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INTERNACIONAL
24/6/2016
Nº 187
Reino Unido y la Unión Europea tras el 23-J
¿LA CONLLEVANCIA COMO ÚNICA OPCIÓN?
Alfredo Crespo Alcázar, doctor por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
© Number 10. The Prime Minister's Office
“Vote Leave (take control)” ha derrotado a “Britain Stronger in Europe”. Con una participación
del 72,16%, el Brexit (52 vs. 48%) ha culminado con éxito un debate que se ha extendido
durante las últimas décadas en Reino Unido, pero que no puede decirse que haya concluido.
Se inaugura un periodo de incertidumbre política, económica y social en Europa.
David Cameron hace campaña en la Sede de B&Q, Eastleigh a favor de la permanencia en la UE.
Introducción. orígenes y manifestaciones de una relación conflictiva
“El euroescepticismo de Reino Unido no es nada nuevo. Esta actitud ha dominado la clase
política británica y los medios de comunicación desde los orígenes de las Comunidades Europeas en los años cincuenta. Incluso Tony Blair, el primer ministro que mejor ha entendido
la Unión Europea y que intentó liderarla en ámbitos como las reformas económicas, la ampliación al Este o la seguridad y la defensa, no fue capaz de ganar la batalla a la parte más
irracional del sentimiento euroescéptico. Por ello mantuvo a Reino Unido fuera del euro, no
solo por razones económicas sino también de cálculo político a corto plazo”.
José María de Areilza1
La relación de Reino Unido con la CEE-UE ha estado marcada por el debate permanente que, en numerosas ocasiones, ha mutado en abierta confrontación.
Puede afirmarse que la influencia de la “cuestión europea” ha resultado transversal, afectando y dividiendo a los dos grandes partidos políticos, Partido Conservador y Partido Laborista. Este fenómeno cobró máximo protagonismo tras el
anuncio efectuado por David Cameron (enero de 2013) de convocar un referendo
in vs out, acompañado de una propuesta de renegociación previa de la posición de
Reino Unido en la UE, siempre y cuando ganara las elecciones de 2015.
Cuando al término de la Segunda Guerra Mundial se puso en marcha el proceso
de integración europea, Reino Unido se excluyó deliberadamente del mismo, si bien
los “Padres Fundadores” de las Comunidades Europeas no rechazaron la posibilidad
de que pudiera unirse en algún momento2. Para justificar su renuncia, el gobierno
laborista de Clement Attlee (1945-1951) esgrimió como razón principal, además de
su desconfianza hacia las instituciones supranacionales, una suerte de incompatibilidad entre la finalidad del proyecto europeo y sus planes de transformación de la
1
De Areilza, José María: “La Unión Europea de 2010”. Cuadernos de Pensamiento Político, num. 24, FAES,
Madrid, octubre 2009, p. 37.
2
Monnet, Jean: Los Estados Unidos de Europa han comenzado. La Comunidad Europea del Carbón y del Acero.
Discursos y alocuciones 1952-1954. Encuentro, Madrid, 2008, págs. 47 y 49.
2
“En el pensamiento de Churchill, la unidad europea era contemplada
como una herramienta para poner fin a las guerras continentales
y contener el comunismo soviético”
sociedad británica, centrados en la construcción y desarrollo del Estado de Bienestar. Esta aspiración laborista había sido fundamental para vencer en las elecciones
de 1945 al Partido Conservador liderado por Winston Churchill.
Así, el gobierno laborista concedió prioridad a la agenda doméstica, de tal manera que en el panorama internacional fue Winston Churchill (líder del Partido Conservador) quien cobró el máximo protagonismo, participando activamente en las
reuniones del Movimiento Europeo e insistiendo en la necesidad de la unidad europea, como reflejó por ejemplo en sus discursos de Fulton (5 de marzo de 1946)
y Zúrich (19 de septiembre de 1946)3.
En el pensamiento de Churchill, la unidad europea era contemplada como una
herramienta destinada a poner fin a las guerras continentales y a contener la expansión del comunismo soviético. Además, el citado político tory4 proyectaba una
imagen excesivamente grandilocuente de Reino Unido, asociada a su imperio, a la
lengua inglesa y a la “relación especial” con Estados Unidos.
De hecho, una vez que los tories regresaron al gobierno británico (1951) con
Winston Churchill como Primer Ministro, este no realizó tentativa alguna de unirse
3
Becerril, Belén (ed): Europa unida. Dieciocho discursos y una carta. Editado por Encuentro, Madrid, 2016,
208 páginas.
4
Tory es el apelativo con que se conoce en Reino Unido a quienes forman parte o apoyan al Partido Conservador. En ningún caso es un término con connotaciones despectivas o peyorativas. Resulta recurrente
encontrar en la prensa o en estudios académicos, expresiones como “Tory Party” para referirse al Partido
Conservador. Nosotros lo emplearemos a lo largo de este artículo con la finalidad reseñada: aludir a miembros o simpatizantes del Partido Conservador, tanto en singular, como en plural (tories).
3
a la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA). Posteriormente, cuando
se proyectó la creación de la CED (Comunidad Europea de Defensa), el gobierno
británico apostó por la OTAN como la única organización capacitada para asegurar la defensa occidental. En esta última idea han insistido los partidarios del Brexit durante las últimas semanas, destacando al respecto personalidades como
Liam Fox (ministro de Defensa entre 2010 y 2011) y Lord David Owen (ministro
de Asuntos Exteriores, entre 1977-1979, bajo el gobierno laborista de James Callaghan).
Posteriormente, en la Conferencia de Messina (1955), donde se establecieron
las bases para la creación de la Comunidad Económica Europea (CEE), Reino Unido
(bajo el gobierno conservador de Anthony Eden) renunció, de nuevo voluntariamente, a formar parte del proyecto de integración europea. Además, puso en marcha la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés),
basada esencialmente en el libre comercio de productos industriales y en la que
no cabía autoridad supranacional alguna.
Sin embargo, el deficiente funcionamiento de esta organización, unido al menor
crecimiento de la economía británica en comparación con la de los países de la
CEE, factores a los que cabría sumar la consumación del proceso de descolonización y un cierto distanciamiento con respecto a Estados Unidos, motivaron la primera solicitud británica de adhesión a la CEE (1963), bajo el gobierno conservador
de Harold MacMillan.
Esta aspiración británica fue vetada por Charles de Gaulle, fenómeno que se
repitió posteriormente con la solicitud formulada por el gobierno laborista de Harold Wilson (1967). Cabe añadir que ambas peticiones de entrada estuvieron
guiadas por una percepción un tanto subjetiva, por parte del gobierno británico,
acerca de la verdadera naturaleza y objetivos de la CEE, en función de la cual minimizaban los componentes supranacionales implícitos en el proceso de integración europea.
4
“Las relaciones constructivas con la UE durante los gobiernos laboristas
de Blair y Brown no se tradujeron ni en la aceptación del euro
ni en la ratificación de la Constitución Europea”
La incorporación de Reino Unido a la CEE
Esta se produjo en 1973, bajo el gobierno conservador de Edward Heath, en un momento en que el Partido Conservador era considerado The party of Europe, definición a la que los tories han hecho referencia históricamente (también con motivo
del referendo de 23 de junio), ya que les diferenciaba del Partido Laborista. Esta
última formación, bajo el liderazgo de Hugh Gaitskell, no había apoyado la solicitud de entrada efectuada por el gobierno de Harold MacMillan en 1963. Posteriormente, Harold Wilson prometió renegociar los términos de entrada en la CEE
y someter el acuerdo a referendo, una estrategia que muestra ciertas similitudes
con respecto a la seguida por David Cameron a partir de enero de 2013.
En efecto, Wilson perseguía, además de un mejor acuerdo de su país con la
CEE, zanjar la división existente en el laborismo por la “cuestión europea”, con un
ala izquierda hostil al Mercado Común ya que lo consideraba excesivamente capitalista y un obstáculo para la soberanía británica.
El éxito de la estrategia seguida por Wilson resultó limitado. Así, aunque ganó las
elecciones de octubre de 1974, renegoció con la CEE y logró un acuerdo positivo que
se tradujo en una victoria aplastante en el referendo de 1975, ello no supuso el fin
de la división laborista por la “cuestión europea”, sino que aquella se incrementó.
Ejemplo de ello fue el programa con el que concurrió a las elecciones de 1983, bajo
el liderazgo de Michal Foot, en el que abogaba por el abandono de la CEE5.
5
Labour Party (1983): The New Hope for Britain. http://www.politicsresources.net/area/uk/man/lab83.htm
(consultado el 21 de junio de 2016)
5
“La enumeración de los problemas derivados del abandono de la UE
es larga: riesgos para los empleos, empobrecimiento del país, descenso
de productividad y salarios y aumento de los precios”
Además, los tories resultaron fundamentales para que en el referendo de 1975
se produjera el triunfo del “SÍ” a la CEE, promocionando un mensaje eurófilo. Al
respecto, Margaret Thatcher (que se había convertido en la nueva líder del Partido
Conservador tras la derrota de Edward Heath en las elecciones de 1974), en su
artículo del 4 de junio en The Daily Telegraph titulado “The choice before us”, repasó las razones por las que su país debía permanecer en la CEE, describiendo
las consecuencias que se podrían derivar si finalmente triunfaba el abandono:
entre ellas, el descenso del nivel de vida de los británicos, la pérdida de puestos
de trabajo y la imposibilidad de acceder al mercado europeo6.
El 6 de junio de 1975, un día después de la celebración del referéndum, Thatcher concedió una entrevista a Montly News. En la misma analizó la victoria del “SÍ”
en los siguientes términos: “la gente votó para retener su poder en Europa y a través de Europa mantener su influencia en el mundo. Su mensaje claro y enfático
es que el espíritu de la nación para hacer frente a los nuevos retos todavía sigue
presente, una reserva de poder que todavía es capaz de hacer grande a Reino
Unido de nuevo”7.
6
Thatcher, Margaret: “The choice before us”. The Daily Telegraph, 4 de junio de 1975.
http://www.margaretthatcher.org/document/102701 (consultado el 21 de junio de 2016)
7
Thatcher, Margaret: “Message to Conservative Monthly News” (European referendum result), 6 de junio de 1975.
http://www.margaretthatcher.org/speeches/displaydocument.asp?docid=102705 (consultado el 21 de
junio de 2016)
6
Pragmatismo laborista, euroescepticismo Tory
El cambio de actitud del Partido Laborista hacia la CEE comenzó a producirse, aunque de manera gradual, a partir de la derrota electoral de 1983. La razón principal de este viraje ideológico tuvo que ver con que el objetivo de la unión económica
conllevaba también la defensa de una agenda social. El laborismo durante los gobiernos de Tony Blair (1997-2007) y de Gordon Brown (2007-2010) mantuvo unas
relaciones constructivas con la UE, si bien estas no se tradujeron ni en la aceptación del euro ni en la ratificación de la Constitución Europea.
Mientras tanto, el Partido Conservador a partir de los gobiernos de John Major
(1990-1992 y 1992-1997) adoptó un enfoque cada vez más beligerante hacia la
UE. Las opiniones de personalidades eurófilas tories (Michael Heseltine, Ken
Clarke o Geoffrey Howe) ocuparon un rol marginal, que se acentuó durante la etapa
en la oposición al “Nuevo Laborismo” de Blair8.
En consecuencia, dentro del Partido Conservador se hicieron dominantes tesis
como la expresada por Michael Howard en 1997: “los pueblos de Europa claramente tienen intereses comunes. Ellos también tienen tradiciones y raíces culturales comunes. Es su diversidad cultural lo que da a Europa su rica herencia.
Europa no es una nación y es peligroso que Europa aspire a las parafernalias y funciones de la estatalidad mientras carece de una nacionalidad real. Intentar construir nuevas instituciones o intentar transferir amplios abanicos de poderes desde
instituciones de larga tradición hacia unas nuevas finalizará en desastre si esas
nuevas instituciones no son capaces de tener el consentimiento incondicional de
aquellos a quienes supuestamente sirven”9.
8
Holmes, Martin: Wiliam Hague s european policy. The Bruges Group, Londres, marzo de 2000. http://www.
brugesgroup.com/media-centre/papers/8-papers/791-william-hague-s-european-policy (consultado el 21
de junio de 2016)
9
Howard, Michael: The future of Europe. Policy Studies num. 152, Centre for Policy Studies, Londres, 1997, p. 4.
7
“El Primer Ministro ha anunciado que dimitirá, probablemente con motivo
de la celebración de la próxima Conferencia Anual del Partido Conservador,
prevista para otoño”
Así, durante los liderazgos de William Hague (1997-2001), Iain Duncan-Smith
(2001-2003) y Michael Howard (2003-2005), los tories promovieron una visión apocalíptica del proceso de integración europea, considerando que este tenía como meta
la creación de un super-Estado europeo que fagocitaría a los Estados-nación. En función de esta forma de argumentar, se presentaron como los únicos defensores de la
soberanía e independencia británica. Sin embargo, esta suerte de “mesianismo” no
se tradujo en réditos electorales, de tal modo que el Partido Laborista se convirtió en
el “Partido Natural de gobierno”10, etiqueta que históricamente había monopolizado
el Partido Conservador, el cual fue caracterizado como The Nasty Party.
El liderazgo de David Cameron
Accedió al liderazgo del Partido Conservador en diciembre de 2005. Desde que
presentó su candidatura para suceder a Michael Howard, David Cameron trató de
que “Europa” no monopolizase su discurso, consciente de lo negativo que ello
había resultado para su formación en los años previos.
Al respecto, David Cameron se mostró como un europragmático, contrario a que
Reino Unido adoptara el euro y partidario de convocar un referendo sobre la Constitución Europea. Además, prometió algunas medidas contundentes que no le suponían un excesivo desgaste, como por ejemplo retirar al Partido Conservador del
Grupo Popular Europeo en el Parlamento Europeo, “aspiración” de numerosos to10
Véase Bogdanor, Vernon: Britain and the 20th century: a new consensus? 1990-2001. Gresham College
Lecture, 22 de mayo de 2012. http://www.gresham.ac.uk/lectures-and-events/britain-in-the-20th-centurya-new-consensus-1990-2001 (consultado el 21 de junio de 2016)
8
ries pero que contó con el rechazo de algunos otros como Chris Patten (ex comisario europeo), Michael Heseltine, y también de europarlamentarios como Caroline
Jackson o Christopher Beazley11.
Esta medida la consumó Cameron tras las elecciones europeas de 2009, en las
cuales el Partido Conservador resultó la formación más votada en Reino Unido, fenómeno que, en cierta medida, anticipaba un cambio de gobierno para 2010. Este
se produjo, aunque no ligado a una victoria por mayoría absoluta, por lo que se hizo
necesaria la coalición con los liberales-demócratas.
Este último aspecto influyó de forma significativa en la actitud que David Cameron adoptó hacia la UE y que culminó en enero de 2013, con su promesa de
referendo in vs out, medida que le venían exigiendo desde tiempo atrás diversos
sectores académicos, políticos y económicos, bajo la justificación de que los británicos no habían dado su consentimiento a que Bruselas les gobernara12.
Asimismo, conforme se fue desarrollando esta primera legislatura de David Cameron como Primer Ministro se produjo el incremento del protagonismo de UKIP
(por ejemplo, siendo el primer partido en las elecciones europeas de 2014), formación cuyo credo ideológico contenía un único asunto: el abandono de la UE. Alrededor de tal aspiración vertebró un discurso populista, eurófobo y xenófobo13.
11
Corbett, Richard: “Tories divisions on Europe leave them, and Britain, isolated”. Progress. Labour Progressives, 13 de mayo de 2009. http://www.progressonline.org.uk/2009/05/13/tory-divisions-on-europe-leavethem-and-britain-isolated/ (consultado el 21 de junio de 2016)
12
Van Randwyck, Hugo: EFTA or the EU. The Bruges Group, Londres, 2011, págs. 7-8. http://www.brugesgroup.
com/images/issues/alternatives_to_the_eu/efta_or_the_eu_pdf.pdf (consultado el 21 de junio de 2016)
13
Lawson, Neal: Europe as a good society. The joint transformation of the social democratic and European projects.
Social Europe Occasional Paper, 1 julio de 2013, p. 2. http://www.socialeurope.eu/book/op-1-europe-as-agood-society/ (consultado el 21 de junio de 2016) TODD, John: “UKIP: a very British insurgency?” British Politics Rewiew. Journal of the Bristish Politics, Norway, vol.8, núm.3, verano de 2013, p. 8. http://www.
britishpoliticssociety.no/British%20Politics%20Review%2003_2013.pdf (consultado el 21 de junio de 2016)
9
Paralelamente, el sector euroescéptico del Partido Conservador radicalizó su punto
de vista hacia la UE, produciéndose fugas de políticos tories hacia el partido de
Nigel Farage (por ejemplo, Roger Helmer).
La respuesta del Primer Ministro británico a esta suma de factores tuvo lugar
en enero de 2013 cuando prometió la celebración de un referendo de permanencia frente a abandono de la UE, previa renegociación, siempre y cuando obtuviera
la mayoría absoluta en las elecciones generales previstas para 2015. Las reacciones a este proceder fueron de diversa naturaleza, encontrando Cameron escasos apoyos. Estos últimos, paradójicamente, procedían de aquellos miembros del
Partido Conservador con actitudes más eurófilas, pese a que consideraban el referendo una herramienta peligrosa que pondría en riesgo la prosperidad-estabilidad-seguridad británica14.
Al respecto, cabe destacar a Conservative Europe Group (presidido por Ken
Clarke) que confiaba en la capacidad del Primer Ministro para obtener un acuerdo
satisfactorio para ambas partes, Reino Unido y la UE15. Asimismo, estos tories eurófilos entendieron la renegociación y el referendo como un instrumento con el
que zanjar los tópicos que durante muchos años se habían asentado en Reino
Unido sobre la Unión Europea, particularmente los relacionados con su falta de democracia y exceso de opacidad16.
14
Green, Damian: “Speech to Universities for Europe Launch”, 27 de julio de 2015. http://www.europeanmainstream.org.uk/wp-content/uploads/2015/07/Universities-for-Europe-Event-Final-27.07.15.pdf (consultado el 21 de junio de 2016)
15
Carmichael, Neil: “UK economic productivity: Why the European Union matters”. VV.AA: The UK and the EU:
making Britain stronger, Conservative European Mainstream, septiembre de 2015, págs. 15-18.
http://www.europeanmainstream.org.uk/wp-content/uploads/2015/08/CEM-FINAL.pdf (consultado el 21
de junio de 2016)
16
Walter, Robert: “Why our future is in Europe”. CEG Newsletter, febrero de 2013, págs. 4-5. http://www.conservativeeuropegroup.org.uk/wordpress/wp-content/uploads/2013/03/CEG-Newsletter-February-2013.pdf
(consultado el 21 de junio de 2016)
10
“El 52% vs 48% introduce abundantes interrogantes principalmente
al Partido Conservador, puesto que sus rivales muestran consenso en su
visión, favorable o contraria, del proyecto europeo”
Con todo ello, una vez realizada esta promesa, Cameron trató de que la “cuestión europea” no se convirtiera en el argumento distintivo de su partido de cara a
las elecciones de 2015. Por su parte, el Partido Laborista tampoco insistió en
este asunto más allá de reiterar que la estrategia seguida por el Primer Ministro
suponía un riesgo tanto para la economía británica como para las posibilidades del
país a la hora de desempeñar un rol relevante en el escenario internacional17.
Los resultados de las elecciones de mayo de 2015 otorgaron la mayoría absoluta al Partido Conservador. A partir de ese momento, David Cameron tenía que
cumplir su promesa, cuya primera etapa (noviembre de 2015) consistió en plantear su “agenda de exigencias” a la UE. Los socios comunitarios mostraron su
compromiso para alcanzar algún tipo de acuerdo que satisficiera las reivindicaciones británicas, conscientes de la importancia que para el proyecto europeo supondría la pérdida de uno de sus miembros de referencia. En este sentido, la
renegociación discurrió de manera amistosa y rápida, alcanzándose el acuerdo
final en el Consejo Europeo de 18-19 de febrero de 2016. Tras ello, el Primer Ministro anunció la fecha del referendo, el 23 de junio de 2016.
17
Véase, Mandelson, Peter: “Those who want to destroy Britain s influence in Europe got way with murder”,
31 de enero de 2013. http://www.socialeurope.eu/2013/01/those-who-want-to-destroy-britains-influencein-europe-got-away-with-murder/ (consultado el 21 de junio de 2016);
Miliband, Ed: “Britain s place in the European Union”. Social Europe, 13 de marzo de 2014. http://www.socialeurope.eu/2014/03/britains-place-european-union/ (consultado el 21 de junio de 2016)
11
“Apostar por una estrategia basada en el radicalismo no es la solución,
sino un ejemplo de irresponsabilidad política que puede ser imitada por
algunos dirigentes de otros Estados miembros”
La complejidad de cambiar mentalidades y conductas arraigadas
Esta ha sido una de las grandes lecciones derivadas del proceso que ha culminado
en la votación del 23 de junio. Obviamente, a UKIP resultaba complejo, como sinónimo de imposible, hacerle cambiar de opinión sobre la UE. Sin embargo, dentro del
Partido Conservador han proliferado quienes, aun reconociendo el esfuerzo del Primer
Ministro por alcanzar un acuerdo satisfactorio, entienden que el resultado final no fue
positivo, debido a lo que consideran “carácter irreformable” de la Unión Europea.
A modo de ejemplo de esta afirmación, Michael Howard, durante su conferencia en el think tank Politeia (marzo de 2016), expuso que el Partido Conservador
había ganado las elecciones de 2015 con un programa en el cual se comprometía a reducir la inmigración pero las normas de la UE le habían impedido implementar tal compromiso, añadiendo que “yo no culpo al Primer Ministro de esta
situación. Yo culpo a la obstinación de los otros Estados miembros que rechazan
la posibilidad de realizar una reforma”18.
En consecuencia, quienes abogaron por el Brexit emplearon un conjunto de argumentos complementarios que habían difundido y reiterado mucho antes de conocerse la fecha de la consulta y que vertebraron a partir de una serie de
conceptos que encerraban elevadas dosis de cortoplacismo y de nostalgia con
respecto a los años de la “Inglaterra victoriana”.
18
Howard, Michael: Time to leave. Politeia, 22 de marzo de 2016. http://politeia.co.uk/sites/default/
files/files/Speech%20to%20Politeia%20-%20Lord%20Howard%20-%2022nd%20March(1).pdf (consultado
el 21 de junio de 2016)
12
En primer lugar, las referencias constantes a la soberanía: la UE y la “burocracia de Bruselas” socavan la soberanía de Reino Unido y su independencia como
nación. Por tanto, el Brexit se ha equiparado con la recuperación de la soberanía
británica, capacitando al país para establecer alianzas, tratados y acuerdos con
quien considere pertinente. Además, los representantes políticos elegidos volverían a ser responsables ante el electorado19.
Al respecto, Michael Gove (ministro de Justicia) y una de los principales referentes del Brexit, establecía la siguiente contraposición cuando explicaba su postura: “Reino Unido tuvo el primer Parlamento libre, aseguramos que nadie fuera
detenido arbitrariamente, lideramos la abolición de la esclavitud y establecimos la
educación gratis para todos. En contraste, la Unión Europea, a pesar del indudable idealismo de sus fundadores y de las buenas intenciones de muchos de sus
líderes, ha fracasado en muchos frentes. El euro ha creado miseria para la gente
más pobre de Europa. La regulación de la UE ha consolidado el desempleo masivo.
Las políticas de inmigración de la UE han fomentado el tráfico de personas y han
traído campos de refugiados a nuestras fronteras”20.
En segundo lugar, el argumento de la seguridad: formar parte de la UE implica
un riesgo para la seguridad de Reino Unido. Esta afirmación ha cobrado máximo
protagonismo en el discurso pro-Brexit tras los atentados de París y Bruselas. Los
partidarios del abandono de la UE consideran el cierre de fronteras la solución
más eficaz. Junto a ello, añaden que la única organización susceptible de garantizar la seguridad de Reino Unido y de Europa es la OTAN.
19
Redwood, John: “We should restore our independent democracy”, 26 de abril de 2016. http://conservativesforbritain.org/2016/04/26/john-redwood-we-should-restore-our-independent-democracy/ (consultado el 21 de
junio de 2016); Baker, Steve: “It s time to take control from the EU”, 4 de abril de 2016. http://conservativesforbritain.org/2016/04/04/cfb-co-chairman-steve-baker-mp-its-time-to-take-back-control-from-the-eu/ (consultado el 21 de junio de 2016)
20
The Independent, 20 de febrero de 2016. http://www.independent.co.uk/news/uk/politics/eu-referendummichael-goves-full-statement-on-why-he-is-backing-brexit-a6886221.html (consultado el 21 de junio de 2016)
13
“El rechazo a lo que entienden una intromisión permanente en la vida
política británica de las instituciones comunitarias ha servido
de pegamento para unir posiciones antagónicas”
En tercer lugar, el Brexit como sinónimo de prosperidad: abandonar la UE implicará que Reino Unido podrá disponer libremente de la cantidad que anualmente
debe destinar al presupuesto comunitario. En consecuencia, ello le permitirá satisfacer adecuadamente las necesidades domésticas (Educación, Sanidad…). En
este sentido, Iain Duncan-Smith (ministro de Trabajo hasta marzo de 2016) definía a la UE como “fuente de injusticia social”21 y Bernard Jenkin (miembro de Conservatives for Britain) añadía que la UE y el euro habían dividido al continente entre
Estados miembros ricos y Estados miembros pobres22.
En cuarto lugar, el Brexit es apología de un peculiar internacionalismo: abandonar la UE no supondrá el aislamiento británico. Por el contrario, Reino Unido seguirá siendo un actor global principal, debido a la fortaleza de su entramado de
relaciones internacionales. En el proyecto del Brexit aparece el intergubernamentalismo como el eje que guiará las (futuras) relaciones exteriores. La influencia de
Reino Unido estaría asegurada a través de su presencia en organizaciones como
la OTAN, la ONU, el G-7, el G-20 y el FMI, como expresó Liam Fox en la entrevista
concedida a El Mundo el pasado mes de mayo23. Igualmente, la narrativa del Brexit conduciría a una “recuperación” de la Commonwealth.
21
La Vanguardia, 10 de mayo de 2016.
22
Jenkin, Bernard: “Why Brexit would be good for the United Kingdom”, 27 de abril de 2016. http://conservativesforbritain.org/2016/04/27/bernard-jenkin-why-brexit-would-be-good-for-the-uk/ (consultado el 21 de
junio de 2016)
23
El Mundo, 22 de mayo de 2016. http://www.elmundo.es/internacional/2016/05/22/57403775e5fdea514c8b
4605.html (consultado el 21 de junio de 2016)
14
“El todavía Primer Ministro, en su fallido intento por evitar el Brexit, ha
apelado a acciones que caen de lleno en el populismo más rancio,
como su visita a Gibraltar”
Asimismo, cabe resaltar que la suma de este conjunto de argumentos llevaron
a los partidarios del Brexit a cuestionar los logros históricos asociados al proceso
de integración europea (paz, prosperidad y seguridad)24.
La réplica a estos argumentos: Britain Stronger in Europe
Quienes han defendido la permanencia de Reino Unido en la UE han respondido
con una serie de argumentos también complementarios. En primer lugar, subrayaron la trascendencia de la UE a la hora de generar estabilidad en Europa. Alan
Johnson (director de la campaña Labour in For Britain), señaló durante su intervención en Chatham House (octubre de 2015) que la CEE-UE había resultado determinante en la democratización de las sociedades del Este y del Sur de Europa.
Además, ante los retos actuales (radicalismo religioso o el cambio climático) había
desarrollado un rol de líder25.
Este argumento se completaba con asociar la presencia en la UE con una mejora de la economía británica y de los derechos de los trabajadores. A este binomio aludieron David Cameron y el exlíder sindical Brendan Barber en su artículo
24
Sked, Alan: “Why Britain really joined the EU and should now vote to leave it”, 12 de mayo de 2016. http://
www.cityam.com/240870/why-britain-really-joined-the-eu-and-should-now-vote-to-leave-it (consultado el 21
de junio de 2016)
Howarth, Gerald: “Join us to campaign for Brexit”, 11 de mayo de 2016. http://www.conwayfor.org/sir_gerald_howarth_mp_join_us_to_campaign_for_brexit (consultado el 21 de junio de 2016)
25
Johnson, Alan: “Britain s place in Europe. Why the future lies in the EU”, 20 de octubre de 2015.
https://www.chathamhouse.org/sites/files/chathamhouse/Chatham%20House%20-%20Speech.pdf (consultado el 21 de junio de 2016)
15
conjunto para The Guardian26. En el mismo, enumeraron los problemas derivados
del abandono de la UE en forma de riesgos para los empleos, empobrecimiento
del país, descenso de productividad y salarios y aumento de los precios.
Además formar parte de la UE conllevaba un mayor liderazgo británico en los
asuntos internacionales. Finalmente, David Cameron había venido identificando al
patriotismo como argumento a favor del Remain27.
Sin embargo, una vez conocidos los resultados (52% vs 48%), con una participación del 72,16%, quienes han promocionado el Brexit han culminado con éxito
un debate que se ha extendido durante las últimas décadas en Reino Unido, pero
que no puede decirse que haya concluido. Vote Leave (take control) ha derrotado
a Britain Stronger in Europe.
Tras el referendo, la controversia se traslada a otros escenarios
A pesar de que Reino Unido dejará de ser Estado miembro de la UE, el debate
sobre la “cuestión europea” no se ha cerrado y sus consecuencias están aún por
determinarse, si bien la primera de ellas ha sido contundente. En efecto, el Primer
Ministro ha anunciado que dimitirá, probablemente con motivo de la celebración
de la próxima Conferencia Anual del Partido Conservador, prevista para otoño.
En su alocución para explicar la derrota, Cameron ha recurrido a un buen número de tópicos, empezando por el mantra de que está orgulloso por haber per-
26
Cameron, David y Barber, Brendan: “On Europe even can agree: for British workers it s better in”. The
Guardian, 27 de abril de 2016. http://www.theguardian.com/commentisfree/2016/apr/27/david-cameron-brendan-barber-europe-british-workers-brexit (consultado el 21 de junio de 2016)
27
“PM speech on the UK s strength and security in the EU”, 9 de mayo de 2016. https://www.gov.uk/government/speeches/pm-speech-on-the-uks-strength-and-security-in-the-eu-9-may-2016 (consultado el 21 de
junio de 2016)
16
“El SNP ha lanzado un primer aviso: el 62% de los escoceses ha votado por
continuar en la UE. Alex Salmond se ha visto legitimado para afirmar que
debe celebrarse un segundo referendo por la independencia”
mitido que sus compatriotas se expresaran libremente, al que siguió un breve alegato en el que enfatizó la capacidad de su país para sobrevivir fuera de la UE28.
El 52% vs 48% introduce abundantes interrogantes que atañen principalmente
al Partido Conservador puesto que sus rivales (laboristas, liberales, UKIP y, aunque en otro escenario, Scottish National Party) muestran consenso en su visión
acerca de lo que implica el proyecto europeo, sean favorables o contrarios al
mismo.
A favor de los tories, y siempre pensando en el corto-medio plazo, solo juega que
el rearme ideológico del Partido Laborista resulta escasamente solvente en la actualidad. Los continuados guiños que hace Jeremy Corbyn a la izquierda populista
que ha irrumpido en Europa resultan tan mediáticos como poco certeros si el objetivo radica en llegar al número 10 de Downing Street. Dicho con otras palabras:
mostrar mayor aprecio por los tiempos de Michael Foot que por los de Tony Blair,
puede abocar al laborismo a la oposición permanente.
Durante el desarrollo de la reciente campaña, Labour Leave, la plataforma del
Partido Laborista que reclamaba el abandono de la UE, ha recurrido a una narrativa que guarda semejanzas con aquella que empleó la izquierda laborista hostil
a la CEE en el referendo de 1975, si bien adaptada al siglo XXI. Sin embargo, no
ha logrado que los principales sindicatos del país, como UNISON, apoyaran el Bre-
28
The Guardian, 24 de junio de 2016. http://www.theguardian.com/politics/live/2016/jun/23/eu-referendum-result-live-counting-leave-remain-brain-in-europe (consultado el 24 de junio de 2016).
17
“La ‘conllevancia’ quizás resulte el concepto más riguroso
para caracterizar la relación entre Reino Unido y la UE, tanto
en el pasado como con vistas al futuro”
xit, a pesar de haber difundido el mensaje de que la UE menoscaba los derechos
de los trabajadores, como ha repetido el laborista John Mills29.
Así, además de señalar las consecuencias perniciosas que para los derechos
de los trabajadores británicos se derivan de la pertenencia a la UE, han añadido
algunos otros componentes que relacionan a Labour Leave con postulados de izquierda ciertamente anacrónicos. En este sentido, destaca la visión negativa que
han proyectado del TTIP, caracterizándolo como un instrumento al servicio de las
corporaciones de Estados Unidos y contrario a los intereses de los trabajadores
y pequeños empresarios30.
Lo sorprendente es que este discurso ha compartido espacio sin generar polémica con el difundido por personalidades tories cuyas credenciales a favor del
libre comercio no admiten dudas (como John Redwood o Bill Cash, ambos integrantes de Conservatives for Britain). El rechazo a lo que entienden una intromisión permanente en la vida política británica por parte de las instituciones
comunitarias (en particular, de la Comisión Europea), enlazando de este modo con
una visión decimonónica (y por tanto obsoleta) de la soberanía nacional, ha servido de pegamento para unir posiciones antagónicas, incluso contra natura.
29
Mills, John: “I used to be pro-EU but this is why I m voting Brexit”. The Express, 26 de mayo de 2016.
http://www.express.co.uk/comment/expresscomment/674187/EU-referendum-Labour-Leave-John-Mills-superstate-near-Brexit-European-Union (consultado el 21 de junio de 2016)
30
Hoey, Kate: “Why leaving the EU is a left-wing move”. The Independent, 9 de octubre de 2015. http://www.independent.co.uk/voices/labour-mp-kate-hoey-why-leaving-the-eu-is-a-left-wing-move-a6687936.html (consultado el 21 de junio de 2016)
18
Este rasgo les ha llevado a proponer un mansaje catastrofista pero exitoso si
tomamos como criterio el resultado final de la consulta, basado en negar que la
UE haya generado prosperidad y bienestar para Reino Unido y en reiterar que
avanza hacia la creación mega-Estado. Junto a ello, han magnificado el rol global
que debe desempeñar Reino Unido, premisa un tanto alejada de la realidad31.
Las consecuencias de una estrategia errónea y cortoplacista
En cuanto a David Cameron, la principal lección que debería haber extraído tiene
que ver con cuál debe de ser el modus operandi correcto para afrontar la “cuestión
europea”. Dicho con otras palabras: apostar por una estrategia basada en el radicalismo no es la solución, sino un ejemplo de irresponsabilidad política que puede
ser imitada por algunos dirigentes de otros Estados miembros, deseosos de celebrar una consulta idéntica a la que ha tenido lugar en Reino Unido el 23 de junio.
Desde que se comprometió a celebrar un referendo hasta que finalmente este ha
tenido lugar, los miembros de su partido contrarios a la UE le han desafiado constantemente, desacreditándolo en ocasiones. Como ya avisó John Major en febrero
de 2013, la relación de su país con la UE había envenenado la política británica en
las últimas décadas32, por lo que difícilmente el referendo podría hacer cambiar de
opinión a aquellos tories “con cabeza conservadora pero corazón de UKIP”33.
Durante estos meses, en particular a partir de febrero del año en curso, los apoyos
que ha encontrado David Cameron en el exterior, por ejemplo el de Barack Obama, adop-
31
Moreno Fernández, Luis: Europa sin Estados. Unión política en el (des)orden global. Catarata, Madrid, 2014,
p. 74.
32
The Daily Mail, 14 de febrero de 2013. http://www.dailymail.co.uk/news/article-2278751/Sir-John-Majorwarns-Conservative-Eurosceptics-quiet-Britain-end-leaving-EU.html (consultado el 21 de junio de 2016)
33
The Telegrah, 14 de febrero de 2013. http://www.telegraph.co.uk/news/politics/9870188/Sir-John-Majorsays-EU-referendum-will-cleanse-politics.html (consultado el 21 de junio de 2016)
19
taron una línea argumental sin fisuras: el proyecto europeo será más fuerte con Reino
Unido dentro, tesis que Estados Unidos venía sosteniendo desde tiempo atrás34. De
hecho, así lo reflejó el Presidente norteamericano durante su visita a Londres del pasado mes de abril, lo que le valió las críticas de, entre otros, Boris Johnson y Liam Fox.
La respuesta de ambos tories, aunque contundente, describió la concepción negativa que sobre la UE predomina en amplios sectores del Partido Conservador (e
incluso de la sociedad británica), en función de la cual, Johnson de manera retórica se preguntaba “¿puedes imaginar a los americanos sometiendo su democracia al tipo de régimen que tenemos en la Unión Europea?”35, organización a la que
Fox, por su parte, calificaba de anacrónica y formada por una burocracia que roba
a los Estados miembros su democracia36.
El todavía Primer Ministro, en su fallido intento por evitar el Brexit, ha apelado a acciones que caen de lleno en el populismo más rancio, como su visita a Gibraltar, dentro de una campaña en la que la irracionalidad tuvo cabida con el asesinato de Jo Cox.
Igualmente, emplear el miedo como herramienta no solo ha tenido cabida entre
los partidarios del Brexit, sino que algo similar han hecho los partidarios de Remain. Estos últimos han sobredimensionado la amenaza de Rusia y del terrorismo
yihadista, sin olvidar que han vinculado el abandono de la UE con la ruptura de
Reino Unido debido a la posible celebración de un segundo referendo en Escocia.
34
Cramme, Olaf y Liddle, Roger: “Events, Mr. Cameron, events”. Policy Network, 10 de febrero de 2011.
http://www.policy-network.net/pno_detail.aspx?ID=3960&title=Events%2c+Mr+Cameron%2c+Events (consultado el 21 de junio de 2016)
35
Johnson, Boris: “Americans would never accept EU restrictions, so why should we?”. The Daily Telegraph,
16 de marzo de 2016. http://www.telegraph.co.uk/news/newstopics/eureferendum/12192893/Americans-would-never-accept-EU-restrictions-so-why-should-we.html (consultado el 21 de junio de 2016)
36
Fox, Liam: “Americans would never submit to foreign rule, unlike us”, 25 de marzo de 2016. http://www.conservativewoman.co.uk/fox-on-friday-americans-would-never-submit-to-foreign-rule-unlike-us/ (consultado el
21 de junio de 2016)
20
“El Brexit ha asestado un golpe, cuyas dimensiones están aún
por calibrar, a un proyecto de integración europea que se halla cada
vez más distanciado de los ciudadanos”
Esto último, que implicaba entrar en el terreno de la especulación intencionada,
ahora se plantea como una hipótesis real que amenaza con complicar a aún más
las negociaciones para formalizar el abandono de la UE.
En efecto, aunque el Scottish National Party (SNP) se comprometió a aceptar el
veredicto expresado por sus compatriotas en el referéndum de 18 de septiembre
de 2014, las reiteradas declaraciones de Nicola Sturgeon y el manifiesto para las
elecciones al Parlamento escocés, celebradas el 5 de mayo de 2016, reflejaron
una ambigüedad calculada por parte del nacionalismo. La lectura del programa
electoral sugiere pensar que los acontecimientos podrían ser complejos, puesto
que, si por un lado se habla de la independencia como la mejor opción para el futuro de Escocia, por otro lado se añade seguidamente que “si se produce un cambio significativo con respecto a las circunstancias que prevalecían en 2014, tales
como que Escocia quede fuera de la UE contra su voluntad, el Parlamento escocés debería tener competencia para establecer un nuevo referendo”37.
Conforme se ha ido acercando la fecha de la votación, el nacionalismo escocés
ha clarificado más si cabe su postura. Así, para Nicola Sturgeon si en Escocia
triunfaba el Brexit, las opciones de un segundo referendo desaparecerían del horizonte político38. Por ello, la Ministra Principal instó a sus compatriotas a votar a
favor de seguir en la UE.
37
Scottish National Party (2016): Stronger for Scotland. http://www.snp.org/manifesto (consultado el 21 de
junio de 2016)
38
Sturgeon, Nicola: “If you are voting with independence in mind this Thursday, vote Remain”, 19 de junio de
2016. http://www.snp.org/if_you_re_voting_with_independence_in_mind_this_thursday_vote_remain (consultado el 21 de junio de 2016)
21
Conocidos los resultados, el SNP ha lanzado un primer aviso, apelando exclusivamente a los datos: el 62% de los escoceses ha votado por continuar en la UE,
esto es, más de 1,5 millones se han declarado a favor del Remain39. Asimismo,
Alex Salmond se ha visto legitimado para afirmar que debe celebrarse un segundo
referendo por la independencia40.
En cuanto al Partido Laborista, los resultados del referendo no afectarán sustancialmente a su organización interna, debido al consenso que ha primado sobre
la necesidad de seguir formando parte de la UE. Sin embargo, a partir de ahora,
el Partido Conservador afronta un escenario complejo a corto plazo. El 23 de junio
simplemente ha descrito con fidelidad la división que existe en su seno acerca de
la “cuestión europea”. David Cameron ha contado con el apoyo de George Osborne y Theresa May, hasta hace bien poco aspirantes potenciales a sustituirle al
frente de la formación de cara a las siguientes elecciones.
Osborne y May han mostrado más pragmatismo y realismo que eurofilia, siendo
los responsables de dos de los ministerios, Economía e Interior, que en mayor medida estaban expuestos a las críticas de los pro-Brexit. Junto a ambos, otra alternativa nada descartable de cara a asumir el liderazgo tory es Boris Johnson, con
lo cual, si nos atenemos a la visión que este ha proyectado de la UE, no solo con
motivo de este referendo sino de manera histórica (por ejemplo, cuando tuvo lugar
la aprobación del Tratado de Maastricht, se refirió a la existencia de un Plan Delors para gobernar Europa)41, cabe pensar que la polémica, como sinónimo de conflicto, estaría asegurada entre Londres y Bruselas.
39
Furby, Liam: “Scotland voted to remain in the EU: what you need to know”, 24 de junio de 2016.
http://www.snp.org/scotland_voted_to_remain_in_the_eu_what_you_need_to_know (consultado el 24 de
junio de 2016)
40
The Guardian, 24 de junio de 2016. http://www.theguardian.com/politics/live/2016/jun/23/eu-referendum-result-live-counting-leave-remain-brain-in-europe?page=with:block-576cde2ee4b030d83eb4a1a7#block576cde2ee4b030d83eb4a1a7 (consultado el 24 de junio de 2016)
41
Lloyd, John y Marconi, Cristina: Hablemos de Europa. Editado por RIALP, Madrid, 2015, p. 116.
22
Así, pese a la contundencia que supone adoptar una medida como la celebración de un referendo, a David Cameron no se le puede tachar de político hostil
hacia la UE. No obstante, tampoco cabe calificarlo de eurófilo, pues en todo momento ha considerado que el proceso de integración europea debe guiarse exclusivamente por parámetros económicos/comerciales, reduciendo al máximo las
cesiones de soberanía a las instituciones comunitarias.
De hecho, conforme se aproximó el 23 de junio, enfatizó las ventajas (económicas y sociales) que acarreaba formar parte de la UE, evitando formular críticas
contundentes a su desarrollo institucional, como ilustró su discurso ante el Foro
Económico Mundial (17 de mayo de 2016) o el artículo, firmado junto con George
Osborne, en The Telegraph, cuyo título resulta de lo más significativo: “Brexit would
put our economy in serious danger”.
En el mismo, ambos políticos hacían hincapié en que, una vez fuera de la UE, establecer una nueva relación con esta resultaría muy complicado, puesto que exigiría el acuerdo de los 27 Estados miembros. Además, Reino Unido se vería obligado
a negociar acuerdos comerciales con aquellos países, que cifraron en más de 50,
con los que hasta ahora canalizaba sus relaciones a través de la Unión Europea42.
En definitiva, la “conllevancia” quizás resulte el concepto más riguroso para caracterizar la relación entre Reino Unido y la UE, tanto en el pasado como con vistas al futuro. En el interior del país, la “cuestión europea” seguirá siendo, como
la definió el profesor Vernon Bogdanor, una “cuestión tóxica” por su capacidad divisiva dentro de los partidos políticos43, de tal manera que la dialéctica, tan ca-
42
Cameron, David y Osborne, George: “Brexit would put our economy in serious danger”. The Telegraph, 22
de mayo de 2016. https://www.gov.uk/government/speeches/brexit-would-put-our-economy-in-serious-danger-article-by-david-cameron-and-george-osborne (consultado el 21 de junio de 2016)
43
Bogdanor, Vernon: Britain and the continent. Gresham College Lecture, 17 de septiembre de 2013.
http://www.gresham.ac.uk/lectures-and-events/britain-and-the-continent (consultado el 21 de junio de 2016)
23
racterizadora de la reciente historia política británica, entre quienes sostienen que
el futuro de Reino Unido reside en ser parte de la UE y quienes opinan justamente
lo contrario, se mantendrá inalterable a pesar del Brexit44.
El Brexit, igualmente, ha asestado un golpe, cuyas dimensiones están aún por
calibrar, a un proyecto de integración europea que se halla cada vez más distanciado de los ciudadanos y que con demasiada frecuencia recurre al cortoplacismo
como fórmula para afrontar los desafíos inmediatos. Como señala la profesora
María Clara Pérez Vila, “construir la Europa del siglo XXI no parece, en efecto, tarea
fácil. Intereses particulares de países miembros de la Unión, afloran con cierta
agresividad; el desarrollo del grado de convicción sobre principios de unidad y solidaridad, no se muestra suficientemente sólido; ni se considera el beneficio, que
el ejercicio de esos principios podrían reportar a los pueblos del Viejo Continente.
Ciertamente, al ser humano le lleva mucho tiempo aprender la lección de la historia, y hacerla suya”45.
44
George, Stephen: The intellectual debate in Britain on the European Union. Research and Policy Paper num.5,
editado por Notre-Europe, París, 1998, p. 6. http://www.delorsinstitute.eu/011-1258-The-intellectualdebate-in-Britain-on-the-European-union.html (consultado el 21 de junio de 2016)
45
Pérez Vila, María Clara: Europa. Una esperanza (reflexiones). Editado por Unión Editorial, Madrid, 2013,
p. 146.
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