www.juridicas.unam.mx Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.bibliojuridica.org anuario de derecho constitucional latinoamericano año XVIII, 2012, pp. 415-429. bogotá, issn 1510-4974 Torsten Stein (Alemania)* Siempre con un rumbo fijo El difícil equilibrio entre supernacionalidad y soberanía constitucional en la relación entre el Tribunal Constitucional alemán y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (con una breve mirada de soslayo a la judicatura de la Corte Constitucional Italiana) Resumen El desarrollo de la integración en la Unión Europea ha sido motivo de cambios sustanciales en los criterios emitidos por el Tribunal Constitucional Federal alemán. En ese sentido, es posible observar oscilaciones entre una postura mayormente integracionista y otra que no lo es tanto, a lo largo de distintos casos emblemáticos que se han puesto a consideración tanto del citado Tribunal Constitucional como también del Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Europea, denominada posteriormente Unión Europea. Este artículo lleva a cabo un recuento sucinto de las decisiones judiciales más trascendentes que se han emitido al respecto en el derecho alemán. Palabras clave: Tribunal Constitucional Federal (Alemania), integración regional, Ley Fundamental de Bonn, jurisprudencia, protección de los derechos fundamentales, Unión Europea, derecho comunitario, Alemania. Zusammenfassung Die Entwicklung der Integration in der Europäischen Union hat zu grundsätzlichen Änderungen bei den vom deutschen Bundesverfassungsgericht genannten Kriterien geführt. Dementsprechend lassen sich anhand einzelner emblematischer Fälle, die sowohl dem genannten Gericht als auch dem Gerichtshof der Europäischen Wirtschaftsgemeinschaft, der späteren Europäischen Union, zur Entscheidung vorgelegt wurden, Schwankungen zwischen einer integrationsfreundlicheren und einer anderen, eher verhaltenen, Position * Profesor de Derecho Público Europeo. Miembro de la Asociación de Derecho Internacional (ILA) y de la Junta de la Academia Europea de Derecho. Ha publicado diversos libros y artículos sobre la Unión Europea y sobre derecho internacional público. ‹[email protected]› 416 siempre con un rumbo fijo / torsten stein beobachten. Der vorliegende Artikel stellt die auf diesem Gebiet nach deutschem Recht ergangenen wegweisenden Gerichtsentscheidungen kurz im Überblick dar. Schlagwörter: Bundesverfassungsgericht (Deutschland), regionale Integration, Bonner Grundgesetz, Rechtsprechung, Grundrechtsschutz, Europäische Union, Gemeinschaftsrecht, Deutschland. Abstract The development of integration within the European Union has been a source of substantial changes in the criteria held by the Federal Constitutional Court of Germany. Thus, it is possible to observe fluctuations between a mostly integrationist stance and another that is less so, throughout various emblematic cases that have been submitted to both the Federal Constitutional Court and the Court of Justice of the former European Economic Community, now the European Union. This article briefly accounts for the most transcendental judicial decisions that have been handed down in Germany on the aforementioned subject of integration. Keywords: Federal Constitutional Court (Germany), regional unification, German Basic Law (Bonn), precedent, protection of fundamental rights, European Union, communitarian law, Germany. 1. Introducción Los barcos normalmente toman un rumbo fijo, a menos de que intenten evadir ataques de piratas cerca de las costas de Somalia. El rumbo tomado por el Tribunal Constitucional Federal alemán vis-à-vis la integración europea, en ocasiones pareció ser un poco errático, al menos verbalmente. Entre las responsabilidades del Tribunal Constitucional se encuentran la protección de los derechos humanos (fundamentales), la protección de las prerrogativas y la soberanía de los cuerpos legislativos alemanes y, más recientemente, de la “identidad constitucional”. A veces uno podría tener la impresión de que el Tribunal Constitucional sintió la necesidad de escaparse o defenderse de los ataques de Europa hacia estas piedras angulares de la condición del Estado alemán. Pero, a fin de cuentas, como veremos, el Tribunal logró virar hacia su rumbo original; quizá demasiado fácilmente. 2. Los primeros años Poco después de las destacadas decisiones del Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Europea (tjcee) en los casos Van Gend & Loos y Costa v. enel,1 en los que 1 Caso de la cej 26/62, Van Gend & Loos, Recopilación de Jurisprudencia 1963, 1 y Caso 6/64, Costa v. enel, Recopilación de Jurisprudencia 1964, 1251. anuario de derecho constitucional latinoamericano 417 estableció que el Tratado de la Comunidad Económica Europea (cee) consagra un orden jurídico autónomo, que precede a los órdenes legales de los Estados miembros y tiene (en parte) un efecto directo, el Tribunal Constitucional Federal alemán posteriormente afirmó2 que la cee era un “nuevo” poder público, independiente del poder de los Estados miembros; no en sí un Estado o Estado federal, sino una comunidad sui generis en medio de un proceso de integración progresiva. Las reglas jurídicas adoptadas bajo sus competencias no eran derecho público ni internacional. En 1971, el Tribunal Constitucional Federal alemán encontró un fundamento en la Ley Fundamental Alemana (Constitución) para adoptar la posición del Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Europea,3 al advertir que si el artículo 24 de la Ley Fundamental (el entonces “artículo de integración”) fuese interpretado de cierta manera, no solo permitiría la transferencia de poderes soberanos a organizaciones internacionales, sino que también determinaría que los actos legales de tales organizaciones tendrían que ser reconocidos e implementados. Incluso muchos años después, el Tribunal Constitucional fue algo generoso al aceptar una interpretación del derecho comunitario por parte del tjcee que era bastante “dinámica”, al declarar que la “aplicabilidad directa” de las directrices del Tribunal de Justicia Europeo estaban comprendidas dentro del “programa de integración”.4 Pero, mientras tanto, en 1974 hubo un primer disparo de advertencia. 2.1. La resolución Solange I El 29 de mayo de 1974, el Tribunal Constitucional Federal alemán resolvió un caso de permisos de exportación que había sido remitido por un tribunal administrativo alemán al tjcee (el cual confirmó la legalidad de la regulación de la cee que fue impugnada) y que a su vez había sido remitido de nueva cuenta al Tribunal Constitucional, debido a que el tribunal administrativo había estado en desacuerdo con la respuesta del tjcee. Para la sorpresa de muchos, el Tribunal Constitucional, aunque no encontró ilegalidad alguna en el caso particular, resolvió lo siguiente: En tanto el proceso de integración no ha progresado a tal grado que el derecho comunitario haya recibido un catálogo de derechos fundamentales votados en un Parlamento y de validez fija, lo cual resulta adecuado cuando se lo compara con el catálogo de derechos fundamentales contenidos en la Ley Fundamental, la remisión de un Tribunal de la República Federal Alemana al Tribunal Constitucional Federal en los procedimientos de control constitucional, después de haberse emitido una resolución del Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Europea al tenor del artículo 177 del Tratado [actualmente artículo 267 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea], es admisible y necesaria si el Tribunal alemán considera que la regla aplicable del derecho comunitario a la resolución del caso particular es inaplicable en la interpretación otorgada por el Tribunal de Justicia, BVerfGE 22, 293. BVerfGE 31, 145. 4 BVerfGE 75, 223. 2 3 418 siempre con un rumbo fijo / torsten stein en la medida en que entre en conflicto con uno de los derechos fundamentales de la Ley Fundamental.5 El Tribunal Constitucional explicó su decisión de la siguiente manera: […] no basta simplemente con hablar de una “precedencia” del derecho comunitario por encima del derecho constitucional nacional a fin de justificar la conclusión de que el derecho comunitario siempre debe prevalecer sobre el derecho constitucional nacional porque, de otra manera, la Comunidad sería puesta en tela de juicio. El derecho comunitario es muy pocas veces cuestionado cuando, excepcionalmente, no se permite que el derecho comunitario prevalezca sobre el derecho constitucional contundente [zwingendes], al igual que cuando el derecho internacional entra en conflicto con el artículo 25 de la Ley Fundamental al determinarse que las reglas generales del derecho internacional solo tienen preeminencia sobre el derecho federal simple […] La obligatoriedad del Tratado frente a la República Federal de Alemania (y frente a todos los Estados miembros) no es unilateral, de acuerdo con el significado y espíritu de los tratados, sino que también obliga a la Comunidad a que cumpla con su parte para resolver el conflicto que aquí se ha asumido, esto es, el buscar un sistema que sea compatible con un precepto arraigado del derecho constitucional de la República Federal Alemana. Apelar a un conflicto de este tipo no es, por ende, una violación del tratado, sino que pretende poner en marcha dentro de los órganos europeos el mecanismo del tratado que resuelve el conflicto en un nivel político […]. El artículo 24 de la Ley Fundamental versa sobre la transferencia de derechos soberanos a las instituciones interestatales. Esto no puede interpretarse literalmente. Al igual que cualquier otra disposición constitucional de similar naturaleza fundamental, el artículo 24 de la Ley Fundamental debe ser comprendido e interpretado dentro del contexto general de la totalidad de la Ley Fundamental. Esto es, no abre el camino para enmendar la estructura básica de la Ley Fundamental que conforma la base de su identidad, sin una enmienda formal a la Ley Fundamental, es decir que no abre tal camino a través de la legislación de la institución interestatal […]. La parte de la Ley Fundamental que contempla los derechos fundamentales es una característica inalienable y esencial de la Ley Fundamental válida de la República Federal de Alemania, que además forma parte de la estructura constitucional de la Ley Fundamental. Doce años después, tras haber otorgado indicaciones más o menos abiertas a este respecto en decisiones no relacionadas con el derecho comunitario,6 el Tribunal Constitucional revirtió el sentido de la fórmula Solange I. 2.2. La resolución Solange II El 22 de octubre de 1986, el Tribunal Constitucional emitió una resolución en un caso que tenía un trasfondo fáctico y procedimental muy similar al caso Solange I. 5 BVerfGE 37, 271. cf. BVerfGE 58, 1 (Eurocontrol); véase también BVerfGE 52, 187. 6 anuario de derecho constitucional latinoamericano 419 En tanto las Comunidades Europeas. y en particular la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Europea, aseguren en general una protección efectiva de los derechos fundamentales en contraposición con los poderes soberanos de las Comunidades, que pueda ser considerada sustancialmente similar a la protección de los derechos fundamentales exigidos incondicionalmente por la Constitución, y en la medida en que en general salvaguarden el contenido esencial de los derechos fundamentales, el Tribunal Constitucional Federal dejará de ejercer su jurisdicción para decidir sobre la aplicabilidad de la legislación comunitaria secundaria, citada como el fundamento legal para cualquier acto de los tribunales alemanes y, además, dejará de someter tal legislación a control constitucional según el estándar de los derechos fundamentales contenidos en la Ley Fundamental; por lo tanto, las remisiones para dicho propósito al Tribunal fundadas en el artículo 100.1 de la Ley Fundamental son inadmisibles.7 El Tribunal, después de recordar la resolución de Solange I, explicó este giro de 180 grados de la siguiente forma: En opinión de este Tribunal, se ha establecido una medida de protección de derechos fundamentales dentro de la jurisdicción soberana de las Comunidades Europeas que, en su concepción, sustancia y manera de implementación, es esencialmente comparable con los estándares de derechos fundamentales proporcionados por la Ley Fundamental. Desde entonces, todas las principales instituciones de la Comunidad han reconocido de un modo jurídicamente significativo que al ejercer sus poderes y al perseguir los objetivos de la Comunidad se guiarán por el deber legal del respeto a los derechos fundamentales, particularmente del modo en que están establecidos por las Constituciones de los Estados miembros y por la Convención Europea sobre Derechos Humanos. No hay factores decisivos que nos lleven a concluir que el estándar de derechos fundamentales logrado bajo el derecho comunitario no está adecuadamente consolidado y posee una naturaleza puramente transitoria […]. El Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Europea ha reconocido generalmente y aplicado congruentemente en sus resoluciones los principios que derivan del Estado de derecho, de la prohibición de la acción excesiva y de la proporcionalidad como principios generales de derecho, al alcanzar un balance entre los objetivos de interés común del sistema jurídico comunitario y la salvaguarda del contenido esencial de los derechos fundamentales […]. Podríamos agregar que en los años subsecuentes y hasta el día de hoy, el tjcee pudo haber malentendido la fórmula del Tribunal Constitucional consistente en “la salvaguarda del contenido esencial de los derechos fundamentales”.8 Al analizar una medida comunitaria, el tjcee se constriñe a examinar si la medida es adecuada para el propósito que pretende alcanzar, y si no infringe el contenido esencial de un derecho humano. En la doctrina alemana, el “contenido esencial” es el límite más bajo de protección; el BVerfGE 73, 339. T. Stein: “Gut gemeint - Bemerkungen zur Charta der Grundrechte der Europäischen Union”, en Festschrift für Helmut Steinberger, Berlín: Springer, 2002, 1425 (1431). 7 8 420 siempre con un rumbo fijo / torsten stein artículo 19, sección 2, de la Ley Fundamental establece: “En ningún caso puede ser afectada la esencia de un derecho básico”. El nivel regular de protección es mucho mayor: idoneidad, necesidad (principio de las medidas más benignas) y proporcionalidad.9 Por cierto, la fórmula Solange II del Tribunal Constitucional Federal alemán también ha sido adoptada por la Corte Europea de Derechos Humanos (cedh),10 aunque con una diferencia: mientras que el Tribunal Constitucional Federal alemán se ha reservado la competencia para controlar actos de la Comunidad (actualmente Unión) en el marco de los derechos humanos solamente en el caso de que el tjcee no logre asegurar la protección efectiva de los derechos fundamentales de manera general (“disminución sustancial en el estándar de protección de derechos humanos”), la cedh también se reserva esa competencia únicamente ante una protección insuficiente en un caso aislado.11 3. La Unión Europea En el contexto del establecimiento de la Unión Europea bajo el Tratado de Maastricht, el Tribunal Constitucional Federal alemán extendió su control teorético sobre los actos legislativos europeos. Si bien hasta ese entonces se limitaba a la protección de derechos humanos, ahora el Tribunal incluyó en su perspectiva la democracia, la representación y la legitimación, así como los principios constitucionales y los intereses fundamentales de los Estados miembros. 3.1. La resolución Maastricht En su resolución sobre el Tratado de Maastricht de 12 de octubre de 1993,12 el Tribunal Constitucional repitió esencialmente sus anteriores resoluciones sobre la protección de derechos humanos, afirmando que el Tribunal Constitucional Federal alemán ejerce su jurisdicción sobre la aplicabilidad del derecho secundario de la Unión Europea en Alemania, en una “relación de cooperación” con el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Europea. En esta relación, el tjcee garantiza la protección de los derechos fundamentales en cada caso individual para toda el área de la Unión Europea y, por ende, el Tribunal Constitucional Federal puede limitarse a la procuración general del estándar indispensable de derechos fundamentales. Algunos señalaron atinadamente que esta “relación de cooperación” parecía más bien un “control final” por parte del Tribunal Constitucional.13 Luego, el Tribunal calificó a la Unión Europea de una “asociación de Estados democráticos” (Staatenverbund), Estados que continuaban siendo soberanos. El principio democrático, según el Tribunal, requiere que la ejecución de poderes soberanos derive de 9 cf. M. P. Singh: German Administrative Law in Common Law Perspective, Berlín, Springer, 2.a ed., 2001, pp. 163 ss. 10 cedh, 30 de junio de 2005, aplicación número 45036/98 (Bosphorus). 11 Ch. Grabenwarter: Europäische Menschenrechtskonvention, Múnich: Beck, 4.a ed., 2009, pp. 119 ss. 12 BVerfGE 89, 155. 13 M. Herdegen: Europarecht, Múnich: Beck, 12.a ed., 2010, p. 252. anuario de derecho constitucional latinoamericano 421 las “personas del Estado”. Esto no excluye la membresía en una comunidad de Estados autorizada para emitir actos soberanos, pero dicha autoridad está limitada a aquellos derechos soberanos transferidos por el órgano legislativo nacional bajo el derecho que llevó a la formación del Tratado de Maastricht. Cualquier acto que no esté comprendido en ese derecho y que, por ende, transgreda los límites de la transferencia (ausbrechender Rechtsakt) no sería válido ni aplicable en Alemania. El Tribunal entonces rehusó (teóricamente) reconocer la primacía del derecho de la Unión Europea y la prerrogativa del tjcee para delimitar las competencias de la Unión en un caso determinado. Fuertes palabras, pero nada siguió de ello. Algunos esperaban que el Tribunal Constitucional al menos indicara que no estaba satisfecho con el estándar de protección de derechos humanos ofrecido por el tjcee en sus resoluciones sobre la organización Banana Market, pero en su propia resolución14 sobre este caso el Tribunal Constitucional simplemente repitió la fórmula Solange II y declaró que la demanda era inadmisible. 3.2. La resolución Lisboa Las palabras fueron aún más fuertes en la resolución del Tribunal Constitucional sobre el Tratado de Lisboa. Basta recordar un extracto:15 El artículo 23 de la Ley Fundamental [la Constitución Alemana] concede poderes para formar parte y desarrollar una Unión Europea designada como una asociación de Estados soberanos [Staatenverbund]. El concepto de Verbund incluye una asociación a largo plazo de Estados que siguen siendo soberanos, una asociación derivada de un tratado que ejercita la autoridad pública, pero cuyo orden fundamental está sujeto al poder de toma de decisión de los Estados miembros y en el cual el pueblo, esto es, los ciudadanos de los Estados miembros, continúan siendo los sujetos de legitimación democrática. En la medida en que los Estados miembros elaboren un derecho de los tratados, de tal manera que permita la enmienda de los tratados sin un procedimiento de ratificación, a la vez que preserve la aplicación del principio de delegación, los cuerpos legislativos y el gobierno federal poseen una responsabilidad especial, dentro del contexto de la participación, que en Alemania tiene que cumplir internamente los requerimientos del artículo 23.1 de la Ley Fundamental (responsabilidad de integración) y que puede ser invocado en cualquier procedimiento llevado ante el Tribunal Constitucional Federal. La unificación europea basada en la unión de Estados soberanos bajo un tratado no puede ser alcanzada de tal manera que no exista suficiente espacio para los Estados miembros en la cuestión de la formación política de condiciones de vida económicas, culturales y sociales. Esto es aplicable, en particular, en áreas que les dan forma a las condiciones de vida de los ciudadanos, específicamente en la esfera privada de su propia responsabilidad y de la seguridad política y social, protegida por derechos fundamentales, BVerfGE 102, 147. BVerfGE 123, 267. 14 15 422 siempre con un rumbo fijo / torsten stein así como las decisiones políticas que se basan especialmente en percepciones culturales, históricas y lingüísticas y que son desarrolladas dentro del discurso público en la esfera de las políticas públicas de los órganos legislativos y partidos políticos. El Tribunal Constitucional Federal examina si los instrumentos jurídicos de las instituciones y los órganos europeos se encuentran dentro de los límites de los poderes soberanos acordados por ellos por vía de la delegación, a la vez que se adhieren al principio de subsidiariedad bajo el derecho comunitario y de la Unión (artículos 5.1, párrafo segundo, y 5.3 del Tratado de la Unión Europea en su versión del Tratado de Lisboa). Más aún, el Tribunal Constitucional Federal analiza si se respeta el contenido fundamental inviolable de la identidad constitucional de la Ley Fundamental, de acuerdo con su artículo 23.1, tercer párrafo, en conjunción con el artículo 79.3 de dicha Ley. El ejercicio de este poder de control, que encuentra sus raíces en el derecho constitucional, deriva del principio de la apertura de la Ley Fundamental hacia el derecho europeo (Europarechtsfreundlichkeit), y por lo tanto no contradice el principio de cooperación sincera (artículo 4.3 del Tratado de la Unión Europea de Lisboa); de lo contrario, frente a una integración progresiva, las estructuras políticas y constitucionales fundamentales de los Estados miembros soberanos, reconocidas por el primer párrafo del artículo 4.2 del Tratado de la Unión Europea (tue) reformado en Lisboa, no pueden ser salvaguardadas de ningún otro modo. A este respecto, la garantía de la identidad constitucional nacional bajo el derecho constitucional y el de la Unión van de la mano en el área jurídica europea. La resolución Lisboa tuvo bastantes detractores, en cuanto a que regresa a una visión estrictamente nacionalista que daña el proceso de integración.16 Otros tantos se preguntaron si esta vez las palabras estarían respaldadas por acciones, y ya tenían en mente un caso apropiado para tal efecto: el fallo Mangold del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (tjue).17 3.3. El fallo Mangold del Tribunal de Justicia de la Unión Europea El caso versa sobre un contrato de trabajo de término fijo, firmado el 26 de junio de 2003, entre el Sr. Mangold, entonces de 56 años de edad, y su patrón, un abogado postulante. Bajo el derecho laboral alemán vigente en ese tiempo, los contratos de término fijo podían concluirse si había fundamentos objetivos para hacerlo. Existía una excepción aplicable cuando los trabajadores llegaban a la edad de 52 años, que no requería de razones objetivas. Con esta excepción, el legislador alemán perseguía el propósito de reducir el desempleo que, estadísticamente, era mucho más alto entre las personas de mayor edad, al disminuir las barreras para su reinserción en la vida laboral. Aparentemente por un acuerdo con su patrón, el Sr. Mangold impugnó la limitación de su contrato ante el Tribunal de Trabajo de Múnich, el cual a su vez remitió el caso al tjue, para cuestionar si debía rehusar el aplicar las disposiciones del derecho interno a la luz del derecho de la Unión Europea que prohíbe la discriminación basada en la 16 Cf. la edición especial del Zeitschrift für Europarechtliche Studien (ZEuS), vol. 12 (2009), n.o 4, pp. 491-729. 17 Caso C-144/04, Mangold, (2005), tjue i-9981. anuario de derecho constitucional latinoamericano 423 edad, inter alia. La norma de la Unión Europea primordialmente relevante era la directiva 2000/78/EC, del 27 de noviembre de 2000,18 que, sin embargo, no iba a ser incorporada por Alemania hasta el 2 de diciembre de 2006. El tjue, no obstante, confirmó que la legitimidad del objetivo de interés público contenido en la legislación alemana estaba en concordancia con el artículo 6 de la directiva y no podía ser razonablemente puesto en duda. Después, no obstante, el tjue cuestionó si los medios empleados para conseguir el objetivo legítimo eran “apropiados y necesarios”; la respuesta es extraordinaria: la que fija el principio de no discriminación sobre la base de la edad no es la directiva en sí, sino un “principio general del derecho comunitario” que podía ser ubicado “en diversos instrumentos internacionales y en las tradiciones constitucionales comunes a los Estados miembros”. El tjue no solo señala un ejemplo de tales instrumentos y tradiciones constitucionales, sino que invoca el tercer y el cuarto antecedente en el preámbulo de la directiva. Y un vistazo a estos antecedentes revela que el tercero solo se refiere al artículo 3 (2) del entonces Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica Europea y en particular a la discriminación contra las mujeres. El cuarto simplemente enuncia todas las convenciones internacionales de derechos humanos de las cuales los Estados miembros son signatarios. Todos estos instrumentos internacionales contienen una disposición sobre la igualdad de todas las personas ante la ley y la protección igualitaria sin discriminación, pero ninguno menciona la discriminación basada en la edad. Lo mismo puede decirse de las “tradiciones constitucionales comunes a los Estados miembros”. Solo la Constitución finlandesa (artículo 6) y —si acaso— la Constitución portuguesa (artículo 59) contienen tal disposición.19 Eso de ningún modo es suficiente para una “tradición común”. En el caso Mangold, el tjue anticipó e inclusive inventó un nuevo derecho fundamental (principio general del derecho comunitario) y ordenó a un tribunal nacional que dejara de aplicar una disposición jurídica que en ese momento no se encontraba en conflicto con el derecho comunitario (de la Unión).20 Uno podría argüir que la resolución del tjue beneficiaba a un trabajador de avanzada edad, pero esto también iba en detrimento de un patrón que había confiado en la disposición nacional obligatoria y que, además, había formulado planes basados en esa confianza. El tjue no abordó la cuestión de la buena fe o de las expectativas legítimas en Mangold, quizá porque era evidente que este era un caso fabricado deliberadamente por el trabajador y el patrón, pero el tribunal debió tomar en cuenta que su razonamiento también sería aplicable a los casos en los cuales el patrón había confiado en la validez de la legislación nacional. Un ejemplo al respecto fue el caso Honeywell, y varios21 que consideraban que la resolución Mangold era un acto ­ultra vires en el sentido de las resoluciones Maastricht y Lisboa del Tribunal Constitucional Federal alemán esperaban que el Tribunal Constitucional al menos le mostrara al tjue una “tarjeta amarilla”. OJ 2000, L 303, 16. L. Gerken y otros: “Mangold” als ausbrechender Rechtsakt, Múnich: Sellier, 2009, pp. 19 ss. 20 Tanto la directiva 2000/78, como la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (y su artículo 21) no tenían fuerza vinculante en Alemania en ese momento. 21 Gerken y otros: o. cit., pássim. 18 19 424 siempre con un rumbo fijo / torsten stein 3.4. La resolución Honeywell del Tribunal Constitucional Federal alemán Los hechos en el caso Honeywell eran casi idénticos a los del caso Mangold, pues las únicas diferencias fueron que no estaba “fabricado” y no fue remitido al tjue, a pesar de que podía y debía haberlo sido. En el año 2003 el patrón en cuestión había concluido trece contratos de término fijo con empleados de más de 52 años de edad, previamente desempleados, a fin de alcanzar auges en la producción. Uno de ellos impugnó la limitación de su contrato, perdió en dos instancias y finalmente promovió una apelación ante el Tribunal Laboral Federal. Este revocó las resoluciones previas de los tribunales laborales de menor jerarquía, así como la limitación del contrato, basándose en la resolución del caso Mangold del tjue. Dicha resolución, según se dijo, era absolutamente clara en cuanto a que no había necesidad de una nueva remisión al tjue. La compañía Honeywell presentó un recurso constitucional en contra de esta resolución ante el Tribunal Constitucional Federal. ¿Cuál fue la respuesta del Tribunal Constitucional? 22 El Tribunal —con excepción de un juez que opinó en contra, con cuya postura concuerdo y me alegro de verlo entre nosotros el día de hoy, el juez Landau— pareció haber abandonado u olvidado completamente sus fuertes palabras en las resoluciones Maastricht y Lisboa. Baste nuevamente ver los encabezados oficiales de la resolución publicados por el Tribunal: El control ultra vires por parte del Tribunal Constitucional Federal solo puede ser considerado si hay una invasión suficientemente calificada de competencias por parte de los cuerpos Europeos. Esto es contingente dependiendo de si el acto de autoridad de la Unión Europea manifiestamente invade competencias y si el acto impugnado conduce a un viraje estructural significativo en la estructura de competencias, en detrimento de los Estados Miembros. Previo a aceptar un acto ultra vires, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea debe tener la oportunidad de interpretar los Tratados, así como de resolver sobre la validez e interpretación de los actos en cuestión, en el contexto de los procedimientos preliminares para resolver, de acuerdo con el artículo 267 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (tfue), siempre que aún no se haya clarificado la cuestión que ha surgido. Para asegurar la protección constitucional de las expectativas legítimas, debería considerarse el otorgar compensación nacionalmente a una parte involucrada que hubiera confiado en la disposición obligatoria y que hubiera hecho planes basados en esta confianza, en el marco de la inaplicabilidad retroactiva de una ley como resultado de una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. No todas las violaciones de la obligación del derecho de la Unión de llevar a cabo una remisión del asunto son una transgresión del artículo 101.1, párrafo 2.o, de la Ley Fundamental. El Tribunal Constitucional Federal solo se queja de la interpretación y aplicación de las reglas sobre competencias si, después de llevar a cabo una evaluación sensible de los conceptos que subyacen en la Ley Fundamental, estos ya no son comprensibles y además son manifiestamente insosteni- Caso 2 bvr 2661/06, sentencia de 6 de julio de 2010, njw, 3422. 22 anuario de derecho constitucional latinoamericano 425 bles. Este estándar de lo que es considerado arbitrario también es aplicable si se considera que ha habido una violación del artículo 267.3 del tfue. El umbral para un control legal ultra vires es ahora tan alto que el tjue probablemente nunca lo rebasará. El desborde de los objetivos originales es más probable que un golpe de Estado que conduzca a un cambio estructural significativo en detrimento de los Estados miembros en la estructura de competencias. Y el término vago suficientemente calificada está siendo utilizado por el tjue para desestimar regularmente las demandas de responsabilidad no contractual de la Unión Europea (artículo 340, sección 2 del tfue). ¿Qué significa que el Tribunal señale que “previamente a la aceptación (¡sic!) de un acto ultra vires, el tjue debe tener la oportunidad de […] resolver sobre la validez e interpretación de los actos en cuestión. […]”? ¿Está preparado ya el Tribunal Constitucional para remitir un juicio al tjue a fin de ventilar una cuestión prejudicial, lo que tanto ha rehusado hasta ahora? Por cierto, la Corte Costituzionale italiana hizo esto por primera vez en febrero de 2008 (volveré sobre esto). Ello no es muy probable por parte del Tribunal Constitucional Federal alemán, sobre todo si se lee cuán generoso es el Tribunal Constitucional con el hecho de que el Tribunal Laboral Federal no haya remitido el caso Honeywell al tjue. Y la “compensación doméstica” es, cuando mucho, lex desiderata. Las normas existentes sobre responsabilidad estatal en Alemania requieren que haya un acto ilegal de un órgano del Estado y no incluyen el “error legislativo”. ¿Cómo podría un legislador o un tribunal predecir que, al aplicar una disposición nacional, el tjue un día la clasificaría como violatoria del derecho de la Unión? 4. Primera conclusión Uno se pregunta qué fue lo que condujo al Tribunal Constitucional Federal a ese giro completo después de las resoluciones Maastricht y Lisboa. Se rumorea que el Tribunal estaba bajo una fuerte presión política. El juez relator del caso Honeywell, que también lo fue en la resolución Lisboa, trató de explicar la sentencia en un periódico de circulación nacional, donde habló de autolimitación y de consideración.23 Muchos ciertamente alabarán al Tribunal Constitucional por regresar a su posición original, amigable hacia la integración, pero el Tribunal podría haberlo hecho mejor. ¿Por qué no regresó el caso al Tribunal Laboral Federal, para exigir una remisión al tjue bajo el artículo 101 de la Constitución Alemana y, a su vez, preguntar al tjue no solo si la prohibición de discriminación sobre la base de la edad es un principio general del derecho de la Unión, sino también si lo es la protección de expectativas legítimas? Esto habría evitado una confrontación entre el Tribunal Constitucional y el tjue, pero al mismo tiempo habría dejado en claro que el Tribunal Constitucional se toma su “competencia reservada” seriamente. ¿Por qué ladrar y no morder? Todo lo que ve ahora el tjue es una bandera blanca 23 U. Di Fabio: “Friedliche Koexistenz“ (‘coexistencia pacífica’), Frankfurter Allgemeine Zeitung, 21 de octubre de 2010, p. 6. 426 siempre con un rumbo fijo / torsten stein s­ obre Karlsruhe,24 la sede del Tribunal Constitucional Federal alemán. Y cuando leemos el artículo que publicó el presidente del tjue en septiembre de 2011, en conmemoración del 60 aniversario del Tribunal Constitucional Federal alemán en un periódico nacional alemán,25 entonces queda claro que él ciertamente ha visto esa bandera blanca. En mi opinión, es necesaria una señal de alto para algunos avances dentro de la integración europea. Solo observen los rescates financieros de Estados de la zona Euro, que han ingresado a ella a través de artimañas y continúan ignorando soberanamente las reglas del juego. Y Europa está violando claramente las disposiciones de los tratados en su intento de prevenir la insolvencia soberana, la cual de todos modos es inevitable, tarde o temprano. Europa ha traicionado todo lo que prometió a los pueblos de esos Estados que integraron sus monedas fuertes en la zona Euro. Pero el Tribunal Constitucional Federal alemán vio un amplio margen de discreción…26 5. Quizá esto sea lo que significa “el difícil equilibrio entre supranacionalidad y soberanía constitucional” Permítaseme al final echar un vistazo a cómo la Corte Costituzionale italiana manejó este problema. En su jurisprudencia sobre la integración europea y la relación entre el derecho constitucional nacional y el derecho comunitario europeo, el Tribunal Constitucional Federal alemán y la Corte Costituzionale presentan una serie de coincidencias, especialmente en el pasado; sin embargo, en el último tiempo se ven también notorias diferencias. Al igual que en el caso de la Constitución alemana (entonces el artículo 24), también la integración de Italia se basaba en una norma constitucional orientada en forma muy general a la inserción internacional (artículo 11). En 1990, en el contexto de la reunificación, Alemania incorporó a su Ley Fundamental el artículo 23, que se refiere específicamente a la integración europea. En Italia, en cambio, ello recién se hizo en el marco de la revisión de la Constitución de 2001 con el artículo 117, que obliga al Estado, las regiones y comunas a tomar en cuenta no solo la Constitución sino también las obligaciones que resulten del derecho comunitario (ahora derecho de la Unión) en el momento de legislar. Ahora bien, cuál es el alcance que tendrá ahora el artículo 11 en la Constitución italiana es un tema aún discutido en la doctrina de ese país. Esto nos lleva a la “primacía del derecho comunitario sobre el derecho nacional”, establecida por la Corte Europea en 1964 en el caso Costa v. enel y que el Tribunal Cons­ titucional alemán en 1971 había declarado como aceptada por la constitución alemana. La Corte Costituzionale italiana, en cambio, ya estaba conociendo el caso Costa v. enel antes de que fuera sometido a la Corte Europea, y había resuelto en ese momento que las normas jurídicas europeas no tenían ninguna primacía sobre el derecho italiano, por lo Cf. T. Stein: “Arrivederci Karlsruhe”, Zeitschrift für Rechtspolitik, 2010, 265. Vassilios Skouris: “Es gibt nicht nur Karlsruhe”, Frankfurter Allgemeine Zeitung, 21 de septiembre de 2011. 26 Resolución del 7 de septiembre de 2011 (2 BvR 987/10, 1485/10 y 1099/10) 24 25 anuario de derecho constitucional latinoamericano 427 que cualquier ley italiana posterior podía diferir del derecho comunitario.27 Una consecuencia de esta divergencia fue, dicho sea de paso, que tras esta resolución exactamente opuesta dictada por la Corte en Luxemburgo, en los siguientes cuatro años, los tribunales italianos no mandaran ningún caso más a la Corte Europea para obtener una decisión prejudicial.28 Apenas en el año 1973, es decir, no mucho tiempo después que el Tribunal Constitucional Federal alemán, la Corte Costituzionale italiana reconoció expresamente la primacía del derecho comunitario sobre el derecho nacional,29 al inicio solo en forma parcial y más tarde en forma completa.30 Entretanto hubo una serie de resoluciones que, sin embargo, en ninguno de los casos constataron una violación del derecho italiano. En total, la Corte Costituzionale dictó un número mucho mayor de resoluciones sobre el derecho comunitario europeo que el Tribunal Constitucional Federal alemán. Al igual que el Tribunal Constitucional Federal alemán en su resolución del caso Solange I, de 1974, pero nueve años antes, la Corte Costituzionale italiana estableció que el traspaso de competencias a las Comunidades Europeas tiene sus límites en los principios fundamentales de la Constitución y los derechos humanos inalienables.31 Para la Corte Costituzionale uno de los más importantes principios fundamentales era el principio de la responsabilidad democrática; sin embargo, consideró que el control ejercido por el Parlamento Europeo, así como el control de los miembros de gobierno representados en el Consejo de las Comunidades Europeas por los parlamentos nacionales, era suficiente, también con respecto a las decisiones europeas (sentencia en la causa Frontini, de 1973).32 En su sentencia en la causa Frontini,33 la Corte Costituzionale resolvió además que solo ella tenía la competencia para declarar nulas las normas jurídicas nacionales que contradecían el derecho comunitario. Esta resolución pasó algo inadvertida en medio del gran alboroto que la sentencia Solange I había causado en la época con su pretensión teórica de declarar las normas europeas del derecho secundario como inaplicables en Alemania, aunque si en algún momento hubiera llegado a aplicarse, habría tenido las mismas consecuencias que la sentencia alemana. Finalmente ninguna de las dos resoluciones llegó a aplicarse en algún caso posterior. Sin embargo, en una sentencia de 1989,34 la Corte Costituzionale volvió a afirmar su resolución en forma general, en un momento en el que el Tribunal Constitucional Federal alemán (1986), con su resolución en el caso Solange II, ya había cambiado su postura. Pero el 13 de febrero de 2008 la Corte Costituzionale “se adelantó por la derecha”, por decirlo así, al Tribunal Constitucional alemán. Ese día por primera vez le sometió a la Corte Europea una causa para su decisión prejudicial,35 después de que en todos los años anteriores no se consideró como un tribunal en el sentido de la norma sobre el procedimiento prejudicial —cuya numeración, aunque no su contenido, fue modificada Corte, 14/1964. T. Kröll: ZfV 2/2011, p. 167. 29 Sentencia Frontini, Corte, 183/1973. 30 Sentencia Granital, Corte, 170/1984. 31 Corte, 98/1965 y más tarde 183/1973, 170/1984 y 232/1989. 32 Sentencia Frontini (Fn. 29). 33 La Corte volvió a insistir en ello en la sentencia icic, Corte, 232/175. 34 Sentencia Fragd, Corte, 232/1989. 35 Corte, 103/2008, en la causa Stato/Regione Sardegna, Corte 102/2008. 27 28 428 siempre con un rumbo fijo / torsten stein varias veces en el marco de las revisiones del Tratado (actualmente artículo 267 tfue)—, sino como “guardián de la Constitución”.36 Este paso ya lo habían dado para entonces las Cortes Constitucionales de Bélgica, Austria y Lituania, así como el House of Lords en Inglaterra. El Tribunal Constitucional Federal alemán, en cambio, mantiene su postura fundamentándola siempre con el mismo argumento: que las funciones del Tribunal Constitucional alemán y las de la Corte Europea, así como los criterios de evaluación, son distintos. La Corte Costituzionale italiana —al igual que las demás— finalmente aceptó decir que el concepto de tribunal en los tratados europeos era un concepto europeo, y que, en materia de interpretación o vigencia de normas del derecho europeo de la Unión, la Corte Europea tenía la preferencia, por no decir el monopolio. Aparentemente la Corte Costituzionale no tuvo ningún problema en aceptar el efecto vinculante de una decisión prejudicial de la Corte Europea, y tampoco —con base en la sentencia dictada en esta materia—37 en declarar nula la cuestionada norma jurídica italiana dos años después, por su incompatibilidad con el derecho comunitario.38 Un tribunal constitucional que somete una situación jurídica a la Corte Europea se asegura en cierta forma también la posibilidad de entrar en un diálogo con esta última, lo cual eventualmente podría ayudar a que la Corte acepte una concepción nacional del derecho planteada por esta vía, más que cuando esta solo se expresa en advertencias abstractas formuladas en resoluciones nacionales. Pero la Corte Europea tampoco es del todo insensible frente a esto último. En una ocasión, tomando en cuenta justamente una resolución de este tipo de la Corte Costituzionale italiana, al menos precisó, si no modificó incluso, su propia jurisprudencia en un caso posterior.39 6. La adhesión de la Unión Europea a la Convención Europea de Derechos Humanos Solo en forma muy breve, para terminar, quiero llamar la atención sobre un desarrollo que podría significar, una vez más, cierta redistribución de las cartas entre los tribunales nacionales y europeos. Cuando la Unión Europea adhiera a la Convención Europea de Derechos Humanos, como está previsto en el artículo 6 del Tratado de la Unión, los ciudadanos en Europa tendrán un problema más bien de lujo: a partir de ese momento sus derechos serán protegidos no solo por el catálogo de derechos fundamentales establecido en sus respectivas constituciones nacionales, sino también por la Convención Europea de Derechos Humanos, la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y quizás también por los principios generales del derecho comunitario que hasta ahora han sido desarrollados a través de la jurisprudencia de la Corte Europea sobre los derechos Sobre las numerosas sentencias anteriores véase Kröll (Fn. 28), pp. 174 ss. Corte Europea, Rs. c-169/08 (Regione Sardegna), Repertorio 2009, I-821 38 Corte, 216/2010. 39 Corte Europea, Rs. c-228/92 (Roquette Frères II), Repertorio 1994, I-1465 (según la sentencia de la Corte en Fragd (Fn. 34). 36 37 anuario de derecho constitucional latinoamericano 429 fundamentales, y cuya vigencia se pretende mantener en el futuro junto con la Carta de Derechos Fundamentales. De esta forma se generaría, además, la particularidad de que tanto las resoluciones de los tribunales constitucionales nacionales como las de la Corte Europea pudieran ser revisadas una vez más por la Corte Europea de Derechos Humanos en Estrasburgo. Asimismo, existiría la posibilidad de que resoluciones de los máximos tribunales nacionales que también se refieran al derecho de la Unión Europea pudieran ser revisadas en Estrasburgo sin que la Corte Europea en Luxemburgo haya tenido antes la oportunidad de entregar su voto al respecto. Por algún tiempo parecía posible que se alcanzara un pronto acuerdo en las negociaciones que se realizan sobre este tema entre la Unión Europea y la Corte de las Comunidades Europeas, pero en las consultas de la etapa final diversos países miembros de la Unión Europea plantearon ciertas reservas que impidieron una posición unánime de la Unión Europea. Por eso en este momento es imposible predecir cómo terminará este proceso y cuál será el tenor final del acuerdo entre las dos organizaciones.40 40 Véase Steering Committee for Human Rights (cddh), Report to the Committee of Ministers on the elaboration of legal instruments for the accession of the European Union to the European Convention on Human Rights, cddh (2011) 009, 14 de octubre de 2011.