EL FENÓMENO DEL "PASOTISMO"

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EL FENÓMENO DEL "PASOTISMO"
EL "pasotismo" es una palabra acunada en los últimos años en España, para
designar la actitud de indiferencia hacia el entorno social. En realidad hacia todo. Ese
fenómeno tenia ya hace tiempo en México otra designación: "mp-rt-m-dr-sm." (póngale
usted las vocales), pero en el fondo es lo mismo: desprecio olímpico a todo lo que
signifique ideales, entusiasmo, voluntad. Es, en primer lugar, una actitud de abulia, de
pereza, de derrotismo, de envejecimiento prematuro. Pero si nos limitáramos a esos
adjetivos probablemente no habríamos comprendido nada del moderno "pasotismo".
Fenómeno universal, surge como reacción a los ilusionados movimientos que
tuvieron su culminación en 1968. En aquella época, una explosión de entusiasmo, de
buena fe, de creencia en el prójimo, de sentimiento de solidaridad que empujaba a
abrazar todas las causas que se creyeran justas, movilizo a todas las juventudes del
mundo., Había en ello una buena dosis de fe en si mismo. Ese movimiento fue capaz de
influir en todo; desde la música, hasta las modas en el vestir, o la política nacional o
internacional.
Sin embargo, a pesar de tantas investigaciones como se han dedicado al tópico de
aquella juventud rebelde, el fenómeno no es todavía hoy suficientemente conocido. Al
punto de vista político fue un gigantesco ejercicio en la nada, y los pocos resultados que
obtuvo fueron circunstanciales. Faltó siempre una imagen clara de los objetivos a
perseguir. Una frase que recoge bien el sentimiento de la época: "The Revolution for the
hell of it" o ejercicio fútil de la rebeldía. Como no hay nada mas contrarrevolucionario que
la estupidez, seguramente que el inventor de la desdichada y exitosa frase no salió de las
filas de esa revolución, que el condenaba a simple explosión de protesta violenta e
infecunda.
Al faltar dirección y ofrecer como único programa la contradicción, se produjo el
natural cansancio. A pesar de las protestas, el orden establecido no se quebró, sino que
el desorden sin propósito (?) propicio la represión, y con el restablecimiento de la
autoridad, un alineamiento de los descontentos. Pero hubo algo mas, y eso fue la pérdida
de fe en los dirigentes, a los que se descubrió mediocres, cobardes y acomodaticios.
Pronto se les vio luchando a codazos para incrustarse en el poder y desde allí predicar lo
contrario de lo que les había ganado las simpatías y el entusiasmo.
Desinflados los ídolos, derrumbados los gigantes que ellos habían imaginado, los
jóvenes decidieron no creer en nada, y dejarse llevar por el nihilismo adormecedor y
embrutecedor de las drogas, el escapismo trágico que a menudo hace que los intentos de
huir de la mediocridad de sus vidas concluya en una huida de la vida, hacia la muerte.
Quizá en otras épocas, este fenómeno se hubiera limitado a algunos países o
incluso a uno solo; pero en estos años de la explosión de las comunicaciones, en el que
las ideas y las actitudes se contagian con tanta rapidez, las modas intelectuales y políticas
se extienden también con mucha facilidad a todo el mundo; de ahí que no se puedan
apreciar diferencias substanciales en las actitudes de la juventud en los distintos países,
incluso con diversos modelos políticos o niveles de desarrollo. La apatía ante las grandes
causas, como lo llaman unos, o la vuelta al trabajo constructivo, como le dicen otros, se
debe a la desilusión, al descubrimiento de la mediocridad de los antiguos inspiradores. Sin
embargo, tampoco seria muy exacto hablar de desilusión de la juventud del 68. Aquella ya
no es hoy, trece anos después, la juventud; pero si transmitió su legado de desilusión a
los que fueron gradualmente substituyéndola.
En los cíclicos procesos de cambios de las actitudes que se dan en todas las
sociedades, empieza a sentirse otra vez, con los brotes de rebeldía que se están dando
en diversos países, por parte de los jóvenes, siempre mas generosos, el acercamiento de
un cambio. No debe extrañarnos, pues ante el mundo que las clases dirigentes les
quieren legar, los jóvenes, que son los que van a ser afectados, también deben ser lo que
protesten. Ojalá que esta vez, igual que se facilite el surgimiento de dirigentes a la altura
de la tarea, la sociedad entera sepa entender que el deseo de cambiar las cosas que
están mal, no solo es el derecho de los que deben hacer el futuro, sino también la mejor
fórmula para impedir que el presente se convierta en pasado antes de tiempo.
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