Marxismo y anarquismo

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En lucha Abril 2005
15
Radio y televisión
públicas manipuladas
El 15 de marzo, los Comités de
Empresa del Ente Público Radio
Televisión Madrid, Telemadrid
y Onda Madrid, y las Secciones
Sindicales de CCOO, UGT y CGT
comunicamos a la ciudadanía
madrileña el rechazo de los Trabajadores de esta empresa a la
manipulación informativa que
se viene sufriendo en esta casa
desde la llegada del actual Director General, Manuel Soriano.
La serie de reportajes titulados “Los cuatro días que cambiaron España”, dirigidos por el
subdirector de informativos José
Antonio Ovies, fueron el culmen
de la tergiversación de la información con fines partidistas.
La intencionalidad del último
reportaje es clara: exculpar al
anterior gobierno de toda responsabilidad en el tratamiento
de la información de los sucesos del 11-M al 14-M. Esta situación no es un hecho aislado, se
viene repitiendo en los temas y
las opiniones de presentadores
y contertulios del Alto y Claro y
El Debate de Telemadrid, y en
todos los Telenoticias de la cadena.
El 16 de marzo, los redactores de Informativos se reunieron en Asamblea, escandalizados por dicha manipulación.
Los que asistieron dieron una
lección de dignidad profesional. En la Asamblea se acordó,
como primer paso de una serie
de movilizaciones, dejar de firmar todas las piezas emitidas
sine die. También se acordó, en
vista de que aún no está aprobado el Estatuto de Redacción,
nombrar tres representantes
de la Redacción que actúen
como interlocutores frente a la
Dirección, avalados como delegados sindicales, para evitar
represalias. La iniciativa ha sido
un éxito, ya que desde ayer, las
piezas de los informativos se
están emitiendo sin firma; tan
sólo una compañera redactora
ha firmado sus piezas.
En defensa de la pluralidad
y la objetividad informativa que
se merecen los ciudadanos de
nuestra comunidad, los Trabajadores de esta empresa queremos comunicar nuestro rotundo rechazo al sesgo político que
sufre toda la información de la
Radio y la Televisión Pública
madrileña.
CGT-Telemadrid
Protestas
estudiantiles en
Salamanca
El pasado 24 de febrero se aprobó el
nuevo calendario académico en la
Universidad de Salamanca. El equipo rectoral impuso la adaptación al
“Calendario Europeo” de acuerdo
con el proceso de Convergencia
Europea.
Los estudiantes expresaron su
desacuerdo con las medidas tomadas por el equipo de gobierno de la
Universidad, que no los consultó,
y se movilizaron, convocando una
serie de manifestaciones y asambleas en las que proponen el NO a
la aceptación del calendario y medidas alternativas.
Debido a las reformas, las clases lectivas empezarían el 19 de
septiembre. Además, se traslada la
convocatoria de exámenes de recuperación del primer cuatrimestre al
mes de julio. Pero la recuperación
de los exámenes de julio permanecería en septiembre.
Con estas medidas, el período
vacacional sería insuficiente. Además, aquellos que residan fuera
tendrían que pagar un mes más de
alquiler.
En conclusión, en vez de hacer
mejoras para garantizar la calidad
de la enseñanza, imponen un modelo europeo fruto de la globalización y de la entrada del Estado
español en Europa, en el que los
estudiantes salimos los más perjudicados.
Estudiantes de la USAL
El PSOE da vía libre al tren privado
No escarmentamos con la experiencia británica de la era Thatcher, que tan desastrosos efectos
sociales causó. Resultó una
etapa de interminables retrasos
y repetidos accidentes –algunos
de ellos muy graves– que acabaron poniendo de manifiesto la
irresponsabilidad de la empresa
privada, siempre más empeñada
en inflar sus resultados –reduciendo costes laborales–, que en
dar un mejor servicio de transporte.
El Gobierno español –con el
PSOE en la gestión– no sólo no
ha tomado nota de esta amarga
experiencia sino que, además,
ha dado luz verde al proceso
de liberalización de Renfe, que
venía tejiéndose en las cabezas
más conservadoras, con la Ley
del Sector Ferroviario.Y lo ha
hecho sin demasiadas consultas
y sin urgar en conciencias, por
si acaso. Lo curioso es que el
PSOE, cuando estaba en la oposición, mandó retirar esta ley al
Gobierno del PP.
Es vergonzoso observar,
además, el silencio mediático
con que se ha producido este
tránsito que engulle otra empresa pública más. Este hecho,
unido a la complicidad de los
sindicatos, origina una enorme
falta de información sobre las
consecuencias futuras de la propia privatización, como serán el
cierre de líneas, el aumento de
precios y promoción del transporte elitista, como el tren de
alta velocidad.
Para cambiar las reglas del
juego, el Gobierno puso fecha:
el 1 de enero de este año. Aprobó la Ley del Sector Ferroviario
y adaptó lo público a lo privado.
El resultado es la desaparición
de la compañía y la creación
de un ente dividido en dos: una
empresa que gestiona las infraestrucutras y la otra, los servicios. De esta forma, entrarán a
competir con ella otras compañías privadas de transporte de
mercancías a partir de este año,
y de viajeros, en el año 2008.
En medio de este desolador escenario, los trabajadores
de Renfe han salido a la calle
para defender sus derechos y
luchar contra lo privado, “casi
siempre especulativo y con
planes a corto plazo”. Así, se
han sucedido multitud de paros,
manifestaciones y jornadas de
huelga que han venido a mostrar, hasta principios de este
año, su rechazo unánime ante el
desconcierto que les produce tal
cambio de modelo, esgrimido
desde la Comisión Europea. Sin
embargo, dirección y sindicatos
han puesto fin a estas movilizaciones mediante un acuerdo
lleno de términos jurídicos nada
aclaratorios.
Queda en el aire saber cómo
serán las vidas laborales de
Renfe a partir de ahora, y cuál
será la calidad del servicio. Muy
probablemente el ciudadano
pagará un billete más caro y
tendrá menos conexiones entre
destinos.
Nadie se cree esa “comodidad y rapidez” de los anuncios
publicitarios, porque corresponde a una minoría de trenes
para, también, una minoría de
españoles.
Arantxa Lorenzo
Semana de lucha contra los productos transgénicos
Del 7 al 12 de marzo tuvo lugar en
Barcelona la semana de lucha contra
los alimentos transgénicos. La Plataforma Transgènics Fora (transgénicos fuera), conjuntamente con
otros grupos vinculados con la producción ecológica y la crítica al modelo actual de producción agrícola y
ganadera, organizaron una serie de
acciones (pasacalles, charlas, manifestación) entorno a la voluntad por
parte de la Generalitat de aprobar un
decreto de coexistencia entre cultivos transgénicos y tradicionales.
Las hipócritas razones de ser de
los transgénicos (acabar con el ham-
bre, mejora de la calidad de los productos) son usadas por las multinacionales agroquímicas para reducir
cada vez más la autonomía de los
y las campesinas, y convertirlos en
meros asalariados y asalariadas.
El decreto de coexistencia regula la posibilidad de que las plantaciones transgénicas contaminen los
cultivos tradicionales o ecológicos.
Pero la contaminación transgénica
puede producirse de varias formas:
por transferencia de polen, mediante la mezcla de cultivos durante las
operaciones, por semillas que se
hayan quedado en el suelo, etc., y es
inevitable, a excepción de ambientes
controlados (invernaderos, laboratorios, etc.). La contaminación transgénica imposibilita la producción
ecológica, que requiere de un 0 % de
transgénicos para obtener la calificación, y además, al ser irreversible, las
agroindustrias juegan una estrategia
imperialista de hechos consumados.
Las reivindicaciones declararon
un no rotundo a la liberación de organismos transgénicos en el medio
ambiente.
Marc Olomí,
miembro de la Plataforma
Transgènics Fora
Ideas para
cambiar el mundo
Marxismo y
anarquismo
Muchos de los jóvenes que
participan en el movimiento
anticapitalista se identifican,
de una forma u otra, con el
anarquismo. El colapso del régimen soviético y el desengaño
de millones de personas con
la socialdemocracia, parecen
haber abierto el campo para
la expansión de las ideas anarquistas. Hoy, muchas de las
ideas del “viejo” anarquismo
se mezclan con las ideas autónomas, muy extendidas en el
movimiento altermundista.
Contra la autoridad
Es difícil analizar el anarquismo
en su conjunto, pues hay muchos
tipos de anarquismo. A menudo
podemos encontrar distintas
tendencias dentro del anarquismo que se contradicen las unas
con las otras. Esto es así porque
dentro del anarquismo cabe más
o menos todo aquello que lucha
contra la autoridad represora del
Estado, del jefe, las normas sociales, etc. A pesar de esto, existen una serie de ideas compartidas por todos los anarquistas.
Los anarquistas y los marxistas compartimos la voluntad de
acabar con el sistema capitalista
y con toda opresión. Por eso, a
lo largo de la historia, nuestra
lucha ha confluido en muchas
ocasiones. Pero también es cierto que existen diferencias entre
una y otra ideología, que quizá
pueden parecer poco importantes en las pequeñas luchas
o campañas del día a día, pero
que se vuelven inmensamente
importantes cuando los trabajadores desafían al capitalismo,
como durante la revolución española de 1936.
Por principio, los anarquistas se oponen a toda autoridad,
desde la del Estado, hasta la de
una organización política de
izquierdas. Para ellos, toda autoridad es mala, sin distinción.
Pero los anarquistas olvidan
que la experiencia de la historia
muestra que, para acabar con
las injusticias del capitalismo,
los trabajadores deben imponer
su voluntad por encima de la de
los jefes y dirigentes. Para ello,
los trabajadores utilizan los métodos que se han mostrado más
efectivos.
Por ejemplo, en muchas ocasiones, los trabajadores de una
empresa en huelga se ven obligados a organizar un piquete en
la puerta para impedir que la
policía y los trabajadores esquiroles acaben con la reivindicación.
Centralizar la ofensiva
Más allá de las luchas o campañas puntuales, los trabajadores
deben crear sus propias organizaciones para defender sus
intereses. Estas organizaciones
han de caracterizarse por ser
profundamente democráticas.
Una organización democrática
es aquella en que las decisiones que se toman son producto
del debate colectivo, y no tiene
nada que ver con que cada uno
haga lo que quiera (como a veces dicen algunos anarquistas).
Pero para vencer al capitalismo no es suficiente con esto.
A diferencia de lo que creen los
anarquistas, los marxistas pensamos que las acciones y las
organizaciones de los trabajadores deben estar centralizadas.
Esto significa que cuando se
toma una decisión, todos actúan
en función de lo que se ha decidido. Para enfrentarnos a un
sistema tan centralizado, con un
Estado, una policía, un ejército,
necesitamos de acciones centralizadas y unitarias.
Dentro de las luchas y de las
organizaciones, los anarquistas rechazan todo liderazgo.
Una vez más, lo identifican con
el autoritarismo. Lo cierto es
que, ante el ejemplo de líderes
corruptos y manipuladores, la
mayoría de la gente rechaza los
líderes. Pero, quieran o no, el
anarquismo también tiene sus
líderes históricos, como Proudhon, Bakunin o Durruti. Ade-
Más allá de las luchas o
campañas puntuales, los
trabajadores deben crear
sus propias organizaciones
más, cada vez que un anarquista
intenta convencer a los demás
que su táctica es la mejor para
vencer en una lucha concreta, o
cada vez que anima a sus amigos a acudir a una manifestación, está liderando.
La toma del poder
En las situaciones en que los
trabajadores tienen la oportunidad de transformar radicalmente
la sociedad, los marxistas pensamos que hay que destruir el
poder de los capitalistas, del Estado burgués, y crear una nueva
organización, un nuevo Estado
que defienda los intereses de la
clase trabajadora. Por contra, los
anarquistas rechazan la idea de
tomar el poder. Por eso, durante
la revolución española de 1936,
se conformaron con controlar
las calles y las fábricas, pero no
acabaron de una vez por todas
con el antiguo Estado, dando la
oportunidad de que los sectores
opuestos a la revolución tomaran el control de la situación.
Para los marxistas, de la misma manera que los trabajadores
de una empresa crean un comité
de huelga y organizan piquetes,
en un momento revolucionario,
hay que organizar comités de
trabajadores que no sólo tomen
el control de una empresa, sino
que organicen las funciones
propias de un Estado, de manera democrática y centralizada.
Sólo así conseguiremos que otro
mundo sea posible.
z
XAVI ESTANYOL
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