Si un joven quiere acceder a este mundo, la carrera más lógica para elegir es la de economista, aunque no es una garantía, ni siquiera la carrera ideal. Cualquier carrera vale (en la City hay arquitectos, licenciados en arte o en filosofía) siempre que se acompañe con un MBA y un certificado de análisis financiero, como el CFA (Certified Financial Analyst) o el CIIA (Certified International Investment Analyst), por ejemplo. A la hora de buscar talento para un fondo, la enorme mayoría de las selecciones no se hacen directamente sino a través de «headhunters» (cazatalentos). Lo mejor es ponerse en contacto con ellos o agencias especializadas en la industria financiera y que ellos guíen al candidato hacia donde haya demanda. La competencia por encontrar talento, a pesar de la crisis, es feroz, y los buscadores de profesionales no paran. Suelen buscar gente con experiencia, con un buen historial de beneficios y baja volatilidad, que sepa gestionar carteras grandes y con una personalidad muy específica, que sepa aguantar la presión, que tenga pasión por el mercado y que trabaje sin descanso. Merece la pena crearse un historial de beneficios («track-record») que incluya todas las variables: volatilidad, peso relativo de largos y de cortos, volatilidad, caídas máximas, beneficios diarios máximos, etcétera. Sin estos datos, hoy en día no sirve de mucho dar cifras aparentemente espectaculares. Entrar en un fondo como gestor es muy duro. Hay que construirse un historial, acceder a capital suficiente de entrada para garantizar una base sólida y buscar las oportunidades donde estén. No es fácil. Yo tardé 15 años y me tuve que ir fuera de España. Les recomendaría que hicieran lo que yo hice: echarse la manta a la cabeza, ir a un fondo internacional, intentar construir un historial de rentabilidad contrastable y público en un fondo establecido y luego crear una base de clientes que quieran apostar por uno. Mi recomendación final para cualquier candidato o joven universitario, sea chica o chico, que quiera acceder a este mundo es que persevere, que no se dé por vencido, que aprenda de todas las experiencias y que jamás intente buscar atajos o descarte ningún tipo de formación. Que cuestione todo lo que le presenten. Yo pasé de ver la economía desde una perspectiva neoclásica a convencerme de las tesis austriacas, de dar por válido el «peak oil» a comprobar sus errores; y en el camino me he equivocado y me equivoco en muchas decisiones de inversión, todos los días. La cuestión es aprender y debatir con todo el mundo, tanto con los que están de acuerdo como, sobre todo, con los que están en desacuerdo... siempre que sean personas inteligentes, bien informadas y con puntos de vista interesantes. No confundan los dogmas y las ruedas de molino con la seguridad y la convicción. Si desean con todas sus fuerzas entrar en este mundo y es su objetivo primordial —de verdad—, lo conseguirán. No lo duden. Please download full document at www.DOCFOC.com Thanks