Reptiles voladores

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Paleontologia
Reptiles Voladores
LOS PTEROSAURIOS
Los pterosaurios, que significa reptiles alados, fueron un orden de reptiles
diápsidos voladores fósiles, parientes de los dinosaurios, que presentaban
diversas formas y tamaños.
Algunos eran pequeños como gorriones, y otros, tan grandes que cada ala
medía tanto como un autobús.
Como las aves actuales, volaban, ponían huevos y tenían una vista muy
aguda, con grandes ojos para divisar mejor la comida desde el aire a distancia.
Aparecieron a finales del Triásico, y durante 166 millones de años, un poco
más que los dinosaurios, surcaron los cielos con éxito, sobre todo en el Jurásico
superior y Cretácico inferior.
Mucho antes de que existieran las primeras aves, los pterosaurios eran los
únicos vertebrados voladores. A los expertos les costó un poco aclarar esta
particularidad. Cuando se encontraron los restos del primer pterosaurio, los
científicos no acababan de entender a qué tipo de criatura pertenecían aquellos
huesos. Algunos expertos creyeron que eran los esqueletos de un criatura
marina, mientras que otros los atribuían a un animal volador. Tras observar
algunos de los huesos con atención, los científicos se pusieron de acuerdo en
que estos animales tenían que haber sido voladores. En efecto, se dieron
cuenta de que los huesos principales eran delgados y huecos y estaban llenos
de aire, lo que aligeraba considerablemente a los pterosaurios y les ayudaba a
levantarse del suelo.
Estos reptiles tenían huesos pectorales con el objeto de sujetar los músculos
que controlan los músculos de las alas. Algunos podían batir las alas; otros
simplemente planeaban.
Como los murciélagos actuales, las alas de los pterosaurios eran de piel y se
extendían entre sus cuerpos y el final de un cuarto dedo extremadamente
largo. Los otros tres dedos de cada mano formaban unas garras situadas en la
parte delantera de cada ala. Los animales que podían volar eran afortunados.
Podían pescar peces o atrapar insectos. También podían escapar volando de
los dinosaurios hambrientos, y anidar en las alturas.
Aunque todos volaban bien, los científicos no están seguros de cómo se
desenvolvían en tierra. Durante muchos años, se creyó que eran parecidos a
los murciélagos o a las aves, pero los especialistas se han dado cuenta de que
no se parecían a ningún otro tipo de animales conocido. Esto dificulta la
comprensión de cómo de movían, porque no hay ningún tipo de huesos con los
que compararlos. Estudiando cómo encajaban sus huesos, los paleontólogos ha
podido llegar a algunas conclusiones.
No todos vivieron en tierra sino en los árboles. Algunas especies
probablemente eran arborícolas, y se desplazaban como los actuales
murciélagos frugívoros, que se alimentan de fruta: colgados cabeza abajo y
agarrándose a las ramas. Los pterosaurios tenían diversas maneras de
elevarse.
Algunos probablemente corrían sobre sus patas traseras y saltaban para
elevarse.
Los que tenían unas alas enormes, las extendían, dejando que las corrientes
del aire los elevaran.
A veces el pterosaurio se posaba en el agua. Usaba la fuerza de las olas y el
impulso de sus patas, moviéndolas como las ranas, a fin de conseguir el
empuje necesario para emprender el vuelo.
Algunos tenían las patas palmeadas, muy similares a las de los patos, que les
facilitaban la natación.
Algunos científicos que los pterosaurios de cola larga pudieron haberla usado
como timón.
Los científicos pueden deducir cómo se alimentaba uno de estos animales
comparando sus mandíbulas, dientes, que casi todos los tenían, y tamaño
corporal con los de los animales actuales. También se puede deducir si era un
experto volador observando la envergadura de sus alas y sus músculos.
Los buenos voladores seguramente daban caza a sus presas en el aire.
Los expertos creen que algunos se zambullían directamente en el agua para
capturar peces, mientras que otros volaban cerca de la superficie del agua,
pescando con las mandíbulas abiertas. La mayoría de los pterosaurios
piscívoros tenían bolsas en la parte posterior de la garganta. En ellas quizá
almacenaban la comida, que llevaban al nido como los pelícanos actuales.
La mayoría de los pterosaurios se tragaban a sus presas con tanta rapidez
como podían, debido a que otros animales acechaban para robárselas. Esta
forma de comer tan precipitada les hacía tragar muchas materias imposibles de
digerir, como huesos, escamas y pieles duras que luego regurgitaban en forma
de bolitas como los búhos.
Probablemente los pterosaurios ponían huevos. El cuerpo del animal tenía
que ser ligero para poder volar, pero una hembra de pterosaurio con muchas
crías en su interior habría pesado demasiado. Los huesos tenían que ser
pequeños y ligeros. Estas dos razones hacen pensar a los expertos que ponían
sólo unos huevos pequeños.
Quizá alimentaban y protegían a sus crías igual que las gaviotas actuales
cuidan de sus polluelos en los acantilados. Al salir del cascarón, las crías no
podían volar porque su cabeza era demasiado grande y sus alas demasiado
pequeñas. Probablemente uno de sus progenitores les llevaba alimento y las
vigilaba hasta que sus alas eran lo bastante fuertes para volar y habían crecido
lo suficiente para defenderse solas.
Los reptiles actuales son animales de sangre fría. Tienen que esperar que el
sol caliente su cuerpo para que sus músculos funcionen. Las aves y los
mamíferos son animales de sangre caliente, pues su propio cuerpo produce el
calor necesario a partir de los alimentos que ingieren, por lo que disponen de
energía para moverse y pueden estar activos casi todo el día.
Dos pistas indican que los pterosaurios poseían sangre caliente. Seguro que
realizaban complicadas maniobras aéreas, para lo cual se necesitan músculos
activos y un gran cerebro, que sólo funcionan bien cuando están calientes. La
otra pista es que estaban recubiertos de pelo, como otros animales de sangre
caliente. Al principio, se creía de los pterosaurios tenían plumas para mantener
el calor, como las aves. Pero cuando unos paleontólogos descubrieron fósiles
de pterosaurio con rastros de pelos impresos en las rocas, comprendieron que
eso era lo que recubría el cuerpo de estos animales.
Nadie sabe por qué se extinguieron los pterosaurios. Quizá un enorme
meteorito chocó contra la Tierra, levantando nubes de polvo tan grandes que
oscurecieron el sol. Planeando por el aire frío, asfixiados por el polvo, estos
reptiles desaparecieron del planeta.
Tras un lento inicio, los buscadores de fósiles empezaron a encontrar fósiles
de pterosaurio en todos los continentes, excepto la Antártida. Así, estos reptiles
alados debieron de vivir en todo el mundo. Muchos de los fósiles están
perfectamente conservados, porque numerosos pterosaurios volaban junto a
las costas y sobre el mar, y al morir sus cuerpos quedaban enterrados
velozmente en la arena. Sus restos fosilizados se han encontrado sobre todo en
las canteras de Solnhofen, en Baviera, Inglaterra.
Hasta el momento se han descubierto unos 100 tipos distintos de
pterosaurio. Se dividen en dos grupos o subórdenes. El más antiguo se
denomina ramfarincoideos, que significa tipo del pico delgado, fáciles de
distinguir por sus dientes y su cola larga. El grupo más reciente se llama
pterodactiloides, que significa tipo con dedos en las alas, que se distinguen por
su cola muy pequeña o ausente, pocos dientes y por que la mayoría tenía
algún tipo de cresta.
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