Título de la comunicación: "Los militares olvidados por la democ- racia" Autor: Rafael Leopoldo Aguilera Martínez. Institución de Procedencia: Instituto de Estudios Almerienses Dirección electrónica: [email protected] Resumen: A lo largo de la Transición política, muchos españoles se han preguntado sí en España existían o no militares dispuestos a luchar por la democracia, especialmente después de las reiteradas intentonas golpistas y de un cierto ruido de sables en los cuarteles, que se transmitían a través de los medios de comunicación social. Los hechos que vamos a referenciar científicamente, se describirán en el marco en el que se desarrollaron, sin ceñirnos cicateramente a las peripecias de la vida militar particular o colectiva. Aquellos militares, los de la Unión Militar Democrática (UMD) fueron pioneros en cierto modo de actitudes democráticas en el seno de un ejército anquilosado, y actuaron siempre sometidos a la presión de la realidad política de un país, que ya se preparaba para superar los rigores de la dictadura. Nota biográfica del autor: Funcionario de Carrera del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, perteneciente al Cuerpo Superior, Escala de Administración General, Grupo A1, actualmente, en situación administrativa de Servicios Especiales al estar desempeñando la Dirección del Instituto de Estudios Almerienses en la Diputación Provincial de Almería. Licenciado en Ciencias del Trabajo, Graduado Social, Diplomado en Estudios Avanzados, Máster en Prevención de Riesgos Voluntarios, y doctorando por la Universidad de Almería en el Programa "Derecho, Economía y Empresa" bajo la tutela del Dr. Lorenzo Mellado. Perteneciente al Reemplazo 80/7º. Batallón Nápoles de la Brigada de Infantería de Reserva, Campamento “Álvarez de Sotomayor”, Cabo 1º. Alférez Reservista Voluntario Honorífico. Legionario y Artillero de Honor de la Brigada de la Legión "Rey Alfonso XIII". Palabras clave: España, Ejército, Fuerzas Armadas, Unión Militar Democrática, Transición política. 1. PUESTA EN ESCENA 1 Se va a realizar un estudio sobre la actuación de un grupo de militares rebeldes que formaron una organización clandestina rompiendo con el monolitismo del Ejército franquista 1 en las postrimerías del anterior Régimen. A lo largo de la Transición política, muchos españoles se han preguntado, sí en España existían o no militares dispuestos a luchar por la democracia, especialmente después de las reiteradas intentonas golpistas y de un cierto ruido de sables en los cuarteles, que se transmitían a través de los medios de comunicación social afines al Movimiento Nacional o Búnker: El Alcázar o Arriba. Los hechos que vamos a describir en esta pequeña historia, para muchos de nosotros reciente, con grandes repercusiones, se describirán en el marco en el que se desarrollaron, sin ceñirnos cicateramente a las peripecias de la vida militar particular o colectiva. Aquellos militares, los de la Unión Militar Democrática (UMD) fueron pioneros en cierto modo de actitudes democráticas en el seno de un ejército anquilosado, y actuaron siempre sometidos a la presión de la realidad política de un país, que ya se preparaba para superar los rigores de la dictadura 2. 1. CAPARRÓS, Francisco. La UMD: militares rebeldes. Argos Vergara.1983.Historia de una organización clandestina que rompió el monolitismo del Ejército franquista. 2. Los primeros síntomas de malestar en el Ejército aparecieron en abril de 1977, cuando con motivo de la legalización del PCE, el día 9 de ese mismo mes, Sábado Santo, dimitió el almirante Pita da Veiga, ministro de Marina, y el Consejo Superior del Ejército emitió una nota en la que manifestaba su disconformidad con dicha legalización, aunque la acatase. En noviembre de 1978 tuvo lugar la desarticulación 2 de la Operación Galaxia, una intentona golpista por la cual su principal responsable, el Teniente Coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina, fue condenado a siete meses de prisión. La UMD fue una organización militar clandestina española, fundada al final del franquismo, por tres comandantes y nueve capitanes de diversas Armas con el objetivo de democratizar las Fuerzas Armadas y derrocar a la dictadura. Nadie puede desconocer que el país atravesaba una grave crisis política que incidía de forma notoria en el campo ideológico, con deterioro de los valores éticos y morales permanentes, de los fundamentos doctrinales y religiosos – situados muy por encima de los matices que en el ámbito político puedan sustentar grupos o personas-, y en las que el miedo de unos y la ambición de otros podían haber puesto en peligro las estructuras más sólidas de nuestra Patria, que estaba sometida a una serie de presiones reiteradas y demoledoras contra aquellos valores básicos del Movimiento Nacional que lo sustentaban 3. 3.Del discurso pronunciado en el CESEDEN por el Teniente General De Santiago, Vicepresidente del Gobierno para Asuntos de la Defensa. 23 de febrero de 1976. El ataque organizado contra estos valores se monta y suele encauzarse funda3 mental, pero no exclusivamente, contra la familia, contra la religión, contras las Instituciones docentes y contra la unidad política, sin olvidar, por descontado, a las Fuerzas Armadas y a sus tradicionales valores morales y espirituales sobre los que se sientan nuestras Instituciones militares. El movimiento venía gestándose, aunque tímidamente y de una manera un tanto informal, entre los profesores y alumnos de una academia de preparación para el ingreso en la Academia General Militar. Es, en esta academia, paradójicamente, subvencionada por el Frente de Juventudes, dirigida por el capitán Luis Pinilla, hijo del defensor franquista del cuartel de Simancas de Gijón y donde también colaboraba el sacerdote José María Llanos, que muchos años después se haría famoso por su lucha en el barrio marginal madrileño del Pozo del Tío Raimundo, donde se constituye una organización denominada Forja 4. El objetivo de Forja era conseguir la perfección moral y humana y mejorar la profesionalidad de los militares. No obstante, el férreo control ejercido sobre las Fuerzas Armadas (FAS), uno de los pilares fundamentales de la dictadura fran4 quista, impide que el asunto, durante mucho tiempo, no pase del fomento de una visión crítica y una actitud de concienciación en los alumnos, futuros oficiales del Ejército. 4.CAPARRÓS Francisco. La UMD, militares rebeldes.Editorial Argos Vergara. 1983. p. 22. El general de Brigada Luis Pinilla Soliveres, un militar y psicólogo que dedicó gran parte de su vida a la enseñanza, que fue profesor de la escuela “Ruiz de Alda” y fundador de la academia “Forja”, ambas dedicadas a la preparación para el ingreso en la Academia General, por las que pasaron numerosos jefes y oficiales. . 2. LOS PROLEGÓMENOS Durante veinticinco años (1939-1964) 5, las FAS, dirigidas por el General Francisco Franco, y avaladas por el prestigio que le dio su victoria en la llamada “Cruzada Nacional”, puesta su fe en los ideales patrios y en el cultivo de las perennes virtudes militares, y convencidas de que España caminaba, presentaban a las corrientes e incidencias externas un bloque monolítico y cerrado de difícil penetración. Las FAS veían cómo el país crecía y prosperaba, y colaboraban, entre otras formas con su propio sacrificio, al logro del desarrollo. 5. En el Ejército español siempre ha habido diferencias, no sólo con el resto del país, sino entre muchos de sus miem5 bros. Los historiadores que dicen que en el pasado régimen de Franco el Ejército fue una balsa de aceitemienten piadosamente y soberanamente. El general Kindelán, el hombre que más ayudó a Franco a conseguir la jefatura del Estado, decía en la página 114 de sus “Memorias”: “En 1943 se me destituyó, sin dárseme explicaciones, de la capitanía general de Cataluña. Estando de vacaciones, se me relevó, en 1945, de la Escuela Superior del Ejército. Se me deportó a Canarias en 1946. El confinamiento duró siete meses. Se me recluyó después en el fuerte de Guadalupe; creo que se eligió tal lugar a ver si me animaba a exiliarme estando tan cerca de la frontera”. Y como el general Kindelán, podríamos citar como ejercicio periodístico a otros generales que sufrieron algunos titulares que por supuesto no se recogieron: “El laureado general Tella, detenido y juzgado por supuesto contrabando”; “El laureado general Aranda, destituido del cargo”; el general Yagüe, desterrado por orden expresa de Franco”; Ocho prestigiosos tenientes generales solicitan al Caudillo que abandone el poder y dé paso a una monarquía constitucional”; “El teniente general Orleans y Borbón, cesado como jefe de la II Región Área por orden del Generalísimo”; “El general Orgaz, desterrado por actividades conspiratorias”; “El general Alonso Vega se opone a que Franco disuelva la Guardia Civil”; “El capitán general de Cataluña, Bautista Sánchez, muere en extrañas circunstancias”, “profundas discrepancias entre el Caudillo y el teniente general García Valiño”; “Extraño cese del capitán general Muñoz Grandes en la vicepresidencia del Gobierno”; y, finalmente, “El cesado teniente general Díaz Alegría, víctima de una maniobra política”. 6 Sin embargo, en el año 1965, y concretamente a través del pensamiento de Santiago Carrillo, expuesto en su libro “Después de Franco, ¿qué?”, se lanzan las primeras ideas para trabajar también a las FAS. Desde entonces, la subversión la van a considerar como objetivo, incluyéndola en su estrategia global o de conjunto y estableciendo los métodos específicos de acción. Comienza una labor de politización y agitación desde el exterior en el seno de las FAS. Se inicia un trabajo de proselitismo callado y discreto, basado en la insinuación de conceptos muy bien elegidos para impedir que sea detectado. En la propaganda, y entre otras muchas cosas, se propugna un Ejército democrático y popular; la destitución y depuración de todos los Jefes y Oficiales que colaboran con el Régimen; se potencia la objeción de conciencia; se denigra a la Justicia Militar, y, en resumen, se ataca a la disciplina militar por irracional y a la Jerarquía por concepto antidemocrático. Aparecen a partir de 1970 con carácter periódico diversa propaganda: “Boletines de Información para Jefes, Oficiales y Suboficiales”, “Misión”, “Nueva Lealtad” y “Andalucía Militar”. Igualmente, y en un cuidadoso intento de atender a todos los sectores, se editó, para las clases de tropa y con el mismo origen, la denominada “La Voz del Soldado”, y, la titulada “el Soldado”, que, con un paralelismo claramente intencionado, se presenta editada por la “Unión Democrática de Soldados”. Por otro lado exterior, las organizaciones de la oposición ilegal se jactaban de tener a su lado la existencia de Cuadros profesionales de las FAS afines, cuando no adscritos, a su ideología. Así, la llamada “Junta Democrática”, en su “Declaración dirigida al pueblo español de 1974, decía textualmente: “Con7 sidera como un factor determinante para la toma de conciencia profesional del Ejército a las recientes –Juntas Militares de Jefes y Oficiales-, a quienes dirige su más vivo sentimiento de simpatía.” No podemos obviar lo ocurrido en Portugal el 25 de abril de 1974 con la conocida como Revolución de los claveles, protagonizada por un grupo de oficiales jóvenes, capitanes en su mayoría, miembros del Movimiento das Forças Armadas, demostrando que, a pesar de la existencia de una dictadura, había sido posible organizar un movimiento democrático en el seno de las Fuerzas Armadas. Los comandantes Luis Otero Fernández y Julio Busquets viajan a Portugal para recibir información de primera mano de los militares portugueses El 6 de enero de 1975, en el INTERNATIONAL HERALD TRIBUNE aparece un artículo titulado “¿Existe un fermento democrático en las FAS. Españolas?”. Se destaca de él lo referente a una supuesta encuesta realizada por el propio Gobierno dentro del Ejército y cuyos resultados indican que una serie de Capitanes y Comandantes, la mayoría con carrera universitaria, apoyan una democracia social en el posfranquismo. Con fecha 7 de enero de 1975, se escribe en el FRANKFURTER ALLEGEMEINE ZEITUG sobre unas reuniones de Oficiales españoles celebradas para protestar contra la competencia de la Jurisdicción Militar en procesos políticos, pronunciándose por la total neutralización de las FAS, ante el Régimen. En el periódico portugués O´SECULO, de 24 de enero de 1975, se publica un artículo, titulado “Jóvenes Oficiales españoles se reúnen para estudiar los problemas del país”, en el que se comentan las declaraciones del Ministro del Ejército 8 prohibiendo a Oficiales en activo intervenir en política, y hace referencia a unas reuniones de Oficiales celebradas para comentar y discutir sobre los problemas políticos. La revista THE ECONOMIST, en su sección “Informe del Extranjero número 1.364 del 6-2-75 decía, en su artículo con título “Los Comités de los Capitanes”, que no hay duda que los Oficiales más jóvenes y de categoría mediad se estaban reuniendo regularmente para hablar de política, así como de las frustraciones profesionales inevitables cuando un hombre tiene que esperar los cuarenta años para llegar a Capitán. Y por fin, en el periódico mejicano EL DÍA, del 26 de junio de 1975, reproduce declaraciones de un dirigente de una fracción socialista de la oposición y amigo de mantener contactos con miembros de las FAS, en la que aclara mucho la organización, a pesar de algunas inexactitudes. Lo descrito estaba basado cuando en agosto de 1974 un grupo de oficiales españoles de los tres Ejércitos, aunque son mayoría los de Tierra, en su mayoría de ideas conservadoras pero moderadas y contrarios a la dictadura, a crear una organización capaz de devolver la libertad al pueblo y todo ello sin recurrir a la violencia, tarea nada fácil. 3. FUNDACIÓN Y DESARTICULACIÓN La intención de la UMD no era, ni con mucho, la de dar ningún tipo de golpe de Estado, que implicara un conflicto bélico, lo que en ningún caso querían sus componentes y para lo que, por otra parte, no contaba ni con los medios ni la experiencia de los militares portugueses fogueados en la guerra colonial. Así pues lo que se perseguía era conseguir el mayor número posible de adeptos para, en palabras de uno de los fundadores: "En vez de un pronunciamiento activo debíamos ensayar un pronunciamiento negativo: Mojar la pólvora de aquel ejército azul". El texto del ideario fundacional, elaborado por los Co9 mandantes de Ingenieros Luis Otero Fernández y Julio Busquet Bragulats y los Capitanes de Infantería José Fortes Bouzán, Restituto Valero Ramos, José Reinlein García Miranda, Jesús Martín Consuegra y López de la Nieta; Capitán de Caballería Manuel Fernández Lago; Capitanes de Artillería Fermín Ibarra Renes y Antonio García Márquez, y Capitán de Aviación Abel Jesús Ruiz Cillero, fue aprobado en Barcelona en una reunión celebrada el día 1 de septiembre de 1974, y aprobado en Asamblea general el 28 de Diciembre del mismo año. También se eligió en esa reunión el nombre y las siglas de la organización, así como una Junta Directiva formada por cuatro capitanes, uno por cada Arma. En este ideario se fijaban los objetivos de la organización tanto en el aspecto civil como militar. Se puso de manifiesto el completo divorcio existente entre la España real y el sistema totalitario que la gobernaba, preocupado únicamente por su permanencia, y la UMD consciente de esta situación, aspiraba a que las Fuerzas Armadas se pongan exclusivamente al servicio de la soberanía popular, recobrando su prestigio y dignidad. La UMD estaba constituida por todos los cuadros profesionales, apoyándose precisamente en la fuerza del compañerismo militar, y en ella no tienen cabida los que estaban al servicio de partidos políticos (lo mismo del Gobierno que de la oposición) y de los Servicios de Información Política. Pertenecer a la UMD implicaba una exigencia profesional y otra nacional. A nivel profesional, los miembros de la UMD se esforzarán en ser militares ejemplares, huyendo de los destinos cómodos y prefiriéndolos en Unidades, y dentro de éstas con mando de tropas. A nivel nacional, asumirán la obligación de adquirir una profunda formación política, consciente de los riesgos que actualmente 10 esto implica, repudiando todo protagonismo y se comprometían formal y categóricamente a no aceptar ningún tipo de recompensas ni prebendas por su actuación patriótica. Entre sus objetivos nacionales, estaba el restablecimiento pleno de los derechos del hombre y de las libertades democráticas y, en consecuencia, promulgación de una amnistía total para todos aquellos ciudadanos (civiles y militares) que habían sido sancionados por defender estos derechos. Y en concurrencia, reformas de tipo socioeconómicas conducentes a igualar la distribución de la riqueza, reconociendo a los trabajadores la plenitud de sus derechos y, por tanto, el derecho de huelga y de dirigir y organizar libremente sus propios Sindicatos. Reconocimiento a todos los niveles territoriales e institucionales del derecho de elegir democráticamente a sus representantes y de darse la forma de gobierno y de organización que juzguen más adecuada, sin menoscabo de la integridad del Estado español. Combatir con la máxima energía la corrupción imperante, propiciada por el Régimen, hasta conseguir su desenmascaramiento y desarraigo total. La convocatoria de una Asamblea constituyente elegida democráticamente que elaborase una Constitución para España, que nos permitiera integrarnos en Europa Occidental, tal y como sucedió posteriormente con la Constitución de 1978. En los objetivos militares impulsaban una reorganización de las Fuerzas Armadas, creando un Ministerio de Defensa como único órgano responsable de su dirección y abordando los problemas de la burocracia, Unidades no operativas y exceso de Cuadros profesionales, especialmente en el Cuerpo de Oficiales Generales, del que formaban parte algunas personas ineptas y ligadas a los sectores más reaccionarios del país. Dar al Cuerpo de Suboficiales la preparación, dignidad 11 y responsabilidad que le corresponde, para lo que se creó la Academia de Suboficiales en Lérida. La revisión de la Ley General del Servicio Militar, con objeto de hacer desaparecer actuales privilegios e intensificar la instrucción del soldado durante su permanencia en filas, tendiendo a reducir la misma, habida cuenta del sacrificio que para la nación y su juventud representa. Reforma del sistema de Justicia Militar, reduciendo esta Jurisdicción a los delitos específicamente militares y suprimiendo el aforamiento por razón de lugar o la persona, así como sistemas trasnochados, como los Tribunales de Honor, los Consejos de Disciplina Académicos, las Comisiones Depuradoras y otros sistemas, por la inseguridad jurídica que crean y la indefensión en que dejan al militar. Elaboración de un Estatuto del Militar, en el que se especifiquen deberes y derechos, así como el sistema de recursos jurídicos que pueden usar ante toda medida injusta o arbitraria. Sin embargo una organización como la UMD, que significaba un grave peligro para la dictadura, no podía pasar inadvertida en el seno de un ejército donde eran mayoría los militares contrarios a su ideario y en el que el simple hecho de que un militar cursara estudios en la Universidad o diera una conferencia en la misma le hacía sospechoso. Por ello en cuanto los mandos franquistas tuvieron conocimiento de su existencia, actuaron de forma rápida y contundente y en el verano de 1975 fueron detenidos los principales líderes de la organización, que en aquel momento se calcula contaba con unos 200 miembros, aunque la cifra exacta nunca se conoció por el temor de muchos a reconocer su militancia en la misma, aún después de restablecida la democracia en España. 12 El 8 de marzo de 1976 se inició el juicio en el acuartelamiento de Hoyo de Manzanares (Madrid) contra nueve detenidos que, en conjunto, fueron condenados a 43 años de cárcel y, en el caso de siete de ellos, a la pena accesoria de expulsión del Ejército. En los días siguientes al juicio siguieron los registros y detenciones en diversas provincias con el objeto de paralizar y amedrentar a los militares comprometidos y a los que hubieran tenido la tentación de comprometerse. De Orden del General Jefe de Estado Mayor Juan Vigón Sánchez se constituyó el Consejo de Guerra para ver y fallar la Causa núm. 250/75, estando presidido por el General de División Federico Gómez de Salazar y Nieto, como Vocales el General de Brigada de Infantería Manuel Saavedra Palmeiro, General de Brigada de Caballería Hernando Espinosa de los Monteros y Bermejillo y General de Brigada de Ingenieros Guillermo Díaz del Río Jáudenes; Vocal Ponente el Coronel Auditor Pedro Fernández Somoza; Fiscal el Coronel de Infantería DEM Luis Sáez Larumbe; y defensores: para el procesado Comandante de Ingenieros Luis Otero Fernández, el Comandante de Infantería José Lacalle Ausín, para el procesado Capital de Infantería DEM Restituto Valero Ramos, el Comandante de Artillería Matías González Corona; para el procesado Capitán de Infantería José Fortes Bouzán, el Comandante de Caballería Ramiro Rivas de Reina; para el procesado Capitán de Infantería José Reinlein García-Miranda, el Comandante de Artillería Luis Alfaro Campos, para el procesado Capitán de Infantería Jesús Martín Consuegra y López Nieto, el comandante de Infantería Cándido Sanz Hurtado de Mendoza; para el procesado Capitán de Caballería DEM Manuel Fernández Lago, el Comandante de Artillería Ángel Montero García; 13 parara el Capitán de Artillería Fermín Ibarra Renes, el Comandante de Ingenieros Francisco Olalla Rodríguez; para el procesado Capitán de Artillería Antonio García Márquez, el Comandante de Infantería Ricardo Aperador López y para el procesado Capitán de Aviación (S.V.) Abel Jesús Ruiz Cillero, el Coronel de Aviación Gregorio Manglano Montero. Como Vocales suplentes el General de Brigada de Infantería Emilio Martín García y el General de Brigada de Artillería Fernando Esquivias Franco. De los documentos que obran en los Autos judiciales se desprenden de forma fehaciente y notoria, que en el Manifiesto que distribuyen, se hacen una serie de consideraciones, en el sentido, de una crítica al Régimen político español, al mismo tiempo que se establece la filosofía de la organización. La situación de España tenía dos alternativas bien definidas, por un lado, una evolución del sistema franquista, prácticamente inviable, y por otro lado, la llamada ruptura democrática, que se admitía como única solución viable, coincidiendo con lo preconizado por la Junta Democrática – impulsada por el Partido Comunista de España- y la Plataforma de Convergencia Democrática – dirigida por el Partido Socialista Obrero Español-, utilizando medios para lograrlo a través de las huelgas, con la finalidad de constituir un Gobierno de coalición que diera paso a una Asamblea Constituyente. La aportación militar al cambio a través de la lucha por la libertad, la consideraban como un insoslayable deber de intervenir, como tantas otras veces los hicieron en el pasado, incluso como en esos momentos se había producido en Portugal, Grecia y Abisinia. A la vista de toda la actividad de los procesados, la cal14 ificación jurídica estaba más cerca del delito de “Sedición militar”, pero a la vista de las pruebas posteriormente practicadas y dado el alcance y finalidad de sus actividades, rebasaban la figura de la sedición. Los hechos de los procesados afectan a la seguridad del Ejército y van contra el Orden Institucional del Estado, principios característicos – según sentencia del Tribunal Supremo de 6 de mayo de 1940- de la “Rebelión militar”, porque: aunque no había habido alzamiento en armas, los documentos de la UMD, preconizan la intervención militar. El Ejército cuando interviene lo hace con las armas. Es decir, todas sus actividades son actos preparatorios para la rebelión, cuya punibilidad es admitida en el ordenamiento jurídico positivo, tanto civil como militar. España había llegado al ocaso en la implementación del Movimiento Nacional en los años 70, y tanto dentro del país como fuera de él, existían demasiadas fuerzas interesadas en violentar la evolución política del país para abandonar el tema a su propio peso. El tradicional respeto a la personalidad de las esferas castrenses no es freno bastante para las tentaciones de manipulación especulativa. Y el caso de “los nueve” procesados se convierte en foco central de toda una orquestada campaña de propaganda, en la que intervendrán, desde distintos ángulos, diferentes sectores de opinión y presión. Se pretendió dar una imagen de la UMD, incluso fuera del país, con la huída a Francia del Capitán de Aviación José Ignacio Domínguez Martín-Sánchez, primer militar exiliado desde 1939, declarado en "rebeldía", que ante ochenta periodistas y cámaras de televisión, haciendo ver los rasgos más característicos de la UMD a nivel publicitario exterior, 15 que era una organización potente; una organización políticamente independiente de cualquier Partido y cargada de ideales democráticos, y representaba profesionalmente a las corrientes dominantes en las filas de la Oficialidad española que no participó en la Guerra de Liberación. El fallecimiento del Caudillo y la instauración de la Monarquía parecen traumatizar por completo a los dirigentes de la UMD. Hasta entonces da la impresión de esperar que en cualquier momento las Autoridades Militares pudieran sobreseer la Causa número 250/75 por temor a crecientes presiones o cambios de criterio. Pero ni aquéllas surgen ni éstos llegan. Y sus esperanzas acaban al publicarse el indulto del Rey en su condición de Jefe del Estado que no alcanza a sus actividades. La UMD se autodisolvió el 26 de junio de 1977, tras las elecciones del día 15 del mismo mes y año. Consideraron que ya no tenía sentido su existencia y que, en una democracia, no tenían cabida organizaciones militares de este tipo. Todos los líderes políticos agradecieron su decisión que fue calificada como " patriótica". Aunque la UMD nunca llegó a extenderse como sus promotores hubieran querido, si consiguió despertar las conciencias de muchos militares, algunos de muy alta graduación y el ideario de la misma impregnó, en cierto modo, especialmente al sector más joven de las Fuerzas Armadas, el que no había participado en la Guerra Civil y el Ejército español finalmente devino en lo que debe ser el Ejército en un país democrático, a pesar de los intentos golpistas de Tcol. Antonio Tejero y el Capitán Ricardo Sáenz de Ynestrillas (Operación Galaxia) 6, Tejero, Miláns del Bosch, Armada y otros militares y un civil (23 de febrero de 1981) 7, conspiración golpista para el 27.. 16 6. FERNÁNDEZ Carlos. Los militares en la transición política. Editorial Argos Vergara. 1982. pp. 257-300. El 11 de noviembre de 1978, tras haber celebrado anteriormente otras entrevistas, se reunieron en la cafetería Galaxia, convocadas por el Teniente Coronel Antonio Tejero Molina, las siguientes personas: comandante de Infantería, Manuel Vidal Francés, con destino en la Academia Especial de la Policía Armada, Comandante de Infantería, Joaquín Rodríguez, con destino en el Estado Mayor del Ejército; Capitán de Infantería, José Alemán Artiles, con destino en la Policía Armada y Capitán de Infantería, Ricardo Sáenz de Ynestrillas, con destino en la Academia Especial de la Policía Armada, en el que se pretende la formación de un gobierno de salvación nacional que pudiese acometer con decisión los graves problemas que aquejaban a la Patria. 7.En el golpe del día 23 febrero de 1981 coinciden las distintas tramas golpistas que operaban desde el inicio de la Transición, mediante una acción coordinada. A las seis en punto de la tarde empieza la votación nominal para la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como Presidente del Gobierno de España. A las 18:22 horas, cuando iba a emitir su voto el diputado socialista Manuel Núñez Encabo, se inicia la operación "Duque de Ahumada", en referencia al fundador de la Guardia Civil. Según el plan trazado, un grupo de guardias civiles, subfusil en mano, irrumpió en el hemiciclo del Congreso de los Diputados encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero. Éste, desde la tribuna, gritó "¡Quieto todo el mundo!" (Sic) y dio orden de que todos se tirasen al suelo. Como militar de más alta graduación allí presente y como vicepresidente del Gobierno, el teniente general Gutiérrez 17 Mellado se levantó, se dirigió al teniente coronel Tejero y le ordenó que se pusiera firme y le entregase el arma. Tras un brevísimo forcejeo y para reafirmar su orden, Tejero efectuó un disparo que fue seguido por unas ráfagas de los subfusiles de los asaltantes. Sin inmutarse, con los brazos en jarras, el anciano general permaneció indiferente al sonido de las armas. Mientras la mayor parte de los diputados obedecía las órdenes de Tejero, el diputado Carrillo y el presidente Suárez se mantuvieron sentados en sus escaños. Suárez incluso hizo ademán de ayudar a Gutiérrez Mellado. Durante la redacción de esta comunicación ha fallecido el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez González el día 23 de marzo de 2014. (BOE. números 71 y 72 de 24 de marzo). ...de octubre de 1982 8,y la conspiración golpista para el 2 de junio de 1985 9,que terminaron todos ellos en un auténtico fracaso, y que podríamos indicar que quienes formaron parte de la UMD no fueron ajenos a los peligros al que se estaba sometiendo el camino de la España constitucional. 8. El País, 7 de octubre y 12 de diciembre de 1982. Los planes para el golpe de Estado eran más precisos que los del 23F. El 1 de octubre, el ministro de Interior Juan José 18 Rosón tuvo conocimiento de la conspiración. Tras valorar la situación tanto el ministro de Interior, como el presidente de gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo y otros responsables, como el director del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) general Manglano, se decidió que era preferible intervenir rápidamente, sin profundizar en la investigación, para evitar complicaciones mayores. Por ello el día 2 de octubre, domingo, a primera hora se detuvo a los tres máximos implicados: los coroneles de Artillería Luis Muñoz Gutiérrez y Jesús Crespo Cuspinera, y el hermano de éste último, el teniente coronel José Crespo Cuspinera, que quedaron incomunicados. A su vez, varios condenados por el 23F fueron trasladados a otras prisiones, el principal, Jaime Miláns del Bosch a la de Algeciras. En las listas tenían implicación cerca de cuatrocientas personas. Consta que Jaime Miláns del Bosch se entrevistó con el coronel Muñoz Gutiérrez, uno de los tres implicados, estando en la prisión de Fuencarral. Según los planes golpistas, Miláns del Bosch sería liberado y lideraría el resto de acciones del golpe de Estado. El plan, con la clave “MN”, posiblemente en relación al Movimiento Nacional, consistía en preparar varias acciones violentas contra personalidades progresistas, autonomistas y de izquierdas, para posteriormente culminar con una gran explosión en un bloque de viviendas militares de Madrid. De todo ello se culparía a ETA y a la ineficacia en la lucha contra el terrorismo, todo lo cual justificaría la intervención militar.. El golpe se llevaría a cabo el 27 de octubre, víspera de las elecciones generales. A cierta hora que no estaba concretada, se ocuparía la Academia de Artillería de Fuencarral donde se encontraba Miláns del Bosch. Posteriormente 19 se neutralizaría la cadena de mando ocupando la Capitanía General de Madrid y el centro de operaciones de la Junta de Jefes de Estado Mayor. Se declararía el estado de guerra y 80 comandos se dispondrían en tres anillos que cercarían la capital, controlando todas las sedes de poder, como el palacio de la Zarzuela (residencia del rey), la Moncloa (residencia gubernamental), los ministerios, TVE, las emisoras de radio... Para todo ello tenían asegurada la participación de la Unidad de Helicópteros de Colmenar Viejo y las dos Compañías de Operaciones Especiales (COES) de la capital..... ...Los tres detenidos fueron procesados, pero no se profundizó en la investigación. El consejo de guerra emitió sentencia el 14 de abril de 1984 con una pena de 12 años y un día de prisión por un delito de conspiración para la rebelión. La estrategia del PSOE, que ganó las elecciones del 28 de octubre por mayoría absoluta, fue la de minimizar esta conspiración para intentar restablecer unas relaciones con un ejército desconfiado. El Manifiesto de los Cien fue un documento firmado por veinticinco capitanes, veinte tenientes, un alférez, un subteniente, dieciséis brigadas, diez sargentos primeros y veintiocho sargentos y fue difundido el 5 de diciembre por la agencia de noticias Europa Press. En él, se mostraba una clara simpatía por los golpistas del 23-F. Como reacción, ocho capitanes, incluido Gasca Martín, fueron trasladados desde sus destinos en Madrid, a otros fuera de la capital. El País, 25 de abril de 1982 9.El teniente general José María Sáenz de Tejada y Fernán20 dez de Bobadilla, Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME) entre 1984 y 1986, ha hecho una descripción muy objetiva de esta política del PSOE para controlar las FAS. Véase Medina, op. cit., págs. 516-8.La conspiración golpista para el 2 de junio de 1985 que se produjo en España, fue un intento de Golpe de Estado liderado por un grupo de militares, apoyados por civiles, que debió haberse llevado a cabo en La Coruña, durante el desfile militar del Día de las Fuerzas Armadas. El plan fue desmantelado desde el principio por el CESID,... Para ello planearon asesinar al entonces Presidente del Gobierno, Felipe González, al vicepresidente primero, Alfonso Guerra, al ministro de Defensa, Narcís Serra, a los jefes de la cúpula militar, los almirantes Ángel Liberal y Guillermo Salas y los tenientes generales José María Sáenz de Tejada y José Santos Peralba. Asimismo, los golpistas planearon acabar con la vida del Rey don Juan Carlos, de la Reina Sofía y de las infantas Elena y Cristina. Al acto también asistieron el Presidente del Congreso, el presidente del Senado, el presidente del Tribunal Constitucional, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, así como otros miembros del gobierno de Felipe González. El múltiple magnicidio se llevaría a cabo mediante la explosión de una o varias bombas situadas bajo la tribuna de autoridades, durante el desfile militar del Día de las Fuerzas Armadas, que se celebraría el 2 de junio de 1985 en la ciudad española de La Coruña. Los militares implicados en la conspiración tenían previsto alquilar un edificio con sótano próximo a la tribuna y horadar un túnel en el que colocar más de 100 kilos de potentes explosivos. Estos habrían sido proporcionados por un em21 pleado de una empresa constructora, pues el uso de material explosivo procedente de las fuerzas armadas habría delatado la conspiración militar. Más tarde, ETA habría sido culpada del ataque. La intentona fue abortada durante la Semana Santa de 1985 por los mismos organizadores. Sin embargo, nadie fue detenido ni juzgado y el asunto permaneció oculto para la opinión pública durante más de quince años. El CESID hizo notar a los conspiradores que se encontraban estrechamente vigilados, tras lo cual decidieron detener sus planes.... Sin embargo, aunque las condenas de cárcel prácticamente no se cumplieron por la amnistía concedida al acceder al trono el Rey Juan Carlos I, los militares castigados con la pérdida de su carrera, no pudieron recuperarlas y debieron sufrir aún la amargura de ver como tampoco la Ley de Amnistía 46/77 de 15 de octubre, solucionaba su problema. El temor a los intentos involucionistas, el conocido ruido de sables de la Transición, pesó en el ánimo de los gobiernos de la UCD e incluso en el siguiente del PSOE, para impedir la vuelta a los cuarteles de los úmedoscomo despectivamente les llamaban los militares más reaccionarios y tuvieron por tanto que esperar hasta el año 1987 para que, por fin, les fuera restituido su empleo. Se amplió la Ley de amnistía para los militares, sin derechos de atrasos económicos, al contrario de los funcionarios civiles sancionados por Franco y sin garantía de destino. Se les obligó a pasar a la Reserva Transitoria. ....Las sospechosas visitas entre los militares, algunos de ellos en prisión, y la colaboración de uno de los conspiradores 22 con los servicios de inteligencia ayudaron a detectar y frenar el golpe. Ninguno de los organizadores, ni siquiera aquellos que se encontraban en activo fue perseguido. Fuentes del Gobierno socialista de 1985 aseguran que los conspiradores eran muy pocos y que se encontraban vigilados y controlados, por lo que no suponían ningún riesgo. Asimismo, no disponían de capacidad de liderazgo para dirigir el país en caso de que el golpe hubiera triunfado y ni siquiera contaban con un plan en caso de contar con éxito. El gobierno, en su afán por no hacer pública la fragilidad de la democracia española meses antes de la entrada de España en la Unión Europea, y con el objetivo de no dar a la ultraderecha más mártires que los que ya se encontraban en prisión, decidió limitar su acción, no llevar a cabo ningún tipo de actuación y ocultar el asunto. En 1997, Felipe González, ya en la oposición, realizó unas declaraciones en las que hacía público esta nueva intentona golpista. Hasta la fecha, es la última conspiración militar de la que se tiene constancia en España, al menos, de forma pública. Si bien el Gobierno de Felipe González optó por no tomar medidas una vez descabezado el golpe. La conspiración fue auspiciada, presuntamente, por altos mandos militares. El objetivo era crear un vacío de poder que facilitase la intervención del ejército en la política española, produciendo así una involución política. En abril de 2002, y ya eran veintiséis años más tarde, Carlos San Juan, diputado socialista y antiguo miembro de la UMD, amigo intimo de Julio Busquets, que fuera diputado y uno de los fundadores de la UMD, presentó, con el respaldo de todos los Grupos con representación parlamentaria, una proposición no de Ley de lo más templada en la que se reconocía la labor de la UMD en la llegada de la libertad. La 23 mayoría absoluta del PP rechazó la proposición. En junio de ese mismo año, Manuel Jiménez de Parga, presidente del Tribunal Constitucional y tercera autoridad del Estado, manifestó a la Prensa: “La Democracia en España tiene una deuda con la UMD”. Al llegar los socialistas al poder, Rafael Estrella, diputado por Granada, retomó la iniciativa de Carlos San Juan en el Congreso, y redactó una nueva proposición no de Ley en la que se reconoce y agradece la actuación de los hombres de la UMD. Pero Estrella tuvo que consultar con su ministro, José Bono, quien aseguró en público a Rafael Estrella, en los pasillos de la Comisión de Defensa y ante testigos de tanta importancia como el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, entre otros: “La proposición esta en mi mesa y ya he dicho que sí”. Pero más tarde pidió a Estrella que esperase a la Ley de Memoria Histórica que se preparaba – en la que poco encaje tiene la iniciativa parlamentaria – y frenó el proceso. Después, José Antonio Alonso, nombrado ministro de Defensa, también dijo que el Parlamento esperase. No es cosa de comisión de arbitraje, como es lógico, y así ha quedado todo hasta el momento. El 24 de enero de 2009, la Fundación Abogados de Atocha premió a la UMD con uno de sus premios anuales por su contribución a la democracia 10. 10. La Fundación Abogados de Atocha, hizo pública la concesión de su premio anual a la antigua Unión Militar Democrática (UMD), en un acto conmemorativo frente al monumento a los abogados asesinados en 1977 en Madrid, donde su portavoz Raúl Cordero destacó la aportación a la 24 democracia de esta asociación. Asistieron al acto, en representación de la UMD, el entonces comandante Luis Otero y los capitanes Fernando Reinlein, José Ignacio Domínguez, Alejandro Lastres y Rafael Tejero. La Fundación también ha premiado a la Asociación de Abogados y Trabajadores Colombianos y a título póstumo a los abogados laboralistas Manolo Gómez, histórico de CCOO. Una delegación de la UMD, encabezada por los entonces Comandante Luis Otero y el Capitán Fernando Reinlein, junto al Director de la Fundación Abogados de Atocha Raúl Cordero, visitó el Monumento "El abrazo" en la Plaza de Antón Martín, en memoria de los abogados asesinados. Raúl Cordero declaró que es un premio que intenta reconocer la labor por la democracia de este colectivo, del que dijo que "son unos rebeldes, pero con causa, con la causa de la libertad". " Es un premio para los más de cien militares que fueron perseguidos y arrestados", declaró uno de los entonces miembros de la organización, hoy portavoz del Foro Milicia y Democracia, Fernando Reinlein. Según Reinlein, dos diputados del PSOE, Carlos San Juan y Rafael Estrella intentaron hace poco tiempo que se reconociese en el Congreso la labor por la democracia de esos más de cien militares anónimos, pero los ministros socialistas Bono y Alonso, en el caso de Rafael Estrella, lo echaron para atrás. En el caso de San Juan fue el rodillo del PP, con su mayoría absoluta de entonces, quien lo impidió. Por su parte, el coronel Luis Otero, líder del grupo en sus años de actividad, ha denunciado la falta de reconocimiento de su labor por parte de los sucesivos gobiernos. Agradeció, en nombre de todos, este premio " sobre todo viniendo de los representantes de aquellos que dieron su vida por la libertad". En cuanto a la nega25 tiva de los gobiernos socialistas a que se reconozca la labor de la UMD en el Congreso con una proposición no de Ley, los presentes en el acto coincidieron en señalar que existen informes del alto mando militar en contra, aduciendo, entre otras cosas, que no se puede ensalzar a organizaciones clandestinas en las Fuerzas Armadas."Ya nos explicarán dijeron - cómo se combate a una dictadura desde el Ejército, sino es desde la clandestinidad. Además - señalaron - la UMD se autodisolvió, precisamente para evitar imitadores, cuando llegó la democracia 12 días después de las primeras elecciones libres de 1977". "Y también deberían explicar los ministros si comparten este razonamiento o es miedo a los militares o miedo al asociacionismo militar, uno de sus problemas desde hace pocos años", concluyeron. El 4 de abril de 2009, el Congreso de los diputados aprobó una proposición no de Ley en la que se reconocía la labor de los militares de la UMD durante la transición en la ayuda de la llegada de las libertades a España e instaba al Gobierno a un reconocimiento institucional. El 4 de diciembre de 2009, el Consejo de Ministros aprobó una declaración institucional, publicada en el Boletín Oficial del Estado y en el Boletín Oficial de la Defensa en las que se reconocían esta participación y se hacía referencia a la persecución de que fueron jefes, oficiales y suboficiales de la UMD, de forma judicial y extrajudicial. “El Consejo de Ministros, en su reunión de 4 de diciembre de 2009, ha aprobado una Declaración Institucional de reconocimiento a miembros de las Fuerzas Armadas en la transición a la democracia con especial mención a la Unión 26 Militar Democrática (UMD). En cumplimiento de lo dispuesto en dicha Declaración y para general conocimiento, se dispone su publicación como anexo a la presente Orden. Madrid, 4 de diciembre de 2009. –La Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega San. ANEXO Declaración Institucional de reconocimiento a miembros de las Fuerzas Armadas en la transición a la democracia con especial mención a la Unión Militar Democrática (UMD) El pasado día 1 de abril de 2009 la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados aprobó una Proposición no de Ley en los siguientes términos: «El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a iniciar las actuaciones necesarias para rendir homenaje a los militares que colaboraron decididamente en el proceso de evolución hacia un régimen democrático en España con especial reconocimiento a aquellos que en defensa de esos ideales arriesgaron su carrera y promoción profesional e incluso su libertad personal como miembros de la Unión Militar Democrática (UMD) y a hacer públicos con precisión sus sacrificios personales y profesionales.» En su cumplimiento, el Gobierno de España hace constar el reconocimiento público a todos los militares que colaboraron en el proceso de evolución hacia un régimen democrático en España. Las Fuerzas Armadas, inmersas en esa evolución de la sociedad española como el resto de la ciudadanía, contribuyeron desde el patriotismo y la disciplina de la gran mayoría de sus miembros a prestar, a las órdenes del Gobierno, un ines27 timable servicio a España al colaborar en el establecimiento y consolidación de la Monarquía parlamentaria y en el mantenimiento de la normalidad institucional. Mención singular merecen los militares que más decididamente colaboraron en esa reforma e hicieron posible la vertebración de las Fuerzas Armadas en el nuevo ordenamiento constitucional. Respecto al especial reconocimiento a los miembros de la Unión Militar Democrática (UMD) se hace constar que: 1.º Un grupo de militares con convicciones democráticas constituyeron el 1 de septiembre de 1974 la organización denominada Unión Militar Democrática, con la finalidad de apoyar, desde el seno de las Fuerzas Armadas, el establecimiento de la democracia en España. 2. ° Con objeto de facilitar la nueva legalidad, el 27 de junio de 1977, unos días después de celebradas las primeras elecciones libres, acordaron su autodisolución poniendo fin a sus actividades y dando así cumplida muestra de coherencia con su ideario. 3. ° Los militares relacionados con la UMD sufrieron procedimientos judiciales y disciplinarios fundamentados, no en el ámbito de su conducta profesional, sino en el de su apoyo a la democracia. 4. ° Oficiales del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire fueron procesados y condenados por pertenencia a la UMD en las causas 250/75 y 183/76 y la práctica totalidad separados del servicio. Así mismo se abrieron otras causas contra miembros de la UMD sin que los implicados fuesen finalmente condenados. 5. ° La Ley 24/1986, de 24 de diciembre, de rehabilitación de militares profesionales, reconociendo que en la aplicación de la amnistía establecida en el Real Decreto-ley 10/1976 y 28 en la Ley 46/1977, se había cometido un trato desigual con relación a otros empleados públicos, permitió su reincorporación a los Ejércitos con el empleo que les hubiera correspondido por antigüedad. La rehabilitación legal no supuso, sin embargo, el desempeño de ningún destino en servicio activo. Al haber transcurrido un tiempo excesivo, no se dieron las circunstancias para hacer factible la ocupación de los destinos que alguno de ellos hubiera deseado, por lo que todos, en un corto período de tiempo, pasaron a la situación de reserva. Es de justicia poner de manifiesto que los sacrificios personales y profesionales asumidos por los militares de la Unión Militar Democrática (UMD), que arriesgaron su carrera y promoción profesional e incluso su libertad personal, son prueba manifiesta de su patriotismo, su alta conciencia democrática y su inquietud por contribuir a mejorar las Fuerzas Armadas, en el marco de la convivencia entre todos los españoles. El compromiso de los miembros de la UMD contribuyó a hacer visible la voluntad de un número significativo de oficiales de las Fuerzas Armadas que propiciaron y apoyaron la transición a un régimen democrático y constitucional. El 16 de febrero de 2010, el Ministerio de Defensa entregó la Cruz del Mérito Militar y Aeronáutico a 14 antiguos miembros de la Unión Militar Democrática (UMD) por la "valentía" que demostraron al colaborar "decididamente" en el camino hacia la Transición a la democracia española y por cuyo papel algunos fueron "encarcelados, juzgados, condenados y expulsados" del Ejército. 4. EL PRINCIPIO DEL FIN No podemos olvidarnos que la situación analizada de 29 forma sucinta tiene sus raíces en la realidad innegable de una crisis general de los valores tradicionales en el mundo entero, en donde íbamos camino de la globalización y la glocalización. Y este conflicto surgido en el ámbito de las FAS, solo puede existir con una forma de evitar, que estos temas de conflicto de conciencia desemboquen en actividades, que en otros ámbitos profesionales no daría lugar, pero en este en concreto, da lugar a actividades claramente delictivas: dar prioridad a los ideales superiores de la colectividad sobre los intereses de los individuos. En la Comunidad militar parece preferible la separación voluntaria de la misma si no se aceptan en todos sus términos las normas de aplicación, con la finalidad de no introducir en ella gérmenes de división, a la permanencia en el seno de una Institución cuyos principios han dejado de compartirse. Porque la Institución militar llega a sentirse amenazada por graves actividades de insolidaridad, que entorpecen el cumplimiento de su misión, a nadie puede sorprender la que fue la inmediata y enérgica respuesta del Mando y la Justicia militar para corregirles. No podemos obviar que al mando corresponde adoptar todas las decisiones que considere precisas para la salvaguardia de los fundamentos espirituales de la profesión, y a la Justicia Militar, dictaminar, en su legítimo de las facultades que le conceden las leyes, el grado de responsabilidad en que hubieran incurrido o hayan podido incurrir profesionales voluntariamente acogidos a su fuero. Y aunque actuaron en muchas ocasiones con un alto grado de idealismo por la Libertad hacia la Justicia Social en el Régimen político español y un gran sentido de responsabilidad vocacional, la sentencia del Consejo de Guerra reconoció la 30 existencia de "una entidad subversiva que pretendía obtener la intervención de las Fuerzas Armadas en un proceso de ruptura para cambiar las Instituciones Fundamentales de la nación", constituida por Jefes y Oficiales. La UMD sirvió de fisura en la vida militar, pero no en el camino que habían planificado o pretendían, de evolución del sistema político imperante hacia un sistema democrático acorde con el resto de países de la órbita de la Europa Occidental, si no que ello produjo un efecto antagónico en el sector más inmovilista de las FAS, y afectó a la vida militar en su cúpula de mando, en el sentido que posteriormente se demostró con diversas actuaciones ilícitas o irregulares, y que tuvieron que ser corregidas con serenidad civil y militar para evitar una ruptura de la solidaridad militar en el deber cumplido de acatamiento al Ordenamiento jurídico con la promulgación de la Constitución española de 1978. Vistas las actuaciones llevadas a cabo, ¿debió participar el Ejército en esa ruptura?, ¿ deben las Fuerzas Armadas colaborar en la patriótica laborar de liberar a España de un Estado totalitario?, ¿ deben, por el contrario, inhibirse, abstenerse y contemplar un país que tiene un Régimen que no desea, que no tiene reconocidas las libertades básicas, que cuenta con presos políticos, etc., sin decirse a intervenir?, o ¿ deben de intervenir nuestras amadas Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, cuando se vulnera o no se garantiza la soberanía e independencia de España, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional? 11. 11. Constitución Española, 1978. Órgano Cortes Generales. Publicado en BOE núm. 311 de 29 de Diciembre de 1978. Vigencia desde 29 de Diciembre de 1978. Artículo 8. La 31 situación actual es muy compleja en cuanto a las declaraciones institucionales de autodeterminación o independencia de Cataluña y el país Vasco. Un ideal siempre da sentido a nuestra vidas debieron pensar estos hombres Jefes y Oficiales de la Academia Militar, y ante la frustración profesional y la animadversión del pueblo; ante la esta situación oscura, sin horizontes, con desilusiones diarias, algo habría que hacer, que pudiera dar de nuevo una juvenil ilusión y librar del oprobio de la esterilidad a sus vidas: conseguir la libertad para España con el uniforme que vestimos, con la Bandera que juramos y con la Institución a la que servimos; al fin y al cabo, la profesión militar solo tiene sentido en aquel que está dispuesto a dar la vida por la Patria. 32