Koldo Martínez: "Un paciente terminal puede morir tranquilamente si

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Koldo Martínez: "Un paciente terminal puede morir tranquilamente si consigue
que un médico cumpla la ley"
La petición de la navarra Inmaculada Echeverría en Granada de una inyección que la
ayude a morir ha vuelto a abrir el debate sobre la despenalización de la eutanasia, pero
ha permitido constatar que hoy la ley ampara actuaciones médicas que ayudan a morir
con dignidad.
25-Oct-2006.
LOLA CABASÉS
SAN SEBASTIÁN. El médico intensivista del
Hospital de Navarra Koldo Martínez, primer máster
europeo de bioética, aseguró ayer que la navarra Inmaculada Echeverría Ramírez, que
ha hecho un llamamiento público para que le pongan una inyección que le ayude a
morir, "puede morir tranquilamente, sin sufrimiento, si consigue que un médico cumpla
la ley y le sede y le quite el respirador".
¿Sólo hace falta que un médico cumpla la ley para atender la petición de
Inmaculada Echeverría?
Eso es lo terrible del caso. Hay dos aspectos en la circunstancia de esta mujer. Uno, su
lucha en defensa de la eutanasia, que está muy bien, lo puede hacer porque tiene todo el
derecho del mundo a hacer lo que quiera, pero es una lucha en contra de una ley que ella
considera injusta. En segundo lugar, si lo que busca es una muerte "digna", la ley
española en este momento le garantiza el derecho a que alguien la sede y le quite el
respirador.
Ella teme que la medida se limite a retirarle el respirador porque cree que va a
sufrir más cuando muera.
No tiene por qué. Para eso se utiliza la morfina. Es una práctica diaria en los hospitales.
¿Cómo está la situación desde el punto de vista legal?
La ley criminaliza el suicidio asistido y la eutanasia. La eutanasia, más y el suicidio
asistido, menos. Hay diferencias entre ambos. La eutanasia es la provocación directa de
la muerte y el suicidio asistido es, por ejemplo, lo que hicieron con Ramón Sampedro,
es decir poner las cosas y que él se las tome. La inyección directa está más castigada
que el suicidio asistido. Esta mujer, que tiene una enfermedad que le impide respirar y,
por tanto, necesita un respirador para seguir viviendo, si con voz propia, ya que está
consciente y lo hace de forma voluntaria, dice que no quiere el respirador, la ley
española le ampara en este momento.
Entonces, ¿con qué problema se encuentra?
No lo sé. Por lo que he leído, creo que está ingresada en un hospital de la orden de San
Juan de Dios y, entonces, es posible que los médicos que estén ahí no acepten eso, pero
sería alucinante porque la Orden de San Juan de Dios, concretamente el Instituto Borja
de Bioética que depende de esta orden, antes que el Comité Consultivo de Bioética de
Cataluña publicó un documento que apoyaba la despenalización de la eutanasia.
Entonces, ¿el problema surge porque hay médicos que ponen pegas?
Efectivamente. Otro asunto es el tema de la eutanasia. En nuestra jerga a esta situación
le denominamos limitación del esfuerzo terapéutico. Es una práctica absolutamente
aceptada ética y legalmente. Las limitaciones de esfuerzo terapéutico,
fundamentalmente, las hacemos por consenso entre el personal sanitario del servicio,
consenso posterior con el propio paciente si es capaz de hablar y de razonar o con su
familia. Si hay consenso, se hace y si no, se da más tiempo hasta buscar otras salidas. Si
hay problemas y no se llega a consenso se recurre al comité de ética asistencial que hay
en la mayoría de los hospitales. Se hace en todas las UCI del mundo
¿En que casos se actúa así?
Cuando ya has utilizado todo el arsenal terapéutico y no consigues mejoras en el
paciente y consideras que lo que le estás haciendo le provoca más mal que bien; porque
no estás llegando a ninguno de los objetivos propuestos; o porque el paciente ha
decidido que no quiere seguir más, libre, consciente y voluntariamente. Obviamente,
son casos terminales. Si el paciente no puede hablar, hay dos vías, una la del testamento
vital que es un instrumento que por el momento se está utilizando poco, y la segunda,
buscar otros criterios para el mejor interés del paciente. El testamento vital tiene validez
legal, es obligatorio cumplirlo.
Supongo que para los médicos lo mejor es que todos hagamos un testamento vital.
Sí, pero tiene trampa. Es un instrumento jurídico, legal, más complicado que un
testamento normal porque las formas de morirse son infinitas y no puedes definir tanto.
Es cierto que hay personas que dejan órdenes muy concretas como, por ejemplo, el
rechazo a que se le intube y esa es una decisión bien clara.
Esa voluntad ¿hay que acatarla?
Sí. Hay que respetar. Ahora, por ejemplo, tú has pedido que no se te intube y de pronto
vienes con un hueso de melocotón en la garganta y yo sé que si te intubo y con una
pinza te lo saco y vas a vivir, yo te intubo porque entiendo que no es para esta
circunstancia.
Más de la mitad de las personas que han registrado sus testamentos vitales son
testigos de Jehová que no quieren recibir transfusiones de sangre ¿qué hacer?
En este caso, la ley española es clarísima. Si es adulto, libre y voluntario y dice que no
quiere sangre no se le pone. Otra cosa es si se trata de un niño. En este caso hay que
pelear por salvar la vida para que luego pueda ejercer su libertad.
¿Qué diferencias hay entre la limitación del esfuerzo terapéutico y la eutanasia?
La diferencia más importante es que en la limitación del esfuerzo terapéutico, quien te
mata es la enfermedad. Es decir, yo te quito el respirador y yo no te mato, te mata la
enfermedad que te impide respirar, mientras que en la eutanasia tú estás con el
respirador y yo te pongo una inyección para que se te pare el corazón.
¿Por qué es necesario legalizar la eutanasia?
Yo lo que defiendo es que las razones morales que se dan para no despenalizar la
eutanasia son totalmente débiles y moralmente pobres. El debate fundamental es la
sacralidad de la vida y la calidad de la vida. Los que defienden el no a la eutanasia dicen
que la vida es sagrada y que nosotros no podemos tocarla. Dios o la naturaleza nos la
dio y Dios o la naturaleza nos la quitó. En el otro lado se encuentran los que defienden
la calidad de la vida, es decir la vida merece la pena ser vivida mientras tiene un mínimo
de calidad, y piden que se les deje ir cuando la calidad de su vida sea tan pobre que no
merezca la pena vivirla. Éstos no imponen nada a los otros por tanto es una postura más
civil.
¿Han tenido ustedes en Navarra algún problema legal o personal con algunas
familias por la limitación del esfuerzo terapéutico?
Ninguno, pero no hay que olvidar el caso de Leganés que está muy relacionado con
esto.
¿Les da miedo a los médicos este tipo de situaciones?
A mí me da miedo que a los médicos les de miedo ya que, entonces, la gente se va a
morir de formas mucho más indignas que en la actualidad y algunas formas de morir
hoy son muy indignas. A mí, personalmente, no me da ningún miedo.
En Pamplona, ¿se aplica esta limitación del esfuerzo terapéutico en todos los
centros sanitarios?
Me imagino que sí. En los hospitales públicos y en San Juan de Dios, donde se aplican
los tratamientos paliativos, por supuesto que sí.
La paciente de Granada, al haberlo hecho público, ¿se le va a complicar la vida?
Para la eutanasia, por supuesto que hubiera tenido problemas, pero no para morir
mediante limitación de esfuerzo. Con ello, puede morir con total tranquilidad. Al
haberlo hecho público seguro que se le va a complicar la vida; eso es lo que tiene la
militancia. Pienso que igual le están aconsejando mal.
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