Las raíces de las relaciones entre Rusia y España

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Las raíces de las relaciones entre Rusia y España
Pavel Tulayev
Universidad Lingüística Estatal de Moscú
Rusia y España son dos países con un pasado, un presente y un futuro muy ricos. Su
papel en la historia mundial siempre fue importante y sigue siéndolo hasta hoy en día. Los
mundos ruso y español tienen sus propios destinos y diferencias esenciales. Sin embargo, los
hermanan afinidades, paralelismos y analogías históricas incontestables.
Si examinamos los dos mundos dentro de distintos sistemas de evaluación veremos que
desde el punto de vista geográfico están situados en los dos extremos del continente eurasiático;
desde del punto de vista étnico las dos naciones pertenecen a la raza europea común; nuestras
lenguas forman parte de la misma familia indoeuropea de lenguas y tienen una raíces comunes;
los pueblos eslavos, germánicos e indoarios de procedencia próxima participaron en la
formación de la etnogénesis y de las culturas nacionales; la religión estatal y predominante de los
dos países es el cristianismo; desde el punto de vista de la historia Rusia y España han recorrido
un camino: empezaron como pequeños estados nacionales surgidos como resultado de las
guerras de liberación nacional contra la invasión extranjera y luego se convirtieron en grandes
potencias, con extensas propiedades coloniales y que se desmoronaron trágicamente en el último
siglo.
Los mejores pensadores de ambos pueblos se han prestado siempre mutuamente
atención, desde los clásicos de la literatura hasta los científicos contemporáneos. Las relaciones
entre nuestros dos Estados han conocido períodos distintos. Conocemos muchos datos de interés
mutuo, distintas contradicciones, incluso conflictos políticos y militares. Pero nunca hemos sido
indiferentes el uno con relación al otro, porque dos grandes pueblos, dos grandes Estados que
pretenden influir en los procesos mundiales no tienen derecho a despreciarse el uno al otro.
En mi discurso quisiera exponer una parte de mi trabajo científico, dedicado a las raíces
históricas, étnicas y lingüísticas de los vínculos entre Rusia y España. Está basado en la teoría
moderna de la semiótica de la Historia y la culturología comparativa.
Eurasia está situada en el hemisferio boreal y geológicamente es parte del
paleocontinente de Laurasia que se separó hace miles de millones años de la Gondvana austral.
En el período postglaciar, entre seis y cuatro mil años antes de Cristo, cuando el clima global se
hizo más suave se forma la comunidad indoeuropea, de la que proceden los antepasados
antiguos de los pueblos eslavos y romanos.
En la formación de la raza blanca de aquel entonces influyó mucho el ambiente
geográfico. En la parte oriental y occidental de Europa predominan llanuras y montañas no muy
altas. El clima es bastante moderado, tiene cuatro estaciones del año que favorece el crecimiento
de bosques latifolianos y coníferos, de flora y fauna correspondientes. Los símbolos de animales
y aves de esta zona geográfica forman parte de la mitología antigua. Como ejemplo podemos
examinar el Oso del escudo de Madrid. Su imagen frente un árbol (Arbor Mundi) está
relacionada con la orientación de nuestros antepasados hacia la estrella Polar del hemisferio
boreal que es el centro de las constelaciones Osa Mayor y Osa Menor. Los dioses indoeuropeos
Zeus, Leto, Artemida y Apolo que forman el panteón griego tienen raices en este culto
prehistórico Polar.
Los territorios de la Europa del Oeste fueron denominados por los geógrafos antiguos
como Hiperbórea, Escitia, Sarmatia; y la península Ibérica – Iberia, Tartessos, Bética. ¿Cuál era
el origen de los pueblos que las habitaban? Los científicos modernos consideran que la lengua
ibérica es pariente de la de un pueblo del Cáucaso antiguo. El nombre de Tartessos podría estar
relacionado con el culto indoeuropeo a Thur, precursor de Mitra, Apolo y Perún. El famoso
geógrafo griego Estrabón menciona con motivo de Iberia los nombres de Artemida, Radamante
y Hércules, relacionados con el mundo de la Europa oriental. El mundo griego era muy amplio y
abarcaba en aquel entonces las regiones del mar Mediterráneo y del mar Negro. La influencia de
su cultura fue bastante grande y podemos decir que tanto los rusos como los españoles son
herederos de la mitología, la filosofía y la estética griega. Los ejemplos son numerosos: desde la
autoridad de Aristóteles y Platon en la teología cristiana hasta la pintura de Velázquez y la
poesía modernista rusa.
Los pueblos bárbaros de Europa oriental de procedencia indoaria, germánica y
eslavorusa participaron tanto en la formación del Imperio Romano como en su destrucción. Los
alanos llegaron a la península Ibérica desde las estepas del norte del Mar Negro, los vándalos,
de los ríos Oder, Laba, Danubio y de la costa báltica, los suevos, al igual que los rusos,
dominaban el territorio de la ruta fluvial que iba desde el territorio de los "variagos" o
viikingos, hasta el de los griegos, mientras que la desarrollada civilización de los godos tenía sus
orígenes en Asia Menor y la península balcánica. Los ostrogodos fueron de los primeros
europeos que adoptaron el cristianismo. La mayoría de los bárbaros seguía la versión arriana de
esta religión, más tarde sustituida por la fe ortodoxa y la católica. El sistema dinástico, jurídico,
económico y político de los godos tiene riesgos comunes con el de los primeros grandes duques
rusos, de procedencia nórdica. Existe también gran semejanza en la estética cristiana medieval
basada en los principios afines: en la literatura dogmática, iconografía, música y todo el estilo
de la vida. Aquí es muy influyente el estilo bizantino gracias a la potencia de la parte oriental del
Imperio Romano.
En el siglo VIII España es conquistada por la civilización musulmana, que por entonces
dominaba el inmenso territorio comprendido desde los paises árabes del Oriente hasta África
del Norte y la península Ibérica. Los árabes tenían una historia antigua, tradiciones religiosas y
artísticas muy desarrolladas, así como unos grandes conocimientos científicos. Los comerciantes
árabes controlaban las rutas comerciales de la Eurasia. Su moneda, el dirham, era la divisa
internacional en aquel entonces. La influencia de la civilización árabe y del Islam sobre nuestros
pueblos ha sido muy importante. Los restos del vocabulario de invasores musulmanes quedan
hasta hoy día en la léxica española y rusa.
Curiosamente, entre los vasallos árabes se han conservado algunos nombres de príncipes
europeos. Se trata de los descendientes de los bárbaros que habían destruido el Imperio Romano
y fundado sus propios reinos en la península Ibérica y África del Norte. Los nietos de los
Vándalos formaron parte de la aristocracia militar de musulmanes, fueron bastante numerosos,
tenían privilegios importantes y se llamaban «escalibos» o «partido blanco». Una parte de los
berberos pertenece a la rama mestiza de los bárbaros africanos.
Otra página interesante de la historia comparativa de la cultura eurosiática está
relacionada con el arte flamenco. Este arte fue llevado a España por los gitanos antiguos de
procedencia indoaria. El estilo del cante hondo y del baile flamenco tiene mucho en común con
la música de los gitanos de la Europa Oriental, que sigue viviendo en el romance lírico del
teatro.
En el período árabe tiene lugar un intento de establecer relaciones entre la comunidad
judía del Califato de Córdoba de Abderramán III y el Reino de Jazaria, que acabaría finalmente
siendo destruido por el príncipe ruso Sviatoslav. Los histioriadores rusos han tendido
paralelismos entre Sviatoslav y Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid. Sviatoslav venció a muchos
enemigos de Rusia: los búlgaros de Volga yel Kaganato de Jazaria, creando grandes problemas
al emperador bizantino. El Cid Campeador liberó muchas ciudades castellanas de los moros y se
convirtió en leyenda de la Reconquista.
Otros autores comparan la Reconquista española con la liberación rusa del yugo tártaromongol. Después de la batalla de Kulikovo (el campo de las bécadas) Moscú obtiene la
independencia del khan, iniciándose centralización de los ducados rusos alrededor de la futura
capital del Estado. En el año 1480 Rusia logra su libertad total de los tártaros. En ese mismo
tiempo se prepara el matrimonio real entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. En 1492 los
moros están expulsados de Granada y culmina la Reconquista. Ese mismo año Cristobal Colón
descubre América y empieza una nueva época en la historia humana. Simultáneamente en el
mapa de Europa aparecen dos potencias cristianas que se convierten rápidamente en los dos
imperios más grandes del mundo. Siberia será como la América rusa, con el célebre cosaco
Yermak, tan parecido a los conquistadores Cortés y Pizarro.
En este periodo se inician los primeros contactos comerciales y estatales entre nuestros
países, la historia de las relaciones diplomáticas entre Rusia y España. El resto es bastante
conocido gracias a los estudios de los científicos contemporáneos.
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