Voto Blanco, Voto Nulo y algunas otras Terceras Fuerzas:

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ULTIMAS IMAGENES ANTES DEL NAUFRAGIO:
Las Elecciones del 2001 en Argentina
Marcelo Escolar
Universidad de Buenos Aires, PEEL/UTDT
Ernesto Calvo
University of Houston, PEEL/UTDT
Natalia Calcagno
Instituto Gino Germani/Instituto de Geografía, UBA
Sandra Minvielle
Instituto de Geografía, UBA
Resumen: Las elecciones de octubre del 2001 constituyen, sin duda, una coyuntura clave
para interpretar el actual proceso de reestructuración del sistema de partidos en la
Argentina. Por primera vez en la historia, y sin el Peronismo proscrito, los dos partidos
mayoritarios obtuvieron menos de la mitad de los votos válidos emitidos y, además, el
voto blanco, el voto nulo y el voto por terceras fuerzas acumularon el 56% de las
preferencias ciudadanas. Uno de los elementos fundamentales para la interpretación de
este fenómeno es la estimación correcta de la procedencia partidaria de los votos que lo
construyeron. En este artículo se estiman las transferencias de votos producidas desde las
fuerzas políticas mayoritarias de 1999 hacia el “voto protesta” y las terceras fuerzas en el
2001. Los resultados, obtenidos mediante la aplicación de tres modelos distintos de
inferencia ecológica (Goodman, EI y GWR-EI), muestran diferencias significativas entre
los partidos políticos analizados. En este sentido, la mayor transferencia de votos
Aliancistas hacia terceras fuerzas contrasta con las moderadas transferencias al voto
blanco observadas desde el Peronismo o la importante transferencia de Acción por la
República hacia el voto nulo. Este estudio de transferencias del voto 1999-2001 permite
observar los realineamientos de preferencias de los votantes y explicar las significativas
diferencias geográfico-partidarias que acompañan la crisis y reestructuración del sistema
político argentino.
JUNIO/2002
I. INTRODUCCIÓN1
La elección legislativa de octubre del 2001 tuvo lugar en un marco de profunda
recesión económica y de creciente fragmentación política del partido gobernante. Sin
embargo, aún conociendo dicho contexto, no dejan de sorprender sus resultados que
describen en votos el proceso de acelerada descomposición de la Alianza y de
reestructuración del sistema de partidos.
A pesar de la importancia que tienen dichas elecciones para interpretar
correctamente los últimos meses del gobierno de De la Rúa y el actual proceso de
reestructuración política, existen pocos trabajos que se han ocupado de distinguir el
origen partidario del Voto 2001. Ese es el objetivo primario de este informe, el cual da
una mirada al interior del cuarto oscuro para entender la dinámica política, territorial y
partidaria de la actual crisis política.
Para poner en perspectiva estos comicios es conveniente describir algunos de los
datos más atípicos resultantes de la elección de diputados nacionales: por primera vez en
la historia electoral argentina el voto de los dos partidos mayoritarios llegó a representar
sólo un 30% del padrón electoral nacional, la tasa de participación electoral fue menor al
75% del padrón y un 15% del padrón optó por el voto blanco o voto nulo. Asimismo, el
voto positivo se aproximó a los porcentajes observados en países con sufragio optativo como EEUU- y una docena de terceras fuerzas2 obtuvieron representación en la Cámara
de Diputados. También se produjeron resultados llamativos en la elección de Senadores
Nacionales, que por primera vez se realizó en forma directa. En ella, prácticamente
ningún candidato obtuvo una mayoría absoluta de sufragios y un número significativo de
1
Agradecemos los comentarios y sugerencias de Gerardo Adrogué, Ana María Mustapic, Juan Carlos
Torre, Agustina Grigera, María Victoria Murillo, Juan Carlos Portantiero e Ignacio Ubago. También
agradecemos la colaboración técnica de Christian Scaramella y Pablo Ceballos. El software para la
estimación estadística de la matriz de transferencia puede ser obtenido contactando a los autores a
[email protected]. Una versión completa de este informe y de la estimación de transferencia en el orden
provincial puede ser obtenida de: http://www.utdt.edu/departamentos/politica/centros/articulos.htm.
2
A saber: ARI, Polo Social, Unidad Federal, Izquierda Unida, Autodeterminación y Libertad, Frente
Nuevo País, Demócrata Progresista, FISCAL, Partido Demócrata, Fuerza Republicana, Movimiento
Popular Neuquino y Renovador Salteño.
2
senadores resultó electo con menos del 20% de los votos de sus distritos. A su vez, el PJ
obtuvo el 55% de los escaños del Senado con menos del 30% de los votos -un premio de
mayoría considerablemente alto, incluso mayor a aquel obtenido mediante la elección
indirecta de representantes ocurrida en años anteriores-.
Estos resultados electorales han sido reinterpretados de modos muy diversos. En
círculos oficiales del ejecutivo nacional aliancista se los entendió como una señal del
descrédito en el que había caído la clase política en su conjunto; desde el peronismo, en
cambio, el nuevo escenario electoral fue considerado como un producto natural de la
progresiva disolución de la coalición de gobierno (Alianza). Por otro lado, desde la
prensa local se los interpretó como un “voto bronca” que expresaba el repudio ciudadano
ante una crisis profunda de representación política y años de aguda recesión económica.
Desde nuestro punto de vista, esas interpretaciones se sustentan en el análisis de
valores agregados que desdibujan la complejidad de estos resultados electorales y no
permiten distinguir los procesos sociales que dan a estas elecciones sus rasgos
característicos, como por ejemplo, el crecimiento de las opciones ‘voto blanco’, ‘voto
nulo’, ‘ARI’, ‘Polo’ u otras terceras fuerzas (provinciales, vecinalistas, de izquierda y de
centro-izquierda). En este sentido, resulta relevante realizar un análisis que profundice en
el origen partidario y el destino de los votos que construyeron los cambios electorales del
2001 y que permita captar la diversidad de procesos que produjeron la reestructuración
del sistema de partidos en el país.
Así, por ejemplo, la transformación partidaria de la Alianza podrá ser
comprendida de formas significativamente distintas si se identifica que los votos
perdidos por esta fuerza se inclinaron hacia terceros partidos de centro–izquierda o si se
verifica que se dirigieron hacia el voto nulo. Por estos motivos, el objetivo del presente
estudio ha sido la estimación de una matriz de transferencia electoral que diera cuenta
del origen partidario y del destino de los votos entre las elecciones legislativas de 1999 y
3
del 2001 y que, por tanto, permitiera observar la dinámica de reestructuración partidaria
producida.
En este artículo se presentan los principales resultados nacionales de una
investigación desarrollada en el marco del Programa de Estudios Electorales y
Legislativos (PEEL) de la Universidad Di Tella. En la sección I se realiza un análisis
comparativo de los resultados electorales de 1999 y el 2001. Esto permite abordar, en la
sección II, las transformaciones en los niveles de competencia efectiva nacionales y
provinciales, es decir, la cantidad de partidos que compiten por un número relevante –no
marginal- de votos. Finalmente, en la sección III, se presenta la matriz de transferencia
de votos elaborada según la metodología descrita en el Apéndice Técnico y se avanza en
la interpretación de los resultados obtenidos tanto para el país en su conjunto como para
distintas unidades provinciales.
II ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS ELECTORALES
Para interpretar la elección de octubre de 2001 es necesario analizar,
inicialmente, los totales agregados nacionales.
La tabulación de los resultados electorales nacionales presentados en los cuadros
2.1 y 2.2 permiten observar las principales transformaciones en los votos obtenidos por
las distintas opciones partidarias y no partidarias.
El voto en blanco creció de modo significativo, ya que pasó de un 4,5% en 1999 a
9,4% en el 2001 y alcanzó el valor más alto de los últimos 20 años. El mayor
crecimiento entre las opciones electorales no partidarias correspondió, sin embargo, al
voto nulo. Éste multiplicó casi en un 1000% su valor máximo anterior (1,3 %) y llegó a
representar el 9% del padrón, equivalente al 12,5% de los votos válidos emitidos. Como
muestra el Cuadro N° 2.3, la suma total de votos blancos y nulos –cerca de cuatro
millones de votos- fue sólo superada por el Partido Justicialista.
4
Cuadro Nº 2.13
ELECCIONES 1999
PARTIDOS
- PJ
- ALIANZA
- APR
- PROVINCIALES
- IZQUIERDA
- OTROS
VOTOS POSITIVOS
VOTOS EN BLANCO
VOTOS NULOS
AUSENTES
ELECTORES HÁBILES
VOTOS
OBTENIDOS
5.476.625
7.590.034
1.374.675
1.355.503
528.090
1.050.646
17.375.573
819.384
161.760
4.463.092
22.819.809
% TOTAL SOBRE % TOTAL SOBRE
VOTOS POSITIVOS VOTOS VÁLIDOS
31,5%
43,7%
7,9%
7,8%
3,0%
6,0%
-
29,8%
41,3%
7,5%
7,4%
2,9%
5,7%
94,7%
4,5%
0,9%
-
% TOTAL SOBRE
PADRON
24,0%
33,3%
6,0%
5,9%
2,3%
4,6%
76,1%
3,6%
0,7%
19,6%
-
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Cuadro Nº 2.2
PARTIDOS
- PJ
- ALIANZA
- ARI
- APR
- POLO SOCIAL
- PROVINCIALES
- IZQUIERDA
- CENTRO IZQ.
- OTROS
VOTOS POSITIVOS
VOTOS EN BLANCO
VOTOS NULOS
AUSENTES
ELECTORES HÁBILES
VOTOS
OBTENIDOS
4.809.495
3.058.569
1.078.096
174.068
583.008
1.200.118
1.499.293
1.841.967
1.737.549
14.140.196
1.704.514
2.261.332
6.777.624
24.883.666
ELECCIONES 2001
% TOTAL SOBRE % TOTAL SOBRE
VOTOS POSITIVOS VOTOS VÁLIDOS
34,0%
21,6%
7,6%
1,2%
4,1%
8,5%
10,6%
13,0%
12,3%
-
26,6%
16,9%
6,0%
1,0%
3,2%
6,6%
8,3%
10,2%
9,6%
78,1%
9,4%
12,5%
-
% TOTAL SOBRE
PADRÓN
19,3%
12,3%
4,3%
0,7%
2,3%
4,8%
6,0%
7,4%
7,0%
56,8%
6,8%
9,1%
27,2%
-
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Respecto a las opciones partidarias, se advierte una alta fragmentación política.
En este sentido, puede observarse el bajo porcentaje de votos obtenidos por las dos
fuerzas mayoritarias, el PJ y la Alianza, que en conjunto apenas obtuvieron un 55,6% de
los votos positivos y un 31,6% del padrón. Ello se debe a que, entre el año 1999 y el
2001, ambos partidos disminuyeron su cantidad de votos -la Alianza perdió 4.531.465
votos y, el Peronismo 667.130-. Por otro lado, también se produjo la virtual desaparición
de la principal opción de centro-derecha -Acción por la República- que pasó de
3
La tendencia política Izquierda está compuesta por: Partido Obrero, Partido Humanista, Movimiento
Socialista de los Trabajadores, Movimiento por el Socialismo y el Trabajo, Izquierda Unida, Frente de
Unidad Trabajadora, Frente de Liberación, Autodeterminación y Libertad y Socialista Auténtico; y la
Centro Izquierda agrupa: ARI, Polo Social, Demócrata Cristiano.
5
1.374.675 a tan sólo 174.000 votos, logrando preservar, por lo tanto, sólo el 13% del
caudal obtenido dos años antes.
Es decir que, en el orden nacional, los grandes derrotados fueron la Alianza y
APR en tanto que los ganadores fueron el voto blanco y el nulo. Si bien se trataba de una
elección en la que no existía “arrastre presidencial” y, por tanto, era esperable que los
partidos mayoritarios obtuvieran un número menor de votos, resulta particularmente
llamativa la caída producida en el caso de la Alianza.
Los partidos de izquierda fueron los que mostraron un crecimiento mayor;
obtuvieron 528.000 votos en 1999 y 1.499.293 en el 2001, lo que representa un aumento
cercano al 200%. En el caso de la centro izquierda la gran cantidad de votos obtenidos en
el 2001 (1.841.923 votos) puede comprenderse mejor si se considera que la oferta
electoral de la Alianza en 1999 contenía ideológicamente a las opciones de esta
tendencia.
III. LA COMPETENCIA ELECTORAL NACIONAL Y PROVINCIAL: SIMILITUDES
Y DIFERENCIAS
En las elecciones de diputados nacionales del año 2001 se produjo un cambio
significativo en la estructura de la competencia efectiva nacional y provincial. El número
efectivo de partidos políticos se elevó muy por encima de cualquiera de las elecciones
anteriores (al menos las realizadas desde 1983 en adelante) 4.
En el orden nacional, los valores de competencia efectiva casi se duplicaron entre
el período 1983-1999 y el año 2001, pasando de 2,99 partidos electorales a 5,94. A nivel
provincial los resultados son similares; en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el
número efectivo de partidos electorales aumentó de 2,77 a 5,55. Estos valores serían
4
El ‘número efectivo de partidos’ (NEP) es una medida que describe el número de partidos que compiten
por un número relevante –no marginal- de votos. Por ejemplo, en una provincia pueden existir 10 partidos
que presentan listas, pero si un sólo partido obtiene el 90% de los votos la cantidad de partidos efectivos
es, a los fines prácticos, aproximadamente uno. La medición más utilizada del nivel de competencia
efectiva de partidos es el índice de Ordeshook y Shvetsova que utiliza la función NEP = 1/Σvi2, donde v es
el cociente de votos de cada partido i.
6
sustantivamente más altos y realistas si se consideraran los votos blancos y nulos como
‘partidos’ en competencia.
Cuadro N° 3.1.: Nivel de Competencia Efectiva Nacional y Provincial.
Período 1983-1999 y año 2001
Distrito
Total País
Total Provincias Metropolitanas
−
Buenos Aires
−
Ciudad de Buenos Aires
−
Córdoba
−
Santa Fe
Total Provincias no Metropolitanas
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
Catamarca
Chaco
Chubut
Corrientes
Entre Ríos
Formosa
Jujuy
La Pampa
La Rioja
Neuquen
Mendoza
Misiones
Río Negro
Salta
San Juan
San Luis
Santa Cruz
Santiago del Estero
Tierra del Fuego
Tucumán
Competencia
Electoral Efectiva
Competencia
Electoral Efectiva
1983-1999
2001
2,99
3,31
3,03
3,76
2,90
3,56
2,86
2,58
2,77
2,78
3,42
2,43
2,44
3,50
2,72
1,99
3,42
3,06
2,23
2,93
2,88
3,45
2,51
2,35
2,99
3,55
3,20
5,94
6,48
5,22
10,20
5,99
4,55
4,17
2,74
2,77
3,77
5,24
3,37
3,23
3,35
3,09
2,41
5,06
5,44
2,73
4,58
2,83
3,61
2,04
2,47
2,64
6,91
4,59
*Distinguimos en negrita las provincias con mayor crecimiento de la competencia efectiva.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Como se ha señalado en estudios anteriores (Jones, 2001; Calvo et al, 2001;
Escolar, 2001a), la mayor fragmentación del sistema político es particularmente notoria
en las provincias más populosas y con mayor porcentaje de población urbana. El cuadro
N° 3.1. muestra que el promedio de competencia efectiva en los cuatro distritos de
mayor tamaño del país se elevó de un promedio de 3,31 partidos efectivos electorales a
casi el doble, alcanzando un valor de 6,48. En contraste, el conjunto de provincias no
metropolitanas tuvo un crecimiento más moderado, ya que sólo aumentó un 60%
respecto a las elecciones anteriores (varió de 2,86 en el período 1983-1999 a 4,17 en el
7
año 2001). En algunas de las provincias no metropolitanas, incluso, el nivel de
competencia efectiva decreció; tal fue el caso de Jujuy, Salta, San Luis y Santiago del
Estero.
También es importante destacar el mayor impacto que tiene la sobrerepresentación territorial en contextos de mayor fragmentación partidaria. Como ya ha
sido mostrado en distintos trabajos, el peso político de distintos electorados provinciales
varía significativamente como resultado del distinto número de votos requeridos para
elegir un diputado en las provincias metropolitanas y periféricas (Cabrera, 1995; Gibson
y Calvo, 1999; Snyder y Samuels, 2001). Es decir, mientras tán sólo 19800 electores
eligen un diputado en Tierra del Fuego, se precisan 243000 electores para elegir un
diputado en la Provincia de Buenos Aires. Dado que este menor número de electores en
Tierra del Fuego eligen en un contexto de menor competencia partidaria, el voto de los
partidos mayoritarios se encuentra sobre-representado en tanto que el voto fragmentado
de las provincias más populosas se encuentra sub-representado. En una coyuntura
geográficamente heterogenea de mayor fragmentación del sistema de partidos, el
impacto de la sobre-representación territorial otorga premios de mayoría sustantivamente
más altos a los partidos ganadores. Por ejemplo, el peronismo obtuvo con el 34% de los
votos el 51,2% de las bancas en disputa (65 bancas de 127). Asimismo, con un 21,6% de
los votos, la Alianza alcanzó un 28,3% de las bancas a renovar. La sobre-tasa de bancas,
de un 17% para el PJ y de un 7% para la Alianza, fue muy superior a la tasa de sobrerepresentación de elecciones anteriores, ubicada entre un 5% y un 10%.
La aplicación del sistema electoral nacional en cada distrito provincial amplía o
restringe mecánicamente el número de partidos que obtienen bancas parlamentarias (Cfr:
Cabrera, 1993/1997; Calvo et al. 2001; Escolar, 2001a; Escolar, Calvo, 2001). Ello es
consecuencia del modo en que la magnitud de distrito y la fórmula D’Hont interactúan
restringiendo o expandiendo el número de partidos que pueden efectivamente obtener
bancas y competir por votos en las distintas provincias.
8
En la figura N° 3.1. se muestra la distribución de escaños producida por la
aplicación del sistema electoral actual (fórmula de distribución D’Hont con número de
bancas determinado por provincia) y en la figura N° 3.2 se grafica la distribución que se
obtendría en un sistema estrictamente proporcional (considerando al país como distrito
único, es decir, calculando la distribución D´Hont sobre el total de la Cámara).
Figura Nº 3.1
ELECCIONES 2001. COMPOSICIÓN CÁMARA DE DIPUTADOS
Distribución Vigente: Sistema D´Hont
Votos reagrupados por tendencia política
CENTRO - IZQUIERDA
13 bancas
IZQUIERDA
3 bancas
PROVINCIALES
5 bancas
PJ
65 bancas
ALIANZA
36 bancas
DERECHA
5 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Figura Nº 3.2
ELECCIONES 2001. COMPOSICIÓN CÁMARA DE DIPUTADOS.
Sistema D'Hont considerando al país como distrito único.
Votos reagrupados por tendencia política.
PROVINCIALES
6 bancas
IZQUIERDA
13 bancas
PJ
50 bancas
CENTRO - IZQUIERDA
18 bancas
ALIANZA
30 bancas
DERECHA
10 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
9
La comparación de ambos gráficos permite destacar que la distribución
geográfica no concentrada del peronismo y su ventaja relativa en distritos sobrerepresentados explica la gran diferencia entre el premio de mayoría obtenido por esta
fuerza y el alcanzado por la Alianza. Lo opuesto se puede afirmar respecto de la
izquierda ya que pierde un 77% de las bancas que hubiese obtenido en un sistema
estrictamente proporcional. Esto se debe a la existencia de sesgos mayoritarios que se
ven potenciados, tanto por la fragmentación partidaria, como por la concentración de
gran parte de los votos de esta tendencia en provincias con electorados subrepresentados.
Las figuras Nº 3.3 y 3.4 también muestran la distribución de bancas en la Cámara
Baja, pero en ellas se incorporaron los valores correspondientes a los votos blancos y
nulos como si conformaran una de las tendencias políticas en disputa. Del análisis de
estas figuras surgen algunos rasgos significativos de la composición política del voto en
blanco y nulo.
10
Figura Nº 3.3
ELECCIONES 2001. COMPOSICIÓN CÁMARA DE DIPUTADOS.
Sistema D´Hont vigente
Votos reagrupados por tendencia política incluyendo a los votos blancos y nulos.
BLANCOS Y NULOS
31 bancas
PJ
52 bancas
PROVINCIALES
3 bancas
IZQUIERDA
2 bancas
CENTRO - IZQUIERDA
6 bancas
DERECHA
3 bancas
ALIANZA
30 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Figura Nº 3.4
ELECCIONES 2001. DISTRIBUCION DE DIPUTADOS.
Sistema D´Hont considerando al país como distrito único
Votos reagrupados por tendencia política incluyendo a los votos blancos y nulos.
BLANCOS Y NULOS
29 bancas
PJ
39 bancas
PROVINCIALES
4 bancas
IZQUIERDA
10 bancas
DERECHA
8 bancas
CENTRO - IZQUIERDA
14 bancas
ALIANZA
23 bancas
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
Puede advertirse que si el voto en blanco participara de la asignación de escaños
bajo el sistema vigente, obtendría tan sólo dos representantes más que si se tratara de un
sistema electoral estrictamente proporcional. La razón de esta diferencia es que el premio
11
de mayoría que obtendría debido a su alto porcentaje de votos, apenas llegaría a
compensar el número de bancas que perdería por concentrarse en distritos subrepresentados. Las dos bancas que teóricamente lograría el voto blanco y nulo serían un
premio de mayoría mucho menor que las siete bancas obtenidas por la Alianza, cuyo
porcentaje de sufragios fue sensiblemente más bajo. En este sentido, si el voto en blanco
y nulo fuera considerado un “voto bronca”, su bancada en la Cámara de Diputados
estaría sub-representada.
IV. TRANSFERENCIAS ENTRE LAS ELECCIONES 1999 Y 2001
Para elaborar la matriz de transferencia electoral, se aplicaron distintos modelos
de inferencia ecológica sobre una base de datos que contiene información de los 5.557
circuitos electorales de todo el país. La interpretación de los resultados muestra que aún
cuando existen escenarios electorales marcadamente diferentes en las provincias de la
Federación Argentina, es posible identificar elementos comunes en los orígenes
partidarios y territoriales del voto nulo, blanco y de las terceras fuerzas.
Con el fin de evaluar hacía dónde se transfirió el amplio caudal de votos perdido
por los partidos mayoritarios se estimaron transferencias utilizando modelos de
inferencia ecológica. Ellos permiten evaluar cambios en el voto individual a partir de
datos agregados, es decir, posibilitan aproximarse a los valores de votos (Vb*) que no
pueden ser observados en forma directa.
La interpretación de la transferencia partidaria entre 1999 y el 2001 resulta
considerablemente más compleja que en otras elecciones en virtud de la gran diferencia
que existe en el total de votos positivos de ambos comicios. Esto significa que un mismo
porcentaje aplicado sobre los votos positivos de cada año representa una cantidad de
sufragios significativamente distinta. Por ejemplo, si el porcentaje de votos obtenidos en
el año 2001 por la Alianza en la Ciudad de Buenos Aires (19% de los votos positivos)
fuese aplicado sobre los votos positivos del año 1999 representaría 116.000 sufragios
12
adicionales. Por este motivo, resulta necesario establecer criterios de referencia que
permitan comparar ambas elecciones.
Para interpretar correctamente la diferencia entre los votos obtenidos por los
partidos mayoritarios en los años 1999 y 2001, así como la creciente distancia entre
votos y bancas en favor de dichos partidos, es imprescindible distinguir analíticamente
las transferencias hacia los votos positivos (opciones partidarias mayoritarias o terceras
fuerzas) y hacia los votos negativos (blanco y nulo).
En los cuadros descriptivos que se presentan en este trabajo, se muestra el voto
obtenido por los distintos partidos tanto en relación con los votos positivos -votos por
opciones partidarias, sin contar nulos y blancos- como en relación con los votos válidos
emitidos –agregado de positivos, blancos y nulos-. Esta presentación permite, por un
lado, analizar las transferencias inter partidarias calculadas como porcentajes ponderados
de los votos positivos (debido a que es sobre ellos que se calcula la distribución de
bancas) y, por otro lado, identificar las transferencias hacia el voto blanco y nulo como
porcentaje del total de los votos válidos, teniendo en cuenta que estas opciones no
participan en la distribución de la representación parlamentaria.
En el Cuadro N° 4.1 se presentan los valores de transferencia inter partidarias
para el total nacional que fueron elaborados mediante la aplicación del modelo de
estimación descrito en el apéndice.
En lo que respecta a las transferencias hacia el voto en blanco y nulo, se destaca
una gran diferencia entre los principales partidos. De los votos obtenidos por el PJ en
1999, sólo el 7,7% es transferido al voto blanco y nulo del 2001, por su parte, la Alianza
transfiere un 32,9% y APR supera el 70%. Este último valor se explica, en gran medida,
por la limitada oferta de opciones electorales de centro-derecha, así como por la alianza
estratégica realizada entre Acción por la República y el Peronismo en la Ciudad de
Buenos Aires.
13
Cuadro N° 4.1: Transferencias al voto negativo e inter partidarias, años 1999-2001
Total Nacional
TRANSFERENCIA A BLANCO Y NULO COMO % DE VOTOS VÁLIDOS
1999
ALIANZA
2001
% Transferencia
Error (D.E)
PJ
APR
% Transferencia Error (D.E)
% Transferencia Error (D.E)
BLANCO
NULO
8,0%
24,9%
0,4%
0,5%
7,6%
0,1%
0,6%
0,5%
21,0%
52,8%
6,7%
1,3%
BLANCO Y NULO
32,9%
0,8%
7,7%
0,7%
73,8%
5,5%
TRANSFERENCIA PARTIDARIA SOBRE VOTOS POSITIVOS
1999
2001
ALIANZA
% Transferencia
ALIANZA
PJ
IZQUIERDA
CENTRO IZQUIERDA
- ARI
APR
PROVINCIALES
VOTOS POSITIVOS
42,4%
10,8%
13,9%
27,9%
17,0%
3,4%
1,5%
100,0%
PJ
Error (D.E)
APR
% Transferencia Error (D.E)
3,2%
93,9%
1,0%
0,0%
1,2%
0,0%
1,9%
100,0%
0,7%
1,1%
0,4%
0,6%
0,4%
0,2%
0,7%
0,8%
0,6%
0,5%
0,4%
0,6%
0,2%
0,7%
% Transferencia
Error (D.E)
35,1%
22,5%
2,6%
4,9%
No Estimable
25,0%
17,5%
100,0%
1,7%
3,0%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
En relación a las transferencias a opciones partidarias, cabe destacar la alta tasa
de retención de votos que presenta el PJ (94%) en contraposición con las bajas tasas
correspondientes a la Alianza (42%) y Acción por la República, que alcanza tan solo al
25% de sus votos.
La dificultad para sostener el voto partidario del año 1999 tiene matices distintos
entre las fuerzas políticas; en el caso de la Alianza no se producen transferencias muy
grandes ni hacia el PJ (10,8%) ni hacia APR (3,4%). Por el contrario, para Acción por la
República la transferencia sobre los votos positivos resulta importante tanto hacia la
Alianza (35,1%) como hacia el PJ (22,5%). Sin embargo, es significativo recordar que el
mayor caudal de votos de APR se dirigió a opciones no partidarias, por lo que en
términos absolutos las transferencias hacia los partidos mayoritarios se tornan exiguas.
Cabe agregar, además, que el PJ transfiere pocos sufragios hacia la Alianza (3,2%) y
ninguno hacia APR. Podría decirse entonces que la transferencia inter partidaria entre
14
las fuerzas mayoritarias de 1999 presenta una variedad de situaciones: moderada para la
Alianza, reducida para APR y casi nula para el PJ.
Entre las opciones partidarias de terceras fuerzas, la mayor tasa de transferencia
se produce desde la Alianza hacia la centro-izquierda (27,9%) -especialmente al ARI,
17%- y la izquierda (13,9%). Desde APR se destaca la transferencia hacia partidos
provinciales (17,5%).
Si el análisis se realiza a nivel provincial pueden mencionarse algunas
particularidades como el mayor nivel de transferencia entre el PJ y la Alianza en Santa
Fe y Córdoba o la mayor transferencia de votos de la Alianza hacia la izquierda en la
Ciudad de Buenos Aires.
Los mapas que se presentan en las páginas siguientes muestran las estimaciones
departamentales de transferencia de votos5. En líneas generales, se observa que los
mayores porcentajes se registran en las provincias más pobladas y las menores tasas
corresponden a los departamentos rurales de las provincias no metropolitanas.
El porcentaje de transferencia relativa de la Alianza al voto nulo (ver Figura 4.1)
es significativamente más alto en la Región Metropolitana de Buenos Aires6, el interior
de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Neuquén y Río Negro. Por su
parte, las mayores tasas de transferencia relativa de la Alianza al ARI (ver Figura 4.2) se
observan también la región metropolitana de Buenos Aires, el interior de la provincia de
5
Las transferencias de votos son representadas tanto en términos relativos –mapa a la izquierda— como en
términos absolutos –mapa a la derecha—. El mapa de transferencia relativa muestra el porcentual de
votos del partido i en 1999 que votaron por la fuerza j en el 2001. Por ejemplo, al describir la transferencia
de la Alianza 1999 al voto nulo 2001, los intervalos de clase reflejan que en Santa Cruz la transferencia de
la Alianza al nulo fue entre un 0 y un 12% en tanto que en la Provincia de Buenos Aires la transferencia
fue por lo general superior al 25%. Dado que un porcentaje de transferencia de votos muy alto en un
distrito poco poblado puede tener menos impacto para el partido i que una menor transferencia relativa en
un distrito muy poblado, se presentan también las transferencias absolutas.
La tasa de transferencia absoluta mide, por tanto, el porcentaje de votos que transfirió el partido i al partido
j –la Alianza al nulo- multiplicado por el porcentaje de votos que tenía la Alianza en ese distrito en el año
1999. Técnicamente, la transferencia absoluta TAi = TRi * Vi1999 , es decir, la multiplicación del cociente
de transferencia relativa por el cociente de votos del partido i en 1999. Las transferencias relativas son
estimados βB del procedimiento EI de King (1997).
6
Las transferencias de votos que se producen en la Región Metropolitana de Buenos Aires (R.M.B.A) y en
la Región Metropolitana de La Plata (R.M.L.P) fueron representadas, en mapas de diferente escala para
facilitar su observación.
15
Buenos Aires, Córdoba, la Ciudad de Buenos Aires, el sur de Santa Fe (especialmente el
Gran Rosario) y La Pampa.
Por otro lado, las transferencias del Peronismo al voto en blanco (Figura 4.3) son
más elevadas en la Región Metropolitana de Buenos Aires y La Plata (especialmente los
departamentos de Tigre y San Vicente), el interior de la provincia de Buenos Aires y las
provincias de Santa Fe y La Rioja. Cabe aclarar que en el caso de Santa Fe la
transferencia al voto en blanco es significativa no sólo desde el PJ sino también desde las
otras fuerzas políticas.
Los mapas de transferencia relativa permiten observar sólo los valores
porcentuales de transformación del voto al interior de cada departamento. Sin embargo,
para un análisis más detallado resulta interesante identificar lo que ese porcentaje
significa en relación con la cantidad total de sufragios obtenida por el partido que los
transfiere. Los mapas de transferencias absolutas que se describen a continuación
representan específicamente esa relación.
En dichos mapas se realza el impacto que tienen las transferencias de la Alianza
hacia el voto nulo y hacia el ARI (figuras 4.1 y 4.2) en la Ciudad de Buenos Aires, la
Región Metropolitana, el interior de la provincia de Buenos Aires y el sur de Córdoba.
La comparación de los mapas permite destacar, especialmente, que las transferencias
hacia ambas opciones –voto nulo y ARI- presentan patrones de implantación territorial
muy similares en la Región Metropolitana de Buenos Aires y La Plata.
Asimismo, es notoria la importancia de las transferencias de la Alianza al voto
nulo en el este de la provincia de Entre Ríos (Figura 4.1) y la alta transferencia de la
Alianza al ARI (figura 4.2) que se produce en el departamento de Trenque Lauquen –
ubicado en el oeste de la provincia de Buenos Aires-. Por otra parte, es interesante
remarcar la transferencia absoluta del PJ al voto blanco en la Rioja (figura 4.3), cuyos
valores se aproximan a los observados en la provincia de Buenos Aires y Santa Fe.
16
Se puede apreciar también que el patrón geográfico de distribución del voto varía
de modo significativo entre las provincias metropolitanas y las no metropolitanas. Como
es de suponer, la interacción entre los determinantes socio-políticos e institucionales
explican los cambios en la intención del voto, en los sistemas de partidos provinciales, en
la formación de coaliciones y, en definitiva, en el número de escaños parlamentarios
obtenidos por fuerza política en cada una de las veintitrés provincias y la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. El comportamiento de las transferencias electorales no
escapa a estos determinantes socio-políticos e institucionales. Ejemplos de estas
peculiaridades son la alta tasa de voto en blanco en Santa Fe, el crecimiento de la
izquierda en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, o la gran especialización territorial
del voto en Córdoba.
17
Figura 4.1
Transferencia de votos 1999-2001
ALIANZA - VOTOS NULOS
Total país
Transferencia relativa
Transferencia absoluta
Provincias y/o
municipios
0 - 0.03
0.03 - 0.06
0.06 - 0.09
0.09 - 0.12
0.12 - 0.15
0.15 - 0.18
0.18 - 0.21
0.21 - 0.24
0.24 - 0.27
0.27 - 0.3
0.3 - 0.35
0.35 - 0.4
0.4 - 0.45
0.45 - 0.6
0.6 - 1
Transferencia de votos 1999-2001
ALIANZA - VOTOS NULOS
R.M.B.A. y R.M.L.P.
Transferencia relativa
Transferencia absoluta
Provincias y/o
municipios
0 - 0.03
0.03 - 0.06
0.06 - 0.09
0.09 - 0.12
0.12 - 0.15
0.15 - 0.18
0.18 - 0.21
0.21 - 0.24
0.24 - 0.27
0.27 - 0.3
0.3 - 0.35
0.35 - 0.4
0.4 - 0.45
0.45 - 0.6
0.6 - 1
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
18
Figura 4.2
Transferencia de votos 1999-2001
ALIANZA - A.R.I.
Total país
Transferencia relativa
Transferencia absoluta
Provincias y/o
municipios
0 - 0.03
0.03 - 0.06
0.06 - 0.09
0.09 - 0.12
0.12 - 0.15
0.15 - 0.18
0.18 - 0.21
0.21 - 0.24
0.24 - 0.27
0.27 - 0.3
0.3 - 0.35
0.35 - 0.4
0.4 - 0.45
0.45 - 0.6
0.6 - 1
Transferencia de votos 1999-2001
ALIANZA - A.R.I.
R.M.B.A. y R.M.L.P.
Transferencia relativa
Transferencia absoluta
Provincias y/o
municipios
0 - 0.03
0.03 - 0.06
0.06 - 0.09
0.09 - 0.12
0.12 - 0.15
0.15 - 0.18
0.18 - 0.21
0.21 - 0.24
0.24 - 0.27
0.27 - 0.3
0.3 - 0.35
0.35 - 0.4
0.4 - 0.45
0.45 - 0.6
0.6 - 1
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
19
Figura 4.3.
Transferencia de votos 1999-2001
P.J. - Voto en blanco
Total país
Transferencia relativa
Transferencia absoluta
Provincias y/o
municipios
0 - 0.03
0.03 - 0.06
0.06 - 0.09
0.09 - 0.12
0.12 - 0.15
0.15 - 0.18
0.18 - 0.21
0.21 - 0.24
0.24 - 0.27
0.27 - 0.3
0.3 - 0.35
0.35 - 0.4
0.4 - 0.45
0.45 - 0.6
0.6 - 1
Transferencia de votos 1999-2001
P.J. - Voto en blanco
R.M.B.A. y R.M.L.P.
Transferencia relativa
Transferencia absoluta
Provincias y/o
municipios
0 - 0.03
0.03 - 0.06
0.06 - 0.09
0.09 - 0.12
0.12 - 0.15
0.15 - 0.18
0.18 - 0.21
0.21 - 0.24
0.24 - 0.27
0.27 - 0.3
0.3 - 0.35
0.35 - 0.4
0.4 - 0.45
0.45 - 0.6
0.6 - 1
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDRA y Ministerio del Interior
20
V. CONCLUSIONES
Tanto en ámbitos políticos como académicos se considera que las elecciones del
año 2001 han tenido un impacto político muy superior al de otras elecciones legislativas
intermedias. La dramática caída en votos de la Alianza, la desaparición de opciones
electorales de centro derecha, el crecimiento fragmentario de la centro izquierda e
izquierda y el extraordinario crecimiento del voto negativo fueron, sin duda,
prolegómenos de la crisis institucional y política que viene sufriendo la Argentina desde
diciembre del 2001.
Es posible señalar diversos elementos significativos de continuidad entre estas
elecciones y otras anteriores, como por ejemplo, la distribución geográfica del voto de
los partidos tradicionales, la estructura política de las transferencias a terceras fuerzas en
las provincias y la fragmentación partidaria que ha sido nuevamente mayor en las
regiones más pobladas y urbanizadas.
Sin embargo, a través del estudio realizado, se han podido identificar algunos
procesos que particularizan la transformación del sistema de partidos generada en el
2001. Al respecto cabe destacar que:
(i)
La mayoría de las transferencias al voto blanco y nulo surgieron de votantes
de la Alianza y APR.
(ii)
Las transferencias no partidarias por parte del peronismo fueron masivamente
al voto blanco, en tanto que las de la Alianza y APR fueron masivamente al
voto nulo.
(iii)
Las transferencias entre los partidos mayoritarios –PJ y Alianza- fueron
pequeñas, limitadas en su mayoría a cambios políticos en el orden local
especialmente en provincias como Córdoba y Santa Fe.
(iv)
Los departamentos urbanos de las provincias metropolitanas fueron los que
mostraron mayores tasas de transferencia hacia votos blancos, nulos y
terceras fuerzas.
21
(v)
La transferencia a opciones partidarias por parte de la Alianza benefició
mayoritariamente a la centro-izquierda, con excepción de la Ciudad de
Buenos Aires, donde la izquierda obtuvo el mayor premio de transferencia.
La reinterpretación política de los resultados electorales del 2001 toma otro sentido
al comprender que la Alianza fue la fuerza política que de modo más claro alimentó el
crecimiento de las terceras fuerzas de izquierda y centro-izquierda. Asimismo, la falta
de una opción partidaria de derecha y la resistencia de los votantes de APR a aceptar la
alianza con el PJ se observan con claridad en el giro masivo de APR hacia el voto nulo.
Esta situación contrasta con la moderada transferencia desde el peronismo hacia el voto
en blanco en 22 de las 24 provincias analizadas –con la excepción de Santa Fe, la Rioja
y el interior de la provincia de Buenos Aires7-.
En términos generales podemos observar entonces, que la significativa
reestructuración partidaria que se observa en el año 2001 no afectó a todas las fuerzas
políticas de las distintas provincias en modo similar. Los resultados más novedosos de
esta elección
–fragmentación partidaria, alto voto blanco y nulo, gran número de
partidos legislativos– tienen su origen en la disolución política de la Alianza y de Acción
por la República, en tanto que los elementos de continuidad más significativos se
observan en las bases electorales del Peronismo y de algunas fuerzas provinciales.
7
Los resultados locales, desarrollados con particular detalle en otro trabajo, son también ilustrativos. Si
bien existen elementos que apoyan la presunción de una crisis de representación política general, existen
evidencias de que, en el orden local, la gran mayoría de los nuevos actores surgió también de las esquirlas
que dejó el estallido de la coalición de gobierno. Ver Escolar y Calvo (2001).
22
APÉNDICE TÉCNICO DE LA MATRIZ DE TRANSFERENCIA ELECTORAL
1999-20018
Los datos electorales a nivel de mesa, circuito y departamento otorgan numerosas
ventajas metodológicas para realizar un análisis de transferencias partidarias de votos.
Entre ellas podemos destacar la ausencia de sesgos muestrales urbanos, la existencia de
muestras sub-provinciales representativas y los menores niveles de “mis-representación”
de la intención de voto declarada por los electores. Estas ventajas, sin embargo, sólo
pueden ser capitalizadas mediante una correcta modelización del proceso ecológico de
generación de datos.
Se conoce como inferencia ecológica al proceso de estimación de datos
individuales cuando solo se dispone de valores agrupados. Por ejemplo, dado que el voto
es secreto, la única aproximación posible al voto de un ciudadano parte de modelos de
estimación de los totales a nivel agregado (mesa, circuito, departamento, etc).
En 1953, Goodman mostró en un artículo ya clásico que el problema de la
inferencia ecológica era equivalente a una tabulación de datos agrupados con la
particularidad de que los valores marginales tabulados son conocidos pero, en cambio,
no son conocidos los valores con que se construyen estos marginales, es decir, los que se
encuentran en el interior de este tabulado.
Cuadro I: Voto Nulo y Voto Alianza en el Circuito 30, La Boca
Voto Alianza
Voto Nulo
Voto No Nulo
Total
8
Voto No Alianza
Total
ViAB?
?
ViB 12.87%
?
?
87.12%
ViA 46.78%
53.22%
100
Tanto el Método de Goodman como el método EI de King, con los que estimamos la transferencia de
votos en este informe, son habitualmente utilizados por la corte en EEUU para definir juicios sobre
redistritado electoral. Una descripción de nuestro método de corrección para datos espacialmente
dependientes se encuentra en Calvo y Escolar (2002).
23
Como muestra la Tabla 1, por ejemplo, podemos conocer el porcentaje total de
votos Nulos del distrito i (ViB) en el 2001, así como el porcentaje de electores que voto
por la Alianza en el distrito i en la elección de 1999 (ViA). Sin embargo, no por eso
conocemos el porcentaje de los votantes de la Alianza en 1999 que votó Nulo en el 2001
(ViAB). Este porcentaje puede variar desde un 0% hasta un 26,8% de los votos de la
Alianza –es decir, entre 0 y 12,87% del total de votos válidos emitidos9— dependiendo
del porcentaje de voto emitido por el conjunto de electores de otros partidos que
decidieron votar Nulo en el 2001. Por simplicidad describimos10 el voto nulo de estos
otros partidos como VRB.
Goodman mostró que si se dispone de información sobre un número
estadísticamente significativo de distritos electorales y no existe una variación geográfica
sistemática11 en la naturaleza de la relación entre votos Nulos y voto de la Alianza –
constancy assumption-12 las condiciones de Gauss-Markov –GM— que validan una
regresión lineal de mínimos cuadrados (OLS) se sostendrían y, en consecuencia,
estaríamos en condiciones de estimar el voto Nulo 2001 del votante de la Alianza 1999
en términos de la ecuación 1.
Ecuación 1
VBN = βAB X + βRB (1-X) + ei
Esta ecuación estima el voto nulo por parte del votante de la Alianza en 1999
mediante una regresión del cociente de voto de la Alianza (X) y del cociente de votos de
9
Para que el total de los votos nulos provengan de la Alianza, el 12% de votos nulos totales debe surgir
del 46% de votos totales de la Alianza. Es decir, un 26% de los votos obtenidos por la Alianza en el
distrito 30 de la Boca en la elección del año 1999.
10
No identificamos en este caso el distrito con el sufijo i para simplificar la Notación. Asimismo,
indexamos mediante RB el voto Nulo del resto de los electores.
11
Esta variación sistemática es conocida como heterogeneidad espacial extrema: “El fenómeno donde un
modelo (i.e. parámetros, forma funcional, especificación del error, etc.) no es constante a través de
observaciones espaciales” (Anselin and Tam Cho, 2000). Esta heterogeneidad puede ser resultado de una
variable omitida (agregación espacial, dependencia espacial); o de una covariación no identificada en los
residuales del análisis (auto-correlación espacial). Para una discusión más detallada ver Fotheringham,
Brunsdon y Charlton (2000).
24
las otras fuerzas (1-X) para explicar el cociente de votos Nulos. La ecuación no tiene
constante y, si las condiciones GM se sostienen, el coeficiente βAB puede ser interpretado
naturalmente como el porcentaje de votos Nulos emitidos por votantes de la Alianza en
1999. Por otro lado, el coeficiente βAB puede ser interpretado como el porcentaje de votos
nulos emitidos por el resto de los partidos políticos.
La estimación de la identidad de Goodman derivada de la Tabla 1 no produce
resultados aceptables si: (i) La covariación entre el voto Nulo y el voto Alianza es
geográficamente heterogénea debido a una variable Zb no incorporada en la ecuación y/o
(ii) el voto Nulo está endógenamente relacionado con el voto Alianza de modo diverso
en un área geográfica determinada.
Para solucionar estos problemas King (1997) propuso un modelo alternativo de
inferencia ecológica conocido como EI. En lugar de utilizar la función de distribución
normal, el modelo de King utiliza los límites locales (bounds) para construir una
superficie de covariación entre los parámetros VB y VA. Sobre estos límites locales, King
aplica una función truncada normal bivariada (bivariate truncated normal), diseñada
para obtener valores de VAB –en nuestro ejemplo, voto Nulo de la Alianza- entre 0 y
100%. El modelo de King (1997) representa conceptualmente un avance sustantivo en la
inferencia ecológica pero, sin embargo, sus resultados pueden ser menos robustos y más
susceptibles a distintas especificaciones (Anselin y Tam Cho, 2000) que aquellos
producidos por el método de Goodman. Finalmente, tanto en el caso de Goodman como
en EI, la extensión de estos modelos de inferencia ecológica a matrices superiores a 2x2
es problemática y, por tanto, es conveniente renormalizar los resultados bivariados, los
cuales presentamos en la matriz de transferencia elaborada en este informe.
El problema de la inferencia ecológica ha quedado subsumido bajo dos áreas de
desarrollo metodológico de modelos que intentan solucionar:
12
Nótese que no varía el cociente entre nulos y Nulos de la Alianza pero puede variar tanto la cantidad de
votos de la Alianza como la cantidad de nulos y Nulos.
25
(i)
sesgos de agregación estadística, ligados al impacto que tiene el
agrupamiento de datos como resultado de la omisión de variables
significativas (contextuales) en casos de inferencia ecológica,
(ii)
heterogeneidad espacial extrema y auto-correlación espacial,13 que afecta
la estimación de las cantidades de interés en datos espacialmente
dependientes y en el cual los parametros de interés pueden variar
condicional al punto geográfico-espacial en el cual la estimación es
realizada (sujeto a una distinta concentración/dispersión de las variables
de interés en un ámbito geográfico determinado).
Debido a que cada modelo de inferencia ecológica tiene una susceptibilidad
diferente ante distintas especificaciones, la mejor opción es aplicar ambos modelos y
comparar los resultados producidos. De esta forma, el nivel de confianza sobre nuestras
estimaciones crece cuando las distintas metodologías convergen en la estimación.
Cuando no existe convergencia, lo cual ocurre en alrededor de un 15% de los casos, es
necesario introducir nuevos tests y correcciones que permitan evaluar la existencia de
problemas de agregación o de auto-correlación espacial no detectados, como por ejemplo
GWR-EI.
Los resultados presentados en este informe fueron desarrollados con esta
metodología y son, por ello, relativamente robustos. Todos los valores estimados se
presentan, sin embargo, con sus parámetros ancilares, que describen los distintos
márgenes de error de cada inferencia ecológica realizada.
13
King (1997) también discute el problema de la “indeterminación” de los resultados agregados, donde
existe una incógnita más que el número de parámetros requerido para estimar el modelo ecológico. King
muestra, sin embargo, que los problemas de agregación y de indeterminación son matemáticamente
equivalentes.
26
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University of Illinois, Urbana- Champaign.
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27
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