Pablo VI pipor convicciones democráticas. Franco lle- sensiones internas. Desde luego, el acuerdo dió clemencia en varias ocasiones a Franco
y no le hizo caso. La Comunidad Económivaba enfermo desde 1974 y eran conscien- se adoptó oficialmente por unanimidad.
tes de que no podía vivir mucho más. Había
—¿Lo que sí que conocemos, tal y como ca Europea suspendió la negociación que teotro sector, el inmovilista, el búnker, que as- informa en su libro, que los fusilados fueron nía en marcha de un acuerdo económico
preferente. Hubo embajadas en el extranjepiraba a un franquismo sin Franco.
ro que fueron asaltadas, entre ellas las de Lis—¿Estas últimas ejecuciones abrieron diboa, que fue incendiada.
visiones en el seno del Gobierno? Cuando
—Relata usted en el libro cómo eran las
el Ejecutivo hubo que darse por “enterado”,
torturas y amenazas a las que eran sometiparece ser que hubo ministros que hicieron
dos los sospechosos para hacerles confesar
“matizaciones”.
incluso delitos no cometidos. ¿Cree que los
—La prensa de la época recogió que en la
cometieron? No entra usted en ello.
rueda de prensa posterior al Consejo de Mi-
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EJECUCIONES DEL
FRANQUISMO FUERON
ASESINATOS LEGALES”
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de las pruebas de las
defensas fueron
rechazadas por el
tribunal”
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—No entro porque la investigación, la instrucción, carece de las garantías procesales.
Recojo lo que dice el sumario, pero recojo
también los testimonios de los familiares. Por
ejemplo, la familia de Xosé Humberto Baena sostiene que él estaba en Portugal la tarde anterior al delito, cometido en Madrid, y
que no tuvo tiempo de volver a la capital.
Habla también de una testigo presencial del
atentado que escribió una carta al padre de
Xoxé Humberto, días después de que lo fusilaran, diciéndole que, cuando vio su foto
en televisión, había acudido a comisaría a
declarar que él no era el autor. El policía que
la atendió le afirmó que tomaban nota, que
no se preocupara, que ya se aclararía todo.
Como se insistió en la autoría de este chico,
la testigo volvió a pasarse por comisaría y ya
le amenazaron para que se olvidara del tema. Entonces, en el caso de Xoxé Humberto mantienen que no era culpable. En el de
Jon Paredes, Txiki; su hermano, Mikel Paredes me dice que Txiki le comentó que él no
participó en el asalto al Banco de Santander
en Barcelona por el que le condenaron. Le
F. MORENO
“Lo negativo de la
Transición fue que
trajo aparejada una
desmemoria
tremenda”
tadura que asesinaba.
—¿La lucha armada del FRAP y de ETA era
necesaria para acabar con el franquismo y
llegar a la meta de la democracia?
—La muerte de Franco marcaba un antes
y un después. El Régimen atravesaba un momento de debilidad. Sin ETA, también habría
sido posible la Transición y el tránsito a la
reconoció que sí participó en otro atentado democracia. Sería una barbaridad decir que
que había tenido lugar previamente contra en este país tenemos democracia gracias al
terrorismo de ETA o del FRAP, o gracias a su
un policía armado.
—Tres de los fusilados pertenecían al FRAP actuación, durante la dictadura.
—¿Por qué cree que en el colectivo de abo(Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y dos a ETA, ¿opina usted como el profe- gados progresistas, como Gregorio Pecessor de Filosofía del Derecho José Manuel Ro- Barba, había ciertas reticencias a defender a
dríguez Uribes que el terrorismo, en un sen- los presos del FRAP, según recuerdan en Matido estricto, sólo puede darse en socieda- ñana cuando me maten José Mariano Benídes democráticas, y que en caso contrario tez de Lugo y Juan José Aguirre?
—El PCE y el PSOE dieron instrucciones
estaremos hablando de fenómenos de resisde que no se defendiera a los detenidos. El
tencia o de insurgencia frente a la tiranía?
—Coincido con Rodríguez Uribes. Eran libro recoge una carta de Peces-Barba porluchadores antifranquistas que recurrieron a que un abogado, Luis Cavanna, del que era
la violencia, que es algo que yo no comparto. amigo, le pide si se puede hacer cargo de la
Hay que contextualizar los hechos en el mo- defensa de uno de los enjuiciados, de Pablo
mento en el que se produjeron, con una dic- Mayoral. Peces-Barba le contesta que ve el
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caso muy negro y hace la lectura que hicieron el PCE y el PSOE, que perjudicaba a los
sectores más aperturistas y que lo único que
podía provocar era una involución y una victoria de los sectores más intransigentes. Con
lo cual, consideraban que lo que habían hecho estos chicos era contraproducente y suponía un problema para que se abriera una
transición democrática.
—El fiscal, en el primer consejo de Guerra, del 11 y 12 de septiembre, reconoció
que las penas solicitadas eran tremendas, pero que no había que “olvidar que el hecho
enjuiciado, matar a alguien sólo por llevar
el uniforme, es también tremendo”.
—La elección que hicieron de las víctimas
fue efectivamente por ser fuerzas uniformadas. Al principio del libro, incluyo una reflexión de Manuel Blanco Chivite [fue condenado a muerte el 12 de septiembre de
1975 en consejo de guerra acusado de pertenecer al FRAP, pero se le conmutó la pena de muerte] donde dice que en aquel momento, cualquier policía, por el hecho de
serlo y de llevar un arma, era potencialmente
para ellos un enemigo, alguien que te podía
pegar un tiro por el simple hecho de tirar
unas octavillas o de hacer una pintada. Entonces, Blanco Chivite señala: “Actuamos en
consecuencia”.
F. MORENO
—Los policías más reconocidos del Régimen por sus torturas intentaron luego pasar
desapercibidos en la democracia.
—Quizá, lo que ha tenido de negativo la
Transición ha sido que ha traído aparejada
una desmemoria tremenda. Una cosa es que
se hable de conciliación y otra cosa es que
nos olvidemos de todo lo que ha pasado.
Reivindico la necesidad de recuperar la historia de los perdedores. Aquí, en este país,
Una única causa abierta contra los
crímenes del franquismo
Recientemente, el rostro de
Antonio González Pacheco,
Billy el Niño, símbolo de la
tortura franquista, se ha difundido por televisión. Está
imputado por la jueza argentina María Servini en la única
causa que se sigue en el mundo contra los crímenes del
franquismo. A Carlos Fonseca, que ha trabajado en los
diarios Ya y El Independiente,
la revista Tiempo y el digital
El Confidencial, le parece que
“la causa argentina en la que
está imputado, tanto él como
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otros muchos ex altos miembros del último Gobierno de
Franco, desgraciadamente no
va a ninguna parte”. Recuerda que el Ejecutivo español ya
ha desestimado las detenciones a efectos de extradición
de todas estas personas alegando que los hechos están
prescritos y que además están amnistiados.
“Lo que hay abierto es un
debate sobre si los delitos que
cometieron se pueden considerar de lesa humanidad y, por
tanto, imprescriptibles”, ma-
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nifiesta. ¿Considera que son
de lesa humanidad? Responde que no tiene una idea clara. “Para hablar de delitos de
lesa humanidad tendríamos
que hablar no sólo de estas
ejecuciones, sino de toda la
represión y el aniquilamiento
sistemático que puso en marcha el Régimen contra todos
los opositores desde el año
1939. Entonces, sí podríamos
hablar de delitos de lesa humanidad, por una labor sistemática de aniquilación del disidente”, declara.
durante 40 años, hemos tenido una historia
oficial de los vencedores pero desconocemos la versión de los vencidos. Ya va siendo
hora de que a esa gente se la escuche y tengamos el otro relato.
—¿Hora de cicatrizar heridas?
—Sí, frente a lo que dice la derecha de que
“esto reabre heridas del pasado”. Lo del enfrentamiento de las dos Españas me parece
una estupidez. Ninguna de las personas con
las que he hablado para este libro, las familias de los últimos fusilados, o para otros que
he escrito antes, me ha trasladado ni voluntad ni ánimo de venganza. Al contrario. Sencillamente, la gente quiere contar su relato
de los hechos. Es una historia que está por
narrar y por recuperar. Son hechos muy dramáticos como para que se olviden.
—Con hechos como estas ejecuciones, ¿se
puede definir al tardofranquismo como “dictablanda”?
—De dictablanda, nada. De hecho, en
1975, se imponen los sectores más intransigentes del Régimen. Hay un enroque y una
exacerbación de las medidas represivas. Se
decreta un estado de excepción en el País
Vasco durante tres meses y en agosto se
aprueba un Decreto-Ley antiterrorista, que
se les aplica a los condenados a pesar de que
los hechos por los que fueron enjuiciados
eran anteriores a la entrada en vigor de ese
Decreto-Ley, que devolvía muchas prerrogativas a la justicia militar por encima incluso del Tribunal de Orden Público, que se
había constituido para sustituir a la justicia
militar en la instrucción de los procedimientos políticos.
—¿Qué le parece la pena de muerte?
—Una aberración. Estoy en contra de la
pena de muerte, desde luego, y en contra de
los procedimientos que se arbitraron para
juzgarlos.
—¿Y la cadena perpetua revisable?
—También estoy abiertamente en contra.
La prisión tiene un doble objetivo. Por un lado, es el pago de una deuda con la sociedad. Por otro, tiene una labor de reinserción
social. No puede haber una pena que le prive a alguien de la libertad de por vida. Se
impone el sentido represor sobre aquellos
delitos que tienen una especial incidencia
social. Al final, es legislar a golpe de opinión
pública. Y no se puede legislar a golpe de
opinión pública. l
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