capitulo i la situacion de la mujer a principios del siglo xx.

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INDICE
1.-INTRODUCCIÓN……………………………………………………...2
2.- CAPITULO I: LA SITUACIÓN DE LA MUJER A PRINCIPIOS
DEL SIGLO XX:
2.1.- Inicios del siglo XX………………………………………………………………..6
2.2.- Mujeres asalariadas………………………………………...…………………….6
2.3.- La mujer decente………………………………………………………………….9
2.4.- Mujer y religión…………………………………………………..………………11
2.5.- La mujer y la moda………………………………………………….…………..12
3.- CAPITULO II: EL MOVIMIENTO FEMINISTA EN ESPAÑA:
3.1.- El feminismo………………………………………………………..……………14
3.2.- El voto femenino…………………………………………………..…………….23
4.- CAPITULO III: ESTADO, MUJERES Y TRANSICIÓN POLÍTICA
EN ESPAÑA; 1975:
4.1.- La democracia………………………………………………...…………………28
4.2.- La Constitución…………………………………………………………………..28
4.3.- Mujer y sociedad………………………………………………………………...29
5.- CAPITULO IV: SITUACIÓN DE LA MUJER EN EL MERCADO DE
TRABAJO:
5.1.- Igualdad de derechos…………………………………….……………………..31
5.2.- Formación profesional…………………………………………………………..31
5.3.- Ocupación………………………………………………………………………..32
5.4.- Mujeres en la escuela del siglo XX………………………………………...….33
5.5.- Mujeres creativas………………………………………………………………..35
6.- CAPITULO V: MIRANDO ATRÁS…CON LA MIRADA HACIA
DELANTE……….……………………………………………………………………………38
7.- BIBLIOGRAFIA……………………………….……………………………..…41
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INTRODUCCION
Este trabajo pretende ser un homenaje a todas las mujeres que a lo largo del
siglo, consiguieron con su esfuerzo y tesón, que la mujer sea reconocida
jurídicamente en igualdad de condiciones al hombre.
Así pues uno de los acontecimientos más importantes de los últimos cien años, lo
constituye el cambio experimentado por la mujer en nuestra sociedad. En este
tiempo, tan corto para la historia, la mujer española ha recorrido el espacio que
mediaba entre una situación casi medieval, hasta la que goza hoy en día, apenas
inferior a la del hombre. En la lucha por alcanzar todos estos objetivos, han
descollado figuras femeninas de todas las ideologías y condición de gran
categoría intelectual y humana.
Dos mujeres representan este feminismo pionero, Concepción Arenal y Emilia
Pardo Bazán.
Concepción Arenal
Emilia Pardo Bazán
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Cuando Concepción Arenal a los 21 años decide entrar en la Universidad. Pero
¿Cómo?... No hay más remedio; disfrazada de hombre. Se corta el pelo, viste
levita y sombrero de copa, se envuelve en una capa… “Es una mujer”. Curiosidad.
Indignación. Disputas y comentarios soeces… El rector se entera del escándalo y
tras un examen muy satisfactorio Concepción Arenal queda autorizada para asistir
a clase… ¡Formidable paso histórico!
Otra mujer Emilia Pardo Bázan se define como “feminista” de las ideas de
Concepción Arenal. Un párrafo de su conferencia en la Sorbona en 1899:
“en España la mujer esta autorizada para cursar en institutos y universidades; mas
si lo hace causa extrañeza e incurre en reprobación… Y no queda a la mujer más
salida que el matrimonio, y en las clases pobres, el servicio doméstico, la
mendicidad y la prostitución. Toda evolución escandaliza en la mujer. Para el
español, la mujer es el eje inmóvil del planeta. Solo para el hogar exclaman ha
nacido la mujer”. Ya lo decía Francisco Quevedo: “Las mujeres son hechas para
estar en casa, no para andar vagando. Sus gustos han de ser los de sus maridos.
El llevarlos a las fiestas mueve tal vez al que los ve; si son feas a desprecio; si son
hermosas a concupiscencia”.
A pesar de los esfuerzos, del “movimiento Krausista” y de la “Institución libre de
Enseñanza”, no fue hasta 1910 en que se reconoció el derecho de la mujer a la
educación superior. El analfabetismo alcanza el 70% de las mujeres, con el
escaso desarrollo industrial, la fuerte presencia de la Iglesia Católica y la estricta
jerarquía del género, es lógico que no se pueda hablar de un movimiento colectivo
de emancipación hasta el siglo XX.
Ellas impulsaron iniciativas que hicieron se progresara en la educación femenina a
la que siempre había estado relegada la mujer, ellas fueron las que cimentaron
iniciativas para que otros movimientos posteriores pudiesen seguir empujando con
fuerza. Pero siempre resulta largo y costoso conseguir los fines que se pretenden
alcanzar y más si son ambiciosos.
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La mujer estaba considerada como el “Ángel del hogar”, fuera de este ámbito
estaba considerada como ciudadano de segunda clase. Este fue uno de los
motivos
que
hicieron
que
surgiesen
los
movimientos
feministas.
Sus
manifestaciones siempre fueron pacíficas, la primera tuvo lugar en mayo de 1921
en Madrid. Destacaron como caldo de cultivo para crear el ambiente necesario,
Los artículos de Carmen de Burgos en el “Heraldo de Madrid” y los de Dolors
Monserdá en diarios catalanistas. Maria Echarri, concejal católica promovió la ley
conocida como la “Ley de la silla”.
En cuanto al derecho al voto, hubo la clásica división entre derechas e izquierdas
y también diputadas de izquierdas que lo rechazaban, pues creían que el voto de
la mujer sería conservador, unos y otros se equivocaron, pues en 1933 ganaron
las derechas y en 1936 la victoria fue para el frente popular.
La Constitución de 1931 consiguió para la mujer un gran avance, se consiguió
que se legislase desde la perspectiva de la libertad y la igualdad. En 1932, se
aprobó la “Ley del divorcio” tras una gran polémica. España se puso a la altura de
los países más avanzados. El levantamiento militar de 1936 y la Guerra Civil
dieron al traste con esta evolución.
La Guerra Civil dividió al país en dos zonas enfrentadas, las mujeres de
izquierdas, las milicianas, se movilizaron en julio de 1936, después de los
primeros momentos de labor femenina fue reconducida, pasó de miliciana a
heroína de retaguardia. En la España Nacional se procuró restaurar el modelo
femenino, en septiembre de 1936 se aprobó un decreto sobre la moralización de
las costumbres.
El Fuero del trabajo de 1938, proclamó, que la nueva España, “libertaría a la mujer
del taller y la fábrica”. Pilar Primo de Rivera proclamó en 1936 que la única misión
que la Patria asigna a la mujer, es el hogar.
Poco antes de 1975, se abolieron del Código Civil los artículos que consagraban
al varón el papel de cabeza de familia. En diciembre de 1975, se celebraban en
Madrid las jornadas por la liberación de la mujer. En 1978 el adulterio y el
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amancebamiento dejaban de ser delitos y en octubre se despenalizaba la
expedición de anticonceptivos. La Constitución aprobaba en diciembre de este
mismo año, en el articulo 14 dice: “Los españoles son iguales ante la Ley…”
En todo este caminar, una mención especial merecen las maestras, las hubo de
tres generaciones. Hay que destacar entre otras a Carmen de Burgos,
comprometida con la emancipación femenina, Rosa Sensat en Cataluña, Amparo
Navarro valenciana que llegó a reivindicar el uso del valenciano en la escuela y el
amor por los niños, y su pedagogía de nuestra Maria Cases.
La tercera edad en la mujer, debido a que muchas han trabajado en casa, no
perciben pensión o es de viudedad, que es escasa, si viven con los hijos, suelen
ser sus criadas, niñeras de sus nietos y enfermeras de la familia, su jubilación no
llega nunca… Todavía les queda mucho que reivindicar.
Si bien a finales del siglo XX, la mujer goza en España de una libertad muy
semejante a la que tiene el resto de mujeres en Europa. Han perdido su tradicional
recato y desvelado el secreto de su cuerpo, que guardó celosamente durante
siglos, lo exhibe con malicia o sin ella, a la mirada lasciva o indiferente de los
hombres. Novios, maridos, padres o hermanos parecen no percatarse de la
evolución, o, mirarla con indiferencia.
Las normas sociales son de una inacostumbrada tolerancia en la mujer. Sale y
entra durante el día, y a veces por la noche. Soltera, se deja acompañar y hasta
invitar por quien le place. En coche o en moto hace excursiones campestres con
el amigo o novio. En las salas de fiestas, en el cine o en el jardín público, se deja
besar sin preocuparse de ser vista y en ocasiones, hasta preocupándose que la
vean.
La española es la compañera del hombre en institutos, universidades, clínicas y
hospitales, laboratorios, fábricas, oficinas, comercios… ¿En el hogar también?
¿Es, pues, la igual al hombre?
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¿Cómo ha conquistado la mujer su libertad?
Para ello vamos a retroceder 100 años y desde allí vamos a ver la transformación
desde las formas físicas hasta las sociales, desde la indumentaria hasta la
psicológica.
Nadie duda de que la mujer como tema, sea hoy uno de los de mayor actualidad.
Se le enfoca desde muy distintos ángulos: pero falta casi siempre una visión
profunda que oriente de forma peculiar su educación y que la lleve luego a
desarrollar todo su potencial de posibilidades en medio del mundo actual.
El tema de la mujer, la reivindicación de sus derechos y su integración dentro del
ámbito de la sociedad actual, es un hecho que tiene actualidad. La desigualdad de
la mujer frente al hombre continúa siendo un problema latente hoy en día.
Al trabajar la historia de la mujer en el siglo XX, no pretendo sino reivindicar su
papel y sacarlos del olvido que han padecido a lo largo de la Historia.
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CAPITULO I
LA SITUACION DE LA MUJER A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.
2.1.- Inicios del siglo XX.
El sistema patriarcal de España garantizaba una posición subordinada de la mujer
en dos ámbitos diferentes; mediante una legislación discriminatoria basada en el
Código Penal de 1870, el Código de Comercio de 1885 y el Código Civil de 1889.
Esta posición colocó a la mujer casada en una situación de carencia de iniciativas
total. La mujer necesitaba la autorización del marido para cualquier iniciativa;
firmar contratos, realizar compras, no podía vender incluso propiedades que eran
suyas por herencia de padres, etc. El Código Penal también estableció duras
sanciones para aquellas esposas que insultasen o desobedeciesen al marido.
La mujer de moza y hasta de vieja trabaja en el campo. La recogida de la naranja,
la escarda, la siega, la vendimia…Alternan las periódicas y rudas labores
agrícolas con las cotidianas labores de aguja, bordados de tradición popular,
encajes de bolillos…
La mujer es una pieza fundamental en la agricultura. Es considerada como una
ayuda familiar no remunerada y por tanto se ve privada de una independencia
económica, aunque su trabajo es fundamental para la supervivencia de las
explotaciones familiares. A la larga la mujer dentro del mundo laboral comportará
una carencia de protección social, pensiones escasas, cuando no de autentica
miseria, porque estas mujeres madres, esposas e hijas de labradores no han
cotizado durante su vida laboral.
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2.2.- Mujeres asalariadas.
A principios del siglo XX, la mujer en el sector primario con la agricultura va a la
cabeza, avanzando también poco a poco en el sector secundario y terciario. El
País Valencià ocupa el segundo lugar en número de mujeres asalariadas dentro
del Estado Español solo por detrás de Barcelona.
Las mujeres participan activamente en la recogida y embalaje de las naranjas.
Carlos Sarthou nos describe el trabajo de las empapeladoras a principios de
siglo…” viene la de envolver en papel de seda las naranjas, por mujeres que se
sientan en cuclillas en el suelo alrededor de los montones, por parejas, formando
circulo, teniendo un capazo entre ambas…”
Este trabajo permite a las mujeres dedicarse a otros trabajos “atribuidos” a
hombres por tanto las fronteras de división sexual son más permeables que en
otros campos. Pero esta permeabilidad se da solo en sentido desfavorable para la
mujer ya que ella hace “trabajos de hombre” pero el hombre no hace “trabajos de
mujer”.
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La industria cerámica es uno de los sectores secundarios en el que no abunda la
mano femenina. Así no nos ha de extrañar que en Alcora en las ordenanzas de la
Real Fábrica no se permita trabajar a las mujeres sino que hasta se prohíba la
entrada de estas al recinto de la fábrica…”Mandamos que ningunas mugeres se
permitan entrar por el Portero de nuestra Fábrica sin especial licencia de nuestro
alcalde Director, excepto las mugeres, madres ó hermanas, ó criadas de los
fabricantes y esto solo a la hora, en que les llevan los almuerzos ó meriendas ó
alguna cosa necesaria”.
Otras industrias como la alimentaría, la textil, la tabaquera, vestidos y tocados son
sectores más femeninos. Hay que tener en cuenta que muchas veces las mujeres
no tienen contrato, no están registradas en las empresas, ni en el padrón
municipal. Las asalariadas son inscritas en la ocupación de “amas de casa”. Ellas
aprenden de modistas unas, otras hacen tocas, empapelan naranjas o trabajan en
fábricas de botones y en la de camisas.
Dentro del sector terciario la presencia femenina se manifiesta sobre todo en el
sector doméstico, educación y comercio.
Las mujeres dedicadas a servir, aspiran a trabajar para las familias ricas de la
capital, con esto consiguen una mejora tanto laboral como social, porque pueden
pasar de criadas a cocineras a otros cargos de mayor confianza. A veces trabajan
solo a tiempo parcial, pero otras lo hacen a tiempo completo y viven con la familia,
esto se conoce popularmente como “estar en amo”. En este caso su faena dura
todo el día, desde antes que se levanten los señores de la casa, hasta después
que se acuesten, de manera que el lazo entre criados y familia sea tan fuerte, que
convivan hasta la muerte.
Pero hay tres profesiones que recaen casi siempre de manera exclusiva en manos
femeninas: maestra, comadrona y madre de leche o madre dida o madriza. El
trabajo de madre de leche o madriza consiste en criar los hijos de otras mujeres, o
sea amamantarlos al menos durante el 1º año de vida y que en muchos casos se
alargan hasta dos años. Esta práctica de vender su leche a cambio de un sueldo
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fue una práctica común hasta los años 30, en que se puso de moda que las
propias madres den el pecho a sus hijos o con leches alternativas.
En 1912 se pública en la Gaceta la llamada Ley de la Silla. Por real orden se exige
que todos los establecimientos no fabriles, que tengan mujeres empleadas pongan
a disposición de cada una de ellas un asiento con derecho a utilizarlo mientras no
lo impida su ocupación. Las infracciones de esta ley se castigan con multas de 25
a 250 pesetas. No obstante las que trabajan sentadas como las costureras,
carecen de locales higiénicos y de alimentación.
En 1912, en el que parece haberse despertado un sentimiento de protección legal
para el trabajo de la mujer, aparece la prohibición gubernativa del 10 de junio del
toreo femenino, con esta disposición desaparecen de las plazas de España las
“señoritas toreras”.
También en 1912 es promulgada una ley prohibiendo el trabajo nocturno de la
mujer en cualquier rama de la industria.
A principios de siglo ABC edita un suplemento llamado “La mujer y la casa”. El
ideal de esposa sigue siendo “la mujer de su casa”. Pero la “casa”, primero en la
capital, luego en la provincia, más tarde en la aldea, va dejando de ser una unidad
económicamente interesante. La cocina casera va siendo sustituida por la fábrica
y la despensa por la tienda de comestibles. Hay que ir a la calle para comprar todo
lo que consume la familia. Los hijos se educan fuera del hogar, en el colegio. “La
mujer de su casa” se ha encontrado, al pasar el tiempo, sin más ocupación que
guisar, limpiar o coser.
Mas tarde aparece el semanario catalán “Or i Grana” que no dejaba de reservar a
la mujer un papel secundario: “Les vostres mans si no poden dur banderes al
combat, poden brodar-les. Encara mès la mare pot incluir al fill a estimar aquella
bandera; l’esposa pot excitar l’espòs a defensar-la; l’estimada pot exigir de
l’estimat la promesa de seguir-la. I la que avui es filla, dema serà esposa; i la que
avui es esposa demà sera mare”.
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2.3.- La mujer decente.
También se habla mucho de lo que se llama “una mujer decente”. Pero en la
práctica vemos a la mujer sometida a los celos del marido, generalmente
infundados. Para tranquilizar al esposo y bajo su imperioso dominio, la mujer
renuncia poco a poco a todo lo que aumenta su atractivo. No es raro que una
mujer joven y llena de encantos se convierta a los dos o tres años de matrimonio,
en
una
criatura
prematuramente
envejecida,
sacrificada,
deprimida,
malhumorada…
Por un exagerado movimiento de péndulo, en el otro extremo existe la
pornografía. Ramiro de Maeztu aboga por una ley que regule las manifestaciones
de este género, y que Unamuno confirma, la necesidad de una intervención del
Estado, diciendo: “del triste espectáculo que ofrece Madrid con aquellos teatrillos y
cafés- conciertos en que, mientras una desgraciada cupletista berrea cuatro
indecencias enseñando al desnudo cuanto Dios le dio y ella vende, el público un
público brutal, estúpido y soez, brama como una fiera en celo”. Se refiere a los
espectáculos “solo para hombres”, pero donde la mujer desempeña un papel tan
primordial.
Hay maridos que dicen a sus mujeres con aire protector, refiriéndose a un bar o
sala de espectáculos: “Ese no es sitio para que vengas conmigo”. Y, naturalmente,
va él solo. La mujer se queda satisfecha del respeto con que su marido la trata.
Alguna vez la esposa, aburrida, celosa o enamorada de otro hombre, cae en el
adulterio, que la sociedad y el Código condenan en ella de manera distinta al
hombre. Mientras que el marido en caso de sorprender a su esposa con el amante
si la mataba o agredía, sólo será castigado con el destierro, durante un corto
espacio de tiempo, para la mujer las penas en la misma situación eran mucho más
severas. El asesinato del marido estaba considerado como parricidio, por lo cual,
la sentencia era siempre de cadena perpetua.
En 1908 Benavente estrena “Señora ama” magnifica exposición de unos tipos
rurales que encarnan las características de la pareja ibérica. El es el clásico Don
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Juan del que Unamuno dice estar seguro de que “era tonto perdido”, a ella, señora
ama “que de milagro aprendió las letras”, le basta con ser eso, el ama de su casa
y de la hacienda, la mujer legitima…, y busca en las caritas de los niños del lugar
los rasgos fisonómicos de su marido. Enamorada de él, la enorgullecen sus éxitos
de hombre.
En 1926 publica Marañón “Tres ensayos sobre la vida sexual”, que estalla como
una bomba en esta sociedad pervertida y timorata. Hay gente que se ruboriza solo
por leer el titulo. Pérez de Ayala, autor del prólogo lo termina diciendo:” Hasta
aquí, solía colocarse en la canastilla de los presuntas esposas”. “La perfecta
casada”, de Fray Luís de León. Desde aquí, par a par de él, debería anidar el libro
de Marañón. Al dar una estadística de las familias asistentes a la consulta del
Hospital, Marañón saca esta conclusión: “Si las mujeres españolas parieran la
mitad de los hijos que en la actualidad en cien años se duplicaba la población de
España”.El tipo de mujer sumisa ignora, entre muchas cosas, el modo de defender
a su prole.
Por estas fechas, Ortega y Gasset observa que “el amor empieza a no llevarse”.
El amor, tal como lo entendieron los románticos.
También interviene la moda, en las formas legales de unión matrimonial. En 1907
es derogada en el Congreso la ley de Matrimonio civil, y por decreto de 28 de junio
de 1932 se declara que “no existe en España más forma de matrimonio que el
civil”. Los contrayentes sufren la diferencia de criterio de los gobernantes de turno.
A la mujer le estaban pues asignadas las tares del hogar, la mujer debía ser el
“ángel del hogar”,, “la madre solícita” y “la dulce esposa”. Cualquier intento de
salirse de estos términos era reprobado por hombres y mujeres, este control social
no sólo fue ejercido por los hombres, muchas mujeres colaboraron en su
cumplimiento. No fue solo alentado por formaciones conservadoras, pesa a que
las organizaciones de izquierdas y el movimiento obrero promovieron la adopción
de medidas igualatorias.
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La indisolubilidad del vínculo matrimonial se mantiene con rigor hasta en casos en
los que ni canónica ni jurídicamente existe verdadero matrimonio. Muchas veces
esta estabilidad se debe a la resignada ignorancia de la esposa. Ella lo ignora
todo, desde el normal planteamiento de las relaciones sexuales hasta su situación
en el Código Civil.
La esterilidad de la pareja se atribuye sistemáticamente a la mujer. La mujer
ignorando a veces la esterilidad del marido, visita a los más afanados ginecólogos
a fin de curar su esterilidad, y en esta peregrinación consume los años de su
juventud sin realizar su ardiente deseo de ser madre.
2.4.- Mujer y religión.
La mujer participa en una serie de actividades básicamente femeninas alrededor
de la religión católica: ir a Misa, a los entierros, a velar por los muertos, a participar
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en las procesiones, tener cuidado de la Iglesia, etc.… son los momentos en que
las mujeres se interrelacionan entre ellas.
Las mujeres son las que en misa (diaria, dominical…) o en casa con devociones
particulares (rosarios, novenas, capillas portátiles….) piden por toda la familia a
Dios ayuda para los enfermos, para las buenas cosechas, en el trabajo… y en sus
peticiones recae en cierta manera la salvación del alma de los integrantes de la
familia.
Son también las encargadas de la preparación de las manifestaciones religiosas
familiares como bautizos, comuniones y entierros.
Hay también participación femenina en actos religiosos como las celebraciones de
las fiestas importantes: los actos de Pascua y las fiestas mayores con misas,
procesiones, novenas, rosarios… en la organización y desarrollo de los cuales las
mujeres tienen un papel de primer orden.
2.5.- La mujer y la moda.
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A principios de siglo, el tango es una verdadera
obsesión. El baile es por entonces una diversión
exclusivamente juvenil. Al menos así lo dice un
tango de la época.
En un rincón los cuarentones cuchichean y las
parejas arrullándose tanguean.
Las “cuarentonas” son las madres de los jóvenes que bailan, o simplemente
espectadoras. Están allí para dar a la reunión un tono de seriedad que se
considera indispensable.
Ninguna señorita puede salir sola y, si no va acompañada de su madre, la escolta
una carabina, nombre que se da a las mujeres generalmente honorables que,
necesitadas de ganarse un sueldo y sin ninguna profesión, cuidan de la virtud de
las muchachas. En provincias, las madres forman lo que en algún sitio se ha
llamado el “zócalo negro”, por estar en su mayoría vestidas de negro y sentadas
en torno a la pista donde bailan sus hijas. Fuera de esto, poco tienen que hacer
estas madres a punto de terminar con la única misión que la sociedad les ha
encomendado: la maternal.
La mujer va modificando su cuerpo y su espíritu de acuerdo con el ideal de cada
época. El corsé deforma su anatomía como ciertos moldes sociales deforman su
ser. Se pone de moda el traje sastre, asoma el pie, la falda se va acortando.
También por estos años la costumbre del piropo callejero abruma, a veces, a las
mujeres, que ahora más que nunca se ven obligadas, por su trabajo a frecuentar
la calle. Pero, justo es decirlo, la española recibe con agrado el piropo bonito, el
decente.
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Por los años veinte, la mujer inaugura un nuevo suplicio que había de contribuir a
su belleza: la ondulación permanente. Las primeras permanentes ponen en
comunicación directa la cabeza con la corriente eléctrica, y la cocción del pelo
dura varias horas. Por entonces en España se refuerza el maquillaje. Las bocas
toman forma de corazón y las pestañas se cargan de rimel.
La indumentaria, que hasta ahora habría diferenciado clases sociales, estado civil,
edad, etc., tiende marcadamente a igualarse.
El hábito del deporte, que se inicia en los
primeros años del siglo, contribuye a la
transformación física de la mujer.
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CAPITULO II
EL MOVIMIENTO FEMINISTA EN ESPAÑA.
3.1.- El feminismo.
Después de la Revolución Francesa, se consideró a la mujer como ciudadana de
naturaleza diferente al hombre, su función es la de ser madres, por lo que no
pueden gozar de los mismos derechos que los hombres, esta clara exclusión hizo
que surgiese el feminismo.
Ya en el siglo XIX, el discurso feminista, siempre estuvo más centrado en
reivindicaciones de tipo social, puso su empeño en conseguir el derecho al voto
como principio para conseguir otras reivindicaciones, como condiciones
laborables, libertad de expresión, acceso a la educación, etc. Nunca adoptó la
acción directa violenta como estrategia de combate, ni destacó en militancia. Se
puede afirmar que el feminismo español no llegó nunca a tener un desarrollo
autónomo y propio. La “cuestión de la mujer” nunca fue un tema protagonista en el
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debate político, a menudo, quedó inmerso en el conflicto entre derechas e
izquierdas.
A principios de siglo las organizaciones están formadas por mujeres de las clases
altas fuertemente impregnadas de catolicismo. Asociaciones como el Centro Ibero
Americano de Cultura Popular Femenina o la Liga Patriótica de Dames ligada a la
Lliga Regionalista, fundadas en 1906. No buscan la igualdad de derechos, no
defienden el sufragio femenino, lo que buscan es el reconocimiento del papel de la
mujer, como colaboradora desde su función “doméstica”.
¿Desde cuando se habla en España de feminismo?, ¿Por qué se habla de
feminismo?, ¿Quién habla de feminismo?
El término “feminismo” llega cargado de inquietudes y recelos, y en general
despierta pocas simpatías. Sugiere un tipo de mujer física o sentimentalmente
desgraciada que, en franca rebeldía, adopta actitudes desenfadadas y agresivas.
Es la voz de protesta de unos seres, hasta ahora generalmente callados y pasivos
que adoptan un indiscutido conformismo, que transforme la condición económica,
social, jurídica, política, educativa, doméstica y hasta sentimental de la mujer.
Cuando se habla de feminismo, se habla de “compañera” o “madre” y no nos
limitamos a propugnar un estado tradicional para la mujer, sino los aspectos que
configuran su feminidad, soltera, casada… o realiza cualquier profesión (incluso
aquellos consideradas típicamente masculinas) tiene que saber realizar su
feminidad. Si renuncia a ello está frenando el desarrollo de su ser y esta privando
a la humanidad de su don, y no habrá cambiado en nada la sociedad, con la
presencia de la vida pública de la mujer.
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Martínez Sierra en su “Canción de cuna” no se muerde la lengua y dice cuanto
tiene que decir ante un auditorio que necesita que ciertas cosas sean dichas y
comentadas: “Menos cazadores de herederas ricas habrá el día que la esposa sea
dueña de su hacienda y tenga instrucción y educación para administrarla. Si el
marido no fuera administrador nato de los bienes de la mujer, no existirían muchos
matrimonios de interés, que son origen de negra infelicidad”. Musas…
inspiradoras…¡no las hay!. El consejo solo es eficaz entre iguales. Termina con
una arenga: “¡A conquistar España, españolas! Una España nueva, digna de los
hijos de tales madres. No les de rubor proclamarse feministas. Una mujer que no
fuera feminista sería un absurdo tan grande como un rey que no fuese
monárquico”.
.
Maria de Maeztu desarrolla una labor muy grande con la
creación de la primera residencia para señoritas estudiantes.
En 1919 hay en España unas trescientas universitarias y algunas maestras, uno de sus
principios pedagógicos “Es verdad el dicho antiguo de que “la letra con sangre entra”,
pero no ha de ser con la del niño, sino del maestro”.
El movimiento feminista cristalizó con la Constitución Republicana de 1931, que
reconoció el sufragio femenino, introduciendo en la sociedad patriarcal española de
relevancia del papel de la mujer. Si bien en 1923 el General Primo de Rivera, con
aguda visión del problema, al establecer su dictadura, concede a la mujer quince
puestos en la Asamblea Nacional y algunos otros en los ayuntamientos. Son mujeres
elegidas en representación de actividades algunas en representación del Estado y
otros…, diríase que en representación del género femenino – como alguna concejala
de provincias- para recrear la vista de los señores concejales durante las largas
sesiones. Las hay pertenecientes a todas las clases sociales. Una licenciada en
derecho y algunas maestras.
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Proclamada la República y convocadas las elecciones para las Cortes
Constituyentes (con votos exclusivamente masculinos), tres mujeres sacan el acta
de diputado: Clara Campoamor
(abogada), en absoluta soledad, defendió la
igualdad de las mujeres y el derecho al sufragio femenino, postura que finalmente
fue apoyada por una mayoría parlamentaria e incorporada al texto constitucional.
Supuso una de las legislaciones más avanzadas de Europa en cuanto a la
igualdad de las mujeres.
Victoria
Kent,
abogada,
es
nombrada Directora General de
Prisiones
se
importantes
cárceles,
propone
hacer
reformas
en
las
autorizando
a
los
detenidos a ser visitados por sus
mujeres en la intimidad de la
celda.
A
causa
de
esta
disposición humanitaria en principio se le acusa de convertir las cárceles en
prostíbulos.
Margarita Nelken, escritora, es hija de judíos alemanes nacida en España. Para
formar parte de las Cortes Constituyentes tuvo que responder, si a: “Solicitáis
expresamente el reconocimiento de vuestra nacionalidad como española”.
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La Constitución de 1931 reconoce en el articulo 41 el matrimonio civil y permite
instaurar el divorcio, desaparece la distinción entre hijos legítimos e ilegítimos, se
adopta el término “autoridad del padre y de la madre”, frente a la clásica autoridad
paterna, y se acepta el mutuo consentimiento para obtener el divorcio.
Las mujeres conservadoras se organizaron políticamente bajo la advocación de
Patria y Religión y contra los cambios que introducía la República. Las feministas
y republicanas moderadas, más que la política interior les preocupa la salud, la
enseñanza y la paz internacional. De hacho, fueron pioneras en la denuncia del
nazismo y de los campos de concentración.
Las mujeres anarquistas fundaron la Federación de Mujeres Libres con el
convencimiento de que sus frentes de lucha eran dos: la lucha de clases y la lucha
por la liberación de la mujer. Las defensoras de la ideología comunista crearon la
Agrupación de Mujeres Antifascistas, que defendía las libertades democráticas
como única forma de participación en la vida social y política española.
Una parte de la derecha acogió la ideología fascista y creó la Sección Femenina
de Falange que defendía un feminismo basado en la abnegación y obediencia de
la mujer al hombre.
La Guerra Civil y la posterior dictadura franquista terminan con los movimientos
feministas, que entran en una etapa de opacidad comenzando a despertarse a los
años sesenta y setenta. En esta época se suprime la escuela mixta, se libera a la
mujer casada del taller y del trabajo – una medida acompañada de primas por
maternidad- se deroga la ley del matrimonio civil y la ley del divorcio. Se
incrementa la mayoría de edad a los 25 años y se obliga a la mujer joven a
permanecer en el hogar paterno hasta el momento de casarse o entrar en el
convento.
En el terreno femenino la política que se emprendió fue de reacción contra los
avances del periodo republicano. Se procuró desde el primer momento restaurar
el modelo femenino de sumisión impregnado de las ideas de la Iglesia Católica. El
21
rol “mujer esposa-madre” fue un elemento clave en la nueva ideología del
régimen, lo que se ha conocido como nacional-catolicismo. La legislación es
coherente con este proyecto. En septiembre de 1936 se aprobó un decreto sobre
la moralización de las costumbres. El Fuero del Trabajo de 1938 proclamó que la
nueva España, “libertará a la mujer casada del taller y de la fábrica” y reconocerá
a “la familia como célula primaria, natural y fundamental de la sociedad (…),
institución moral dotada de derecho inalienable y superior a toda ley positiva”, se
derogó la ley de matrimonio civil y la ley de divorcio.
Estas y otras medidas legislativas del franquismo, ratificarán una marcha atrás
que conducirá a la subordinación femenina en la legislación civil y penal.
Pilar Primo de Rivera proclamó, en 1936 y ante 10.000 miembros
de la Sección Femenina, que “la única misión, que la Patria asigna
a las mujeres, es el hogar”. Con esta mentalidad católica y fascista
se puso en práctica una política fatalista a base de subsidios
familiares, a las familias numerosas y a la natalidad. Se aprobaron
leyes discriminatorias en el terreno laboral; se exigió el abandono
del trabajo al casarse, se retiró el plus familiar en el salario que
solo se da al cabeza de familia, se aprobó el ejercicio de
profesiones liberales como abogados del Estado, notarios, judicatura…etc.
La principal organización fue la Sección Femenina de Falange Española y de Las
JONS. Creada por José Antonio Primo de Rivera en 1934. La Sección Femenina,
a partir de los años sesenta, coincidiendo con la apertura del régimen y el
comienzo de reivindicaciones de derechos para las mujeres, pretende borrar su
incomodo pasado antifeminista e intenta posibilitar la promoción de la mujer,
siempre la actividad estará en función de lo que debe desempeñar la mujer en la
sociedad: ser el pilar básico de la familia, natural y fundamental de toda sociedad.
Con carácter oficial, y en una vasta organización que abarca todas las provincias
españolas la Sección Femenina de F.E.T. y de las JONS desarrolla múltiples
actividades: Escuela de asistentes sociales, escuelas laborables, guarderías
22
infantiles y comedores. Fomenta el cultivo de las labores de artesanía y la obra
folklórica de coros y danzas. El Servicio Social de la mujer es, en principio,
obligatorio para todas las españolas. Durante un curso, deben prestar su
colaboración en las distintas secciones de la organización. Atención a los
huérfanos. Las mujeres de Acción Católica trabajan en diversas acciones sociales.
Existen también innumerables entidades o grupos que actúan privadamente,
generalmente en obras de suburbio. La obra internacional de Caritas utiliza un
gran número de colaboradores en sus diversas actividades.
Carmen Laforet en 1944 irrumpe en el ámbito nacional de la posguerra al obtener
en 1944 el premio Nadal por su novela Nada. Las ediciones se agotan
rápidamente y se traducen a varios idiomas. En 1955 escribe “La mujer nueva”.
La nueva ola de feminismo en España vive su momento de expansión a partir de
1975, coincidiendo con la I Conferencia sobre la Mujer de Naciones Unidas y con
el Año Internacional de la Mujer.
Hasta el año 1975 en que se promulgó la Ley de Reforma del Código Civil, la
mujer era equiparada a efectos de capacidad a los menores de edad, locos,
sordomudos y dementes. Esta reforma supuso un avance con respecto a la
situación anterior y mejoró su capacidad jurídica, y de obrar pero seguían
existiendo limitaciones sobre todo en la mujer casada. Se abolió la licencia marital,
pero a pesar de ello se seguía pidiendo la autorización del marido para algunas
transacciones comerciales (préstamos, etc.)
En mayo de 1976 se celebraron Les Jornades Catalanes de la Dona en el
Paraninfo de la Universidad de Barcelona. Representó un importante paso
cualitativo y también cuantitativo para todos los movimientos feministas del Estado
Español. Los temas debatidos en las Jornadas, trataban las grandes cuestiones
del feminismo en aquel momento: mujer y trabajo, legislación, educación, familia,
medios de comunicación de masas, sexualidad, política, la problemática de la
mujer en los barrios y en las zonas rurales y los movimientos feministas. Las
23
discusiones más intensas y más interesantes se produjeron alrededor de los
comunicados y las ponencias sobre mujer y política.
Las reivindicaciones de estas jornadas fueron: el derecho a un lugar de trabajo sin
discriminaciones; la abolición de todas las discriminaciones en el trabajo por razón
de sexo y de maternidad; reconocimiento de los derechos laborales y la seguridad
social; socialización del trabajo doméstico; cuidado de los hijos, los ancianos y los
enfermos; la enseñanza obligatoria pública, laica y gratuita, antiautoritaria y no
discriminatoria contra la mujer; la abolición del servicio social monopolizado por la
Sección Femenina; la ley del divorcio, patria potestad que no es exclusiva del
hombre; reconocimiento de todos los derechos de las madres solteras…
Las elecciones del 15 de junio de 1977, va a encauzar el proceso que conducirá
hasta las Cortes Constituyentes, las que elaborarían y promulgarían la
Constitución de 1978. En estas elecciones participaron la casi totalidad de los
grupos políticos a excepción de muchos de los grupos feministas que entendían
que su participación en estas elecciones suponía legitimarlas.
Si las organizaciones de mujeres no estaban en condiciones de competir
electoralmente, si es cierto que los movimientos feministas fueron importantes,
existían multitud de grupos, asociaciones, asambleas… raro el pueblo que no
contara con un grupo feminista.
Podemos afirmar que la participación de las mujeres en las elecciones de 1977 no
produce sorpresa, es el resultado de una serie de trabas –lo que se denomina
metafóricamente el techo de cristal- que imposibilita el acceso de la mujer a los
cargos públicos, por el perjuicio social de que las mujeres no sirven para política.
Así de 350 escaños del Congreso de los Diputados las mujeres ocuparon 21,
constituyendo el 6% de la Cámara, porcentaje que aún se vería más reducido al
abandonar sus escaños antes de final de la Legislatura, las diputadas Rosa Lajo e
Inmaculada Sabater ambas sustituidas por hombres.
24
Por lo que al Senado se refiere de los 207 escaños por elección sólo 4 fueron
ocupados por mujeres, cifra que aumento ligeramente, pues en los 40 de
designación real, se incluyeron 2 mujeres.
Con la Constitución Española 1978 desaparecen las diferencias intolerables en un
sistema democrático como son: el nacimiento, la raza, el sexo, la religión, la
fortuna, la lengua y la opinión. Unos tienen su origen en circunstancias ajenas a la
voluntad de las personas, imposibles de modificar, puesto que obedecen a causas
naturales, como el nacimiento, el sexo y la raza. Los otros se pueden modificar, o
permanecer indefinidamente como la religión, la fortuna, la lengua y la opinión.
Entre las intervenciones de las diputadas señalo las siguientes:
Julia Sevilla: “Señorías, en este articulo que hemos votado afirmativamente, la
mujer española adquiere por fin la plenitud de sus derechos… “Pero las mujeres
no vamos a dar las gracias por ello. Tampoco vamos a mirar al pasado con
amargura o con rencor”… “Ahora buscamos el futuro y en el futuro queremos
simplemente poder ser para ser lo que podamos. Queremos conservar nuestra
feminidad”… “Para ello necesitamos, además de la igualdad ante la ley, de una
sociedad rica en posibilidades de vida y en formas de existencia en sus sistemas
de trabajo y de educación, donde no sea incompatibles la maternidad y el trabajo,
la vida familiar y la cultura”… “La sociedad se enriquecerá en sus soluciones”.
Soledad Becerril, Diputada y Ministra de Cultura: “La
Monarquía fue aceptada sin entrar a considerar el orden
en la sucesión”.
problemas
juntoespañola
al
Soledad Becerril: “Creo que
el temase
deresuelvan,
la situaciónpero
de ladebemos
mujer enhacerlo
la sociedad
es co
hombre, porque son problemas de toda sociedad. En
cuanto al aborto, personalmente no soy partidaria, pero
es un problema que esta ahí y debemos hacerle frente.
En materia laboral, la mujer tiene que acceder a puestos
de trabajo exactamente igual que el hombre y evitar las leyes paternalistas que
25
existen en el mundo laboral. Hay que hacer lo posible para crear una
infraestructura con servicios como guarderías… que haga posible la incorporación
plena y sin problemas al ámbito laboral. Respecto del divorcio opino que el Estado
debería regular una forma civil para aquellos que no quieren casarse por la Iglesia
y que deseen separarse. “La enseñanza privada y la pública deben poder
coexistir”… “En relación a la situación de la mujer los avances han sido enormes,
pero subsisten las dificultades para compatibilizar la vida laboral y familiar”.
Asunción Cruañes (diputada)…” La presencia misma de las mujeres en el
Congreso, de una minoría entre tantos hombres, sirvió para romper el tabú de que
la política no era un mundo de mujeres”.
Maria Izquierdo (diputada)…”No fui preparada para la política, sino para las
labores del hogar. La experiencia ayuda mucho y la permanencia puede ofrecer
ventajas y perfeccionamiento: son algunas de las razones por lo que las mujeres
debemos estar en las decisiones políticas…”
Maria Mata (maestra y pedagoga, diputada y senadora), Vinculada a la educación
desde su infancia en 1965 funda la Escola de Mestres Rosa Sensat dedicada a
recuperar la renovación pedagógica. Desde Madrid, estudiando la Constitución,
desde el Parlamento en Cataluña y desde el Ayuntamiento en Barcelona. He
podido rehacer la historia…
Esther Tellado- Su condición de mujer si influyó en el hecho de ser candidata: “La
Sección Femenina creo un nuevo estado de opinión en que la mujer contaba. Las
mujeres hablábamos de una forma diferente, llegábamos a las personas,
explicábamos el concepto que teníamos de familia. Como familia estábamos
acostumbradas a ser el colchón, y preparadas en la Universidad de la Vida,
obligábamos a los hombres a concretar el discurso”.
Teresa Ruvilla al hablar de sus compañeras, senadoras y diputadas…”Yo creo
que ninguna de las diputadas de aquella legislatura constituyente estuvimos
conformes en la regulación de la Corona en lo que se refiere al orden sucesorio.
¿Cómo se pudo entonces discriminar a la mujer en flagrante contradicción con lo
26
que se decía en el artículo 14 de la propia Constitución? Aún hoy no encuentro
razón suficiente”.
Los avances en el terreno de los derechos femeninos fueron rápidos en mayo de
1978 el adulterio y el amancebamiento dejaban de ser delitos y en octubre se
despenalizaba la expedición de anticonceptivos.
Todas estas mujeres y más han dado en el siglo XX un paso muy importante hacia
la igualdad estén en espacios donde se toman decisiones no solo al 50% sino al
70%... en todos los espacios por derecho propio, significará que vivimos en una
sociedad más moderna y en una sociedad más democrática y mejor.
El resultado es que hoy hay más mujeres en la vida política, tanto en el
Parlamento como en el Gobierno y en la Administración.
Es difícil participar en las instituciones y organizaciones políticas, para ello hará
falta ingenio, solidaridad, paciencia, fuerza, tolerancia y también buen humor y
afecto. Todas características que las mujeres hemos desplegado muchas veces.
Si aprendemos a utilizar los factores positivos y a neutralizar los negativos,
combinando fuerza política y capacidad de negociación podremos hacerlo.
Contribuyendo con ello a profundizar esta democracia, aún incompleta.
27
3.2.- El voto femenino.
Pese al esfuerzo de los primeros sufragistas, la concesión del voto femenino, pues
muy pocos Diputados apoyaron el sufragio para las mujeres y el interés de la
prensa por esta cuestión fue muy reducido.
El año 1918, el 20 de octubre, un grupo de mujeres de clase media crearon la
“Asociación Nacional de Mujeres Españolas” (ANME), esta asociación promueve
en 1920 la creación de la “Juventud Universitaria Femenina”, esta organización
reclamó de forma clara el sufragio femenino. Otra asociación, “La Cruzada de
mujeres Españolas” dirigida por la periodista Carmen de Burgos, protagonizó la
primera manifestación callejera para sufragio en Madrid en mayo de 1921.
El sufragio femenino fue otorgado en el marco de las reformas introducidas en la
legislación de la Segunda República (1931-1936).
La coherencia de los grupos políticos que se proclamaba democráticos obligó a
una revisión de las leyes discriminatorias. El proceso fue bastante complejo, pues
se creía que la mujer estaba muy influenciada por la iglesia, por lo que se creía
que su voto seria conservador lo cual produciría un reforzamiento de la derecha.
28
Este punto de vista hizo que importantes feministas como la socialista Margarita
Nelken y la radical-socialista Victoria Kent diputadas ambas en 1931 rechazaran la
concesión del sufragio femenino. Ellas opinaban que la mujer todavía no estaba
preparada para asumir el derecho al voto, por lo tanto debían seguir en su
situación de subordinación.
En sesión celebrada en el Congreso el 1 de octubre de 1931, en la que se trata de
la concesión del voto a la mujer, la señorita diputada Kent pide la palabra para
decir:
“Señores diputados: Pido en este momento a la Cámara atención respetuosa para
el problema que aquí se debate, porque estimo que no es un problema nimio, un
problema que debamos pasar a la ligera; se discute en este momento el voto
femenino y es significativo que una mujer como yo, que no hago más que rendir
un culto fervoroso al trabajo, se levante a decir a la Cámara sencillamente, que
creo que el voto femenino debe aplazarse. Que creo que no es el momento de
otorgar el voto a la mujer española”.
Victoria Kent pide el aplazamiento del voto femenino basándose en que la mujer
española no esta preparada, de momento, para usar de esta facultad cívica. Pero
también porque su fervor republicano la induce a temer por la estabilidad de la
Republica. Su actitud, decididamente arbitraria, contrasta con la de Clara
Campoamor, quien defiende rectamente el valor de unos principios que juzga
inquebrantables.
Clara Campoamor, también diputada y miembro del partido radical (en absoluta
soledad), asumió la defensa del voto femenino (en 1933 se dice que el voto
femenino costó el acta a Clara Campoamor).Defiende el derecho de la mujer a
que le sea reconocido en la Constitución el de sufragio. Dice: “Yo, señores
diputados, me siento ciudadana antes que mujer, y considero que seria un
profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho”. “ Los sexos
son iguales, lo son por naturaleza por derecho y por intelecto; pero además lo son
porque ayer lo declarasteis”. Aboga por la confianza en las mujeres del pueblo:
“La única manera de madurarse para el ejercicio de la libertad, es caminar dentro
de ella”.
29
Argumentó en las Cortes que los derechos de los individuos exigían un trato
igualitario para hombres y mujeres, por lo tanto los principios democráticos debían
garantizar la redacción de una Constitución republicana basada en la igualdad.
En 1931 el Gobierno provisional republicano y con fecha de 8 de mayo, había
aprobado un decreto por el que se reconocía el derecho al voto de los varones de
23 años. Las mujeres y los sacerdotes no tenían derecho al voto, pero si podían
ser elegidos como diputados a Cortes. El debate sobre el sufragio femenino fue
interesante y curioso, por la clásica división de izquierda y derecha la cual quedó
profundamente alterada.
En los debates, se deslizaron planteamientos, como que podría ser motivo de
discordia dentro del matrimonio; que la mujer no estaba capacitada para votar ya
que en ella predominaba la emoción por encima de la reflexión; que la mujer
carecía de inteligencia y voluntad… etc. Para paliar estas insuficiencias, se
propuso que sólo votasen las mayores de 45 años, incluso se planteó que se
votase una ley electoral que permitiera el voto de la mujer de forma provisional, si
se comprobaba que el voto femenino iba a los partidos más conservadores, se
suprimiría.
Al final triunfó la tesis sufragista por 161 votos contra 121 en contra, en los votos
favorables se entremezclaron diputados de todas las tendencias. Votaron si al
sufragio femenino los socialistas, con alguna sonada excepción como Indalecio
Prieto que llegó a decir que el voto femenino era una “puñalada trapera contra la
República”, Julián Besteiro llama por teléfono a Victoria Kent “Victoria, hemos
hecho una tontería” y el titular de El Socialista del 2 de octubre indica que
“consecuentes con un postulado, no hemos sido políticos. Habiendo ganado,
hemos perdido. Esta es la realidad”. También lo hicieron algunos republicanos y
los partidos de derechas, éstos lo hicieron porque creían que el voto femenino
sería mayoritariamente conservador. En las elecciones de 1933 ganaron las
derechas, pero en 1936 la victoria fue para el Frente Popular, lo cual no daba la
razón a nadie. Así pues, se habían establecido las bases necesarias para que los
derechos de las mujeres se reconocieran, lo que en aquel momento suponía una
30
de las legislaciones más avanzadas de Europa en cuanto a la igualdad de las
mujeres.
De la participación de las mujeres en la campaña electoral de 1933, hay que
destacar posturas diferentes: desde una actividad con violencias y boicoteos a
posturas de tolerancia.
Algunas mujeres intentan expresar el significado y la emoción de su primera
participación electoral: así en “Mundo Femenino”, una maestra evoca lo que han
podido representar para ella los sufragistas anglosajones y rinde un homenaje
lírico a los comuneros jacobinos y revolucionarios de la Comuna de Paris que han
abierto el camino:
“¡Sufragistas! Yo os doy las gracias por vuestros ideales… Vuestras luchas y
vuestra sangre, vuestras generosas utopías y vuestros ensueños, se han
condensado a través de los siglos en este acto sencillo en que la Constitución
española me ha honrado hoy elevándome a la augusta función de electora”.
Se tardo años en entender la significación del voto, por fin se comprende y en su
inmensa mayoría las mujeres españolas vivieron una experiencia insustituible.
Ya lo había anunciado Maria Martínez Sierra en sus conferencias en el Ateneo de
Madrid:
“Al Gobierno de la Buena Voluntad española no le conviene tener esclavos a
quienes tener ni descontentos a quienes dominar…Somos mal adversario, porque
podemos ser buen explosivo”.
Pilar Primo de Rivera propició basándose en una norma del Estatuto Municipal de
1924, se reconociera por primera vez el derecho de voto a la mujer. Aparte de que
el voto en la dictadura no tiene ningún significado político real, este se
circunscribió a los solteros emancipados y viudos de más de 23 años. Las mujeres
casadas que no podían votar en contra del parecer del marido y prostitutas
quedaban excluidas del sufragio. A las mujeres se les reconocía su derecho, en
31
función de un supuesto “voto de familia”. Cuando faltaba el padre, podían ejercer
su derecho. El pensamiento tradicional patriarcal impregnaba la legislación de la
dictadura.
En 1973, con respecto al voto femenino la mujer soltera, mayor de edad no puede
ejercitar su derecho al voto porque no es reconocida como “cabeza de familia” (si
desea usted votar, cásese. Entonces quizá vote lo que desee su marido…).
La Constitución Española de 1978 ha supuesto, es justo reconocerlo, un enorme
avance si tomamos como punto de referencia el trato que había recibido en el
ordenamiento jurídico español antes de su aprobación. El texto constitucional
reconoce en su artículo 14, la plena igualdad de todos los ciudadanos, sin
discriminación por razón de sexo…Desde esta perspectiva, la batalla de los
sufragistas que importante no sólo porque se consiguió el voto, sino porque esta
obtención implicó para las mujeres el derecho a ser ciudadanas, es decir, seres
humanos individualizados. A partir de allí podrán objetar su subordinación tanto en
la familia, como en sociedad. En este sentido, la obtención del voto no eliminó
otras formas de discriminación relacionados con otros derechos, pero abrió las
puertas a que las mujeres lucharan por su aplicación práctica.
32
CAPITULO III
ESTADO; MUJERES Y TRANSICIÓN POLÍTICA EN
ESPAÑA; 1975
4.1.- La democracia.
El fin de la dictadura y la vuelta al sistema democrático significaron una rápida
consecución de avances jurídicos los cuales pusieron a la mujer española a un
nivel similar a las del resto del mundo occidental. Aprovechando la celebración del
Año Internacional de la Mujer, convocado por la ONU, pocos meses después de la
muerte del dictador, el movimiento feminista salta a la luz pública. En diciembre de
1975 se celebran en Madrid las Primeras Jornadas por la Liberación de la Mujer,
seguirán en mayo del 76 las Jornades Catalanes per la Dona.
Pocos meses antes de la muerte del dictador ya se había producido un cambio
importante: la abolición del Código Civil de los artículos que consagraban el papel
del varón, como cabeza de familia y que impedían a la mujer casada disponer de
sus bienes anteriores al matrimonio. Los avances en el terreno de los derechos
femeninos fueron rápidos en mayo de 1978, el adulterio y el amancebamiento
dejaban de ser delitos y en octubre se despenalizaba la expedición de
anticonceptivos.
4.2.- La Constitución.
En diciembre de este mismo año se aprobaba la Constitución la cual en su articuló
14 dice:”Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social”, a partir de este
momento, el movimiento femenino, se esforzó en conseguir una ley de divorcio
amplia y progresista y en una regulación, que dejara la interrupción del embarazo
en manos de las mujeres. El divorcio, el aborto y las campañas para extender el
33
uso del preservativo fueron temas que provocaron polémicas, La Iglesia Católica y
las fuerzas políticas afines a ella lucharon contra estas medidas.
El debate de la ley de divorcio provocó dentro del partido gobernante de centroderecha, la Unión del Centro Democrático de Suárez, un enfrentamiento entre los
sectores progresistas y democristianos de la UCD, con el apoyo de las fuerzas de
la izquierda se aprobó la Ley de Divorcio en 1981.
Sin menospreciar el trabajo de la mujer hasta 1975, es a partir de esta fecha,
cuando el feminismo se desarrolla sobretodo, vinculándose con la política, desde
esta plataforma se promueve un intenso debate que termina en dos posturas
encontradas; la doble militancia y el feminismo radical, estas posturas encontradas
hace que más que reivindicar iniciativas sirvan para establecer debates
ideológicos. Últimamente se han planteado temas que al ser tratados de forma
diferente, parecen nuevos; trabajo doméstico, trabajo asalariado, sexualidad,
maternidad, aborto, familia, etc. También la relación con el Estado y la Economía.
4.3.- Mujer y sociedad.
Las preguntas claves, en otras serian: ¿Qué significa ser mujer en esta sociedad?
¿Qué valor tiene el trabajo de la mujer? La revolución industrial estableció una
separación entre el mundo de la reproducción de la vida y el de la producción de
bienes, afortunadamente este concepto va desapareciendo o flexibilizándose, el
modelo de desarrollo es el que decide qué trabajos se realizan, y bajo que
condiciones de producción o sociales. El Estado como planificador de recursos,
utiliza el sistema patriarcal como “colchón”: Es decir, la división sexual y la
ideología de la subordinación.
El Estado, benefactor o asistencial tiene dos rasgos importantes; atiende a la
reproducción de la fuerza del trabajo y por otra sale al encuentro de los derechos y
reivindicaciones de los ciudadanos que buscan una mejor calidad de vida. En
definitiva el Estado se contradice permanentemente.
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En 1960 se presenta en las Cortes un proyecto de ley sobre los “derechos
políticos profesionales y de trabajo de la mujer”. Se aprueba el 24 de julio del 61.
En ella se reconoce que el trabajo de la mujer es un hecho real y universal que no
se puede desconocer, y donde se pide que la mujer, empujada al trabajo por
necesidad, lo haga en las mejores condiciones posibles.
El texto de la ley, tal como aparece en el boletín oficial de las Cortes, es el
siguiente…
Art.1: La ley reconoce a la mujer los mismos derechos que al varón para el
ejercicio de toda clase de actividades políticas y de trabajo.
Art.3: En las mismas condiciones que el hombre puede participar en
oposiciones…Tendrá acceso a todos los grados de enseñanza. Se exceptúan el
ingreso en:
a) Las armas y cuerpos de los ejércitos de tierra, mar y aire.
b) Los institutos armados…que impliquen la utilización de armas.
c) La administración de justicia en los cargos de magistrados, jueces y
fiscales, salvo en el titular de menores y laboral.
d) En la Marina Mercante, excepto las funciones sanitarias.
Art.4: La mujer podrá celebrar toda clase de contrato de trabajo, excepto los
trabajos penosos, peligrosos e insolubles (como cuidado de reses bravas, minas,
carreteras, altos hornos, explosivos y trabajo de andamio).
Art.5: Cuando por ley se exija la autorización marital deberá constar en forma
expresa. Si fuera denegada, la oposición o negativa del marido no será eficaz
cuando se declare judicialmente que ha sido hecha de mala fe o con abuso de
derecho.
Cada día la mujer avanza sigilosamente con paso menudo pero firme. Son más
las jóvenes que dejan la aguja por la estilográfica, máquina y ordenador. Las
oficinas se llenan de presencia femenina, poniendo cierto orden y una nota
amable.
Al avance de la empleada, de la obrera, sigue el de la universitaria más rebelde
social y políticamente.
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La Constitución española, en su capítulo segundo, recoge las responsabilidades
del estado en cuanto derecho a la vivienda, educación, asistencia sanitaria,
trabajo, igualdad de sexos…etc. Casi todas estas tareas antes se satisfacían en el
ámbito familiar, por lo que estaban a cargo de las mujeres. No podemos estar
ajenas a esta etapa histórica con el Estado, pues desde él se nos define, explota y
condiciona. Hace de la familia y del trabajo de las mujeres un soporte de sus
condiciones. El punto de partida para conocer nuestro papel en el sistema
económico, puede ser averiguar en que trabajan las mujeres y que valor tiene su
actividad para la supervivencia de la organización económica y social.
36
CAPITULO IV
SITUACION DE LA MUJER EN EL MERCADO DE
TRABAJO.
5.1.- Igualdad de derechos.
En el trabajo la mujer tiene derecho a elegir con plena situación de igualdad con el
hombre y a recibir la misma remuneración, además, el artículo 37 del Estatuto de
los trabajadores establece, “El derecho a una hora de ausencia del trabajo por la
lactancia de un hijo menor de 9 meses”. Podemos asegurar que hoy en día la
igualdad de hombres y mujeres ocupan el centro de todas las ideologías y así lo
recoge el derecho.
El primer problema, es la poca credibilidad que nos merece los datos y
estadísticas oficiales para valorar la presencia de la mujer en trabajos asalariados.
Según los datos que poseemos, más de las tres cuartas partes de la población
“inactiva”, son mujeres, esto es debido, a que en este colectivo, se encuentran las
amas de casa. El colectivo de mujeres que han aumentado su actividad en época
de crisis, son las mujeres casadas, el factor clave de esta circunstancia, es la
renta familiar, las circunstancias económicas en las que se encuentra la familia, la
pérdida de poder adquisitivo, el paro del cabeza de familia, todas estas
circunstancias, presionan sobre las posibilidades del consumo familiar e inducen a
la mujer a buscar trabajo, a pesar de los bajos salarios, por estar en categorías
inferiores.
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5.2.- Formación profesional.
La formación profesional tiene como objetivo iniciar al alumno en el dominio de
una profesión, las ramas en las que se divide abarca dos grandes sectores; el
industrial y el de servicios, predominando en los centros estatales las
especialidades de automoción, electricidad, metal, madera, etc., en la privada se
enseña preferentemente todos aquellos servicios que requieren menos coste de
inversión; peluquería, sanitaria…, sólo la especialidad de administrativo se
encuentra en los dos sectores. Tienen un objetivo principal; mejorar la formación
profesional de los futuros trabajadores y también las posibilidades de empleo.
Es de resaltar que las preferencias de la mujer en cuanto a elección de
especialidad se inclinan preferentemente por las llamadas femeninas. De las diez
posibilidades de elección hay tres para las mujeres y siete para los hombres.
En cuanto al profesorado el 72% son hombres y el 28% mujeres, este porcentaje
se agrava a la hora de impartir las disciplinas, pues la mayoría de las profesoras
dan clase de Teoría, mientras un porcentaje muy pequeño lo da de prácticas de
taller.
Toda esta exposición es una clara representación de la segregación sexual
existente, existe una doble diferenciación entre especialidades “masculinas” y
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“femeninas”. Muchas especialidades para los hombres y pocas para las mujeres.
La formación profesional debería ser un sistema que se adecué a las necesidades
de la demanda. Debería reformarse la enseñanza profesional incluyendo la no
discriminación sexual.
Siempre ocurre que bajo la bonita frase de “igualdad de oportunidades” persiste la
desigualdad. La distinta afinidad de hombres y mujeres en la elección de estudios.
5.3.- Ocupación.
La ocupación en la mujer ha venido dada principalmente por el sector servicios;
comercio, educación, salud, cultura y confección, hostelería, o sea, ocupaciones
específicamente femeninas, son como una prolongación del hogar y en unas
actividades en que los salarios son más bajos.
La representación femenina en los puestos
más elevados de las empresas, sigue
siendo inferior a la del hombre. Podemos
resumir, diciendo que hay una clara división
sexual en el mundo del trabajo y que
comporta discriminación salarial y subutilización de la mano de obra femenina. El
paro afecta también en mayor medida a las
mujeres y sobre todo a las jóvenes de baja calificación.
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Las nuevas estructuras y las nuevas técnicas crean nuevas necesidades. Entre
las femeninas tenemos: técnicas de cine y de televisión, diseñadoras, intérpretes
de lenguas, profesoras de cultura física, asistentes sociales y azafatas…
Las azafatas, en los trayectos aéreos deben atender a los viajeros. Su vida es
como aves en constante emigración. Se les exige al ingresar ser solteras,
mayores de 18 años y menores de 25, medir por lo menos 1.60, no tener ningún
defecto físico y haber cumplido el servicio social, hablar idiomas…El sueldo es de
8000 pesetas mensuales (esto también a cambiado).
La economía sumergida, no nace de la crisis, pero crece como consecuencia de
ella, pues supone para los empresarios, ventajes fiscales, menores costes
laborables,
menos
salarios,
etc…,
factores
que
permiten
una
mayor
competitividad, hay pues un acuerdo tácito entre empresarios, trabajadores y
Gobierno para mantenerla.
Podemos ubicar a la mujer en el sector doméstico como su espacio “natural”. En
un Estado burocratizado la mujer ejerce de puente, acceder a los innumerables
servicios requiere tiempo y trabajo gratuito que solo pueden ofrecer las mujeres.
La mujer está programada como agente multiplicador de los servicios que ofrece
la administración, sin la gratuidad que ofrece la mujer la mayor parte de ellos no
se podrían realizar.
40
5.4.- Mujeres en la escuela del siglo xx.
Una mención muy especial merece la inclinación que ha tenido la mujer hacia la
enseñanza. La mejor manera de contar la historia de la educación del siglo XX en
España es a través de sus protagonistas.
Las hubo de tres generaciones: Las que vivieron la escuela del primer tercio de
siglo pasado y contribuyeron a la renovación de la enseñanza. Las que ejercieron
durante el franquismo y las que han enseñado en democracia.
Las primeras enseñaron los años de la II República, donde proliferaron proyectos
y programas pedagógicos, Carmen de Burgos, participó activamente, maestra y
periodista, fue duramente criticada por su compromiso con la emancipación
femenina, fue acusada de promover la práctica del amor libre.
En Cataluña Rosa Sensat promovía una nueva educación, no se cansaba de
repetir: “Pues sí, la mujer ha de saber física y química, son conocimientos de la
cultura general que, además de desarrollar su espíritu de observación, le
proporcionan una gran cantidad de ideas”. También estuvo identificada con estas
ideas, Amparo Navarro Giner, republicana, nacida en Valencia donde ejerció, su
41
preocupación por aunar la realidad cotidiana, con la escuela, llegó a reivindicar el
uso del valenciano en la escuela.
Otra de las grandes maestras fue Jimena Menéndez Pidal, fue una de las figuras
más destacadas del pensamiento pedagógico del siglo XX, entendía la educación
en un sentido integral. Tras el paréntesis de la Guerra Civil, fundó en Madrid el
Colegio Estudio, en 1940.
Durante el franquismo tres mujeres dejaron huella: Teresa Codina, su viaje a Paris
en los años 50 sumergió a ésta en la pedagogía de la expresión, un movimiento
pedagógico que llegaba de los EEUU. Su trayectoria se encaminó hacia los
sectores más desfavorecidos, en especial la infancia gitana.
Corrían aires aperturistas, antes de la democracia le preguntó una inspectora a
Assumpta Blanc i Cardoner si la escuela no tenía mesas y sillas al ver que una
gran alfombra ocupaba la mitad del aula. Esta profesora tiene claro, que la
pedagogía infantil requiere espacios, rincones, juegos y posibilidades diversas; las
sillas y mesas limitan el espacio.
Otra innovadora es Charo Guimerá; concebía la escuela como el medio que
permite ejercer la democracia, suele decir: “Hay que respetar el deseo de los
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ciudadanos que quieren permanecer en este entorno y facilitarles que puedan vivir
en él”.
Carmen Islat, desde el primer día que pisó un aula supo que lo importante no era
saber leer y escribir, sino vivir, “Lo que importa es la vivencia del ser como un
todo, lo que importa es que el niño o la niña que tienes delante, esté bien; hay que
saber captar su singularidad…”.
María Cobeta, es orientadora y asegura que las respuestas a los retos, más que
en los libros, los ha encontrado en las personas.
Ines Cayero dice; “Cada niño es un mundo y debemos conocerle para forjar su
particular educación”.
María Cases, maestra de párvulos castellonense. Con especial vocación por la
enseñanza, supo acercarse a ese mundo tan intenso de los niños, en el que
toman los objetos como artilugios de sus juegos. Siempre discretamente, como
queriendo que el niño no percibiera su brazo conductor por los caminos del saber
y aprender, para que el menudo se sintiera protagonista feliz de sus grandes
descubrimientos. Vivió para educar en cultura, educar en valores, para educar con
su ejemplo.
5.5.- Mujeres creativas.
En 1946, en los locales de la Sociedad Española de Amigos del Arte se presenta
en Madrid el “Primer Salón Femenino de Bellas Artes”. Por aquellos años tiene
lugar en el Circulo Medina otra exposición con el título de “Arte femenino”: Estos
hechos delatan que todavía existe en el campo de las artes plásticas, una
clasificación por sexos. Las mujeres eluden generalmente la competición y se
agrupan entre sí para celebrar exposiciones colectivas. Ciertamente que en las
exposiciones oficiales se conceden medallas sin distinción de sexos, y no son
raras las mujeres premiadas, con indudable categoría estética.
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En un principio (1940) la mujer pinta con bastante timidez. Es como si se sintiese
“comprometida” con la sociedad a darle lo que la sociedad exige de ella:
ingenuidad, instinto maternal, delicadeza, sensibilidad… Es este un fenómeno
colectivo que en España y en el extranjero, marcha al compás de la evolución
cultural de la mujer. La pintura hecha por la mujer ha reflejado siempre no sólo su
naturaleza y su sentir personal, sino también algo de la ideología dominante. De la
obra ingenua, poblada de figuras infantiles y de “maternidades” pasamos
gradualmente a los rasgos vigorosos y enérgicos. Pintores llenos de feminidad
acometen con violento dramatismo el tema del toro y el torero. Arte abstracto y
figurativo.
Una cosa queda probada: la mujer demuestra cada día con mayor frecuencia su
capacidad de sentir una fuerte vocación y se dedica plenamente a ella. Sobrepasa
la etapa en que cultivaba las artes por “adorno” y aborda decididamente el
profesionalismo.
“El nombre de una mujer pintora hace que las personas tengan dudas hasta que
han visto su obra”.
Ángeles Safo en su obra “Las olvidadas” dice:
“Os aseguro que alguien se acordará de nosotras en el futuro”. Han tenido que
pasar casi tres mil años para que esta frase de Safo a sus compañeras poetas se
convierta en realidad. Entretanto generaciones y generaciones de mujeres vivieron
en el silencio, la ignorancia y la sumisión al poder masculino.
Hoy hay más mujeres creadoras, sabias, escritoras, artistas y compositoras…
Hasta La Real Academia se enmienda, cuando se elige por catorce votos a la
escritora Carmen Conde en noviembre de 1977 para ocupar el sillón vacante que
deja Miguel Mihura, tras una larga polémica, no exenta de presión feminista, que
provoca días antes de la elección la siguiente manifestación de Dámaso Alonso:
“Las mujeres siempre tienen posibilidades de llegar a la Academia. Basta con que
las presenten tres académicos”.
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Desde la creación de la Academia en 1713, sólo una mujer Isidra Guzmán y por
imposición de Carlos III había conseguido un puesto en la Academia. La lista de
ilustres ausentes, que por ser mujeres no accedieron al culto reducto encargado
de “limpiar, fijar y dar esplendor” a la lengua española o castellana.
La opinión feminista, se divide ante el evento. Mientras algunas feministas
consideran un lujo la entrada de una mujer en la Academia, otras creen que es
mejor permanecer alejada de ella, por ser un reducto tradicional machista.
Hemos tenido mujeres que ha cultivado la composición musical como Rosa Ascot,
discípula de Falla, pianistas como Amparo Iturbe, coreógrafas, cantantes
excepcionales como Victoria de los Angeles, Montserrat Caballé, que con sus
portentosas facultades han alcanzado fama mundial. Otras cantantes como Ana
María Olaria además de la ópera ha cultivado la zarzuela donde es muy conocida.
La actriz española está, cada día más cerca del tipo estándar internacional y
vemos actuar con fortuna a María Fernández Ladrón de Guevara. Prototipo de
actriz evolucionada es Conchita Montes, tiene la carrera de derecho, una
inteligencia despierta y un físico atractivo, la distinción de su figura, su modo de
vestir, de maquillaje y peinado alcanzó un gran éxito.
Conchita Montes
A.Maria Olaria
Montserrat Caballé
Ana Mariscal
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Ana Mariscal, mujer dinámica y emprendedor, además de primera actriz de teatro
es directora y actriz de cine. Tiene preocupaciones sociales y se interesa por la
evolución de la mujer.
Mari Carrillo hace una labor seria y digna de estima en la escena española como
Aurora Bautista, Nati Mistral, Sara Montiel, Carmen Sevilla, Paquita Rico, Nuria
Espert…hacen que ejerza en el cine una inmensa atracción.
En los últimos años se han dado a conocer en televisión muchachas bellísimas e
inteligentes. Otras han prestado el encanto de su voz y de su correcta dicción a
las emisiones de radio, donde algunas han alcanzado gran popularidad.
Si las circunstancias, la inteligencia, o la voluntad no juegan un papel importante,
por ambas partes, la joven actriz que quiere probar su suerte debe pagar al
empresario, director, productor etc, su tributo erótico. En este sentido siguen
existiendo “señores” que ejercen en pleno siglo XX algo semejante a lo que en la
bárbara Edad Media se llamó “Derecho de Pernada”
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CAPITULO V
MIRANDO ATRÁS…CON LA MIRADA HACIA
DELANTE.
Nadie duda de que la mujer, como tema, sea hoy uno de los de mayor actualidad.
Se le enfoca desde muy distintos ángulos; pero falta casi siempre una visión
profunda que oriente de forma peculiar su educación y que la lleve luego a
desarrollar todo su potencial de posibilidades en medio del mundo actual.
Deseo más que reivindicar derechos aclarar el puesto de la mujer dentro del
complejo social.
Una sociedad o estamento - público o privado- que prescinda de la mujer, esta
desperdiciando uno de los “valores” más seguros de que disponemos los
humanos.
Soy mujer, soy madre, he sido profesional. Pero, ¿en que orden? No lo sé aún.
Mirando atrás, me doy cuenta de que las mujeres de
mi generación, hemos afrontado un periodo de la historia del mundo tan radical,
cambiante y transformador que nosotros mismos hemos tenido que cambiar la
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práctica totalidad de los principios en que fuimos educados y con los que
crecimos, creyéndolos inmutables, válidos y únicos.
Quisiera decir que este trabajo sirva, para que la juventud sepa, lo que pasó
entonces, para que comprenda lo que pasa hoy y para que deseen algo en el
futuro, porque la situación de la mujer en el mundo es algo.
Hay quien cree que la mujer ya ha alcanzado la condición igualatoria con el
hombre. Ni mucho menos. Hace falta mucha dedicación y mucha imaginación
para erradicar el machismo, que por desgracia no anida sólo en la cabeza de los
hombres. La labor igualitaria necesita que las madres transmitan a sus hijos
idéntica formación e igual modo de pensar que inculcan a sus hijas. Así puede que
algún día no sean necesarias las asociaciones de ayuda a mujeres maltratadas, a
mujeres inmigrantes y a mujeres separadas.
Se acaba de abrir un futuro tecnológico al que a veces nos sentimos incapaces de
asumirlo y aprovecharlo con todas sus ventajas.
Se abren autopistas de la información, viajes universales, el mundo atrapado en
un ordenador.
A mi generación pueden aguardarle silencios, pero seguirá quedándole vida. Tal
vez nos cueste más que a los jóvenes la adaptación, pero esa es una facultad del
ser humano. En eso estamos.
La mujer es ahora más fuerte, más despierta y más culta…Cada hombre
conquista a la mujer de su vida o de una etapa de su vida. La aventura surge del
común acuerdo. El amor se compra únicamente en casos en que la conquista sea
imposible.
Juan XXIII, en su encíclica “Paz en la tierra”, dice: “En la mujer se hace cada vez
más clara y operante la conciencia de la propia dignidad. Sabe ella que no puede
consentir en ser considerada y tratada como un instrumento; exige ser
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considerada como persona, en paridad de derechos y obligaciones con el hombre,
tanto en el ámbito de la vida doméstica como en el de la vida pública”.
Me pregunto que respuesta va a dar nuestra sociedad a las personas mayores
“tercera edad” en la que nos encontramos…
Tal vez sean los años y las canas las que me suscita esta pregunta. Las
pensiones, las atenciones sanitarias y las prestaciones de todo tipo (dependencia)
solo se usan como moneda de cambio en las elecciones. Para estas mujeres la
jubilación no llega nunca, siguen siendo criadas de sus maridos, cuidadoras de
sus nietos, y enfermeras de los suyos, etc.
El papel de la mujer en el siglo XXI, será asentar, consolidar y ejercer la conquista
que hemos logrado hasta ahora.
No es tarde…Nunca es tarde. ¿Aún es tan pronto…!El nuevo día no ha
amanecido.
No se si a la gente de mi generación nos queda mucho que decir. No sé si la
gente de mi generación tiene palabras guardadas, pero sí tiene experiencias que
no deberían olvidarse.
Los temas eternos siguen siéndolo: el amor, los celos, el odio, la muerte, la
envidia…El nuevo siglo pertenece a la nueva generación. Tal vez nos permitan
ayudarles. O escuchen algún consejo.
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Ediciones.
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http://www.stecyl.es//mujer/050228_ep_mujeres_escuela_SigloXX.htm
http://5.pntic.mec.es/ies.parque.de.lisboa/alumnos 2001/txx.htm
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