el cuento de ana_Maquetación 1

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Ana
por Iratxe Arranz Melchor autora de la trilogía PARALELUM
Todos los niños
tienen superpoderes, solo hay que
buscarlos
Dibujo realizado por una niña,
con motivo del Día Internacional del Implante Coclear
Ana estaba algo nerviosa. Viajaba junto a sus padres en
coche hacia una nueva vida. Por motivos de trabajo, a
su padre, lo habían trasladado a otra ciudad.
Ana tenía la difícil tarea de hacer amigos en su nuevo
colegio, y eso la hacía sentir muy incómoda porque era
tímida y le costaba un montón hacer amigos.
Mirando a través de la ventana se preguntaba si en ese nuevo colegio tendría que contestar a las
mil preguntas curiosas sobre sus implantes.
Observando su reflejo en la ventanilla, supo que
si. No era nada malo y se propuso explicar pa‐
cientemente a sus compañeros la razón de por‐
qué llevaba unos raros aparatos colgando de su
cabeza y apoyados en sus orejas, que la permi‐
tían oir el mundo que la rodeaba. Aunque mu‐
chas veces también renegaba de ellos, porque
algunas veces le hacían sentir diferente y otras
porque no podía desenvolverse tan bien como
el resto, con una simple conversación.
La hora de regresar al colegio se acercaba y a
Ana no la hacía demasiada ilusión. En esos días
ordenó sus libros, colocó todo en su estuche, y
preparó su mochila.
Pilar pidió a todos que pensaran que super
poder tenían. Algunos enseguida descubrieron
el suyo, como correr a gran velocidad. Dar gran‐
des saltos, leer muchos libros, hablar sin parar,
poner caras graciosas, … A los que no sabían qué
decir, les ayudábamos a descubrir sus poderes,
como ser el más silencioso, el más alegre, el más
valiente, tener la mejor visión, … Fue un día fan‐
tástico lleno de emociones y Ana estaba encan‐
tada con Pilar y sus compañeros.
Mientras su padre y los chicos del camión de
mudanzas se apresuraban a descargar las cosas,
Ana y su madre aprovecharon para dar una pe‐
queña vuelta y así conocer el barrio. Era un
lugar tranquilo y agradable donde reinaba el si‐
lencio. Había muchos parques y jardines, y se
sentaron en un banco a la sombra de un gran
árbol, para tomar un refrescante helado.
Ya en el aula, Pilar presentó a Ana, y el resto se
fueron presentando uno a uno.
Como era de esperar, una niña le preguntó que
eran las cosas que llevaba en la cabeza. Ana ex‐
plicó al resto que no podía oir, y que gracias a
esos aparatos podía escucharles.
Pilar dio más explicaciones sobre lo que eran, y
terminó diciendo, casi en susurros, que Ana
El padre de Ana las avisó de que todas las cajas tenía el super poder de oir la caída de un hoja y
ya estaban en casa, y por fin entraron en su el llanto de un mosquito. Todos escuchaban en‐
nuevo hogar.
tusiasmados y Ana hacía sonreir a todos.
El primer trimestre pasó volando y disfrutaba
descubriendo el poder que tenían todas las per‐
sonas que venían al colegio. Todos los poderes
eran alucinantes. Había veces que podías cam‐
biar de un poder a otro, o incluso perderlo, pero
enseguida se recuperaba.
Cuando por fin entraron, a conocer lo que sería
su futuro hogar. Era una casa preciosa, pequeña
y acogedora. Los días siguientes los pasaron jun‐
tos colocando todas sus cosas.
Pilar también confesó que ella tenía el super
poder de hacer reir a cualquiera, y para demos‐
trarlo hizo cosquillas a la clase entera, que reía
a carcajadas sin poder parar.
Todas las personas eran maravillosas, aunque
Ana siempre pensaba que el poder más aluci‐
nante era el de ella porque era capaz de oir
cualquier cosa, hasta el llanto de un mosquito.
La noche anterior no pudo casi dormir.
Al día siguiente se despertó temprano, se pre‐
paró y ordenó todas sus cosas. Sus padres la
acompañaron al colegio y la presentaron a su
nueva maestra Pilar, que parecía alegre y muy
divertida. Al sonar el timbre los padres de Ana
El viaje se le estaba haciendo largo y pesado, se despidieron de ella. Pilar le dio la mano y Por la noche les contó todo a sus padres y estos
pero cuando llegaron, la estampa de su nuevo subió a su nueva clase, junto al resto de sus se mostraron muy contentos con lo que su hija
compañeros.
les contaba.
barrio no la defraudó.
Ana supo adaptarse enseguida gracias a una
compañera que tenía el poder de conocer cada
milímetro del colegio, sus rincones más secretos
y el nombre de cada uno de los que allí convi‐
vían.
Nota de la autora
Como madre y maestra, animo a todos los adultos
que busquen en cada niño, el super poder que
tienen en su interior.
En septiembre los niños acuden al colegio, al‐
gunos por primera vez y otros ya son vetera‐
nos.
Nunca debemos de olvidar que está en nues‐
tras manos hacer de su vida escolar, la mejor
de las experiencias. Como padres debemos
presentar al colegio como ese lugar lleno de ma‐
ravillas por descubrir, y como maestra, tenemos
la obligación de crear en nuestras aulas, la mejor
de las aventuras.
Tenemos que ser sus “pilares” y asegurar el factor hu‐
mano por encima de todo y hacer de las aulas un lugar
donde los niños acudan entusiasmados.
En los tiempos que corren, creo que lo más importante es ense‐
ñarles a vivir cooperando y no compitiendo entre ellos.
Próximamente publicación del desenlace de Paralelum en todas las librerías de Castro y Guriezo:
en CASTRO: Arte Libro Argenta Chus (I y II) Cuentacuentos Didactec! Margari
y en GURIEZO: Sueños de papel
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