RIESGO ASEGURADO, RESPONSABILIDAD DE LA

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RIESGO ASEGURADO, RESPONSABILIDAD DE LA ASEGURADORA
Concepto Nº 1998044989-2 Octubre 19 de 1998
SÍNTESIS Por la inspección del riesgo asegurado. Estado del riesgo. Funciones de la
Superbancaria.
[§ 0230] EXTRACTOS -«Responsabilidad de una aseguradora por la inspección
del riesgo asegurado
El estudio minucioso de la legalidad de las Improntas del motor y del chasis, como
de los documentos que acrediten la propiedad del vehículo, a que usted hace referencia,
desde el punto de vista jurídico, no es otra cosa, que la inspección del nesgo por parte de
la compañía de seguros, su función está destinada a verificar, en lo posible, la fidelidad
de la declaración del tomador, es decir, es una prueba de asegurabilidad que permite al
asegurador formarse una Idea o juicio del riesgo a amparar, y con base en ese análisis
dar su consentimiento para perfeccionar el contrato 1.
La inspección del nesgo, es en principio un derecho que detenta la compañía de
seguros como mecanismo de segundad y protección, es un medio de control de la
fidelidad del tomador en la declaración del estado del nesgo, por otro lado se convierte
en un derecho para el tomador cuando de conformidad con el artículo 1048 del Código
de Comercio, éste puede exigir, en cualquier tiempo al asegurador que le expida copia
de los documentos que den fe de la inspección del riesgo, es una facultad que encierra
una intención precautelativa, tiene efectos de carácter probatorio que el tomador podrá
proponer en el futuro
No obstante, de conformidad con el artículo 871 del Código de Comercio, en
concordancia con el artículo 863 del mismo ordenamiento, los preliminares del contrato
de seguro, como su celebración y ejecución deben ajustarse a la buena fe de las partes
contratantes, de cuyas honestidades y de cuyas prudencias depende, por modo casi
exclusivo, el equilibrio de la relación económico-jurídica que los vincula
En lo que a este aspecto se refiere, el doctor Efrén Ossa afirma:
"Este atributo de la buena fe, que no es tan sólo peculiar del seguro sino de todos los
contratos civiles (C C, art 1603) y mercantiles (C Co., art 871), en él ocupa nuestra
atención, que el asegurador se halla hasta cierto punto y particularmente en lo que
atañe a la declaración del riesgo y a la prevención del siniestro, "a merced del
asegurado" quien, objeto de tal grado de confianza, debe comportarse con absoluta
lealtad" 2.
Por su parte, el doctor Jaime Bustamante sostiene:
"Pero es importante hablar de la buena fe en""los contratos de seguros, porque la
doctrina, la jurisprudencia y la misma ley han insistido en esta característica de la
naturaleza del contrato, llegando a darle un contenido más amplio, que se refleja en las
regulaciones legales y en la interpretación misma de las cláusulas contractuales.
Por eso los expositores dicen que éste es un contrato de uberrimae bona fidei, porque,
especialmente en relación con la naturaleza y conservación del riesgo y con las
posibilidades de ocurrencia de los siniestros, la estricta buena fe tiene especialísima
significación" 3.
Obligación de indemnizar a cargo de una compañía de seguros por
inmovilización de un vehículo asegurado
1
2
3
J Efrén Ossa G, Teoría general del seguro, Bogotá, Editorial Temis, 1991, pág. 266
Efrén Ossa G, Teoría general del seguro, Bogotá, Editorial Temis, 1991, pág. 45
Bustamante Jaime, Manual de Principios Jurídicos del Seguro, Bogotá, Editorial Temis, 1983, pág. 23.
El artículo 1056 del Código de Comercio, delimita la figura de la indemnización, al
señalar que esta obligación surge siempre y cuando el siniestro ocurrido se encuentre
amparado en las condiciones del contrato, es decir, que la obligación de indemnizar a
cargo de la compañía de seguros se origina sólo en el evento en que el siniestro ocurrido
se encuentre protegido claramente en el contrato acordado por las partes, ya que el
asegurador cuenta con libertad para escoger si asume todos o algunos de los riesgos.
De acuerdo con las hipótesis de su consulta, y verificado el contenido de las pólizas
de automóviles que reposan en el registro que lleva la Superintendencia Bancaria,
dentro de los riesgos amparados no se encuentra el denominado "pérdida del vehículo
como consecuencia de su inmovilización por parte de las autoridades competentes", y
mal podría encontrarse tal evento, teniendo en cuenta que de acuerdo con lo estipulado
en el artículo 1055 del Código de Comercio son actos inasegurables los "...que tengan
por objeto amparar al asegurado contra las sanciones de carácter penal o policivo",
como sería el caso del amparo por la inmovilización del vehículo que nos ocupa.
La inexistencia del contrato de seguro de automóviles
De los hechos contenidos en su comunicación, debemos considerar dos momentos
contractuales diferentes, el primero es el referente a la transacción de compraventa del
vehículo entre el comprador engañado, y el vendedor de cosa ajena, y el segundo
corresponde al contrato de seguro entre el tomador y el asegurador.
En el primer caso, es necesario analizar que el vendedor del vehículo de conformidad
con el artículo 905 del Código de Comercio, tiene la obligación de transmitir la
propiedad de la cosa, y para tal efecto debe tener la calidad de propietario, o de lo
contrario, de acuerdo con lo establecido en el artículo 907 del mismo ordenamiento
legal, "La venta de cosa ajena es válida e impone al vendedor la obligación de adquirirla
y entregarla al comprador...”. Así las cosas, en el evento de constatarse que el vendedor
no cumplió con ninguna de las condiciones expuestas, ello implicaría que el comprador
nunca adquirió el dominio del vehículo retenido.
La segunda situación, se refiere al seguro suscrito entre el supuesto dueño del
automóvil y la aseguradora, aquí es indispensable examinar la figura del interés
asegurable, que al tenor del artículo 1045 del Código de Comercio es un elemento
esencial del contrato de seguro, y consiste en la relación económica amenazada por uno
o varios riesgos, en que una persona se halla con sus cosas o derechos, adicionalmente
el interés asegurable debe ser lícito y estimable en dinero.4.
De acuerdo con el artículo 1086 del Código de Comercio, "El interés deberá existir
en todo momento, desde la fecha en que el asegurador asuma el riesgo. La desaparición
del interés llevará consigo la cesación o extinción del contrato de seguro, ...", y en
concordancia con el inciso 2°, del artículo 898 del mismo código "será inexistente el
negocio jurídico ... cuando falte alguno de sus elementos esenciales".
En conclusión, en la hipótesis señalada podemos afirmar que el contrato de seguro en
ningún momento produciría efectos, como quiera que nunca habría nacido a la vida
jurídica, pues bajo los supuestos de la consulta, y del artículo 1045 del Código de
Comercio, le faltaría uno de sus elementos esenciales que le impedirían su constitución,
como sería el interés asegurable. La falta de este requisito sustancial por disposición del
legislador en el inciso segundo del artículo 898 del mismo ordenamiento legal,
convierte al negocio jurídico celebrado en inexistente, es una causal que vulnera el
acuerdo en su origen, tiene una incidencia retroactiva sobre el contrato para despojarlo
de sus efectos jurídicos, y para su reconocimiento no es necesario que medie una
declaración judicial, una vez la inexistencia se pone de manifiesto no genera
obligaciones ni derechos para las partes contractuales.
4
Ver artículo 1083 del Código de Comercio
Finalmente, teniendo en cuenta que de conformidad con el artículo 1070 del Código
de Comercio: " ... el asegurador devengará definitivamente la parte de la prima
proporcional al tiempo corrido del riesgo", en el supuesto caso en que debido a la
inexistencia del contrato de seguro (circunstancia que implicaría que la compañía de
seguros en ningún momento asumió el riesgo objeto del contrato, y por ende, no habría
lugar a prima proporcional al tiempo corrido del riesgo), el asegurado tendría derecho a
la devolución de la totalidad de la prima pagada.
Error inculpable en la declaración del tomador sobre el estado del riesgo
En la legislación de seguros, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 1058
del Código de Comercio, previamente a la celebración del contrato de seguro el tomador
está en la obligación de declarar sinceramente todos los hechos y circunstancias que
rodean el estado del riesgo que el asegurador va a asumir, con el fin de que éste pueda
conocer su extensión y otorgar un consentimiento que no se encuentre errado.
Dicha declaración puede darse de dos maneras: o bien mediante la absolución de un
cuestionario que la aseguradora le suministre en el cual se formulan preguntas
específicas, o bien a través de una declaración espontánea en la cual el tomador informa,
según su criterio, los hechos o circunstancias que rodean el riesgo; pero en uno y otro
caso la declaración debe ser sincera y exacta, toda vez que la ley sanciona el
desconocimiento de este precepto, así:
Si la declaración se hizo con sujeción a un cuestionario y las respuestas al mismo son
inexactas, por cuanto son falsas o erróneas, o son reticentes, en la medida que ocultan o
encubren una situación, y tales manifestaciones son relevantes para el contrato, dado
que los hechos sobre que versan eran o debían ser conocidos por el tomador y que-de
haber sido conocidos por el asegurador lo hubieran retraído de celebrar el contrato o
inducido a estipular condiciones más onerosas, existe un vicio de nulidad relativa que
afecta la validez del mismo.
Si la declaración fue espontánea, el efecto es el mismo si el tomador por culpa
incurre en reticencia o inexactitud sobre hechos y circunstancias que según un criterio
objetivo (sentido común), influyen en la posibilidad de realización del siniestro.
Si independientemente de que la declaración sea espontánea o se consigne en un
cuestionario, la reticencia o inexactitud provienen de error inculpable del tomador, esto
es, aquel en el que se ha incurrido de buena fe y no obstante haber actuado con
diligencia y cuidado, el contrato no se afecta en su validez pero se reduce la prestación
asegurada para lograr que exista equilibrio contractual.
Ahora bien, ninguna de las acciones enunciadas anteriormente procederá si el
asegurador antes de celebrar el contrato ha conocido o estaba en la obligación de
conocer esos hechos callados o falseados.
Funciones de la Superintendencia Bancaria
De otra parte, debo manifestarle que la determinación de la configuración o no de las
circunstancias constitutivas de la reticencia o inexactitud a que alude el mencionado
artículo 1058 del Código de Comercio y, por lo tanto, la validez de la objeción que por
tal causa formule una aseguradora, no corresponde, según las facultades legales de la
misma, a esta Superintendencia, la cual, por su carácter de autoridad administrativa, no
posee competencia para dirimir conflictos surgidos entre particulares con ocasión del
incumplimiento de las obligaciones contractuales que haya adquirido alguna de las
entidades sometidas a su inspección y vigilancia, correspondiéndole esa misión, por la
naturaleza de su actividad, a la jurisdicción ordinaria.
La actividad de la Superintendencia Bancaria no puede extenderse más allá de
verificar la existencia de responsabilidades de carácter administrativo imputables a las
entidades vigiladas por la eventual violación de las normas a las cuales deben sujetarse.
En consecuencia, la Superintendencia Bancaria, dentro de sus funciones como
organismo evaluador no posee competencia para determinar responsabilidades
diferentes a las administrativas, pues ello transformaría su actividad administrativa en
jurisdiccional.
Así mismo, este despacho considera prudente señalarle que las funciones de la
Superintendencia Bancaria en relación con las entidades sometidas a su control y
vigilancia, fueron claramente definidas por el Consejo de Estado a través del auto del 9
de octubre de 1974 cuando manifestó que, cuando en desarrollo de su actividad, la
institución vigilada "…cumpla con los negocios celebrados con su clientela, el
Superintendente sólo puede dar órdenes para evitar lo que contraríe la ley, pero no
revocar los actos de ejecución contractual..." si la institución vigilada causa perjuicio a
alguno de sus clientes, el Superintendente" no puede ordenar directa ni indirectamente
que tal perjuicio sea reparado, ni siquiera puede estimar si hubo o no perjuicio o si se
cumplió bien o mal la obligación del contrato porque tal extensiva interpretación de su,
facultades de vigilancia transformaría su función de administrativa en Jurisdiccional…",
anotando adicionalmente que tal situación significaría" decidir sobre la irregularidad o
legalidad del cumplimiento de las obligaciones contractuales que es lo que por
definición, la ley reserva al juez" 5.
Sin perjuicio de las facultades Jurisdiccionales otorgadas mediante la Ley 446 del 7
de julio de 1998 y que tendrán aplicación seis meses después de la entrada en vigencia
de la presente ley, esto de conformidad con el parágrafo 10 del artículo 146»
5
Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta, Consejero Ponente Dr. Miguel Lleras Pizarro, Actor Banco Central
Hipotecario Acción de Plena Jurisdicción contra el Oficio 9700 de 1974 de la Resolución 2295 del mismo año, proferidas por el
Superintendente Bancario. Exp. 2495 Anales 1974 tomo 87, 2° semestre, Nº 443-444, pág. 308
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