RIA LAGARTOS RESERVA DE LA BIOSFERA En la parte norte de la península de Yucatán, frente a las costas orientales del mismo estado, se encuentra un vasto humedal de importancia internacional, lugar donde se ubica el principal sitio de anidación en nuestro país del Flamenco Rosa (Phoenicopterus ruber ruber) que con su hermoso plumaje que va de matices pálidos rosas al bermellón, pinta de colores, junto con otras trescientas treinta y tres especies de aves diferentes que habitan la zona, los distintos ecosistemas que uno puede encontrar a lo largo de esta franja de pródiga tierra Yucateca: La Reserva de la Biósfera Ría Lagartos. En la parte norte de la península de Yucatán, frente a las costas orientales del mismo estado, se encuentra un vasto humedal de importancia internacional, lugar donde se ubica el principal sitio de anidación en nuestro país del Flamenco Rosa (Phoenicopterus ruber ruber) que con su hermoso plumaje que va de matices pálidos rosas al bermellón, pinta de colores, junto con otras trescientas treinta y tres especies de aves diferentes que habitan la zona, los distintos ecosistemas que uno puede encontrar a lo largo de esta franja de pródiga tierra Yucateca: La Reserva de la Biósfera Ría Lagartos. Dentro de la gran planicie de Yucatán, en 60 kilómetros de costas del extremo Noreste del estado hasta los límites con el de Quintana Roo, se encuentra la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos. En gran parte de sus 58,824 ha. se asienta el primer humedal de México inscrito en la convención Ramsar, como de importancia internacional, especialmente para aves. En sus playas, llegan a cumplir su ciclo de reproducción dos especies de tortugas marinas: la Blanca o Verde (Chelonia mydas) y la Carey (Eretmochelys imbricata), siendo para esta última uno de los tres sitios de reproducción de mayor importancia a nivel mundial. La gran cantidad de microambientes conformados por los distintos ecosistemas, generan una gran diversidad faunística en la Reserva Los Petenes, auténticas islas de vegetación siempre verde, se yerguen en medio de las sabanas y zonas inundables, son, por su aportación de agua dulce, punto de confluencia del mono araña (Atetes geoffroyi), Coatí (Nasua narica), mapache (Procyon lotor) y aún hoy es posible escuchar los rugidos del jaguar (Phantera onca). Sobre una gran extensión de la Reserva se extienden los manglares, importantes por su aportación de nutrientes, por ser refugio natural para gran variedad de peces, crustáceos y moluscos, y por se sitio de anidación de diferentes poblaciones de aves, como las garzas coloniales. La diversidad de la región está representada por especies de los cinco grupos de vertebrados con un total de 555 especies, que incluyen 142 especies endémicas de Mesoamérica, de las cuales 15 son endémicas de México y 1 de Yucatán. Entre reptiles y anfibios en la Reserva existen 95 especies reportadas. Para el caso de los mamíferos se conocen 56 especies en el área. Se calcula que entre los meses de Noviembre y Febrero, llegan a la porción norte de la Península de Yucatán más de 300,000 aves migratorias acuáticas y terrestres que emplean esta zona como refugio invernal. Las evidencias más remotas de ocupación humana en la laguna costera datan del período formativo tardío de 50 a 300 años D.C. El territorio donde ahora se encuentra la Reserva fue aparentemente el puerto de la gran Chichén Itzá y ahí realizaban los Mayas el intercambio de mercancías con el centro de México, Guatemala y otros puntos de Centroamérica. La importancia comercial radicaba en el control de la producción de sal realizada en el estero, por sus características únicas de hipersalinidad. Los tres poblados principales dentro de la Reserva: San Felipe, Río Lagartos y El Cuyo, remontan su existencia a la época colonial. Pedro Mártir de Anglería en su estudio cartográfico De Orbis Novo de 1511, localiza adecuadamente la boca del estero y lo denomina Río de Lagartos antes del supuesto descubrimiento de Yucatán. Bernal Díaz del Castillo relata en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España.