Unidad 16 • Variedad y Armonía “Una frase larga –dice Marouzeau- agota el aliento y fatiga la atención; una frase breve y, sobre todo, una serie de frases breves da la impresión de una cosa descocida, de precipitación, de andar a saltitos. ” 227 VARIEDAD Y ARMONÍA La elección del período corto o largo plantea interesantes problemas de redacción. Un texto compuesto exclusivamente a base de frases largas suele resultar oscuro, embrollado; por el contrario, una serie ininterrumpida de frases cortas, enlazadas por puntos, es causa de monotonía. Por consiguiente: conviene alternar las frases cortas con las largas para que lo escrito resulte variado, armonioso. "Una frase larga -dice Marouzeau- agota el aliento y fatiga la atención; una frase breve y, sobre todo, una serie de frases breves da la impresión de cosa descosida, de precipitación, de andar a saltitos." EJEMPLOS El conductor se caló la gorra. Encendió las luces de carretera. Dio a la llave de contacto. Metió la primera. Desembragó suavemente. Pisó a fondo el acelerador. El coche salió disparado. Mejor ligado: El conductor se caló la gorra y encendió las luces de carretera. Dio a la llave de contacto; metió la primera, desembragó suavemente y pisó a fondo el acelerador. El coche salió disparado. Hemos transformado la monotonía, engendrada por el abuso de la frase corta, en un párrafo más armonioso, en el que se combinan la frase corta y la larga. Veamos ahora un ejemplo de período excesivamente amplio, y su corrección: Por el camino avanza un carromato viejo, arrastrado por un caballo escuálido, de color gris ceniciento, acompañado por un perro mastín y seguido, más atrás, por un hombre de aspecto LO AMPLIO Y LO AMPULOSO sórdido que empuja al carromato para ayudar al animal que no puede ya con su cuerpo. Mejor: Por el camino avanza un carromato viejo, arrastrado por un caballo escuálido, de color gris ceniciento, acompañado por un perro mastín. Detrás del carro, un hombre de aspecto sórdido, empuja al carromato para ayudar al animal que no puede ya con su cuerpo. Se comprobará, con estos ejemplos, que el problema de la variedad y armonía es, en realidad, un problema de puntuación y "partículas." Lo amplio y lo ampuloso Lo dicho respecto al período amplio vale sólo como consideración de orden práctico, es decir, para evitar al escritor -y al lector- el perderse en un laberinto de frases no siempre perfectamente encadenadas entre sí. Cuando el periodo amplio lo maneja un maestro del estilo, nada tenemos que decir contra tal modo de hacer. Pero, dada la dificultad de tal procedimiento y porque no todos podemos ser artistas en el manejo del lenguaje, es por lo que recomendamos cautela y mesura, y el alternar la frase larga con la frase corta. Ante un trozo cualquiera de Cervantes, sólo podemos reconocer su maestría indiscutible como prosista excelso, para el que las dificultades de la construcción son meros ejercicios en los que nos demuestra su talento de "compositor". EJEMPLOS: "Si mis heridas no resplandecen en los ojos de quien las mira, son estimadas, a lo menos, en la estimación de los que saben dónde se cobraron; que el soldado más bien parece muerto en la batalla que libre en la fuga; y es esto en mí de manera, que si ahora me propusieran y facilitaran un imposible, quisiera antes haberme hallado en aquella facción prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haberme hallado en ella." ("Don Quijote de la Mancha". Parte II. Prólogo.) "En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballeo andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravios, y poniéndose en ocasiones y peligros, donde, acabándolos., cobrase eterno nombre y Jama. ("Don Quijote de la Mancha". Parte I. Capítulo I.). Veamos ahora un ejemplo de estilo ampuloso: La tarde era ya caída, vencida, y el Sol, antes fulgente esfera, ahora sólo agonía de resplandores, cuando Juan, llevado de un repentino movimiento del alma -uno de esos movimientos en los que se ve el temple del héroes, mandó obedecer a su cuerpo, hizo un esfuerzo ímprobo, apoyó las manos sobre el suelo, irguió la cabeza, dobló las rodillas y, mirando al juego multicolor de luces, esplendoroso cuadro del horizonte, alzóse cuanto pudo, a pesar del dolor de la pierna herida y, lentamente, los dientes apretados, la boca dura como maldición petrificada, emprendió el camino hacia la granja que, allá lejos, se recortaba entre un boscaje umbroso, perdida casi entre el abundoso ramaje, como único refugio seguro... (1). La ampulosidad en ocasiones es "verborrea", exceso de palabras, sonoridad excesiva, retórica en suma, en el sentido peyorativo de la palabra. Véase ahora otro ejemplo, éste del tribuno Castelar: "Caerá la segur sobre mi garganta; rodará la cabeza, separada del tronco, por las tablas de mi cadalso; faltará la luz a mis ojos y el aire a mi pecho; pero no se extinguirá, no, la esperanza de continuar la vida al través de la muerte en otros cielos más esplendorosos y en otro mundo mejor que este nuestro bajo mundo, porque imposible a mi fe creer un retroceso de la vida, tan llena de esperanza, a la nada." He aquí, finalmente, la opinión de Baroja sobre el tema que nos ocupa: "El párrafo largo, el período de origen latino, formado por varias oraciones unidas, tiende, naturalmente, a la elocuencia. El párrafo largo es, pretende ser, una síntesis. Nuestro tiempo tiende al análisis." "El párrafo largo parece todavía natural al idioma castellano. Ha dominado y domina aún. Castelar, Valera, Galdós, lo han empleado." "A principios de siglo, Azorín, algún que otro escritor y yo, intentamos el párrafo corto. Para mí era la fórmula más natural de expresión, por ser partidario de la visión directa, analítica, impresionista". En realidad -anotamos- este párrafo corto, impresionista y analítico, parece haberse impuesto por completo entre los escritores contemporáneos. Es verdad -no importa repetirlo- que el período amplio se presta más a la belleza; pero también es verdad que resulta más difícil de manejar, exige (1) No quiere decirse que este ampuloso párrafo esté mal escrito, sino que abunda excesivamente en incisos que dificultan la marcha del pensamiento, de la lectura. (El párrafo no es de ningún autor extraño o conocido; lo hemos preparado especialmente para esta lección como se prepara un guiso complicado). EJERCICIOS condiciones especiales de dominio del idioma que no se aprenden fácilmente. Para escribir como Cervantes, no hay reglas. En cambio, el periodo breve, a base de frases cortas, puede dominarse con más facilidad, es más asimilable. En nuestra disciplina, en nuestro empeño por alcanzar la redacción correcta y limpia, hemos de dar cierta preferencia al párrafo corto, incisivo y rápido. Exige menos esfuerzo creador en quien escribe, resulta más adecuado para una información escueta, y su empleo nos resulta más fácil cuando dominamos sus resortes. Siempre que no caigamos, claro está, en el "puntillismo" literario. EJERCICIOS Los párrafos que siguen adolecen del grave defecto de la monotonía o de la pesadez u oscuridad. Escríbanse de nuevo, procurando la variedad y armonía. En ocasiones habrá que alterar, ligeramente, el giro de las frases. No obstante, procúrese que dicha alteración sea mínima: 1. Me había retrasado mucho. El tren iba a salir de un momento a otro. Tenía miedo de perderlo. Corrí hacia la ventanilla. Pedí un billete de primera. No encontraba la cartera para pagar. Estaba tan nervioso, que no daba una. Me dejé la maleta olvidada junto a la ventanilla de los billetes. Tuve que volver por ella. Al fin, pude coger el tren. En ese momento la máquina silbaba y se ponía en marcha. 2. Se oía el canto de los pajarillos en el bosque, que, en aquellas horas de la mañana, a causa del rocío nocturno, daba al ánimo una sensación especial de frescura, lo cual, unido a la luz clara y al cielo azul y a la brisa fresca, hacía deleitoso el paseo entre los árboles, que lucían el verde nuevo de sus hojas, moviendo su ramaje suavemente... 3. El mar estaba sereno, tranquilo. Tenía ganas de nadar. Me puse el bañador. Me acerqué a la orilla. Toqué el agua. Estaba fría. Me lancé de cabeza. Estuve nadando casi una hora. 4. Llegada la hora, y al sonar la campana para el "rancho", no faltó nadie aquel día al refectorio, porque, siendo la fiesta del regimiento, se había anunciado un menú extraordinario que había sido confeccionado especialmente por el cocinero del mejor hotel de la ciudad, que aquel día lució sus dotes culinarias para servir a los que, en aquellos instantes, eran la defensa de la plaza. 5. Guillermo tenía que elegir carrera. No sabía qué camino tomar. No le gustaban las ciencias. Para las letras se consideraba perezoso. Deseaba estudiar lo que fuese más fácil. A última hora se decidió por la carrera de veterinario. Sus padres pusieron el grito en el cielo. Pero Guillermo afirmó que era su vocación. Siempre le habían gustado mucho los animales. Ahora tendría ocasión de cuidarlos. INTRODUCCION Dicen Brunot y Bruneau, en su Gramática Histórica (1), que la lengua francesa está amenazada en su estabilidad y pureza porque las fuerzas conservadoras no están ya en equilibrio con las fuerzas perturbadoras y porque la autoridad, en lo que al idioma se refiere, prácticamente, ha muerto. En Francia, según los autores citados, la enseñanza primaria termina muy pronto, y los niños no aprenden más que el aspecto externo de la lengua. En los liceos y colegios franceses dicen los autores citados- no se estudia a fondo el idioma. En todo caso se estudia un francés muerto -clásico-, olvidando lo que decía M. Bréal: que una lengua es tanto más perfecta cuanto más se ha alejado de sus orígenes. Algo análogo podríamos afirmar refiriéndonos a nuestro país. Más aún: podríamos decir -siguiendo a Brunot y Bruneau- que los libros, las obras de teatro, etc., han dejado de ser modelos de lenguaje; que los periódicos están llenos de barbarismos "incontrolados "; que nos invade la jerga de grupo, es decir, que la palabra del especialista tiende a extenderse torrencialmente por todos sitios, y que se abusa, por influencias de la técnica publicitaria, de los adjetivos exagerados. Todo esto quiere decir que el idioma está perdiendo elegancia y pureza, por falta de precisión, y que cada día se habla y se escribe peor. Se escribe -signo de los tiempos apresuradamente, sin esforzarse, sin preocuparse del léxico o de la sintaxis. Para evitar esta falta de precisión y elegancia en el lenguaje, uno de los procedimientos que recomiendan los especialistas en la materia consiste en emplear con cierta "reserva" las palabras fáciles. Por palabras fáciles entendemos aquí los vocablos de muy amplia significación, aquellas voces vagas, imprecisas, incoloras que, a fuerza de servir para todo, terminan por no servir apenas para nada. En el idioma también se cumple la ley física, según la cual "lo que se gana en extensión, se pierde en intensidad". Entre tales "palabras fáciles" citemos aquí los pronombres, los adverbios, las conjunciones y los verbos "ser", "estar", "haber" y "tener", "decir", etc., y otros vocablos que, con gran facilidad, acuden a la pluma del escritor, como para dispensar al novel plumífero del esfuerzo que significa la búsqueda del vocablo exacto o del giro elegante. Lo cual no quiere decir que haya que evitar a toda costa las palabras "fáciles" mencionadas. Lo que recomendamos es que no se abuse de ellas. En los temas que forman este capítulo, y en los ejercicios correspondientes a dichos temas, el alumno encontrará ejemplos de lo que acabamos de exponer. Le servirán, al escribir, para no lanzarse alocadamente por el camino de la facilidad, de la irresponsabilidad. Son, pues, ejercicios de "precisión", de justeza en el uso del lenguaje. Lo cual no quiere decir que el alumno tenga que recurrir constantemente al Diccionario para buscar la palabra exacta. Lo que se pretende es un poco de entrenamiento para evitar (1) F. Brunot et Ch. Bruneau, "Précis de Grarnrnaire historique de la langue francaise". Masson. París, 1949. INTRODUCCION la palabra incolora y para sustituirla por aquella que nos dé una imagen viva, más plástica, más precisa y, también, más elegante. NOTA.-Muy especialmente se sigue en este Capítulo -lecciones 23 a 27, ambas inclusive- la línea o método marcados por E. Legrand en su obra "Stylistique francaise" -livre du maitre-, libro éste muy recomendable para los que se dedican a la enseñanza del idioma. EL LENGUAJE DE LOS JOVENES Algunos lo llaman, a la francesa, "argot juvenil". Denominación impropia: argot -en castellano jergaes un lenguaje especializado propio de un oficio o profesión. Médicos, juristas; policías, banqueros, etcétera, tienen su propia jerga. El argot -la jerga-, según Francois Caradec (1), es "un idioma artificial que surge para evitar ser comprendido por los no iniciados". El nuevo lenguaje de la juventud actual y actuante no es propiamente jerga, sino, pura y simplemente, lenguaje juvenil. En España, en esta década del 80, se dice "hablar -o escribir- en cheli". ¿Y qué es el Cheli?... Para Francisco Umbral, escritor español que maneja con gran soltura este modo expresivo y que lo inserta, con gran habilidad, en su punzante prosa periodística "el cheli", más que un fenómeno costumbrista, es un fenómeno generacional" (2). Y añade: "Los jóvenes hablan cheli porque viven en cheli. El cheli no es sino un sistema de defensas verbales..., una estructura dialectal ofensivo-defensiva que la juventud de hoy erige frente a una sociedad adulta". Y apostilla Umbral: "El cheli no es un idioma, sino un contraidioma". (3) Como fenómeno lingüístico generacional, el cheli no es exclusivo de la actual juventud española. Todas las generaciones juveniles han tenido su sistema idiomático, su código expresivo independiente y aislacionista. Si hace cuarenta o cincuenta años se decía de una mujer bella o hermosa que "estaba jamón" o "imponente", hoy se dice que "está como un tren". Cuando un joven de nuestros días exclama: " ¡esa chorba me mola cantidad (o "cantidubi")! ", quiere decir que esa chica le gusta mucho. Los ejemplos podrían llenar una página, un capítulo entero. Bastaría, como simple modelo, transformar la "carta" que, con lenguaje juvenil de los años 60, insertamos en la página 188, pasándola al cheli, de modo que tal carta comenzaría así, poco más o menos: "Tía : dirás que no me enrollo con la pluma, pero, ante tí, tan librote, me siento como amuermada, o sá que me comes el coco... "Etcétera, etc. Este lenguaje generacional, insistimos, no es exclusivo de los jóvenes españoles. La juventud francesa, por ejemplo, también tiene hoy día su código expresivo particular: "mon pater" o "mon vieux" vale por "mon pére" (mi padre), y el nombre común "vache" (vaca) se convierte en adjetivo, "un vache article" por "un buen artículo", o en adverbio de modo, "vachement", equivalente a "beaucoup" (mucho) o a "trés" (muy). (Para más ejemplos, véase cualquier texto de lengua francesa para estudios de Bachillerato). ¿Porvenir del cheli? El de todos los modos y modas generacionales: parte de él, posiblemente, se incorporará al acervo idiomático común y gran parte, probablemente, se olvidará, dejará de usarse. Y vendrán otras generaciones con nuevos giros expresivos. Es ley de vida a la que el habla popular no puede sustraerse. (1) "Dictionnaire du francais argotique et populaire". Larousse. Paris. (2) EL PAIS, viernes 30 de enero de 1981. (3) Llamado también lenguaje "pasota".