Arte e Historia Boletín Mensual de la Colección Museográfica de Gilena OCTUBRE DE 2011 NÚMERO 21 AÑO 2 Formación: La CMG impartirá clases en el Aula Abierta de Mayores de la Universidad Pablo de Olavide David Ruiz García A partir del 17 de octubre, el personal técnico de la CMG impartirá clases de Museología y Patrimonio a los alumnos del Aula Abierta de Mayores de la UPO. Destacamos: La CMG en Aula Abierta de Mayores de la Universidad Pablo de Olavide. Aprobada la primera actividad arqueológica por Bienes Culturales. Gracias a esta iniciativa, nuestra institución contribuirá a mejorar la calidad de vida de las personas mayores de nuestra localidad, y fomentará su participación como auténticos dinamizadores sociales. Visita guiada del comisario de exposiciones Paco Cerrejón Aranda. Las clases serán impartidas todos los lunes, durante dos horas, en el Aula de la Universidad del Centro Cultural. Arqueología: Autorizada la primera actividad arqueológica David Ruiz García Dirección General de Bienes Culturales ha dado el visto bueno para la primera actividad arqueológica preventiva desarrollada por el Ayuntamiento de Gilena, a través del servicio técnico de la CMG. El proyecto consistirá en la realización de una actividad arqueológica en doble modalidad de labores de consolidación, restauración y restitución arqueológicas y actuaciones de cerramiento, vallado y cubrición del conjunto prehistórico de El Negrón. Para la musealización de la necrópolis se desarrollarán recreaciones virtuales de su aspecto hacia el ARTE E HISTORIA Página 2 Historia Antigua: La Segunda Guerra Civil de la República de Roma. José Manuel Jiménez Chía Como vimos en el boletín del pasado mes de septiembre, el Senado decretó el 1 de enero del 49 a.C. que César debía licenciar sus legiones. Ante la negativa de este, el Senado concedió poderes excepcionales a Pompeyo, que trasladó a Roma las tropas de las que disponía en Italia. Enterado César de estos hechos, decidió pasar a la acción y el 10 de enero cruzó con sus tropas el río Rubicón, que constituía la frontera natural entre Italia y la provincia bajo su mando (la Galia Cisalpina). La guerra había comenzado y César pronunció su famosa frase: Alea iacta est (“La suerte está echada”). Inmediatamente emprendió una rápida marcha hacia Roma sin apenas resistencia. La principal fuerza de Pompeyo estaba concentrada en Hispania, donde contaba con siete legiones al mando de sus legados, pero se encontraban demasiado lejos para hacer frente a César. En consecuencia, Pompeyo dio Roma por perdida y marchó a Oriente, en concreto a Grecia, acompañado de un buen número de senadores contrarios a César. Pompeyo aún mantenía un sólido control sobre la parte oriental del Imperio, por lo que esperaba lanzar desde aquí la contraofensiva contra César. Tras la partida de Pompeyo, César entró en Roma sin ninguna oposición y se hizo con el tesoro público, lo que le proporcionó grandes recursos económicos con los que financiar la guerra. A continuación, César se dirigió a Hispania y en la batalla de Ilerda (Lérida) derrotó a los dos legados pompeyanos de la provincia Citerior, Afranio y Petreyo. Posteriormente se dirigió a la Hispania Ulterior, donde se le rindió el legado Varrón. De esta forma, César obtuvo el control de la parte occidental del Imperio, lo que le permitió dirigirse a Grecia para derrotar al propio Pompeyo. La batalla decisiva tuvo lugar en las llanuras de Farsalia en el 48 a.C. En ella César obtuvo un rotundo triunfo que provocó la huida de Pompeyo hacia Egipto, donde esperaba encontrar la ayuda del rey Tolomeo XIII. Sin embargo, este prefirió no enfrentarse a César y en septiembre del mismo año mandó asesinar a Pompeyo cuando se disponía a desembarcar en Alejandría. Poco después César llegó a Egipto en busca de Pompeyo, donde le ofrecieron su cabeza como presente. En los meses siguientes hizo un paréntesis en la guerra civil para inmiscuirse en el conflicto dinástico que enfrentaba al rey con su hermana Cleopatra, a la que nombrará reina tras el asesinato de aquel. La muerte de Pompeyo no significó el final de la guerra, ya que aprovechando la estancia de César en Egipto, sus partidarios se hicieron fuertes en el norte de África. En abril del 46 a.C. César los derrotó en la batalla de Tapso (en la actual Túnez). La derrota llevó a la ejecución del comandante pompeyano Metelo Escipión y al suicidio del senador Catón el Joven, profundo enemigo de César. Sin embargo, los hijos de Pompeyo, Cneo y Sexto, consiguieron escapar junto con el general Tito Labieno a Hispania, que había sido reconquistada algún tiempo antes tras una sublevación contra las tropas de César. Allí conseguirán reunir un último ejército aprovechando las antiguas y extensas clientelas de su padre. César se dirigió de nuevo a Hispania en el 45 a.C. Así, llegó a la Bética con un ejército menos numeroso pero más experimentado en combate que el pompeyano, además este último era más heterogéneo debido a la numerosa población íbera local reclutada. Por estos motivos los pompeyanos plantearon una guerra de posiciones y desgaste que negó a César la rápida campaña que él quería. Se vio obligado, pues, a emprender una implacable persecución contra el ejército pompeyano desde Córdoba hasta tierras de nuestra comarca. En estos movimientos de ambos ejércitos, puede que los pompeyanos acamparan en la parte norte de nuestra Sierra Acebuchosa, en el lugar que conocemos como el “Tajo de Pompeyo”. Muy pocos días después, el 17 de marzo del 45 a.C., ambos ejércitos se enfrentaron definitivamente cerca de Munda en NÚMERO 21 AÑO 2 Página 3 una sangrienta batalla en la que los cesarianos consiguieron la victoria. El general Tito Labieno murió en ella pero Cneo y Sexto Pompeyo consiguieron escapar. El primero sería capturado y ejecutado poco tiempo después en Córdoba. El segundo, en cambio, consiguió escapar a Sicilia donde se opondría a los sucesores de César durante 10 años más. Con la victoria de Julio César en Munda terminaba la guerra civil. Este sería nombrado dictador vitalicio en febrero del 44 a.C., pero en los idus de marzo (el 15 de dicho mes) fue asesinado por una conspiración de senadores. Esto provocó una serie de acontecimientos que llevarían a su sobrino y heredero, César Octaviano (futuro Augusto), a poner fin al sistema republicano e instaurar el Imperio en el 27 a.C. Difusión: visita guiada del comisario de exposición Paco Cerrejón Aranda David Ruiz García El pasado 6 de octubre, cincuenta y tres alumnos del C.E.I.P. “Maestro Juan Corrales” de Gilena se beneficiaron de una gratificante visita guiada a cargo del gestor cultural y comisario de exposiciones Paco Cerrejón. Durante treinta minutos, nuestros jóvenes pudieron contemplar y comprender magníficas obras originales de notables artistas como Manuel Ortiz, Curro González o Manolo Cuervo. Esta actividad forma parte del programa de difusión de la exposición “Si un joven reportero, su perro y un capitán…” que homenajea al dibujante Hergé y su obra “Tintín”. Gracias a este tipo de iniciativas, los alumnos y alumnas tendrán una formación complementaria a la educación formal desarrollada en su centro educativo. Pieza del mes: “Autorretrato de Maireles vestido de militar” David Ruiz García La extraordinaria personalidad de Maireles ha quedado inmortalizada en un gran número de sus obras. En este caso, el propio artista ironiza sobre su papel desempeñado en el servicio militar obligatorio. Representa a un joven y delgado artista de 22 años de edad, posando en actitud desenfadada; satirizando la fotografía de dedicatoria que los reclutas enviaban a sus familiares. Fechado en 1942, utiliza las técnicas de la tinta china y acuarela sobre un soporte de cartulina granulada de color gris. Boletín Mensual de la Colección Museográfica Arqueología militar : Biga, Triga... Dimas Morillas Gordillo A veces cuando hablamos a cerca de numismática de la época romana, y más concretamente de denarios, solemos apreciar en sus reversos que tienen una biga, triga o cuadriga. Pues bien, vamos a tratar de una forma coloquial, y sin profundizar demasiado en el tema, para que por todos sea entendido, sobre estos carros de guerra. En aquellos tiempos y que en el mundo de Roma se hablaba el latín, se denominaba “biga” al carro tirado por dos caballos; “Triga” al que estaba tirado por tres, y “cuadriga” al carro tirado por cuatro caballos. (¿ Recuerdas la película Ben-Hur, cuando muere Messala durante la carrera de cuadrigas en las arenas del Circo?). Se decía que estos carros de guerra eran muy eficaces sobre los campos de batallas, siempre que fueran llanos y despejados, y decidieron el curso de muchas guerras. La aparición del carro de guerra supuso una auténtica revolución en el campo de la tecnología militar y tuvo importantes repercusiones en el panorama político del mundo antiguo. Pero estos carros de guerra no son de origen romano. Parece ser que a orillas del rio Oxus, que separa Asia Central de Persia y Oriente Medio, donde el hombre domó al caballo, lo ensilló, lo montó y lo puso a tirar del carro. También de allí partieron los pueblos conquistadores que formaron los llamados “imperios de carros”. El carro apareció en la civilización sumeria, hacia el 2800-2400 a. C. , y lo llevaron a Egipto los hicsos, un conjunto heterogéneo de semitas y asiáticos que cayeron sobre el país del Nilo en el Segundo Periodo Intermedio, allá por el año de 1644 a. C. Estos guerreros del Norte y del Este estaban equipados con una tecnología militar superior a la egipcia, y en especial en el uso del carro de guerra. Pero con el tiempo, los egipcios hicieron suyos la nueva arma de guerra, que se volvería contra quienes la introdujeron. El carro de guerra evolucionó de la mano de los egipcios hasta transformarse en una sólida y confiable máquina de guerra; las principales virtudes que hicieron desarrollar en ellos era la velocidad y la agilidad. A cada lado del carro se colocaba una aljaba o carcaj para contener flechas y venablos. Sin embargo los egipcios no conocían la instalación de las cuchillas o punzones en las ruedas, como lo hicieron posteriormente otras culturas guerreras. En su principio, el carro de combate era un arma táctica que tenía unas funciones muy concretas en el campo de batalla: Atacar frontalmente a la infantería, disgregar su orden de combate, precipitar su huida y perseguir a los fugitivos. Su poder se basaba en formar una plataforma de tiro que se mueve a gran velocidad hasta formar un rodillo que aplaste a la infantería. Contra los carros existías pocas defensas: Un uso inteligente del terreno, la construcción de fosos, la barrera de obstáculos y la acción de soldados especializados en derribar los caballos enemigos. También se utilizaron carros especiales para derribarlos, pero su efectividad no resultaba lo efectiva que debiera ser. La primera batalla de carros documentada es la de Megiddo, al Norte de Palestina, y tuvo lugar en la segunda mitad del Siglo XV a.C., ( los estudiosos del antiguo Egipto dicen que fue, unos en 1468, otros el 9 de Mayo de 1457, otros en 1482 y otros en 1479, todo ello depende de la cronología que adopten), entre las fuerzas del Faraón Tutmosis III contra una lianza encabezada por los hicsos, (las ciudades que se aliaron fueron Kadesh, Mitani y Megido). Ayuntamiento de Gilena Área de Cultura y Turismo