¿.•^fütS) i BRIEF 003317? A '^Wk AfAi,^ Digitized by the Internet Archive in 2010 with funding from University of Toronto http://www.archive.org/details/poesasdeevarisOOcarr ZL^OESI DE EVARISTO CARRIEGO • • MISAS HEREJES • • LA CANCIÓN DEL BARRIO POEMAS POSTUMOS BARCELONA ESTABLECIMIENTO TipOLITOQrAficO DE 1913 AUBER Y PLA (:^¡ Pqc Oí? -33; 7? Lvida de Evaristo Carriego queda sintetizada en Mayo de 1883, Octubre de 1912, día de su muerte. En ese intervalo de veinte y nueve años hay que poner muchos ensueños, muchas ilula sencillez de dos fechas: 7 de día de su nacimiento y 13 de siones, ansiedad enorme de pulsos de un corazón leal, belleza, vida, tan breve en el tiempo, tan sidad de la honda en la inten- labor realizada. Tenía de el generosos im- para comprender esa la provincia en que había nacido todo impulso heroico y obstinado que heredara de sus progenitores, y lo que él, voluntariamente, llevado por su espíritu nativo, se esforzara en asimilar. Era, empero, neta y genuínamente, de Buenos Aires, de la gran ciudad a donde llegara con cinco o seis años de edad y de la que nunca más había de salir. Buenos Aires fué su patria verdadera, su escenario natural, el paisaje único que podía interpretar con la sinceridad de la similación absoluta. Y de Buenos Aires el barrio pobre, el barrio humilde, VI pone sus notas típicas al lado donde la familia bien, pero venida a menos y relegada al suburbio, pone un suave aroma de placidez burguesa. Evaristo Carriego ha sido el cantor de los tipos que han construido a la gran metrópoli; ha sido el evocador, en versos llenos de una rara sencillez a veces, otras de una vaga y extraña solemnidad, de esos modestísimos seres que en las grandes ciuda- donde de conventillo el modesta la des aplasta casita dolor oculto. el está la vida argentina, porque En sus composiciones no solamente la bonaerense, creación se repite en cualquier punto de la república donde una nueva ciudad se funde y la obra recomienza. Pintor de las costumbres de una época, sus libros la el alma de su pueblo. empero, está destinada a un éxito más alto. No era Carriego de los que podían satisfacer su necesidad de gloria limitándola al aplauso de los suyos. Y si la muerte interceptó sus pasos, impidiéndole dar a su obra toda la extensión que a tienen derecho a perdurar en Esa obra que altas deja, esperanzas correspondía, sus amigos, nume- rosos y permitir De fíeles, la ahí han tomado a su cargo la tarea de realización de sus deseos. el empeño con que un grupo de cama- compilación de estas Poesías y la adhesión espontánea de todos los que con su auxilio pecuniario se ofrecieron a sufragar los gastos de radas realizó edición, de la manera que producto de la venta, sirque honrada lo es en todos y enaltecida queda por sí misma, la el viera para recordar, ya los espíritus memoria Obra del poeta. es esta que no necesita de prólogos. Ca- VII rriego era sobradamente popular en la Argentina para que nadie tenga necesidad de que la bellezas de sus composiciones hayan de señalarse a nadie. Los lectores extranjeros sólo necesitan saber que fué joven, que trabajó mucho y que murió prematuse lo dará, por añadidura, la ramente. Lo demás comprensión de sus poesías, sentimentales e iróni- cas, valientes y mansas, tristes y alegres, en la diversidad de notas que tuvo su lira, esa lira que fué guitarra en las canciones del barrio y fué para llorar en largo y ronco gemido armonium las tristezas de las almas incomprendidas. Este libro no debe llevar prólogo crítico de ninguna especie. Esta es obra que camina por sus propios pies y conmueve por su propia emoción, sin intérpretes. nada más que explicación de Para los que no conocieron al poeta, dos fechas de su vida; a todos la las cómo y por qué surge obra, en la noble inspiración de dignifica a quienes lo llevan a cabo. ^ a la luz esta un recuerdo que /niSAS HEREJES A don Salvador Boucau Uno de los pocos VIEJOS SeKAONES POR EL ALMA DE DON QUIJOTE Con • el más reposado y humilde continente, de contrición sincera; suave, discretamente, normales por no incurrir en burlas de ingeniosos teatrales sin risueños enojos ni actitudes comparsa, de cómico rebelde, que, cenando en la farsa, en llorará que ensaya el llanto trágico dedico estos sermones, porque al Único, al Supremo a quien pido que siempre al santo de los que ahora me porque quiero, tenga de su mano, santos Don Alonso Quijano está en la Gloria, y a la diestra del su dulcísimo hermano Jesús con sí, famoso Caballero, las desilusiones el Bueno: Nazareno, de sus caballerías renegando de todas nuestras bellaquerías. Pero con me sátiras estoy temiendo que venga algún chistoso amables de burlador donoso, o con mordacidades de socarrón y descubra, tan grave como hiriente, irónicamente, EVARISTO CARRIEGO 6 —a la sandez de Sancho se que mi amor Porque requiere así al van le llama ironía Maestro se convierte en manía. las cosas; la el visto bueno y el más simple favor de a ella no se acoge no prospera si — y, la creencia Ciencia: acaso, su propio nombre pierde para tornarse caso. Y no vale con el la pena (no es un pretexto fútil cual se pretenda rechazar algo útil) de que se tome en serio los credos lo vago, lo ilusorio, que no tengan olor a sanatorio. Las frases de anfiteatro, son estigmas y motes propicios a las razas de Cristos y Quijotes — no son muchos los dignos de sufrir el desprecio del aplauso tonante del abdomen del necio — en estos bravos tiempos en que los hospitales de la higiénica moda dan sueros doctorales... Sapientes catedráticos, hasta los sacamuelas consagran infalibles cenáculos y escuelas, de graves profesores, en cuyos diccionarios no han de leer sus sueños los pobres visionarios... ¡Délos dos grandes locos se ha cansado así, santo Maestro, yo he visto al la gente: reluciente rucio de tu escudero pasar enhalbardado, llevando los despojos que hubiste conquistado, en tanto que en pelota, y nada rozagante, anda aún sin jinete tu triste Rocinante! MISAS HEREJES (Maestro supieras! desde que nos dejaste, ¡si llevándote a la Gloria la adarga que embrazaste, andan las nuestras cosas a las mil maravillas: todas tan acertadas que no oso a describillas; — Hoy, prima no pesa en Tus más el buen sentido. La honra de tu lanza grande Sancho Panza. del las alforjas devotos se han metido a venteros fíeles y cuidan de que nadie les horade sus cueros. Pero, aguarda, que, cuando se resuelva a decillo, ya verás que lindezas te — contará Andresillo aunque hay alguna mala nueva, desde hace poco: Aquel que también tuvo sus primo de tu de loco, ribetes estas tierras indianas y bravias, — ¡lástima de lo añejo de tus caballerías! — primo Juan Moreira, finalmente vencido tu del vestiglo Telégrafo, para siempre mas — ¡Si supieras, Maestro, Tu increíble Pecado...! de dar en la como Caer en lo la hemos pagado! falta la la Conciencia!) cueva, pródiga en desperdicios, conquistas que imponen sacrificios: mayores audacias cualquier tonto con suerte es en estos concursos el Vencedor y el Fuerte, pues todo está en ser duros. El camino desviado malograría Por eso, el — demencia cordura por miedo a Para husmear en no hacen sin ha caído, sin tornarse cuerdo: tu increíble Pecado... justo cuando premio llega la tan del esforzado... temida hora EVARISTO CARRIEGO de una reveladora del gesto torturado protesta de emociones, el de defensas de hielo para rostro se reviste el beso del triste; y porque ahogarse deben, salvando peores males, rudas acechanzas de las las sentimentales voces de rebeldía — quijotismo inconsciente — también se fortalecen, severa, sabiamente, músculos traidores los que del corazón, lo mismo los del brazo, en sanas gimnasias de donde el dolor rebote sin conmover egoísmo, dura la unidad, necesaria, de la férrea armadura: quien no supere — ¡Que bella es no hierro al la es del siglo: impasible cualidad de no medra. la piedra! — El ensueño es estéril; y las contemplaciones suelen' ser el anuncio de las resignaciones. El ensueño es la anémica llaga de la energía; la curva de un es quizás el abdomen — toda una geometría un futuro teorema, principio de cuyas demostraciones no ha entrevisto En la época práctica de — hoy. Maestro, tu el poema... la lana y del cerdo mismo te llamarías cuerdo se hallan discretamente lejos los ideales de los perturbadores lirismos anormales. El vientre es razonable, porque es una cabeza que no ha querido nunca saber de que la otra belleza de sus copiosas sensatas digestiones: fruto de sus más — lógicas fuertes cerebraciones. — MISAS HEREJES Por eso, honradamente, se pesan las bondades del genio, en la balanza de las utilidades, y a los soñadores profetas se fustiga si hay felicitaciones para Y la ésto no el tiene vuelta, que echa barriga. pues está de por medio razón, aceptada, de que ya no hay remedio... Como que cuando, la Biblia del a veces, en el Libro obligado ambiente, de todos manoseado, hay un gesto de hombría traducido en blasfemia, por asaz deslenguado lo borra La moral se avergüenza de las la imprecaciones de los sanos impulsos que violan buen del decir. El que se queme sus mayor sin pecho del Academia... nociones las mejor maldiciente llagas filosóficamente, pesar, antes de irrumpir en verdades que siempre tienen algo de ingenuas necedades, porque quien viene airado, con gestos de a intentar gemir quejas es cuando más un que al Por eso, oido de raro, aguando es confesarlo de fórmulas e ideas que tragedia, comedia, sonador de utopías muchos suenan a letanías... remordido pecador, yo — preciso la — de me acuso haber sido un iluso me mueven a risa, ahora que no pienso sino en seguir, aprisa, la reposada senda, libre de los violentos peligros que han ungido de mirras de escarmientos las plantas atrevidas que pisaron las rosas EVARISTO CARRIEGO 10 puestas en el camino de las rutas gloriosas. Pero ya estoy curado, ya no más que las gentes ¡En el tonterías, no quieren comulgar agua tranquila de las insanias... renunciaciones se han deshecho las hostias de las revelaciones! Ya no forjo intangibles castillos cerebrales, de románticos símbolos de torres augúrales. Sobre el porque y, sin dolor ageno sé que una ser pesimista, medito, ni siquiera frase no vale lo no caigo en que un la grito; locura de buscar una página de serena blancura, donde pueda escribirse la canción inefable que ha de cantar el Hombre de un futuro probable. MISAS HEREJES 11 LAS ÚLTIMAS ETAPAS Ya la puestos en camino, fuerza propulsora de la nos impele a seguir, con desmayos, de actitud, sin marcha la serena la causa sustentora de un ideal glorioso, que luce sus ensueños de esperanza como flámulas rojas que flotasen en girones de carnes torturadas. Nos impele a seguir. Siempre deja un poco de fiebre sobre en la frente un la el brega alma, fulgor, y en la pupila la radiante visión de las etapas; etapas de dolor, hechas teorías de credos inefables, de parábolas de lengua incomprendida que pasasen en la locomoción de las audacias, ¡como una blanca tropa de lirismos por inmortales rutas incendiadas 1 EVARISTO CARRIEGO 12 Preciso es continuar. Todas las dudas que agobian son la cabeza con su carga, grilletes fatales del y su sitio mejor cerebro está en la espalda. Arrojémoslas, pues. En el avance hay un cóndor audaz que no se cóndor es de pasión, jamás sujeta, la las vidas arrastra: enfermas de ser sanas. ¡Con rumbo hacia lo azul: aunque deslumbre lo intenso de la luz, hay que mirarla! Los primeros fulgores, quemarán, la tras la noche de las ansias; primera visual que los descubra ocultos en así la sombra impenetrada, como una antorcha cuyo fuego ardiese el brazo que ¡Insanias de amor, del manicomio de ¡Locos, venid! soltar al viento Yo la levantara. que los enfermos ese Ideal contagian!... quiero aquí, en un corazón con el canto, alas: Los discretos normales podrán, sólo, arrojarnos las piedras de sus lástimas... ¡No haya vacilación! El derrotero se ha poblado de enérgicas constancias; pero, porque no siempre en el peligro hay carne de temblores libertada, también es necesario MISAS HEREJES 13 hacer que resplandezcan llamaradas, fecundo calor de un entusiasmo, del en quietud mortal que todo embarga, la ¡como una en el floración de primaveras propio país de escarchas! las Si se llagan los pies en el más en mucho firme, la más, será marca: senda candente que cruzamos se ve mejor la Alienten Epopeya, los camino, la la himnos huella ensangrentada. fraternales de esperanza alzados entre vítores y músicas con clamor de el como un beso cicatriz las protestas bravas, de paz sobre una inmensa que dejase la jornada, y en cármenes de púrpura resurjan reventando sus fragancias ¡todas las rosas del que perfuman Y un en el la salmo Amor perenne enorme caravana! coral, que sinfoniza salvaje ciclón sobre la pauta, venga el con alegre fiereza de la robusto canto que presagie, una diana que recorriese como un verso altivo gama, el soberbio delirio de el futuro cercano de los triunfos, la EVARISTO CARRIEGO 14 futuro precursor de las revanchas; el instante supremo en que la visión terrenal los frutos en la se agita las canallas, renovados incesante fuerza de las savias, germen luminoso que cayera del en de el resurgimiento de las almas, ¡como una rubia polución de en el soles vientre del surco derramada! ¡Un ensueño en camino, que sufre obsesión de la la montaña, bajo la plenitud de las auroras que alumbran No los tropiezos de la hay obstrucción posible: es la promesa de la de la atávica del Fin. hoguera moral, Arde en el la marcha! el Principio llama negro escombro Torre de ignorancias, madre de ese temor: lo incognoscible, cuyos tupidos velos desgarrara, en la prisión intelectual — rechazando la verdad de al procesar el la la La gesta de más honda, concepto de la Nada Ciencia hecha Justicia Esfinge del Nirvana! las causas en los siglos, no ha bordado poemas en sus páginas. El libro de los mártires no tiene — ! 15 MISAS HEREJES sino una historia de grandezas trágicas, de sangre floreciendo en tormento el sus azucenas que parecen lacras... ¡Clarín de los suplicios cuyas voces en las Toda generaciones se dilatan Idea fué así. ¡ Dolor bendito de heridas que supuran enseñanzas! Al lado de la Cruz — y es bueno no ¡el leño o pues Y la el Cruz y al la — Horca son hermanas! la lidia, la pendón de coronando el aun como ejemplos la quererlas separadas porvenir de los trofeos, en Horca, dogal: hablen las épocas, por eso en camino está la Cruzada, las bravuras tibios, se levantan, viriles fulguración de anunciados la escarlata, desde sórdidos pulpitos sangrientos por muertos sacerdotes que aun tronaran palabras de rencor, hechas conjuros, predicando el sermón de las venganzas! Triste labor del Odio, que desata sus hordas de amenazas, diciendo su creación demoledora a las hoscas angustias de la Raza. Los tremendos instantes de la prueba EVARISTO CARRIEGO 16 saben de los martillos que no aplastan los ímpetus hermosos, más hermosos después del golpe que sobre y en del nerviosa, del la espera, derrumbe a través de las final; última etapa, la brumas que puedan ocultar ellos baja; momento sigilosas Ciudad blanca, la se descubren, allá, en otro horizonte, espléndidas auroras que se alzan, los risueños Orientes los iris eternales del — ¡bienvenidos! — mañana; ¡arcos gloriosos de los triunfos nuevos por donde toda Y así la Epopeya pasa! de tras el loco batallar como después de la siglos, jornada en infinitas gotas se traduce la honra sobre del sudor sobre rudas las como un viejo Pesar la cicatriz las caras, frentes, pensativas que meditara, de sangre se resuelve en agua de Perdón que todo lava, en agua dulce y bautismal, borrando las huellas más infames, más amargas, ¡como un Jordán de Olvido que hasta el recuerdo mismo de las quitase manchas! MISAS HEREJES 17 Preciso es continuar; cada desmayo hace ver insalvables En noción de la estéril distancias. las lo imposible, músculos morales se los y en el que afán se ven lejos las el relajan, miedo empequeñece cumbres más cercanas. La formidable voz de anunciaciones extremece ambiente con sus vastas el repercusiones de tonantes notas, cubriendo las necrópolis de calmas. La anunciación postrer que con los alertas de cerebros-guardias. ...Muertos odios las que vuelven en opresiones de la ...Ya las caricias lucha bárbara, ¡como una herida que y perfuma se divulga revienta en flores vendas maculadas! puestos en camino, no se esquiva el La senda de cualquier tropiezo libre nunca fué la más digna de encallecida en la que la del breñal Así va obstáculo: se aparta. la legión, rumbo como planta suerte deparara. atravesando los últimos espacios del la ascensión penosa abierto al que separan porvenir soñado, ruta augural, por donde marchan EVARISTO CARRIEGO 18 las sombras fugitivas del silencio, en larga proyección, cantando hosannas si triunfantes por cayendo fin, frente al Sol, y si vencidos: como las águilas! 19 MISAS HEREJES LA MUERTE DEL CISNE largo alarido de tristeza En un .08 heraldos, sombríos, la anunciaron, y las faunas errantes se aprontaron a dejar el amor de Con el Genio la del aspereza. bosque a la cabeza, una noche y un día galoparon, y cual corceles épicos llegaron en un tropel de bárbara grandeza. Y ahí están. Ya rugen coros de cuando allá, Como salvajes emociones, líricos leones... en los remansos de lo Inerte. surgiendo de una pesadilla, ¡grazna un ganso alejado de la bondad provechosa de la la orilla Muerte! . 20 EVARISTO CARRIEGO LA APOSTOSÍA DE ANDRESILLO I Pues, aquí estoy, señores. Pues... yo soy Andresillo, ¿no recuerdan ustedes? Yo soy aquel a quien el gran Quijote librara cierto día — porque ahí de la chiquillo nube de encajaba bien su caballería palos, que mi amo, — furioso, sobre mí descargaba ferozmente donoso. Al pobre señor loco maldiciendo, más le hice una ruin ofensa, tarde, su gallarda defensa, dejándole mohíno, cabizbajo y corrido (Sé que al fui correr de los años, comprendiendo obra que yo pagase con acción tan deseoso de la el muy humana la villana, gracia del noble caballero, sobre su incierto rumbo interrogué y — un mentecato). Después, arrepentido, bellaco, riendo, (Desde entonces empieza me lo al ventero relató su muerte... malo de mi suerte.) 21 MISAS HEREJES II Así, olvidando algunas de las cerriles mañas, vine a ser otro andante, soñador de fazañas inauditas y fieras, en lides peligrosas que los encantamientos no hacen siempre sabrosas. Porque ya al flaco se mostraba cansado de su dueño Rocinante cambié por Clavileño, y recorrí la tierra, buscando honor y fama que ofrecer a mi hermosa, desconocida dama, de quien he recibido desdenes y rigores, hasta que, me vna al fin, vencido de los encantadores, trajeron a ésta prisión o manicomio, institución sabia, digna de todo encomio, en donde escarnecido sin cesar, y aporreado como mi buen maestro, seriamente he pensado que desfacer agravios no es sino una locura que honrara sólo al triste de la Triste Figura. III ...Aquí medro y engordo. Tranquilamente yanto, sin jamás acordarme de mi viejo quebranto tan magro y tonto. Nunca, ni aun en broma, peco suspirando retornos No al antiguo embeleco. hay una sola parte donde mire y no encuentre, 22 EVARISTO CARRIEGO como emblema del siglo, Y así va todo que en los esto: de la una bolsa y un misma manera menguados tiempos de la pasada Los potentados, viven de prematuros y que nada tienen que se los De famosas de las lanzas vientre... cielos, papen lo era. duelos... de antes las justas hoy, harían bastones los duchos comerciantes, y, sacando provecho, del yelmo del Mambrino venderían quincallas para guardar tocino. Si se habla a Dulcinea de no es Los mucho que amorosas pasiones se mezclen venteriles razones. valientes envíos, vizcaínos y gigantes, ahora se traducen en perlas y brillantes. Basilio está de malas: aunque audaz sus industrias no valen las ollas Hasta Aldonza Lorenzo, la hija el muchacho, de Camacho. de Corchuelo, reniega de los callos que heredó de su abuelo. — Si bien ya es que el Para olor de los ajos anda los ahora una dama, no que ha dejado de ser por sospechosas El barbero y muy porque barrunto en su punto. — libertan recuas encadenadas, como entonces hay Ginesillo, sé el artes cura, asaz de pedradas. titiritero: ha ascendido a banquero. pregonando sus en buenas migas, raspan y escrutan El bachiller Carrasco, sin reposar ciencias, las conciencias. momento , pontifica en la cátedra de su doctoramiento, deslumbrando a los bobos, que serán sus secuaces, MISAS HEREJES y acallando la grita 23 de los puros y audaces. (Mi aporreado maestro no hubiera permitido que mease en su celada ningún recién parido). Los yangüeses de marras, prontos en sus desmanes, cuidan yeguas ajenas y se llaman rufianes. A — ¡pobre la Justicia cualquiera Malambruno — Los andantes del si ven a reina hurta le la — corona. se salen del día, la distancia las Micomicona! camino aspas de un molino; aunque hoy poco valdrían los hidalgos gentiles fuertes perseguidores de picaros y viles, pues doncellas y viudas hallan amparo en esos burdeles de oratoria con Muy semejante a aquello que cuando — aromado — nombre de Congresos. — quizás en los batanes hizo lo Sancho apremiado por urgencias mayores, en situación bien hay aquí cierta cosa que se dice política. Los gobernantes gozan de mil prebendas y se rascan y comen en porque en pos nadie baja a la crítica, diarias estas Baratarías, del misterio de los grandes destinos honda cueva de Montesinos. IV En fin... quietos curiosos: malicio que ya es peroración, y acaso me merezca una ducha del jayán enfermero cuidador de mis males. mucha — EVARISTO CARRIEGO 24 — en verdad que me ahorquen y peor es meneallo. hasta... Con que... si yo sé de los tales buenos señores que os permitan mis doctos curadores no nuevas sutiles burlas, si de en horas de ocios, a este caso tan raro oir, que dos, únicamente, y ellos la tenéis reparo humanidad ha visto, no fueron otros que Don Quijote y Aquí me hallaréis siempre, manso Cristo. a las exigencias de discretas preguntas y suaves ocurrencias de los graves galenos o de vuesas mercedes, honesto y comedido como lo ven ustedes... ENVÍOS '27 MISAS HEREJES A Doña Sylla Silva de En Si Mas y Pi su álbum de estas cuerdas mías, de tonos más que rudos, le resultasen ásperos sus rendidos saludos, idealistas, y quieres blandos ritmos de credos aguarda delicados poetas modernistas que alabarán en oro tus posibles desdenes, coronando de antorchas devotos de con que la blanca lis tus olímpicas sienes, de tu aristocracia, ilustro los rojos claveles de mi audacia; o espera, seductora, decadentes orfebres que graben tus blasones en sus creadoras fiebres: yo, trabajo el acero de temples soberanos: los sonantes cristales se rompen en mis manos. Palmera brasileña, que al caminante herido ofrendaras tus dátiles de Pasión y de Olvido, EVARISTO CARRIEGO 28 en el Desierto Único: tu eres la apoteosis que, nimbando de incendios sus fecundas neurosis^. cruzas por los vaivenes de sus hondos desvelos como Yo si fueras Luna de sus noches de Alondra moribunda traigo a tu floresta la que, en el violín del duelos. Bosque, preludió Ardor sinfonía terrena de aquel que ahuyenta suavemente las la errabunda. eterno, aves del Invierno, y en las horas tranquilas descubre su cabeza como un símbolo vago de Amor ...Y pasas, y de Belleza. y no sola, presintiendo dorados Orientes, los propicios a los enamorados, como una novia enferma que evoca espirituales promesas en o esperas al las largas amado, sonriente, como algunas heroínas que aguardan hojeando noches sentimentales; al amor de florilegios alegres de las lunas la Galia, con manos de Giocondas poéticas de Italia. ¡Oh, las divinas magas que comulgan misterios en los ratos fugaces de indecibles imperios... cuyos tiernos mandatos y ansiadas tiranías de las claudicaciones saben las agonías! — 29 MISAS HEREJES Quiero brindarte versos porque buena, te finjo con no sé que bondades, y porque eres morena como — inspiradora de mis lejanos votos... la perspectivas azules de paisajes remotos. Generosa que amparas de como las rosas inviolables (¡Oh donde fugitiva de la el labios oprimen. que tus las instigadoras del Paloma del crimen!) ensueño y Ciudad vedada, Dolor muriera bajo <:aricia del la enamorada Consuelo: Ciudad donde suenan como campanas Ya como los fríos crueles, un fruto viviente de tus sanos vergeles, las risas de las futuras Misas! sobre los hastíos de tus meditaciones, en fugas radiantes escucharás canciones de músicas heráldicas, de que enardecen las ansias las músicas locas y enrojecen las bocas en besos fecundantes, cual rocíos de mieles que hasta en el yermo hicieron florecer los laureles. Yo, a tu rostro moreno consagraré violetas, las nerviosas amadas tristes de los poetas, y allá en las tibias tardes, serenas de optimismos, cuando al disipar todos tus más graves mutismos mis estrofas de hierro torturen has de pensar, acaso, si es tu garganta, un hierro que canta! EVARISTO CARRIEGO 30 Como un irradian y deslumbramiento de rubias primaveras perfuman las dichas prisioneras de todos tus encantos. ¡Oh, poemas paganos! Heroína y señora de rondeles galanos: para que siempre puedas orquestar tus mañanas calandrias y zorzales mis selvas entrerrianas te ofrecen en mis trovas. Que te den sus las grandes y revienten las en liras yemas donde las exaltaciones gloriosas que surgen en el como un carmen en todos los momentos más nobles el acentos, Placer anida, de la Vida cálido Floreál de tus horas, de auroras, eternamente auroras!. MISAS HEREJES A 31 Carlos de Soussens Caballero de Friburgo, de un castillo cuyas águilas audaces remontaron soñadoras de los nidos de la en pupila el al sol abierta, de aventuras, el Ideal, las líricas futuras, coronando las alturas vuelo de armonías de una musa: la orquestal. Visionario de un ensueño que inspiró un vino divino, melancólicas vendimias de las uvas de tu Abril... tú también tendrás un Murger, y verá el barrio Latino perpetuarse tu bohemia; milagroso peregrino, compañero de prisiones en Que al la Torre de se cumpla, por tu gloria, decirte de la marfil... promesa de Darío, una estatua sobre firme pedestal; que relinchen tus corceles los clarines de su brío; que la el Virgen del sudario no desolé con su jardín de poesía de un eterno Floreál. frío EVARISTO CARRIEGO 32 En las misas de tu más credo, cordiales, más inquietas, que te canten y consagren fugitivo de Verlaine; que te nombren compasivas las Mimis y Musetas, las y relaten conmovidos sus pintores y poetas cuando entrabas predicando por Que tu azul Jerusalén... tus pálidas princesas de inefables corazones, un olímpico lleven lirios de tus rimas a con las hostias fraternales que el País... de tus suaves comuniones, orfebre de los triunfos en tus líricos blasones, grabe todos tus laureles con olivo y Ya serás en el como aquel de la flor de lis. recuerdo, cuando seas un pasado, leyenda que tus éxtasis meció, ya serás, para in eternum, de algún bronce perpetuado, como guardan tus memorias aquel beso con que Hugo infantiles, por sagrado, tu niñez acarició! MISAS HEREJES 33 A Juan Más y En la gran copa negra de la sombra que avanza quiero probar del vino propicio a Quiero beber y estos (No me ratos, sé la la añoranza. que bebiéramos juntos, de aquéllos, serán nobles trasuntos. por qué ha invadido En del vino el esta hora, sombría y silenciaria, cerebro de fiebre visionaria.) acera de enfrente, su clara risa suena una muchacha alegre como una Nochebuena. El arrabal, desierto, conmueve un organillo, y bailan las marquesas del sucio conventillo; y vienen las memorias, conturbadas e inciertas como un vago Pi regreso de ensoñaciones muertas... EVARISTO CARRIEGO 34 ...He leído tu libro. Un saludo levanta voz det entusiasmo, que perdura y que canta; la Ja voz alentadora de btienas expansiones en de nuestras comuniones. las largas teorías Aquel señor tan y Único Caballero (Y eso que tu — Único hijo de Dúos, loco... — nos hermanó a los dos. quisiste, no sé por qué cruel sospecha inconfesable, serle una vez infiel... Mas, ya estás perdonado. Pero en verdad que en otra no En la te escapas sin sufrir tu calma severa de las te digo castigo...) meditaciones: dolor de tus constantes inquietas obsesiones, ideando se enfermó el derrotero de los tu De el duro en el Bien y la el Mal, un ansia de vida ascensional. expansión Has volcado en antes, tus actuales fórmulas hiciste las que en plausibles cabeza de ensueños imposibles... Te veo como pictórico de rumbos el te amadas ofrendan bellezas flageladas. consuelo de vaso de angustias: el tu mejor augurio cáliz del tugurio. 35 MISAS HEREJES Amas el bello gesto tiene orgullo de Te obseda el que en las — Compañero: siglos, a las cumbres... seamos en nuestra Misa tentación, sermón, hostia: todo Cantemos en las liras menos diaria plegaria. de los credos tonantes canción nunciadora de mañanas radiantes. La vida es las llagas. clamoreo de enormes muchedumbres que van, con su Epopeya de la horas aciagas púrpura para cubrir es Dolor siempre, Dolor hecho carne y es así cambie de nombre: Dolor hecho Hombre. Libertémosla, entonces, de los contagios viles que, en la sangre, ¡En marcha que un los glóbulos viriles. País nuevo de las brumas ausentes, día vislumbraron los geniales videntes! Derrotando el al empobrecen el Silencio pregona la conquista salmo combativo de un fuerte Verbo Pongamos en lo hondo de las frases besos consoladores que suavicen En procesión inmensa va mordidas las el artista... más sacras las lacras. macilento enjambre: entrañas por los lobos del hambre. EVARISTO CARRIEGO 36 Lo custodia el Misterio, y lleva en sus arterias inoculado un virus de sórdidas miserias; no hay que temer quizá es peor la la lepra que roe los abyectos: higiene de los limpios perfectos. Efígien su nobleza también los infelices: ¡Blasón de los harapos, lis de las cicatrices! la justa de todos los rencores- insignias de los bravos modernos luchadores! Lidiemos en Para esperarte, amigo, después de aunque sea en Te el la yermo yo plantaré mi contienda, tienda. envío, pues, mis versos, mis versos torturados, como flores amargas de jardines violados... ¡Y sean mis estrofas los heraldos cordiales de una lírica tropa de poemas triunfales! MISAS HEREJES A 37 J. J. Al astrólogo Ensueño, sus novias: contáronle el Soiza Reilly las estrellas, secreto de unas cosas tan bellas que un ruiseñor lunático, que cantaba a las rosas, puso en sus sinfonías esas extrañas cosas. Era un noble pronóstico, que, enigmáticamente, irradiaba su Verbo, como un límpido Oriente en gestación de soles. (Quizá una profecía de los magos geniales en blanca Epifanía). Eran graves promesas. Era un coro de astros que dejaba en la Yo, en mi musa hablaron Y es al que, salvaje, los las estrellas con la evoqué, y entonces voz de los bronces. ritmo un saludo. Si hallas porque cada que la así pauta sus luminosos rastros: corazón resguarda de al la canción dura, estrofa tiene algo de armadura, la flecha clavarse, a veces se vuelve amistosa: ponzoñosa. EVARISTO CARRIEGO 38 Tal vez en me el Envío que trabaja mi mano ayuda Perogrullo como ...Son versos muchas ¡tan ingenioso y llano! zarzas, pero síntesis bravas La Epopeya de temidas bellezas. ha anunciado sonora, del Triunfo se galope del rojo centauro de al que llega, como hay en sus rudezas heraldo de la la Aurora Ciudad precursor del saludo, del laurel y lejana, la diana. — Floraciones de músicas en un carmen de gloria — divulgan los clarines la futura Victoria, pues, sobre nidos de águilas, se ha soñado la lumbre las teas clavadas de Desfilan en los residuos tus el la más alta cumbre. biógrafo del recuerdo entusiasta, amargos de vagabundos testas en la sufriente casta: trágicos, tus tristes heroínas: de manicomios, cuellos de guillotinas; tus perros soñadores, con nostalgias de luna, humana pasión donde la historia de la el delito el beso, la que y amada y el aduna se suicida se fué de la reja y después de la vida; tus asesinos bárbaros, apóstoles del tus pobres Margaritas Crimen, que jamás se redimen, tus poetas borrachos, con hambres de apoteosis, tus Nietzsches de presidios en celdas de neurosis... MISAS HEREJES Y demás y lo todo... 39 La herida de la pena, que tiene tintes rojos para cada azucena, y último lamento del niño moribundo el que fué como un andrajo flotando sobre Y lo que no harás nunca: lo alma que tal que dejó al el mundo. que ocultó su lo cerrarse se guardara la llave, la vida, clave, • por infame y monstruoso, en una frase trunca de gesto doloroso. ...Sea tu credo, el hermano, mezcla de luz y acero: triunfador es bravo y es duro porque la bondad misma, no que esconde Así, el manten burgués el justiciero, es sino el espejismo sello del tu lema: fuerte señor Egoísmo. como la muerte, para siempre in eternum, porque ya de esa fuerte raza de Don Quijotes vamos quedando pocos: — ¡no hablaron de los vientres los Zarathustras locos!Acometan serenos los modernos andantes, que aun medran soberbios vestiglos y gigantes. ¡Cabeza y brazo para realizar el empeño: si Rocinante es torpe que venga Clavileño! Den, sin temor, ejemplos de viriles acciones delante de las jaulas de todos los leones, y el burlador cobarde que se clave en las bellezas normales que le hacen ser la frente hiriente. 40 EVARISTO CARRIEGO Buscando no sabrán pero, eso los peligros, en ignoradas sendas, las heridas sí, de femeniles vendas, las lanzas, encontrarán molinos y, señores caballeros, aun mucho más, carneros, entuertos y prejuicios, y otros añejos males, bellacos, malandrines, follones, hidetales y toda la caterva del torvo Encantamento que ha hecho del abdomen Ideal y Pensamiento. ...Compañero: levanta, coronando imposibles, el quijotismo, y lleva, como armas invencibles, cuando emprendas alguna simbólica el Genio por escudo, y por blasón la salida, Vida! OFERTORIOS GALANTES MISAS HEREJES 43 DE LA TREGUA Un la instante no más. Vengo a cantarte canción del laurel ¡Alza que la frente es la única digna del presente que, en mi salutación, voy a dejarte! Tendrá el orgullo de tu sentimiento, hoy, otra vez, el soñador cansado que se acerca a buscar el aquí, a tu lado, generoso olvido de un momento. Y en tu sol a tregua fugaz, mientras se la mi pesar consentirá el indefinido, león, agradecido, que peine su melena una paloma. Una ausencia gentil de mi fiereza, cortés claudicación admirativa, te dejará anunciarme, imperativa, la altivez inmortal de tu belleza. asoma EVARISTO CARRIEGO 44 Pero, aunque pueda ser así, no quiero sujeción de tus amables lazos, la ni en la suave de las cadena de unos brazos ternuras ser un prisionero. Ni aguardes que hasta pues no debo quitarme aun en homenaje a ni siendo Y el caricias lleve, ti la tu armadura hermosura, reposo de mi afán tan breve, no puedo ceder, ni frente al rico róseo panal de tu sonrisa leda: ¡El hierro luce y el mal junto a la seda escudo no sinre de abanico! Eso sí, en la canción, antes^ que vuelva a mi fuerte Ideal, verás, acaso, para orquestar las horas a tu paso, un regreso de alondras a mi Eso sí, la selva. canción tiene un lirismo tierno y galante para cada beso que amanece en se tus labios, y por eso ha puesto a declinar mi pesimismo. Tal es, pues que lo que digo; y hoy, que^llenas mi odres de pasión con ¡sobre el tus bondades, rojo clavel de mis crueldades sangrarán mi perdón tus azucenas! MISAS HEREJES ...Y después de beber en tus como en ¡te lago de amor 45 castalias, tranquilo y terso, besaré las sienes con un verso para calzar de nuevo las sandalias! EVARISTO CARRIEGO 46 EL CLAVEL Fué al cuando surgir de una duda insinuativa hirió tu severa aristocracia, como un símbolo rojo de mi audacia, un clavel que tu mano no cultiva. Quizás hubo una frase sugestiva, o viera una intención tu perspicacia, pues tu serenidad llena de gracia fingió Y, una rebelión así, despreciativa... en tu vanidad, por condena de un la impaciente orgullo intransigente, mi rojo heraldo de amatorios credos mereció, por su símbolo atrevido, como un apóstol o la guillotina como un bandido de tus nobles dedos. 47 MISAS HEREJES REVELACIÓN Lujosamente bella y exquisita, con aire de gitana tentadora, llegaste, adelantándote a rodeada de misterios a la hora, la cita. El salón reservado oyó la cuita de una cálida noche pecadora, y al amor de reventaron tu carne las ofrendadora yemas de Afrodita. Fué en esa breve noche de propicia al locuras, Floreál de tus ternuras, que, cual glóbulos de ansias pasionales, tu sangre delictuosa infiltró el en el de bohemia cansancio de mi anemia ardor de los fuertes ideales! EVARISTO CARRIEGO 48 TUS MANOS Me obsedan tus manos exangües y finas, ¡tus manos! puñales de heridas ajenas, cuando en el teclado predicen, en notas, las inapelables deseadas condenas... Tus manos, amores de nardos y rosas, cuya Histeria tiene sangre de pasiones, como aquellas suaves que guardan ocultas en venas azules sombrías traiciones. Como las nerviosas manos de mi amada, que, en largas teorías de gestos cordiales, devotas del dulce crimen amatorio, degüellan mis mansos corderos pascuales! MISAS HEREJES 49 EXÓTICA Tiene un rico sabor de canela el . encanto andaluz que derrama hermoso donaire flamenco, ese que trajiste del — En su barrio de Triana. patio de sol, vio Sevilla adornarse por ti las guitarras, hoscos ceños de majos celosos y torneos de A la tu lado, mantilla fieras navajas. me — envuelve en perfumes que cubre tus gracias, y tu sangre, de ardor y misterio, su bravia pasión Y me pongo me contagia. a pensar en heridas de claveles y frutas moradas, cuando en el se abre la flor de tus labios carmen de todas Y me las ansias. llenan de luz la cabeza, yo no sé que canciones bizarras 50 EVARISTO CARRIEGO de tu tierra de amor y alegría, y deseo aventuras extrañas, aventuras rarísimas, cuando — como un vaso de en la copa mortal de néctar de Málaga tus besos bebo un vino de sangre gitana. MISAS HEREJES EN SILENCIO Que este verso, vaya hacia ti, que has pedido, como enviado de algún recuerdo volcado en una tierra de olvido- para insinuarte al oído su agonía más secreta, cuando en por las tus noches, inquieta memorias, leas, siquiera una tal vez, vez, las estrofas del poeta. ¿Yo..? Vivo con la pasión de aquel ensueño remoto, que he guardado como un voto, ya viejo, del corazón. ¡Y sé, en mi amarga obsesión, que mi cabeza cansada, 01 EVARISTO CARRIEGO 52 caerá, de la recién, libertada prisión de ese ensueño ¡cuando duerma sobre la el postrer sueño postrer almohada! 53 MISAS HEREJES DE PRIMAVERA En un carro triunfal hecho de auroras, y envuehas en flotantes museUnas, con impudor de audacias femeninas han llegado las nuevas doce horas. El viejo de las frígidas doloras, lloradas en letales sonatinas, va huyendo, incorruptible, en sus neblinas, de las doce muchachas pecadoras. ¡Una orgía de de músicas y el el luz..! Hoy se ha llenado nido fecundado, cantor de selváticos poemas, — heraldo de los sueños germinales anuncia en sus pregones orquestales el reventar glorioso de las yemas! — 54 EVARISTO CARRIEGO INVITACIÓN Amada, estoy alegre: ya no siento la angustiosa opresión de el pájaro fatal del graznando se alejó Amada, amada: de mi cabeza. de nuevo, ya, vuelve a vibrar en mí, que hasta sabe domar a oir. como el canto otras veces; hombre, porque puede ¡y el canto es Ven la tristeza: desaliento tus altiveces! Abandona Deja al mendigo en para el dolor, tanto, la ventana... paz. ¡Son tus ternuras, como las de una hermana, y sólo para mí suelen ser duras! ¡Manos de siempre compasiva y buena, yo tengo todo un sol para que alumbres ese olímpico rostro de azucena hecho de palidez y pesadumbres! 55 MISAS HEREJES Hoy soy así. Soy un poeta loco que ve su dicha de tus tedios presa... un poco ¡Ven y siéntate al piano: bebe de champán en la música francesa! No quiero verte triste. De tu cara borra ese esguince de pesar cansino... ¡Hoy yo quiero hoy tengo el vivir... ¡Qué cosa rara, corazón lleno devino! — EVARISTO CARRIEGO 56 EN EL PATIO Me gusta verte así, bajo la parra, resguardada del sol del medio risueñamente audaz, como día, gentil, bizarra, una evocación de Andalucía. Con olor a salud en tu belleza, que envuelves en exóticos roja de clavelones la vestidos, cabeza y leyendo novelas de bandidos. — ¡Un carmen andaluz, donde en los viejos rincones los rosales la jaula y el solitarios, que ocultan y ensombrecen color de tus canarios! ¡Cuántas veces no creo todo que como tus florecen, al acercarme, en un patio de Sevilla, más frescas flores vas a darme, y a ofrecerme después miel con vainilla! MISAS HEREJES O me 57 doy a pensar que he saboreado, mientras se oye una alegre castañuela, un rico arroz con leche, polvoreado de una cálida gloria de canela. ¡ Cómo me gusta verte así, graciosa, llena de inquietos, caprichosos rodeada de macetas, y, mimos, golosa, desgranando pictóricos racimos! Y al mojarse tus manos delincuentes, reventar las uvas arrancadas, como en sangre de vidas inocentes a tu voracidad sacrificadas!... Y ver vagar, cruelmente seductora, en esos labios finos y burlones, tu sonrisa de Esfinge, turbadora de mis calladas interrogaciones. Y desear para mí, las exquisitas torturas de tus dedos sonrosados, ¡que oprimen las doradas cabecitas de los dulces racimos degollados! EVARISTO CARRIEGO 58 TU SECRETO ¡De todo te olvidas! Anoche dejaste aquí, sobre el piano, que ya jamás tocas, un poco de tu alma de muchacha enferma: un libro, vedado, de tiernas memorias. Intimas memorias. Yo lo abrí, al descuido, y supe, sonriendo, tu pena más honda, el dulce secreto que no diré a nadie: a nadie interesa saber que me nombras. ...Ven, llévate el libro, distraída llena de luz y de ensueño. Romántica ¡Dejar tus amores ahí, sobre el loca... piano! ...De todo te olvidas ¡cabeza de novia! MISAS HEREJES 59 FILTRO ROJO Porque hasta mí la llegaste silenciosa, ardiente exaltación de mi elocuencia derrotó la glacial que mostrabas, indiferencia altiva y desdeñosa. Volviste a ser la de antes. Misteriosa, como un rojo clavel tu confidencia reventó en una amable delincuencia con no sé que pasión pecaminosa. Claudicó gentilmente tu arrogancia, y al beber — ¡oh, ¡y las el locuaz vino de Francia, uvas doradas y fecundas! — una aurora tiñó tu faz de armiño, hubo en jaula azul de tu corpino la un temblor de palomas moribundas! — EVARISTO CARRIEGO 60 DESPUÉS DEL OLVIDO Porque hoy has venido, con tus adorables gracias lo mismo que antes, exquisitas, alguien ha llenado de rosas mi cuarto como en ¿Te los instantes de pasadas citas. acuerdas?... Regreso de aun guardo, entre con la no sé Y otras, aquella que soñabas si a Lucía, noches lejanas, novela imitar, a ratos, no sé si a Grazziela. aquel abanico, que sentir parece la inquieta, la tibia presión de tu mano; aquel abanico ¿te acuerdas? Trasunto de aquel apacible, distante verano... Y aquellas memorias que escribiste un — un libro risueño de celos y quejas. ¡Rincón asoleado! Rincón pensativo de cosas tan vagas, de cosas tan viejas!... día! MISAS HEREJES Pero no hay los versos: ¡Qué 51 quieres!... te fuiste! — ¡Visión de saudades, ya buenas, ya malas! — La nieve incesante del bárbaro astío ¿no ves? ha quemado mis ... líricas alas. Para que añoranzas? Son como las filtros amargos ausencias sus hoscos asedios... Prefiero las rosas, prefiero tu risa que pone un rayito de sol en mis tedios. Y porque al fin vuelves, después del olvido, en hora de angustias, en hora oportuna, como antes, es hoy mi cabeza una pobre loca borracha de luna! alegre — 62 EVARISTO CARRIEGO TU Cuando escucho el un cálido vino me llena — el — licor de bohemia — cerebro de músicas locas. vino que moja tu noble garganta... una húmeda : rojo violín de tu risa, que olvidados acordes evocas, en Un el RISA jaula de finos cristales, cuyas orquestales invisibles rejas, aprisionan raros divinos zorzales. Y cuando que roba lo escancias, cordiales de un ritmo caricias a los terciopelos, caen en mi copa, de espumas amargas, cual lluvia de estrellas de líricos cielos. ¡Tu risa!.. como un sobre un el Me encanta, me obseda el oído, intangible sonoro teclado que han volcado rico y bullente los duendes amables champaña dorado! MISAS HEREJES No sé porque a veces, si 63 en rápida fuga tus polifonías se van diluyendo, por mi éxtasis tristes y jocosos que muriesen llorando y pierrots No pasan porque a veces sé riendo... me quedo pensando en óperas breves, donde colombinas hermosas y rubias, fingiesen de luz en O, muy gentiles me las danzas de collares las serpentinas. vagamente, bajo mecedores ensueños de cosas francesas, creo en florido jardín de Versalles, acechando un coro de lindas marquesas. Si acaso disipa mis hondos mutismos, con su leve magia de dulces misterios, en la quietud vibra, como una sonata de alegres clarines en un cementerio. Cuando en el silencio, llegan del Hastío las custodiando sobre esas heridas: flores de ella agita Odio, la sombra, y vuelca su taza de mieles... Cuando en mis severas Misas taciturnas se oye tu fanfarria, de sones ligeros, el el rondas crueles, Genio, vencido por tu musa loca suaviza del rito los bronces austeros. EVARISTO CARRIEGO 64 Tus líricas flautas anuncian la fiesta y tus ocarines de las harmonías, gama y mariposean por toda la crescendos chispeantes como Por eso, pedrerías. semeja tu boca un mineático salón, decorado con frescos de notas, donde baila siempre, cautiva parlera, una roja Por que la dama, galantes gavotas. eso, te ofrecen mis cisnes altivos, tus adorables alondras desdeñan, dulce agonía del último canto y doblan Por el cuello y escuchan y sueñan. eso, si bebo tu risa bohemia, — armónico vaso de néctares suaves — ¡mi pobre cabeza se llena de luna y claudican todos sus órganos graves! 65 MISAS HEREJES RATOS BUENOS Está lloviendo paz. ¡ Qué temas viejos reviven en las noches de verano!... Se queja una guitarra, y mi vecina hace a lo lejos, allá, reir el piano. Escucho, fumo y bebo, mientra el fino teclado da otra vez su sinfonía: El cigarro, la familiar, música y generosa el vino, trilogía... ...¡Tengo unas ganas de vivir la riente vida de placidez que Y en me rodea! por eso quizás, inútilmente, el cerebro un cisne ¡Qué bien se está, me aletea... cuando el ensueño en una tranquila plenitud se ve tan vago!... ¡Oh, quien pudiera diluir la Luna y bebería en la copa, trago a trago! EVARISTO CARRIEGO 66 Todo viene apacible del olvido en una caridad de cosas así como si bellas, Dios, arrepentido, se hubiese puesto a regalar estrellas. ¡Qué agradable quietud! ¡Y qué sereno el ambiente, sin al que empiezo a acostumbrarme, un solo recuerdo, malo o bueno, que, importuno, se acerque a conturbarme. Y me siento feliz, porque hoy tampoco ha soñado imposibles mi cabeza: En el fondo del vaso, poco a poco se ha dormido, borracha, la tristeza... 67 MISAS HEREJES A LA ANTIGUA ¡Oh, señora: gentil ¡oh, señora, dama de mis mi señora, yo le noches, ruego que abandone esa romántica novela: «> orgullosa favorita de sus dedos. Que abandone sus donde hay citas, callejuelas y historias de aventuras, donde hay dueñas y escuderos sombríos embozados y tizonas y amorosos devaneos; acechanzas del camino y estocadas de cadetes o gallardos mosqueteros, y, amador noble y rendido de su reina, algún Buckinghan lujoso y altanero. Que abandone, le repito, su romance, su romance mentiroso, pues confieso que me enoja la atención que le con agravio de mis quejas y mis dispensa, celos. 68 EVARISTO CARRIEGO De mis las celos, sí, me lo digo, tal tienen hazañas del cuidado caballero, a quien sueña usted señora, contemplando sus balcones, con la escala de Romeo. ¡Oh, señora, mi señora! son las doce... ¿Hasta cuándo piensa usted seguir leyendo? ¡Hay valor en su tenaz que no teme Son las los peligros del silencio!... doce: ya se aprontan los aleves, los galantes foragidos a cruzar indiferencia la callejuela de los besos, de unos labios donde anoche asesinaron al Ensueño... ¡Ay, entonces, de las bocas asaltadas por los rojos embozados ¡Ay de usted señora mía ¡Que la del si la Deseo! encuentran... salve su hazañoso caballero! 69 MISAS HEREJES LAS A todas las evoco. Pensativas, cual si pasar, en MANOS tuvieran alma, yo las veo como teorías que viniesen de un verso. las estancias líricas Las buenas, las cordiales, generosas madrecitas de olvidos en los duelos, las buenas, las volvimos a las cordiales, ver, ni en que ya nunca el Las manos enigmáticas, recuerdo. las manos con vagos exotismos de misterio, que ocultan, como en las libros invisibles, fórmulas vedadas del Secreto. Las manos que coronan los designios, las manos vencedoras que sueña, del Silencio, a veces, derrotado, en las un tardío laurel de luz el genio. EVARISTO CARRIEGO 70 Las pálidas, con sangre de azucenas, violadas por los duendes de los besos, que una vi sobre la vez, nerviosas, deslizarse gama azul de Las manos graves de un florilegio. las ¿lovias muertas, rígidas desposadas de los féretros, leves hostias de ritos amatorios que ya nunca jamás comulgaremos; manos inmóviles y esas que se petrificaron en como una de la extrañas, pecho el interrogante dolorosa inmensa ansiedad del postrer gesto. Las crueles que saben el encanto del fugaz abandono de un momento. Las exangües, las castas severas domadoras como vírgenes, del Deseo. Las'santas, inefables, las ungidas cbn mirras de perdón y de consuelo: amadas melancólicas y breves de los poetas y de los enfermos. Las románticas manos de que, en la las tísicas, voz-moribunda de un arpegio, como conjuro agónico llamaron a Chopin, angustiado, desfalleciendo... MISAS HEREJES 71 Las manos que derraman por la noche los filtros germinales en el lecho: que escriben las sobre las las cláusulas carnes que violó Las manos sin amor de más frías que se esfuma en como paloma las largas del adiós ¡Las Únicas, las manos que en las pusieron, las y más blancas que fecundas invierno. el amadas, el pañuelo despedidas supremo. fieles, las los ojos al cerrarlos, la anónimas, de algún muerto postrera temblorosa caricia de sus dedos! Las manos de bellezas manos como las irreales, de recuerdos, lirios de aquellas que se fueron a en la piedad del éxtasis eterno. Las místicas, fervientes inmaterializadas en las el las como las imágenes nazarenos. triunfan del Olvido, el de no haberlas besado, el exvotos, rezo, tristes manos que ¡esas, blancas con como manos que humanizan de los blondos y Y la luna, remordimiento ni siquiera beso intangible del ensueño! EVARISTO CARRIEGO 72 A COLOMBINA, EN CARNAVAL Colombina ¿qué se hicieron tus risas de cascabel? ¡Ah! desde que se perdieron — lo saben quienes te quedó inconcluso un Surge de y como oyeron — rondel... las viejas salas antes, oportuna, vuelve a reinar, hoy que exhalas suspiros por las escalas con que asaltaste la luna. ¿Por qué ese como un fúnebre Si es la no que te aflijas, reir que suena fagot?... yo sé tu pena, que serena fué la muerte de Pierrot. MISAS HEREJES Murió de haberte Y querido... ahora que sé tu mal, para empaparte de olvido, voy a mojar tu vestido con agua de madrigal. Pero debo imaginarte entre todas confundida, si es y así, que quieres la estrofa Y disfrazarte, empezaré a rimante ayer ofrecida. puesto que eres coqueta, sensible a un buen decidor, porque mandas, inquieta, me lo vestiré de poeta para cantarte mejor. Anónima enmascarada que de vas, nerviosa, a la cita, sutil gasa adornada, como una media que a la indiscreción Lleva que la calada te el incita: disfraz colorado, acompaña al placer, sangre que ha derramado un corazón reventado en tus manos de mujer. 73 EVARISTO CARRIEGO 74 Marquesita sin blasones, sabia en la broma que escuchas en galante, los salones correr mil murmuraciones de elogios a ¡Cómo la intrigante... luce tu altanero orgullo de flor de lis cuando habla ese caballero con traje de mosquetero tiempo de algún rey del Luis... Coqueta, linda coqueta, risueñamente locuaz: escondida y bien sujeta lleva siempre debajo del Pues que la fina la careta antifaz. está oculta la mano hermosa enguantada, ¡van, en la seda olorosa, cinco lirios color rosa corriendo una mascarada! Como adivino un deseo de burla, en tu voz, y tienes la gracia del discreteo, me disfrazaré de Orfeo para domar tus desdenes. MISAS HEREJES ¿Qué es esa melancolía que a conturbar alma de tu el ¡Bien haya del gesto así llega alegría?... la bizarría que doblega! te ¡Ensueño de marmitones, y loca fregatriz triste que, por breves ilusiones, abandona sus fogones en traje Por de tu de emperatriz; la gloria altivez de tan bella la gracia de heroína, aristocracia, ha claudicado del de la acracia changador de la esquina. Modista, pobre tendera, o esclava del obrador: vestida de primavera, ya rendirás al hortera, tenorio de mostrador. Flor que aroma el delincuente búcaro del Cafetín, loca máscara insolente que aguarda lista, impaciente, su gallardo bailarín. 75 76 EVARISTO CARRIEGO Ebrio de amor y de vino, sensual donaire guarango lucirá tu cuerpo noche en esta cuando te fino, Casino el entusiasme Muchacha el tango. conventillera que, en apuros maternales, pasaste la noche entera arreglando esa pollera, honra y prez de ya, despertando de otras de irás los percales, la ganas las vecindad, con tus dos hermanas, Terpsicor^ suburbanas, a un baile de sociedad... Mascarita... viejecita, ¡en que deslumbrantes fugas va tu añoranza bendita!... ¡Viejecita, mascarita de careta con arrugas!... ...Colombina ¿Qué se hicieron tus risas de cascabel? ¡Ah! desde que se perdieron, lo saben quienes te oyeron quedó inconcluso un rondel... MISAS HEREJES ¡Venga de tu risa la flauta de divina cristal!... ¡Colombina, Colombina: allá va una serpentina continuando el madrigal! 77 EL ALAA DEL SUBURBIO MISAS HEREJES EL ALMA DEL SUBURBIO El griego musicante ya desafina en suave habanera provocadora, la cuando se anuncia a voces, desde la esquina — famoso — de última hora». «el boletín Entre la algarabía del conventillo, esquivando empujones pasa pues trae noticias, divulgando las la rueda de los marchantes, heraldo gangoso vende sus hojas... donde sangran de uno que otro chiquillo nuevas del pregonero. En medio de el ligero, las los sueltos espeluznantes acostumbradas crónicas rojas. Las comadres del barrio, juntas, comentan y hacen filosofía sobre el destino... mientras los testarudos hombres intentan defender al amante que fué asesino. 81 EVARISTO CARRIEGO 82 La cantina desborda de parroquianos, y como las trucadas van a empezarse, mugrienta baraja cruje en la que dejaron las copas que han de jugarse. Contestando a las de los del grupo, el muchas insinuaciones héroe del homicidio de que fueron culpables narra sus aventuras en En la calle, la al las elecciones, el presidio. buena gente derrocha sus guarangos decires porque manos las más compás de un lisonjeros, tango, que es «La Morocha», lucen ágiles cortes dos orilleros. La tísica de enfrente, que salió al ruido, tiene toda la dulce melancolía de aquel verso olvidado pero querido que un payador galante La mujer le cantó un día. del obrero, sucia y cansada, remendando la ropa de su muchacho, piensa, como otras veces, desconsolada, que vez marido vendrá borracho. tal el ...Suenan las diez. se y apagaron el las velas barrio entero No en se oye ni un solo grito; las bohardillas, duerme como un bendito sin negras opresiones de pesadillas. ! 83 MISAS HEREJES Devuelven el las oscuras calles desiertas taconeo tardo de los paseantes; y dan la sinfonía de las alertas en su ronda obligada los vigilantes. Bohemios de rebeldes crías sarnosas, ladran algunos perros sus serenatas, que escuchan, intranquilas y desdeñosas, desde su inaccesible balcón las gatas. Soñoliento, con cara de taciturno, cruzando lentamente los arrabales, allá de va el gringo... ¡pobre Chopín nocturno las costureritas sentimentales ¡Allá vá el gringo! que uncida a un como bestia paciente viejo carro de la Harmonía arrastrase en silencio, pesadamente, el alma del suburbio, ruda y sombría! EVARISTO CARRIEGO 84 LA VIEJECITA Sobre doblado la acera, que cuerpo — sol escalda, el — la cruz obliga lomo imposible, que es una espalda desprecio y sobra de la fatiga, pasa la el la vieja, la que es, inconsolable, apenas, un desperdicio del infortunio, la lamentable carne cansada de La viejecita, la un sedimento de deshecho inútil, sacrificio. que se la siente materia, salmo doliente del Evangelio de la Miseria. Luz de sobre la pesares, propios o ajenos, pena de su faz mustia dejan estigmas, de dolor llenos, entristeciendo su misma angustia; su misma angustia que ha compartido, como el mendrugo que no la sacia, con esa niña que ha recogido, ! MISAS HEREJES 85 retoño de otros, en su desgracia. Esa pequeña que va a su lado, la que mañana será su apoyo, flor del lirio suburbio desconsolado, de anemia que dio el arroyo. Vida sin lucha, ya prisionera, pichón de un nido que no fué eterno. ¡Sonriente rayo de primavera sobre nieve de aquel invierno la Radiación rubia de luz que arde como un triste sol nuevo linda y deseada la que un ocaso, será, acaso, Inés vencida, la dulce de los tenorios de cuando le frente a promesa, mujer más tarde el monja la taberna, encanto de la lisonja dé su frase nefanda y tierna. — Ritual vedado de sensaciones trágicos sueños, fiebres aciagas, hostias de vicios y tentaciones de las alegres jóvenes magas... ¡Que de heroínas, pobres y oscuras, en esos dramas ¡cuantas Ofelias! Los arrabales tienen sus puras tísicas Damas de Por eso como una las sufre, la Camelias — mendicante, idea terrible y fija que no ha empañado su amor radiante ! 86 EVARISTO CARRIEGO por esa Mas hija que no es su hija. sus bellezas de renunciada jamás del crudo dolor la eximen... haber sido, siquiera, amada ¡sin se siente madre de los que gimen Madre haraposa, madre desnuda, manto de amores de barrio ¡es bajo: una amarga protesta muda esa devota de San Andrajo, que conociese sólo de rudos fríos los besos en los portales, como descanso para solo le sus huesos dieron los hospitales! Girón humano que siempre flota sobre sus ansias indefinibles, bondad enferma que no ni en que se agota las miserias irredimibles un olvido la torturan, sin para sus lacras, para su suerte: con la certeza de haber vivido como un despojo Por tiene para la eso, a veces, tiene muerte! amarguras, amarguras de derrotada, qu? se traducen en frases duras y dan en llanto de resignada; pues nunca supo la miserable, de amor alguno, grande o pequeño, que la alentara, no le fué dable MISAS HEREJES sobre vida soñar un sueño. la La dominaron que la flagelan ¡en la 87 los sinsabores, como vendimia de a inocente: los amores fué desgranado racimo ausente! Fué azucena sobre la de desdichas, a flor no vino nadie, el pantano, libertarla no hubo una mano que se tendiese para arrancarla. Sin transiciones, siempre vencida, en ni tuvo el mismo principio de su mal las glorias de la caida: Su primer cuna ya era el abismo. Bajo un hastío que no deseara, pasó su noche sin una aurora sin ni que en Y así, como un en la vida la conturbara una impaciencia de pecadora. ha guardado con sus pesares reproche, que se refleja las arrugas, sus azahares de nunca novia, de virgen vieja. Los años muertos sólo dejaron esa agonía que no la mata... ¡Jamás a como ella la aprisionaron, entre flores, rejas de plata! Forjó ilusiones, y las la sepultaron más leves como en escombros; sobre su testa cayeron nieves EVARISTO CARRIEGO 88 y honras de arapos sobre sus hombros. Porque fué buena, dio en de cubrir todas sus puso cicatrices: besos de su ternura los en sus hermanos, los Por infelices. eso, a veces, tiene su duelo en sus cansados ojos sin llantos sobre locura la brillo, que caen como un consuelo las llagas del conventillo. Carne que azotan todos los males, burla sangrienta de los muchachos, dádiva y sombra de los portales, mancha de vino de Ahí va la vieja, los borrachos: como una hiriente fórmula ruda de una ironía: llena de en la sombras en la serena gloria del esplendente, día. Tal vez alguna visión extraña ha conmovido su indiferencia, pues ha cruzado triste como una imagen de ¡Y allá y huraña la demencia. — sombría, y adusto obsesionada por va taciturna, las ceño, crueldades — como un ensueño que derrotaron el las realidades ! MISAS HEREJES 89 GUAPO EL A la memoria de San Juan Moreira Muy devotamente. El barrio le admira. Cultor del coraje, conquistó, a se la impuso en y de renombre de osado; cien riñas entre las prisiones salió Conoce sus la larga el compadraje consagrado. triunfos y ni gloria de otros, de pues todo el aun muchos inquieta le temida, Palermo de acción le respeta y acata su fama, jamás desmentida. Le cruzan hondas llevar el rostro, cicatrices, y de estigmas violentos, quizás le halaga imborrables adornos sangrientos: caprichos de hembra que tuvo La esquina o le el patio, la daga. de alegres reuniones, oye contar hechos, que nadie le niega: ¡con una guitarra de altivas canciones él es Juan Moreira, y él es Santos Vega! 90 EVARISTO CARRIEGO Con sombrero que inclinó a ese con esa melena que peinó al los ojos descuido, cantando aventuras, de relatos rojos, parece un poeta que fuese bandido. Las mozas más lindas del baile orillero para no se muestran esquivas y hurañas, él vez orguUosas de ese compañero tal que tiene aureolas de Nada ni que no es amores y hazañas. se le importa de la envidia ajena, el rival pueda tenderle algún un enemigo que valga pues ya una vez Gente de lazo: la pena... lo hizo ca...er de un hachazo. que aguardan crueles avería, brutales recuerdos en los costurones que dejará el tajo, sumisos y fíeles, siguen y adulan imberbes matones. le Aunque en le ocasiona las elecciones es que por el un muchos malos caudillejo buen nombre de los candidatos en los peores trances expone Pronto a que la ilustra las ratos, el pellejo- — pasión del cuchillo manos por mutiladas — pelea él su pieza, amenaza de algún conventillo, es una academia de ágiles visteadas. MISAS HEREJES , Porque en sus impulsos de alma pendenciera desprecia ¡para él la la sola el peligro sereno y bizarro, vida no vale siquiera pitada de un ...Y allá luciendo !.. va pasando con aire altanero, las prendas de su gallardía, procaz e insolente que triste cigarro como un mosquetero tiene en su guardia la chusma bravia. 91 EVARISTO CARRIEGO 92 DETRÁS DEL MOSTRADOR Ayer la vi, al pasar, en la taberna, detrás del mostrador, como una Vaso de carne que juvenil estatua... atrae a los borrachos con su hermosa cara. Azucena regada con surgida en florece, el ajenjo, ambiente de como muchas, en la crápula, el vicio perfumando ese búcaro de miasmas. ¡Canción de esclavitud! Belleza triste, belleza de hospital, ya disecada quien sabe porque mano que casi siempre, hasta el sitio Y pasa sin dolor, así, de la empuja, la infamia.. inconsciente, su vida material de carne esclava: ¡copa de invitaciones y de olvido sobre el hastiado bebedor volcada! 93 MISAS HEREJES EL AMASIJO Dejó de de repetir por castigarla, el fin diario brutal ultraje, que habrá de contar luego, en felicitado, rueda insolente del compadraje. la — Hoy, como ayer, es, cansado acaso, la la misma que causa del amasijo le obligara hace poco, a imponerse con un barbijo que enrojeció un recuerdo sobre Y la cara. — se alejó escupiendo, rudo, insultante, los vocablos más torpes del caló hediondo que como una asquerosa náusea incesante vomita En la cloaca del bajo fondo. el cafetín crece la pues se está discutiendo y, algarabía, lo sucedido, contestando a todos, alguien porfía que ese derecho tiene sólo el marido... — EVARISTO CARRIEGO 94 Y en tanto que la pobre golpeada intenta ocultar su sombría vergüenza huraña, oye, desde su cuarto, como siempre en Y — que se comenta risueño coro la hazaña. se cura llorando los moretones lacras de dolor, sobre su cuerpo enclenque... ¡que para eso tiene resignaciones de animal que agoniza bajo Mentras escucha como sola, el rebenque! desesperada, gritan las otras... rudas y tercas, gozando en su bochorno de castigada, burlas tan de sus bocas... ¡burlas tan puercas!... 95 MISAS HEREJES EN EL BARRIO Ya al y el la parra, cantor del barrio se sienta, templando, con mano nerviosa La misma la van acercando los de la casa se rincón del patio que adorna marca la dulce guitarra. que aun guitarra, indeleble, la marca lleva en el cuello salvaje de aquel despechado que soñó el degüello del rival dichoso tajeando el cordaje. Y viene la trova: rimada misiva, en décimas largas, de amante fiereza, que escucha insensible moza, que no quiere La trova que la salir historia despreciativa de la pieza... sombrías pasiones de alcohol y de sangre, castigos crueles agravios mortales de los corazones y muertes violentas de novias infieles... EVARISTO CARRIEGO 96 Sobre el rostro adusto tiene viejas cicatrices en de cárdeno guitarrero pecho un hosco rencor pendenciero el y en los negros ojos Y el brillo, la luz del cuchillo. muestra, insolente, pues se va exaltando, su bestial cinismo de alma atravesada: jPalermo celos Y le ha oído quejarse, cantando que preceden a no la puñalada! es para el otro su constante enojo... ¡A ese desgraciado que a golpes maneja, le hace que al el mismo caso, pucho que por bruto y por flojo, olvida detrás de la oreja! ¡Pues tiene unas ganas su de concluir con todas altivez airada las habladurías!... ¡Tan capaz se siente de hacer una hombrada de la que hable el barrio tres o cuatro días!.. ...Y con la rudeza de un gesto rimado, la canción que dice la pena del mozo termina en un ronco lamento angustiado, como una amenaza que acaba en sollozo! 97 MISAS HEREJES DE LA ALDEA Regresan de la era. las fuertes risotadas con que animan Se oyen cercanas y las canciones la vuelta los que siguen, desde lejos, mocetones a las aldeanas. Ya, detrás de las rejas de las ventanas, muchachas contestaciones, estudian las para dar a que de las tímidas declaraciones rústicos labios salen galanas. Como van a concluirse las romerías, crecen las estruendosas algarabías... Y, halagando a una novia provocadora, pasa diciendo un al son de la mozo de porte fiero, guitarra conquistadora, las postreras hazañas de un bandolero. : EVARISTO CARRIEGO 98 RESIDUO DE FABRICA Hoy ha tosido mucho. Van dos noches que no puede dormir; noches fatales, en esa oscura pieza donde pasa más amargos sus días, sin quejarse. El taller la enfermó, y así, vencida en plena juventud, quizás no sabe de una hermosa esperanza que acaricie sus largos sufrimientos de incurable. Abandonada siempre, son sus horas como su enfermedad: interminables. Sólo, a ratos, cuando padre se llega borracho, acerca le por la tarde... Pero es para decirla lo invariable insulto, mismo el ¡le y el reprocha la el el de siempre, dinero que llama haragana, el le ultraje cuesta miserable! MISAS HEREJES Ha que El hermanito tosido de nuevo. a veces en la pieza se distrae jugando, sin hablarla, se ha quedado de pronto serio como Después se ha ido, se si pensase... ha levantado, y bruscamente murmurando al alejarse, con algo de pesar y mucho de asco: — que la puerca, otra vez escupe sangre... 99 EVARISTO CARRIEGO 100 LA QUEJA Como otras veces la infeliz dijo, vómito cuando la angustia graves cosas hurañas, le finge tibio después que mojó la el rojo almohada, las mismas quejas de las mismas quejas entrecortadas por el delirio, las como un Bajo que febriciente, ella arroja detritus de la garganta. el recuerdo remoto y vivo, jornadas rudas de su desgracia, rápidos cruzan por la memoria sus desconsuelos de amargurada: desde que el sombrío vio su carne taller primero cuando era sana, hasta la hora de la caída de la que nunca se Porque era ascendió toda supo levantara. linda, joven y alegre la suave escala: del fino vaso elegante que vuelca flores en la cloaca. — : 101 MISAS HEREJES Porque a su abismo leves mareos de la lo creyó cumbre, esperanza quizá embriagaron sus realidades puesto que huyeron sin inquietarla; la y salvaron de los bastios que levemente la desolaran, como poemas sentimentales, largos idilios de cortesana. Después... terrible, llegó y hubo el el descenso, agonías de lucha infausta tren lujoso, los bar de moda, — últimas glorias de consagrada ya no volvieron a mecer tiernas ensoñaciones interminadas, ya no volvieron ansias ocultas de las ni a las novelas de obsedar, fe tristes, romántica, sus aventuras heroínas que ella imitara, pues, desde entonces, casi insensible, vivió la vida de una de tantas... y enamoróse de un orillero, por un capricho, porque ostentaba, como un orgullo jamás vencido, adorno y premio de sus audacias, una imborrable cicatriz honda sobre su rostro: cuartel de cara brutal nobleza, blasón sangriento que con fiero arte grabó la daga. ; EVARISTO CARRIEGO 102 La vio suburbio pasar risueña, el porque en sus horas inconfesadas de peregrina de los burdeles fué la devota que amó las llagas y a su belleza rindió homenaje la inmunda jerga que deshojaba en delictuosas galanterías rosas obscenas para sus gracias; la jerga inmunda, volvió la que en madrigales torpe frase guaranga de los celosos apasionados, que bravamente, como ofrendadas invitaciones de amor, lucían vivos claveles en la solapa, largos reproches en sus cantares y torvas Sus iras en las miradas. caballeros... por su coraje, de las Esos a quienes la roja pendencias y heráldica las prisiones dio pergaminos de aristocracia. Más tarde las tiranías que ella el otro... Las exigencias, de aquel canalla mantuvo, las indecibles horas de eterna mujer golpeada: ¡siempre siempre el el azote como azote sobre caricia, la espalda, sobre esos lomos que soportaron sin rebeliones de carne esclava: MISAS HEREJES 103 ¡lomos de pobre bestia sufrida, de pobre bestia ya reventada! Y aquella noche, ¡noche tremenda! en que sintiendo del náusea la horrible primer vómito, que arrancó el golpe del bruto infame, loca de rabia, embravecida, con todo su asco le escupió Y otra vez, y otra; feroz recuerdo al rostro su sangre insana... del miserable, lleva la lleva el marca estigma que dejó con que, marcharse, al tajo el abrió la cara. le Después, enferma... Los sufrimientos, las mentirosas voces de lástima o los insultos jamás velados: ¡La vida puerca, Perdió en y el la vida mala! lecho sus atractivos, destruida la antigua gracia, así, ya no hubo triunfos, pues los deseos para saciarse Por eso a donde la hallaron solas, hoy, se muere, hondos gemidos la tos bajo donde flaca... en le el cuarto arranca la tos violenta, maldita que la desangra, que la consume la fiebre tiene rencores de sublevada, ¡tiene unas cosas!... ¡Oh, con los pulmones echar si el pudiera alma! EVARISTO CARRIEGO 104 Por eso grita de incosolable, inofensiva, su queja la inútil queja aciaga, porque en su boca son estertores de amordazada las frases duras que va arrojando como un detritus de la garganta llena que de angustias, los al mismo tiempo pedazos de sus entrañas! 105 MISAS HEREJES LA GUITARRA Porque en ella orquesta las partituras la risa con el de su garganta lamento, porque encierra una musa que todo canta, es la polifonista del sentimiento. Por la prima aflautada vuelan las notas chispeantes de poblando y, braman las el las aves y juguetonas, ambiente de voces graves, roncas iras en las bordonas. Arco de mil envíos. Carcaj de ameres, hacen sus flechas raudas así como, en suele rugir el la líricas presas, pauta de los rencores, pueblo sus marsellesas. Ella lauda en su solfa los caballeros del valor o del arte, y aun hay un gajo de laurel para todos los cancioneros de la fértil Provenza del barrio bajo. EVARISTO CARRIEGO 106 Por eso elogia siempre los finos ensueños, las como también audaces pasiones de los La fieros desde el halaga irresistibles viejo idilio, como aureola cordaje, quizás le llega fondo de un rancho: que aunque española, conoció Bajo sensibles Tenorios de poncho y daga. un luz de que ciñe su más el el amor gaucho de Santos Vega. alero en ruinas, contando duras malas correspondencias a sus deseos, con la magia vibrante de sus ternuras cautivan a las mozas criollos Orfeos. Ella inspira en baile las alabanzas el de floridos requiebros y relaciones, o las citas de los fugaces en las mudanzas tristes cielitos y pericones. O, a los lentos acordes provocativos, en su seno se agitan habaneras, las que, libertando locos besos cautivos, se desmayan sensuales en Órganos y clarines, sus suenan, cuando en florece la y sangra el voces finas rojo de sus vergeles amargura de la las caderas. epopeya de las espinas los laureles. 107 MISAS HEREJES A en SUS cordiales sones apasionados, noches alegres de serenatas; las envían los galanes desconsolados sus doloridas quejas a las ingratas... Por sus historias pasan, que presagiase largos fatales duelos, románticas cuitas del pecho herido, las o como un gemido las rojas Cuando venganzas de los Ótelos. la pulsan toscas manos brutales, tiene temores de ella como sensitiva, bajo opresiones espirituales insinúa caprichos de novia esquiva. —Melodiosos mensajes de mecen se y desde las el infinito vienen los las constancias- memorias en sus cadencias, de «no me las distancias olvides» a las ausencias. Ofrenda generosa de un dulce instante que en el llenase la caja de ritmos ledos, las cuerdas sonoras puso una amante beso, que, aun borrado, quema los dedos. Calandrias fugitivas que van pasando, de tiempos de leyenda vivo trasunto, por ella todavía cruzan vagando los derroches de ingenio del contrapunto. — EVARISTO CARRIEGO 108 Modulando responsos conmovedores, en honda de su noble exaltación la estro, dice las odiseas de payadores que murieron cantando como En manos las del el Maestro. majo su gracia encela — sangre el alma de y, en su carmen de amores, vino y canela, chulas las bravia revientan los claveles de Andalucía! Castañuelas, jaleos, ricos mantones, manólas, bizarrías, rosas bordadas... ¡Se en perfuman las patio de el Corona las ágiles sedas de sus canciones aromas de los aplausos las que Granadas! le merecen hazañas de los toreros, o sobre algún sombrío cuento aparecen evocadas visiones de bandoleros. Vive en los Escoriales de los blasones, o en ¡y ya en las Trianas flamencas de las Sevillas, ya es una marquesa de áureos salones, la pobre muchacha de Por eso, luce orgullos líi altivez la de aristocracia de regios rasos como también en las bohardillas! triunfales, se llena de humilde gracia coquetería de los percales. MISAS HEREJES A SUS cálidos ritmos, de suaves tonos, en su hamaca de nervios y fantasía, mecen provocadoras sus abandonos las seis líricas Es damas de la Harmonía. la polifonista del sentimiento; es la de los dolores y los placeres: ¡la la que orquesta la risa con el lamento, que canta aleluyas y misereres! 109 lio EVARISTO CARRIEGO LOS PERROS DEL BARRIO Ya a llegan cansados en rondas hambrientas husmear buenos trozos entre los residuos: caridad de afables cristianas sirvientas que tienen por ellos cuidados asiduos. La humildad que baja de sus lagrimales se trueca en desplantes de ladridos fieros: no en vano regresan de sucios portales cumplida su ingrata misión de cerberos. Espíritus sabios en sus devociones, ladran sus blasfemias como pero en los oficios de las los mueve ángeles malos, contriciones a ser santos la unción de los palos. Tal vez ellos mismos, en noches aciagas son los milagrosos geniales artistas, de bíblicas lenguas, que curan de anónimos Cristos las llagas sin evangelistas... MISAS HEREJES En las castas horas de amables ensueños, son, regularmente, en el decir, como nadie parcos pero se tornan risueños cuando beben agua de luna en Gozan la 111 los charcos. primicia de las confidencias en los soliloquios de los criminales, y, como y aman De de las sus dueños, buscan las pendencias los presidios y los hospitales. noche, consuelan la angustia infinita incurables que en los conventillos dulcemente lloran a que muere en Margarita la las teclas de los organillos. Puntuales consignas, jamás olvidadas, son los que despiertan, fielmente severos, madrugadas a las obreritas, en las que anuncian las dianas de los gallineros. Se entristecen cuando — Y ... a ese sinvergüenza la mujer en su compañía descubren lejana cantina donde Final de la ofensa insulta que aun no ha venido. está el la oculta marido. nunca perdonada, rencor de los héroes de almas agresivas, gustan la belleza de la puñalada que alcanza a las locas muchachas esquivas. EVARISTO CARRIEGO 112 Crías corajudas, de castigo eximen a las delincuentas famas orilleras, es si que se discute que apasionó al la causa del crimen barrio semanas enteras- Ponen sus rabiosas babas en de las enredistas los cuentos brujas habladoras, y asisten en días de arrepentimientos a las confesiones de las pecadoras. Luctuosos de mugre van a los velorios donde, haciendo cruces, arañan y, muy las puertas compasivos, gruñen responsorios y recitan Salves por las novias muertas. Hallan escondrijos de cosas guardadas, y, cautos, divulgan en el vecindario fórmulas secretas de alquimias, robadas al hosco silencio de algún visionario. Con mucho en el sigilo, ferozmente serios amplio, oscuro templo de la acera, celebran sus ritos de foscos misterios, aullando exorcismos contra Custodian los el acto, la perrera. de extrañas figuras, insospechados de infames traiciones: hay autoritarias torvas cataduras de perros caudillos y perros matones. 113 MISAS HEREJES terror de valientes, Uno, sobre todo, jamás derrotado volvió a ¡quizás Juan Moreira le la covacha: puso en los dientes su daga de guapo sin miedo y sin tacha! Y hay otro, apacible, gentilmente culto, de finos modales, ingenioso y diestro en estratagemas de escurrir y a quien los noveles Y hablando a los llaman Maestro. cuando otro, que, hay le fieles bulto, el la fiesta termina, con raro lenguaje parece un apóstol de gleba canina que dice a Y otro, las gentes su Verbo salvaje. primer premio de anuales concursos, ninguno se agacha, y que, en saber, ante es una promesa que sigue los cursos de las Y academias de un perro Vizcacha. siempre maculado de en cien bellas expone a Y la otro, frases, cuidando el que con la fílosofi'as, de credo inhumano, Horda tremendas finge repulsiones impone se llama nietzcheano, que en su orgullo otro, aire teorías... de doncel apuesto hablando de acracia, forma de su noble gesto buen gusto de su aristocracia. EVARISTO CARRIEGO 114 Y otro, que el Domingo donde dragonea ya de va a las conferencias, libertario, afirma que toda clase de violencias es en estos días Y un mal necesario. bravo y talentoso, otro, patriotero, — nació en Entre - — elogiando Ríos el suelo de su cuna, agrega, que en tiempo glorioso fué hermano Y que es el otro, Y Calandria, y hermano en mi abuelo. de impecada flacura de asceta, a veces fulm.ina no sé que amenaza, escuchado tonante profeta que augura en eii el destino mejor de mocedades de sus relatan historias de otros, caballeros y ya han recibido correrías, gauchos matreros con quienes pelearon a las policías. que Don leen Quijote más de una pedrea, que siempre casi pontifican ha sido recurso de toda Y Raza, algunos, que acaso fueran ovejeros las Y la el azote ralea... otros, familiares reliquias vivientes que atiende mas con el Estado, sarnosos y viejos, su prestigio de bocas sin dientes, inician a varios que piden consejos. 115 MISAS HEREJES ...Y ahí están. De pronto vuelven, todos juntos, a narrarse, en orden, sus melancolías: pregunta y respuesta, como en contrapuntos de fúnebres salmos que son ¡Parece que el alma de letanías. los hubiese pasado por sobre payadores la tropa, jueces gruñidores y que, frente a graves está Juan sin Ropa! está Santos Vega y ...¿Qué será ese inquieto pavor tumultuario que desde ¡Cómo de si ostiles la sombra llega, a la sordina? rezasen lúgubres rosarios, rumores se puebla la esquina! Se van galopando... ¿Porque habrán huido? ... ¡Qué sola ha la pena del ¿No quedado la calle! ¡Qué honda ronco furor del aullido! sientes, hermano? Se aleja la ronda... RITOS EN LA SO/ABRA MISAS HEREJES 119 LOS LOBOS Una noche que se fué de invierno, tan cruda dgl portal la Miseria, y en sus camas de los hospitales lloraron al hijo las madres enfermas, Mal en con el frío y ardor del ajenjo en el tras del un hosco el alma las venas, silencio de angustias, un pobre borracho cantó en — Compañero: no algo raro y ... ostil en la acera. Asómate, hermano. ¡La Son los la los los lobos... calle está llena! mismos que espían sombra sin fin taberna: salgas, presiento La invadieron aullando en la de tu paso tu senda, que en sórdidas tropas se anuncian y en horas horribles arañan la puerta... 120 EVARISTO CARRIEGO ...¿Qué no entiendes? ¿No tiembla tu prole salvaje ulular de las bestias?... al ¿Nunca ¿Fué siempre vio la Desgracia? entraña sin hambre, la la entraña repleta? ...Continúan aullando ¿no oiste? Ritornelo feroz que resuena como un lúgubre por sobre la ¡Y son todos! y Dolor El No la anemia. ninguno; falta noche no pasa: la No grito flotando cuna que mece es eterna. es invierno; te cubre: aguardes ni sueñes jamás primaveras. El olvido está lejos; no viene a dejar junto a ti su promesa, su promesa de muerte a veces tan ¡la Nunca nadie sabrá de que pusiese en tus ojos con la Madre, mala y a veces tan buena! la la cual has caído tan mano venda, hondo que aquellos que quieren mirarte En tu anónimo abismo sin desear se ciegan. te agitas un regreso, en la inquieta sensación del inmenso desplome que arrastra consigo tus Sin embargo, quizás en la calma de te dudas tremendas. azotaran, tu indiferencia, — flageladas visiones de ensueño — MISAS HEREJES posibles terrores de locas tormentas. En el fondo temible de tu alma anda suelto un espanto de j qué curioso a ver si ella sería tiene ...¿No los ves? fiera: asomarse también sus violencias! ¡Cómo asustan sus ojos, sus inmóviles ojos que velan en las noches infaustas, propicias hórrido asedio clavado al cuando afuera, Miedo desata sus hordas el las llagas del y allí, Crimen revientan, con ruda caricia indeleble, si, toca una las mano ¡Y tú sigues que en lo mismo! Diría tus sueños mejores tuvieras pesadillas de murrias de letales que no tiembla. brutal plomo desganos de fiebres ya viejas... Sin querer en tu ruta inquietante un momento presentir, ni la siquiera, amenaza mortal de un perenne furor sigiloso de fauces que acechan... ...No te a rondar las rías... al Ya vuelven de nuevo amor de la niebla; famélicas bocas enormes parece que llaman, imploran y esperan. Cubren toda la calle; bravios, 121 : ^22 EVARISTO CARRIEGO van marcando en como nieve sus huellas, la estigmas de atroces presagios, sórdidamente cansados, jadean. y, ¿Quién No sé. ¿Quién los llama? ¿Por qué huyeron, dejando sus selvas... Son tropeles que azuza el peligro los trae? y vienen de lejos como una inclemencia... ¿Mas, que buscan? Los lomos hirsutos extremecen sus rabias sangrientas en un torpe rencor incesante tal vez una vida sus garras laceran. No quiero acordarme. aquí?.. No te duermas... ¿Mujer... hijos? ¿Están ellos ¿Han aullado otra vez, o es el viento? Los dos se han unido y aguardan la presa. ¡Yo los siento volver: son los mismos, los conozco, los de mis largas monstruos que llegan: vigilias y junto a mi lecho guardianes fatal, ...Sus tentáculos hieren Mira, hermano, la centinelas! mi entraña... noche ¡cuan negra! Se creyera que .pasa la vida envuelta en un torvo girón de tinieblas. ¡Cómo sin Si cae la nieve, un rayo de en la calle luz! ¡qué tristeza! pudiese pensar, pensaría que dentro del alma me cabe una estepa... . 123 MISAS HEREJES ¡Oh, mi sangre sin mis oscuras heridas que en el borde más. ...Ven, acércate y verás en como la sobre medita ¿Quién el inciertas filoso del filtros del a todos los mis pasiones sol, vaso Odio No te se abrieran! turbes noche agorera la fúnebre ronda Ensueño, con cara de se ha puesto a reir? pena... ¡Compañero: se han mezclado a los lobos las hienas!... El Silencio descubre su esfinge y, aullando, los monstruos avanzan a ...Hubo un ronco gemido en se halló solo y por eso el borracho en la loca, la la la tientas!... sombra, tienda extraña mitad de aquel canto, quedó en la botella. EVARISTO CARRIEGO 124 IMÁGENES DEL PECADO Enfermizas plenitudes de emociones amatorias, modernismo de lo Raro, de embriagueces que disfrazan las como fórmulas ilusorias, crudezas de sus credos materiales,, severas de blasones impolutos, que, discretos, disimulan los salvajes atributos, las paganas desnudeces de las fuerzas germinales. Rosa-estigma que en los labios han dejado de la los orfebres Ardencia. Bestias malas de lascivias y de fiebres, que no doman los actuales filosóficos Orfeos, acechando por las noches los oficios sigilosos... MISAS HEREJES por las 125 noches consteladas de los besos milagrosos que deshacen en Predilecta las bocas el rubí de los deseos- medianoche vagamente ensoñativa, que ha exhumado un bello libro de lectura sugestiva, de encubiertas entrelineas de extravíos irreales... ¡Oh, curiosa, febriciente cabecita conturbada, que en abandonos los tibios delatados en la almohada se fecunda de las sabias poluciones cerebrales! ¡Oh, cuan negros los hastíos de las púberes sensuales: ¡Oh, cuan largas las esperas de los pálidos nupciales, en los ratos aburridos de cloróticas cuando creen que las abejas evocadas vendrán, a traerles, visiones... fíeles, compasivas, con sus vinos y sus mieles, as cantáridas nocturnas de las fuertes obsesiones. Voz fatal que en los gentiles Evangelios de Afrodita, ^26 al EVARISTO CARRIEGO cenáculo vedado de su roja mesa invita, ¡Oh, furtivas comuniones en los cultos xjue revelan el peligro imaginable de donde, las hostias lívidas, se las consagradas ocultan cabezas desmayadas de los duendes cautelosos que en la extraña misa velan. Neurasténica enclaustrada cuyos lirios de pureza ha violado sin esfuerzo la triunfal Naturaleza: Esa siempre parturienta, santamente dolorida. Fué la hora en que cayeron — deshojados los que, al sangrar las claveles, castidades en los tálamos crueles, los augurios se regaron con los filtros de la Vida.— Virgen mística de celda, brasa blonda de incensario, fiel ritual por la fe de oscurantismo, fría imagen de santuario, de su Locura tonsurada contra que ha sentido en los insomnios conmover su paz austera un satánico deseo el Vicio, MISAS HEREJES de su sangre de 127 soltera, de su palma que claudica del inútil sacrificio. Delicada sensitiva de los cálidos antojos, que se burla de de Que al la la luz ausencia de los sonrojos... exaltando sus caprichos — ¡los diabólicos, los Cantar de los Cantares, [tiernos!... siempre nuevo en sus sabe ungir de la caricias, gloriosa caridad de sus delicias a las vértebras que sufren el horror de los inviernos. Favorita del Nirvana, de los vinos superfinos, espasmódica del que de la etér, ilustró los pergaminos nueva aristocracia del hatchis y la morfina: Ofertorio inconfesable de exquisita delincuencia, generosa, sorprendente bien gustada quintaesencia de ilusión por el pecado de la copa Pubertad de conventillo que, en su génesis, halaga la teoría lamentable clandestina... 128 EVARISTO CARRIEGO harapo y de del la llaga, silenciando la inconsciente repulsión a lo maldito.. Alentadas bizarrías de muchacha sensiblera, que presume ingenuamente Manon de arrabalera, suavemente flagelada por las sedas del Delito. Cortesana de suburbio, que se sabe mustia y vieja y olvidar quiere los hondos desconsuelos de su queja, palpitante, en su derrota, que, al por la última aventura, cruzar los barrios bajos en la tarde va creyendo ser la de la cita, la triste, incurable Margarita que abandona con la muerte su romántica locura. Torturada visión breve del amor de una heroína del prostíbulo y la cárcel: Roja flor de guillotina, que ha soñado con un novio que la finge Con un blondo Nazareno que la mueve a inevitable santa senda arrepentida. una azucena: 129 MISAS HEREJES — de intuición insospechable — de Magdalena. a seguir su religiosa vocación Bella trágica historiada, Salomé del histerismo, portadora de extrañezas del país del exotismo, iniciada en el secreto de las cláusulas suicidas, que, en sus largas devociones por por las fiestas misteriosas, las torpes confidencias y las pautas tenebrosas, comulgó con ¡Oh, las los maestros pascuas de las de las músicas prohibidas. carnes bondadosas, que florecen por aquellas que concluyen... por aquellas que envejecen. ángeles pro¡Oh, los siete ángeles malos ¡Oh, los al exvoto de las [picios manos sabiamente extenuativas, que degüellan las palomas de las blancas rogativas, en las vísperas sangrientas de los negros sacrificios EVARISTO CARRIEGO 130 EN LA NOCHE Vencía rimaba sombra. Misterio, llegando, la la angustia de sus misereres, mojando, en Maga la Muy del el suave, las cálidas suelo, los frutos de Ceres, germen que lucha creando. el Deseo pasaba contando noches de extraños placeres, diciendo los sueños de frescas mujeres que en torpes neurosis se fueron matando... Su copa de sangre volcaba en Ocaso muy el cielo, y allá, triste, las brumas. bordeando de heridas llagado de rojas espumas, en una oscura visión de tugurio, con voz de esperanza, cubriendo las vidas cantaba un apóstol su bárbaro augurio... MISAS HEREJES MURRIA Con un blando rezongo soñoliento perro se amodorra de pereza, el y por sus fauces esplín bosteza el plenitud de un largo aburrimiento. la En la bruma de mi hosco como un me ratón enorme roe tenazmente la forjándole una cueva Lleno de hastío, un cielo gris al abatimiento, la tristeza cabeza, al desaliento. mirador me asomo: con pesadez de plomo vuelca su laxitud sobre las cosas Y porque estoy y deseo las las ansias así, fatal, ... envidio dichas bulliciosas, de vivir... ¡Ah, qué fastidio! 131 EVARISTO CARRIEGO 132 VISIONES DEL CREPÚSCULO Ya en la tarde libra el las flechas combate postrero, de oro que lanza el ocaso, — como un príncipe, caballero rojo corcel del Ocaso. — y se va en el Se ahonda misterio y el el misterio de las lejanías, sombreado de tinte mortuorio, barrio se puebla de las letanías que llegan del negro, cercano velorio. Empieza a caer la nieve... Dulcemente, un rumor de canciones resuena en patio del conventillo de enfrente, el que, en ritmos alegres, oculta una pena... Las mozas, dicen sus ansias juveniles... — la salud se hizo canto en sus bocas, como en una lira de cuerdas viriles que guarda un deseo de imágenes locas: — MISAS HEREJES Rayo de sobre sol la 133 escarcha: la de inviolable sudario en el seno, copa repleta del vino de la angustia que en infiltra la sangre su sabio veneno. Finge en arabescos como una lluvia mustia, la nieve que baja de blancos pesares, viejecita que hila su mortaja, o una novia que arroja azahares. Sobre una cabeza inquieta, yo la veo caer, que absorviese y quedase en entristecida, como un beso de una herida los rencores los Se desconsuela bordes impreso. el barrio... Todos los males salvajes resurgen aullando impaciencias como presagios, que en las noches mortales florecen las llagas de sordas dolencias... Asómate a la ventana, tras la niebla, de fiebres. hermano. Mira, espejismos extraños Desde una soltó la tristeza sus frente Rondan sugestiones en a todas las luchas del y el las bestias del el delira, pensamiento, Crimen ambiente es propicio pues que buhos huraños... al resueltas, presentimiento mal andan sueltas. 134 EVARISTO CARRIEGO ...Me invade es miedo. Mi cerebro afiebrado un biógrafo horrible de cosas y raras de lo ignorado: fatídicas donde van a En la llevaron la el caer, silenciosas. casa del al tísico, que lecho, graznó los fríos una corneja: inspiradora de los cuentos sombríos que junto La a la lumbre musita huerfanita, en de gemir, y, el la vieja... desván ha cesado aunque nadie la asiste, en su glacial abandono se ha quedado obsedada del sol, como triste enferma que deseara un ardor eterno, y, envuelta en su suave caliente pelliza, tuviese en una noche cruda de invierno un cálido sueño de tardes en Niza. El mendicante se ha ido de la puerta.. Dice algo como si muy hosco su ceño fruncido, algún dolor en su mano abierta entre las limosnas hubiese caido. El crónico del hospital, ya sospecha, insensible, y como la moribundo, gran Triunfadora, en neblinas ve pasar el sonámbulo grave que aguarda mundo, la hora... 135 MISAS HEREJES En su como en que instante supremo la frente inclina, su último adiós un bandido llorase al pie de la guillotina, y se fuese después redimido. ...¿Será el el miedo, hermano? ¿No oyes como brama viento en la calle, tan sola y oscura?... ¡Si supieses! Anoche, junto a mi cama, con muecas burlonas pasó la Locura. EVARISTO CARRIEGO 136 EN LA SOMBRA Llegaba la noche con tono Llorando de miedo y, la violento. tarde caía, en hondas y abiertas prisiones, se oía correr desbocados los potros del viento Tomaba el áspero infinito traje contorno sangriento que todo cubría. Misterio en un símbolo negro mostrando en su reía, risa terrible contento. El Mal, desataba los monstruos del Vicio. Marchaba un apóstol hacia el sacrificio... cantando sus grandes, sus fuertes ideales, sus fuertes ideales cantando muy amenazada por sombras Y, allá, la tarde caía llorando de miedo... quedo... fatales, 137 MISAS HEREJES REPROCHE MUSICAL como anoche Si te sientas junto al piano, a mis ruegos insensible, taciturna: fugitiva de aquel aire wagneriano tú sabes. Si, cual trágica nocturna, que traes la sombra del mutismo caprichoso de unos celos singulares y tardíos, volveremos a rozar tema viejo del * ¿Ves, amada? el enojoso porqué Ya de tus hastíos. » se ha oído la sombría voz solemne del Maestro: ya ha asomado su faz grave y la orquestal Melancolía, esplín contagia el Deja ¡loca! de el alma tocar... ven y cura tus neurosis, con las risas rojo 10 filtro de que la del teclado. Risueñamente, flor destilan el de anemia, ardiente música bohemia: EVARISTO CARRIEGO 138 ¡La que anuncia, por las tardes alegradas de benditas borracheras, los regresos presentidos a las carnes asoleadas en el pleno mediodía de los besos! Ríe y canta; torna bueno y, como el rostro huraño, antes, tu garganta tentadora volcará en mi copa negra el vino extraño de una cálida armonía pecadora. No me digas m.ás del Rhin... Llueven tristeza esos cielos de leyendas wagnerianas... y ¡qué quieres! hoy yo tengo en más la cabeza neblinas que tus músicas germanas!... MISAS HEREJES BAJO LA ANGUSTIA Dijo anoche, su canto de muerte canción de la la tos mojarse en y, al mostró flores las en tu pecho, notas rojizas, de sangre — ¡Pobrecitas las el pañuelo. carnes pacientes, consumidas por fiebres de fuego: para tiene ellas las buenas, las tristes, un blanco sudario ...Mira: abrígate bien, el invierno!... hermanita, mira, abrígate bien, yo no quiero ver que cierre tus ojos la Bruja de los flacos y frígidos dedos... Hermanita ¡me viene una pena! si te escucho gemir, que presiento las nocturnas postreras heladas: las temidas del árbol enfermo. ¡Si supieras!... me Blandones sombríos, parecen tus ojos ¡tan negros! y tu lívida faz taciturna un fatídico heraldo de duelo. 139 EVARISTO CARRIEGO 140 ¡Si supieras!... A ratos tus visiones sangrientas... al pensar, siempre alerta que te pasas la noche me asaltan No duermo el oído, tosiendo... AI pensar en tu vida deshecha, cuando miro esfumarse en mi ensueño tus nerviosos esguinces cansados, y moverse y cruzar ¡Hermanita: hace tu esqueleto... frío; ya es hora de los suaves calores del lecho, pero cambia la me el recuerda colcha: esa blanca ajuar de los muertos! MISAS HEREJES 141 FRENTE A FRENTE Anoche, por la enferma se fué de fin libertada Se fué la vida, de todos sus males. como en un olvido, hondos momentos finales. sin angustias, sonriendo en sus Las madres del barrio, musitan plegarias, y, ahuyentando con cara de el luto, sueño posible, la velan mientras las solícitas a los pobrecitos huérfanos consuelan... La robusta moza de la otra buhardilla, dio a luz esta tarde. Contempla gozosa la flor de sus noches: ese diminuto amor, amasado con carne radiosa. El marido, alegre, parece dueño y, del regalo que un chiquillo al fin le llegara, en un amplio fuerte gesto, para nuevas viriles conquistas los brazos prepara. 142 EVARISTO CARRIEGO ...Inviolables Hembras Las dos ! frente a frente. Irreconciliables las dos bienhechoras: Derramando siempre sus oscuras en el ...¡Qué triste está las últimas ¡Canta, la larvas intangible vientre de las horas... el cielo! penas de amada ¡Cómo me contagia la luz vencida!... nuestra, la canción triunfante, canción eterna de la eterna vida! MISAS HEREJES 143 DE INVIERNO Frío y viento. tiritando se y en durmió la casa miserable, la viejecita, abandonada como siempre, la pieza, gime y Ya en tose, sin alivio, la enfermita. ¡Oh, qué noche! Se me antoja ver extraños rojos cirios en las calles solitarias... ¡con qué lúgubre sigilo van pasando las angustias, en sus rondas silenciarias! Madre, hermana, prima, santas compasivas de las trágicas miserias sollozantes: ¿qué será de tan adusta ¡Oh, al los enfermos esta noche, de presagios inquietantes? las vidas, condenadas en el lecho suplicio de las fiebres horrorosas... ¡Pobrecitos los pulmones que no llegan al dorado mes del sol y de las rosas! ^^^ ¡Oh, EVARISTO CARRIEGO que se va tan resignada que, soñando una esperanza, ya no espera!... la ¡Pobrecita carne, la incurable que se suspirando por ¡Oh, de al la muere dulce primavera! las frígidas blancuras! las mortales, las novias peregrinas, que en su marcha país de lo vedado se desposan con los tísicos donceles de la escarcha!... MISAS HEREJES FUNERALES BÁQUICOS Ayer en la taberna, tristemente, un borracho, pontífice del vino, decía a otro borracho impenitente, bebiendo Yo el primer vaso matutino: en mi interior un silencioso llevo Genio o Poder que nunca me abandona: Enemigo ignorado y que fastidioso mis heridas de placer encona, volcando el agua fuerte del Odio y en las foscas riberas y es en el del Pesar. (Esa de la agua abunda Muerte riego del dolor fecunda.) Por eso mismo tengo indefinibles rebeldías de lucha delirante que sólo me hacen ver donde cae el los imposibles Esfuerzo a cada instante, torturado y vencido 145 EVARISTO CARRIEGO 146 por la brutal diariamente, Potencia que condena, espíritu caído al a oir los soliloquios de Dominación del gran Pena. Desconocido que a custodiar el arrojando a Y la conturbadora fatal, me obliga Mal, hora tras hora, la espalda la fatiga. es esa tiranía la venganza de un fatídico como un monstruo cuya mano destino atroz siempre me alcanza. Pero pienso que en día no lejano — cuando caiga debajo de la mesa para nunca jamás ya levantarme Genio que ese resolverá Y tiene mi alma presa por tal vez, — fin, dejarme. entonces habré muerto. Bienvenida eterna amada, la Libertadora, la que al derramar de mi vaso será el la vino de llegarán las gotas y en el viaje vida defensora. ¡Del terrible licor, del me la postrer más amargo, como — ¡tan besos, rudo y largo! — tendré un cordial para mis pobres huesos. Entonces, se oirá un himno de alegría en todos los cenáculos viciosos, y en el altar de la bodega fría MISAS HEREJES pámpanos cómo una exuberante florecerán los i de fiesta con la sobre gloriosos, vendimias, festejada las copa risueña y desbordante el Los 147 Hastío agobiador alzada! viejos bebedores, musitarán responsos doloridos, en sus báquicos salmos gemidores, escuchando el sermón de los vencidos; y, taciturnos, llenos de unción, bajo la santidad de los recuerdos mojarán en la el fíeles, hisopo de un andrajo sangre mortal de los toneles, para rociar mi caja con sus tenues esencias vaporosas, cuya embriaguez irá hasta mi mortaja cubierta de racimos y de rosas. Después urdiendo extraños muy las sacrificios, quedo, acaso, seguirán mi entierro Brujas como en Sábados de oficios; y más tarde, por último, algún perro lunático, burlón o visionario, — feroz amante de las cosas bellas desde un negro escondrijo solitario ladrará el epitafio a las estrellas! PoEAAs Postumos LA CANCIÓN DEL BARRIO lili EL CAMINO DE NUESTRA CASA Nos eres familiar como una cosa que fuese nuestra, solamente nuestra; familiar en las calles, en los árboles que bordean en la acera, y loca la alegría bulliciosa de los muchachos, en las caras de los viejos amigos, en las historias íntimas de boca en boca por y en la el que andan barrio monotonía dolorida del quejoso organillo que tanto gusta la oir nuestra vecina, de los ojos tristes- Te queremos con un cariño antiguo y silencioso, ¡caminito de nuestra casa! ¡Vieras con qué cariño te queremos! EVARISTO CARRIEGO 154 ¡Todo que nos haces recordar! lo Tus piedras parece que guardasen en secreto rumor de el los pasos familiares que se apagaron hace tiempo ... Aquellos que ya no escucharemos a la hora habitual del regreso. Caminito de nuestra como un casa, eres rostro querido que hubiéramos besado muchas veces: ¡tanto te Todas conocemos! las tardes, por la misma calle, miramos con mirar sereno la misma escena la misma gente... alegre o melancólica, ¡Y siempre la muchacha modesta y pensativa que hemos visto envejecer sin novio... resignada! De cuando en cuando, caras nuevas, desconocidas, serias o sonrientes, que nos miran pasar desde Y aquellas otras poco las la puerta. que desaparecen a poco, en silencio, que se van del bario o de la vida sin despedirse. ¡Ali, los vecinos POEMAS POSTUMOS que no nos darán más los buenos 155 días! Pensar que alguna vez nosotros también por nuestro lado nos ¡remos, quien sabe donde, silenciosamente como se fueron ellos... EVARISTO CARRIEGO 156 MAMBORETA I Así Es la llaman todos los chicos de Palermo. la risa del barrio con su rostro feúcho y su andar azorado de animalito enfermo. Tiene apenas diez años, pero ha sufrido mucho... Los domingos temprano, de regreso de misa la encuentran los muchachos vendedores de diarios, y en seguida comienza y las zafadurías Como la cuando corren, la está Dios?», la Mamboretá la jarana, la risa, de los más perdularios. la gritan rodean y < su apodo no responde, Mamboretá ¿en dónde preguntan los muchachos traviesos. suspira, y si — «¿Dónde está Dios?» — es , le que alguno insiste: mira mansamente sus ojos pensativos de animalito triste, [con esos POEMAS POSTUMOS 157 II Una viuda sin hijos y alguien la sacó de cuna, la con mucha razón, que dice, de bruja, de perversa no más, pues lo hizo le / adrede, da una vida tan arrastrada que ni contar se puede. Mamboretá sin embargo, no la viuda, y si trabaja desde está falta sobre todo, con la por quienes la trata la la Mamboretá no ha oído floja, de haragana, luna de cuanto se —«La inútil, la abriboca, mañana; llaman le antoja: la horrible, la tolola...» todavía una sola palabra de cariño. ¡Pobre Mamboretá! Todo y las ¡Ah, el mundo la grita, todos mujeres mismas a veces cómo se conoce que no la la manosean, golpean... tiene mamá! — EVARISTO CARRIEGO 158 LA MUCHACHA QUE SIEMPRE ANDA Así anda la pobre, desde la TRISTE fecha en que, tan bruscamente, como es sabido, aquel la mozo que fuera su prometido abandonó con toda Si bien del novio muchos lo la ropa hecha. achacan a una locura que oponía sobrados peros... todavía se ignoran los verdaderos motivos admisibles de la ruptura. Sin embargo, en los chismes, casi obligados, de los pocos momentos desocupados, una de las que cosen en dice,— y esto que desde que él, ni una vez el taller lo afirma la ella propia abuela, estuvo con la viruela siquiera, la ha vuelto a ver. POEMAS POSTUMOS 159 LA FRANCESITA QUE HOY SALIÓ A TOMAR EL SOL Un poco paliducha y adelgazada, — ¡estuvo tan enferma recientemente! — caminando de prisa por la asoleada vereda, va la rubia convaleciente que, con rumbo a ¡Salud, la linda rubia Palermo dobló hacia : cara traviesa, gesto de ¡viva Francia! y airoso como que para eso nació ¿Será o es la el el porte: francesa. desconocido que va delante gracia burlona con que camina que ahuyentó aquel capricho sentimental? ¡Adiós los ojos que vio junto en la a la tristes del estudiante cama de su vecina tarde de un jueves del hospital!... el Norte. EVARISTO CARRIEGO 160 A h COMO AQUELLA OTRA. vecina: te puedes dar la Sí, mano, esa mano que un día fuera hermosa, con aquella otra eterna silenciosa «que se cansara de aguardar en vano>. Tú la también, como ella, bondadosa amante, la acaso fuiste primera, de un estudiante pobre, aquel que era un poco chacotón y un poco O que no allá faltó el muchacho periodista en tus buenos tiempos de modista en ocios melancólicos y que una te dijo, triste. fría te amó noche ya lejana, como siempre: «Hasta mañana»... pero que no volvió. POEMAS POSTUMOS 161 EN EL CAFE una semana )esde hace que y, tiene una mirada que todas las falta ese parroquiano tan llena de tristeza noches, sentado junto al piano bebe, invariablemente, su vaso de cerveza y fuma su cigarro... contempla a la pianista Que silenciosamente que agota un repertorio plebeyo, agradeciendo con aire indiferente la admiración ruidosa del modesto auditorio. Hace ya cinco noches que no ocupa su mesa y en el café su ausencia se nota con sorpresa. ¡Es raro, cinco noches... y sin aparecer! Entre los habituales hay algún indiscreto que asegura a que hoy los otros, en tono de secreto, está la pianista más pálida que ayer. EVARISTO CARRIEGO 162 MAMBRÚ SE FUE A LA — «Mambrú se fué a ¿Con te la guerra...» GUERRA — ¡Vamos, linda ve- su ronga catanga los chicos de harán llorar, ahora? No la acera [ciña seas sensiblera y piensa que esta noche de verano es divina y hay luna, mucha luna. ¡Todo por esa racha de recuerdos que llegan sin traer ¡Todo por allá, el veleta causante! en tus más lejanas locuras de muchacha! ¡Qué nunca en y al que fué novio o amante te aflijas por quien, tantos años se te oyera cabo, ¿dónde está, si Seamos muchachitos... Empecemos el sin que te una queja ahora, cuando eres casi vieja, al fin y ponga al fea, — «Mambrú se fué a es que está? canto como hace poco, el llanto: la guerra, Mambrú no volverá!» 163 POEMAS POSTUMOS OTRO CHISME ¿Ahora se el otro?... Bueno a ese paso han de contagiar todos, entonces. Vaya con manía! Porque es la el caso que no trancurre un solo día sin que haya sus novedades... Nadie ha sabido sacarle las palabras... ¡Es ocurrencia: servir de burla a cuanto hay en verlo! Palermo!... ¡Si mal entendido da impaciencia La causa, de cualquier modo, no ha de ser para tanto: pasarse horas enteras... y, sobre todo, ¡siempre con esa cara de Viernes Santo!... Pues ¡lo que son las cosas!, precisamente, desde que aquella moza, que se reía de su facha, muriera tan de repente anda así el hombre. ¡Bien uno de sus amigos! lo decía EVARISTO CARRIEGO 164 Medio enterado del tal asunto, existe quien asegura que noche a noche vuelve tomado. No tiene compostura... • ¡Pobre! Ni loco que Por algo ya no se puede estuviese... aconsejarle que cambie un poco... ¡Es indudable que lo hace adrede! De ninguna manera no quiere escuchar piensa enmendarse: nada.... Y, aunque era de esperarse, como con está hecho un perdido a quien a fin que su conducta desarreglada poco le importa del que dirán..., de cuentas, ha conseguido lo hechen del trabajo por haragán. POEMAS POSTUMOS "^ LO QUE DICEN LOS VECINOS ¡Bendito sea! Tan luego ahora mostrarse adusta. ¡Quien lo diría: ella que siempre conversadora llenaba patio el Es increíble lo con su que hacer que escuche ruegan, la pone un gesto! Y en cuanto insiste se y la hablan de esto; apuran, y no contesta una palabra: la cuesta les si le ni Muchos alegría! ¡les les resiente. encuentran desconocida, — ¡da una pena! — continuamente van notando más retraída como Ya no si todo es ni la incomodara. sombra de lo que fuera en otros tiempos. ¡Qué cosa rara que haya cambiado de ¡Anda de triste! Y cualquier zoncera tal manera! es bien sabido, la vuelve idiota. 165 ! '***' 166 EVARISTO CARRIEGO En pocos meses ha enflaquecido tanto la pobre... Por caprichosa le pasa eso. Nadie Los de la casa se hallan perplejos: ¡verla así desde que Esta mañana, sin como i en ir asaltada por duda que acaso la la aguanta... se levanta muy lejos, una viva fué pasajera, han sorpredido tan pensativa el descanso de la escalera!... POEMAS POSTUMOS ^. 167 LA ENFERMA QUE TRAGERON ANOCHE La enferma abrió los ojos que aún no ha descansado ni cuando un solo decía sus temores al practicante que pasa de la la visita Desde que la la hermana, instante, mañana. trageron ha rechazado sin contestar palabra, todo remedio, y por más que se hizo no hubo medio de vencer un mutismo tan obstinado. Y ahora, en del último la pesada semi-inconciencia momento, su indiferencia silenciosa parece ceder, por fin, pero en los labios secos y en sólo tiene un reproche de para las compañeras la mirada abandonada del cafetín. 168 EVARISTO CARRIEGO ^ EL ENSUEÑO Porque después del golpe vino la airada retahila de insultos ella la veja, tornó a callarse, sin una queja, ya a Y con que las frases por fin, más torpes acostumbrada. en el lecho cayó, cansada, conteniendo esa horrible tos que no ceja y de nuevo a el la boca sube y Y mientras el padre como siempre que deja grita, brutal, vuelve de borracho la cantina, piensa en el dulce sueño irreal que sonara al recuerdo de aquel muchacho ella que vio junto a en le sabor de su enferma sangre afiebrada. la tarde de la cama de su vecina un jueves del hospital. POEMAS POSTUMOS EL 169 HOMBRE QUE TIENE UN SECRETO Algunos se hacen malas suposiciones cada vez que y franquea la donde busca Eco de el pobre hombre dobla puerta de el silencio las diversas la esquina la cantina, de los rincones. murmuraciones de los más insidiosos, una vecina dice que nunca dejan de darle espina esas muy Hoy sospechosas ocultaciones. —y se halla esto es explicable un tanto intrigada, hace cinco minutos, de el la calle, hijo de 12 cumplido la acodado en al mesa la buena gente regresar cierto viuda que vive la — pues casualmente mandado, al lado lo vio llorar, EVARISTO CARRIEGO 170 s^ EL SILENCIOSO QUE VA A LA TRASTIENDA 'v Francanrénte, es huraña la actitud de ese obrero que, de la alegre rueda casi siempre apartado, se pasa así las horas muertas, con sobre la el sombrero pensativa frente medio inclinado. Sin asegurar nada, dice que, por momentos, el almacenero muchas veces le ha preocu[pado ver con qué aire tan raro se contemplando Como el lo el le se el pueda desentendido, pedir, no sabe qué zoncera clavó los ojos, pero de una que tuvo que compañero mozo, que es un entrometido, más cargoso que se acercó a preguntarle y el copa que apenas ha probado. a las indirectas se hace otro día y de la queda manera alejarse sin volver a insistir. POEMAS POSTUMOS EL SUICIDIO DE ESTA En medio del gentío ya pasar, pues andan sueltos MAÑANA no hay quien pueda los pisotones que han promovido algunas serias cuestiones entre los ocupantes de la vereda. En la un la puerta, jerga de travieso chico remeda un vecino que a manotones logró llegar al grupo de que, una vez en los el patio, Una buena comadre, cuenta a una costurera mirones formaran rueda. casi afligida, muy vivaracha que, a estar a lo que dicen, era el suicida — un borracho perdido, según oyó el marido de aquella pobre muchacha que a fines de este otoño lo abandonó 171 EVARISTO CARRIEGO 172 EL CASAMIENTO Como del nada consigue siendo prudente montón de curiosos que han hecho rueda esperando a los novios, vuelve a disolver los grupos de Que después del el agente vereda. la desorden que hace un momento se produjo, interviene de rato en rato: cada cinco minutos cae y, el sargento con razón, no quiere pagar En la el pato... acera de enfrente varias chismosas que se hallan al tanto de lo que pasa, aseguran que para ver ciertas cosas mucho mejor sería i f % quedarse en casa. Alejadas del cara de presidiario que sujiere torpezas, unas vecinas pretenden que ese sucio vocabulario no debieran oirlo las chiquilinas. ( POEMAS POSTUMOS Aunque — tal — todo es posible, acontece sacando consecuencias poco oportunas, lamenta una insidiosa la incomprensible suerte que, por desgracia, tienen algunas... Y no es que haya el primer salido un zonzo... pues en enero que transcurre, del año dio que hablar con Con los coches los muchachos de caso... Si bien le extraña el si no hijo del carnicero. que asoman, la gritería dice las intenciones común movimiento de del se engaña, simpatía traducido en ruidosas demostraciones. Una sino la vez dentro, es claro, no se comenta ceremonia muy festejada, bien que por otra parte el reciente Como les bochinche de los retardados impacienta la llegada. no han sido tantos y sobran bailarines en ese instante se va a empezar la cosa, salvo unos cuantos que más se reservan para El tío de la novia, obligado a buen que se ha creído fijarse si el baile carácter, afirma, que no adelante. toma medio ofendido, se admiten «cortes», ni aun en broma. 173 — EVARISTO CARRIEGO 174 — Que, la modestia a un lado, no se ninguno de esos La casa será pobre, nadie todo lo que se la pega seguramente. vivos... lo niega: quiera, pero decente. Y, continuando, entonces, del mismo modo prohibe formalmente los apretones: compromisos,, historias y, sobre todo, conversar sin testigos en los rincones. La < polka de la silla » dará motivo a serios incidentes, nada improbables: nunca un rechazo despreciativo falta que acarrea disgustos irremediables. Ahora, casualmente, se ha levantado indignada por el « la prima del guitarrero, doble sentido del piropo guarango » mal arreglado, del compañero. La discusión acaba con porfías del padrino que se las violentas resiste a las observaciones de las parientas que le impiden que haga papel tan El vigilante amigo, cumpliendo la que en la triste... parada consigna diaria se aburre, dice que de regreso de una llamada vino a echar su vistazo, por si algo ocurre... 175 POEMAS POSTUMOS Como es inexplicable se permitan que horrores que no deben ser achacados a los íntimos, varios padres le invitan a proceder en forma con los colados. En el comedor, donde se bebe a gusto, lamenta casi novio que no se pueda el correr la de costumbre... pues, y esto es justo, la familia le Y lo que pide que no se exceda. es él, ahora tiene derecho a desdeñar, sin duda, las perrerías de aquellos envidiosos, cuyo despecho fuera causa de tales habladurías... Respecto de aquel otro desengañado, en verdad cabe es opinión de muchos — — suponer que, si es cierto comete una locura de La madrina, que anda tomado, las que a quien eso sabe. él no le parece sino una soberana maldad, se encarga de chantarle unas frescas, según merece ese desocupado tan lengua larga... Entre los invitados, una comadre venirse sola: narra cómo ha podido ¡se le antojó a su chico seguir a traer la familia de D. Nicola! al padre — EVARISTO CARRIEGO 176 cuñada? ¡Qué cambio! Parece cuento, ...¿Su siempre encuentra disculpas, y hasta no insistir, desde que le ruega pretextando su retraimiento hermanita se quedó ciega. la Las mujeres distraen, de cuando en cuando, a la vieja que anoche, no más, reía fingiéndose conforme pero dudando: — ... al fin La era la ayuda que ella tenía. afligen los apuros. Llora, las estrecheces piensa en el temiendo de antes ¡y con qué pena! hijo ausente que esta cumpliendo los tres años, tan largos, de su condena... La crítica se muestra muy indulgente: — Las personas han sido mejor tratadas que otras veces, sintiendo, naturalmente, que «hayan habido» algunas bromas pesadas... En cuando como si ¡Han dejado llenas a las muchachas ¡con unos aires! trabajasen de señoritas... la fama de sus desaires de pretensiones las pobrecitas! • Sin entrar en detalles sobre el odioso golpe de circunstancias, alguien se queja preguntando a que los hombres quién fué el se llevó a los novios de la bandeja. gracioso POEMAS POSTUMOS En el patio dos mozos arman 177 cuestiones, y sin ninguna dase de miramientos se dirigen airadas reconvenciones, resabios de distantes resentimientos- Como el guapo provocación que es amigo de evitar toda aleje la concurrencia, ha ordenado que apenas soda les sirvan a los que ya borrachos buscan pendencia. Y, previendo único en ir él, la bronca, después del gesto declara que aun que de nuevo a la cárcel, a darle un par de hachazos Y en medio del las guitaras el le cueste se halla dispuesto bullicio, al que proteste... que pronto cesa, anuncian estar cercano aguardado instante de la sorpresa preparada en secreto desde temprano: Que, deseosos de aplausos y de medirse de nuevo, recordando sus anteriores tenaces contrapuntos sin definirse, van a verse las caras dos payadores. ! EVARISTO CARRIEGO 178 EL VELORIO Como ya en el barrio corrió la noticia, algunos vecinos llegan consternados, diciendo en voz baja toda que amarga A apenas mayorcito... ¡Si es para asustarse: el lo entierran misma el llena el del lo cuadro de caras llorosas ambiente de recogimiento, padre recibe con que cuando fatalmente desgracia vuelve a presentarse En medio que suerte de los desdichados... principios de año, repentinamente murió la la la injusticia las frases piadosas acompañan en Los íntimos quieren el sentimiento... llevárselo afuera, pues presienten una decisión sombría en su mirar fijo: de cualquier manera con desesperarse nada sacaría... POEMAS POSTUMOS Porque hay que ser hombre, cede a de los allegados, que fingen de cansancio propio de el 179 las instancias gesto las circunstancias: — Paciencia, por algo Dios lo La forma expresiva de las habrá dispuesto! condolencias narra lo sincero de las aflicciones, que « recien en estas duras emergencias » se aprecian las pocas buenas relaciones. Entre los amigos que han ido a excusarse uno que otro padre de a cumplir, sintiendo — ... ellos también tienen enfermos en casa! Encuentran aunque familia pasa no poder quedarse: el golpe realmente sensible irreparable, saben que sus puestos pero... les es imposible están allí, al fin crían hijos y se hallan expuestos... Como habla del duelo todo vienen comentarios desde mientras el teclado del más ronco y más grave la el conventillo cocina, ronco organillo, solloza en la esquina. Las muchas vecinas que desde temprano fueron a brindarse, siempre cumplidoras, están asombradas... ¡El era bien sano, y en tan corto tiempo: cuarenta y ocho horas! EVARISTO CARRIEGO 180 ¡Parece mentira! ¡Pobre finadito!... Nunca, jamás daba que hacer a la gente: ¡había que verlo, ya tan hombrecito, modos tan fino en sus y tan obediente! La angustiada madre, que llorando apura el cáliz que muestra a con que el justo Señor la depara, las visitas la vieja figura la noche antes aún jugara. él Y, afanosamente, buscando al acaso, una serpentina, halla entre las vueltas de aquel desteñido traje de payaso que Y le regalase la su santa madrina. rubia imagen a la cual rezaba truncas devociones de rezos tardíos, ¡ha, que unción la suya, cuando comenzaba: «Jesús Nazareno, rey de los judíos»!... Como y ella esas benditas cosas torna al mismo fúnebre y va siendo tarde, todas la con ella, quedarse las relato rato. que hace tiempo permanecen se marchan, pues la hora, la dejan, aconsejan cariñosamente recostarse un Muchas de no no les permite pero antes se ofrecen para algo de apuro que se necesite... 181 POEMAS POSTUMOS Las de « compromiso silenciosamente » van abandonando pieza mortuoria: la sólo las parientes se aguardan, orando por el angelito que sube a la Gloria. La crédula hermana se acerca en a ver, nuevamente, «... si puntillas, ya está despierto...» llama y pone sus frescas mejillas y sobre la carita apacible del muerto. le En el otro cuarto se tocan asuntos de interés notorio: programas navales, cuestiones, alarmas, crisis y presuntos casos de conflictos internacionales. Mientras corre sobre y las carreras el mate, se insinúan datos y las elecciones, la «fija, al freno», de los candidatos es causa de algunas serias discusiones. Como no es posible que en esos instantes, y habiendo muchachas, puedan sostenerse sin ningún motivo temas semejantes, los juegos de prendas van a proponerse. Varios se retiran como pesarosos de no acompañarlos: no hay otro remedio, quizás esperasen, sin duda gustosos, si fuerzas mayores que están de por medio... EVARISTO CARRIEGO 182 Y, al dejar al padre menos a las susurradas frases de triste despedida, sigue casi misterioso: el la afligido, breve convenido — «Mañana a las nueve». POEMAS POSTUMOS 183 HAS VUELTO Has hay vuelto, org^inillo. risas. como Has En acera la vuelto llorón y cansado antes. El ciego te espera las más de las noches sentado a la puerta. Calla y escucha. Borrosas memorias de cosas lejanas evoca en silencio, de cosas de cuando sus ojos tenían mañanas de cuando era joven... la novia... ¡quien sabe! Alegrías, penas, vividas en horas distantes. se le pone algún aire Has el rostro cada vez te que suenas antiguo ¡Recuerda y suspira! vuelto, organillo. modesta ¡Qué suave La gente mira pasar, melancólicamente. Pianito que cruzas la calle cansado 184 EVARISTO CARRIEGO moliendo el eterno familiar motivo gemía a la que el año pasado luna de invierno: con tu voz gangosa dirás en la canción ingenua, la la esquina de siempre, acaso esa preferida de nuestra vecina la costurerita Y que dio aquel mal paso. luego de un valse tristeza que cruza te irás como una la calle desierta, y habrá quien se quede mirando la luna desde alguna puerta. ¡Adiós, alma nuestra! parece que dicen las gentes en cuanto Pianito del dulce motivo que mece memorias queridas y viejas! Anoche, después que te fuiste, cuando todo — qué triste el barrio volvía — lloraban los ojos del ciego. te alejas. al sosiego II LA COSTURERITA QUE DIO AQUEL MAL PASO 13 POEMAS POSTUMOS LA QUE HOY PASO ¡Qué MUY AGITADA tarde regresas!... ¿Serán las benditas locuaces amigas que Vas tan agitada!... han detenido? te ¿Te habrán sorprendido dejando, hace un rato, Adiós, morochita!... la las risas casa de citas? Ya cuando andes en todas sospecho verás, Y si las charlas caseras: esto ha ocurrido, diste el y encontré mal paso, el muchacha, de tus compañeras diciendo que pronto mostraste si 187 si la hilacha... que en verdad no es poco, no me equivoco secreto de esa agitación.^ ¿quién sabrá si llevas en este una duda amarga sobre el momento pensamiento y un ensueño muerto sobre el corazón? EVARISTO CARRIEGO 188 ¿NO TE VEREMOS MÁS? ...¿Con qué estás decidida? ¿Ni No te siquiera el ¿No te detiene nada? anuncio de este presentimiento? puedes negar que eres una desamorada: vas así, un remordimiento! tranquila, sin ¡Has sido tanto tiempo nuestra hermanita! Mira sino te desearemos ...tu buen decisión de anoche viaje y la mejor creíamos mentira: que tan acostumbrados estábamos Nos quedaremos De más y tú, solos. suerte, a verte! ¡Y cómo quedaremos!... fuera decirte cuánto te extrañaremos: también, ¿es cierto que nos extrañarás? ¡Pensar que entre nosotros ya no estarás mañana! Caperucita roja que Caperucita roja, fuiste nuestra ¿no te hermana, veremos más? POEMAS POSTUMOS 189 LA INQUIETUD Les tiene preocupados y tristes la la ni recuerdan ahora lo de la adivinanza que propusiera alguno, para pasar De más tardanza hermana. Los niños no juegan con de vez en cuando, el padre mira largos los minutos. Una el gato, • el rato. el reloj. Parecen palabra dura no acaba. Las muchachas, que cosen, permanecen con los ojos calladas, Las como diez, y al fijos en la costura. aún no vuelve. Ya ninguno desecha, principio, aquella dolorosa sospecha... El padre, que ha olvidado la lectura empezada enciende otro cigarro... Cansados de esperar los niños se levantan, y sin preguntar dicen las nada buenas noches y se van a acostar. EVARISTO CARRIEGO 190 LA COSTURERITA QUE DIO AQUEL MAL PASO La costurerita que dio aquel mal —y lo peor de todo, con el sinvergüenza que no después... — según dicen se fué hace dos días. verla aguantar esa las compañeras, Aunque en el la en Ya no — hizo caso la vecindad — era posible por más tiempo. Daba compasión fingir de paso... sin necesidad a maldad insufrible ¡tan sin corazón! nada llevan las conversaciones, barrio corren mil suposiciones y hasta en algo grave se llega a creer. ¡Qué cara tenía la costurerita, qué ojos más extraños, esa que dejó la tardecita casa para no volver!... POEMAS POSTUMOS CUANDO LLEGA Todos de esa duda, persiste hermano recorre que EL VIEJO... están callados ahora. El desaliento que repentinamente siguiera El 191 al como un comentario presentimiento. las noticias del diario está sobre la mesa. La abuela se ha dormido y los demás aguardan con el oído alerta a los ruidos de afuera, y apenas se oye un ruido las miradas ansiosas se clavan en El silencio se vuelve cada vez una frase que empieza la puerta. más molesto: se traduce en un gesto de impaciencia. ¡La espina de esa preocupación!... Y cuando en todas las llega el viejo, miradas que fijas salió hace un instante, en su semblante hay una temerosa, larga interrogación. EVARISTO CARRIEGO 192 .CAPERUCITA ROJA> QUE SE NOS FUÉ ¡Ah, si volvieras...! La casa es El te lo sabías hacendosa hacer con esas manos...! los chicos, ¡pobrecito! te llama recordándote siempre lo que Y para que le para que como entonces en está la oíros tiempos. ¡Eras la habilidosa menor de ¡Cómo extrañan mis hermanos! un desquicio: ya no muchacha de que todo ¡Cómo des algo... le prometieras, a veces le — prepares ¡si la lo oyeras! — cama. entonces! ¿Entiendes? ¡Ah, desde que te fuiste, la casita nuestra todo el mundo anda triste, y temo que los viejos se enfermen, ¡pobres viejos! Mi madre con el disimula, pero a escondidas llora, supersticioso temor de verte Caperucita roja, lejos... ¿dónde estarás ahora? POEMAS POSTUMOS AQUELLA VEZ QUE VINO TU RECUERDO La mesa estaba alegre como nunca. Bebíamos el té: mamá reía recordando, entre otros, no sé qué antiguo chisme de familia, una de nuestras primas comentaba — recordando con gracia de un testigo irritado que presenció en — los. el modales, incidente la calle; los niños se empeñaban, chacoteando, en continuar el y los las juego interrumpido, demás hablábamos de todas cosas de que se habla con cariño. Estábamos alguno silencio te así, contentos, cuando nombró, y el doloroso que de pronto ahogó con pesadez de plomo las risas, 193 EVARISTO CARRIEGO 194 persistió largo rato. como si mudos, Lo recuerdo fuera ahora: nos fríos. Pasaban quedamos los minutos, pasaban y seguíamos callados. Nadie decía nada pero todos pensábamos que la mamá lo mismo. Como siempre conmueve una emoción penosa, disimulaba ingenuamente queriendo aparecer tranquila. ¡Pobre! ¡Bien que la conocemos!... Las muchachas fingían ocuparse del vestido que una de los niños, ellas llevaba; asombrados de un silencio tan extraño, salían de la pieza. Y los sin demás seguíamos callados mirarnos siquiera. ! POEMAS POSTUMOS 195 POR ELLA ...Déjala, la tía: ella y ríe prima! Deja que suspire también tiene su pena, alguna vez, siquiera. ¡Mira que no hace tiempo te ríes Suena de improviso tu en la y es paz de como la si risa alegre y sana casa silenciosa una ventana se abriera para que entrase el sol. Tu contagiosa alegría de antes! La de entonces, esa de cuando eras comunicativa como una hermana buena que después de un largo regresa viaje. La expansiva alegría de antes! Se la siente sólo de tiempo en tiempo, en olvidar de las cosas... el sereno EVARISTO CARRIEGO 196 ¡Ah, ^ Con Tú ella se lo dijiste, nos fué todo prima, lo la lo ausente! bueno. dijiste... Por ella son estos silencios malos, por ella todo el con una pena mundo anda así, triste, igual, sin intervalos bulliciosos. El patio sin rumores, nosotros sin saber lo que nos pasa y sus cartas ¿Qué muy se habrá breves y sin hecho de flores... la risa, en casa? POEMAS POSTUMOS ¿QUÉ SERÁ DE ¿Qué que 197 TI? será de ti? ¡Hace tanto Ya te fuiste! ni sé cuanto tiempo. ¿De te nosotros acuerdas alguna vez? ¿Verdad que de lejos nos sí? Tu cariño seguirá... Lejos de nosotros, ¡pobre, qué sola te sentirás! Si se habla de ti, pensamos: ¿será Y a veces te en seguida feliz? recordamos con un vago asombro: como si así estuvieras muerta. ¿Después de aquel largo adiós, ahora que no eres nuestra, quién escuchará tu voz? EVARISTO CARRIEGO 1Q8 Madrecita, hermana, dulce hermana que se nos fué, hermanita buena, ¿cuándo te volveremos a ver? POEMAS POSTUMOS 199 POR LA AUSENTE Fuma pipa y el de nuevo la el viejo su trabajosa madre escucha con indulgencia sabido proceso de la dolencia que aflige a El una pariente poco animosa. muchacho concluye composición, que sobre en la escuela le la fastidiosa la negligencia dieron de penitencia, por haber olvidado no sé qué Y hondo cosa... silencio que de repente como una obsesión mala muy quedo la hermanita va a comenzar la en el llena el ambiente, oración, noche a noche tartamudeada, por aquella perdida, desamorada, que hace ya cinco meses dejó el hogar. EVARISTO CARRIEGO 200 LA VUELTA DE CAPERUCITA Entra sin miedo, hermana: no ¡Qué cambiado está todo, ¡Si supieras la vida Mamá verán en ti la te es cierto? que llevamos pasada! ha caído enferma y Los menores diremos nada. te qué cambiado! ¿no el pobre viejo ha muerto... extrañan todavía, y los otros hermana perdida que regresa: puedes quedarte, siempre tendrás entre nosotros, con el cariño de antes, un lugar en la mesa. Quédate con nosotros. Sufres y vienes pobre. Ni un reproche te haremos: ni una palabra sobre oculto motivo de tu distanciamiento; el ya demasiado sabes cuánto aquel ¡Si no día, te te hemos querido: ¿recuerdas? tuve un presentimiento... hubieras ido!... III INTIMAS J POEMAS POSTUMOS 203 AQUELLA VEZ EN EL LAGO La góndola volvía. Frente a frente estábamos, en esa inolvidada vieja tarde por Y a tu la de otoño, purpurada sangre del sol en porque te el poniente. mostrabas displicente mismo abandono abandonada, se me lo que quiero ocultar inútilmente. antojó decir, sin decir nada, Callaste, y como al agitar el rico blasonado marfil de tu abanico hubo una muda negación en yo la sencilla leve ironía de tu boca, me quedé pensando en una loca degollación de cisnes en la orilla. — EVARISTO CARRIEGO 204 UNA SORPRESA Hoy recibí tu carta. La he leído / con asombro, pues dices que regresas, y aún de la sorpresa no he salido... ¡Hace tanto que vivo « Que por vas a verme fin fué la separación ...> no vengas, sufrirías desilusión: me Y como un sin sorpresas! Te .... que tan larga lo aconsejo, j una amarga '• encontrarías viejo. viejo, ahora, me he llamado | a quietud, y a excepción —¡siempre de uno que otro recuerdo que en el pasado! la frente 'i ;, me pone alguna arruga de tristeza no me puedo quejar: tranquilamente fumo mi pipa y bebo mi cerveza. I ii POEMAS POSTUMOS 205 COMO EN LOS BUENOS TIEMPOS A veces, evocación de ese retrato la fiel donde Y aunque mucho estás viva, digo bien, i miro un poco entristecido mucho apenas la rato ha que te rato, has ido. impresión que nada deja! Tal vez he preferido más perderte que haber seguido amándote, hasta con la vergüenza de sentirte verte vieja. Y, sin embargo, acaso mentiría, si quisiera decir no he cesado de que todavía oirte junto al que nadie ha vuelto a abrir, emoción de aquel tiempo cuando aún eras prima de piano como tan lejano la luna. en ninguna EVARISTO CARRIEGO 206 ¿RECUERDAS? Las rosas del balcón eran celosas novias bajo el ironía falaz de que agravio de la fina una vecina se ponía a reír de ciertas cosas. Tu perdón desdeñoso fué a las rosas y tus labios a mí. La muselina de te la suave penumbra vespertina envolvió en no sé qué ansias misteriosas. Dijo y al el piano motivos pasionales, temblar tus magnolias pectorales con miel de invitaciones al pecado de tu posible ruego incomprendido, terminó la canción con un gemido de alondra torturada en el teclado. POEMAS POSTUMOS 207 LA MÚSICA LEJANA QUE NOS LLEGA Accede, — mientras de ruego así.^ Dejemos te lo se enfría leer el capítulo amada, cierra Y calla, el por el té que has preparado empezado: libro y escuchemos... favor... Guarda burlas: ten la vergüenza, tus finas no imposible, de que tu dulce voz halle insensible rebelde el corazón que aún dominas. como un ¿Ves? Llega que pone en fuga Bebe toda no dejes en la la el breve pensamiento arrepentimiento... onda, hermana mía, copa nada, nada... Emborráchate, amada: la música es el vino hecho armonía. 208 EVARISTO CARRIEGO CONVERSANDO El libro sin abrir y — con esto, Hermano, ya de reprocha lo — tranquilamente: excelencia del vino me vaso lleno, para mí nada hay ausente. Podemos conversar la ¿el me hace bueno. una exigencia lo ves, ni la vida... así me demás no quiero saber agrada; nada... Practico una virtud: la indiferencia. Me disgusta tener preocupaciones que hayan de conmoverme. En mis rincones vivo la vida a del la que es la manera eximia feliz, porque en verdad esposa del señor de la se ha fugado conmigo.... vendimia te digo: POEMAS POSTUMOS 209 CUANDO HACE MAL TIEMPO Mientras dice la lluvia en los cristales sus largas letanías fastidiosas, me aduermo de las tibias El me humo en las blanduras deliciosas perezas invernales. del cigarro en espirales finge perspectivas caprichosas, y en la nube azulada van insinuando contornos ¡Qué bueno las cosas irreales. es el diván en estas frías tardes, fatales de monotonías!... ¡Qué bien se siente uno, con una pesadez no moverme de vivir así, estirado, sensual!... ¡Quisiera aquí! ¡Si se pudiera eternamente amodorrado! EVARISTO CARRIEGO 210 DE SOBREMESA Anoche, terminada ya y mientras saboreaba me el la cena café amargo, puse a meditar un rato largo: alma como nunca de serena. el Bien lo sé de todo que la copa no lo mejor, y, sin por pereza quizás, ni que no ha sido buena. a la suerte, Pero, como por una no le ni en muestro a las la embargo, un solo cargo hago le está llena virtud rara vida mala cara horas que son más fastidiosas, nunca nadie podrá tener derecho a exigirme se una mueca... ¡Tantas cosas pueden ocultar bien en el pecho! IV ENVÍOS 213 MISAS HEREJES SARMIENTO Una luz familiar; una bondadosa verdad en el sencilla sendero; estoico fervor de misionero un que traía por biblia una Cuando en ámbito de la la cartilla. hora aciaga, en el obscuro sangre, su mirada de inefable visión fué deslumbrada conjuro, y levantó su voz, a su en medio de y entre sobre las trágicas derrotas un sordo rumor de lanzas las pampas, sobre se hizo cada vez el de salvaje ulular, las épicas el el rotas, suelo herido, menos profundo alarido hordas de Facundo, EVARISTO CARRIEGO 214 CANILLITA En ¡Siempre el muerte de Florencio Sánchez. mismo!... Ingrato... ¿Te parece que jamás volvamos Sí, la nunca hallaremos romero más ¡Qué cosas No loco... las tuyas! ¡Irte a las estrellas!... mereces casi ¡Irte a las estrellas! que así te lloremos... ¡Adiós, Canillita! Siempre, siempre, ¿sabes? te que hayas dejado tan sola a Por reprocharemos Catita... su pobre pajarito bueno, ella, bésale en los ojos, Jesús Nazareno que estás en la cruz! ¡por ella que todos que ahora se queda más los tristes ciérrale los poco a encontrar tus huellas? que en el triste mundo negros ojazos sin luz! viste, POEMAS POSTUMOS 215 VULGAR sinfonía A Doña Leonor Acevedo Como pero las extraordinarias irreales doncellas que vieron en las hostias las estrellas imaginarias de sus noches visionarias, así tus blancas patenas quedarán tan sólo llenas de tu gesto de mujer, porque hoy no podría hacer de segador de azucenas. Y bien puedo adivinar — pese a una amable indulgencia bajo tu leve elocuencia, que, en la décima vulgar que aquí me atrevo tu gentil a dejar, alma de Francia no ha de aplaudir la arrogancia de Borges 216 EVARISTO CARRIEGO de diez bravos caballeros que conversan prisioneros en una Pero lírica estancia. si no hay madrigal de antigua delicadeza, sobre mi propia rudeza tengo una rosa augural: — que ya es flor espiritual pues son mis votos ahora, que eternamente, señora, vivas la olímpica gesta del ensueño, de la fiesta, de los Y lirios, que de aurora. la tu hijo, el niño aquél de tu orgullo, que ya empieza a sentir en la cabeza breves ansias de laurel, vaya, siguiendo la ala de la fiel ensoñación, de una nueva anunciación a continuar la que dará del vino la de vendimia uva eximia la Canción. POEMAS POSTUMOS 217 A CARCA VALLO En su noche. Porque esta hora todos y es propicia la vaya el trovar, noche y gustado en la el el vivimos contigo, ambiente es cordial, rincón amigo, ' con un antiguo y vago sabor sentimental. Por que todavía creen un poco en la Luna, que riman una canción de juventud, los por los por las damas que escuchan, suaves como en alguna primavera de versos, ¡compañero, salud! Salud, por esta hora salud, porque al que vivimos contigo, conjuro del verso que realicen su serena gloriosa la Amistad y la Lira, la te comunión gracia femenina, un puñado de rosas de la tierra Argentina y una copa del rojo vino del corazón. 15 digo V LEVENDO A DUMAS POEMAS POSTUMOS 221 LEYENDO A DUMAS (Fragmento). — Ya es hora, prima: Empieza, pues, Ruge y el el la lectura. viento afuera: llueve, viejo caño murmura un son constipado... un Empieza te las nueve. ya, que la son... abuela ha prometido atención. Abre la donde dulce novela tanta bella historia nos cuenta el novelador, que cuando uno hace memoria no sabe cual El es mejor: embozado que ama a una que no conoce y a quien dio cita la dama cerca del Louvre, a las doce. La cena de la hostería... ! : EVARISTO CARRIEGO 222 la hora... la callejuela... ¡Medrada la fantasía y vacía escarcela la Cadetes, guardias, tizonas, siempre en trances de estocadas y venga oir las gasconas ingenuas baladronadas. Intrigas de cortesanos; fastuosos, regios festines... ¡Qué altivos, qué soberanos van los bravos paladines pasando con sus sombreros de multicolores plumas! ¡Ay, prima, los caballeros amados del viejo Brunos los del Dumas! Mediodía, rubios los del Septentrión quién viene de Picardía y quién del pais Bretón. Hidalgüelos, segundones, bolsa ruin y noble cuna... Mienten bien los fanfarrones ' lances de ¡Y amor es de ver! y fortuna. En el apuesto continente, ¡qué jactancia! Luce empenachado el gesto de los soldados de Francia. ¡Qué de contar cosas bellas ! ! POEMAS POSTUMOS en el patio del unas cuantas botellas frente a del mesón, buen vino borgoñón ¡yino de Borgoña, sabio vino que torna el cuando ingenio, una razón dice sutil el labio gentil; vino de Borgoña, vino que si se nos deja bebe una vez como un divino recuerdo de su embriaguez Abre la novela, amiga. Nosotros te escucharemos: Sabes que no nos oir tu voz. el capítulo fatiga Continuemos empezado anoche, ese donde va casi al fin de su reinado Carlos IX de Valois. Carlos nueve, rey poeta, príncipe de noble raza, que con palabra discreta narra historias de Rey cazador, la caza. rey trovero, entendido en montería que charla con su halconero 223 EVARISTO CARRIEGO 224 de achaques de cetrería y hace versos con Ronsard. Muchas veces él ha dicho que quisiera ser juglar; pero sólo es un capricho de señor que se fastidia presa de un sombrío encono, quizá ver cuanta perfidia al hay en torno de su trono, cuantas mezquinas traiciones... Fuera su vida serena a no ser las ambiciones de la casa de Lorena. Caviloso, hosco, altanero, no le mirase de venir que no Si es el le la corte heredero da su consorte. que al — responder no intentas burlarte, novelador: ¿de ^ las cosas que nos cuentas cuál de todas es mejor? Narren prosas las odiosas pasiones de Catalina. ¡Ah, las intrigas tortuosas de su astucia florentina! ¡Margarita!... elogien versos su belleza: canten liras, : POEMAS POSTUMOS pero no en votos adversos, ni en cortesanas mentiras, el nombre de más la bella princesa de cuento en ninguna fué como sabia en latín No flor: ella, y en amor. lució tan alta estrella constelación real la repito que como ninguna... No ella es madrigal. Los secretos que no ignora ¡ cierta azafata! Si hablara y la oyesen, su señora inclinaría la cara avergonzada en Mas no tema ni pecho. la realeza; por femenil despecho cometiera Elogie el el tal vileza. alabe la lira, dulce rostro soñado a la luz serena y suave de su sonrisa. A que antipático, personaje Me el su lado que feo de Alengón. parece que le veo meditando una traición. Nunca enemigo tuviese — 225 226 EVARISTO CARRIEGO tan desleal Bearnés: el mal hermano, mal amigo y mal príncipe francés. Da risa cuando concibe empresas que si sueña grandes: él a batallar se apercibe — memorias mandan de Flandes casi no hay quien ¡vaya con el le - venza, capitán! y era nieto, ¡qué vergüenza! del héroe de Marignán... Llore el verso al gentilhombre más cumplido y más que en Provenza al amador más Lector el que téngale en le galante llevó nombre; constante. recuerde memoria fiel: presumido, pisaverde, pero valiente doncel. Resuelto, airoso, buen porte, poeta y espadachín, entró con mal pie en y fué trágico su la corte fin. ¡Pobre Lamole! Verso, rima, llorad por el caballero vuestra canción... — Sigue, prima. POEMAS POSTUMOS — ¿Y aquel bravo compañero, pelirrojo, vulgarote, que locuaz, pendenciero, mató uno que otro hugonote en la San Bartolomé? Siempre metido en pendencias no dan poco que reir sus airadas ocurrencias; eso supo morir. si, Monseñor, Duque de Guisa, ¿esa apostura bizarra no merece una sonrisa de la ¡Ah, Reina de Navarra? la sonrisa orgullosa tiempo del dulce cuando la ella feliz, encontraba hermosa gloriosa cicatriz que sobre el rostro persiste, como un blasón de Se os ve ¿qué fiereza! serio, adusto, triste: es de la vuestra Margarita... Ella Sólo por decir: grandeza? no sabe! ¡la vi! mordido de duda grave abandonasteis Nancy, y os la halláis, monseñor! — jcon cuanta pena, — de otro prendada... 227 » 228 EVARISTO CARRIEGO A el de No duque de Lorena, VOS, la cara cortada. ya caído solo, en el embozo, noche la desierta, ahogando vuestro ardor mozo acecharéis cierta puerta. ¡No! Ya no furtivamente a la hora de la queda, a vuestro oído impaciente llegará el rumor de seda de un vestido: « — Dios monseñor... La noche es Vamos, seguidme, que Voz juvenil os guarde fría... es tarde... que decía con acento picaresco: « — Dejad pasar, es amigo...» al centinela que tudesco vela junto postigo al con soñoliento desgano. Ya no como sombra vaga cruzaréis, firme la en el puño de la mano daga, por desiertos pasadizos de negruras torvas, hondas, lejos de reitres y suizos que, ya giradas sus rondas, como al calor familiar POEMAS POSTUMOS de las cosas de la tierra, hablan del distante hogar o de lances de No iréis, la aunque marcial trivial paso, el apostura, la como marchando de una guerra. sigiloso acaso al aventura, sonriendo de cuando en cuando a la azafata que os mira a hurtadillas, suspirando: (¿por qué será que suspira?) Ni temiendo algún injusto, algún celoso reproche que os cause pena y disgusto subiréis a media noche, con rendido pensamiento, por ignorada escalera retirado aposento al donde Margot os espera, no la sin que a su rostro asome inquietud y la emoción, mientras Carlos juega al home con Juan, duque de Crillón, quien fácilmente se irrita perdiendo algunos doblones, en tanto Alenqón medita en sordas conspiraciones y la reina madre reza 22Q EVARISTO CARRIEGO 230 SUS oraciones nocturnas porque huyan de su cabeza las ideas taciturnas, o, el abandonando hace libro que no rato leía, departe con su Renato de alquimia y hechicería. No ya por los corredores de palacio habrán de ir luego vuestros pasos sin rumores, ni oiréis, apagado, el ruego: — «Alzaos, duque, espuela — de azafata que os guía — y que de todo la >, la recela: ¡no os señale algún espía a rufianescos aceros! Se urden tantas emboscadas que bien pueden sorprenderos y daros de puñaladas...» Margarita... Ella lo sabe: sólo por decir «¡la vi!...> mordido de duda grave abandonasteis Nancy. Ya no más iréis a verla ni elogiará la azafata vuestra ropilla gris perla ni vuestra capa escarlata. POEMAS POSTUMOS La azafata... Oh, su indiscreto, su delicioso rubor... Quizás pensaba en secreto: — «¡Qué arrogante es Monseñor!...» 231 VI INTERIOR 16 POEMAS POSTUMOS 235 LA SILLA QUE AHORA NADIE OCUPA Con la vista clavada sobre se halla abstraído el la pocos momentos hace rechazó del cual apenas quiso probar De tiempo que la el plato sopa. en tiempo, casi furtivamente, llega en silencio alguna hasta la vieja copa padre desde hace rato: silla que otra mirada desocupada alguien, de olvidadizo, colocó en frente. Y, mientras se ensombrecen todas las caras, cesa de pronto el ruido de las cucharas porque insistentemente, como empujado por esa idea el menor de cuándo será fija que no los chicos a el se va, preguntado regreso de la mamá. EVARISTO CARRIEGO 236 POR LAS MADRECITAS MODESTAS Por el os causó, en el largo insomnio que tanto desvelo — desvelo que tiene un testigo perro amigo que como un abuelo os compadecía... Por vosotras, digo: San José y la Virgen, Señora Santa Ana, con vuestras miradas fijas en la cuna, rogad como anoche para que mañana se despierte el niño sin dolencia alguna. Para que se queden de ver al ellas sin la marido marcharse a la espina esquina, cuidado, y para que libre de todo esta noche fría que no tiene lupa gocen dulcemente de un sueño pesado: Jesús Nazareno, velad por la cuna. POEMAS POSTUMOS 237 LA QUE SE QUEDO PARA VESTIR SANTOS Ya ¡Qué tienes arrugas. vergüenza!... Bueno serás abuelita sin ser madrecita. Ayer, recordando tu pesar sereno, me dio ... mucha pena ¿Ni siquiera una novela empezada? Quizás hasta el idilio que duró un verano, que una noche por buena y confiada, se cansó Y tu cara marchita. la novia de aguardar en vano. tu sufrirías, o no sufrirías, nerviosas esperas, y te quedarías como es natural, tan indiferente que al día siguiente ya no habría nada, nada: solamente húmedas las puntas de tu delantal. EVARISTO CARRIEGO 238 LA DULCE VOZ QUE OÍMOS TODOS LOS días ¡Tienes una voz tan dulce!... Yo no te sé por qué será: oímos y nos dan muchas ganas de quererte más. Tienes una voz tan dulce y una manera de hablar, que aunque a veces estés triste haces tú también de verdad reir a abuelita cuando ella quiere llorar. ¡Y ninguno sabe en donde encuentras tanta bondad para poder decir unas cosas que nos gustan más! ¡Si vieras No lo te como nos gusta! habrás de imaginar mucho que sufriremos — ... POEMAS POSTUMOS si tú nos dejas... que cuando dice 239 Mamá te cases nos tendrás que abandonar, y eso es mentira: ¿no es cierto que nunca te casarás? Nunca nos dejarás solos porque eres buena ¿verdad? ¿Alguna vez has pensado qué haremos si te nos vas? ¿No lo has ni lo queremos pensar. Si tú te pensado? Nosotros nos vas, ¿entonces qué voz extraña vendrá a decirnos esas» cosas que tú ya no nos dirás? ¿Nos hará la olvidar tu voz voz que vendrá? ¿Lo hará? ¿Hará reir cuando a abuelita ella quiere llorar? • 240 EVARISTO CARRIEGO TE VAS Ya sabemos. lo No nos digas nada. Lo sabemos: ahórrate pena la de contarnos sonriendo que sufres lo desde que estás enferma, i Ah, te vas sin remedio, te vas, y, sin jamás te embargo, no te quejas: hemos oído una palabra que no fuera serena, serena como tú, como el cariño de hermanita mayor con que nos besas, de hermanita mayor que por nosotros se olvidó de ser novia... No no quieres afligirnos, cuando nadie te mira, te quejas, pero lloras y tu tristeza silenciosa no tiene una amargura... ¿Por qué serás tan buena? ! POEMAS POSTUMOS SOLA... ¡Ah, por fin sola! buenas amigas, las Te dejaron las locas de siempre. ¡Qué qué alegres se fueron, risas las suyas — ¡La zonza! — te dijeron al irse. ¡Es claro, parecías tan triste! Bueno, por fín estás sola... No hay nadie, todas las amigas se fueron y se halla en silencio la casa. La abuela descansa, y en el distante los chicos comedor juegan despacio, sin dar gritos. Apenas persiste si afuera, en la calle, un rumor apagado de voces. Estás en la sola, sola, paz grave de tu cuarto. 241 242 EVARISTO CARRIEGO Vela un momento, y cuando tengas corazón bien en reposo el duerme como no duermes hace mucho: con un sueño de plomo. La última noche de novia... Llegó pronto, ¿verdad? Mañana adiós cuartito de soltera, adiós camita, adiós almohada del sueño lejano y querido que no volverá... ¿Te sorprende pensar en eso? Tan sereno, tan dulce que ahora parece. ¡Por fin muy larga la espera, ¿recuerdas? vino el novio! Fué larga, pasaban los años y... nada, ninguno... ¡Quedarte soltera! ¡Ay! bien lo temías. En vano los tiernos coloquios. ¡Qué rabia! aquellas preguntas del primo, ¡torpe, ciego! — ¿Cuándo Por la fin vino el te casas? novio, y por fin última noche de novia. Llegó pronto, ¿verdad? ¡Tan pronto! Mañana, mañana... ¡Bah! ¿Lloras? POEMAS POSTUMOS LOS VIEJOS SE VAN ¿No te da a mí no sé tristeza? qué me Bueno, da... ¡Se van los viejos! Los pobres poquito a poco se van. Y se van tan despacito que el ni lo sienten, ¿será consuelo de saber que se habrán de ir en paz? ¡Ah, todo es inútil: nada los detendrá. este otoño, o ¿Pasarán el invierno otra vez los hallará contándonos por cosas de Y la las noches mocedad? cuando no estén, ¿durante cuánto tiempo aún se oirá 243 EVARISTO CARRIEGO 244 SU VOZ querida en la casa desierta? ¿Cómo en el recuerdo serán las caras que ya no veremos más? ¡Qué ya no veremos!... Nunca se te ha ocurrido pensar en silencio el que dejan aquellos que se nos van? Y en nosotros mismos, piensas alguna vez, ¿es verdad? En nosotros, que también nos tendremos que Cuando nos como callar. llegue la hora a los viejos, ¿habrá para nosotros la dulce confortación familiar que tanto alivia? ¿Qué labio piadoso nos besará? ¿Nos sentiremos muy solos? ¿Y nos iremos en paz? POEMAS POSTUMOS reíd 245 mucho, hermanitas Reid mucho, hermanitas, reid con esa risa tan fresca y tan sonora, con esa risa fuerte que llena nuestra casa de salud. La sonrisa no es para vosotras todavía: ¡qué suerte! Que vuestra risa sea como una fuente, y vierta su chorro alegre sobre nuestra melancolía: sea como una caja de música que abierta perennemente suena desde que empieza Hermanas: alegría de — reid de dueñas del el día. una vez toda vuestra sana patio, que mañana ¡ah, mañana!— quién sabe si os habremos de oir. ¡Ay, hermanas, hermanas juguetonas! ¡ay, locas rabietas de la abuela! ¿cuál de esas lindas bocas será la que primero dejará de reir? EVARISTO CARRIEGO 246 NINGUNA MAS No. Te digo que no. Sé lo que digo: nunca más, nunca más tendremos novia, y pasarán los años pero nunca más volveremos Ya lo ves. Y afligida quizá que cuando ni te a querer a otra. pensar que nos decías, de verte te sola, murieses recordaríamos. ¡Qué tonta! Pasarán los años, pero siempre Si. como un recuerdo bueno, estarás a toda hora con nosotros. Con nosotros... Porque eras cariñosa como nadie lo fué. Te lo decimos tarde, ¿no es cierto? Un poco tarde, ahora que no nos puedes escuchar. Muchachas, como No y te tú ha habido pocas. temas nada, te recordaremos, recordaremos a ti sola: ninguna más, ninguna más. Ya nunca más volveremos a querer a otra. 247 POEMAS POSTUMOS EL NENE ESTA ENFERMO Hoy el la habitual alegría hogar no tiene día de los días hermosos, y eso que hoy es un suavemente asoleado. En el patio no hay ruidos, ni se escuchan rincones de la las risas sonando en los dormidos antigua casa. La regalona siete años no entona y traviesa hermanita de aprendiera en la escuela, que las canciones ingenuas ni riñe a su — ¡ah, la muñeca mutilada. La abuela pobre abuelita casi olvida su dolencia que lleva está sana! nunca una semana de no darla un momento de reposo. amenaza inquietante ha violado del hogar. Bajo el la Una incierta puerta techo acecho casa modesta se presiente en de la al dolor. Repentina, melancólicamente, ha pasado una sombra como por una frente — como por una frente, que fué siempre serena » EVARISTO CARRIEGO 248 y que recién ahora con la oscurece pena la torva amargura de una arruga la Ronda muy honda. a paso de lobo por nuestra casa, ronda la tristeza, la angustia, que ya ha puesto sus en una mustia fríos labios carita enflaquecida. Es que el nene está enfermo. Cesó la voz querida de rumorear sus charlas adorables con esa locuacidad que hacía bulliciosa ¡Ay el gesto atufado de su enojo risueño que apenas cesaban cuando y los cantos como dos le « mesa. la el sueñOi invisibles alitas de alguaciles, tocaba en sus ojos con sus dedos sutiles! — ¡Abuelita, abuelita, hazme pronto ¡Qué Por un triste ahora, abuela, las habitaciones silencio el nene no como vaga penoso que se diría cama!» la te llama! algo extraño huraño, y tú vas arrastrando tu cansancio de días e inútiles son todas para que te « las filiales porfías recuestes un momento siquiera: — ¿Qué espera mamá vieja? a acostarse... ¿qué es[pera? — Y sabemos dulce temor que el ¿Quién, como la abuelita, te detiene: cuidaría del nene? Niño Dios, Nazareno de las rubias que curabas ¿no podrías estampas, coronado de espinas, las llagas ser bueno con tus manos divinas: POEMAS POSTUMOS otra vez, en la hora de las angustias graves, y decir las piadosas palabras que tú sabes para que él para que ella 17 se mejore, no llore? 249 250 EVARISTO CARRIEGO EL ANIVERSARIO La casa amaneció Un en los rostros: No triste, callada. aire melancólico se advierte la pena es resignada. se oye reir ni se habla fuerte. Los muchachos faltaron a y desde y sombrío fulgor, arde en la la escuela, muy temprano, con incierto la vela del muerto. que fuera habitación El recuerdo luctuoso les alcanza a todos por igual. Durante unas cuantas visitas el día de confianza estuvieron a hacerles compañía; pero, entrada al fin la noche, los amigos se despidieron, y la pena contenida en presencia de testigos extraños, fué a la hora de la cena POEMAS POSTUMOS No más intenso quizás. y silencio tornóse doloroso: el 251 había extraños sintiéronse molestos, casi huraños, en ese comedor tan bullicioso otras veces. Se levantó sin las conversaciones la mesa de costumbre, permanecieron largo rato presa de una serena y vaga pesadumbre que no turbó una sola frase. Ahora como charlan de cosas familiares en los días tranquilos a del de la té. la la La hermana hojea hora primer tomo el novela que empezara el jueves, abuela reta a alguno y en seguida de dos o tres observaciones, breves pero enérgicas, vuelve a su aburrida soñolencia. La madre escucha y pensando en el calla, ausente por quien vive en continua aflicción desde que se halla tan lejos, el ingrato que no escribe hace mucho, En un rincón ni la aún de cuando en cuando... huerfanita cose ajena a cuanto se habla, suspirando cada vez que el hermano enfermo con esa ronca tos que le atrozmente. Cansadas sofoca tose EVARISTO CARRIEGO 252 de que no la tarea diaria, es paca, comienzan a sentirse algo pesadas las de hacendosas manos la tía soltera que medita, evocando memorias de lejanos noviazgos de muchacha, mientras quita las rojas iniciales de una toalla recién planchada, de la lámpara amortigua lado al cuya pantalla fiel la luz. Casi acostado en el sillón el mayor fuma hijo su tercer cigarrillo y cerca uno de de nuevo el los chicos resultado de suma un sencillo problema de aritmética. En paz que envuelve la viene, a intervalos, la suave pieza el recuerdo grave a conturbarlos. Reina una tristeza pensativa. La charla continua como sin ganas, lenta, displicente, sobre el cae en el mal tiempo. Afuera, la garúa patio despaciosamente. POEMAS POSTUMOS 253 MUCHACHOS EL OTOÑO, e> El otoño, muchachos. Ha llegado sin sentirlo siquiera, lluvioso, melancólico, callado. El familiar bullicio de la acera tan alegre en las noches del verano apagando a se va abandona oración. La gente la puertas las más temprano. Las abandona silenciosamente... Tardecita de ojoño, menos gemía frecuente el el el organillo... así y lluvioso, te llevarás? Tan te año? silencioso que nos das miedo. Sí, y tristona vecina! dejarás, otoño, en casa este ¿qué hoja llegas la esquina la algún nuevo desengaño? Otoño melancólico ¿qué que en ¡Qué anda, desde hace días, ¿La tendrá ciego entona aire sentimos, en la entrar sin un rumor... nuestra tía soltera! anochece paz casera, ¡Cómo envejece EVARISTO CARRIEGO 254 MIENTRAS EL BARRIO DUERME ... ¿Tú, tampoco me has oído? Bueno, que no se repita otra vez ese silbido. ¡Eh, muchachos, no hagáis ruido: se fué a dormir abuelita! Recordando vuestros sustos continuamente se queja. Vamos, muchachos, sed y no la deis más cada día está más Ahora Cuando justos disgustos; vieja... se ha vuelto odiosa... se da a porfiar ¡se pone de Ya lo veis: fastidiosa! por cualquier cosa no cesa de rezongar! ! POEMAS POSTUMOS ¡ Va ¿TÚ, también? ... que olvidaste pisas la cola por debajo de ¿Con qué la mesa muestras violento porque mi sermón ... Es No plato el gato al te para rato promesa: tu después de romper le 255 te irrita? inútil ese cuento... te mueves de tu asiento : conozco, mascarita! ¡te Si tratas bien el asunto de hoy — ¿oyes, cabeza hueca? — y copias lo que te apunto tendrás a las diez en punto café con pan y manteca. Y, a propósito, ya veo que en te la volcaste la sopa ropa, ¿no?, yo creo que comer así es muy feo: ¡linda te has puesto la ropa! Tú... no inquietes a tirándola de tu hermana la trenza. ¿Respondes de mala gana? ¡Todo por una manzana! ¡Pedazo de sinvergüenza!... EVARISTO CARRIEGO 266 ¿Y tú? ¿Recién has fijado te que no para de garuar? ¿Al patio así? Ten cuidado, no salgas desabrigado que te puedes resfriar. Cae monótonamente el agua... el barrio ¡Qué ! silencioso El perro de enfrente dejó de ladrar. ¿La gente se habrá entregado Pienso en mala al ellos... reposo? En su oscura suerte, y pienso luego con un poco de ternura: ¿en qué sueño de amargura se hallará abstraído Allá, solo, moliendo la en el ciego? el altillo, misma pieza quizás suena un organillo: aunque el aire es tan sencillo no cansa ¡da una Llora el ritmo soñoliento que tanto gusta a amiga tristeza! la loca nuestra... El son lento... ¡Toca con un sentimiento! ¿Qué pensará cuando toca? 257 POEMAS POSTUMOS ¡Cómo le hace comprender, noche a noche, cuánto le apena que fumar el humo ¿Y sin al lazarillo, el tener poder ver del cigarrillo! los otros? ¿Los huraños vecinos? La costurera ya un poquito entrada en años... ¿Si serán los que la desengaños dejaron soltera? Si bien la historia no es clara, dice la chismografía que una prima el le robara novio en su misma jugando a Al más fin y cara: la lotería. al cabo valiera olvidar la traición; pero por esa zoncera de la pena que le diera se enfermó del corazón. Otro que lleva haragán de una al vida... lado: es el ¡y encuentra quien lo convida a embriagarse!... ¡La bebida!... ¿Por qué vendrá en ese estado? 258 EVARISTO CARRIEGO ¿Y hombre ese hablar, en de vivir casi que sale ya y vuelve ¿Y que nadie ha oído al una semana escondido, anochecido muy de mañana? aquéllos que nos dejaron? ¡Tan obsequiosos y El día fíeles!... que se mudaron recuerdo que nos mandaron una fuente de ¿Y la pasteles. viuda de la esquina? La viuda murió anteayer. ¡Bien decía la adivina, que cuando Dios determina ya no hay nada más que hacer! De los cuatro huerfanitos no se sabe qué dónde ¿a será: irán? ¡pobrecitos, hermanos, los muchachitos que se quedan ... Mira, sin mamá! muchacho, la vela se va a terminar, repasa tus lecciones de la escuela... Ya se ha dormido la ¡qué silencio hay en abuela: la casa!.. POEMAS POSTUMOS ESTÁ ENFERMO Y QUIERE VERTE ¿No me a lo respondes? ¿Te han dicho que vengo? No es hora de negarte: ese capricho sería cruel ahora. Quiere que vayas a Quedó en un ¡Vieses! verle... grito, entretanto. Debemos tenerle compasión: padece tanto! ¡Y vuelta a Ya ¡si Se misma queja! un momento se calma, ni vieses cómo se te partiría el la le el se queja alma! conoce en la cara sufrimiento. Al hablar vuelve que no la le cabeza para vean llorar. 25Q EVARISTO CARRIEGO 260 ¡Si le no regreso contigo he de causar una pena! Después de todo Vamos, por mi amigo... es favor, ¡sé Aunque siempre tú • buena! .fué un ingrato no eres rencorosa, ¡vamos! estarás un rato y le dirás cualquier cosa! Vamos, antes que se muera; así le perdonarás... ¡Vamos! el pobre te espera: ¡vendrás a verlo! ¿vendrás! : 261 POEMAS POSTUMOS EN EL CUARTO DE LA NOVIA Se levantaron de y fueron a ver de la el la mesa vestido novia ¡Qué lindo estaba, tan blanco, tan blanco! ¡qué lindo! ¿Y la novia? tenía de Todos ¡ay, la novia! alegre la los ojos la Como caramiraron y ella se puso colorada. « — ¡Señora, señora! — » Le llovieron las alusiones y las de las bromas muchachas. ¡Qué palabra, qué palabra tan dulce: novia! Alguna recordó entre burlas ingenuas lo del primer beso: « — ¡Había que verla, muchachas! EVARISTO CARRIEGO 262 Valía la pena, por cierto. Y cuando empezaba: « Se > le ¡Ave María! ¡De qué más — Una noche...: heló en los labios la risa. modo raro miraba la prima! ! POEMAS POSTUMOS 263 ¡POR EL CORAZÓN!.., ¡Tan colorada sandía! la ¿Será más rica que el melón? Esta primer tajada es mía: para prima, ti, Ya lo Comenzó le del corazón. ¡No salió la otra... Ayer fué que el mismo ... i Es gracioso a llorar por arrebatara el digo! higo el mocoso hermano. ¿Más? ¡En seguida! ¿Volvemos? ¡Pues no se figura que hay que brindarle cuanto pida: caramba con la criatura ¡Linda se ha puesto! se ha puesto lo No más ! ¡Sí, regalona... quiere sino lo mejor, como si señor! tuviese corona! EVARISTO CARRIEGO 264 Y, por cualquier cosa no deja en paz a nadie: se levanta, y ya oímos alguna queja de ¡La santa! la señorita. La culpa la tiene abuelita. ¡Es natural! la Cuidado con no sé quien mima tanto! retarla... ¡Hijita! puede con tu llanto. ¡Está de mal acostumbrada! En cuanto la miran se enoja. ¿Negarle algo a ella? ¡no es nada! ¡Claro, hace lo que se le antoja! La pavota... Se muerde un dedo de rabia, ¡Cómo patalea! ¡Y pone una cara ¡Ay, Jesús, Fea, sí, !... ¡ Da qué cara tan fea como un miedo! fea! susto. ¿Hasta cuando con esos gritos? — ...¡Si lo decíamos de gusto! Bueno, basta de pucheritos... ¡Qué zorza! ¡Si será inocente! ¡Derrama cada lagrimón!... ¡Llorar de ese ¡Y todo por el modo! ¡Valiente! corazón!... MISAS HEREJES 265 LA LLUVIA EN LA CASA VIEJA Hoy un día es quien se atreve a ¡Qué modo de en el horrible. salir llover! techo de zinc el Ya es valiente de su agujero... Furiosamente aguacero tamborilea sin cesar. Lo grave es que se llueve aquí peor que y hay para como rato, es natural... diablos se ha abierto esta gotera. ¡Esta gotera! se Por el agua: baja a filtra el se divide en las grietas, alcanza a las Pero hay que ver pozo, y mientras 18 el la cielo raso las y, paredes, de paso, aranas en sus redes. reciente lagunita el afuera, Quién sabe tinaja viejo el patio... La fangosa que rodea que rebosa caño canturrea. EVARISTO CARRIEGO 266 Las muchachas están en una se ha puesto a preparar algo quejosa de que y otra derrite en Las demás, lo de todas la sartén la grasa. siempre, en diserciones; noches: sobre Bueno, a contar el juego. bolillas y cartones: ¿es qué tendremos lotería, Alegres charlan... No luego? han de ser muy pocas ¡Conversan tan de prisa! las historias... ¿Qué masa, la harina, falte como las cocina: la se conversará cuando esas locas apenas pueden aguantar la risa? ¿Bromitas a lanovia? Se conoce que hoy se llevó un buen reto de abuela: la niña estuvo anoche hasta las doce ¡la leyendo, oronda, una novela! muy como ¡Sí señor! suena, Pero, lo sospechamos no es ya verá Y en el no ella, el ... pillo sigue el jardín! Adiós el al fin, vista, así, oronda... culpable: que se esconda, cuando abuela chaparrón. era un adorno ¡Daba una Es al inútil muy lo hable. ¡Cómo diluvia enrejado; maldita lluvia... recién pintado! POEMAS POSTUMOS ¡Adiós, con 267 este viento, la glorieta!... ¡Los claveles, muchachas, los claveles: quien no vuelva trayendo una maceta se quedará esta noche sin pasteles. ¡A ver, Florinda, a ver donde pisamos: las baldosas del patio se hallan flojas y te salpican toda entera... Vamos, por ahí no, con cuidado, quc^k mojas! Tan a destiempo jAh, ese primo, el resbalón ¿no es cierto? hubiese andado si listo! ¡Y se atreve a decir que ha descubierto unas cosas más lindas! ¡Lo que ha visto! ¿Reproches? Se ha lucido ¡También la otra Se ha lucido. Lo hizo de la supiese ahora sé!... ¡Si lo supiera! gusto, madre; sí, de gusto: empujo adrede ¿sabes? ¡Mentiroso! ¡Por culpa de ¡Y zonza es tan auteraf ¡Si lo alguno que yo la lectora. festeja La ¿Que rubia... le él la pobre se dio un susto! sus gracias, ganó ¡Cómo el odioso!... viene de agitada! a correr a las eternas despaciosas? ¡Jesús, qué colorada! ¿Será porque al saltar mostró las piernas? EVARISTO CARRIEGO 268 ¡Míralas, A madre! llegan hechas sopas! mudarse, muchachas, a mudarse. no? dejarse estar con estas ropas ¿Sí, empapadas, no vayan a enfermarse... Y aún se quedan a porfiar. ¡Las fachas! ¿Hay más? Caramba con las señoritas... muchachas, ¡Hasta cuando, por Dios! Pronto, que fritas! se van a enfroí las tortas POEMAS POSTUMOS 269 AHORA QUE ESTAS MUERTA ¡Si supieses! cada día te sentimos más. Apenas te olvidamos un momento, levantamos la cabeza y en seguida nos parece que vas a entrar por No en casa se ¡si A la puerta. sabes con qué cariño te recuerda: nos pudieses oir! veces, de sobremesa, cuando nos reunimos todos y pobre viejo conversa el con los muchachos, de pronto después de alguna ocurrencia, nos quedamos pensativos un rato largo: se todo el mundo queda así, y el viejo EVARISTO CARRIEÜO 270 mesa se retira de la una palabra... palabra... Da pena sin decir Una verlo sufrir en silencio. cómo ¡Ah, Abuelita, si se te recuerda! que está sorda, hablamos delante de ella por nuestras caras conoce que hablamos de Por noche, la al ¡La vieras! ti. acostarnos, es claro, los chicos rezan, aunque no lo necesites porque siempre y no ¡al hiciste fuiste buena mal a nadie: contrario! ¡Una tristeza nos da cuando recordamos algunas diabluras nuestras! Cuando pensamos las veces, aquellas veces, ¿recuerdas? que te hacíamos rabiar de gusto, por mil zonceras- Éramos un poco malos, pero ahora que estás muerta nos tienes que perdonar todos aquellas rabietas, y las bromas que te dábamos, esos gritos a la puerta POEMAS POSTUMOS de tu cuarto, cada vez que te ponías paqueta para recibir novio, al y esas travesuras, y esas mentiras que para no Y tú, ir te contábamos, a la escuela... apenas nos retabas entonces... i Una tristeza nos da cuando recordamos! Pero, ahora que estás muerta, ¿no es verdad que nos perdonas todas aquellas rabietas? 271 EVARISTO CARRIEGO 272 HAY QUE CUIDARLA MUCHO, HERMANA, MUCHO... Mañana cumpliremos quince años de vida en esta casa. ¡Qué horror, hermana, cómo envejecemos, y cómo pasa el tiempo, cómo pasa! Llegamos niños y ya somos hombres, hemos visto pasar muchos inviernos y tenemos tristezas. Nuestros nombres no dicen ya diminutivos tiernos, ingenuos, maternales; ya no hay esa infantil alegría de cuando éramos todos « a la mesa: — ¡Qué abuela cuente, que abuelita cuente un cuento antes de dormir; que diga la historia del rey indio...» Gravemente la voz querida comenzaba...: 273 POEMAS POSTUMOS *— ¡Siga la abuela, siga, no se duerma!» «^ ¡Bueno!... ¡Ah, la casa de entonces! La modesta casita en donde todo era sereno, nuestra casita de antes! No, no es esta la misma. ¿Y los amigos, las triviales ocurrencias, la gente que vivía en cosas habituales? el barrio... las jAh, la vecina enferma que leía su nóvela de amor! ¿Qué se habrá hecho de vecina pensativa y la que pecho? sufría del ¡Era de linda! ¿no triste Tú te acuerdas, Ella leía siempre la conociste, hermana? una novela sentada a una ventana. Nosotros la Y abuela miraba también. ¡Pobre! Quién sabe qué el mirábamos. la la afligía. A veces ocultaba bello rostro, de expresión muy suave, entre sus blancas manos, y lloraba. ¡Cómo ha ido cambiando todo, hermana, tan despaciosamente! cambiando todo... Cómo ¿Qué ha ido se irá mañana de lo que todavía no se ha ido? Ya no la abuela nos dirá su cuento. EVARISTO CARRIEGO 274 La abuela se ha dormido, se ha callado: momento abuela interrumpió por un la muy largo cuento amado el . Aquellas risas límpidas y claras se han vuelto graves poco a poco, aquellas risas que no tienen se habrán de oir. Las caras sombras de tiempo en tiempo; huellas de pesares antiguos, de pesares que aunque En las se saben ocultar existen. nocturnas charlas familiares hay silencios de plomo que persisten hoscos, malos. En torno de faltan algunas sillas. fijas en como en ellas, la mesa Las miradas sorpresa, evocan dulces cosas esfumadas: rostros llenos de paz, urrtanto inciertos pero nunca olvidados. ¿Y los otros? nos preguntamos muchas veces. Muertos o ausentes, ya no están: sólo nosotros quedamos por aquellos que y aunque fría, la como guarda se han ido; casa nos parezca extraña, sin sol, calor: aún mamá el nido nos acompaña. Resignada, quizá, sin un reproche para la suerte ingrata, va olvidando, pero, de cuando en cuando, por la noche, la « sorprendo llorando: _ ¿Qué tiene madre? ¿Qué es lo que la apena? POEMAS POSTUMOS ¿no se 275 lo dirá a su hijo... al hijo viejo? jVamos, madre, no no nos sea buena, llore, —Y aflija más... basta! > calmada, libre al fin de su congoja atroz, de la dejo amargura duerme! así se y la pupilas de ternura! ¡húmedas las ¡Ah, Dios no quiera que se nos enferme! Es mi preocupación... ¡Dios no Es mi eterno temor. explicártelo. Si ella se lo quiera! no puedo ¡Vieras! nos fuera ¿qué haríamos nosotros? Tengo miedo de pensarlo. de cómo Me admiro ha encanecido su cabeza en estos meses últimos: la veo vieja y siento la una miro, tristeza nada tan grande... ¿Esa aprensión hermana? Tú tampoco te anuncia estás tranquila: tu perdida alegría te denuncia... También Yo no sé, tu corazón bueno pero creo que vigila. me falta algo cuando no escucho su voz. Una Hay que inquietud vaga cuidarla me asalta... mucho, hermana, mucho... índice MISAS HEREJES Sermones alma de Don Quijote Viejos Por el 5 Las últimas etapas II La muerte del cisne La apostosia de Andresillo 20 19 Envíos A Doña Sylla Silva de Mas y A Carlos de Soussens A Juan Más y Pi A J. J. Soiza Reilly Pi 27 31 33 37 Ofertorios Galantes De la tregua 43 El clavel 46 Revelación 47 Tus manos 48 Exótica 49 En silencio 51 De primavera 53 Invitación 54 En el patio 56 Tu secreto 58 Filtro rojo 59 Después del olvido 60 Tu risa Ratos buenos A la antigua 62 65 67 Las manos 69 A 72 Colombina, en carnaval EL Alma del Suburbio El alma del suburbio 81 La viejecita 84 El guapo 89 Detrás del mostrador 92 El amasijo 93 En el barrio 95 De la aldea Residuo de fábrica 97 98 P»Q8. La queja La guitarra , Los perros del barrio 100 105 . . . 110 Ritos en la sombra Los lobos Imágenes del pecado En la noche Murria • . . . 119 124 130 131 Visiones del crepúsculo En sombra Reproche musical j». la Bajo la angustia 136 ... ... Frente a frente De invierno 137 130 . 141 .... * Funerales báquicos ' j^- POEMAS POSTUMOS LA Canción del barrio I. El camino de nuestra casa Mamboretá . La muchacha que siempre anda triste La francesita que hoy salió a tomar el Como aquella otra En café el Mambrú 153 • . . 156 158 sol . se fué a la guerra \ . . Otro chisme Lo que dicen los vecinos La enferma que trajeron anoche El ensueño El hombre que J59 .,_ . 162 . 165 163 167 168 tiene un secreto que va a la trastienda El suicidio de esta mañana . 169 El silencioso \ 170 \ 171 El casamiento 172 El velorio 178 Has vuelto 183 H. LA COSTURERITA QUE DIO AQUEL MAL PASO La que hoy pasó muy agitada No te veremos más ? La inquietud jg^ i 188 La costurerita que dio aquel mal paso Cuando ........ jgo llega el viejo Caperucita Roja . que se nos fué Aquella vez que vino tu recuerdo. « ''"'«^"'> ... . . . ".'.".".'.'. 192 ,^3 195 La La( Los Los Imá Enl Mur Vís¡( Enl Rep: Baje Fren De i Funí Elcí Man La n Lafi Com En c Man Otro Loq La e Elet Elh( El si El su Elca El V. Has I La qi ¿No La in Lace Cuan «Cap Aque í'or e \0 1^ I DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET PLEASE UNIVERSITY OF TORONTO /^/f^ar^-'s- LIBRARY