MITOS SOBRE LA MORFINA La morfina es una droga común que se utiliza para aliviar el dolor en los pacientes que tienen una enfermedad terminal. Muchos pacientes dudan de usar esta droga eficaz debido a unos cuantos mitos comunes. La siguiente información aclara estos mitos y demuestra que la morfina se puede utilizar de manera segura para controlar el dolor sin un riesgo significativo. Otros nombres: Sulfato de morfina sublingual (MSSL); Roxanol líquido; morfina de liberación inmediata (comprimidos de liberación inmediata); Oramorph comprimidos y morfina de liberación prolongada (liberación prolongada, acción prolongada). Información básica sobre la morfina: La morfina se utiliza para calmar el dolor de moderado a fuerte y para aliviar la dificultad respiratoria. La morfina de acción rápida por vía oral comienza a hacer efecto unos 30 minutos después de tomarla y por lo general dura alrededor de 4 horas. También se utiliza para controlar el dolor intercurrente, ya que actúa muy rápido. La morfina de acción prolongada se usa para controlar el dolor continuo y se debe tomar con regularidad. Pregunta: “¿Le dará sueño al paciente?” Es común que el paciente tenga somnolencia la primera vez que toma morfina o cuando se aumenta la dosis. Cuando un paciente ha sentido dolor, no puede descansar. Cuando la morfina comience a hacer efecto, el paciente podrá liberarse de la carga del dolor y podrá descansar. Pregunta: “¿El paciente estará constipado?” La constipación es un efecto secundario muy común de muchos medicamentos, incluso de la morfina. Es importante que el paciente tome abundante cantidad de líquidos y que siempre tome laxantes en forma regular según las indicaciones de su médico y del equipo de atención médica. Avise al equipo de atención médica si el paciente tiene dificultad para mover el vientre (defecar) o si la frecuencia de las defecaciones se altera. Mito: “Las personas mueren una vez que se les receta morfina.” Muchas personas que padecen dolor crónico toman morfina durante muchos años. Esto les permite trabajar, armar una familia y disfrutar de la vida con plenitud. El paciente con dolor crónico puede tomar una dosis mucho mayor que la dosis que necesita un paciente que tiene una enfermedad terminal. La morfina no acorta la vida de los pacientes. Les permite descansar mejor, comer más e interactuar con familiares y amigos cuando tienen el dolor controlado. © 2015 Pikes Peak Hospice & Palliative Care, Inc. Prohibida su reproducción sin permiso de PPHPC. Mito: “La morfina se debería evitar hasta el final y sólo se debería usar en pacientes que agonizan.” No, la morfina es un analgésico eficaz en cualquier etapa de la enfermedad de un paciente. No existe ninguna dosis máxima de morfina o analgésicos similares. La dosificación se puede aumentar hasta alcanzar el nivel que controle el dolor de un paciente. Este nivel varía considerablemente de un paciente a otro. Muchos pacientes siguen tomando la misma dosis durante varios años. Algunos pacientes desarrollan ‘tolerancia’ a la morfina. Esto ocurre cuando el cuerpo cambia la forma en que responde a la morfina con el tiempo, lo cual requiere una dosis levemente mayor. Se resuelve con facilidad aumentando la dosis de morfina hasta alcanzar un nivel que controle el dolor, o cambiando a uno de los analgésicos de eficacia equivalente que ahora están disponibles. Ningún paciente debería sentir dolor por temor a “comenzar a tomar un analgésico fuerte muy pronto”. Mito: “El paciente se convertirá en un adicto.” La “adicción” se caracteriza por conductas que incluyen una de las siguientes o más: uso incontrolable de drogas, uso compulsivo, ansias y uso continuo pese al daño físico o social. El uso legítimo de la morfina por motivos médicos en pacientes que sienten dolor no consiste en el uso compulsivo de fármacos por sus efectos placenteros. Es muy infrecuente que el uso de morfina para aliviar el dolor conduzca al tipo de conductas adictivas descritas anteriormente. El cuerpo genera “dependencia física” a la morfina. Se trata de un efecto predecible en todos los pacientes que toman morfina o medicamentos similares. Esta situación no es diferente de la del paciente diabético cuyo cuerpo se vuelve “dependiente” a la insulina, o del paciente asmático cuyo cuerpo se vuelve “dependiente” a un medicamento esteroideo que lo ayuda a respirar. Mito: “La morfina detiene la respiración.” La depresión respiratoria (es decir, cuando la respiración se torna lenta o se detiene) se observa con muy poca frecuencia en los pacientes a quienes se les receta y administra morfina de manera apropiada. La depresión respiratoria es un riesgo si los pacientes (especialmente los ancianos o los que están muy débiles) reciben grandes dosis iniciales de morfina sin haber tomado previamente dosis más pequeñas de morfina u otros medicamentos similares. Muchos de los pacientes que tienen enfermedades pulmonares toman morfina habitualmente porque consideran que en realidad los ayuda a respirar con más facilidad. ¿Necesita más información o ayuda? Llame al 633-3400 las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para recibir ayuda al instante. Gracias por permitirnos contribuir a cuidar de usted y sus seres queridos. © 2015 Pikes Peak Hospice & Palliative Care, Inc. Prohibida su reproducción sin permiso de PPHPC.