Nota de Actualidad Número 102 – Julio de 2011 ¿Es ético aprovecharse de las desgracias ajenas?. Daniel Galante. Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas, MBA. Universidad de Palermo. Es una pregunta que me vengo haciendo desde hace más de un mes, cuando el volcán Puyehue empezó a dispersar cenizas en nuestro país. Ya todos sabemos el desastre que éste ha producido en todos los ámbitos: la calamidad ambiental, los problemas en la salud, el cierre de aeropuertos y rutas y el derrumbe de las proyecciones comerciales tanto para las empresas que trabajan con turistas como las que atienen al público local. Y no sólo eso: las cenizas llegaron durante los preparativos para la temporada invernal, donde viajeros argentinos y de países limítrofes acostumbran disfrutar de los paisajes nevados y las actividades deportivas. ¿Se puede hacer algo para detener a la naturaleza? La respuesta es claramente negativa, a pesar de los paliativos de los vecinos para limpiar las cenizas y las acciones de los gobiernos (nacional, provinciales y municipales) para reducir el impacto económico, social y ecológico. Nuestro país cuenta con muchos y variados destinos turísticos: Parques nacionales en La Rioja, aguas termales entrerrianas, cataratas misioneras, cerros cordobeses, pistas de nieve mendocinas, por sólo nombrar algunas de las tantas posibilidades para aprovechar en las vacaciones de invierno. No podemos olvidar también la infinidad de alternativas en el exterior. Los sabios chinos sostenían que frente a un problema, siempre se está adelante de una oportunidad. La palabra “crisis” en chino (危机, weiji), se compone de dos ideogramas: “Wēi” (peligro) y “Jī” (oportunidad). ¿Es una oportunidad el problema que sufre la Patagonia para incentivar a que los turistas a que visiten otros destinos? Entiendo que si. Pero me pregunto: ¿es ético aprovecharse del problema de los otros para favorecerme en mi propio negocio? Es acá donde para muchos surge una dicotomía. Casi siempre las crisis de algunos son buenas chances para otros. La gripe H1N1 que perjudicó, también en vacaciones de invierno, a espectáculos, comercios y restaurantes, fue una ocasión fenomenal para los fabricantes y vendedores de alcohol en gel y vacunas. La invasión de mosquitos para los proveedores de repelentes. La inseguridad para las industrias de puertas blindadas y alarmas. Y así, podemos nombrar miles de ejemplos más. Volviendo al tema ético, aquellos destinos que no están afectados por las cenizas, deberán decidir si están frente a una gran momento de mostrar las ventajas de sus lugares, las bellezas de sus paisajes, la hospitalidad de sus hoteles, lo sabroso de su gastronomía típica, los deportes autóctonos, la historia de su territorio y tantas otros elementos atractivos. Tanto en esta circunstancia, como en otras; tanto para empresas grandes como medianas o pequeñas; tanto en invierno como en verano… lo importante es estar preparado para adaptarse a los cambios que se producen en el contexto y actuar (rápidamente) en consecuencia para aprovechar esa “weiji” que la eventualidad les pone de frente. Estamos a días del comienzo de las vacaciones de invierno, y será imprescindible tomar las decisiones apropiadas con la mayor celeridad posible dado la competencia de destinos es intensamente colosal. Center for Business Research and Studies Graduate School of Business Universidad de Palermo Av. Madero 942, 8º piso C1106ACV – Buenos Aires, Argentina Tel. (5411) 5199-1399 www.palermo.edu/gsb Director: Daniel Seva [email protected] Coordinador general de investigación: Pablo Schiaffino [email protected] Finanzas y economía: Conrado Martínez [email protected] Rubén Ramallo [email protected] Marketing: Gabriel Krell [email protected] Management: Patricio O’ Gorman [email protected]