Contra la legalización de las drogas FUENTE

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Contra la legalización de las drogas FUENTE
Cierto malestar ha causado mi artículo publicado en La Voz Libre y en este blog donde hablo de
prohibir el tabaco. Alguna gente me ha insultado (ya estoy acostumbrado), ha hablado de
“puritanismo fanático”, lo ha comparado con legislar contra la sodomía (¿?) o directamente ha
dicho que ya no piensan leer nunca más el blog. Sabía que este tema despertaba reacciones
virulentas, pero no esperaba algo así.
A algunos de los que me siguen habitualmente les ha extrañado mi postura en este asunto. Les
choca que un defensor de la libertad hable de prohibir. Lo políticamente correcto, sobre todo
en círculos intelectuales, es estar a favor de la legalización de las drogas. Por ejemplo, Mario
Bunge, Fernando Savater o Mario Vargas Llosa defienden esa postura. Llama la atención que, a
pesar de que estos autores lo ven tan claro, ningún Estado se haya animado a seguir sus sabios
consejos. En mi opinión la legalización es un disparate.
Estoy en contra de las drogas (de todas ellas, también de las que son legales) porque limitan la
libertad del ser humano. Las adicciones destruyen el libre albedrío de la persona. Un adicto se
levanta por la mañana y lo primero que piensa es en consumir. Los que están enganchados a
las llamadas drogas “duras” suelen acabar en la cárcel porque tarde o temprano se ven
obligados a cometer un delito para conseguir dinero y así pagarse su adicción. Las drogas solo
provocan dolor, muerte y sufrimiento.
Son muy ingenuos los que piensan que la legalización mejoraría las cosas. Los traficantes
comprarían la droga vendida legalmente, la adulterarían y la venderían más barata. Cuanto
más fácil sea el acceso a esas sustancias más adictos habrá. Si algún Estado hiciera caso a los
que defienden la legalización aumentaría el número de consumidores, sobre todo entre los
jóvenes, y deberíamos gastarnos un dineral después para rehabilitarlos e integrarlos de nuevo
en la sociedad. Muchos morían en el camino. Al final las drogas se volverían a prohibir.
Publicado por Roberto Augusto
47 comentarios:
Luis Tovar28 de marzo de 2013 15:27
Hola, Roberto.
Me parece que éste es un tema muy complejo y habría que analizar todos los factores antes de
exponer un conclusión definitiva. Yo comparto tus planteamientos, pero hay ciertos puntos
que no están todavía claros.
Por ejemplo, el hecho de que ningún Estado haya aceptado la legalización de las drogas no
sería un argumento relevante. Hace décadas ningún Estado había legalizado el matrimonio
entre personas del mismo sexo. Y eso no implica que hacerlo ahora sea algo inmoral o
perjudicial.
En todo caso, ¿qué es lo que entendemos por droga? No existe una definición unívoca del
término.
La cafeína se considera una droga. El chocolate también se puede considerar como tal. Hay
sustancias consideradas como alimentos que causan adicción. Esto no provoca necesariamente
un perjuicio a sus consumidores. Depende del cómo y del quién. Aparte de que no dañan a
otras personas mediante su consumo.
Consumir drogas no implica necesariamente siempre adicción ni tampoco implica siempre
daño.
Yo estoy en contra de las drogas que se ha demostrado que dañan y degradan a las personas.
Pero no tengo claro si existen argumentos que justifican obligar a los demás a no consumirlas
bajo su responsabilidad. Aparte de que hay determinadas drogas cuyo uso puede ser aceptable
en circunstancias excepcionales (como sería el caso de algunos enfermos crónicos o
terminales).
Aceptar la libertad implica aceptar que esa libertad va a ser utilizada para hacer cosas malas.
De todos modos, creo que el tema más relevante en esta cuestión es la educación. Sin una
educación, las prohibiciones y las leyes en general son meros adornos o papel mojado. O
meras represiones. Ya lo estamos viendo con los casos de corrupción. Por muchas leyes que
condenen la corrupción, mientras vivamos en una sociedad que la tolera socialmente, las leyes
no van a solucionar el problema de fondo.
Para terminar, siento mucho que te hayan insultado. Y es lo que suele ocurrir habitualmente
cuando se tocan asuntos polémicos o que van en contra del prejuicio o el beneficio de algunos.
Es, sin duda, lamentable. Vivimos en una sociedad en la que, como diría el profesor Ángel
Lafuente, simplemente no sabemos dialogar. Y si no sabemos debatir civilizadamente sobre un
tema entonces no merecemos que se tengan en cuenta nuestras opiniones.
Un saludo.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 16:05
Agradezco tu comentario razonado y sensato como siempre. Es cierto que lo que hagan o no
los Estados no significa gran cosa. Pero me llama la atención que algunos vean tan claro que la
legalización es la respuesta y nadie se haya atrevido a hacerles caso. El tema de definir droga
es complejo, pero hablaría de "droga" en el caso de sustancias altamente adictivas. No creo
que el chocolate o la cafeína lo sean. La educación sin duda es clave. La prohibición sola no es
suficiente aunque sea inevitable. Lo de los insultos no me preocupa. Cada día me insulta gente
en Twitter o en los comentarios de mis artículos. Es una muestra más de la sociedad tan brutal
en la que vivimos. La gente no entiende que las discrepancias no deben llevarse al terreno
personal. Eso es también un tema de educación. Un saludo.
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Marco A. Sánchez28 de marzo de 2013 16:41
Yo mismo me extrañé por la falta de profundidad en tus argumentos, algo inusual en ti. Así te
lo hice saber en Twitter e incluso tuvimos un pequeño intercambio de opiniones alrededor de
la figura de Escohotado, pero en ningún momento se me pasaría por la cabeza dejar de visitar
tu blog por una discrepancia en un tema y espero que no te sintieras ofendido por alguno de
mis comentarios.
Las investigaciones recientes y no tan recientes en neurociencias aportan evidencias en contra
de lo que se ha venido denominando como libre albedrío. Sencillamente es una ilusión que
crea el cerebro como muchas otras, incluyendo el yo, como los doctores Francisco Mora y
Francisco Rubia han señalado.
No hay que confundir libre albedrío con grados de libertad. Si bien es cierto que las drogas
reducen las opciones de elección, éstas no lo hacen más que la sed, el hambre o las ganas de
sexo y puesto que se han registrado actos de consumo deliberado de sustancias psicotrópicas
por parte de otras especies animales hay motivos que llevan a pensar que detrás de estas
acciones hay fuertes impulsos biológicos como ha señalado el psicofarmacólogo Ronald Siegel.
Aunque el hecho de existir tal impulso no nos dice nada sobre la pertinencia o no del consumo
de drogas al menos sí sirve como explicación a la aparente atracción que existe hacia la
intoxicación.
La cuestión de las drogas es un tema en el que hay que matizar mucho y no se puede discutir
sobre él obviando detalles de gran importancia. Por ejemplo no podemos olvidar que la dosis
juega un papel fundamental en cuanto al efecto beneficioso o contraproducente (también
inocuo) de una sustancia en el cuerpo y por tanto es falaz hablar de la maldad intrínseca de las
drogas como falaz es también relacionar su consumo con la destrucción de una persona sin
considerar la falta de información y responsabilidad en sus acciones del mismo modo que no
juzgamos la seguridad de un coche si no la temeridad del conductor que tiene un accidente.
Las sustancias, como los coches, son neutras y sólo cuenta el uso que hagamos de ellas.
Un saludo.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 16:54
Lo que me parecen muy superficiales son los argumentos de los que defienden la legalización.
Comparar la heroína con el chocolate o la polución es una falacia como una catedral. Sin duda
este es un tema complejo que requiere más que un par de entradas, sino un estudio en
profundidad. Sí creo que hay sustancias intrínsecamente malas para los humanos, por ejemplo,
un veneno. La sed y el hambre son necesidades biológicas que no creo que sean comparables a
la adicción artificial que provoca una sustancia. Hay que seguir pensando sobre ello. Un saludo.
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Israel Alanís28 de marzo de 2013 16:44
Evidentemente, la brutalidad se ha vuelto algo muy comun. Se atacan a las personas y se evita,
en cambio, rebatir sus ideas. Los insultos son muestra de que no se quiere razonar, es un
capricho de creer estar en lo correcto sin aportar pruebas. Es de personas que no se respetan a
si mismas como sujetos pensantes. Desgraciadamente el mundo es terrible se nos quiere
convertir, adoctrinar, cobrar, pero nunca hacer libres. Odio cuando los Testigo quieren
engancharlo a uno a pesar de las negativas. Por otro lado, considero a la religion una droga
legal, cuyo capo es el Papa y cuyos narcomenudistas son los sacerdotes y predicadores. Es un
negocio redondo que a ellos beneficia y lastima a la sociedad. Religion y drogas obnubilan la
mente y embotan la racionalidad.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 16:55
Estoy de acuerdo. No prohibiría la religión, pero sin duda causa un gran mal. Por eso hay que
convencer a la gente del error que supone. Hay que luchar por la libertad de la mente y del
cuerpo.
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Miguel29 de marzo de 2013 15:50
Ya me gustaría no existieran religiones y si filosofías.Digo esto, y si ocurriera,a estas alturas de
la vida, pienso que nacería una religión en el momento siguiente fruto de los malos filósofos
buscando cuota de mercado. Miremos si no las nuevas religiones o condicionantes mentales
de los nacionalistas que embaucan a jóvenes y los condicionan independientemente si se
ajusta a derecho o a filosofía con mayúsculas. Por encima del derecho de unos niños a
aprender en una lengua española en España. Esta la sinrazón de quienes, cual auténticos
fundamentalistas exigen a todos el mismo BE de borregos.
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Ibilanne28 de marzo de 2013 17:05
Puestos a prohibir drogas podríamos empezar por la televisión que es una de las más duras o
por el trabajo alienado, hay personas en nuestra sociedad cuyas vidas están tan vacias y faltas
de sentido que se refugian en el trabajo, son adictas al trabajo. Lo que pasa es que como al
capitalismo no le va mal que una persona trabaje mucho pues no está tan mal visto trabajar
mucho.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 17:20
Muchas cosas provocan adicciones. Pero no creo que se pueda comparar el nivel adictivo de la
heroína con la adicción al trabajo. Se puede vivir sin heroína, no obstante no puede existir una
sociedad donde nadie trabaje.
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Ibilanne28 de marzo de 2013 17:47
Por eso he hablado de trabajo alienado. Engels ya introdujo una nota a la 4ª edición de El
Capital de Karl Marx en la que hacía notar la distinción entre "work" (El trabajo que crea
valores de uso) y "labour" (el que crea valor). Pero bueno, eso nos aleja del tema. Yo creo que
más que prohibir que la gente tome drogas habría que eliminar las causas que hacen que la
gente tome drogas, una de ellas es precisamente el sinsentido, lo alienado de sus vidas, en
parte debido al sistema económico irracional que nos domina.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 19:18
Estoy de acuerdo. Hay que ir a las causas. Si lo hacemos nos daríamos cuenta de lo absurdo
que son las drogas.
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Evocid28 de marzo de 2013 17:05
Aprovecho la ocasión que brindas para analizar uno de los argumentos más empleados por los
defensores de la legalización: el principio moral de que no debe protegerse por ley a alguien
de sí mismo.
Este principio lleva (a mi entender) implícita la idea de que las personas no pueden ser
manipuladas unas por otras, es decir, que no pueden ser inducidas a actuar contra sus propios
intereses. Pero esto no es cierto. La gente es manipulable en mayor o menor grado.
Pocas pruebas se me ocurren de esto más contundentes que el hecho de que existe gente que
fuma por su propia voluntad. Y aunque no es una prueba, me resulta muy significativo el
análisis de la publicidad. Tal como hoy se suele practicar, sería imposible que funcionara si la
gente no fuera manipulable.
Ahora bien, si admitimos que la gente es manipulable, entonces tenemos dos opciones: o
tratar de protegerles contra la manipulación o dejar que se las apañen como puedan. La
segunda la descarto por inmoral.
Entonces ¿Cómo protegerles? Pues aquí hay varias opciones. La prohibición es una de ellas.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 17:18
Totalmente de acuerdo. Apunto otro tema. Muchos se rasgan las vestiduras contra los que
hablan de privatizar la sanidad apelando a la "libertad" para no pagar los tratamientos de
otros. Ese indiviualismo radical es muy propio del neoliberalismo, que concibe a la gente como
átomos individuales y egoístas. No me gusta una sociedad así. Todos estamos conectados con
todos.
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Marco A. Sánchez28 de marzo de 2013 17:20
La manipulación ya está prohibida, se llama delito de estafa. No es nuevo.
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Marco A. Sánchez28 de marzo de 2013 17:16
Por cierto, Zeus no te ha llevado por el camino del crimen organizado ni de los negocios.
Comprar droga a un precio para luego venderla más barata no suena a muy buen negocio.
Juraría que se pierde dinero.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 17:25
Al adulterarla se consiguen muchas más dósis y se puede vender más barata y ganar dinero
porque la cantidad de dosis vendidas aumenta mucho.
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Marco A. Sánchez28 de marzo de 2013 17:46
Exacto, el fin de cortar la droga es aumentar el tamaño pero no abaratar los precios ya que las
sustancias con las que la cortan también cuestan dinero y si abaratan demasiado ni pierden ni
ganan y si abaratan poco la diferencia no justifica su compra teniendo al lado unos
competidores que venden un material manifiestamente mejor por un poco más. En definitiva,
los narcos seguirían ganando dinero de forma legal sin necesidad de la violencia que la
prohibición genera.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 18:30
Cortar no cuesta casi nada. A veces lo hacen con polvos de talco o matarratas. Por eso es un
gran negocio. Si se legaliza, ¿el Estado debe competir comercialmente con los narcos? Muchas
incógnitas plantea esto.
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Anónimo28 de marzo de 2013 17:44
¿Prohibirías el alcohol también?
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 18:29
El tema del alcohol lo comento en los comentarios de esta
entrada:http://alotroladodelafronteraazul.blogspot.com.es/2013/03/legalizar-lasdrogas.html?spref=tw No lo prohibiría ahora. Está demasiado asentado en la sociedad a pesar
de ser una droga peligrosa.
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Gissel Escudero28 de marzo de 2013 18:44
Yo también lamento que te hayan atacado, Roberto. Estabas expresando tu opinión y nadie
debería atacarte por eso, pues es un derecho amparado por la Constitución.
En fin, así como te dije en Twitter por qué creo que la prohibición del tabaco no funcionaría,
también te diré por qué he cambiado de opinión con respecto a la despenalización del
autocultivo de marihuana (tema que está de moda aquí en Uruguay). Yo estaba en contra,
pero luego me enteré de que quienes buscan marihuana prohibida terminan recurriendo a los
narcotraficantes, y así quedan expuestos a que les ofrezcan drogas mucho más potentes. En el
caso de Uruguay, es la pasta base de cocaína, que hace estragos en el cerebro y ha provocado
un aumento exponencial en la delincuencia. Incluso los policías dicen que echan de menos la
época en que la gente se drogaba sólo con marihuana, porque la marihuana no fomenta los
delitos.
En este caso, por lo tanto, la despenalización podría ser parte de una estrategia de control de
daños. Sigo estando en contra del USO de sustancias, pero la drogadicción se nos ha salido tan
de mano que en estos momentos la prohibición + educación no bastan por sí solas. Debo
recalcar, sin embargo, que la educación en contra de las drogas NO SE ESTÁ HACIENDO BIEN
en Uruguay. Nuestro mayor problema sigue siendo el alcohol. Y que conste: tampoco se puede
prohibir el alcohol, porque cuando prohibieron su venta en las discotecas, aparecían
camionetas en las esquinas de la manzana vendiendo botellas ilegalmente. Cuando la gente
quiere drogarse con algo, se va a drogar igual, esté prohibida o no la droga. Lo mejor, por lo
tanto, es EDUCAR, EDUCAR Y EDUCAR. Entonces sí sería efectivo prohibir, porque la demanda
disminuiría a niveles insignificantes.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 19:14
Gracias por el apoyo y por el comentario. Prohibir nunca será la solución definitiva. La solución
es que nadie tome droga por propia voluntad. Hay que trabajar más el tema de la educación
sin duda. Lo que pasa es que creo que la prohibición es mejor que la legalización. Quizás algún
día inventemos un vacuna contra la droga. De momento no hay nada de eso. Un saludo.
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Anónimo28 de marzo de 2013 18:47
Yo sigo leyendote.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 19:11
Gracias. Seguiré escribiendo aunque nadie me lea.
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Anónimo28 de marzo de 2013 20:45
Es un tema delicado y cada quién tiene su punto de vista, lo que me parece correcto es que sí
una persona tiene derecho hacer de sus cuerpo lo que el decida, sin embargo creo que las
drogas deberían estar lejos de los más niños.
A mi punto muchas drogas sólo tienen una función y es la medicina.
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Roberto Augusto28 de marzo de 2013 23:20
Las drogas solo deberían usarse para curar. El uso recreativo es muy peligroso. Un saludo.
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Maria del Rocío29 de marzo de 2013 22:17
Educación y vivencia para las nuevas generaciones. No hipocresía
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Alfredo29 de marzo de 2013 07:49
Señor Augusto:
Aplaudo enérgicamente este artículo suyo. Soy liberal clásico y democrático - en su día,
también me acusaron de querer prohibir la sodomía y de ser un "prohibicionista" total así que
me identifico por completo con lo que dice. Yo también ya estoy muy acostumbrado a los
insultos. El error sobre estos temas parte de la perniciosa influencia de medios como "Libertad
Digital" que hablan de una supuesta "autonomía individual" y de "derechos individuales".
Ambos conceptos son disparates y no son compatibles con el liberalismo clásico.
Estos "libertarians" beben de fuentes extremistas de la extrema derecha estadounidense que
conozco muy bien - llevo años y años denunciando este problema de los liberales en el caso de
España.
Defienden cosas como la legalización de las drogas y la prostitución, pero cuando es preciso
defender una causa verdaderamente importante vuelven al redil de su amo y lo único que
defienden son los intereses de los poderosos, que no son precisamente los taxistas y los
estanqueros, sino la banca, las empresas petroleras o de armamento, etc.
Como liberal, estoy totalmente a favor de prohibir las drogas -- todas, salvo para usos médicos
en una clínica autorizada.
Por cierto, he leído algo por ahí arriba sobre prohibir las religiones.
Bien, soy cristiano-protestante y estoy a favor de poner a las confesiones díscolas en cintura.
No todas las religiones merecen una absoluta protección bajo el pretexto de la libertad.
Un saludo y me alegro ver con no soy el único defendiendo este tipo de ideas.
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Roberto Augusto29 de marzo de 2013 10:07
Gracias por el comentario. Hay una gran confusión con este tema. El liberalismo clásico nada
tiene que ver con los supuestos "liberales" de ahora (Aznar o Losantos), representantes de la
derecha más extrema. Curiosamente en este tema de la droga personas que se definen como
"de izquierdas" apoyan el individualismo propio del neoliberalismo. "¡Qué cada uno haga lo
que quiera!", dicen. El siguiente paso es decir: "¿por qué debo pagar impuestos y costear la
sanidad de otros?". Ese individualismo nos llega a una sociedad reaccionaria donde cada uno
mira solo por sí mismo y aumentan las desigualdades. Un saludo.
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Anónimo29 de marzo de 2013 08:39
Roberto, yo sí estoy de acuerdo contigo. Buena parte de mi trabajo es con gente que tiene
adicciones al alcohol y/o a las drogas. Las encuestas que hemos hecho desde hace años con
ellos al respecto de la legalización de las drogas nos indican que más del 90% de los adictos
están en contra de su legalización.
Tal vez sería mejor negociar con los cárteles de las drogas para disminuir la violencia que hay
en muchos países como México, Brasil, Colombia y Venezuela.
En México hay cigarros piratas por el aumento de precios de los mismos. Lo mismo pasaría con
las drogas. Además quedan muchas preguntas por responder ¿todas las drogas se legalizarían
o sólo las drogas blandas? ¿Quiénes se dedicarían a la producción y comercialización de las
drogas: el gobierno, los narcos, los empresarios, los consumidores?
Sin embargo, los argumentos de la gente que apoya la legalización de las drogas son:
A) los derechos fundamentales de los seres humanos a decidir qué hacer con sus vidas
mientras no dañen a otros (aunque es evidente que siempre terminan dañando a terceros por
las consecuencias nefastas que generan las drogas: violencia intrafamiliar, hijos con defectos
congénitos, pérdida de trabajos, delincuencia para ganar más dinero para sostener sus
adiciones, hospitalizaciones por sus adicciones, etc.;
B) Las medidas de prohibición son totalmente ineficaces, sobre todo cuando la impone el
Estado. La prohibición no va a reducir ni evitar el consumo de las drogas, pero tampoco la
legalización ha sido eficaz, pues todas las drogas que actualmente son legales producen
adicciones: alcohol, tabaco, barbitúricos, anfetaminas, inhalantes como el thinner, gasolina,
acetona, etc.);
C) La legalización permitiría que las drogas fueran de buena calidad, pero es una mentira ya
que el alto costo de la misma permitiría que hubiera un mercado negro tal y como existe hoy
en día para vender cigarros robados o piratas, así como alcohol adulterado, y hasta somníferos
y estimulantes que se obtienen de forma ilícita y se consiguen fácilmente;
D) Disminuiría la violencia, pero eso es otra falacia. En los países latinoamericanos, los narcos
(posiblemente) dejen de producir y vender drogas para dedicarse a su otro negocio:
secuestrar, cobrar derecho de piso, extorsionar, etc. y que les dejen ganancias parecidas a los
del narcotráfico;
Con o sin legalización de las drogas, lo que se debería promover es darle información a los
niños y jóvenes (en las escuelas y en sus casas) para que sean ellos los que tomen su decisión
con libertad y a sabiendas de lo que las drogas (incluyendo al alcohol y el tabaco) les puede
ocasionar.
Ah! Y mientras se toma la decisión de legalizar las drogas, hay que pactar con el narco para que
a cambio de dejar de perseguirlos, respeten a la población en su integridad, es decir, no haya
secuestros, bombazos, extorsiones, matanzas a diestra y siniestra.
Esa es mi opinión: NO a la legalización... SÍ a la prevención con información veraz y Sï al pacto
con el narco, ya que combatirlos sólo ha traído muerte y sufrimiento a la población... y eso es
peor que la venta, el consumo y el combate a las drogas.
SS
PD Una disculpa por lo extenso del texto.
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Roberto Augusto29 de marzo de 2013 10:12
Gracias por el comentario. Estoy de acuerdo con casi todo. Lo que no veo claro es lo de pactar
con el narco. Eres de México y ahí los narcos tienen mucho poder, demasiado. Eso no pasa en
Europa, donde las mafias no tienen tanta influencia. No creo que se puede pactar con ese tipo
de gente, pero no me atrevo a opinar porque debería conocer más a fondo el caso mexicano.
Un saludo.
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Anónimo29 de marzo de 2013 17:46
Gracias por tu respuesta. Algunos periodistas han propuesto pactar con el narco (como
supuestamente se hacía hace años) para que dejen de molestar a la población, es decir, seguir
incautando drogas pero dejar de perseguir a los narcos a cambio de que ya no secuestren,
maten y extorsionen a la población civil para restarles ese poder que tienen sobre los
ciudadanos y sobre los que gobiernan. Es un contrasentido pero al parecer sería la única
opción viable para evitar tantas muertes.
En México nos quejamos de que EU vende las armas a los narcos y nosotros ponemos a los
muertos. ¿Cómo es que se pasan miles de toneladas anuales por la frontera sin que les
incauten las drogas? Seguro que el sistema de inteligencia de EU sabe cómo lo hacen pero no
ha hecho nada para impedirlo. La solución no es legalizar unas drogas y otras no... tampoco lo
ha sido la guerra contra el narco... lo mejor sería, como lo indiqué antes, tomar medidas
preventivas y pactar con el narco para que liberar a la población del sometimiento que los
narcos han impuesto en algunas ciudades.
Se cree que antes se pactaba con el narco ya que se descubrió que muchos gobernantes tenían
lazos con los narcos y se habían enriquecido con ello...pero todo cambió cuando se hizo una
lucha frontal contra ellos.
A mucha gente no le gusta eso de pactar con delincuentes pero eso sería mejor que lo que
hemos vivido en amenazas, extorsiones, secuestros, desapariciones y muertes.
Gracias por el espacio democrático para opinar y debatir.
SS
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JESÚS FDEZ. DE ZAYAS29 de marzo de 2013 12:22
Señor Roberto Augusto: Usted es un... valiente. Me alegro que alguien utilice la democracia
para hacer un uso democrático de las opiniones propias y ajenas. De acuerdo con usted en la
apreciación del contrasentido de la legalización de uno de los instrumentos del Sistema. Si se
legalizan las drogas, se habrá legalizado uno de los dedos de la mano exterminadora de la Élite.
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Roberto Augusto29 de marzo de 2013 15:16
Las drogas no liberan la mente, la esclavizan. Todo aquello que limite la libertad de la persona
estará en contra mío. Gracias por el apoyo.
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José Luis Piquero29 de marzo de 2013 13:44
No voy a entrar en este debate. En el anterior me encontré con un muro inexpugnable ("el
tabaco es malo y hay que prohibirlo") y no sentí que se avanzara en ningún aspecto. Lamento,
eso sí (sin entrar, repito, en la cuestión de fondo), que este blog, que se había distinguido por
su defensa de valores ciudadanos y humanistas (y la libertad es el más importante), haya
tomado este extraño sesgo.
Pero esta intervención, en realidad, es para dejar claro que NO se produjo ningún insulto ni
actitud virulenta ni ataque personal, al menos por mi parte. Describir una postura como
"puritanismo fanático" no es un ataque ad hominem ni un insulto, a no ser que también lo sea
calificar de "ingenua" la opinión del otro.
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Roberto Augusto29 de marzo de 2013 15:12
Lo único que voy a decir es que mi crítica a las drogas se basa en mi defensa de la libertad. No
creo que alguien adicto a una sustancia esté ejerciendo su libertad, sino que su libertad está
mermada. Los adictos a una sustancia (por ejemplo, al tabaco) tienen mermada su capacidad
de elección porque el cuerpo (y la mente) les pide consumir. Por eso es difícil dejar una droga,
especialmente las llamadas "duras". Creo que esto es defender una posición humanista, es
decir, en defensa de la persona. Si no lo ves así José Luis me parece bien. Aquí se expresan
todo tipo de opiniones. Que los lectores juzguen a cada uno. Un saludo.
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Anónimo29 de marzo de 2013 20:46
Hola Roberto, el tema de las drogas es muy complejo. Conozco ese mundo como un carpintero
conoce su oficio. Me crie en el desde que naci, un barrio de gente pobre donde ya desde muy
pequeño veias cosas que no tenias que ver. No hay que tenerle miedo a las drogas, drogarse es
fumar, drogarse es beber, drogarse es comer demasiado en fin hay muchas formas de
drogarse. Lo que se tiene que hacer es educar y darle alternativas reales a la gente, yo elegi en
mi barrio hacer deporte, desde muy pequeño y te voy a decir una cosa. EL DEPORTE ES
INCOMPATIBLE CON LAS DROGAS. No quiero estenderma mas pero estoy a tu disposicion para
lo que necesitas saber del mundo de las drogas.
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Roberto Augusto29 de marzo de 2013 21:42
No lo veo tan claro. Fíjate en todos los deportistas que se dopan. Conozco gente que hace
deporte y toma drogas. La clave no es el deporte, sino darse cuenta de lo malas que son. Pero
sí a ti te ha ayudado me alegro. Es mejor hacer deporte que drogarse sin duda. Un saludo.
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Anónimo29 de marzo de 2013 22:11
La salud fisica es tan importante como la salud mental, pero por desgracia los que tienen una
les suele faltar la otra. Un saludo
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Roberto Augusto30 de marzo de 2013 00:47
La mente y el cuerpo van unidos. Una mente desordenada suele acarrear mala salud, pero a
veces hay factores que no podemos controlar. Un saludo.
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Eduardo Soto29 de marzo de 2013 22:30
Señor Roberto. Estoy sorprendido de la afinidad que tengo con su forma de exponer tantos
temas como le vengo leyendo, en el del tabaco entiendo que se expresa a la perfección -lea mi
comentario de hoy- En fin que le vamos ha hacer hay mucha gente que no tienen capacidad
para pensar por si mismos y utilizan tópicos.
en las drogas otro tanto de lo mismo: alguna vez tengo la ocasión de colocarme y lo hago
bailando, (no está prohibido, no es pecado, es muy bueno para la salud ahora que lo puedes
hacer sin humo, no alimenta a mafias...
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Roberto Augusto30 de marzo de 2013 00:46
Gracias por su apoyo. Sin duda bailar es mucho más sano y divertido que las drogas. Un saludo.
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José Luis Piquero30 de marzo de 2013 00:06
Siento ser tan poco consecuente, después de decir que no entraría en la cuestión, pero no he
podido resistirme a opinar.
Aquí la cuestión es muy compleja pero pueden empezar a discriminarse varias cosas. La
primera es el derecho a la propia embriaguez. A Roberto le gusta recordar que nunca se
aprobó una legislación a favor de las drogas. Aparte de lo que ya le han recordado (que
tampoco se había aprobado nunca una ley a favor del matrimonio homosexual y luego se hizo
sin problemas), habría que decir que el uso de las drogas es antiquísimo y está prácticamente
en cualquier sociedad. O sea, que si lo que reivindica Roberto es "tradición", le sobran
ejemplos. Y pongamos un ejemplo de tradición "embriagadora": el alcohol. Claro que Roberto
no se muestra partidario de prohibir el alcohol, precisamente usando el argumento contrario:
que tiene mucha tradición. O implantación. Eso es claramente contradictorio. Si para Roberto
el alcohol es malo, el tabaco es malo y las drogas son malas, ¿qué hace a una autorizable y a
las otras prohibibles?
El resto de argumentos que puedo dar en favor de la legalización (controlada) de las drogas o
de algunas drogas caería en saco roto, porque si Roberto pone problemas al tabaco, que es
una sustancia controlada y gravada, ¿cómo podría convencerle de otra cosa? Pero lo intentaré
igualmente.
La legalización de algunas drogas (sin entrar en detalles) supondría en primer lugar el control
por parte del estado de esa sustancia. Es decir: controles sanitarios, impuestos, etc. Tendría el
mismo control que cualquier otro producto farmacológico o alimenticio: etiquetado, control
de composición, registro de fabricantes, etc. ¿Te suena a algo? Exacto: el alcohol. Las drogas
serían como el alcohol: un producto que se puede adquirir libremente, con controles sanitarios
y demás, para uso recreativo. No habría (salvo incumpliendo la ley y todos los controles)
mezclas, adulteraciones, tráfico ilegal... Al contrario, se acabaría el gran negocio ilegal de la
droga y sus adulteraciones, se fijaría un precio de consumo, presumiblemente muy lejano de
las cantidades fastuosas que se pagan ahora por un gramo de coca mezclado con polvos de
talco, moriría menos gente... ¿Que habría yonkis? Sí, como ahora hay alcohólicos. Y de todos
modos hay yonkis.
Podría seguir por este camino, pero temo estrellarme contra un único argumento, el mismo
que se usó en el tema del tabaco: la droga es mala y no aporta nada. Jamás podré convencer a
Roberto de que la embriaguez en sí misma es un derecho, jamás podré convencerle de que los
individuos libres de una sociedad, además de trabajar, tienen derecho a placeres recreativos
que no son productivos pero que forman parte de la idiosincrasia humana y que no
necesariamente son negativos ni atentan contra la convivencia (aunque algunos individuos
atenten contra la convivencia tras usar de ese derecho).
Él dice: "Es mejor hacer deporte que drogarse". En abstracto, yo lo aprobaría. Pero yo añadiría
una apostilla políticamente incorrecta (Roberto tiene a gala ser políticamente incorrecto, así
que quizá le agrade): a veces es más divertido y más sano drograrse con moderación y sano
espíritu lúdico que maltratar el organismo con esfuerzos menos naturales que algunas
sustancias.
Espero que nadie vea en este comentario "insultos" ni "virulencia".
Saludos cordiales
Roberto Augusto30 de marzo de 2013 00:40
Agradezco el comentario. No hablo de tradición en el caso del alcohol, sino de implantación
social. Son cosas distintas. Las drogas se toman desde la noche de los tiempos. El alcohol es
malo, pésimo. Pero es absurdo plantear la ilegación cuando casi el 100% de la población adulta
lo consume de vez en cuando. En mi artículo sobre el tabaco hablo de prohibirlo después de un
proceso previo para reducir el número de adictos. La legalización lo único que haría es
aumentar el número de adictos. Como ya he dicho, los narcos comprarían la droga legalmente,
la adulterarían y la venderían más barata. ¿Debe el Estado competir comercialmente con ellos?
La droga no me gusta nada y no me parece nada "recreativa", pero en esto seguro que no
llegamos a un acuerdo. Un saludo.
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José Luis Piquero30 de marzo de 2013 01:00
O sea, que la prohibición o no prohibición depende de si tiene implantación o no. ¿No
quedamos en que el asunto era que la sustancia (alcohol, tabaco o droga) era mala por sí
misma? Pues no. Si por azares de la historia la heroína fuese legal, como lo es el alcohol,
Roberto no la tocaría. Pero vamos a lo gordo.
Si la droga fuera legal, precisamente los narcos no la comprarían para adulterarla. ¡¡Eso es lo
que hacen ahora!! ¿¿Qué sentido tiene comprar un producto de venta libre para venderlo
luego adulterado?? Lo que se conseguiría al venderla legalmente (con controles sanitarios e
impuestos y demás) es precisamente evitar que se adultere y se venda en el mercado negro. El
Estado no tendría que "competir comercialmente" con los traficantes porque estos ya no
tendrían negocio...
Ahora bien, la sustancia y el intríngulis de tu opinión está en tu última frase: "La droga no me
gusta nada y no me parece recreativa". O sea, a ti.
Todo se entiende.
Sí, tienes razón: no llegaremos a un acuerdo.
Un saludo cordial.
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Evocid30 de marzo de 2013 20:11
Creo que no toda manipulación está efectivamente perseguida por la ley, aunque igual me
equivoco.
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Danko1 de abril de 2013 06:53
La verdad, es que yo defiendo sin fisuras la legalización de las drogas, ya sean duras o blandas.
Los motivos existentes en favor de la legalización son abudantes:
La legalización de las drogas pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio del
narcotráfico, al traer a la superficie el mercado negro existente.
La legalización reduciría drásticamente el precio de las drogas, al acabar con los altísimos
costos de producción e intermediación que implica la prohibición.
Legalizar las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se encuentre dentro del
alcance de las regulaciones propias de un mercado legal. Bajo la prohibición, no existen
controles de calidad ni venta de dosis estandarizadas.
El narcotráfico ha logrado extender sus tentáculos en la vida política de los países. La
legalización acabaría con esta nefasta alianza del narcotráfico y el poder político.
Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual aumenta en todos
los niveles del gobierno debido a que una importante parte de toda clase de autoridades han
sido comprados, sobornados o extorsionados por narcotraficantes, creando un gran ambiente
de desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.
Bajo la legalización de las drogas, los gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de
dólares en el combate de las drogas, recursos que serían destinados a combatir a los
verdaderos criminales: los que le violan los derechos a los demás (asesinos, estafadores,
violadores, ladrones).
En una sociedad en donde las drogas son legales, el número de víctimas inocentes producto
del consumo y la venta de estupefacientes se vería reducido substancialmente. Gran cantidad
de personas que nunca han consumido estas sustancias o que no están relacionadas con la
actividad se ven perjudicadas o incluso pierden la vida debido a las “externalidades” de la
guerra contra las drogas: violencia urbana, abusos policiales, confiscación de propiedades,
allanamientos equivocados, entre muchos otros.
La legalización conducirá a que la sociedad aprenda a convivir con las drogas, tal y como lo ha
hecho con otras sustancias como el alcohol y el tabaco. El proceso de aprendizaje social es
sumamente valioso para poder disminuir e internalizar los efectos negativos que se derivan del
consumo y abuso de ciertas sustancias.
Por otro lado, las causas que generan la problamática de la drogadicción, así como la adicción
a sustancias como tabaco o alcohol, hay que buscarlas en la estructura de personalidad de
sujeto dependiente, y en los condicionantes psicosociales que generan personas con un
determinado perfil de fragilidad, que les lleva a consumir compulsivamente una determinada
sustancia con el fin de reducir la ansiedad que le provocan diversas situaciones personales.
En general, todo aquello que pueda ser capaz de generar bienestar y evocar la producción de
betaendorfinas en el cerebro puede acabar generando adicción, en última instancia, son las
características psicosociales de cada sujeto son las que predeterminan y modulan la vía hacia
la dependencia.
Por tanto, ante problemáticas tales como la adicción al tabaco, al alcohol, a las drogas duras o
blandas, al café... lo que hay que combatir son aquellos factores sociales y psicológicos que
generan esos comportamientos adictivos, los cuales, repito, sólo se dan en determinados
sujetos. La prohibición de las drogas, o del tabaco, no sería más que un parche inutil que no
ayuda en absoluto a solucionar el problema, más bien en recrudecerlo.
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Jose Peña6 de abril de 2013 16:01
El asunto es complejo, pero creo que vale la pena opinar. Si acudimos a la ley seca que se
aplicó en los Estados Unidos (o prohibición del alcohol), nos encontramos que esta generó
mucha más delincuencia que su posterior legalización.
En cuanto al argumento de que no hay ningún país que haya legalizado las drogas, solo hace
falta ir a un Coffe shop en Holanda, para darse cuenta de que, al menos un tipo de droga es
legal y, por otro lado, no ha aumentado significativamente el número de consumidores de este
tipo de drogas.
Y para más argumentos adjunto una entrevista a Moises Broggi, gran médico y humanista que,
en Tv3 habló de las virtudes de des regularizar las drogas. No tiene desperdicio.
http://www.tv3.cat/videos/353879
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Jose Peña6 de abril de 2013 16:05
Adjunto también entrevista a Moises Broggi, aunque no entra tanto en detalle.
http://www.iec.cat/recull/ficheros/2007/03_mar/t0294.pdf
Yo creo que, como en muchos aspectos, hay miedo a las drogas. Y cuando existe un miedo, es
que falla la educación, como apunta el doctor.
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Roberto Augusto6 de abril de 2013 16:10
Se suele recurrir a la ley seca para argumentar que las prohibiciones no funcionan. No
obstante creo que el caso del alcohol es muy diferentes al de resto de drogas. No se puede
comparar la implantación social del cannabis o la heroína con la del alcohol. Nunca he dicho
que haya que prohibir el alcohol, aunque si se planteará la apoyaría sin dudarlo. Tengo
educación y tengo aversión a las drogas. Hay que rechazar aquello que puede dañarnos. Un
saludo.
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Jose Peña6 de abril de 2013 17:17
No me refería a su caso, por supuesto, siento haberme expresado mal. No niego que hay que
rechazar lo que debe dañarnos, pero mucha gente sube al Everest, "para explorar", o incluso
se ha viajado a la luna. Actividades que, sin duda, son dañinas.
A modo de ejemplo ¿Prohibiría el vino? Parece ser que tomado con moderación es beneficioso
para el organismo. Ni que decir tiene que, consumido en exceso, es peligroso y adictivo.
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Jose Peña7 de abril de 2013 16:03
Me refería a que subir al Everest, o ir a la Luna, puede dañar a quien lo practica. Los deportes
de aventura también. ¿Los prohibiría?
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Jose Peña6 de abril de 2013 17:21
Aventuro una hipótesis. La legalidad de ciertas sustancias permitiría estudiar en que dosis son
perjudiciales para el organismo. Quizás el problema está en la dosis y en el hecho de pasar ser
dependiente. Este problema puede extenderse a las drogas, pero también a las relaciones
afectivas, al trabajo, a las ideas....
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Anónimo11 de abril de 2013 18:32
Estimado Roberto,
Si las drogas fuesen prohíbidas, la gente cultivaría, por ejemplo, marihuana en su casa y
vendería los excedentes. Al cabo de unos años, llegaríamos al mismo punto que ahora.
Jamás se podrá evitar que la sociedad tenga acceso a las drogas (incluyendo el alcohol, al que
se mide con distinto rasero)mientras puedas conseguirlas con tus propios medios y este
motivo ya es más que suficiente para que al legalizarlas (se puede hacer parcial y
progresivamente)se tenga más control sobre ellas.
Entiendo tu postura y de hecho la línea que separa que puedas pensar de una manera u otra
es muy delgada, pero no somos justos si siempre que hablamos de droga la relacionamos con
las adicciones, puesto que no siempre es así.
Lo que si que creo que es cierto, es que con las drogas buscamos una alteración en nuestra
percepción de la realidad que seguramente es del todo prescindible, dañina e innecesaria y,
quizás, revela carencias de nuestra personalidad, pero de la misma forma que la agresividad, la
ira u otros comportamientos exagerados.
En cualquier caso, muy interesante el blog, el debate y las aportaciones.
Un saludoo,
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Roberto Augusto11 de abril de 2013 19:14
Hoy en día la droga está prohibida y la gente ya cultiva marihuana. Si la legalizan lo harían más.
Es cierto que se pueden conseguir todas las drogas que se quieran, pero al legalizarlas se
facilita ese acceso todavía más. La clave es entender que esa huida que es la droga no nos
acerca a nosotros mismos, sino que nos aleja del buen camino, de la libertad. Gracias por el
aporte. Un saludo.
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