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Nº3 RAÚL Y
LA “MARAÑA DE LLAVES”
No se si os he contado el lío que teníamos con una Maraña de llaves que
vivían en el sótano del Hospital antes de que llegase Raúl.
¡Ah! ¿Qué no sabéis que es una “Maraña de Llaves”?. Yo os lo cuento, es
un conjunto de llaves juguetonas unidas por un gran círculo de metal
que siempre se están escondiendo y se divierten volviendo loco a todo
aquel que quiere abrir ó cerrar una puerta.
En vuestra casa también hay “Marañas” de llaves, claro, cuando hay
pocas puertas eso es el llavero de Mamá y de vez en cuando seguro que
también juegan a esconderse y mamá se vuelve loca busca que te busca
hasta que por fin dice lo de “¡pero si he mirado allí doscientas
veces….”!.
Bueno, pues nuestro hospital siempre ha tenido la típica “Maraña”, ósea
que en un gran manojo convivían y se peleaban y eran por lo menos 1000
llaves, antes de que Raúl llegase. La Maraña se dedicaba a volver locos
a todos los que viven en el hospital.
Por las mañanas cuando llegaba Aurelio, el cocinero encontraba la
despensa cerrada, así que no podía sacar la leche para preparar el
desayuno.
El pobre Aurelio buscaba y buscaba, y la juguetona “Maraña” se
escondía una y otra vez, de pronto ya cansado y de mal humor, Aurelio
se ponía frente a la puerta y ¡Zas! la encontraba abierta y escuchaba
unas “ risitas “ entre sus pucheros, que aún le enfadaban mas. Lo mismo
le sucedía a Concha, nuestra gobernanta, cuando iba a la lencería a
buscar ropa limpia, no había un día que consiguiera encontrar la puerta
abierta, la “Maraña” se escondía y nada, Concha decía “no estoy para
bromitas”
Equipo Editorial: Inma, Juan, Raul y Carmen.
“¿Quién ha vuelto a cerrar?”….. “esto no tiene ninguna gracia”……. de
pronto, Zás… Abierto…. “¿Quién ha sido el graciosillo?”,…. decía ¡¡de
verdad, me voy a chivar!! y unas risitas se oían entre las sábanas y los
pijamas… así sucedía todos los días y así se enfadaban, cocineros,
gobernantas, electricistas y carpinteros, la Maraña siempre estaba
jugando al escondite al “corre que te pilla” y a nadie le hacía gracia.
Un día Raúl, como si de un vaquero del Oeste se tratase, cogió un lazo
a modo de rodeo y atrapó al escondidizo “Manojo de llaves” que
protestaba diciendo “si sólo era una bromita”, “si nosotras las llaves
nos portamos bien”.
“Jopeé… déjanos jugar al escondite, eres un rollo aburrido”.
Cuando Raúl llevó al control “esposado” a todo el manojo… ¡¡Horror!!
¿Cómo me voy a acordar con todas estas llaves?, ¡¡¡son todas iguales y
mas de 1000!!!. Ninguna tiene cartel….además estas llaves no saben
leer.
Carmelina, Isabel y Ángela, que como sabéis son las jefas de la entrada
principal, del turno de mañana, las “Magas” que saben distinguir entre
los niños que se portan bien y los que no, porque leen en el corazón de
las personas, le dieron a Raúl un café y una solución. “Estas llavecitas
todas juntitas son muy juguetonas y nos quieren confundir” dijo
Carmelina.
“Sin duda precisan de una escuelita de buenos modales”. Así pues
Isabel tuvo una idea; construir un “Colé panel”, con Ángela, Flor y Cati”,
dibujemos una escuela para llaves y soltemos al gran manojo y
desharemos la “Maraña”.
Las llaves al principio lloraron pero después estuvieron encantadas,
tenían un autentico “Colé panel”, en el aprendian cosas interesantes,
mientras paseanban con Raúl por todo el recinto, ademas como no
estaban “apelotonadas” podian ver bien la montaña, en cielo y a las
visitas. Conocian a todas la enfermeras y a los pacientes… ¡era
divertido!.
Todos las saludaban, incluso Concha y Aurelio quienes se convirtieron
en sus buenos amigos porque ya nadie les incordiaba y desde entonces
viven en la entrada, junto a Carmelina, Isabel, Ángela, Flor y Cati ,
quienes son las responsables de permitir la entrada en nuestro Hospital
en el turno de día y por la noche ¡a descansar!, pero antes Conchi,
Javier ó Alfonso, según quien esté les da aceite y les cuenta una
historia para dormir y soñar.
¿Dónde se esconde las marañas?
¿Sabes cuantas marañas de llaves hay en el cuento?
Solución: Debajo de la mesa y al lado de la canasta
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